Gastin Gaudio
Gastin Gaudio
Gastin Gaudio
Argentina. 1935-1943
Author(s): Ricardo Gaudio and Jorge Pilone
Source: Desarrollo Económico, Vol. 23, No. 90 (Jul. - Sep., 1983), pp. 255-286
Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466471
Accessed: 24/11/2009 18:23
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Desarrollo Econ6mico, v. 23, N? 90 (julio-setiembre 1983)
EL DESARROLLODE LA NEGOCIACIONCOLECTIVA
DURANTE LA ETAPA DE MODERNIZACION INDUSTRIAL
EN LA ARGENTINA.1935-1943*
Introduccion
CUADRO 1
Huelgasy huelguistasen el periodo 1930-1934
(Cifras absolutas y numeros indices: 1925/29 = 100)
Huelgas Huelguistas
Aiio
Absolutas Indice Absolutas Indice
CUADRO2
Huelgasy huelguistasen el periodo 1935-1945
(Cifras absolutas y numeros indices: 1925/29 = 100)
Huelgas Huelguistas
Afio
Absolutas Indice Absolutas Indice
Fuente: Datos elaborados sobre la base DNT: Estadz'sticasde las huelgas, 1940, p. 20, y DIREC-
CION DE ESTADISTICA SOCIAL: Investigaciones sociales, cuadros 48 y 49, p. 55.
CUADRO3
Resultadosobtenidos por los huelguistassobre el total de obreros
en huelgaen el perlodo 1929-1939
(En por cicntos)
Huelguistas en huelgas
A*o
Ganadas Transigidas Perdidas
Fuente: DNT: Estadistica de las huelgas, Buenos Aires, 1940, cuadro N? 57, p. 47.
real del conjunto de los trabajadores: en 1935, por ejemplo, mientras que
este liltimo se encontro apenas un 5 por ciento por debajo del nivel de 1929,
el de los obreros en huelga lo estuvo en un 36 por ciento12.
Por el contrario, los resultados no aparecen tan evidentes cuando se
trata de ilustrar el fracaso de la movilizacion llevada a cabo por las organi-
zaciones sindicales. La interpretaci6n ensayada por Murmis y Portantiero
no parece derivarse de los datos con tanta claridad como ellos pretenden.
Sobre la base del cuadro 3, los autores mencionados encuentran referencias
suficientes como para sustentar la siguiente afirmaci6n: "Esta creciente
movilizacion obrera no encuentra, sin embargo, los resultados buscados:
un alto porcentaje de las huelgas se pierde o se transa y la menor propor-
cion es la de triunfos. El porcentaje de huelguistas involucrados en los con-
flictos que obtienen las reivindicaciones reclamadas es bajo, lo que, obvia-
mente, acentua la insatisfaccion y las tensiones"'3. La parte de esta afirma-
ci6n que alude al resultado de las huelgas es estrictamente cierta s6lo para
el ano 1934: el resto de los datos ofrece la posibilidad de interpretaciones
claramente alternativas, segin donde se desee poner el enfasis.
Debido a la dificultad de determinar con exactitud el sentido del ter-
mino "transigidas" aplicado por la fuente al resultado de las huelgas, con-
viene poner la columna correspondiente momentaneamente entre parentesis.
De la informacion contenida en las dos restantes, es decir, la proporcion de
huelguistas en huelgas "ganadas" y "perdidas", puede derivarse una tenden-
cia inversa a la sugerida por los autores mencionados. En el periodo 1935-
1939, el porcentaje de huelgas que se pierden no resulta un porcentaje alto
y, en todo caso, la t6nica general esta dada (salvo el anio 1938) por la pro-
porci6n sistematicamente superior de trabajadores en huelgas ganadas, por
lo cual no es adecuado concluir que "la menor proporcion es la de triunfos".
Claro esta que las cifras relativas a trabajadores en huelgas "transigidas"
son, en casi todos los afos del periodo considerado, demasiado grandes
12 DNT: Estadisticasde las huelgas, op. cit., citada por MURMIS y PORTANTIERO, op. cit.
13 MURMIS y PORTANTIERO, op. cit., p. 88; el subrayado es nuestro.
RICARDO GAUDIO Y JORGE PILONE
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15 La clasificacion de los resultados de las huelgas que venian usando el DNT comprendia
las siguientes categorias: "favorable", "parcial" y "negativo". Con posterioridad, estos terminos fue-
ron reemplazados por los ya conocidos, pero la clasificacion mantuvo el mismo criterio utilizado hasta
entonces. La aplicacion de la categoria "parcial" se ajusta a la idea aqui sustentada; ver, por ejemplo,
"Las huelgas en la Capital Federal durante el segundo semestre de 1928", en Cr6nica Mensual del
Departamento Nacional del Trabajo, N0 131, 1928.
16 DES (Direcci6n de Estadistica Social): Investigaciones sociales, 1942, p. 101.
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CUADRO 4
Resultadosobtenidos segunel tamaiiode las huelgas,afio 1935
(En por cientos)
Tamaio de las huelgas
Resultados
de las Hasta 50 De 51 a 200 Mas de 200 Total
huelgas obreros obreros obreros
CUADRO 5
Metodos utilizados para solucionar las huelgas, afnos 1941 y 1942
(En porcentajes)
A fo 1941 Afio 1942
Metodos
Huelgas Huelguistas Huelgas Huelguistas
dos... traera aparejada para los patrones la aplicacion de las sanciones (de
intimacion y multa, la cancelacion de las respectivas patentes y personerias),
y para la organizacion obrera u obreros en desacato, ademas, la sancion de
ilegalidad de la actitud asumida, la prohibicion de ser atendidos en lo futuro
en forma colectiva, asi como tambien, la imposibilidad de realizartodo acto
que tienda a mantener, propagar o difundir la actitud ilegal considerada".
De este modo, el Estado fundaba un nuevo principio juridico relativo
al caracter "obligacional" de las convenciones colectivas de trabajo, el que
perduraria desde entonces condicionando la naturaleza de las relaciones
laborales hasta la sanci6n de un regimen definitivo en 1954, con la ley
14.250. La importancia de estos acontecimientos ha sido puesta de relie-
ve con matices un tanto diferenciales, aunque tendientes -en todos los
casos- a sefialarsu efectiva trascendencia sobre el ambito laboral.
En principio, las mismas autoridades estatales se encargaron de hacer
resaltar las consecuencias de los principios legales establecidos y, con ello,
el papel que le correspondio al Estado en la transformacion radical del
marco en el que habian venido teniendo lugar las relaciones entre capital y
trabajo. En un informe de la epoca, la STyP afirmabaque "la forma juridica
de los contratos de trabajo hasta la era presente fue siempre la individual
de arrendamiento de servicios y el convenio colectivo propiamente dicho
regulado por el Estado, no existia ni dimanado de la ley, ni de una concien-
cia colectiva que lo impusiera". Marcando auinmas categoricamente la opor-
tuna intervencion del Estado ante la falta de consenso en las relaciones
obrero-patronales, el informe concluia diciendo que habia bastado la pro-
mulgacion de tales disposiciones provisionales "para que el convenio colec-
tivo se entronizara en nuestras costumbres como forma normal de regular
las relaciones de trabajo"18.
Para ilustrar las implicaciones de estos fenomenos se ha recurrido fre-
cuentemente a la elocuencia de los datos estadisticos. En efecto, de acuerdo
con los registros oficiales utilizados mas usualmente, se suele indicar que,
mientras que entre 1936 y 1940 solo se habian celebrado 46 convenios
ante el DNT (7 de los cuales correspondian al uiltimo afio para el que exis-
tia informacion disponible), despues de la constitucion de la STyP esa cifra
se habria multiplicado en forma considerable. En 1944, el numero no
Legislacion del Trabajo, Ed. Colmegna, Santa Fe-Buenos Aires, 1948, T. II pp. 632-3 y T.I., pp. 27-8.
La mencionada resoluci6n establecia normas de procedimiento "hasta tanto (se sancionara) el regi-
men organico definitivo que (habra) de regir en la substanciaci6n de las reclamaciones colectivas, y
con el fin de dar a las que a diario se promueven un tramite adecuado que constituya una garantia
para obreros y patrones".
18 DES: Evolucion de los salarios 1943-45, Buenos Aires, 1946, pp. 21 y 23. En su version
de tales acontecimientos, la Direcci6n de Estadistica Social (dependiente a esa altura de la Secretaria
de Trabajo y Prevision) trat6 de realzar siempre la funci6n que le habia cabido al gobierno surgido
el 4 de junio de 1943. El comentario transcripto en el texto proseguia diciendo que "la politica de
salarios establecida por el Poder Ejecutivo ayudo en gran manera (a la implantaci6n de la negociacion
colectiva) y hoy la comparencia de obreros y patrones ante las autoridades de trabajo, es la forma
normal mediante la cual se lega a convenios bilaterales que fijan nuevos salarios y condiciones de
trabajo".
LA NEGOCIACION COLECTIVA EN LA ARGENTINA, 1935-1943
269
19 Estas cifras no pueden ser consideradas definitivas. Debido a la forma deficitaria en que se
registro la estadistica de convenios para esos afnos, la informacion que se ha tomado corresponde a
la categoria que mejor puede reflejar el incremento aludido, es decir, la de "convenios firmados con
intervenci6n de asociaciones obreras", DES: Investigaciones sociales, 1945, pp. 32-33. Las cifras
podrian verse aumentadas si se incluyeran aquellos acuerdos cuya celebracion habia tenido lugar a
nivel de empresa, entre los empleadores individuales y el conjunto de su personal, cuando este no
contaba con representaci6n gremial reconocida.
20 G. GERMANI: "El surgimiento del peronismo...", op. cit., p. 473. La afirmacion se basa
en las cifras proporcionadas por C. S. FAYT: La naturaleza del peronismo, Ed. Viracocha, Buenos
Aires, 1967, pp. 108-109. La fuente utilizada por este autor son los mismos registros oficiales aquf
mencionados. El abultamiento de los datos correspondientes a 1944 y 1945 proviene del hecho de
que, al numero de convenios firmados con intervenci6n de las entidades obreras, Germani agrega el
de aquellos otros celebrados con la intervencion de entidades patronales, presentados en forma sepa-
rada en el trabajo de Fayt.
270 RICARDO GAUDIO Y JORGE PILONE
21 La precariedad que -desde el punto de vista normativo- habria dominado la arena en que
se enfrentaban empresarios y trabajadores habia obligado a las anteriores autoridades laborales a
intervenir "...no en funci6n de una politica social determinada, ni de una doctrina preestablecida,
sino como forma de evitar conflictos y alteraciones del orden...". La idea de un contraste entre el
grado de antagonismo que habia dominado la escena laboral antes de 1943 y la nueva situacion creada
por la decidida gesti6n de las agencias oficiales ha logrado mantenerse con posterioridad, condicio-
nando la visi6n que de este proceso han extraido diferentes tipos de observadores (Ver C. LANFRAN-
CHI: "Teorla y realidad de las convenciones colectivas", en Revista de Derecho del Trabajo, anio 1956,
pp. 198 y ss.; MURMIS y PORTANTIERO, op. cit., p. 89; C. A. FLORIA: "El peronismo", en Todo
es Historia, N0 100, edici6n especial, pp. 70-98).
22 DES: Evolucion de los salarios, op. cit., p. 21.
23 Tanto el t6rmino como la institucion de la negociaci6n colectiva tuvieron su origen en Gran
Bretana hacia la primera mitad del siglo XIX (Ver SIDNEY y BEATRICE WEBB: Industrial Demo-
cracy, Longmans, Green and Co., Londres, 1902). Sobre el desarrollo de un sistema de relaciones
laborales basado en la iniciativa y voluntad de las partes, ver H. A. CLEGG: The System of Industrial
Relations in Great Britain, Basil Blackwell, Oxford. 1972.
LA NEGOCIACION COLECTIVA EN LA ARGENTINA, 1935-1943 271
4 De acuerdo con la resefia efectuada por Deveali, el pliego de condiciones presentaba dos
aspectos destacables: en primer lugar, dio origen a los contratos de tarifas, figura que tendi6 ripida-
mente a difundirse y generalizarse, en forma paralela a la organizaci6n gremial en los lugares de traba-
jo; en segundo lugar, dicho autor encuentra una clara vinculaci6n entre el caracter de instrumento
de la accion obrera que el mismo revestia y su posterior evolucion como medio de regulaci6n econo-
mica (M. DEVEALI: Curso de derecho sindical y de la previsi6n social, Ed. Victor P. Zavalia, Buenos
Aires, 1952, pp. 137-45).
25 La extension del sistema fabril importo un incremento importante de la concentracion obre
ra, el desarrollo del maquinismo y la estandarizacion de las tareas; con ello se introdujo la posibili-
dad, la conveniencia y hasta la necesidad empresaria de uniformar el tratamiento de los trabajadores
que realizaban identicos o similares trabajos. Como consecuencia de este proceso nivelador -sobre
todo con respecto a las calificaciones obreras- el pago que se hacia en medida diferente a las diversas
"profesiones", segun la habilidad, experiencia y dedicacion de cada maestro artesano, comenzo a ser
sustituido por un sistema uniforme de remuneraci6n para todos los trabajadores con calificaciones
menores, pero semejantes entre si. Cada establecimiento, fabrica o taller tendi6, pues, a adoptar una
tarifa en la que se fijaba el jornal tanto como la retribucion a destajo, esta ultima en los casos en que
el tipo de produccion la hacia una formula mas rentable; al mismo tiempo, el patron establecia de
manera general las normas que debian regir en el lugar de trabajo, en cuanto a disciplina, horarios,
utilizacion de la maquinaria y la materia prima, etcetera. Deveali definia este proceso de la siguiente
manera: "A la uniformidad de las tareas correspondia asi la uniformidad de las retribuciones y de las
otras condiciones de trabajo" (M. DEVEALI, op. cit., 1952, p. 138).
26 M. DEVEALI, op. cit., 1952, pp. 139 y 141-42. Han existido razones tanto gremiales como
econ6micas para que el contrato colectivo, nacido como contrato de fabrica y de naturaleza eminente-
mente tarifaria, tendiera a expandirse en su contenido tanto como en su ambito de aplicacion. No
resultaba demasiado facil, evidentemente, conseguir mantener las mejoras obtenidas dentro de un
establecimiento cuanto las empresas que realizaban una misma actividad, compitiendo en un mismo
mercado local, abonaban salarios notablemente inferiores. Aun cuando se lograra imponerlas mediante
la acci'n sostenida o la huelga exitosa, seria muy dificil conservarlas si el movimiento no lograba
extender las concesiones logradas a un radio de influencia mas amplio que el de la mera empresa indi-
vidual. La difusion del pliego de condiciones estuvo necesariamente asociada con el desarrollo de la
organizai6on obrera en los lugares de trabajo, asumiento las movilizaciones un caracter cada vez mis
organico. Por otro lado, al mayor o menor exito alcanzado por los sindicatos le correspondio un cierto
desarrollo en el campo patronal. Si se tiene en cuenta el peso que poseia la variable salario en el costo
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CUADRO 6
Nuimero de convenios colectivos segfin estimaciones basadas
en fuentes oficiales. Anios 1936-1945
(a) Corrcsponde a los convenios celebrados en esos aiios, segiun se deduce de una tabla de sala-
rios basicos, contenida en la fuente correspondiente.
(b) No hay datos disponibles.
(c) Se hayan incluidos en la columna relativa a provincias y territorios.
Fuentes: Capital Federal: afos 1936-1940: DNT, Investigaciones sociales, 1940, p. 50, cuadro
31 Capital Federal: anios 1941-1943: DNT, Adaptacin de los salaries al costo de vida, 1943, pp. 43-
44, cuadro 5; Capital Federal: aios 1944-1945: DES, Investigaciones sociales, 1946, pp. 32-33,
cuadro 29; Provincia de Buenos Aires: anios 1936-1939: M. A. FRESCO, C6mo encare la politica obrera
durante mi gobierno, La Plata, 1940, pp. 38, cuadro 2, y 317; provincia de Buenos Aires: anos 1941-
1942: DEPARTAMENTO DEL TRABAJO, Condiciones de vida de la familia obrera. La reglamenta-
cioil colectiva del n-abajo, La Plata. 1943, p. 125. cuadro 41.
de producci6n para la industria manufacturera de la epoca, la concesi6n de toda mejora en este terreno
tendia seguramente a debilitar la posici6n en el mercado de aquella empresa que la efectuaba. De
ahi que, llegado cierto limite (y como consecuencia de la presi6n obrera) fueran los mismos empre-
sarios capitalistas quienes buscaran extender la aplicaci6n de las tarifas acordadas en algunas firmas
a todos los establecimientos del mismo ramo, que actuaban en una determinada zona o para un cierto
mercado localizado, o la impusieran como requisite previo para la concertaci6n de un convenio colec-
tivo con la representaci6n obrera.
LA NEGOCIACION COLECTIVA EN LA ARGENTINA, 1935-1943 273
CUADRO7
Convenioscolectivos elaborados,renovadoso modificados.
CapitalFederal,1936-1940 (a)
Establecimientos Trabajadores
Aftos Convenios afectados interesados
(a) Sobre la base de referencias contenidas en el Boletin Informativo del Departamento Nacio-
nal del Trabajo, este habia intervenido en 4 convenios no registrados en esta tabla.
Fuente: DNT: Investigaciones sociales, 1940, p. 49, cuadro 30.
27 Ley 4.578 de la provincia de Buenos Aires, del 30 de abril de 1937, por la que se transfor-
man las atribuciones del Departamento del Trabajo y se prescriben los procedimientos de conciliacion
y arbitraje obligatorios, consultada en M. A. FRESCO: C6mo encard la pol'tica obrera durante mi
gobierno, La Plata, 1940, t. I, pp. 109-146.
RICARDO GAUDIO Y JORGE PILONE
274
CUADRO 8
Vigencia de los convenios colectivos en la provincia de Buenos Aires,
aftos 1941-1942
CUADRO 9
Duracionde los convenioscolectivos en la provinciade Buenos Aires,
afios 1941-1942
Clasficaci6n de convenos: 1941 1942
periodos de vigencia
Menos de 3 meses -- --
De 3 a 6 meses 13 119
De 6 meses a 1 anio 48 77
De 1 afnoa 2 aos 5 11
De 2 afnosa 3 anios -- --
Mis de 3 afios -- 2
Duracion indeterminada 77 2
Total 142 211 (a)
CUADRO 10
Convenios colectivos clasificados segun numero de establecimientos comprendidos.
Provincia de Buenos Aires, afnos 1941-1942
1941 1942
Cifras % Cifras %
absolutas absolutas
1941 1942
Cifras % Cifras %
absolutas absolutas
CUADRO 11
Clasificacionde los convenios colectivos por la naturalezade las partescontratantes.
Provinciade Buenos Aires,aiios 1941-1942
1941 1942
Convenios celebrados entre Cifras Cifras
absolutas absolutas
Un empleador y su personal 8 (5,63) 29 (13,74)
Uno o varios empleadores y uno o
varios sindicatos 110 (77,46) 156 (73,93)
Sindicatos y organizaciones de
empleadores 24 (16,90) 26 (12,32)
Total 142 100,00 211 (a) 100,00
CUADRO 12
Clasificacionde convenioscolectivos por la naturaleza
de las partescontratantes,anio1944
1944
Convenios celebrados entre
Cifras %
absolutas
Fuente: Flaborado sobre la base de una n6mina de convenios publicada en la Revista de Tra-
bajo y Previsi6n, Secretaria de Trabajo y Previsi6n, tomo I, 1944; sus datos pueden considerarse una
muestra representativa de los acuerdos celebrados ese afno, a nivel de la Capital Federal y la provincia
de Buenos Aires.
LA NEGOCIACION COLECTIVA EN LA ARGENTINA, 1935-1943 281
CUADRO13
Nivelesde ocupaciony salarioreal, 1930-1945
(Indice de ocupacl6n, base 1929 = 100)
(Indice de salario real y elementos que
lo componen, base 1925/29 = 100)
Salario Salario Costo de
Aiho Ocupaci6n real nominal vida
Fuente: Elaborado sobre la base de datos de los cuadros 183 (p. 258) y 55 (p 61) de DES,
Investigaciones sociales, 1943-1945 y del cuadro 17 (p. 35) de DNT, Investigaciones sociales, 940.
RICARDO GAUDIO Y JORGE PILONE
282
III. Conclusion
Con lo que antecede, se ha logrado poner de manifiesto una realidad
que habia quedado oculta tras la rotunda imagen provocada por el proceso
de gestacion del peronismo.
De acuerdo con los resultados de este trabajo, el logro obtenido por la
movilizacion de los asalariados desde mediados de los afnos 1930 estuvo
lejos de corresponder a la imagen de un movimiento obrero sumido en una
experiencia de lucha francamente negativa. En ello incidi6, sin duda, el
desarrollo no desdeiiable alcanzado por la negociaci6n colectiva. El relativo
44 No obstante, existen elementos para pensar que la transformacion mas importante en el sis-
tema de negociacion colectiva se habria de producir recien despues de 1946, cuando el peronismo ya
era gobierno. Al respecto, cabe citar algunas de las conclusiones a que arribara L. Doyon: "Este rol
creativo (de los trabajadores) se hace mas evidente en los convenios colectivos que siguieron a los
conflictos. Por un lado, los acuerdos obtenidos entre 1943 y 1945 eran contratos elementales que
asegurabn aumentos salariales limitados. Por otro, los acuerdos de 1947 y 1948 eran en cambio docu-
mentos mas amplios, que introducian una elaborada definici6n del escalaf6n, que imponian un rigido
control sobre las condiciones de trabajo y que difundian la estructura sindical a nivel de empresa,
con la creaci6n de las comisiones internas" (L. I OYON: "Conflictos obreros durante el peronismo",
Desarrollo Economico, vol. 17, N0 67, p. 457). A estos hechos, ademas, deben agregarselos cambios
que se operaron respecto del ambito de aplicacion de los acuerdos. En efecto, es justamente en esos
anos en los que se opera la gran difusi6n de los convenios colectivos por rama de actividad econo-
mica (la gran mayoria de caracter nacional), concertados por las organizaciones representativas de
ambos sectores. Y, paralelamente, se produce la progresiva declinaci6n de los "convenios de em-
presa", tan comunes todavia en 1945.
46 GERMANI, "El surgimiento del peronismo..." op. cit., p. 473.
46 La Resolucion N0 16/44 de la STyP fue el primer instrumento con el cual se precisaron los
terminos a los cuales, de ahi en mis, debian atenerse los sectores obreros y patronal para "promover
LA NEGOCIACION COLECTIVA EN LA ARGENTINA, 1936-1943 285
Mas alla del signo relativamente mas favorable a los trabajadores que
tuvieron tales convenios (basicamente, de orden salarial),no puede afirmarse
-sobre todo a partir de la continuidad reflejada con la secuencia anterior
que ellos hayan significado un "triunfo" totalmente ajeno a la experiencia
y/o participacion de los trabajadoresy sus organizaciones representativas.
Las "soluciones pacificas" -tanto de las propias huelgas como de los
diferendos previos a su virtual desencadenamiento- eran un fenomeno (y
una practica) al cual ya estaban acostumbrados no solo las organizaciones
sindicales sino tambien los diferentes sectores obreros, nucleados a nivel de
establecimientos. Ello era aun mas asi en los casos en que habia tomado
ingerencia el DNT.
Por ultimo, es necesario insistir en que el proceso de intervencion estatal
en este campo previo al advenimiento del peronismo -solo esbozado a lo
largo de este trabajo- habria constituido otro de los elementos de la trans-
formaci6n operada durante la decada de 1930 en la estructura y funciones
del aparato estatal y que acompano la etapa de modernizaci6n industrial
experimentada por el pais en aquellos anios.
Una demostracion mas cabal de esta proposici6n -lo cual a su vez su-
pone establecer una relacion mas clara entre el proceso analizado y el des-
arrollo de mecanismos dirigidos a organizar (y regular) las condiciones del
mercado de trabajo industrial- implica efectuar una descripcion mas dete-
nida de los hechos producidos y de las caracteristicas asumidas por la actua-
cion del DNT, tema este que excede los limites del presente articulo.
RESUMEN
sus reclamaciones colectivas", debiendo ambos ajustarse a la obligacion de "no alterar las cosas me-
diante la declaracion de huelga, cierre o despido en tanto se substancie esta instancla de conciliacion".
Cfr. LUJAMBIO y GUTIERREZ, op. cit., p. 632.
286 RICARDO GAUDIO Y JORGE PILONE
cios sobre la presenciade un Estado que comen- constituyeron verdaderos estatutos de garan-
zaba a asumir y arrogarsecomo legitimamente tias minimas profesionales,impidiendo que las
propias las funciones de mediador en el con- presionesprovenientesde los ciclos econ6micos
flicto y de normalizadorde las relacionesobrero- de corto plazo pesaran drdsticamentesobre la
patronales. situaci6n de la clase trabajadora.Y ello permite
concluir que la imposici6n de un estdndarmi-
Todo este desarrollojug6 un papel relevante nimo en materia de salario y condiciones de
en la regulacionde las condicionesdel mercado trabajo,con el cual los sectoresobreroslograron
de trabajo, modificando el marco dentro del defender un determinadonivel de vida, fue un
cual debi6 pasar a desenvolversela economia hecho -para no pocos gremios- ya a finales
industrial. Los convenios colectivos celebrados de la decadade 1930.
fARY
SUMA
The processof social interventionhas always 1935 and 1943 supports the effective occuran-
been a relevantfactor in all traditionalinterpre- ce of a voluntary widespreadcollective bargai-
tations of the rise of Peronism. The term gene- ning process in the private sector, that is, inde-
rally refers to distributivepolicies pursued by pendently of and in the absence of governmen-
the state and, more specifically,to the establish- tal legislation.
ment of labour legislation and collective insti-
tutions. In most approachesto the question, it At the same time, however, there already
has been a key concept in the explanationof existed signs that the State was begginningto
working class support for the populist move- assume and claim for itself the functions of
ment. In fact, the apparentemergenceof state conflict mediation and the normalization of
interventionas of 1943 has actually hidden the labourrelations.
true nature and significanceof the process of This entire process played an important
collective bargaining,which really has its roots role in the regulationof labour market condi-
in the mid-1930s.
tions, modifyng the frameworkwithin industrial
Usingas a point of referencethe workingclass economy had begun to develop. Collective
mobilizations and the growing intensity of
labour conflicts that accompanied the indus- agreementswere convertedinto "minimuminco-
trial modernizationperiod beginningin Argen- me and working conditions schemes", thereby
tina around1935, this study uncoversthe emer- reducing the correlation between short-run
ging new pattern of labour relations which cyclical movementsof the economy and worker
increasinglyconsisted of resolvingsaid conflicts Therefore,by the end of the
standards-of-living.
by meansof labouragreements. 1930s -before the rise of Peronismin the 1943-
Accordingly, statistical research regarding 45 period- most labour unions had achieved
the collective agreements carried out between minimumsalaryguaranteesfor theirmembers.