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Contra Toda Forma de Discriminación

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Contra toda forma de discriminación: respeto a la diversidad

¿Qué es discriminar?

Las muchas diversidades entre las personas nos permiten pensar en grupos diferentes. Es un
simple hecho de la realidad. Algunas per- sonas son mujeres y otras, varones; algunas tienen la
piel negra, otras más blanca o algo cobriza; algunas profesan una religión, otras otra, y otras,
ninguna; algunas son ancianos, otras jóvenes y otras, niños; algunas gozan de buena salud, otras
padecen alguna enfermedad o discapacidad. Y así podríamos seguir. ¡La variedad de individuos es
tan amplia!

Al referirse a un grupo de personas que comparte algún rasgo físi- co o racial, de opiniones, de
personalidad, se suele generalizar y de- cir, por ejemplo, "las mujeres", "los orientales", "los
protestantes", "los jóvenes". Estos agrupamientos son algo simplistas, porque, aunque sea
momentáneamente, borran las diferencias individuales para destacar sólo una o unas pocas
características del conjunto. Pe- ro en el fondo no hay nada negativo en ello, siempre que haya
con- ciencia de que se habla simplificadamente.

Sin embargo, cuando se establecen distinciones que no sólo crean grupos diferentes, sino que al
mismo tiempo sugieren que uno de los grupos es mejor o peor que el otro -debido pre- cisamente
al sexo, la etnia o el color, el idioma, la nacionalidad, las creencias u opiniones, la edad o la
capacidad física- lo que se está haciendo es discriminar.

Quien discrimina a una persona o grupo, los rebaja en su dignidad humana. Y así ayuda a crear o a
justificar abusos hacia ellos. Por- que la discriminación es una práctica que no solo lastima los sen-
timientos de otros; tiene consecuencias que van mucho más allá. Si algunas personas consideran a
otras "inferiores", de allí fácilmente se pasa a creer que no merecen el mismo trato que los que
son "superiores". Por el camino de este razonamiento falso se lle- ga a desconocer a los primeros
prerrogativas o derechos que sí dis- frutan los segundos.

Un monstruo de muchas cabezas

La discriminación puede tomar muchas formas, tantas como dife- rencias legítimas hay entre las
personas. Las más antiguas y frecuen- tes son:
Declaración

...la discriminación contra la mujer es incompatible con la dignidad humana y con el bienestar de la
familia y de la socie dad, impide su participación en la vida politi- ca, social, económica y cultural
de sus países en condiciones de igualdad con el hombre, y constituye un obstáculo para el pleno
desa- mollo de las posibilidades que tiene la mujer de servir a sus países y a la humanidad.

Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, 1967

por el sexo: discriminación a la mujer (sexismo o machismo);

por el origen étnico o cultural: discriminación a los grupos no blancos y de raíces culturales no
europeas (racismo);

por la nacionalidad: discriminación a los extran- jeros (xenofobia);

por el credo religioso: discriminación a los cre- yentes de religiones no oficiales o no mayorita- rias
en una sociedad;

por las opiniones políticas: discriminación a-los partidarios de posiciones políticas contrarias a las
dominantes en una sociedad;

por pertenecer a grupos minoritarios de la comunidad: dis- criminación a grupos que, en algún
sentido, están en una situa- ción diferente a la de la mayoría en una sociedad (como, por ejemplo,
personas refugiadas, desplazadas de su comunidad de origen o trabajadoras migratorias);

por la edad: discriminación a menores y personas de la tercera edad;

por la capacidad fisica: discriminación a las personas que su- fren algún impedimento o
discapacidad como, por ejemplo, in- válidos, no-videntes, sordomudos o enfermos mentales.

La discriminación no es un fenómeno sólo de los regímenes despó ticos, o del pasado. Se sigue
dando hoy, a diario, en todas las socie- dades del mundo, incluso las que se consideran más
desarrolladas.
... toda doctrina de perioridad racial es diferenciación o su- científicamente falsa, moralmente
condenable, socialmente peligrosa, y nada permite justificar la ción racial, ni en la teoria ni en la
injusta y discrimina- práctica.

Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las discriminación formas de
racial, 1963

Ha sido y es difícil de superar. Tal vez porque las di- ferencias que provocan juicios
desvalorizadores y trato injusto, en muchos casos coinciden con dife- rencias biológicas (sexo) o
con diferencias físicas notorias (color de piel, rasgos faciales, contextura o destrezas físicas),
mucha gente no puede ver más allá de lo superficial y reconocer una identi- dad profunda
compartida. A muchos le cuesta entender que ser diferentes en algunas cosas no nos hace
diferentes en todas las demás; especial- mente, no nos hace diferentes en nuestras necesidades,
senti- mientos y aspiraciones como personas. Todos queremos vivir adecuadamente, sentirnos
libres y respetados, ser felices... ¡Pero es tan frecuente que alguna diferencia particular se exagere
hasta ocultar lo que nos es común!

Esta actitud a veces es consciente y deliberada. Ha habido mu- chas argumentaciones explícitas
sobre la supuesta "superioridad" de unos grupos sobre otros. Como las que usaron, por ejemplo,
los legisladores durante muchos siglos para mantener a las muje- res en un estado de
subordinación, o los imperios europeos para someter a los pueblos conquistados de África, Asia o
América... Hay quienes las siguen usando hoy día para avasallar a pueblos vecinos en nombre del
"apartheid" o la "limpieza étnica". Esta re- tórica en realidad se emplea para disfrazar los
verdaderos intere- ses de quienes gozan de algún privilegio -económico, social, político o familiar-
que se resisten a perder o a compartir.

Todos los pueblos del mundo están dotados de las mismas facultades que les permiten alcanzar la
plenitud del desarro- llo intelectual, técnico, social, económico, cul- tural y político.

Las diferencias entre las realizaciones de los diferentes pueblos se explican enteramente por
factores geográficos, históricos, políticos, económicos, sociales y culturales. Estas dife- rencias no
pueden en ningún caso servir de pretexto a cualquier clasificación jerarquizada de las naciones y
los pueblos.

Declaración de las Naciones Unidas sobre la raza y los prejuicios raciales, 1978.
Pero muchas veces, la discriminación no es cons- ciente. Es una actitud que aprendimos involunta-
riamente, absorbiéndola de nuestra sociedad. La metimos dentro nuestro, la interiorizamos sin sa-
ber ni querer. Por lo general, no es tan extrema como para que justifiquemos un genocidio o la
represión violenta. Tiene manifestaciones más su- tiles, más disimuladas, que nos afloran sin
darnos cuenta. Si, puede ser más sutil; pero nunca es inofensiva...

Si no descubrimos y desterramos de nosotros cual- quier forma de discriminación, podría


convertirse

Resuelve las siguientes actividades en español, muy brevemente (al menos que el inciso pida que
su resolución sea detallada) y utilizando la información del anterior texto:

1) Buscar las palabras más "desconocidas" para adolescentes de 2° año de la secundaria y


transcribir su significado.

2) Explicar *detalladamente* en qué consiste discriminar según el texto leído.

3) Desarrollar todas las formas de discriminación expuestas en el texto

4) Definir los conceptos de prejuicio y estereotipo de manera completa.

5) Inventa una experiencia ficticia en relación a estos conceptos.

6) Desarrollar racismo y xenofobia y buscar ejemplos históricos de los mismos

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