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La Microbiota Intestinal

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Articulo 1

LA MICROBIOTA INTESTINAL, NUTRICIÓN Y SALUD


Fecha de publicación 2024 Enero – Marzo

La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos (virus, arqueas, hongos


y protozoos), que habitan en el intestino humano conformados por más de 100
billones de bacterias, con un peso aproximado de 1,5 kg; distribuida en tres
grandes grupos según sus funciones: bacterias patógenas en cantidades muy
bajas controladas por el sistema inmunitario, microorganismos comensales
benéficos y patógenos sensibles.

Cada persona presenta una microbiota intestinal única, por ejemplo en el adulto,
una dieta inadecuada, el abuso de antibióticos o el proceso del envejecimiento,
puede favorecer la disbiosis intestinal determinada por una alteración de la
población bacteriana, la cual puede ser cualitativa (predominio de especies
distintas a las habituales) o cuantitativa (menor concentración de bacterias
beneficiosas).

Es importante resaltar que la microbiota intestinal juega un rol importante en la


salud humana, ya que es uno de los componentes clave del ecosistema intestinal
y desempeña un papel protector, dado que ejerce un efecto barrera contra
patógenos, interviene en la formación y maduración de la inmunidad, en la
regulación de la ingesta metabólica y en la absorción de nutrientes y drogas.

La dieta constituye una piedra angular en cualquier programa de estilo de vida


saludable, se ha planteado que casi el 60% de la totalidad de la microbiota
intestinal puede ser susceptible de modificación rápida en respuesta a
modificaciones en la alimentación diaria, que condiciona el desarrollo, composición
y metabolismo de las comunidades microbianas en el intestino

Se ha demostrado que los alimentos que conforman la dieta, son los principales
contribuyentes a la composición y capacidad funcional de la microbiota.
En cuanto a las funciones de la microbiota intestinal desde el punto de vista
nutricional, participa en la depuración de toxinas provenientes de la dieta; en la
síntesis de la vitamina K, vitamina B12 y ácido fólico; absorción de electrolitos y
minerales; y producción de ácidos grasos de cadena corta.

También se ha publicado, que el aumento del consumo de dietas hiperproteicas e


hipergrasas de origen animal junto con la ausencia de la ingesta de fibra dietética
aumenta la abundancia de microorganismos tolerantes de las sales biliares
(Alistipes, Bilophila y Bacteroides) y disminuye los niveles de especies que
metabolizan los carbohidratos complejos de los vegetales (Roseburia,
Eubacterium rectale y Ruminococcus bromii)

Para un buen mantenimiento de la microbiota intestinal, es importante incrementar


el consumo de fibra dietaria, antioxidantes, prebióticos probióticos y simbióticos;
los cuales permiten restaurar o mantener y aumentar la diversidad de esta
comunidad microbiana, lo que permitiría prevenir una serie de enfermedades y
mantener un buen estado de salud y una calidad de vida saludable.

La interacción entre la dieta, la microbiota intestinal y la salud es compleja, un


creciente conjunto de evidencias respalda que el intestino desempeña un papel
positivo en el apoyo y la mejora de la salud humana, con una homeostasis
intestinal equilibrada mantenida por un consorcio de microbiota intestinal, una gran
abundancia de probióticos y una barrera intestinal completa.

Referencia:

Vista de LA MICROBIOTA INTESTINAL, NUTRICIÓN y SALUD. (s. f.-b).


https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/enfi/article/view/2280/2601
Articulo 2

MICROBIOTA INTESTINAL Y SU RELACIÓN CON LA ENFERMEDAD DE


PARKINSON: REVISIÓN ACTUALIZADA PARA LA PRÁCTICA CLÍNICA

Fecha de publicación 25 de enero de 2024.

La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad crónica y progresiva


causada por la degeneración de las neuronas secretoras de dopamina de los
ganglios basales, específicamente de la sustancia negra. La EP se caracteriza por
la aparición de bradicinesia acompañada de al menos uno de los siguientes
síntomas: temblores durante el reposo, rigidez y problemas de equilibrio (Alemán
et al., 2022).

Se conoce que el microbiota intestinal (MI) está compuesta de bacterias, hongos y


arqueas, estos forman una comunidad diversa, variable y única para cada
persona, abarcando múltiples funciones importantes, incluido el mantenimiento de
la homeostasis metabólica, la biosíntesis de vitaminas y la modificación de
fármacos.

Está demostrado que los componentes de las bacterias intestinales difieren en


pacientes con enfermedad de Parkinson, en sus etapas tempranas y
avanzadas. El sobrecrecimiento de microorganismos intestinales se atribuye a
un aumento de bacterias coliformes, siendo una ocurrencia frecuente en estos
pacientes.

En estudios, para los cuales se realizaron análisis de la materia fecal de individuos


con EP, se ha podido encontrar aumento y disminución de ciertos géneros. Sobre
esto, se determinó disminución de los géneros Faecalibacterium,
RoseburiayFusicatenibacter. Por otro lado, hubo aumento del género
Christensenellaceae R-7 y tenía conexión con el géneroAkkermansia. Así mismo
se mencionó que el grupo Akkermansia y Christensenellaceae R-7podrían tener
importancia en el desarrollo y/o progresión de la EP, y que cuando las fibras
dietéticas tienen defectos, la Akkermansia muciniphila aumenta la permeabilidad
intestinal al mismo tiempo que va degradando la capa de moco intestinal
(Hirayama & Ohno, 2021).

En un estudio de caso-control, en pacientes con EP se identificó un aumento del


triple en los valores de anticuerpos H. pylori en comparación con sujetos
controles. Además, se ha comprobado que la eliminación de infecciones por H.
pylori disminuye la sintomatología de la enfermedad de Parkinson. Aunque la
relación entre la infección por la H. pylori y la EP parece bien sustentada y
respaldada, los mecanismos por los que transcurre no se han aclarado por
completo (Almaguer et al., 2018).

Por otro lado, en una revisión sistemática de casos y controles se identificó que en
el microbiota fecal de pacientes con EP se muestran niveles más altos de
bacterias gramnegativas proinflamatorias del géneroRalstonia. Los pacientes con
enfermedad de Parkinson con una escala de evaluación unificada (UPDRS)
elevada se relacionaron con niveles elevados deEubacterium eligens,
Eubacterium rectaleyEubacterium hallii, lo que se asocia con la progresión
desfavorable de la enfermedad.

Según (Gómez Eguílaz et al., 2019) explica que, la conexión entre los intestinos y
el sistema nervioso central implica numerosas vías mediadas por diversas
sustancias sintetizadas por microbios. Y que, además, el microbiota intestinal es
capaz de producir y liberar algunos metabolitos activos que pueden servir como
neuro mediadores participantes en la comunicación con el SNC y afectan al
cerebro.

Se ha destacado a detalle que los estudios que han evaluado el microbiota de


individuos con EP tienen resultados homogéneos en tendencia sobre un género
de especies presentadas. Sobre esto, según (Yemula et al., 2021), encontró que
en 223 pacientes con EP y137 controles, las enterobacterias que aumentaron en
EP a nivel de género fueronAkkermansiayCatabactery aquellas que disminuyeron
en EP a nivel de género fueronRoseburia, FaecalibacteriumyLachnospiraceae.
La alteración de la microbiota intestinal forma parte de la fisiopatología de la
enfermedad de Parkinson. Esto se ha demostrado mediante la relación que tiene
la interacción del eje cerebro –intestino. Los estudios recientes sugieren que
algunas especies de la microbiota predominan durante la enfermedad y esto ha
permitido evaluar dentro de su neurobiología, las consecuencias de los cambios
químicos, como el aumento de la permeabilidad a nivel intestinal, e interferencia
en las conexiones y los circuitos neuronales, asociado a inflamación.

La relación de la disbiosis y alteración muscular en la EP son aspectos que


necesitan estudios a mayor escala y profundidad para poder ser mejor
comprendidos.

Referencia

Vista de Microbiota intestinal y su relación con la enfermedad de Parkinson:


Revisión actualizada para la práctica clínica. (s. f.).
https://latam.redilat.org/index.php/lt/article/view/1629/1999
Articulo 3

SÍNDROME METABÓLICO Y SU RELACIÓN CON LA MICROBIOTA


INTESTINAL
Fecha de publicación mayo 19 de 2023

El síndrome metabólico (SM) se caracteriza por la presencia simultánea o


secuencial de diversas alteraciones metabólicas e inflamatorias tanto a nivel
molecular, celular o hemodinámico, las cuales se asocian con resistencia a la
insulina, adiposidad de predominio visceral, estrés oxidativo y disfunción
autonómica.

El síndrome metabólico se ha convertido en la actualidad en un fenómeno mundial


que afecta a todas las edades, mostrando un aumento exponencial, el cual es
secundario a la occidentalización generalizada de los patrones de dieta y estilos
de vida. La prevalencia del síndrome varía en función de la edad, sexo, etnia y
población estudiada, considerándose además que la dieta más calórica junto con
una menor actividad física, serían las responsables del aumento de la tasa de
prevalencia en los países más desarrollados.

La fisiopatología y etiopatogenia del SM se relacionan con la microbiota intestinal


(MI) la que es considerada un elemento fundamental que interviene en forma
activa en la homeostasis general. Consiste en un ecosistema dinámico y complejo,
formado por una población diversa de microbios, que incluye bacterias, arqueas,
virus, hongos y protozoos que establecen una relación simbiótica con el huésped.
La formación de la microbiota se inicia desde la etapa intrauterina y a lo largo de la
vida ocurre un cambio en la composición, diversidad y metabolismo. De hecho, el
tipo de nacimiento y la atención neonatal proporcionada contribuyen a la
composición de enterobacterales y bifidobacterias. En los primeros cinco años de
vida la diversidad de la microbiota se expande en forma acelerada, decreciendo
durante la adultez, con una regresión importante después de los 60 años, con un
predominio de Firmicutes y Bacteroidetes, siendo similar al microbiota de los
primeros meses de vida.

La microbiota cumple un papel importante en la regulación del


metabolismo, en el desarrollo del sistema inmune, proporciona energía en
forma de ácidos grasos de cadena corta, aporta nutrientes a los
organismos, protege contra la colonización de patógenos, regula la
señalización neurológica, la homeostasis intestinal, la síntesis de vitaminas
(K, B12 y folato), favorece la absorción de diversos minerales como calcio,
fósforo, magnesio y hierro, interviene en el metabolismo de las sales
biliares y la modulación de algunos fármacos.

La microbiota se subdivide en diversos enterotipos fortalecidos por


géneros bacterianos, compartiendo una alta uniformidad funcional la cual es
independiente de diferentes propiedades del hospedador como son edad, sexo,
IMC y la nacionalidad. Sin embargo, su composición se ve afectada por diferentes
factores endógenos y exógenos como son: dieta, estilo de vida, antibióticos,
genética, tabaco y depresión. Los alimentos proveen una diversidad de sustratos
para el metabolismo microbiano, lo que determina que la dieta influya y module la
estructura y la composición de las comunidades microbianas.

Se ha evidenciado que los carbohidratos simples (ejemplo, sacarosa o fructosa)


causan una rápida desregulación en la composición de la microbiota intestinal,
dando lugar a una disfunción metabólica en el huésped, mientras que los
carbohidratos complejos (oligosacáridos, frutas, verduras y cereales integrales o
los carbohidratos accesibles al microbiota) son beneficiosos.

Otro de los factores que también modifican la composición de la


microbiota es el ayuno debido a que induce a concentraciones elevadas de
insulina posprandial, que se asocia con aumento de la oxidación de grasas, lo que
determina una inflexibilidad metabólica, estados de inflamación de bajo grado y
alteración de la homeostasis de la glucosa.

La microbiota intestinal interviene en la estructura anatómica y


fisiológica del intestino aumentando la superficie de absorción, promoviendo
la renovación de las células de las vellosidades, incrementando el contenido
intraluminal y acelerando el tránsito intestinal. Así mismo es considerada como un
órgano metabólicamente adaptable, flexible y renovable, que participa en forma
activa en los diferentes procesos de obtención y metabolismo de los nutrientes a
partir de la dieta.

La aparición de las enfermedades metabólicas y algunas comorbilidades


relacionadas con ellas pueden explicarse por la interferencia entre el sistema
inmunológico y la microbiota intestinal. Unos de los mecanismos propuestos como
causantes de la enfermedad es la traslocación de la microbiota del intestino, lo
que induce a inflamación de bajo grado. El término disbiosis se define como un
estado de desequilibrio que implica perturbación del proceso de la simbiosis, por
cambios cualitativos o cuantitativos en la composición de la microbiota,
acompañándose además de la pérdida de especies beneficiosas y de un aumento
de los patógenos oportunistas. Varios factores como el uso de antibióticos, estrés,
factores genéticos, dieta y el estilo de vida, se han implicado en el origen de la
disbiosis.

La desregulación de la microbiota intestinal, ya sea por factores exógenos o


endógenos, predispone al deterioro del metabolismo del huésped, pues afecta el
proceso de absorción y obtención de energía de los alimentos y distorsiona la
integridad y permeabilidad del epitelio intestinal.

Referencia

Hernández, E. J. M., Guerra, J. B. A., Betancourt-Castellanos, L., Izaguirre-


Bordelois, M., & Torres, Á. E. C. (2024). Síndrome metabólico y su relación con la
microbiota intestinal. Repertorio de Medicina y Cirugía/Repertorio de Medicina y
Cirugía, 33(1), 14-20. https://doi.org/10.31260/repertmedcir.01217372.1354

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