La Dopamina.
La Dopamina.
La Dopamina.
Introducción.
Si bien la dopamina es una molécula que poseen todos los mamíferos, aves y peces en su
cerebro, ninguna especie tiene tanta como el ser humano. Su influencia en la conducta de las
personas ha venido siendo objeto de estudio por parte de científicos, que han descubierto cada
vez mayores propiedades para bien o mal, según el caso.
Pero luego descubrieron que solo 0,0005% de las células cerebrales, segregan dopamina,
es decir, una de cada 2 millones. Sin embargo, estas células parecían influir mucho en el
comportamiento. Estudios científicos recopilados por Daniel Z. Lieberman y Michael E. Long
en su libro Dopamina, muestran las conclusiones obtenidas con experimentos en personas y
animales, acerca de los nuevos descubrimientos que demuestran que la dopamina determina
cada aspecto de la naturaleza humana. A parte de ser la “molécula del placer”; ella proporciona
una sensación mucho más influyente.
Su conocimiento resulta ser la clave para explicar e incluso predecir el comportamiento
en un impresionante abanico de actividades humanas: crear arte, literatura y música, buscar el
éxito, descubrir nuevos mundos y nuevas leyes de la Naturaleza, pensar en Dios y enamorarse.
Afirman los neurocientíficos, que la Dopamina es una molécula que condiciona de quién
nos enamoramos, con quién nos acostamos, a quién votamos y qué nos depara el futuro. En
sentido estricto, ellos ven al hombre como un compuesto de órganos y funciones físico-
químicas, complejo, condicionado por sustancias en mayor o menor intensidad de acuerdo a la
persona. En este punto, el presente artículo presenta, no solo los estudios científicos, sino la
importancia de comprenderla, para quienes buscan escapar de la mecanicidad y fortalecer la
voluntad a través del trabajo sobre sí mismo en el proceso del despertar de la conciencia, pues
la dopamina, es el agente condicionante de nuestros comportamientos mecánicos.
Es el dispositivo puesto por las leyes naturales para evitar que la humanidad quede
estancada en la edad de piedra, y catapulta la conciencia humana hacia el futuro, en el dominio
y conocimiento del mundo, de sí mismo y del universo.
Qué es la dopamina?
Pero cuando se trata de planear el futuro, de mejorar, progresar, cuenta con una sustancia
química distinta, ejerce más control que todas las demás, la sustancia asociada a la expectación
y la posibilidad: la dopamina. Ella es la que nos motiva a buscar cosas lejanas, tanto físicas
como las que no podemos ver como el conocimiento, el amor, el poder, lo espiritual… perseguir
y controlar, poseer. Las cosas distantes, las cosas que aún no tenemos, no se pueden usar o
consumir, solo desear, por eso se dice que es la molécula de la ilusión. La dopamina tiene una
labor muy específica: aprovechar al máximo los recursos de los que dispondremos en el futuro,
la búsqueda de cosas mejores. Desde el punto de vista de la dopamina, tener cosas no es
interesante. Lo único que importa es conseguirlas. Si vives en una casa sencilla, querrás vivir
en una mansión, si vives en una mansión querrás tener un castillo en la luna… La dopamina no
tiene una estándar para lo bueno ni busca una línea de meta. Los circuitros dopaminérgicos del
cerebro solo se pueden estimular mediante la posibilidad de cualquier cosa que sea
resplandeciente y nueva, sin importar lo bien que vaya todo en ese momento. Nunca está
conforme, su lema es “Más”.
La dopamina recibió el apodo de la molécula del placer por los experimentos con drogas.
Las drogas activan los circuitos dopaminérgicos y hacen que los voluntarios en los ensayos
sientan euforia, el subidón, como ocurre con la Cocaina, la Heroína y ahora el Fentanilo. Parecía
sencillo, hasta que los estudios realizados con recompensas naturales -comida, por ejemplo-
revelaron que solo las recompensas inesperadas provocaban la liberación dopamina.
El AMOR
La dopamina es uno de los incitadores del amor, el origen de la chispa que activa todo lo
que viene después. Una pasión aplazada es una pasión prolongada. La dopamina tiende a cesar
en cuanto la fantasía se convierte en realidad, y la dopamina es la sustancia química que impulsa
el amor romántico.
Encontrar el amor requiere un conjunto de habilidades distintas a las de lograr que este
dure. El amor debe pasar de una experiencia extrapersonal a una peripersonal: de la búsqueda
a la posesión, de algo que esperamos a algo que tenemos que cuidar. Se trata de habilidades
muy diferentes esta es la razón por la que, con el tiempo, la naturaleza del amor tiene que
cambiar, y el motivo, para muchas personas de que el amor desaparezca al final del entusiasmo
dopaminérgico que denominamos romance.
La atracción inicial que se siente hacia otra persona, es motivada por la dopamina: la
expectativa, lo novedoso, lo maravilloso, el ser único en el mundo, hecho a mi medida… la
dopamina te hace sentir una ensoñación…. Es la química… la empatía la afinidad… pero la
dopamina, deja de actuar cuando algo se vuelve habitual, cuando desaparece lo novedoso, y se
cae en la rutina, lo cotidiano…. Entonces el amor va desapareciendo.
No es fácil decir adiós a la emoción dopaminérgica que generan las nuevas parejas y el
deseo pasional, pero la capacidad para hacerlo es una señal de madurez y un paso hacia la
felicidad duradera.
Una historia de amor basada en la dopamina es una locura emocionante aunque breve,
pero las características químicas del cerebro nos proporcionan los instrumentos para emprender
el camino que conduce al amor de compañeros.
Al igual que la dopamina es la molécula del deseo obsesivo, las sustancias químicas más
asociadas con las relaciones duraderas son la oxitocina y la vasopresina. La oxitocina es más
activa en las mujeres y la vasopresina, en los hombres.
Muchas parejas tienen relaciones sexuales con menos frecuencia a medida que el amor
dopaminérgico obsesivo evoluciona hacia un amor de compañerismo del aquí y el ahora. Esto
tiene sentido, ya que la oxitocina y la vasopresina inhiben la liberación de testosterona. De
forma parecida, la testosterona inhibe la liberación de oxitocina y vasopresina, lo que ayuda a
explicar por qué los hombres con niveles naturales altos de testosterona en sangre son menos
propensos a casarse. De mismo modo, los hombres solteros tienen más testosterona que los
casados. Y si el matrimonio de un hombre se vuelve inestable, su vasopresina desciende y su
testosterona aumenta. La testosterona incrementa el deseo sexual, tanto en hombres como en
mujeres.
La dopamina recibió el apodo de la molécula del placer por los experimentos con drogas.
Las drogas activan los circuitos dopaminérgicos y hacen que los voluntarios sientan euforia.
GNOSIS
Por eso el conocimiento de la gnosis y del trabajo psicológico es fundamental, para saber
controlar, regular la dopamina. En la gnosis, el amor puede durar mucho tiempo, dependiendo
del trabajo que hombre y mujer realicen, en la canalización de la energía sexual, la castidad
científica, para que siempre permanezca lo novedoso, el descubrimiento de la experiencia entre
las delicias de erotismo y la sexualidad sagrada.
La dopamina tiene que ver con el centro de los deseos, nuestro cerebro la segrega de
acuerdo a distintos eventos, como la adrenalina en caso de peligro o emociones intensas, ira,
etc.