Conozco El Origen Del Mal
Conozco El Origen Del Mal
Conozco El Origen Del Mal
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EL PECADO
Es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al
amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a
ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana.
Ha sido definido como “una palabra, un acto o un deseo contrario a la ley
eterna” (San Agustín).
Nosotros, por ser libres, tenemos la posibilidad de salirnos de nuestra
órbita, de despreciar la voluntad y el amor de nuestro Padre Dios, y, por tanto, de no
cumplir su Ley. El pecado es una desobediencia a Dios, no querer servirle. Es lo que
hizo Lucifer, que se rebeló contra su Creador bajo el grito “no te serviré”, y es lo que
hicieron nuestros primeros padres en el paraíso al comer del “fruto del árbol” que Dios
les prohibió. El hombre abusando de su libertad llega al libertinaje, y así en el pecado;
por tanto origina su propio daño o destrucción.
LA REALIDAD DEL PECADO.
El pecado es una realidad que ningún hombre puede ignorar. Para intentar comprender lo que es el pecado
es preciso en primer lugar reconocer el vínculo profundo del hombre con Dios, porque fuera de esta
relación, el mal del pecado no es desenmascarado en su verdadera identidad de rechazo y oposición a
Dios, aunque continúe pesando sobre la vida del hombre y sobre la historia.
La realidad del pecado, y más particularmente del pecado original, sólo se esclarece a la luz de la
revelación divina. Sin el conocimiento que ésta nos da de Dios no se puede reconocer claramente el
pecado, y se siente la tentación de explicarlo únicamente como un defecto de crecimiento, como una
debilidad psicológica, un error, la consecuencia necesaria de una estructura social inadecuada, etc. Sólo
en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la
libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente.
EL PRIMER PECADO DEL HOMBRE: una verdad esencial de la fe.
Mientras Adán y Eva vivían felices en el Paraíso, el
demonio continuamente los acechaba esperando el momento
más favorable para intervenir y tentarles.
Cierto día, estando Eva sola, se le acercó sin que ella se
diese cuenta de que era él:
“La serpiente era la más astuta de todos los animales del
campo que Yahvé había hecho, y dijo a la mujer: “¿Es cierto
que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del
jardín?” La mujer respondió: “Podemos comer de los frutos de
los árboles del jardín, menos del fruto del árbol que está en
medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo
toquen siquiera, porque si lo hacen morirán.”
La serpiente replicó: “De ninguna manera morirán. Es
que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les
abrirán a ustedes los ojos y serán como dioses y conocerán el
bien y el mal”
La mujer vio que el árbol era apetitoso, que atraía la
vista y que era muy bueno para alcanzar la sabiduría. Tomó
de su fruto y comió y se
lo pasó en seguida a su marido, que andaba con ella, quien también lo comió”. Génesis 3, 1-6
Incitados por el demonio Adán y Eva se atrevieron a faltar a la Ley de Dios. Su irregularidad
esencialmente consistió en un acto de desconfianza en la bondad y amor de Dios.
Ellos dudaron de la buena voluntad que Dios tenía, al exigirles un determinado modo de
comportarse. Creyeron que, al actuar de otra forma, se perfeccionarían y llegarían a ser
plenamente felices.
En cuanto cometieron su pecado la situación cambió por completo. Ellos mismos sintieron
en su interior que todo había cambiado repentinamente. Su corazón ya no sentía felicidad y
amor de Dios, sino desconsuelo y horror.
“Oyeron después los pasos de Yahvé que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de
la tarde. El hombre y su mujer se escondieron, para que Dios no los viera, entre los árboles
del jardín”. Génesis 3, 8
Adán y Eva vieron claramente que quebrantaban el mandamiento divino, pero lo hicieron
por su libre voluntad.
A partir del pecado, la tierra misma se ve maldita porque el hombre ya no busca cumplir con el
plan de Dios en lo creado, sino que se guía por sus caprichos y planes egoístas. El hombre destruye
lo creado, pues lo explota desmedidamente, causando daños irreparables. Esta consecuencia se hace
palpable en la extinción de algunas especies naturales por la acción del hombre, en la desaparición de
la capa de ozono, en la contaminación ambiental, en la tala indiscriminada de los bosques, quema de
los campos, entre otras cosas más.
ACTIVIDAD
1. Elabora un tríptico sobre el pecado luego lo muestras en whatsapp grupal
2. Hacer una relación de cosas malas que el hombre realiza cotidianamente;
luego indica lo bueno por lo que debe cambiarlo.
3. ¿Qué diferencia existe entre pecado grave y pecado leve?
4. ¿Qué debe hacer el hombre para no caer en el pecado?