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Sobre Cómo Vencer El Pecado

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Seminario Diocesano San José

At Servitium Vocati

FACULTAD DE TEOLOGÍA.

SOBRE CÓMO VENCER EL PECADO

Alumno: Henry Caballero Meza.


Catedrático: Alonso.
Ciclo: 2023 – 2024/ II Semestre.
Método Teológico.
Trabajo Semestral.
Tapachula de Córdova, junio de 2024.
INTRODUCCIÓN

«Por eso me complazco en mi debilidad, en las necesidades, en las persecuciones y


las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte» 1,
San Pablo nos enseña que, en Cristo, la debilidad se hace fortaleza, por tanto, no hay que
decepcionarnos de nuestro absurdo y torpe caer, porque, es en el esfuerzo de hace bien
donde veremos respuesta a nuestra dificultad.
En el presente trabajo de investigación, titulado, sobre cómo vencer el pecado, nos
planteamos la siguiente pregunta, ¿Cómo podemos vencer al pecado? Pues como hipótesis
relevante decimos que, a través de la gracias, el esfuerzo de hacer el bien por el Reino de
los Cielos y por amor a Cristo, logramos vencer el pecado.
Ya que, tenemos como cita principal «No te dejes vencer por el mal; antes bien,
vence al mal con el bien»2. Pues, nos inspira para guiarnos por un camino sano en el
podemos dar respuesta a una realidad que la mayoría de los fieles cristianos vivimos, que es
el secularismo y la pérdida de sentido de ser bautizados.
El método que utilizaremos en este proyecto, será el inductivo, pues, nos ayudará a
ser más precisos en nuestra investigación, ya que, las partes de nuestro trabajo estará
versando en el ver, discernir y actuar, las cuales dentro del todo nos guiaran por un camino
real, iluminado y propositivo.
Nuestro objetivo principal es exponer, discernir y responder al problema de cómo
vencer al pecado, para tener un panorama más amplio del problema, saber cuál ha sido la
enseñanza de Cristo sobre el tema y saber cómo actuar ante tal crisis cotidiana.
1
2 Cor 12, 10.
2
Rom 12, 21.
En primera instancia expondremos, la realidad circundante de la iglesia, en torno al
secularismo, los pecados más concurrentes, la presente ignorancia de lo que es el pecado el
pensamiento laxista de nuestra sociedad y la perspectiva del libertinaje.
En segundo lugar, Discerniremos anejo la Sagrada Escritura, documentos eclesiales
y morales por el propósito iluminar la problemática y así tener fundamento para la
respuesta a la problemática y asimismo moción para los planes de acción.
Por último, responderemos, la problemática de como vencer el pecado a través de
planes de acción, propuestas con forme a nuestra realidad, para tener el punto de partida de
acción hacia el objetivo último de todo cristiano, que es el Reino de los cielos.
VER

1.1 El secularismo como estado pecaminoso

En el presente, las circunstancia que afectan a la sociedad son diversas, pero


ciertamente algunas tienen relevancia para una investigación seria, «la secularización es un
fenómeno característico de la modernidad… Este fenómeno cultural es el resultado de un
largo y complejo proceso histórico, cuyas raíces últimas son numerosas y de muy diversa
naturaleza»3, sobre ello queremos rezarte el hecho de que existe en nuestro proceso
histórico una pérdida de sentido del pecado, y puntualmente alrededor del secularismo es
donde se gesta esta problemática muy humana.
Tenemos claro que «la secularización viene a coincidir con un proceso de
emancipación real de la vida humana y de la razón histórica, en relación con un cierto
modo de entender el saber riguroso o también en relación con el modo de vivir la religión
en la propia circunstancia pastoral y social» 4, es este hecho, que daña ideológicamente a la
humanidad, negando su naturaleza religiosa, avergonzándose de lo que el es natural, nos
teniendo claro, el sentido primario de su existencia y así mismo el propio sentido de la vida.
Asimismo, según la investigación, «numerosas funciones vitales se emancipan de la
tutela de las instituciones religiosas, produciéndose una cierta desacralización de la realidad
cultural o social»5, esto nos encamina a una realidad que vivimos hoy en día, literal mente

3
RENÉ L. – RINO F., Diccionario de Teología fundamental, F. A. PASTOR, «Secularización y
secularismo», 1335.
4
RENÉ L. – RINO F., Diccionario de Teología fundamental, F. A. PASTOR, «Secularización y
secularismo», 1335.
5
RENÉ L. – RINO F., Diccionario de Teología fundamental, F. A. PASTOR, «Secularización y
secularismo», 1336.
5
fuera del sentido religioso propiamente dicho, y por lo tanto, del sentido del pecado en la
vida que cada persona.
Es la persona en esta modernidad posterior que pone en el centro los sentimientos,
los sentido por sobre la razón, y por tanto, el placer se ser libre, que un sentido más escrito
lo llamamos libertinaje, también podemos decir según la secularización que es «el hombre
que reina sobre la naturaleza, que la domina consciente y paulatinamente como mandato
moral, que lucha contra ella por medio de la experimentación, es un hombre que asume el
lugar del soberano»6, al parecer se retoma que «el hombre el medida de todas las cosas»
como lo decía Protágoras, una tendencia que el hombre no puede evitar por el 7, el cual
es causa principal del pecado.
En la misma línea de investigación, «el secularismo prescinde de la divinidad
porque la condena irrelevante para el ser humano. Por consiguiente, la falta del sentido de
Dios provoca la pérdida del sentido de pecado ya que, paradójicamente, el pecado dice
relación a Dios en el mismo momento en que se realiza la tensión o la ruptura en el diálogo
entre Dios y la persona»8.
Damos por hecho que se entiende, la participación de los elementos para decisión
moral de un acto humano, por lo tanto, podemos decir que, la perdida de sentido del pecado
lleva a la desvalorización de la vida, de la razón humana, y de la gracias santificante que se
pierde por el acto del pecado. Es una total deformación de la toma de conciencia en el
momento de la decisión sobre el acto.

1.2 El pecado como estilo de vida

En la vida cotidiana las personas toman decisiones a partir de lo que les parece bien,
y, por tanto, de lo que les conviene, y no, lo que es justo hacer, a lo largo de la historia las
personas han puesto en el centro de la reflexión diversas cosas o incluso así mismas.
En el principio de la reflexión humana, la persona puso en el centro de dicha
reflexión al Mundo, el cual se habló por siglos, y se cuestionaba sobre el origen de todo
cuanto existe. Después las personas pusieron en el centro a Dios, y por muchos siglos se
hizo reflexión sobre su existencia y su presencia en la Tierra. Posteriormente las personas
6
AGUSTÍN L. La Batalla Cultural, 65.
7
Del Griego: verbo: tener
8
TONY M. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, 341.

6
se colocaron así mismas, el cual surgieron reflexiones de su propia realidad inmanente, de
las cual surgió un pensamiento rígido de la realidad, ideas y verdades universales.
Después de acontecimientos catastróficos, como las guerras mundiales, las personas
se dieron cuenta que el pensamiento rígido, sistemático y serio no servía de nada porque
había perdido su misma identidad, la de ser personas, por lo cual surgió el pensamiento de
débil, el cual considera que la verdad es relativa y que cada persona debe formular su
propia verdad para vivir en paz con el mundo, con Dios y con él mismo. Por ello hoy
enfrentamos a pensamientos y corrientes como la Nueva Era, donde todo es al gusto incluso
cómo considerar al pecado.

«Frente a la fragmentación, dispersión y agresividad de nuestro tiempo la Nueva Era hace


una oferta de reconciliación y pacificación interiores de una expansión de la conciencia más allá de
sus límites aparentes de una visión de la realidad que seduce y fascina: unidad y totalidad, superación
del amor personal hacia una trascendencia englobante y dinámica, inserción orgánica del
microcosmos del ser humano en el macrocosmos del universo, valoración de lo emotivo e intuitivo,
elaboración de un sincretismo religioso hecho a la medida de los sueños y deseos del hombre» 9.

La visión de la Nueva Era, toma el sentido amplio de las cosas para dar una
propuesta más englobante de la realidad, una expansión de sí mismo para unirse con el
universo en vida. Tomar la emoción y la intuición como lo más importante en la persona,
menos valorando la razón.
Lo mas crítico es el sincretismo religioso en el cual nos centramos para decir que se
vive en el presente una pérdida de sentido del pecado, la cual se va acurrucando en la vida
de las personas como cosmovisión, de la cual, emana la cultura de la muerte, y la “cultura
del pecado” es ya normal hacernos responsables de nuestros actos pecaminosos, y en
esencia de las personas se están saboteando, pensado que la libertad está emancipada de la
responsabilidad.
Ahora bien, «entre nuestros mismos católicos el desconocimiento de la verdad sobre
Jesucristo y de las verdades fundamentales de la fe es un hecho muy frecuente y, en
algunos casos, esa ignorancia va unida a una pérdida del sentido del pecado» 10, en ello

9
CESAR I., Teología fundamental, ANTONIO J. O., «La teología fundamental ante el desafío de la
increencia», 157.
10
OBISPOS DE LATINOAMERICA, Documento de Santo Domingo, n.39.

7
vemos que el cristiano se está esforzado poco por lo la vivencia de su bautismo, no se diga
asimismo de su ser discípulo de Cristo.

1.3 Otros campos diversos donde influye la pérdida del sentido del pecado

En psicología, la sana preocupación por liberar al individuo de un sentimiento


angustioso de culpabilidad, ha llevado a veces al extremo opuesto de un no reconocimiento
de la posibilidad de la comisión de una falta 11, las personas tienden hacer esto cuando,
llegan al extremo de no comprender el proceso englobante de la persona misma y su
vinculación intima con el Bien.
En la sociología, la acertada consideración de la influencia de la sociedad sobre el
individuo, se simplifica a veces descargando todas las culpas sobre la sociedad declarando
la inocencia total del individuo12, esto es común para las personas que viven una vida
relativamente inmersa en la sociedad y considera que el todo a su alrededor es inevitable
para la vivencia de la santidad, es decir el esfuerzo por vivir en la Verdad.
En la antropología cultural, los innegables condicionamientos culturales llevan a
algunas tendencias a la afirmación determinista de la persona humana 13. La presencia de
una ética individualista que privilegia una sociedad consumista de corte neoliberal,
“privatizando” la dimensión religiosa de la persona14
Por otra parte, una deformación ética que identifica erróneamente el sentido del
pecado con un sentimiento morboso de la culpabilidad o con la simple transgresión de
norma y preceptos legales 15.

11
Cfr. TONY M. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, 341.
12
TONY M. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, 341.
13
TONY M. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, 341.
14
TONY M. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, 342.
15
TONY M. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, 342.

8
DISCERNIR

2.1 Las causas del pecado

Comenzamos con las causas para clarificar, a lo que nos atenemos y entendemos
como pecado, pues hoy en día la falta de conciencia de los actos humanos, dan por
supuesto, la falta de sentido del pecado.
Por ello, según la investigación, podemos decir que «la causa principal del pecado
es la voluntad desordenada del hombre»16, y en un primer momento, del discernimiento que
cada persona tiene en cuando a sus actos humanos, se ve afectada, por el mal espíritu, es
decir, la toma de decisiones de las personas se funda en la fluides en lo más fácil, por la
puerta angosta17.
Un poco más profundo sería hablar del pecado en su radicalidad, pues, es la
profundidad del conocimiento de las cosas o situaciones donde podemos encontrar su
verdadero sentido. «La raíz del pecado está en el corazón del hombre, en su libre voluntad,
según la enseñanza del Señor: “De dentro del corazón salen las intenciones malas,
asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias»18(CEC 1853).
«El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al
amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos
vienes»19(CEC 1849), es por ello que, la razón se ve viciada ante la realización de los actos

16
TOMAS T. Moral Fundamental, 208.
17
Mt 7, 13.
18
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, 509.
19
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, 508.
9
pecaminosos, así mismo, esto conlleva una afectación de la alteridad con Dios, y en
consecuencia, el acto per se del pecado, emana vicios.

2.1.1 causas internas

Internamente, nosotros podemos percibir que en la realidad de las personas, hay


factores que encaminan al pecado, «los factores internos que inducen al pecado son la
ignorancia, la pasión y la malicia»20, pues la ignorancia, versa en cuestión de conocimiento
del pecado, y/o la libertad de elegir no saber qué es pecado; la pasión, se entiende en
relación a la concupiscencia, las inclinaciones de la carne o la dedicación a una acción
prolongada y la malicia es pues, lo que nos índice interiormente movido por el mal espíritu.

2.1.2 causas externas

Ser consciente de lo que nos rodea es esencial para procurar saber sobre la verdad
de las cosas, de la moralidad de los actos, de lo bueno, de lo bello, ya que esto nos ayuda a
procurar nuestro bienestar y el de los que amamos. Pero, existe una realidad extensa a
nosotros, llámese: tentaciones, demonios, o estructuras de pecado.
Por lo tanto, «la tentación es una incitación o inducción a pecar» 21, pero, hay que
tener en cuenta que, la persona sobre va a tener la libertad decisión.
«Aunque la persona tenga uso de razón y dominio sobre sus actos, su voluntad
puede ser atraída, por la presentación apetecible de bienes apetecibles… en eso consiste
precisamente la tentación»22, pues, el objetivo de tal propuesta es sacar del camino del
esfuerzo por hacer el bien de la persona.
Las incitaciones al mal son de tres tipos: las de la concupiscencia, las del demonio y
las del mundo: «la concupiscencia consiste en el desorden de las fuerzas del alma» 23, «el
demonio tienta con astucia, escogiendo los puntos más débiles de cada persona» 24 y «el
mundo incita a pecar fomentando el afán desmesurado y excesivo de bienes temporales, y
también mediante presiones de personas poderosas e influyentes, que se oponen a los que
20
TOMAS T. Moral Fundamental, 209.
21
TOMAS T. Moral Fundamental, 209.
22
TOMAS T. Moral Fundamental, 209-210.
23
TOMAS T. Moral Fundamental, 210.
24
TOMAS T. Moral Fundamental, 210.

10
hacen el bien»25, todos estos, se pueden afrontar mediante, el constante esfuerzo del bien, la
decisión vital de hacer el bien.
Por último, «las tentaciones se combaten ante todo acudiendo a Dios, cumpliendo
los propios deberes y tratando de vivir las virtudes» 26, esto nos da luz para ser coherente
con nuestra vida cristiana, para forjar en nosotros vales trascendentes ante la realidad
pecaminosa del mundo en que vivimos.

2.2 La iglesia, madre y maestra de acompañamiento y testimonio por la lucha de


Reino

La iglesia, como madre tiene mucho que enseñarnos, pues a lo largo de la historia,
muchos de los creyentes dudaron de la fe en Cristo Jesús. Él mismo, no dudo en fundarla y
hacer la su esposa, pues el vino por el vino por lo pecadores y no por los justos 27, la iglesia
no es perfecta, más bien se ha esforzado por hacer el bien y vivir en la verdad por eso es
una gran maestra en el arte del proceso de la lucha por el reino.
Es por ello, podemos decir, que, «la experiencia de la lucha ascética en este terreno
se puede concretar en los siguientes principios: Siempre podemos vencer la tentación, se
deben combatir desde el primer momento, consentir a la tentación es pecado; sentirla no y
no es lícito provocar no exponerse temerariamente a la tentación»28.
En consecuencia, somos sabedores de los que el Señor nos propone, «id, pues, a
aprender qué significa misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar
a justos, sino a pecadores»29. La iglesia es santa por su fundador, sus seguidores son
pecadores porque no son perfectos, por lo tanto, es en la iglesia donde Cristo hace también
su obra salvadora. Entre más imperfecciones vemos en la iglesia, más sabemos que Cristo
esta con nosotros.
Pues, es de mucha enseñanza, saber que, «el perdón da testimonio de que, en
nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado» 30(CEC 2844), con esto nos damos por
servidos de que el mal se vence a fuerza de bien. El pecado se vence a fuerza del Amor.

25
TOMAS T. Moral Fundamental, 211.
26
TOMAS T. Moral Fundamental, 212.
27
Lc 5, 32.
28
TOMAS T. Moral Fundamental, 211-212.
29
Mt 9, 13.
30
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, 751.

11
ACTUAR

3.1 Líneas de acción desde nuestra realidad

Hay que tener claro que, «la ley, en definitiva, intervino para que abundara el delito;
pero donde abundó el pecado sobreabundó la gracia»31, es el punto central de nuestra
propuesta, esforzarse por hacer el bien, aunque algunas veces se caiga en el mal.
Es sabido que, «sólo en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se
comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para
que puedan amarle y amarse mutuamente»32(CEC 387), esta es la consigna de la vivencia
del cristianismo.
Asimismo «debido a su misión regia, los laicos tienen el poder de arrancar al pecado
su dominio sobre sí mismo y sobre el mundo por medio de su abnegación y santidad de
vida»33(CEC 943), pues los laicos, al igual que todos deben ser proactivos en favor del
Reino de Dios.
Por otro lado, Jesús nos dijo: «el que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea,
se condenará»34, esto en el sentido, de que los pecados son perdonados en el bautismo, y es
solo la fe en Dios que nos salva, creer que Dios nos ama y por su gran misericordia nos
perdona es el propósito de nuestro esfuerzo como cristianos.
Asimismo, «el Bautismo es el primero y principal sacramento del perdón de los
pecados porque nos une a Cristo por nuestros pecados y resucitado para nuestra

31
Rm 5, 20.
32
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, 108.
33
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, 267.
34
Mc 16, 16.
13
justificación, a fin de que “vivamos una vida nueva” (Rm 6, 4)» 35 (CEC 977), la Vida que
nos da Dios, es para nuestra felicidad y para cumplir el propósito de nuestra existencia,
amar.
En consecuencia, el Señor también nos dice: «el tiempo se ha cumplido y el Reino
de Dios ha llegado; convertíos y creed en la Buena Nueva» 36, esta es la invitación de Dios
para nosotros, pues, es Dios que nos Guía a su amor es el que nos salva y redime cada vez
que nos perdona de nuestras faltas.
En conclusión, para luchar por nuestra santidad y por el Reino de los Cielos
podemos:
Palabra de Dios
Mantener una relación cercana con la Biblia y meditar en sus enseñanzas, ya que,
nos da sabiduría y fortaleza, pues, como decía San Agustín, «Dios no manda cosas
imposibles, sino que, al mandar, te enseña a que hagas cuanto puedes, y a que pidas lo que
no puedes».
Oración Constante
La oración regular nos acerca a Dios y nos permite recibir su gracia y perdón.
Recordando de igual manera lo que dijo el Señor a sus discípulos, «Velad y orad para que
no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil»37.
Comunidad de Fe
Formar parte de una comunidad de creyentes nos brinda apoyo, responsabilidad y
ánimo en nuestra lucha. Pues, como nos invitaba San Pablo, «Fijémonos los unos con los
otros para estimular nuestra caridad y nuestras buenas obras, sin abandonar nuestras
asambleas, como algunos acostumbran a hacer; antes bien, animaos unos a otros, tanto más
cuanto que veis que se acerca ya el día»38.

35
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, 276.
36
Mc 1, 15.
37
Mt 26, 41.
38
Hb 10, 24-25.

14
Arrepentimiento
Reconocer nuestros pecados y arrepentirnos sinceramente abre la puerta a la
misericordia y el perdón de Dios, pues Él, reacciona siempre como Padre, «“Estando él
todavía lejos, lo vio su padre y se conmovió; corrió, se echó a su cuello y le besó
efusivamente”»39. Y, recordemos siempre esta consigna, «la esencia del arrepentimiento no
es el dolor, sino la absoluta certeza de sabernos amados por el Padre»40.

39
Lc 15, 20.
40
ENRIQUE P. DE L., Jeshua, 31.

15
BIBLIOGRAFÍA

TRIGO, T., Moral Fundamental, Navarra, 20212.


ED. IZQUIERDO, C., Teología fundamental, JIMÉNEZ ORTIZ A., «La teología fundamental
ante el desafío de la increencia», 129-179, Bilbao 1999.
IGLESIA CATÓLICA, Catecismo de la iglesia católica, México 2001.
LATOURELLE, R.–FISICHELLA, R., Diccionario de Teología fundamental, Madrid 1992.
LAJE, A. La Batalla Cultural, Ciudad de México 2022.
OBISPOS DE LATINOAMERICA, Documento de Santo Domingo, Santo Domingo 1992.
MISFUD, T. Moral fundamental. El discernimiento cristiano, Bogotá 2008.
PONCE DE LEÓN E. Jeshua, México 20202.
DIR. UBIETA LÓPEZ, J. A., Biblia de Jerusalén, Bilbao 20185.

17

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