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Notas de Cátedra - Unidad 2

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Equipo Docente:

Lic. Ana Paula Marques

Lic. Juan Manuel Arnaiz

Lic. Marina Espíndola Moschner

UNIDAD 2
Las organizaciones de pre-mercado (1300-1760)

1
Índice
Introducción ........................................................................................................................ 2
Objetivos ............................................................................................................................. 2
Actores, mentalidad y organizaciones en la Edad Media ................................................... 3
Cambios en la relación Estado- Mercado ........................................................................... 9
El Estado Racional y la Burocracia................................................................................... 11
Las organizaciones antes de la Revolución Industrial ...................................................... 15
Conclusión ........................................................................................................................ 20
Bibliografía obligatoria ..................................................................................................... 21

1
Introducción

Buenas!
En la unidad 2 vamos a tratar principalmente los siguientes temas:
• inicios de la actividad empresarial.
• el surgimiento del Estado nación y la burocracia.
• las relaciones Estado-empresa.
• y las actividades productivas antes de la Revolución Industrial.
El intervalo de tiempo en esta unidad incluye aproximad amente cinco siglos, tiempo en el
que la actividad empresarial, estatal y las lógicas organizativas tanto privadas como
públicas fueron evolucionando.
Si bien el desarrollo del capitalismo mercantil o comercial está asociado a la Edad
Moderna, sus inicios se dieron de forma incipiente en la Edad Media. Como vimos en la
unidad 1 el entorno o ambiente juega un papel fundamental para la organización. En ese
sentido destacamos que el desarrollo de la actividad empresarial no sucedió de forma
aislada, sino que hubo un conjunto de factores políticos, culturales y sociales que jugaron
roles sumamente importantes.
La época que analizaremos también tiene su impacto en lo que hoy llamaríamos
Administración Pública a partir de los Estados nación.
Así que estos son los temas propuestos para analizar en esta unidad.

Objetivos
• Que los estudiantes establezcan los inicios y evolución de la actividad empresarial
identificando actores y factores participantes.
• Que los estudiantes reconozcan el origen del Estado nación, sus características y
lógica organizativa.

1
Actores, mentalidad y organizaciones en la Edad Media
Contextualización político-económica
Esta etapa estuvo marcada por el sistema feudal, una unidad política, económica y social.
La sociedad está dividida en 3 estamentos bien diferenciados (clero, nobleza y campesinos).
Esta sociedad de estamentos tuvo como elemento principal los privilegios de dos sectores:
clero y nobleza. Es por eso que se conoció a ésta como la sociedad de los tres órdenes: “los
que rezan”, “los que luchan” y los que trabajan la tierra”.
La riqueza y el modo de producción se encontraban en la explotación de la tierra
(agricultura) a partir del trabajo en parcelas otorgadas a un vasallo por parte de un señor
feudal.
El poder político y económico se encontraban justamente en los señores feudales, quienes
tenían la concesión y el cuidado de las tierras, y la iglesia que funcionaba como una unidad
económica, acumulando granos y riquezas.
En este contexto la monarquía estaba casi desaparecida. El rey era el máximo señor feudal,
aunque su imposibilidad de proteger su reino lo lleva a repartirlo y dar concesiones a
vasallos para que llevaran adelante su explotación y su defensa.
Por lo tanto, en este momento no existe una idea de Estado: eran más bien grandes
extensiones de tierras que el rey pone bajo el cuidado de sus vasallos.

El cristianismo y la administración

La aparición del cristianismo en la Edad Media tuvo su influencia en las organizaciones y


la administración. En este sentido se destacaron sacerdotes y obispos cristianos con papeles
administrativos, también burócratas de alto nivel se convirtieron en sacerdotes y obispos.
De esta forma, establecimientos relacionados al cristianismo como los monasterios tuvieron
importancia en la administración ya que poseían tierras y recursos que debían ser
administradas. Los monjes se transformaron en administradores eficientes y bien
calificados; además de desarrollar registros de conocimiento que se transmitieron de
generación en generación dentro del monasterio. Así también utilizaron documentos como
los formularios para asegurar formas estándar de información y control dentro de la
organización (Witzel, 2015).
No solamente los monasterios fueron establecimientos religiosos con desarrollos
administrativos. “Las universidades formaron su propio modelo de organización con base
en las órdenes religiosas; hoy día, aún usamos términos comunes a estas órdenes, como
“colegio”, palabra que originalmente hacía referencia a cuerpos religiosos, como el
colegio de cardenales” (Witzel: 2015, p. 80). Así también las primeras universidades como
Boloña (1080), Paris (1150), Oxford (1167), Cambridge (1208), estuvieron conformadas en

1
su mayoría por miembros de órdenes religiosas.
En base a estos datos se puede deducir la importancia de la iglesia y sus representantes en
la administración. Como afirma Witzel: “Para reyes y príncipes se volvió tradición
emplear a obispos, sacerdotes y monjes para desempeñarse en cada nivel de gobierno; de
hecho, hasta por lo menos el siglo XIV, es raro encontrar un administrador de alto rango
que no hubiese tomado los votos religiosos” (2015, p. 81). En casi todos los países
cristianos de Europa las prácticas administrativas de las iglesias y monasterios fueron
utilizadas en el servicio público. Entre los ejemplos de ello se encontraban: los formularios
estándar de informe y control, la especialización del servicio público en diferentes
departamentos y la verificación regular de cuentas.

Transformaciones, nuevos actores y nuevas organizaciones


La Baja Edad Media es entendida como un periodo de transición a una nueva etapa o
periodo de la historia, signada por cambios y transformaciones que se convirtieron en las
bases para el mundo moderno occidental. Se extiende desde el siglo XII hasta el siglo XV
inclusive cuando se dieron una serie de eventos que marcan el quiebre definitivo de este
periodo: la caída del imperio romano de orientes (1453) o Descubrimiento de América
(1492).
En el primer tercio del siglo XI, conforme avanzaba el desarrollo mercantil, apareció y se
difundió un nuevo actor social: el mercader profesional. Muchas veces, los mercaderes
habían surgido de los más humildes inicios. Aventureros y siempre ambulantes, estos
mercaderes realizaban viajes a lugares muy lejanos ya que la escasez de los productos
aumentaba su valor y les permitía poner a sus mercancías precios altos. Pero luego también
iban en busca de sus clientes: desembalaban sus existencias en los castillos, en donde se
habían reunido los vasallos para prestar consejo; en las entradas de las iglesias de centros
de peregrinación durante los grandes festejos que atraían a los nobles. Esto generó la
circulación de monedas de oro y plata como forma de pago.
Otro elemento que favoreció a este sector fue el movimiento de las Cruzadas, quedando
estrechamente vinculado a una intensa corriente mercantil. En efecto, la "defensa de la fe" y
las actividades comerciales muy pronto quedaron confundidas.

El origen de la burguesía

En las proximidades de las antiguas ciudades o de algunos castillos importantes, se fo rmaron


barrios nuevos, los burgos, muchas veces situados en antiguas fortalezas destinadas a la protección
de la población circundante. Algunas veces eran sólo una línea de cabañas, de aspecto muy rústico,

1
alrededor de la plaza donde se disponía el mercado. El burgo pronto se constituyó en el centro de
las nuevas actividades y otorgó su nombre, burgueses, a aquellos que lo habitaban. Al principio, el
burgo no estaba demasiado separado del medio rural, ni los burgueses parecían en sus hábitos y en
su mentalidad demasiado diferentes de los campesinos pero pronto se estableció la diferencia.
Los jefes de las familias burguesas desempeñaban un "oficio", es decir, un trabajo especializado,
diferente del trabajo común que era la tierra. Además sus actividades dejaban una ganancia directa
en dinero, lo cual señalaba la principal característica de la burguesía: la naturaleza de su fortuna. De
esta manera la sociedad urbana se había conformado a partir de diferentes actores sociales:
mercaderes y artesanos; siervos que huían de los campos buscando mejores condiciones de vida;
pequeña nobleza, muchas veces sin tierras que había logrado juntar un capital y asociarse a algún
comerciante.
Asimismo, los burgueses constituían un grupo social extraño al orden tradicional, estaban fuera del
modelo de los tres órdenes (los oradores, los guerreros y los labradores) al que la Iglesia había
atribuido un carácter sagrado y ecuménico. En síntesis, no tenían una existencia reconocida. De allí
que las fuentes, cuando se refieren a ellos como "extranjeros" (en latín, advenae) no sólo indicab an
las comarcas de procedencia de muchos, sino fundamentalmente su carácter de "advenedizos", de
gente que es diferente a la del contexto.

En la Edad Media, como ya señalaremos, embarcarse en la actividad comercial era una


aventura dadas las dificultades en las rutas (terrestres y marítimas) y los precarios sistemas
de transporte, de ahí que a los comerciantes de la época se los llamara adventurer. El
comercio a mediana y larga distancia tenía la particularidad de ser estacional, con la
participación en ferias y mercados en determinadas fechas y contaban con la protección
política de príncipes a cambio de un impuesto sobre los ingresos de los comerciantes.
Durante esta época fueron surgiendo comunidades mercantiles como por ejemplo la Liga
Hanseática. “Estas colonias generalmente ocupaban un barrio diferenciado dentro de la
ciudad, eran autónomas respecto al poder político, y tenían su propia jurisdicción y
tribunales de comercio” (Valdaliso y López, 2009, p. 117).
En el sur de Europa también se reconocieron prácticas de negocios en la baja Edad Media y
el Renacimiento, en especial en Venecia, Florencia y Génova (Witzel, 2015). Allí los
comerciantes no eran vistos como ciudadanos de segunda clase, dominaban el gobierno
donde en algunos casos la nobleza y los principales comerciantes eran la misma persona.
García Ruiz (1994) menciona que el renacer bajomedieval de las ciudades aparejó que los
mercaderes italianos y hanseáticos, y los industriales del noroeste de Europa desarrollaran
su trabajo con base empresarial.
En cuanto a las formas de administrar, en ese momento los comerciantes tenían como
principal objetivo gestionar el riesgo. En ese sentido, la diversificación en líneas de
negocios y mercados aseguraba que si algo iba mal en un mercado, las ganancias en otro

1
mantendrían el negocio en pie. “Una métrica famosa que utilizaron los comerciantes
venecianos era calcular ganancias, de modo que si se enviaban cinco navíos y se perdían
cuatro en tormentas o capturados por piratas, la ganancia del quinto permitiría al negocio
no tener pérdidas, lo cual ilustra bien esta actitud” (Witzel, 2015, p. 93).
La gestión del riesgo, el impulso del capital y el registro de actividades de negocio fueron
las características más destacadas de la forma predominante de organización de los
comerciantes italianos, la sociedad de vida limitada, o commenda. Esta última era una
forma de asociación empresarial utilizada para atraer socios de capital y, otras veces, para
atraer gente con conocimiento o habilidades específicas consideradas vitales para el
negocio. Ejemplo de ello fue la banca Medici, la más grande empresa de Europa, que tenía
sucursales en Europa occidental y relaciones comerciales en Timbuktu, Reykjavik, Tabriz y
Pekín. La banca Medici tenía una amplia serie de sociedades enlazadas controladas por la
asociación de alto nivel de la maggiore, ésta era equivalente a la junta directiva.
Además de la commenda, otro tipo de sociedad mercantil que se utilizó en esta época fue la
compagnia. “A lo largo del siglo XIII comienza a detectarse una tendencia a la creación
de sociedades permanentes, las llamadas «compañías» sociedades colectivas de
responsabilidad ilimitada” (Valdaliso y López, 2009, p. 118). En la región donde mayor
éxito tuvo este tipo de sociedades fue en Italia dada la existencia de un sistema de contratos
escritos individuales que estaban garantizados por la legislación y el Estado. Los
integrantes de la familia tuvieron un rol preponderante como socios en la expansión de este
tipo de sociedades, o sea hablamos de sociedades eminentemente familiares que llegaron a
integrarse verticalmente con participación en distintos sectores de la economía.
Se habla que en el siglo XIII se produce una “revolución comercial” producto de la
sedentarización de la actividad comercial o, en otras palabras, la separación entre comercio
y transporte. Algunos de los factores que posibilitaron la sedentarización fueron: la mejora
en los sistemas de transporte, los seguros marítimos sobre mercancías y buques, la difusión
de la letra de cambio1 , la creación de una red de información 2 , nuevos sistemas de registros
contables, que permitió controlar mejor a los agentes de las empresas que operaban en
distintas plazas y nuevos sistemas de información para el registro de las operaciones
comerciales. De hecho, uno de los avances más influyentes hasta nuestros días que tuvo
origen en la Edad Media fue el sistema de doble entrada o sistema partida doble de la
contabilidad. Las publicaciones escritas relacionadas a estos temas también fueron
frecuentes, el más importante de ellos fue Summa de Arithmetica, Geometría, Proportioni

1 La letra de cambio era básicamente un pagaré en el que un comerciante se comprometía a pagar u n a ciert a
cantidad de monedas en un plazo determinado.
2 Las comunidades mercantiles crearon servicios de correo.

1
et Proportionalità, escrito por el fraile franciscano y matemático Luca Pacioli, conocido hoy
como el “padre de la contabilidad moderna”.
En relación a las finanzas desde el siglo XIV las casas de banca florentinas se
especializaban en el préstamo, aunque luego serán grandes comerciantes o incluso
aventureros enriquecidos los que manejaran los hilos de crédito. En Florencia, Italia, la
familia de los Medicis y los Strozzi, acumularon sus fortunas prestando dinero a los papas,
a los príncipes, italianos, a los reyes de Francia y a los emperadores de Alemania; y con su
prepotencia financiera afianzaron su hegemonía política en la ciudad.

Cambio de Mentalidades
El crecimiento económico, el surgimiento de nuevas actividades y de nuevos grupos
sociales, y la expansión hacia la periferia fueron factores que incidieron profundamente en
las mentalidades. Mercaderes nómades, pero también escolares y monjes de las grandes
órdenes internacionales, peregrinos y juglares, dentro de la misma área romano-germánica,
contribuyeron establecer un nuevo sistema de comunicación entre diversas regiones y a
difundir formas de vida antes desconocidas, que permitían confrontar las propias actitudes
con otras semejantes o diferentes.
Más decisivos fueron los contactos establecidos con el mundo musulmán y el bizantino. Se
descubrían nuevas culturas, cuyos fundamentos podían parecer condenables, pero que
indudablemente poseían fuertes atractivos: el refinamiento y el lujo, la abundancia de
ciertos bienes, la fisonomía de las ciudades constituía insospechadas revelaciones. No sólo
se conmovían los fundamentos de la visión ecuménica e inmutable que difundía la Iglesia,
sino que los contactos favorecieron el intercambio de ideas. De este modo, la vida
intelectual se abría a nuevos problemas vivificando la enseñanza en las escuelas
conventuales y en las universidades.
Dos cambios de mentalidades afectaron a toda la sociedad feudal. En el seno de la nobleza,
se promovió un cambio de actitud económica. Algunos eligieron un estilo de vida distinto
al tradicional, abandonaron sus castillos y se instalaron en esas renovadas ciudades que
comenzaban a dominar el entorno rural. Otros, como vimos, prefirieron quedarse en sus
castillos pero modificando sus costumbres según el modo de vida cortés. Incluso, el cambio
también pareció reflejarse en las clases rurales que comenzaron a retirar paulatinamente el
consenso que antes habían otorgado al orden feudal.
Sin embargo, los cambios más notables de mentalidad se registraron en los nuevos grupos
sociales, las burguesías, que surgían al calor de las nuevas actividades económicas. Estos
grupos se habían caracterizado por un rápido ascenso social y por estar fuera del orden
tradicional. Como mencionamos, habían afrontado situaciones nuevas, situaciones de riesgo
y, como respuesta, habían generado nuevas actitudes y nuevos valores, de un modo

1
espontáneo y casi tumultuoso, sin ningún tipo de sistematización. En este sentido, importa
marcar el carácter inestable y heterogéneo de estas nuevas mentalidades que estaban lejos
de ser algo acabado y más bien se encontraban en un proceso de gestación: estaban
naciendo de la misma experiencia. El principal rasgo de la experiencia de los nuevos
grupos sociales fue el haber escapado de los vínculos de dependencia, el haberse colocado
fuera del orden tradicional en una situación insegura pero que se abría a múltiples
posibilidades. Librado a sus propias fuerzas, el hombre, como dice José Luis Romero,
tomaba conciencia de ser "ni criatura de Dios ni hombre de su señor, sino, simplemente
individuo lanzado a una aventura desconocida". La idea de ser un individuo modificó
profundamente la concepción que el hombre tenía de sí mismo.

La crisis del siglo XVI y la ruptura del sistema feudal

Para el siglo XIII encontramos algunas de las transformaciones más importantes que marca ron la
ruptura del sistema feudal a partir de una crisis estructural tanto en lo económico como lo social.
Tras una expansión agrícola en los siglos XI y XII, en las últimas décadas del siglo XIII
comenzaron a registrarse los primeros signos de estancamiento. Se frenaba el movimiento de
roturaciones y se observaban retrocesos: suelos periféricos, agotados por los cultivos,
paulatinamente fueron abandonados. El retroceso de la agricultura se puede explicar, en parte, por
razones climáticas - la "pequeña edad del hielo", es decir, el enfriamiento del hemisferio norte- pero
sobre todo por el estado de las técnicas que no lograban salvar ciertos obstáculos.
Entre 1313 y 1317 se produjo la primera de las muchas crisis que se dieron a lo largo del siglo. Una
mala cosecha pronto se traducía en falta de alimentos y hambrunas, y una población mal alimentada
resultaba presa fácil de pestes y epidemias. Pero el problema radicaba en que el ciclo carestía -
hambruna-epidemia se reproducía a sí mismo. En efecto, la hambruna y la peste despoblaban los
campos, no sólo por el aumento de la mortandad sino por la huida de los campesinos hacia las
ciudades, generalmente mejor abastecidas por las políticas comunales.
En 1348, llegaba a Europa la Peste Negra. Era la peste bubónica, de origen asiático, trasmitida por
las pulgas de las ratas que comenzó a propagarse desde los puertos del Mediterráneo, y q ue al caer
sobre una población profundamente debilitada por hambrunas y epidemias causó verdaderos
estragos. En 1348, la Peste Negra llegaba a Italia y a Francia; en 1349, alcanzaba a Inglaterra y a
Alemania; en 1350, a los países escandinavos. De este modo, la población europea quedaba
reducida a sus dos terceras partes.
La crisis del siglo XIV fue fundamentalmente una crisis social, haciendo vacilar la estructura del
sistema feudal. En primer lugar, el arrebato de poder a los señores f eudales y la monarquía fue
recobrando su autoridad en sus territorios. En segundo lugar la iglesia sufrirá unos años después una
crisis institucional sin precedentes (cisma del occidente) que hará que se replanten ciertas
cuestiones en cuanto a su autoridad. Estos puntos estuvieron atravesados por los movimientos
renacentistas y humanistas que vinieron a sentar las bases de la Era Moderna, replanteándose la
recuperación de las culturas grecorromanas así como una visión más puesta en el hombre y no tanto

1
a Dios (de una mirada teocéntrica a una antropocéntrica).
Las sucesivas crisis, la aparición de nuevos grupos sociales, generaron un cambio de mentalidad
que se expandió por todos los ámbitos rápidamente. Con el sistema f eudal debilitado, los reyes
fueron recuperando espacio su terreno político y posteriormente también en lo económico, con
ayuda de la burguesía, que se convierte en un aliado fundamental en la construcción de su poder.

Cambios en la relación Estado- Mercado


Frente a la fragmentación del poder público (crisis del sistema feudal), derivado del
tradicionalismo político y económico de la Edad Media, los príncipes de este periodo
inauguran una nueva etapa en la organización estatal del occidente de Europa, en el que, a
la concentración del poder en sus manos, se une, al mismo tiempo su extensión a territorios
afines por su geografía, su cultura y su evolución histórica, dando como resultado lógico de
este cambio la aparición del Estado Moderno (Vives, 1998). La inestabilidad social en el
campo y la ruina del poder político de los feudos hacían necesarias una amplia intervención
de la monarquía en el cuerpo nacional, capaz de canalizar las luchas sociales y enderezar
las energías perdidas en ellas hacia un fin colectivo y beneficioso para el Estado.
Mientras en la política el Estado asume un carácter autoritario y nacional, en la economía se
inaugura un tipo de actividad caracterizada por el deseo del lucro, el espíritu de empresa y
la racionalización de la producción, el comercio y el negocio. Como ya señaló Weber, esta
nueva modalidad económica europea exigía una autoridad firme para regular, fiscalizar y
acrecentar la vida comercial e industrial de una nación, a menudo en competencia con la de
otro país.
En este punto es necesario recordar que el espíritu del capitalismo inicial no solo influye en
los grandes descubrimientos geográficos que se consiguen desde fines del siglo XV, sino
que también es decisivo en la aceleración de la evolución de las modalidades de trabajo.
El crecimiento de los denominados Imperios Coloniales, el control del Imperio Otomano
del Mediterráneo y el Mar Rojo, y el Reino de Portugal en el Océano Indico rompieron el
dichoso “pacto de caballeros” que con anterioridad existía. “Guerra, política y comercio
serán actividades estrechamente unidas” (Valdaliso y López, 2009, p. 121). La profunda
rivalidad entre los imperios explica el rol de los estados en la expansión comercial y
colonial y su carácter de monopolio nacional. En la Edad Moderna Portugal y el Reino de
Castilla gestionaron ellos mismos la actividad comercial. Otros países del noroeste de
Europa concedieron monopolios para el comercio con una región o continente a empresas
privadas.
Para el caso del Imperio portugués la armada portuguesa hacía las veces de flota mercante y
todas las especias tenían que ser vendidas a través de la Casa de la India en Lisboa.
Portugal entregaba a cambio de las especias metales preciosos, armas de fuego y

1
municiones, puesto que no poseía ningún producto manufacturado que fuera demandado en
las Indias orientales.
El descubrimiento de América fue también promovido desde el Estado, el objetivo de la
expedición era encontrar una nueva ruta hacia las Indias Orientales para importar las
demandadas especias y obtener de allí metales preciosos (escasos en esos momentos en
Castilla). La corona española buscó monopolizar los productos provenientes de América,
básicamente metales preciosos y lo hizo a través de un monopolio de Estado dirigido por la
Casa de Contratación de Sevilla.
Los beneficios del comercio internacional animaron a otras potencias europeas como
Holanda y, posteriormente a Inglaterra a participar del mismo mediante las compañías
privilegiadas. Estas últimas eran compañías reguladas que contaban con una cart a de
privilegio otorgada por el Estado para operar como monopolio en algún territorio por un
periodo determinado de tiempo. A cambio, el Estado recibía de la compañía ingresos
procedentes del monopolio. La separación de la propiedad de la gestión, la jerarquía
administrativa, comités encargados de funciones específicas fueron algunas características
de estas compañías privilegiadas.
Otro tipo de compañía privilegiada fueron los bancos públicos, que eran sociedades con un
capital repartido en acciones en poder de particulares y disfrutaban de ciertos privilegios
concedidos por los Estados para ejercer determinadas funciones. Estas últimas iban: desde
ofrecer medios de pagos a los mercaderes, hasta administrar una licencia de loterías. Sin
embargo, la función más frecuente encargada a estas compañías era que se convirtieran en
banqueros del Estado, es decir, que gestionaran la deuda pública. Además, los bancos
públicos podían emitir billetes con el aval del Estado que le otorgaba un prestigio que
facilitaba la puesta en circulación de esos papeles.
En el comercio entre Europa y Asia intervinieron no solamente las compañías privilegiadas
sino también una red de empresarios individuales y sociedades colectivas dispersados por el
litoral del Océano Indico. Nuevamente en el crecimiento de la actividad empresarial aquí
fueron importantes las redes que se construyeron sobre lazos familiares o culturales en
algunas regiones de Asia.
El nuevo colonialismo a partir del siglo XVII diversificó los productos que se
intercambiaban: azúcar, café, tabaco y cacao consumidos en Europa eran cultivados en
plantaciones americanas con mano de obra esclava africana. El crecimiento espectacular del
comercio triangular entre Europa, América y África hizo que las compañías privilegiadas
no fueran capaces de mantener su monopolio siendo sustituidas por compañías y
comerciantes privados, piratas y corsarios.
Tanto en las colonias como en las metrópolis, los comerciantes no operaban aislados, sin o
que estaban insertos en redes cimentadas por lazos familiares, de vecindad y colaboració n
en sociedades conjuntas. Los lazos sociales, o la pertenencia a una red, era n vitales para el

1
éxito económico, tanto en el comercio triangular, como en el asiático o el e uropeo
(Valdaliso y López, 2009, p. 125).

En el comercio antes que en ningún otro sector el mercado, el capital y la búsqueda de


beneficios individuales dirigieron el comportamiento de los empresarios. Esta misma lógica
será trasladada a otros sectores como el agrícola y el industrial.

El Estado Racional y la Burocracia


Como detalláramos anteriormente, en el siglo XV comenzó un proceso de cambio
institucional con el surgimiento de los Estados Nación. Este proceso permitió, en cierta
medida, el desarrollo de lo que hoy conocemos como Administración Pública. El sociólogo
alemán Max Weber dedicó parte de su obra a estudiar el origen de los Estados Nación -a
quienes denominó Estados Racionales - y sus lógicas administrativas. En su obra Economía
y Sociedad (1999) Weber no dejó de resaltar que el capitalismo occidental tuvo lugar
gracias al surgimiento de los Estados Nación.
Para Weber (1999) el Estado Racional tenía que basarse en la burocracia profesional y en el
derecho racional, con su consecuente impacto en la forma de administrarlo. Este hecho fue
fundamental para el sociólogo alemán ya que la alianza entre el Estado y la jurisprudencia
favoreció el desarrollo del capitalismo.
La creación de semejante derecho se consiguió al aliarse el Estado moderno a los juristas,
para imponer sus ambiciones de poder. […], el Occidente disponía de un derecho
formalmente estructurado, producto del genio romano, y los funcionarios f ormados a base
de dicho derecho se revelaron, en cuanto técnicos de la administración, como superiores a
todos los demás” (Weber, 1999, p. 1050).

De a poco a la ciudad de los tiempos modernos se le fue quitando la administración


autónoma en materia militar, judicial y artesanal. Las ciudades habían sido despojadas en la
época moderna de su libertad.
Entonces, ¿qué es la burocracia? ¿Qué implica la administración burocrática del
Estado? A priori observamos dos concepciones, una de ellas es que la burocracia es una
forma de organización basada en la racionalidad, mediante la cual se busca adecuar los
medios a los fines pretendidos en pos de lograr eficiencia; la segunda, es que la burocracia
es una clase social.
Antes de hablar de las características d e la burocracia como forma de organización, y
siguiendo a Weber (1999, p. 1047) el estado racional es un concepto que únicamente se
aplica en occidente.
En las sociedades orientales (China, India, Corea, por citar algunos ejemplos) la autoridad,
el poder y por ende las formas de gestión de las organizaciones, estaban ligadas a las
familias, a los gremios y a ciertas corporaciones. En China existían ciertos funcionarios,

1
denominados mandarines, que poseían formación humanística y literaria y eran
conocedores de la literatura multisecular china y eran capaces de interpretarla, pero
carecían de habilidades para la administración o la jurisprudencia, sin embargo, no ejercían
al gobierno o generaban políticas para el Estado, sino que se limitaban a actuar en
situaciones de caos o algún incidente. En estos Estados, la escasa política existente era
promovida por la iglesia, y se creía casi mágicamente que la virtud del emperador y de los
funcionarios era suficiente para mantenerlo todo en orden. Weber señalaba en estos casos la
existencia de sociedades y tipos de autoridad tradicionales y carismáticas caracterizadas por
la predominancia del poder del patriarca, de la familia o del clan, como asimismo de
características místicas, arbitrarias y de personalidad.
En los Estados Racionales lo que se pretendía era en cierta medida eliminar estas
arbitrariedades, y que la gestión se lleve a cabo en base a la racionalidad, al conocimiento,
al saber, a la ciencia.

Las organizaciones burocráticas

Algunas características que se destacan:


• La autoridad es concedida a un jefe por medio de un contrato, acuerdo, estatuto que es
válido dentro de los límites de la organización para la cual fue hecho.
• Las normas o leyes están orientadas a lograr un funcionamiento racional y eficiente de la
organización para la cual fueron creadas.
• Las normas y la autoridad traen como consecuencia una relación de obediencia inmediata
e ineludible entre un superior y un subordinado (jerarquía).
• En este tipo de organización los individuos responsables de la administración están
separados de la propiedad de los medios de producción.
• Los empleados de administración son profesionales y especialistas en la gestión.
• Se produce una estandarización de rutinas y procedimientos, derivados de las reglas.
• Existe una completa previsión de funcionamiento, puesto que todo se encuentra
predefinido y pautado.
• Está pensada para la administración de grandes organizaciones (como el Estado).

Por razones obvias, el capitalismo moderno no podía operar en un tipo de sociedad


carismática o tradicional, puesto que le era necesario un derecho y una forma de gestión
que lo respaldara, con la que pueda contar, racional y objetivamente. Por ende, los puntos
de vista religioso-rituales y mágicos no pueden jugar en él papel alguno. Necesitaba un
Estado Racional, fundado en la burocracia profesional y en el derecho racional.
Los principados hicieron un intento por definir algún tipo de política económica d e tipo
racional, sin embargo, estos intentos no lograron ser un fomento sistemático a la economía.
A medida que los estados principescos fracasaban, la iglesia intervino en el terreno de la

1
vida económica en la búsqueda de establecer algún tipo de racionalidad al funcionamiento
de la misma. Estos intentos fracasaron puesto que, a la larga, la iglesia intentaba imponer
sus propias agendas.
El primer indicio de una política económica principesca racional aparece en Inglaterra en
el siglo XIV. Se trata de lo que a partir de Adam Smith se ha dado en llama mercantilismo.
Mercantilismo significa el paso de la empresa capitalista de utilidades a la política. El
Estado es tratado como si constara única y exclusivamente de empresas capitalistas; la
política económica exterior descansa en el principio dirigido a ganar la mayor ventaja
posible al adversario: a comprar lo más barato posible y a vender a precios mucho más
caros. El objeto consiste en reforzar el poder de la dirección del Estado hacia fuera.
Mercantilismo significa, pues, formación moderna de poder estatal, directam ente mediante
aumento de los ingresos del príncipe, e indirectamente mediante aumento de la fuerza
impositiva de la población. El supuesto de la política mercantilista residía en el
alumbramiento en el país del mayor número de fuentes de ingresos posible” (Weber, 1999,
p. 1053).

El sistema mercantilista se apoyaba en la teoría de la balanza comercial, el cual afirma que


un país se empobrece cuando el valor de las importaciones supera al de las exportaciones.
El mercantilismo, como alianza del Estado con intereses capitalistas, se presentó bajo un
doble aspecto:
1) La de un mercantilismo monopolístico estamental orientado en un sentido
mayoritariamente fiscal, que suponía que las industrias solo podrían operar con una
autorización real, que a su vez controlaba la actividad y se beneficiaba fiscalmente
de ella.
2) El mercantilismo nacional, que buscaba proteger a las industrias nacionales
existentes, pero no creadas por monopolios.
Sin embargo, casi ninguna de las industrias creadas en le época mercantilista sobrevivió al
mercantilismo. Tampoco puede decirse que el mercantilismo haya dado por sí mismo
origen al capitalismo, sino que, en Inglaterra, aquellos empresarios que habían prosperado
independientemente del poder del Estado hallaron luego del fracaso de la política
mercantilista monopolística estamental, mayor apoyo sistemático en el parlamento.
El Estado Moderno se creó a partir de la expropiación por parte del príncipe a aquellos
funcionarios de clase autónomos con los que alguna vez compartió, en cierta med ida, el
poder y colocándose a sí mismo en la cima suprema.
Este Estado Moderno, al igual que otras organizaciones políticas predecesoras, es una
relación de dominio de hombres sobre hombres, un interrogante fundamental es ¿en qué se
sustenta este dominio? Una de las respuestas es en la posibilidad de ejercer coacción física
en pos del cumplimiento de sus fines, no porque este sea el único o más importante de sus
medios, sino por ser la única organización que puede aplicarla legítimamente. Esta

1
legitimidad se sustentaba, como se mencionó con anterioridad, en un sometimiento de los
hombres dominados a esta autoridad puesto que consideraban la misma como legal.
Al interior de estos Estados Modernos podemos diferenciar a dos tipos de individuos, los
funcionarios políticos, que están vinculados a la política3 y al poder que ésta confiere, ya
sea por el deseo de utilizarlo para servir a otros fines, ya sea por razones meramente
egoístas y aquellos que están al servicio de este poder, los funcionarios profesionales, que
son ejecutores de las decisiones tomadas, pero sin poder de intervenir en las mismas. Estos
últimos representan el cuerpo administrativo burocrático que caracteriza a la gestión del
Estado moderno y no obedecen únicamente las órdenes de los funcionarios políticos por
considerarlas legitimas sino también porque su cumplimiento es inherente al cargo que
ocupan dentro del Estado, y este cargo les da derecho a una retribución material y a honor
social, aquí puede verse conceptualizada a la burocracia como una clase social. En palabras
de Weber:
El funcionario profesional ha de ejercer su cargo sin cólera ni prejuicio (...) El honor del
funcionario está en su capacidad para, cuando pese a sus representaciones, el superior
jerárquico persiste en una orden que a aquel le parece errónea, ejecutarla bajo la
responsabilidad del mandante con la misma escrupulosidad que si correspondiera a su
misma convicción. Sin esta disciplina, moral en el sentido más alto del vocablo, y sin esta
abnegación, todo el aparato se vendría abajo (1999, p. 1071).

En otras palabras, un funcionario profesional que recibe una orden, en su opinión


inconveniente, puede y debería hacérselo saber a su superior; sin embargo, si el superior
persiste con la directiva, el funcionario profesional debe ejecutarla como si correspondiera
a su convicción “mostrando con ello que su sentido de deber al cargo está por encima de
su amor propio” (Weber, 1999, p. 1076). El funcionario burocrático tiene empleo, sueldo,
pensión, ascenso, preparación profesional, posee división de trabajo en competencias fijas
en el formalismo documental y en la subordinación y superioridad jerárquica.
Este cuerpo administrativo fue, como ya mencionamos con anterioridad, separado de la
propiedad de los medios de producción con la emergencia del Estado racional. Esto marcó
diferencias a como era antes donde el funcionario era personalmente propietario del dinero
que gastaba o de los edificios, depósitos, utensilios y máquinas de guerra de que disponía.
Para lograr el correcto funcionamiento de este aparato, cuya legitimidad se basa en la
aceptación de dicha legalidad, era necesaria la existencia de un derecho estatuido y a
reglamentos concebidos racionalmente.
En esto último, también descansa el capitalismo moderno, en la previsibilidad de poder
tener todo calculado, por lo menos en un principio con normas generales que se consideren
fijas.

3La política es la “aspiración a la participación en el poder, o a la influencia sobre la distribución del poder,
ya sea entre Estados o, en el interior de un Estado” (Weber, 1999, p. 1076).

1
Las organizaciones antes de la Revolución Industrial
En la Edad Moderna, la organización de la actividad manufacturera estaba agrupada en
torno a tres modelos que coexistieron en esta época: los talleres artesanales, la industria a
domicilio y las manufacturas centralizadas. Los talleres artesanales reunían a un número
reducido de artesanos bajo la dependencia de un maestro. Una parte de la actividad,
generalmente la más simple, podía realizarse en el domicilio de los trabajadores, allí se
daba la industria a domicilio. Las manufacturas centralizadas existieron como grandes
unidades de producción, pero solo en determinados sectores debido a requerimientos
tecnológicos y/o de capital.
En líneas generales, el tipo de organización y su localización estuvo determinado por la
tecnología emplea da (que impone una escala y unos requisitos de capital), el tipo de
producto y mercado al que va dirigido y las estructuras sociales e institucionales en las que
se asienta. Son precisamente las condiciones institucionales en las que se desenvuelve la
actividad manufacturera las que permiten establecer una clasificación más universal que
aquellas que hacen hincapié en el tamaño, el sector o el modelo organizativo adoptado.

Así tenemos tres grandes lógicas organizativas: la comunitaria, que estaba representada por
el gremio de artesanos; la individualista, encarnada por los verlegers y comerciantes-
fabricantes; y la mercantilista, representada por las Manufacturas Reales.

a) Las corporaciones gremiales


El gremio artesanal fue la empresa comercial más común cuyo origen se dio en la Edad
Media “con un bajo número de operarios al servicio del maestro, el pequeño comerciante,
itinerante o sedentario, y un entorno rural abrumadoramente mayoritario” (García Ruiz,
1994, p. 21). El corporativismo en la sociedad medieval era frecuente; en las zonas urbanas
todos estaban en al menos alguna organización: las clases alta y media pertenecían a
gremios, mientras que las clases bajas tenían cofradías locales. Los mercaderes y artesanos
también se organizaban en gremios.
El gremio recibía de la autoridad el privilegio (monopolio) para realizar su oficio en una
ciudad o región establecida. En Europa comenzaron a surgir a partir del siglo XI y fueron
desapareciendo a lo largo del siglo XVIII. Cada gremio controlaba la cantidad, la calidad de
la producción y sus precios, además regulaban la entrada al oficio y organizaban la
instrucción de los aprendices. Se garantizaba la integridad de los miembros y les otorgaban
cierta asistencia social. La estructura organizativa era vertical, en el sentido de que los
maestros eran miembros de pleno derecho, cada uno de ellos tenía un número variable de
oficiales y aprendices. No cualquiera podía unirse al gremio, para el ingreso era necesario
contar con la aprobación del maestro y los miembros de alto rango.

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Los gremios tenían muchas funciones: coordinaban actividades de sus miembros, otorgaban
apoyo financiero para nuevos negocios, actuaban como centros de intercambio de
información y eran centros de innovación técnica y organizativa. Al mismo tiempo, seguían
las pautas de instituciones religiosas con objetivos, deberes de los miembros y penas en el
caso de no cumplir las reglas.
El surgimiento de este tipo de organizaciones se dio como consecuencia de la actividad
industrial especializada y el mercado propiamente dicho para colocar ese tipo de productos.
La gran variedad en cuanto a la calidad de un producto y el escaso conocimiento que tenían
los potenciales consumidores generaba el escenario para posibles comportamientos
oportunistas y fraudulentos. En este contexto, los gremios, gracias al monopolio,
garantizaban la calidad del producto a precios determinados.
Los gremios debían asegurar para sus miembros un ingreso estable y garantizar que todos
ellos pudieran acceder a un ingreso acorde a su rango. Para ello, controlaban la cantidad de
miembros, compartían los costos de formación de la mano de obra y regulaban la
competencia entre ellos. En conjunto, ello era posible gracias un código de conducta y a un
sistema de sanciones en caso de incumplimiento.
En la mayoría de los casos la industria bajo el sistema gremial era propia de la actividad
urbana, pero eso no significó que en zonas rurales no existieran gremios de artesanos.

b) El verlagssystem
Fueron dos condiciones del mercado las que generaron el traspaso a las zonas rurales de las
actividades manufactureras. La primera está relacionada con la demanda ya que el
crecimiento económico bajomedieval aumentó el consumo de gran parte de la población
europea, orientándola hacia productos de mediana calidad y de menor precio. Por parte de
la oferta, los campesinos podían ofrecer su mano de obra para los productos
manufacturados a menor costo que el de los gremios urbanos. Los campesinos no
abandonaban su actividad principal, sino que combinaban la producción agraria con la
manufacturera obteniendo así ingresos complementarios. Además, en las zonas rurales los
trabajadores estaban exentos del pago de tributos que sí gravaban a los trabajadores
urbanos. Además, los campesinos-artesanos podían trabajar sin el corset que suponían las
reglamentaciones gremiales. El verlagssystem requirió no sólo de los campesinos como
oferta de mano de obra sino también del comerciante capitalista.
Este sistema también denominado protoindustrial constituye una aproximación al
capitalismo moderno. El verlagssystem era una forma de organización empresarial en la
que un empresario (o capitalista) proveía anticipadamente algún elemento material o
instrumental sin llegar a centralizar el trabajo, que se hacía a domicilio y según una técnica
propia (García Ruíz, 1994). Generalmente, era el mercader que realizaba una «integración
vertical hacia atrás», compraba las materias primas, se las daba a los artesanos que

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trabajaban en sus casas y luego retiraba y comerciaba el producto final. El artesano, en
contraprestación, no recibía un salario constante por su trabajo, sino que el comerciante
abonaba una cantidad determinada por unidad de producto.
Respecto a cómo eran las relaciones sociales se han afirmado ideas “románticas” sobre ello:
“las horas de trabajo eran pocas, la ganancia razonable, y los concurrentes se llevaban
bastante bien entre sí: al finalizar el trabajo, «el tarro de cerveza, la reunión con los
amigos y, en general, un ritmo moderado de vida»” (García Ruíz, 1994, p. 22).

c) Las Manufacturas Reales


Aquí vemos la estrecha relación entre el Estado y la industria ya que las manufacturas
reales se consideraban un sistema de producción fabril creado a instancias públicas. El
mentor de este tipo de sistema fue el ministro de finanzas de Luis XIV Jean Baptise Colbert
en Francia en la segunda mitad del siglo XVII. Como pensador mercantilista Colbert estaba
convencido de la necesidad de mantener la balanza comercial superavitaria. Fue entonces
donde impulsó el papel del Estado como promotor del desarrollo industrial en el país frente
a la competencia extranjera y la exclusividad demandada por parte de los gremios. La
creación de las manufacturas reales se dio básicamente por tres razones: la ausencia o
escasez de iniciativa privada en el país que obligaba a importar ciertos productos; la
importancia estratégica del sector en cuestión o el control de un monopolio fiscal.
En general este tipo de industrias fueron fuertemente reglamentadas. Se buscaba elaborar
productos de una alta calidad, para lo cual se estipulaban exhaustivamente tanto las
materias primas como las técnicas en cada uno de sus procesos. Si bien las manufacturas
reales concentraban la producción y mano de obra bajo un mismo techo, no alcanzaron
altos grados de mecanización ni provecho de las posibilidades que disponían para aumentar
la productividad con la división del trabajo. La concentración de trabajadores era más
bienpara la supervisión de la calidad del producto y control a los trabajadores. Este tipo de
manufacturas desapareció cuando acabaron los regímenes que las financiaban y protegían.
d) La administración y la agricultura
En el período que estamos considerando (desde los últimos siglos de la Edad Media hasta
finales del siglo XVIII) la sociedad era básicamente agraria, casi la mayoría de la población
activa trabajaba en la agricultura. Tal cual lo han demostrado algunos historiadores la
agricultura sobre todo en Inglaterra se mostraba en un nivel superior por la innovación
tecnológica y administrativa. Como por ejemplo David Stone describió “que los
administradores de granjas sabían de movimientos de mercado y que seguían con interés
los precios y constantemente cambiaban las cantidades de cosechas particulares
sembradas según anticipaban la probable demanda futura. Por lo común, estos
administradores de granjas eran profesionales y, muchas veces, muy calificados e
independientes” (Witzel, 2015, p. 96). Asimismo, se elaboraron documentos sobre

1
prácticas, contabilidad y administración de fincas. No obstante, las transformaciones que
experimentó el sector agrícola en este periodo no son comparables con otros sectores como
el comercio o las finanzas.
A finales del siglo XV el cauce del río Elba dividió a Europa en dos zonas con estructuras
dispares. Mientras que en la Europa occidental el sistema feudal experimentó algunas
innovaciones más liberales, en la Europa oriental se produjo una vuelta e incluso
intensificación de las relaciones feudales.
La tecnología agrícola en Europa oriental era relativamente primitiva y el aumento de la
producción se llevaba a cabo ampliando la superficie cultivada, mediante un tipo de cultivo
extensivo. Los nobles que ampliaron sus dominios vieron aumentar sus beneficios
abriéndose al mercado internacional. El grano comercializable era transportado a través de
buques por los ríos navegables que tenían salida al mar Báltico y lo conducían hasta el
occidente europeo. Así se fue consolidando una especialización interregional de acuerdo al
mercado, al mismo tiempo que se creaba una dependencia creciente en Europa occidental
de la venta de cereales de la Europa oriental.
Mientras tanto en Europa occidental se fueron fue creando instituciones estatales, que
socavaron políticamente a los feudos y pusieron límites a las apropiaciones de las tierras de
los campesinos por parte del señor feudal. En realidad, se buscaba que todos los antiguos
vasallos pasaran a ser súbditos del Estado desde el punto de vista tributario. Los señores del
territorio se habían transformado en simples propietarios, podían cobrar rentas en dinero o
en especie, pero los servicios de mano de obra se extinguieron. La compra-venta de tierras
comenzó a ser más frecuente y se incrementó la cantidad de pequeños campesinos
propietarios o unidos a la tierra bajo contratos a largo plazo. El contrato podía ser de
arrendamiento o de aparcería. En el primer caso, los arrendatarios de la tierra pagaban unas
rentas fijas al propietario, pero eran completamente libres en su actividad. La aparcería
consistía en un contrato en el que el propietario aportaba todo o una parte del capital y el
equipo, y tenía injerencia en las decisiones y, a cambio, se quedaba comúnmente con la
mitad de la cosecha.
En países como Inglaterra y Holanda la iniciativa burguesa y el capital fueron invertidos en
la agricultura. En 1579 Holanda se emancipó del imperio español se derogaron los derechos
feudales y la tierra fue progresivamente parcelada y repartida, en muchos casos a manos de
burgueses. Los métodos de cultivo que se comenzaron a utilizar eran intensivos y fue en
Holanda donde se comenzó a investigar en las rotaciones de cultivo con el objetivo de
posponer lo más posible el barbecho y la producción comenzó a destinarse al comercio.
Inglaterra también introdujo rotaciones en los cultivos y en el siglo XVIII impuso un
sistema llamado Norfolk, consistente en un ciclo largo en el que rotaban cultivos como el
nabo, el trébol o las leguminosas. Además, la concentración del ganado en establos
permitió la concentración de estiércol para la fertilización, al mismo tiempo que se podía

1
controlar mejor los cruces entre animales para mejorar la raza. No podemos omitir en est e
proceso el uso de cercamientos: los famosos enclosures que terminaron con la explotación
agraria en campos abiertos comunes.

1
Conclusión
A modo de cierre, los temas vistos en esta unidad intentaron demostrar los inicios del
sistema capitalista y las bases de lo que veremos con la Revolución Industrial.
Hemos visto como de a poco los factores del entorno y el origen de la burguesía fueron
modificando las lógicas de funcionamiento de las incipientes organizaciones empresariales.
Estas últimas fueron creciendo a merced de las redes que pudieron establecer entre los
mismos miembros de la familia o comunidad.
Pero sin duda alguna el punto de inflexión para el crecimiento del capitalismo comercial
fue el surgimiento del Estado nación, o Estado racional como diría Max Weber, que le
garantizará a la burguesía poder operar bajo la protección estatal. Al mismo tiempo, dentro
de los nuevos Estados una nueva lógica organizativa fue implementada: la burocracia.
En suma, de lo que se trató la unidad lo podríamos sintetizar en el establecimiento y
desarrollo de dos grandes relaciones: 1) Familia - Empresa y 2) Estado -Empresa. Será el
tejido que se entrelazó entre ambas relaciones el que sentaría las bases y posterior
consolidación del sistema capitalista.

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Bibliografía obligatoria

• Valdaliso, J. y López, S. (2009) Historia económica de la empresa. Crítica.


Capítulo 3.
• Weber, M. (1999) Economía y sociedad. Fondo de Cultura Económica. Parte III.
• Witzel, M. (2015). Historia del pensamiento administrativo. Grupo Editorial Patria.
https://elibro.net/es/lc/unne/titulos/39365. Capítulo 3.

Bibliografía complementaria

• Bianchi, S. (2007) Historia social del mundo occidental: del feudalismo a la


sociedad contemporánea. Universidad Nacional de Quilmes.
• García Ruiz, J. (1994) Historia económica de la empresa moderna. Istmo.
• Romero, J. L. (2013). La edad media. Fondo de Cultura Económica.
• Vives, J. V. (1981). Historia general moderna: siglos XV – XVIII. Editorial Vicens-
Vives

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