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Ley Federal Del Trabajo

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DESCRIPCIÓN BREVE

En este documento se
observará el inicio de la
lucha de clases entre
trabajadores y patrones,
también como se originó
el sindicato y cuáles son
las reformas actualmente
en la ley federal del
trabajo, y los tipos de
contratos laborados con
su explicación

Cesar Omar Ramirez


Gaytan
Derecho mercantil

ley federal del trabajo


La “clase de patrones”, desde hace años. Patrones y obreros, analizando su ideario,
prácticas y las complejas articulaciones con otros actores sociales. Sin embargo, el eje
central del trabajo está colocado en los años del primer gobierno yrigoyenista, entre 1916
y 1922, donde los sectores más poderosos de la burguesía nacional y extranjera se
unificaron para resistir la creciente organización obrera sindical y la nueva experiencia
política de signo democratizante, ambas tendentes a recortar una autoridad y un poder
empresarial que se pretendían inconmovibles. Este plano doblemente conflictivo será el
que defina los orígenes y el desarrollo de la AT, cuyas líneas de sentido se leerán en esta
obra desde el inicio del ciclo de organización patronal en el naciente siglo XX hasta las
configuraciones de una nueva derecha que decantarán en la década de 1930.

Defendían, por un lado, los derechos de las patronales a imponer su voluntad en el lugar
de trabajo –libertad de contratación y de despido, imposición de condiciones de trabajo,
jornada laboral, salarios, etc.– y por eso mismo no aceptaban limitaciones a su libertad
por parte de los sindicatos, del Estado ni de la legislación laboral. Por otro lado defendían
su derecho a que el Estado, que tanto denostaban cuando asumía la protección del
trabajador, garantizara la autoridad y la libertad patronales con sus propias fuerzas y
dispositivos . En el capítulo uno, Las organizaciones patronales previas a 1918, se analiza
el tipo de configuraciones de los grupos patronales previas a la creación de la AT, con
especial énfasis, primero, en los Círculos Católicos de Obreros . Diversos católicos
prominentes de la clase propietaria se involucraron en los Círculos en medio de un
contexto fuertemente conflictivo en las relaciones laborales, pero el objetivo de los CCO,
que trascendía a los intereses patronales, hizo que, más allá de las colaboraciones, para
esos empresarios fuera una relación finalmente problemática.

A partir de 1904 los empresarios comenzaron un proceso de creación de instituciones


patronales, como la breve Unión General y la más duradera Sociedad de Protección del
Trabajo Libre , que compartiría con la AT un presidente, el naviero Pedro Christophersen
–además, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires –, y que tuvo como asesor
al propio Grote. En ese tablero, era la hora de la Asociación del Trabajo. La organización
de la Asociación del Trabajo es el segundo capítulo del libro. Presidida por el mencionado
Christophersen en representación de la Bolsa y con el estanciero Joaquín de Anchorena,
de la Sociedad Rural Argentina , como vicepresidente, la AT se proclamaba como
organizada en la línea de las instituciones patronales de Alemania y Estados Unidos, pero
apelaba al mismo tiempo a recuperar la experiencia nacional de los CCO en tanto
buscaba adoctrinar a los obreros.

Las juntas electivas, sobre las cuales se detiene luego la historiadora, eran el espacio
organizativo y coordinador de la AT, con miembros designados por los propios centros
patronales. Allí se entrelazaban diversos ejes de los espacios patronales, desde las
continuaciones de la cohesión social hasta la creación de la derechista Liga Patriótica
Argentina en 1919, pasando por las iniciativas de publicaciones para los patrones, como
el Boletín de la Asociación del Trabajo, y para los obreros, como La Concordia. Es decir,
ante las nuevas formas que habían adquirido las estrategias patronales tal cual las
expresaba la asociación. En el tercer capítulo, titulado La asociación del trabajo en la
capital, fines de 1918-1921, la autora se enfoca en la historia de la institución en la ciudad
de Buenos Aires, como señalamos previamente, punto nodal de su estrategia económico-
política.

Es central aquí la atención colocada sobre el uso de un notable repertorio de amenazas y


acciones tendentes a presionar al gobierno para obligarlo a garantizar el ejercicio de la
libertad y la voluntad patronales , que para Rapalo, por medio de la consolidación y
diversificación de estrategias, en definitiva, consiguió modificar el rumbo de la política
gubernamental con respecto al movimiento obrero organizado. Ciclo saludado por el diario
La Nación, en el cual Rapalo se apoya para reseñar las instancias del proceso, el propio
Anchorena lo explicaba como una victoria sobre las sociedades de resistencia por medio
de haber organizado magnánimamente a los empresarios, pero al mismo tiempo lo
presentaba como un triunfo de todos. Así como la capital argentina era eje del capítulo
tres, el interior del país lo es en el cuarto, La Asociación del Trabajo en el interior, 1919-
1922. El momento organizacional, donde la AT seguía el reticulado de la organización
obrera, es caracterizado por la autora como contraofensiva patronal, y descrito por medio
de la reseña de una serie de conflictos en los cuales la AT desarrolló una actuación
central en el apoyo y la organización de los sectores patronales.

Las diversas instancias de acción de la AT, enmarcadas por la crisis económica de la


primera posguerra, propone Rapalo, deben leerse tomando en cuenta que lo que estaba
en juego era el ejercicio de la autoridad patronal sin límites. La resistencia a la legislación
laboral es el quinto capítulo del libro. El primer tramo del capítulo aparece dedicado a la
regulación de la Ley 10.505, de trabajo domiciliario, sancionada en el año de fundación de
la asociación, 1918. La AT se concentró en el apoyo y la organización de las empresas
afectadas por la medida, centralmente las ligadas a los rubros vinculados al textil, pero sin
embargo la fuerza de la ley fue escasa, su aplicación fue laxa e incluso las reformas
propuestas para endurecerla fueron desoídas.

El siguiente caso que se reseña es de los conflictos por la jornada laboral de ocho horas,
contextualizado en los reclamos tanto de la Segunda Internacional como de la
Organización Internacional del Trabajo, despectivamente calificada por los voceros
patronales como la ola de pereza. Finalmente, Rapalo estudia el caso de la Ley 9.688 de
accidentes de trabajo, sancionada en 1915, nuevamente a instancias de políticos
socialistas. Ante la situación de hecho y facto de la norma, la AT ejerció aquí estrategias
que centralmente apuntaron a concientizar a los sectores patronales y a proponer análisis,
a través de su prensa, de cariz imperativo sobre las autoridades del Estado, a tono con su
propia autorrepresentación de voz clasista preclara y en pie de igualdad, cuando no
superioridad, con los poderes constitucionales. El sexto capítulo del trabajo, El
autoritarismo y la expresión de la 'nueva derecha', busca realizar una lectura de la
asociación en el entramado de las nuevas formas derechistas que plasman su ascenso en
la década de 1920.

La ideología transmitida desde la AT –señala Rapalo– tenía el claro propósito de adaptar


el capitalismo a un marco autoritario que garantizara la subordinación del trabajo al capital
, con lo cual el capítulo se detiene en analizar los idearios presentes en la AT a través de
sus intelectuales y publicaciones. El marco autoritario propuesto desde la Asociación
marcaba la preeminencia de una lectura en términos de mando-obediencia, donde las
libertades de los trabajadores eran leídas como disolventes de la ecuación, la cual se
proponía como objeto sobre el cual la propia AT podía intervenir ante la deficiente acción
estatal. El análisis de la recepción del fenómeno fascista italiano, finalmente, cierra el
capítulo por medio del estudio de los modos en los cuales el régimen liderado por Benito
Mussolini comenzó a leerse en la AT como una solución posible a una democracia que,
además de los propios puntos de conflicto ya reseñados, se entendía como débil ante la
amenaza comunista.

La tentación es tan fuerte que la burguesía opta por transitar el camino que considera más
corto y cómodo para continuar intentando llevar adelante sus proyectos de negocios. Pero
lo que más festejaron, fue la tan ansiada base que se genera a partir de la profusa
difusión de porcentajes amañados con los que pretenden demostrar la adhesión del
pueblo a sus propuestas políticas. Los unos y los otros afirman que los votantes han
expresado en las urnas la voluntad de apoyar las políticas que enarbolan. Todos omiten
igualmente que durante el proceso electoral nadie habló de dichas políticas y que lo que
metieron a través de carteles, pasacalles, spots televisivos, mensajes radiales, etc.,
fueron llamados vacíos a votarlos.

Desde ejemplos más recientes como el de La Rúa, que se impuso con porcentajes
ventajosos sobre sus oponente, como ejemplos más antiguos tales como el del Perón en
el año 1973 que arrasó con un caudal de votos inéditos en la historia. Así, el gobierno de
Perón no pudo imponer el pacto social. La burguesía monopolista con su gobierno y la
fuerza del Estado intentará avanzar sobre la profundización de la llamada flexibilización
laboral que no es más que la superexplotación de los trabajadores, la reforma previsional,
la modificación impositiva, la ley de educación y otros castigos sobre las espaldas del
pueblo. En ese terreno la clase obrera y el pueblo, sin distinción de banderías, deberán
prepararse para enfrentar esas políticas que no saben de adhesiones electorales y que
golpearán a todos por igual.

Es por eso, que los revolucionarios debemos mantener firmes el timón en la unidad, la
construcción, desde lo más profundo del movimiento de masas, de las herramientas
políticas más amplias que frenen el intento y los haga retroceder. Aunque parece decir lo
contrario con sus bailes, serpentinas y globos, la burguesía monopolista también lo sabe.

¿Cómo se origina el sindicato?

El sindicalismo, se origina con la revolución industrial en el último tercio del siglo XVIII,
dando lugar a que la máquina sustituya al trabajador manual, cuando la fábrica ocupa el
lugar del taller y la gran industria suplanta a la economía del artesanado y la producción
de mercado local, se transforma en producción para el mercado mundial.

Con la REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, se produjo una radical transformación que se operó


en el campo de la industria en Inglaterra, en el último tercio del siglo XVIII, porque fue la
invención de la máquina y su incidencia productora lo que produjo la verdadera revolución
industrial. Para los trabajadores el Estado les era opositor, lo más importante y primordial
que tiene el obrero para tener fuerza, es la unión, es la posibilidad de asociarse, en
defensa de sus intereses laborales y por eso se oponía el gobierno al no permitir dichas
asociaciones.

Sin embargo, ya entrado el siglo XIX, las masas obreras con sus movimientos
clandestinos y su ideario sindicalista comienzan a expresarse en diversas formas, que en
un principio se manifestó en forma de huelga con características de motín, posteriormente
se da la simple coalición de obreros de una misma fábrica, o de varias fábricas diferentes.

La última etapa con la formación de sociedades de resistencia, con objetivos de imponer


por coacción moral o física al resto de trabajadores, el paro colectivo de la especialidad
laboral, que culminan con la auténtica aparición del sindicalismo. Este presenta una
estructura más evolucionada, con una rigurosa diversificación de oficios e industrias,
frente a la estructura social imperante y busca un lugar legalmente en el conjunto
económico-social de su época. El sindicalismo en este periodo existía de hecho, pero no
de derecho y su aptitud estaba dirigida a obtener esa conquista.

Sindicalismo consolidado

En el siglo XIX en sus inicios, es cuando el sindicalismo por su propia fuerza opta por salir
de la clandestinidad y busca un lugar en la estructura jurídico-social imperante, fortalecida
por las premisas de la Revolución Francesa de 1848 y el auge de las ideas contenidas en
el Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels. Y hacia la segunda mitad del
siglo XIX, las mayorías de las legislaciones europeas suprimen el delito de coalición
llegando en algunos casos, como el de Bélgica, a aceptar expresamente el derecho de
asociación obrera.

Ya no eran solo los gremios los que clamaban por reformas laborales más humanas,
retribuciones más acordes con un mínimo de vida respetable, sino que la prensa, las
sociedades con fines de reforma, comenzaron a criticar a los gobiernos y exigían que se
modificaran las leyes que prohibían los sindicatos. La lucha de los trabajadores continua y
en 1871 en Inglaterra, se promulgan disposiciones que permiten la constitución de
asociaciones y en Francia en el año 1879, se constituye la Federación de Trabajadores
socialistas y en 1884, se reconoce expresamente la legalidad de los sindicatos con
diversas limitaciones.

Sindicalismo en México

El sindicalismo, se origina con la revolución industrial en el último tercio del siglo XVIII,
dando lugar a que la máquina sustituya al trabajador manual, cuando la fábrica ocupa el
lugar de taller, cuando la gran industria suplanta a la economía del artesanado y la
producción de mercado local, se transforma en producción para el mercado mundial.

La introducción de la máquina, produce grandes ganancias a los industriales, obtenidas a


costa del sufrimiento del naciente proletariado de las fábricas, la fatiga excesiva, la
insuficiencia en la alimentación, la disciplina imperante, etc. Que debían de soportar los
operarios. Tanto la moralidad, la higiene, la seguridad, salud, no causaban ninguna
preocupación al empresario, incluso le regateaba el salario a obrero. Además, las mujeres
y niños eran explotados sin misericordia, se les destinaban los trabajos más duros y
humillantes, exponiendo con ello, sus vidas. En esta época, el trabajador era una
verdadera penuria, un sufrimiento para el trabajador. Es así como el operario se convierte
en esclavo de la máquina y el trabajo del hombre se hace menos valorizado.

Con la Revolución Industrial, se produjo una radical transformación que se operó en el


campo de la industria en Inglaterra, en el último tercio del siglo XVIII, porque fue la
invención de la máquina y su incidencia productora, lo que produjo la verdadera
revolución industrial. Para los trabajadores el Estado les era opositor, más importante y
primordial que tiene el obrero para transformarse en fuerza a la que le asiste un poder, es
la unión, es la posibilidad de asociarse, en densa de sus intereses laborales y esto era
justamente a lo que se oponía el gobierno al no permitir dichas asociaciones. Así las
cosas, el obrero estaba a su suerte, incluso si se enfermaba, situación muy común, al no
poder trabajar no cobraba y era rápidamente reemplazado por otro trabajador, que
esperaba una oportunidad en ese sentido.

La revolución industrial, se ubica por el año 1775 y unos años después, en 1789 se
produce la Revolución Francesa, la cual reivindicaría os derechos del hombre. Pero se
produce una situación paradójica, se cree que dado que el hombre es libre, no debe
agruparse, ni formar coaliciones de obreros. Pues ello atenta contra la libertad en general
y en contra de la libertad de trabajo en particular. Es así, como en la Declaración de los
Derechos del Hombre y la ley Chapalier de 1791, se imponen sanciones a todos aquellos
que constituyen asociaciones de

artesanos, obreros o jornaleros. Dada la situación planteada y la imposibilidad legal de


que los trabajadores se agrupen en densa de sus intereses, optan por iniciar el
movimiento en la clandestinidad, recogiéndose el sentido societario de los gremios. Sin
embargo, ya entrado el siglo XIX, las masas obreras con sus movimientos clandestinos y
su ideario sindicalista, comienzan a expresarse en diversas formas, que en un principio se
manifestó en forma de huelga con características de motín, posteriormente se da la
simple coalición de obreros de una misma fábrica, o diferentes.

La última etapa se concreta con la formación de sociedades de resistencia, con objetivos


de imponer por coacción moral o física al resto de los trabajadores, al paro colectivo de la
especialidad laboral, que culminan con la auténtica aparición del sindicalismo, que se
presenta con una estructura más evolucionada, con una rigurosa diversificación de oficios
e industrias, frente a la estructura social imperante y que busca un lugar legalmente en el
conjunto económico-social de su época. El sindicalismo en este período, existía de hecho
pero no de derecho y su aptitud estaba dirigida a obtener esa conquista y es a la que se
orientaba la masa trabajadora.

Sindicalismo siglo XX

El sindicato es una de las instituciones que tienen gran importancia en la vida económica
y social de una comunidad y país. El sindicato es todo tipo de organización o asociación
profesional compuesta o integrada por personas que, ejerciendo el oficio o profesión u
oficios o profesiones similares o conexos, se unen para el estudio y protección de
aquellos intereses que le son comunes a todos ellos. En 1901 se constituye en
Copenhague la Secretaría Internacional de Sindicatos, con participación de asociaciones
de Alemania, Bélgica, Finlandia, Gran Bretaña y Suecia. En el año de 1906 mientras la
CGT francesa (Confederatión Genérale du Travail) aprueba en Amiens su Carta Magna,
en Italia se crea su primer sindicato: la Confederaziones Generale del Lavoro (CGL) y en
Países Bajos la Federación Neerlandesa de Sindicatos. El taylorismo4 gana fuerza en
estos albores del siglo XX y es en 1911 cuando F. W. Taylor publica su Management
científico; la aplicación generalizada de los métodos propuestos por Taylor supondrá un
profundo cambio en el modelo productivo y en la organización del trabajo: estamos ante la
Segunda Revolución Industrial.5 En 1917 se produce la Revolución, que establece el
primer estado obrero de la historia, y un poderoso impacto en el movimiento obrero
mundial. En 1919 se crea funda la Organización Internacional del Trabajo, uno de los
organismos internacionales más antiguos del mundo, gobernado en forma tripartita por
gobiernos, sindicatos y empleadores. En el siglo XX los sindicatos de todo el mundo
tendieron a abandonar la antigua organización sindical por oficio, para generalizar el
sindicato por rama de actividad. En el siglo XX los sindicatos tendieron a dividirse
internacionalmente en tres grandes corrientes mundiales.

Reformas actuales en la ley federal del trabajo

El próximo año se duplicaría el mínimo legal de vacaciones de 6 a 12 días, a partir del


primer año de servicio.

En el 2022, la reforma laboral terminó de implementar la última de las tres etapas de


transición planteadas hacia el nuevo modelo de justicia y democracia sindical. Ahora, para
el 2023 la llamada reforma laboral de México radica en la ampliación de los días
de vacaciones a los que tienen derecho las personas trabajadoras del sector privado
formal.

La iniciativa aprobada en octubre del 2022, y que pasará a ser discutida por el Pleno,
propone cambios en los artículos 76, 78 y 81 de la Ley Federal del Trabajo (LFT),
relacionados con el derecho a las vacaciones pagadas.

Con el objetivo de incentivar la productividad laboral, y de acercar a México a los


estándares internacionales, el mínimo anual de vacaciones será de 12 días a partir del
primer año trabajado. Se incrementará en dos días por año subsecuente hasta llegar a 20
años de antigüedad. Después, serían dos días por cada cinco años de trabajo:

¿En qué consistió la reforma laboral 2022?

La reforma laboral 2022 implicó una serie de modificaciones a las leyes en la materia y la
creación de nuevas instituciones de justicia laboral, a fin de cumplir con los compromisos
adquiridos por México en el T-MEC.

En esta fase, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Nayarit,
Michoacán, Jalisco, Ciudad de México y Yucatán incorporaron el mecanismo de solución
de conflictos y participación sindical que ya opera en el resto del país.
Para lograrlo, el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2022 contempló un aumento de
131 por ciento en los recursos para la reforma laboral, con una partida total de 5 mil 748
millones de pesos.

De esta manera, el nuevo mecanismo de solución de conflictos está operando en todo el


país desde mayo del 2022.

Según información de El Economista, en total se estarían invirtiendo alrededor de 10 mil


millones de pesos en esta reforma, que contempló:

 Creación de centros de conciliación, para disminuir la judicialización de los


conflictos entre trabajadores y patrones.

 Apertura de tribunales locales y 77 tribunales federales a cargo del Poder Judicial


de la Federación (PJF).

 Arranque del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL).

 Subsidios para los estados, para la implementación del nuevo modelo de justicia
laboral.

 Mecanismos de democracia sindical, como el derecho al voto personal, libre,


directo y secreto para la elección de los liderazgos sindicales.

A la inversión realizada por México, habría que añadir los recursos que Estados Unidos se
comprometió a aportar, que ascienden a 450 millones de dólares.

Principales cambios a la Ley Federal del Trabajo

A raíz del 2019, éstas son las modificaciones más críticas que se han realizado a la LFT:

 Posibilidad de que existan más de 2 sindicatos en un mismo centro patronal.

 Capacidad de los trabajadores para elegir a sus líderes, mediante el voto libre y
secreto.

 Prohibición de la subcontratación laboral.

Asimismo, también se modificaron las leyes del Seguro Social, del Infonavit, del ISR, IVA
y el Código Fiscal de la Federación (CFF).

En términos generales, se prohibió lo que es el outsourcing para la realización de tareas


derivadas del giro principal del centro laboral.

La subcontratación únicamente quedó permitida para la tercerización de servicios


especializados, es decir, ajenos al objeto social de la empresa que los contrata.

Las empresas o contratistas que ofrezcan este servicio deberán contar con la previa
autorización y registro en el REPSE (Registro de Empresas Prestadores de Servicios
Especializados), que deberá renovarse periódicamente.
Tipos de contratos laborales en México

Una de las cuestiones que se instituyen en la ley son los tipos de contratos laborales que
se pueden celebrar en México. En esencia, hay cinco opciones: contrato laboral por
tiempo determinado, contrato laboral por tiempo indeterminado, contrato laboral temporal,
contrato para capacitación inicial y contrato periodo de prueba.

Contrato laboral ejemplo: supongamos que en una compañía hay colaboradores que
trabajan durante todo el año de forma estable para la empresa. En ese caso, estos
mantendrían un contrato laboral por tiempo indeterminado. Mientras que otros empleados
trabajan solo en los meses de verano y en las vacaciones de invierno. En ese caso, la
relación laboral sería estacional y, por tanto, estos tendrían un contrato laboral temporal
con la empresa.

El contrato laboral por tiempo determinado es aquel que se establece por períodos
específicos de tiempo. En este, la duración del contrato está escrita expresamente en el
documento. Existen tres situaciones en las que se pueden celebrar esta clase de contrato:

 Cuando lo exija la naturaleza del empleo que debe realizar el trabajador. Contrato
laboral ejemplo: cuando se contrata a un colaborador por el tiempo que dure la
temporada navideña.

 En aquellos casos en los que el empleado debe sustituir temporalmente a otro


trabajador. Un ejemplo claro seria cuando se contrata a un colaborador para
reemplazar a otro que cumple un periodo de incapacidad laboral. Cuando la
licencia por incapacidad llegue a su fin, el contrato por tiempo determinado
también.

 Otro de los casos previstos en la ley es cuando se trata de actividades que, por
sus características, solo pueden desarrollarse por un tiempo específico. Por
ejemplo, los trabajos en explotación de minas.

El contrato por tiempo determinado debe señalar el tipo de tareas que va a prestar el
trabajador. De esta forma, este tipo de relación laboral concluye cuando el empleado
finaliza el trabajo.

Contratos laborales por tiempo indeterminado

El contrato laboral por tiempo indeterminado es de los más utilizados en México. Es


aquel que establece una relación de trabajo en la que no hay plazo de duración. Para que
sea considerada una relación laboral por tiempo indeterminado esta debe exceder los 180
días.

Lo interesante de este contrato es que permite diferentes instancias dependiendo la


relación laboral con el trabajador. Por ejemplo, se puede establecer un periodo de prueba
máximo de 30 días. En los puestos gerenciales, de dirección, administración o cuando se
desempeñen labores especializadas, el periodo de prueba se puede extender hasta 180
días. Este tipo de contrato también permite establecer relaciones de capacitación inicial.
Es decir, un periodo en el que el trabajador presta sus servicios para adquirir habilidades
y conocimientos necesarios para su labor.

Contratos laborales temporal

Esta clase de contrato sirve a aquellas relaciones laborales que se desarrollan por tiempo
indeterminado, pero para realizar tareas discontinuas. ¿Qué quiere decir esto? Que
el contrato laboral temporal se establece en los siguientes casos:

 Cuando los servicios requeridos están destinados a labores fijas y periódicas, pero
de carácter discontinuo.

 Para actividades de temporada.

 Para tareas que no exijan la prestación de servicios toda la semana, el mes o el


año.

Contrato para capacitación inicial

El contrato para capacitación inicial se celebra cuando el trabajador debe adquirir los
conocimientos y habilidades necesarias para su labor. Esta clase de relación laboral tiene
una duración máxima de 90 días. También puede ser de 180 días para empleados en
puestos gerenciales, de dirección o que requieran conocimientos profesionales
especializados.

En este tipo de relación laboral los trabajadores pueden, por ejemplo, acceder a
programas de mentoring y coaching. Esto sumado a la adquisición de habilidades y
conocimientos específicos del puesto a cubrir.

Si al concluir el programa trainee inicial el trabajador no resulta apto para el puesto, el


patrón puede dar por terminada la relación laboral. Caso contrario, si la relación de trabajo
continúa, se modifica automáticamente el contrato por tiempo indeterminado.

Contrato de periodo de prueba

Por último, tenemos el contrato de periodo de prueba. Cuando hablamos anteriormente


del contrato por tiempo indeterminado explicamos que en este se puede pactar un período
de prueba.

Este no puede superar los 30 o 180 días dependiendo el puesto a cubrir. Lo que se
celebra en esos casos es un primer contrato provisorio. El mismo sirve para verificar que
el trabajador cumple con lo necesario para desarrollar su labor.

Si se termina el periodo de prueba y el trabajador no resulta apto para el trabajo, el patrón


puede dar por terminada la relación laboral.

Conclusión
Me parece correcto que hoy en día el empleado sea mas apoyado ya que como empleado
nos sentimos protegidos ante situaciones de la vida cotidiano pudiendo evitar la
explotación laboral que existe en muchas ocasiones, y que sin el sindicato no estaríamos
en un mejor puesto para opinar, así mismo las reformas que se hacen es para que estén
conformes con la estabilidad en su trabajo, y dejando en claro que México quiere mejorar
en el sector de trabajo pero en un proceso de paso por paso.

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