El Desarrollo de La Negociación Colectiva Durante La Etapa de Modernización Industrial en La Argentina. 1935-1943
El Desarrollo de La Negociación Colectiva Durante La Etapa de Modernización Industrial en La Argentina. 1935-1943
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EL DESARROLLODE LA NEGOCIACIONCOLECTIVA
INDUSTRIAL
DURANTE LA ETAPA DE MODERNIZACION
EN LA ARGENTINA.1935-1943*
RICARDO GAUDIO Y JORGE PILONE
Introduccion
1. Existe ya una extensa literatura dedicada al tema de la vinculacion
entre clase obrera y peronismo, en la que gran parte de la atencion se ha concentrado alrededor del periodo correspondiente a los origenes del movimiento y su acceso al poder entre 1943 y 1945.
Las principales dimensiones sobre las que se ha planteado el analisis
asi como las fuentes explicativas a que, en general, se ha recurrido en la
caracterizacion de la participacion obrera en el sugimiento del gobierno
populista, han girado en torno de:
a) el tipo de trabajadores hacia los que dicho proyecto politico se
habria dirigido o, en todo caso, en cuyas reivindicaciones mas importantes
e inmediatas habria buscado sustentarse;
b) la cuestion mas crucial de la constitucion e inusitado crecimiento del
sindicalismo de masas y la consiguiente direccion impresa al desarrollo del
movimiento obrero, especialmente en lo relativo a la vinculaci6n de los sindicatos al aparato estatal y, por ultimo,
c) la propia presencia del Estado en las cuestiones sociales originadas a
partir del mundo laboral, mediante el dictado de una legislacion obrera referida a las condiciones de trabajo, tanto como por su intervencion mas directa
a traves de organismos e instituciones dedicadas a regular los salarios, las
relaciones laborales y el conflicto.
De los diversos niveles en que se sitiuanestos problemas, el plano en el
que el tratamiento ha resultado mas superficial ha sido, sin duda, el referido
al tema del intervencionismo social, termino con el que suele hacerse referencia a las politicas distributivas de origen estatal y, mas globalmente, al
* Este articulo es la version definitiva de los dos primeros capitulos de un trabajo realizado
durante el afio 1976 en el CEDES, donde sus autores se desempeiiaron en calidad de investigadores
visitantes, el cual fue publicado bajo el titulo de "Estado y relaciones obrero-patronales en los origenes de la negociacion colectiva en Argentina", Estudios Sociales N? 5. Sus autores desean agradecer
los comentarios que en la elaboracion del trabajo original recibieron de Elizabeth Jelin, Marcelo
Cavarozzi y Juan Carlos Torre asi como, muy especialmente, la colaboracion de Lila Milutin, por su
inteligente lectura de los borradores y sus invalorables sugerencias de estilo.
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RICARDO
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258
vencin
social.
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259
Absolutas
1930
1931
1932
1933
1934
Huelguistas
Huelgas
Aiio
125
43
105
52
42
NACIONAL
Fuente: DEPARTAMENTO
datos elaborados a partir del cuadro 19, p. 20.
Indice
135,28
46,53
113,63
56,28
45,46
DEL TRABAJO:
Absolutas
29.331
4.622
34.562
3.481
25.940
Estadisticas
de las huelgas,
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Indice
101,97
15,47
115,54
11,63
86,72
1940,
260
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261
CUADRO2
Huelgasy huelguistasen el periodo 1935-1945
(Cifras absolutas y numeros indices: 1925/29 = 100)
Afio
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
Huelguistas
Huelgas
Absolutas
Indice
Absolutas
Indice
69
109
82
44
49
53
54
113
85
27
47
74,67
117,96
88,75
47,62
53,03
57,37
58,08
122,31
92,00
29,22
50,87
52.143
85.438
49.993
8.871
19.718
12.721'
6.606
39.865
6.754
9.121
44.186
174,33
285,64
167,14
29,66
65,93
42,52
22,09
133,29
22,58
30,49
147,73
Fuente: Datos elaborados sobre la base DNT: Estadz'sticasde las huelgas, 1940, p. 20, y DIRECCION DE ESTADISTICA SOCIAL: Investigaciones sociales, cuadros 48 y 49, p. 55.
Es asi como las caracteristicas de la industrializaci6n "facil", cuya continuidad posterior fue posible gracias a la Segunda Guerra Mundial, y la necesidad de mantener la articulacion de intereses de los diferentes sectores
sociales produjeron una creciente actividad del Estado en areas hasta entonces reservadas a la sociedad civil.
Por otra parte, los rasgos mismos del proceso de acumulacion en que
se baso dicha etapa de industrializacion habrian de quedar evidenciados en
la propia experiencia desarrollada por el movimiento obrero. Antes de 1930,
las viejas orientaciones enfrentadas al sistema capitalista no habian logrado
superar el aislamiento que las habia caracterizado. La acci6n directa, ahora,
pasaba a gravitar de manera sustancial en el frente que oponia la clase trabajadora al tipo de sociedad que empezaba a definirse. Todo ello tuvo su
manifestacion mas clara en la magnitud que pasaron a revestir las huelgas
entre 1935 y 1937.
Ahora bien, se ha tendido a afirmar que, aun cuando llegaron a hallarse
superadas las condiciones impuestas por la depresion, la clase obrera habria
encontrado despues de esa fecha serias dificultades para mejorar su situacion
de deterioro. El uinico indicador reconocido que expresaba un cambio favorable para los trabajadores residio en el creciente nivel de ocupacion promovido por el desarrollo economico. En este sentido, se ha destacado que "el
cambio en las condiciones economicas facilito la posibilidad de movilizacion
obrera. La desocupacion comienza a descender, robusteciendo la capacidad de negociacion del sindicalismo, mientras que los salarios reales, en
"El origen de la industrializaci6n
subsidiario" (J. VILLANUEVA:
argentina", en Desarrollo Economico, vol. 12, N? 47, p. 473. Consultar tambien MURMIS y PORTANTIERO, op. cit., primera parte,
pp. 3-42.
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262
RICARDO
cambio se estancan o aun bajan, aumentando el monto de las reivindicaciones insatisfechas"9. A pesar de la intensidad y extension demostrada por la
movilizacion (implicitas en las cifras de huelgas y huelguistas registrados
en los afios 1935, 1936 y 1937), esta no parecia haber logrado contrarrestar las consecuencias mas generales del proceso de acumulaci6n sobre las
condiciones de vida de la clase obrera. En efecto, no solo el alto nivel y continuo estado de movilizacion que caracterizaba a este sector social, sino
tambien el fracaso experimentado por el sindicalismo en su lucha por imponer sus reivindicaciones categoriales, constituyeron las dimensiones mas
importantes con las que se ha buscado caracterizar la situacion del movimiento obrero en la etapa inmediatamente anterior al surgimiento del
peronismo.
Aqui nos proponemos revisar algunos de los hechos sobre la base de los
cuales se ha elaborado esta uiltima caracterizacion, en particular, los que se
relacionan con el escaso exito alcanzado por el movimiento sindical. Nuestra atencion se centrara, basicamente, en los mismos elementos de sustentacion empirica utilizados para extraer tales conclusiones.
Si hay algo incuestionable a partir de la evidencia disponible es la rapida
capacidad de reaccion demostrada por el movimiento laboral ante la modificacion de la situaci6n imperante despues de la crisis de 1930. Ello se manifiesta en el cambio de signo experimentado por las cifras que reflejan la
actividad de huelga entre dicho periodo y los cinco aniosque le siguieron.
Especialmente el aumento en el nuimerode huelguistas constituye un claro
indicio del repunte registrado por el sindicalismo. Entre 1935 y 1939 el
indice de huelguistas se elevo en promedio a 145, produciendose el mayor
incremento durante los tres primeros anios del quinquenio. El primero de
ellos, menos significativo en cuanto al numero de huelgas se refiere, result6
ser el mas importante desde el punto de vista de las jornadas perdidas: el
indice ascendi6 a 912,78 sobre la base 1925/29 = 10010.
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LA NEGOCIACION
COLECTIVA EN LA ARGENTINA,
1935-1943
263
CUADRO3
Resultadosobtenidos por los huelguistassobre el total de obreros
en huelgaen el perlodo 1929-1939
Huelguistas en huelgas
A*o
Ganadas
1934
1935
1936
1937
1938
1939
2,41
55,85
14,72
8,23
11,33
18,39
Fuente:
DNT: Estadistica
Transigidas
41,66
36,18
74,07
88,20
74,68
75,31
Perdidas
55,93
7,76
11,15
3,57
13,81
6,30
real del conjunto de los trabajadores: en 1935, por ejemplo, mientras que
este liltimo se encontro apenas un 5 por ciento por debajo del nivel de 1929,
el de los obreros en huelga lo estuvo en un 36 por ciento12.
Por el contrario, los resultados no aparecen tan evidentes cuando se
trata de ilustrar el fracaso de la movilizacion llevada a cabo por las organizaciones sindicales. La interpretaci6n ensayada por Murmis y Portantiero
no parece derivarse de los datos con tanta claridad como ellos pretenden.
Sobre la base del cuadro 3, los autores mencionados encuentran referencias
suficientes como para sustentar la siguiente afirmaci6n: "Esta creciente
movilizacion obrera no encuentra, sin embargo, los resultados buscados:
un alto porcentaje de las huelgas se pierde o se transa y la menor proporcion es la de triunfos. El porcentaje de huelguistas involucrados en los conflictos que obtienen las reivindicaciones reclamadas es bajo, lo que, obviamente, acentua la insatisfaccion y las tensiones"'3. La parte de esta afirmaci6n que alude al resultado de las huelgas es estrictamente cierta s6lo para
el ano 1934: el resto de los datos ofrece la posibilidad de interpretaciones
claramente alternativas, segin donde se desee poner el enfasis.
Debido a la dificultad de determinar con exactitud el sentido del termino "transigidas" aplicado por la fuente al resultado de las huelgas, conviene poner la columna correspondiente momentaneamente entre parentesis.
De la informacion contenida en las dos restantes, es decir, la proporcion de
huelguistas en huelgas "ganadas" y "perdidas", puede derivarse una tendencia inversa a la sugerida por los autores mencionados. En el periodo 19351939, el porcentaje de huelgas que se pierden no resulta un porcentaje alto
y, en todo caso, la t6nica general esta dada (salvo el anio 1938) por la proporci6n sistematicamente superior de trabajadores en huelgas ganadas, por
lo cual no es adecuado concluir que "la menor proporcion es la de triunfos".
Claro esta que las cifras relativas a trabajadores en huelgas "transigidas"
son, en casi todos los afos del periodo considerado, demasiado grandes
12 DNT: Estadisticasde
las huelgas, op. cit., citada por MURMIS y PORTANTIERO,
13 MURMIS y PORTANTIERO, op. cit., p. 88; el subrayado es nuestro.
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op. cit.
RICARDO
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RICARDO
266
CUADRO 4
Ganadas
Transigidas
Perdidas
Otras (a)
Total
de las huelgas
Hasta 50
obreros
De 51 a 200
obreros
Mas de 200
obreros
Total
15,79
13,16
68,42
2,63
100
(38)
28,57
57,14
14,28
100
(7)
24,00
48,00
16,00
12,00
100
(25)
17,14
28,57
48,57
5,71
100
(70)
Datos
elaborados
de huelgas publicadas
en el Boletin
Informativo del Departamento Nacional del Trabajo, NOS 195/7, 1936, cuadro 14.
para solucionar
A fo
1941
Afio
1942
Metodos
Negociacion directa
-Conciliacion con intervencion
del sindicato solamente
-
Huelgas
Huelguistas
22,22
(12)
8,05
(532)
7,97
(9)
2,48
(990)
25,93
(14)
10,82
(715)
37,17
(42)
6,84
(2.725)
51,85
(28)
81,13
(5.359)
50,44
(57)
4,42
(5)
26,97
(10.750)
63,71
(25.400)
100,00
(54)
100,00
(6.606)
100,00
(113)
100,00
(39.865)
-Arbitraje
Total
Huelgas
Huelguistas
Fuentes: DNT: Investigaciones sociales, 1941. en base a cuadro 37, p. 90. Investigaciones so-
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LA NEGOCIACION
COLECTIVA
EN LA ARGENTINA,
1935-1943
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268
dos... traera aparejada para los patrones la aplicacion de las sanciones (de
intimacion y multa, la cancelacion de las respectivas patentes y personerias),
y para la organizacion obrera u obreros en desacato, ademas, la sancion de
ilegalidad de la actitud asumida, la prohibicion de ser atendidos en lo futuro
en forma colectiva, asi como tambien, la imposibilidad de realizartodo acto
que tienda a mantener, propagar o difundir la actitud ilegal considerada".
De este modo, el Estado fundaba un nuevo principio juridico relativo
al caracter "obligacional" de las convenciones colectivas de trabajo, el que
perduraria desde entonces condicionando la naturaleza de las relaciones
laborales hasta la sanci6n de un regimen definitivo en 1954, con la ley
14.250. La importancia de estos acontecimientos ha sido puesta de relieve con matices un tanto diferenciales, aunque tendientes -en todos los
casos- a sefialarsu efectiva trascendencia sobre el ambito laboral.
En principio, las mismas autoridades estatales se encargaron de hacer
resaltar las consecuencias de los principios legales establecidos y, con ello,
el papel que le correspondio al Estado en la transformacion radical del
marco en el que habian venido teniendo lugar las relaciones entre capital y
trabajo. En un informe de la epoca, la STyP afirmabaque "la forma juridica
de los contratos de trabajo hasta la era presente fue siempre la individual
de arrendamiento de servicios y el convenio colectivo propiamente dicho
regulado por el Estado, no existia ni dimanado de la ley, ni de una conciencia colectiva que lo impusiera". Marcando auinmas categoricamente la oportuna intervencion del Estado ante la falta de consenso en las relaciones
obrero-patronales, el informe concluia diciendo que habia bastado la promulgacion de tales disposiciones provisionales "para que el convenio colectivo se entronizara en nuestras costumbres como forma normal de regular
las relaciones de trabajo"18.
Para ilustrar las implicaciones de estos fenomenos se ha recurrido frecuentemente a la elocuencia de los datos estadisticos. En efecto, de acuerdo
con los registros oficiales utilizados mas usualmente, se suele indicar que,
mientras que entre 1936 y 1940 solo se habian celebrado 46 convenios
ante el DNT (7 de los cuales correspondian al uiltimo afio para el que existia informacion disponible), despues de la constitucion de la STyP esa cifra
se habria multiplicado en forma considerable. En 1944, el numero no
Legislacion del Trabajo, Ed. Colmegna, Santa Fe-Buenos Aires, 1948, T. II pp. 632-3 y T.I., pp. 27-8.
La mencionada resoluci6n establecia normas de procedimiento "hasta tanto (se sancionara) el regimen organico definitivo que (habra) de regir en la substanciaci6n de las reclamaciones colectivas, y
con el fin de dar a las que a diario se promueven un tramite adecuado que constituya una garantia
para obreros y patrones".
18 DES: Evolucion de los salarios 1943-45, Buenos Aires, 1946, pp. 21 y 23. En su version
de tales acontecimientos, la Direcci6n de Estadistica Social (dependiente a esa altura de la Secretaria
de Trabajo y Prevision) trat6 de realzar siempre la funci6n que le habia cabido al gobierno surgido
el 4 de junio de 1943. El comentario transcripto en el texto proseguia diciendo que "la politica de
salarios establecida por el Poder Ejecutivo ayudo en gran manera (a la implantaci6n de la negociacion
colectiva) y hoy la comparencia de obreros y patrones ante las autoridades de trabajo, es la forma
normal mediante la cual se lega a convenios bilaterales que fijan nuevos salarios y condiciones de
trabajo".
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LA NEGOCIACION
COLECTIVA
EN LA ARGENTINA,
1935-1943
269
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272
CUADRO 6
Capital
Federal
Provincia
de Bs. As.
Afnos
1936
13
31
1941
1937
11
1938
1939
11
1940
104
1942
165
1943
(b)
Capital
Federal
36(a)
Provincia
de Bs. As.
Provincias
y territorios
142
(b)
218
(b)
(b)
(b)
1944
142
(c)
279
1945
184
(c)
121
(a) Corrcsponde a los convenios celebrados en esos aiios, segiun se deduce de una tabla de salarios basicos, contenida en la fuente correspondiente.
(b) No hay datos disponibles.
(c) Se hayan incluidos en la columna relativa a provincias y territorios.
Fuentes: Capital Federal: afos 1936-1940: DNT, Investigaciones sociales, 1940, p. 50, cuadro
31 Capital Federal: anios 1941-1943: DNT, Adaptacin de los salaries al costo de vida, 1943, pp. 4344, cuadro 5; Capital Federal: aios 1944-1945: DES, Investigaciones sociales, 1946, pp. 32-33,
cuadro 29; Provincia de Buenos Aires: anios 1936-1939: M. A. FRESCO, C6mo encare la politica obrera
durante mi gobierno, La Plata, 1940, pp. 38, cuadro 2, y 317; provincia de Buenos Aires: anos 19411942: DEPARTAMENTO DEL TRABAJO, Condiciones de vida de la familia obrera. La reglamentacioil
como requisite
de un convenio
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colec-
273
del Departamento de Trabajo provincial de 1936 (ley 4.548) habfa establecido un sistema definido de intervencion estatal27.
En este lugar resulta conveniente hacer referencia al cuadro resultante
de una recopilacion mas exhaustiva de las estadisticas oficiales disponibles en
materia de negociaci6n colectiva entre 1936 y 1945 (vease cuadro 6).
Puede comprobarse que a partir de 1936 y hasta 1939, en el ambito de
la provincia, tuvo lugar la suscripcion de unos 300 convenios, de los cuales
243 habian tenido por objeto, entre otros, la fijacion de nuevos salarios
-un promedio de 60 convenios por afio-. De mayor interes aun es la circunstancia revelada por las cifras correspondientes a los afios 1941 y 1942.
Dentro de la misma jurisdiccion, el nuimero de convenios se incremento
respectivamente a 142 y 218, cantidades que se hallaban ya en los niveles
registrados durante los ainos posteriores, tanto en la Capital Federal como
en las provincias.
La realidad manifestada por el cuadro precedente permite visualizar la
misma informacion comunmente manejada desde una optica inversa. En
efecto, el hecho que mas bien cabria destacar es que las autoridades del
DNT habian intervenido directamente en la celebracion de un nuimeroconsiderable de convenciones, sin que existieran disposiciones precisas al respecto,
aspecto este que ha sido sistematicamente descuidado. Igualmente notorio
es el descuido de las indicaciones adicionales de la fuente acerca de la envergadura que estas revestian. En este sentido, no resultan desdefables los
datos sobre el numero de establecimientos afectados y trabajadorescomprendidos que complementan la estadistica oficial de convenios colectivos.
La verdadera naturaleza y extension de estos convenios se ve tambien
reflejada en el hecho de que casi en su totalidad constituyeron acuerdos
suscriptos por entidades corporativas de ambos sectores.
CUADRO7
Convenioscolectivos elaborados,renovadoso modificados.
CapitalFederal,1936-1940 (a)
Aftos
Convenios
Establecimientos
afectados
1936
1937
1938
1939
1940
13
11
4
11
7
1.535
209
29
1.466
439
Trabajadores
interesados
67.811
62.194
25.850
25.535
20.750
(a) Sobre la base de referencias contenidas en el Boletin Informativo del Departamento Nacional del Trabajo, este habia intervenido en 4 convenios no registrados en esta tabla.
Fuente: DNT: Investigaciones sociales, 1940, p. 49, cuadro 30.
27 Ley 4.578 de la provincia de Buenos Aires, del 30 de abril de 1937, por la que se transforman las atribuciones del Departamento del Trabajo y se prescriben los procedimientos de conciliacion
y arbitraje obligatorios, consultada en M. A. FRESCO: C6mo encard la pol'tica obrera durante mi
gobierno, La Plata, 1940, t. I, pp. 109-146.
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274
RICARDO
El gremio de los trabajadores de la construccion se encontr6 a la vanguardia de este proceso, pero otros sectores obreros tambien lograron establecer negociaciones con resultados positivos ante las organizaciones patronales de sus respectivas industrias. Estos fueron, en orden de importancia,
la Union Obrera Textil, la Federacion Obrera del Vestido, los graficos28,los
asalariados de la madera, algunos trabajadores de la alimentacion (el Sindicato Obrero de la Industria del Aceite, que amalgamaba a obreros fabricantes y refinadores), por solo hacer referencia a los convenios mas relevantes.
El Sindicato Obrero Metalurgico, de escasa gravitacion en aquella epoca,
habia obtenido un convenio en el anio 1936, pero las condiciones de trabajo
en esta actividad pasaron a estar mas firmemente reguladas, recien a partir
de 1942, mediante la reglamentacion contenida en un laudo dictado al
respecto por el entonces ministro del Interior, M. Culaciati.
En la provincia de Buenos Aires la tonica seguida fue la misma, con la
unica distincion de que los acuerdos, en general, tenian un caracter "local".
En este contexto, los que dominaban la escena eran tambien los obreros
de la construccion y la industria textil: los primeros habian concertado
39 convenios, dentro de 28 partidos de la provincia, cuya aplicaci6n comprendia mas de 12.000 trabajadores. Los obreros textiles de la provincia, a
los que les habia tocado emprender la iniciativa dentro de su gremio, contabilizaron entre 1937 y 1939 cuatro convenios, los cuales habian pasado a
regir tambien en la Capital Federal, cubriendo en su totalidad 70.000
obreros en 68 establecimientos29.
Estas tendencias se mantuvieron con posterioridad a la decada de 1930,
asumiendo una forma aiunmas definida. Hacia 1943, el alcance de la regulaci6n de los salarios por la via convencional llegaba a tal punto que habla
permitido al DNT insertar, en una de sus publicaciones, un cuadro de los
salarios bdsicos que venian rigiendo en la Capital Federal desde la iniciacion
de la guerra. Estos eran considerados los "salarios minimos profesionales"
correspondientes a sus respectivas ramas de actividad, por lo cual se entendia que eran los que debian ser respetados por los empresarios individuales.
A juzgar por el amplio espectro de actividades que incluye el cuadro, puede
concluirse que este tipo de regulacion de las condiciones salariales llego a
revestir una vigencia mucho mayor que la admitida comuinmente30
28 Estos ultimos, a traves de la Federaci6n Grafica Bonaerense, estaban en posesi6n de una
larga tradicion en materia de negociaci6n colectiva.
29 Ver FRESCO, op. cit., cuadros "Convenios colectivos suscriptos entre patrones y obreros
con intervenci6n del Departamento del Trabajo", "Sintesis estadistica de los convenios celebrados,
1936-1939, por premios", insertados entre las pp. 38 y 39, ademas el texto de las pp.39-42.
30 En el cuadro se consignan los "tipos de salarios-hora establecidos en la ciudad de Buenos
Aires en virtud de acuerdos adoptados colectivamente por las partes o fijados por laudo arbitral del
Ministerio del Interior", cuya aplicaci6n habia tenido lugar preferentemente a partir de los anos 1941
y 1942 (DNT: Adaptacidn de los salarios a las fluctuaciones del costo de vida, Bs. As., 1943. pp.
43-4). De esta manera, a principios de 1943 regian con caracter normativo -para obreros calificados
y no calificados- verdaderas tarifas de salarios en las siguientes actividades economicas: alimentaci6n
(aceiteros, fideeros, faenadores de cerdos y panaderos), comercio (indumentaria), confecci6n (vestidotalleristas, pompiers y a domicilio-, calzado y zuequeros), construcci6n (en general y 12 ramas subsidiarias), especticulos publicos, graficos (en general y cartoneros), madera (fabricacion de muebles,
de damajuanas, de parquets y de escobas) metales (metalurgicos y ascensoristas), quimicos (pinturas
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277
CUADRO 8
Vigencia de los convenios colectivos en la provincia de Buenos Aires,
aftos 1941-1942
Clasificaci6n de convenios seguin
la fecha de entrada en vigor
191
83
147
122
104
104
213
145
164
31
15
38
79
CUADRO 9
1941
-13
48
5
--77
142
1942
-119
77
11
-2
2
211 (a)
en el cuadro 9, en el cual se presentan sus diferentes periodos de vigencia. El 43 por ciento en 1941 y el 93 en 1942 corresponden a acuerdos
estipulados por plazos menores a un afio. La ley organica del Departamento
de Trabajo estatuia muy pocas disposiciones acerca de la forma en que
debian concertarse los convenios; empero, imponia un limite minimo de
duracion de 6 meses, sin establecer un maximo, al convenio celebrado directamente entre las partes y autorizaba al director a reducir el termino del
compromiso cuando este fuera fijado por laudo oficial y "siempre que sobrevinieran motivos concretos y graves" que obligaran a determinarlo. Entre
los atributos del sistema, por lo tanto, se hallaba contemplada la constante
actualizaci6n de las condiciones de trabajo, inclusive las clausulas salariales.
En el cuadro que se inserta a continuaci6n, los datos ofrecen una clara
indicacion de.la estructura de la negociaci6n colectiva a nivel provincial y
sus rasgos son ilustrativos de la evoluci6n ya alcanzada en aquellos afos.
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278
RICARDO
CUADRO 10
Convenios colectivos clasificados segun numero de establecimientos comprendidos.
Provincia de Buenos Aires, afnos 1941-1942
1941
%
Cifras
absolutas
1942
Cifras
absolutas
un solo
64
45,07
98
46,44
60
42,25
79
37,44
13
9,15
28
13,27
5
142
1938
3,52
100,00
6
211 (a)
3765
2,84
100,00
de 2 a
de 21 a
mas de
Cifras
1942
absolutas
Convenios que comprenden menos de
100 trabajadores
Convenios que comprenden de 100 a
1.000 trabajadores
Convenios que comprenden de 1.000
a 10.000 trabajadores
Convenios que comprenden mas de
10.000 trabajadores
Total de convenios
Total de trabajadores
Cifras
absolutas
53
37,32
113
53,55
42
29,58
81
38,39
10
7,04
17
8,06
142
48.749
100,00
-
211 (a)
67.034
100,00
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279
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280
CUADRO 11
1942
Cifras
absolutas
Cifras
absolutas
(5,63)
29
(13,74)
110
(77,46)
156
(73,93)
24
142
(16,90)
100,00
26
211 (a)
(12,32)
100,00
Un empleador y su personal
Uno o varios empleadores y un sindicato
Sindicatos y organizaciones de empleadores
Total
Cifras
absolutas
170
63
22
255
(66,67)
(24,70)
(8,63)
100,00
Fuente: Flaborado sobre la base de una n6mina de convenios publicada en la Revista de Trabajo y Previsi6n, Secretaria de Trabajo y Previsi6n, tomo I, 1944; sus datos pueden considerarse una
muestra representativa de los acuerdos celebrados ese afno, a nivel de la Capital Federal y la provincia
de Buenos Aires.
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281
provincia en los anios anteriores, ello acontecio en la direccion menos esperable. Tal circunstancia tambien Ileva a concluir que, tomando basicamente
en cuenta la experiencia de la Capital Federal, el principal factor responsable
de la imagen que se ha elaborado del desarrollo de la negociacion colectiva
a partir de 1943 residi6 en la "oficializacion" de una gran cantidad de
acuerdos ya existentes, -en particular, de convenios que en su mayoria eran
de "empresa".
Antes de finalizar esta secci6n, es preciso dirigir la atenci6n sobre el
efecto que los fenomenos descriptos tuvieron sobre el nivel de vida de la
clase trabajadora.Al respecto, resulta forzoso cuestionar nuevamente la separacion drastica que suele proponerse entre el periodo que antecede a la
constitucion de la STyP y los anos que le siguieron inmediatamente.
CUADRO13
Nivelesde ocupaciony salarioreal, 1930-1945
(Indice de ocupacl6n, base 1929 = 100)
(Indice de salario real y elementos que
lo componen, base 1925/29 = 100)
Aiho
Ocupaci6n
Salario
real
Salario
nominal
Costo de
vida
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
100,92
97,83
94,18
98,22
104,40
113,21
119,51
126,11
129,51
132,10
129,18
135,01
140,63
147,02
155,24
155,08
95,80
103,16
109,47
101,05
104,21
106,32
100,00
101,05
101,05
102,11
103,16
103,16
106,32
112,63
124,21
124,21
96,04
89,05
84,81
88,83
80,67
87,60
90,31
93,90
92,30
94,75
97,76
100,72
109,47
116,30
125,51
150,42
100,00
86,14
77,22
82,18
90,09
82,18
90,09
92,08
91,09
92,08
94,06
97,03
101,98
102,97
100,99
120,80
Costo de
vida
+ 9,47
+ 15,58
+ 5,94
+ 11,58
+ 34,12
+ 17,83
Anios
Salario
real
1942-43
1944-45
Fuente: Elaborado sobre la base de datos de los cuadros 183 (p. 258) y 55 (p 61) de DES,
Investigaciones sociales, 1943-1945 y del cuadro 17 (p. 35) de DNT, Investigaciones sociales, 940.
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282
La informacion transcripta en este cuadro permite establecer, de manera breve, las siguientes afirmaciones:
a) El movimiento del salario real durante la decada del treinta refleja
un relativo estancamiento alrededor de los niveles existentes en el quinquenio 1925/29. Al ampliar la base de comparacion -tomando cinco afos, en
lugar de uno (1929) como lo hacen las estadisticas oficiales- desaparecen
de la serie los valores "negativos" (menores de 100), cuya observacion ha
llevado muchas veces a ver este estancamiento como un serio deterioro de
la "condicion obrera"39. Los datos permiten comprobar que desde 1936, o
bien 1938, la tendencia experimentada por el salario real se hall6 sustentada
en una paulatina, y casi constante, elevacion de los salariosnominales.
b) Para los primeros afios de la decada del cuarenta, la evidencia refleja
una realidad aun mas diferenciada. En 1944 y 1945 el salario real habia
experimentado un alza del 25 por ciento y el de los salarios nominales habia
sido del orden del 50 por ciento, siempre en relacion al promedio de los
cinco afnos tomados como base. No obstante, el "despegue" habia tenido
lugar antes de la fecha en que suele ser fijado40. Hacia 1942 habian pasado
a regir nuevos salarios basicos para una gama bastante amplia de gremios,
cuyo efecto se pone de manifiesto en los incrementos registrados por los
salarios nominales de ese anio y el siguiente. Y, en ese sentido, interesante
resulta comprobar la continuidad experimentada por el aumento del salario
real entre estos afios y los dos consecutivos: entre 1941 y 1943 el salario
real se elevo en un 9,47 por ciento, mientras que entre 1943 y 1945 apenas
se ubico por encima de ese registro, alcanzando un 11,58 por ciento4'
Los nuevos salarios establecidos durante aquellos anios poseian ya un
cierto caracter "legal", para la clase obrera ello constituy6 -junto a las
demas mejoras alcanzadas en las condiciones de trabajo- un logro cualitativamente relevante: el establecimiento de verdaderosestatutos de garantias
minimas profesionales. La fijaci6n de un umbral por debajo del cual no era
posible hacer descender los salarios, expresado en la vigencia de tarifas minimas, modificaba ampliamente el marco dentro del cual comenzo a desenvolverse la economia industrial.
Entre los datos expuestos existen indicios como para pensar que los
primeros exitos en este sentido se habian alcanzado, incluso, antes de 1940.
Hacia 1937, la economia nacional parecia haber logrado restablecer el equilibrio procurado mediante las medidas y politicas oficiales puestas en marcha
pocos afos despues de 1930. Para ese momento, las exportaciones habian
retomado los niveles de 1929, mientras que el producto bruto interno producia uno de los incrementos mas significativos registrados en la decada.
Sin embargo, a fines de ese mismo afo, los indices de la economia argentina
comenzaron a decaer nuevamente. Debido a las malas cosechas del verano
de 1937-1938 y a la declinacion de los precios de los produotos agropecua39 MURMIS y PORTANTIERO,
40 MURMIS y PORTANTIERO,
41 Tales conquistas tendieron a
dos en el ingreso pues coincidieron con
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283
III. Conclusion
Con lo que antecede, se ha logrado poner de manifiesto una realidad
que habia quedado oculta tras la rotunda imagen provocada por el proceso
de gestacion del peronismo.
De acuerdo con los resultados de este trabajo, el logro obtenido por la
movilizacion de los asalariados desde mediados de los afnos 1930 estuvo
lejos de corresponder a la imagen de un movimiento obrero sumido en una
experiencia de lucha francamente negativa. En ello incidi6, sin duda, el
desarrollo no desdeiiable alcanzado por la negociaci6n colectiva. El relativo
42 Ver VILLANUEVA, op. cit., pp. 454-461, especialmente cuadros 1 4.
y
43 En un trabajo clasico que incluye un anilisis exhaustivo de la
negociaci6n colectiva como
metodo de acci6n sindical, S. y B. Webb advertian que la insistencia gremial sobre la fijaci6n de una
"tasa estandar" (standard rate) no constituia un fin sino un medio, en relaci6n a los intereses de la
clase trabajadora. "No una suma determinada de dinero por semana" -afirmaban- "sino un recurso
para obtener para el conjunto de los competidores (en el mercado de trabajo) condiciones mejores
a las que los mismos lograrian conseguir mediante la negociaci6n individual" (S. y B. WEBB: Industrial Democracy, Longsman, Green & Co., Londres, 1902, p. 279). Entre los principios basicos del
sindicalismo que les toc6 estudiar, existia uno que los autores describieron como comun a los diferentes metodos de lucha gremial. El mismo consistia en asumir que dentro del mercado de trabajo impuesto por un sistema industrial competitivo, "resulta imposible evitar la degradaci6n del nivel de
vida, al menos que las condiciones de trabajo se establezcan mediante algun tipo de norma comun
(Common Rule). Sin la aplicacion continuada de algin estandar uniforme, la regulaci6n colectiva de
tales condiciones, ya sea por medio de la negociacion, el arbitraje o la ley, resulta practicamente imposible" (pp. 319-322).
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284
RICARDO
exito obtenido se advierte no solo en el resultado de las huelgas, sino tambien en el caracter de "estatutos de garantias" (incluido el nivel de salarios)
que revistieron las mejoras -limitadas pero ciertas- logradas a traves de
muchos convenios.
El verdadero proceso de transici6n operado en el seno de las relaciones
colectivas de trabajo -y, en particular, en el de la negociacion colectivaentre fines de 1943 y el acceso del gobierno peronista en 1946 requiere una
investigacion especifica, la cual todavia no ha sido encarada con el grado
de profundidad necesario44. No obstante, a esta altura resulta dificil coincidir totalmente con Germani cuando afirma -al tratar de caracterizarel papel
jugado por la STyP- que "es notable el doble contraste entre las negociaciones laborales ganadas en 1944 y 1945 y el bajo nivel de huelgas (en esos
anos) por un lado y por el otro la situacion de 1935-1940. Esto significa
que... incluso la participacion en las huelgas no era realmente necesario
para las conquistas de los trabajadores.La mayoria de las conquistas se obtuvieron por la presion del Ministerio (sic). Es cierto que los aumentos de
salarios fueron posibilitados por cambios estructurales de la economia,
pero las soluciones pacificas, la ausencia de huelgas, significaron en realidad
un triunfo obrero sin la participacion de sus miembros" 5.
Como ha quedado en claro, el contraste seiialado a nivel de la negociaci6n colectiva antes y despues de 1943 no parece haber sido tan grande:
las diferencias que surgen a partir de la estadistica utilizada --en todo caso-parecen haberse debido mas bien a problemas de registro, directamente
relacionados con la falta de un ordenamiento juridico que institucionalizara
la intervencion del Estado.
Por otro lado, las bajas tasas de huelgas experimentadas en 1944 y
1945, mas que reflejar el bajo nivel de movilizacion y/o participaci6n de los
trabajadores en esos antos, revela los efectos que tuvo la instauracion del
nuevo ordenamiento "legal" sobre el nivel de los conflictos abiertos, ya
que obligaba a las partes a recurrira la instancia oficial antes de realizar cualquier medida de fuerza46.
44 No obstante, existen elementos para pensar que la transformacion mas importante en el sistema de negociacion colectiva se habria de producir recien despues de 1946, cuando el peronismo ya
era gobierno. Al respecto, cabe citar algunas de las conclusiones a que arribara L. Doyon: "Este rol
creativo (de los trabajadores) se hace mas evidente en los convenios colectivos que siguieron a los
conflictos. Por un lado, los acuerdos obtenidos entre 1943 y 1945 eran contratos elementales que
asegurabn aumentos salariales limitados. Por otro, los acuerdos de 1947 y 1948 eran en cambio documentos mas amplios, que introducian una elaborada definici6n del escalaf6n, que imponian un rigido
control sobre las condiciones de trabajo y que difundian la estructura sindical a nivel de empresa,
con la creaci6n de las comisiones internas" (L. I OYON: "Conflictos obreros durante el peronismo",
Desarrollo Economico, vol. 17, N0 67, p. 457). A estos hechos, ademas, deben agregarselos cambios
que se operaron respecto del ambito de aplicacion de los acuerdos. En efecto, es justamente en esos
anos en los que se opera la gran difusi6n de los convenios colectivos por rama de actividad economica (la gran mayoria de caracter nacional), concertados por las organizaciones representativas de
ambos sectores. Y, paralelamente, se produce la progresiva declinaci6n de los "convenios de empresa", tan comunes todavia en 1945.
46 GERMANI, "El surgimiento del peronismo..." op. cit., p. 473.
46 La Resolucion N0 16/44 de la STyP fue el primer instrumento con el cual se precisaron los
terminos a los cuales, de ahi en mis, debian atenerse los sectores obreros y patronal para "promover
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285
Mas alla del signo relativamente mas favorable a los trabajadores que
tuvieron tales convenios (basicamente, de orden salarial),no puede afirmarse
-sobre todo a partir de la continuidad reflejada con la secuencia anterior
que ellos hayan significado un "triunfo" totalmente ajeno a la experiencia
y/o participacion de los trabajadoresy sus organizaciones representativas.
Las "soluciones pacificas" -tanto de las propias huelgas como de los
diferendos previos a su virtual desencadenamiento- eran un fenomeno (y
una practica) al cual ya estaban acostumbrados no solo las organizaciones
sindicales sino tambien los diferentes sectores obreros, nucleados a nivel de
establecimientos. Ello era aun mas asi en los casos en que habia tomado
ingerencia el DNT.
Por ultimo, es necesario insistir en que el proceso de intervencion estatal
en este campo previo al advenimiento del peronismo -solo esbozado a lo
largo de este trabajo- habria constituido otro de los elementos de la transformaci6n operada durante la decada de 1930 en la estructura y funciones
del aparato estatal y que acompano la etapa de modernizaci6n industrial
experimentada por el pais en aquellos anios.
Una demostracion mas cabal de esta proposici6n -lo cual a su vez supone establecer una relacion mas clara entre el proceso analizado y el desarrollo de mecanismos dirigidos a organizar (y regular) las condiciones del
mercado de trabajo industrial- implica efectuar una descripcion mas detenida de los hechos producidos y de las caracteristicas asumidas por la actuacion del DNT, tema este que excede los limites del presente articulo.
RESUMEN
En las interpretaciones tradicionales sobre el
surgimiento del peronismo, el tema del intervencionismo social ha ocupado siempre un lugar de
relevancia. Termino acunado para hacer referhncia de manera generica a las politicas distributivas
de origen estatal y, mds especificamente, al establecimiento de la legislaci6n laboral y de las
instituciones colectivas del trabajo, ha resultado
clave en la mayoria de los enfoques para explicar la adhesi6n de la clase obrera al movimiento
populista. La afirmaci6n de su cardcter inedito, y
el serio contraste que a partir del mismo se configura entre dos etapas diferentes, impidio
advertir la verdadera naturaleza y significacion
alcanzadas por la negociaci6n colectiva entre
los anos 1935 y 1943.
sus reclamaciones colectivas", debiendo ambos ajustarse a la obligacion de "no alterar las cosas mediante la declaracion de huelga, cierre o despido en tanto se substancie esta instancla de conciliacion".
Cfr. LUJAMBIO y GUTIERREZ, op. cit., p. 632.
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286
cios sobre la presenciade un Estado que comenzaba a asumir y arrogarsecomo legitimamente
propias las funciones de mediador en el conflicto y de normalizadorde las relacionesobreropatronales.
Todo este desarrollojug6 un papel relevante
en la regulacionde las condicionesdel mercado
de trabajo, modificando el marco dentro del
cual debi6 pasar a desenvolversela economia
industrial. Los convenios colectivos celebrados
SUMA
fARY
The processof social interventionhas always
been a relevantfactor in all traditionalinterpretations of the rise of Peronism. The term generally refers to distributivepolicies pursued by
the state and, more specifically,to the establishment of labour legislation and collective institutions. In most approachesto the question, it
has been a key concept in the explanationof
working class support for the populist movement. In fact, the apparentemergenceof state
interventionas of 1943 has actually hidden the
true nature and significanceof the process of
collective bargaining,which really has its roots
in the mid-1930s.
Usingas a point of referencethe workingclass
mobilizations and the growing intensity of
labour conflicts that accompanied the industrial modernizationperiod beginningin Argentina around1935, this study uncoversthe emerging new pattern of labour relations which
increasinglyconsisted of resolvingsaid conflicts
by meansof labouragreements.
Accordingly, statistical research regarding
the collective agreements carried out between
1935 and 1943 supports the effective occurance of a voluntary widespreadcollective bargaining process in the private sector, that is, independently of and in the absence of governmental legislation.
At the same time, however, there already
existed signs that the State was begginningto
assume and claim for itself the functions of
conflict mediation and the normalization of
labourrelations.
This entire process played an important
role in the regulationof labour market conditions, modifyng the frameworkwithin industrial
economy
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