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APOCALIPSIS

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APOCALIPSIS 1: INTRODUCCIÓN.

UNA VISIÓN DE JESÚS


A. La introducción y el prólogo al libro de Apocalipsis
1. (1-2) El escritor del libro de Apocalipsis
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado
testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha
visto.
a. La revelación de Jesucristo: La antigua palabra griega traducida
como revelación es apokalupsis (apocalipsis). La palabra significa: «revelar, quitar el velo». ¿Qué es lo que
revela el libro de Apocalipsis? Es la revelación de Jesucristo. Este libro es la revelación de Jesú s, en el
sentido de que le «pertenece a É l», es É l quien hace la revelació n. También es la revelación de Jesú s, en el
sentido de que «É l es el objeto revelado»; Jesú s es la persona revelada por el libro.
i. Desde el inicio, se nos da la verdad má s importante sobre el libro de Apocalipsis. Este libro nos muestra
al Anticristo, nos muestra el juicio de Dios, la calamidad en la tierra y el misterio de Babilonia con todo
detalle. Pero má s que todo, es la revelación de Jesucristo para nosotros. Si atrapamos todo lo demá s, pero
fallamos en ver a Jesú s en el libro, entonces no hemos visto el libro de Apocalipsis.
ii. ¡Có mo necesitamos una revelació n de Jesú s! «La gran falta de muchos profesores es que Cristo es para
ellos un personaje má s sobre el papel, ciertamente, má s que un mito; pero aú n una persona de pasado
turbio, un personaje histó rico que vivió hace muchos añ os, y que hizo muchas obras admirables, por el cual
fuimos salvos, pero que está lejos de ser una realidad viva, presente y magnífica». (Spurgeon)
b. Que Dios le dio, para manifestar a sus siervos: Esta es una razó n importante del «porqué»
Dios dio esta revelación de Jesucristo. É l la dio para manifestarla a sus siervos. Dios dio esta revelació n
para que pudiera ser vista, no escondida. Es apocalipsis («una revelació n»), no apocrypha («algo
escondido»).
c. Cosas que deben suceder pronto: Esto describe «cuá ndo» los eventos de este libro deben
suceder: se presentará n pronto, y deben suceder pronto. Esto quiere decir que el libro de Apocalipsis es
un libro de profecía de predicció n. Habla de cosas que sucederá n en el futuro —al menos el futuro respecto
al tiempo en que fue escrito.
i. No toda la profecía es de predicció n. Pero este libro profético es claramente de predicció n. Describe las
cosas que deben suceder pronto. «El tiempo está cerca» (Apocalipsis 1:3) para el cumplimiento de estas
cosas, pero el tiempo referido no era el tiempo presente en el momento en que fue escrito.
ii. Algunos podrían decir que no debemos estar preocupados por la profecía, que es un ejercicio frívolo;
pero si Dios estaba lo suficientemente preocupado para hablar de ello, entonces deberíamos de estar lo
suficientemente preocupados para escuchar. «Algunos nos dicen que lo que es futuro aú n no debe de ser
examinado, sino hasta que ya haya sucedido. Apenas puedo percatarme de que esto lo hayan querido decir
en serio». (Seiss)
d. Deben suceder pronto: Cuando Juan dice que estas cosas deben suceder pronto, ¿qué es lo
que quiere decir? ¿Qué tan pronto es pronto? ¿Qué tan cerca es cerca? «Pronto» y «cerca» son términos
relativos, esta es la línea de tiempo de Dios, no la del hombre. Durante 2000 añ os, la historia ha estado al
borde de la consumació n de todas las cosas, corriendo de manera paralela a ese borde, no hacia una orilla
distante.
i. «Pronto» proviene de la antigua frase griega «en tachei», que significa «algo que sucederá rá pido o
repentinamente, de golpe»; esto indica rapidez de ejecució n después de que el inicio tenga lugar. La idea
no es que el evento puede ocurrir pronto, sino que cuando suceda será repentino». (Walvoord)
e. La declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan: Esto describe el «có mo» el mensaje es
enviado en el libro de Apocalipsis. Es un libro de señ ales: el á ngel declaró este mensaje a Juan.
i. ¿Por qué Dios utiliza tantas señ ales en el libro de Apocalipsis? Después de todo, esto ha sido la causa
principal de la dificultad del libro. ¿Está Dios jugando a que «adivinemos un misterio»? Para nada. Las
señ ales son necesarias porque Juan expresa cosas del cielo, las cuales Pablo dijo que escuchó con «palabras
indecibles» (2 Corintios 12:4). Juan describe cosas que ha visto, así que solamente puede utilizar imá genes
simbó licas para explicarlas. Para nosotros, este libro es profecía. Pero Juan simplemente registró la
historia que se desplegaba delante de él, mientras miraba. «Juan tuvo visiones del cielo; pero las describió
a su manera y con su lenguaje». (Clarke)
ii. Las señ ales también son necesarias porque hay un poder tremendo en el lenguaje simbó lico. Una cosa es
llamar a alguien o a algo «malvado» o «malo»; pero es aú n má s vívido describir la imagen de una mujer
«ebria con la sangre de los santos» (Apocalipsis 17:6).
iii. A pesar de que está lleno de señ ales, el libro de Apocalipsis es accesible a aquellos que tienen un
entendimiento de los primeros 65 libros de la Biblia, especialmente un entendimiento de los primeros 39
libros de la Biblia; o sea, del Antiguo Testamento. El Libro de Apocalipsis está arraigado en el Antiguo
Testamento. Contiene má s de 500 alusiones al Antiguo Testamento, y 278 de los 404 versículos en
Apocalipsis (eso es casi el 70%), hacen alguna referencia al Antiguo Testamento.
f. Por medio de su ángel a su siervo Juan: Esto nos dice «quién» escribió el libro de Apocalipsis.
Fue su siervo Juan, y la mejor evidencia apunta a que sea el apó stol Juan, el mismo escritor del Evangelio
de Juan y los libros de 1, 2 y 3 de Juan.
i. Por medio de su ángel: Muchas de las señ ales y visiones del libro de Apocalipsis vinieron a Juan por
medio de la supervisió n de un á ngel (Apocalipsis 5:2, 7:2, 10:8 a 11:1, 17:7, son algunos ejemplos).
g. Que ha dado testimonio de la palabra de Dios: En este pró logo, vemos que Juan sabía que
este libro era escritura santa, la Palabra de Dios. Muy a menudo nos preguntamos si los apó stoles sabían
que estaban escribiendo una escritura santa. Al menos, en este caso, Juan sabía.
i. É l sabía que era una escritura santa, porque la llama una revelación de Dios. É l sabía que venía del
Padre, por medio de Jesú s, y no de un simple humano.
ii. É l sabía que era una escritura santa, porque la llama Palabra de Dios, como un profeta del Antiguo
Testamento lo diría. É l también lo llama el testimonio de Jesucristo.

2. (3) Una bendición para el lector y el que «guarda» este libro


Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella
escritas; porque el tiempo está cerca.
a. Bienaventurado el que lee […] y guardan las cosas en ella escritas: El libro de Apocalipsis ofrece una
particular y ú nica bendició n a aquel que lee y guarda su mensaje. Esta es la primera de siete beatitudes de
Apocalipsis (Apocalipsis 1:3, 14:13, 16:15, 19:9, 20:6, 22:7, y 22:14).
i. Debido a que descuidan el estudio del libro de Apocalipsis, muchas personas pierden la bendició n. Por
ejemplo, la Iglesia anglicana omite Apocalipsis de su itinerario regular de lecturas, tanto en la adoració n
pú blica como en las devociones privadas. Esta es una actitud típica hacia el libro de Apocalipsis. Muchas
personas creen que solamente los faná ticos quieren profundizar en este libro. Pero, en realidad, este es un
libro para cualquiera que quiera ser bienaventurado.
ii. Afortunadamente, Juan no dijo que debíamos de entender todo en el libro de Apocalipsis para
ser bienaventurados. Hay ciertas cosas difíciles en este libro, las cuales solamente pueden ser entendidas
mientras miramos hacia atrá s a las profecías cumplidas. Pero podemos ser bendecidos al leer y escuchar,
aun cuando no entendamos.
b. Esta promesa nos da má s razones para saber que Juan creía que este libro era una escritura santa.
Primero, las palabras «el que lee, y los que oyen» nos muestran que este libro era para ser leído de
manera pú blica, justo como cualquier otra escritura aceptada. Segundo, la promesa de bendició n en sí
misma nos muestra que Juan tenía a este libro como una escritura santa. En el mundo judío, tal bendició n
nunca podría ser pronunciada en un simple libro humano.
i. Todas estas cosas en conjunto muestran que, má s allá de cualquier duda, el libro de Apocalipsis reclama
ser una escritura santa. Un crítico puede estar de acuerdo o en desacuerdo con ese reclamo, pero no se
puede negar que Apocalipsis hace el reclamo.
c. Guardan las cosas en ella escritas: El libro de Apocalipsis nos da mucha informació n, no solamente
informació n para especulació n profética. Nos da cosas para guardar. Si entendemos al libro de
Apocalipsis, este «cambiará la manera en que vivimos».
d. La expresió n «el que lee» está en singular. Esto habla de una persona que lee. «Los que oyen» está en
plural. Esto habla de muchas personas escuchando. La idea probablemente alude a la costumbre de la
iglesia primitiva, donde se prestaba atenció n a la lectura pú blica de las Escrituras, la cual muy a menudo
era explicada. En nuestra manera moderna de hablar, Juan pudo decir: «Bienaventurado es el pastor que
enseñ a el Apocalipsis, y bienaventurada es la congregació n que lo escucha». Pero má s que todo, pastor o
congregació n, bienaventurado aquel que guarda las cosas en él escritas.
i. «Tampoco nosotros debemos de vivir solamente en las palabras de esta profecía, sino morir también, y
estar contento al ser quemado por ello, si así somos llamados; como aquel santo má rtir, que cuando vio la
Revelació n fue arrojado al fuego, y clamó : “Oh, bendita Revelació n, ¡qué feliz estoy al ser quemado en tu
compañ ía!”». (Trapp)

3. Ya que mucha controversia se ha levantado sobre la interpretación del libro de Apocalipsis, es muy
útil comprender las cuatro aproximaciones básicas hacia el entendimiento de este libro. A través de
los siglos, las personas se han aproximado a Apocalipsis, básicamente, en una de estas cuatro
maneras:
a. El enfoque preterista: Esta aproximació n cree que Apocalipsis trata solamente con la iglesia de los días
de Juan. Segú n este punto de vista, el libro de Apocalipsis no predice nada. Juan, simplemente, describe los
eventos de sus días actuales; pero los expresa en un «có digo» simbó lico, así que aquellos fuera de la familia
cristiana no podían entender su crítica al gobierno romano. En el enfoque preterista, el libro de Apocalipsis
es para el momento en que fue escrito.
b. El enfoque historicista: Esta forma de aproximació n cree que Apocalipsis hace referencia a un panorama
amplio y difuso de toda la historia de la iglesia. En el enfoque historicista, Apocalipsis predice el futuro;
pero el futuro de la «era de la iglesia», no el futuro del final de los días. En el enfoque historicista,
Apocalipsis está lleno de símbolos que describen el ahora.
i. Por ejemplo, muchos de los reformadores llamaron al Papa la bestia de Apocalipsis capítulo 13; pero esto
no indica que, necesariamente, creyeron que el final estaba muy cerca. Así que creían que Apocalipsis
hablaba de su tiempo, no del final de los tiempos.
c. El enfoque poético: Esta forma de aproximació n cree que el Apocalipsis es un libro lleno de imá genes y
símbolos intencionados para animar y dar consuelo a los cristianos perseguidos en los días de Juan. Segú n
este punto de vista poético o alegó rico, el libro de Apocalipsis no es literal ni histó rico. Apocalipsis es un
libro de significado personal.
d. El enfoque futurista: Esta manera de aproximarse cree que al empezar el capítulo cuatro, Apocalipsis
trata sobre el final de los tiempos, el periodo que predice directamente el retorno de Jesú s. En el enfoque
futurista, Apocalipsis es un libro que, principalmente, describe el final de los tiempos.
e. ¿Cuá l es el enfoque correcto? Cada uno tiene un poco de veracidad en algú n aspecto. El libro de
Apocalipsis sí habla de los días de Juan, y también dice algo de la historia de la iglesia y tiene significado
para nuestra vida personal. Pero, aunque elementos de los primeros tres enfoques son vá lidos, no
podemos negar el lugar del enfoque futurista. Podemos saber que el libro de Apocalipsis habla con claridad
sobre el final de los tiempos, debido a dos principios centrales traídos de Apocalipsis 1:1-3:
i. Primero, creemos que el libro de Apocalipsis debe significar algo. Este es un libro que Jesú s dio para
mostrar algo a sus siervos. No es un libro de disparates sin sentido. Es una promesa de bendició n, no una
promesa de confusió n.
ii. Segundo, creemos que el libro de Apocalipsis definitivamente reclama tener profecía de predicció n. Juan
lo puso en claro: «las cosas que deben de suceder pronto […] el tiempo está cerca». Juan escribe sobre
eventos que aú n eran futuros para él.

B. Saludos
1. (4-5a) Un saludo de gracia y de paz
Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de
venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel, el
primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.
a. A las siete iglesias que están en Asia: Esta carta fue originalmente dirigida a
estas siete iglesias selectas de Asia. Esta era la provincia romana de Asia, la cual es la parte oeste del
Turquía moderno.
b. Del que es y que era y que ha de venir: Juan trae un saludo de Dios el Padre, quien es descrito con este
título: «del que es y que era y que ha de venir», lo que habla de la naturaleza eterna de Dios. Tiene la
idea de un ser sin tiempo, y está conectado con el nombre Yahveh, encontrado en el Antiguo Testamento
(É xodo 6:3, 17:15).
i. La construcció n griega de la expresió n «del que es y que era y que ha de venir», es intencionalmente
rara en el griego. Al parecer Juan buscó una frase que comunicara la idea del Yahveh del Antiguo
Testamento.
ii. Nunca es suficiente con decir solamente que Dios es, o que era, o que ha de venir. Como Señ or sobre la
eternidad, É l gobierna el pasado, el presente, y el futuro.
iii. La descripció n «del que es y que era y que ha de venir», aplica a Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo,
tanto como a Dios el Padre. De hecho, el título Yahveh describe al Dios trino, al ú nico Dios en tres personas.
Pero, al parecer, aquí Juan se enfoca en Dios el Padre con este título; porque en las siguientes palabras de
este versículo hace, específicamente, menció n de Dios el Hijo y de Dios el Espíritu Santo.
c. De los siete espíritus que están delante de su trono: Juan trae un saludo de Dios el Espíritu Santo,
quien es descrito con este título. La expresió n «los siete espíritus que están delante de su trono», habla
de la perfecció n y plenitud del Espíritu Santo. Juan utiliza una descripció n del Antiguo Testamento para el
Espíritu Santo.
i. La idea de los «siete Espíritus» es citada del Antiguo Testamento. Isaías 11:2 describe siete aspectos del
Espíritu Santo: «Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová ; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu
de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová ». No es que haya siete espíritus
distintos de Dios, sino que en lugar de eso, el Espíritu del Señ or tiene estas características, y las tiene en
toda su plenitud y perfecció n.
d. De Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra :
Juan trae un saludo de Dios el Hijo, quien es descrito por lo que É l es y por lo que É l ha hecho.
i. Jesú s es el «testigo fiel»: Esto habla de la fiabilidad y fidelidad absoluta de Jesú s hacia su Padre y su
pueblo, incluso hasta la muerte. La antigua palabra griega traducida como «testigo» es también la palabra
usada para «má rtir».
ii. Jesú s es el «primogénito de los muertos»: Esto habla de Jesú s estando firme como preeminente entre
todos los seres. «Primogénito de los muertos» significa mucho má s que ser la primera persona
resucitada. También significa que É l es preeminente entre todos aquellos que han resucitado o que
resucitará n. Jesú s es el «primogénito de entre muchos hermanos» (Romanos 8:29).
iii. El uso de «primogénito» no significa que Jesú s tuvo una «fecha de nacimiento», como si fuera un ser
creado, y no Dios. Los antiguos rabinos llamaban al mismo Yahveh el «primogénito de la creació n» (Rabbi
Bechai, citado en el comentario de Lightfoot sobre Colosenses). Los rabinos también
utilizaban primogénito como un título mesiá nico. «Dios dijo: de la manera que hice a Jacob primogénito
(É xodo 4:22), así también haré al rey Mesías primogénito (Salmos 89:27)». (R. Nathan en Shemoth Rabba,
citado por Lightfoot en su comentario sobre Colosenses)
iv. Jesú s es el soberano sobre los reyes. Antes de que termine el libro de Apocalipsis, Jesú s tomará el
dominio de cada reino terrenal. En el tiempo presente, Jesú s reina; pero su reino aú n no es de este mundo.
e. En este saludo, con la menció n sistemá tica de cada persona de la Trinidad, vemos como el Nuevo
Testamento presenta la doctrina de la Trinidad. No la presenta de una manera teoló gica sistemá tica y
cuidadosamente definida; sino, simplemente, teje la verdad de la Trinidad: que hay un Dios en tres
personas en todo el entramado del Nuevo Testamento.

2. (5b-6) Una declaración de alabanza a Jesús


Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para
Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
a. Al que nos amó: ¡Qué hermoso título para Jesú s! Cuando «amó» es usado en el tiempo pasado, este
apunta hacia atrá s, hacia un momento y lugar particular en el que Jesú s nos amó. Se debe de resaltar que
muchas traducciones tienen «nos ama» (como la NASB, NVI y TNV), pero hay algo hermoso acerca de la
frase «nos amó». Mira hacia atrá s, hacia la cruz. Cada creyente debe estar seguro del amor de Dios, no
basá ndose en sus circunstancias presentes (las cuales pueden ser difíciles), sino basado en la demostració n
final de amor en la cruz. ¡Vale la pena alabar a Jesú s por eso!
i. Pablo lo puso de esta forma en Romanos 5:8: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aú n pecadores, Cristo murió por nosotros». La obra de Jesú s en la cruz por nosotros, es la prueba de
amor final de parte de Dios hacia ti. É l puede dar pruebas adicionales, pero no puede dar una prueba má s
grande que esa.
ii. No hay que maravillarse en cuanto a que muchos creyentes no estén seguros del amor de Jesú s hacia
ellos. Ellos miran sus circunstancias presentes para medir el amor de Dios. En vez de esto, necesitan
voltearse a la cruz, resolver el asunto de una vez por todas, y darle alabanza a Jesú s, al que nos amó.
b. Y nos lavó de nuestros pecados con su sangre: Esto es lo que sucedió cuando Jesú s nos amó en la
cruz. É l nos lavó, nos limpió de la profunda mancha de pecado, para que estuviéramos verdaderamente
limpios delante de É l. ¡Jesú s es digno de alabar por esto!
i. Si entendemos nuestra propia y profunda pecaminosidad, parece demasiado bueno para ser cierto saber
que podemos estar parados limpios delante de Dios, limpios de las manchas má s profundas. No hay que
maravillarse de que el apó stol Juan escribiera: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9).
ii. Con su sangre: Si hubiera alguna otra forma de lavarnos del pecado, Dios lo hubiera hecho de esa otra
manera. Lavarnos con su sangre significó el má ximo sacrificio de Dios el Hijo. No se hubiera podido hacer
a menos que se hiciera de esta manera. «Los sacerdotes solamente podían limpiar con sangre de toros y
cabras; pero É l nos ha lavado de nuestros pecados “con su propia sangre”. Los hombres está n dispuestos a
derramar la sangre de otros. ¡Con qué rapidez entran a la guerra! Pero Cristo estaba dispuesto a derramar
su propia sangre, derramar su alma hasta la muerte, para que pudiéramos ser salvos». (Spurgeon)
iii. Vean el orden: Primero nos amó, luego nos lavó. No fue que Dios nos lavó debido a un sentido del
deber, y luego nos amó porque ya está bamos limpios. É l nos amó mientras está bamos sucios; pero
luego, nos lavó.
iv. De hecho, el lavar provoca amar. Si tienes unos pantalones viejos, y se han cubierto de pintura,
solamente los lavarías y te los pondrías por dos razones. Primero, los podrías lavar y ponértelos si fueras
pobre. Tú no puedes gastar dinero en otros pantalones, así que los lavas y te los pones. Segundo, los
pudieras lavar y ponértelos si en verdad amaras esos pantalones viejos. El dinero no es el problema.
Podrías ir y comprar un nuevo par de pantalones en cualquier momento. Pero amas tanto esos pantalones
que gastas tu tiempo y esfuerzo para limpiarlos, y para usarlos otra vez. Dios nos ama tanto que nos lavó.
Dios, ciertamente, no es pobre. Con un solo pensamiento, podría mandar al olvido a cada pecador y
comenzar con nuevas criaturas; pero no lo hace. É l nos ama tanto que nos lavó.
v. Algunos eruditos creen que Juan escribió : «y nos liberó (soltó) de nuestros pecados». Hay solamente
una letra de diferencia entre las palabras «lavó» y «liberó» en la antigua lengua griega. Ambas palabras se
muestran en manuscritos antiguos, así que es difícil decir cuá l fue la que escribió Juan. Pero sabemos que
ambas son ciertas, pues somos lavados y liberados de nuestros pecados.
c. Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre: Este es el estatus que Jesú s les da a aquellos que
É l amó en la cruz y que son lavados […] con su sangre. Hubiera sido suficiente el amarlos y limpiarlos
ú nicamente. Pero É l fue má s allá , y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre. Esto es má s de lo
que fue Adá n. Aun en la inocencia del Edén, nunca leemos de Adá n entre los reyes y sacerdotes de Dios.
¡Esto es algo por lo que vale la pena alabar a Jesú s!
i. Somos «reyes», somos la realeza de Dios. Esto habla de privilegio, de estatus, de autoridad. Somos
«sacerdotes», así que somos los siervos especiales de Dios. Representamos a Dios ante los hombres, y a
los hombres ante Dios. Le ofrecemos sacrificio a É l (Hebreos 13:15). Tenemos acceso privilegiado a la
presencia de Dios (Romanos 5:1-2).
ii. Reyes y sacerdotes: En el Antiguo Testamento, estaba prohibido combinar los cargos de rey y
sacerdote. El rey Uzías de Judá es un ejemplo de un hombre que intentó combinar ambos cargos, y pagó la
pena por ello (2 Cró nicas 26:16-23). Pero bajo el Nuevo Pacto, podemos ser como Jesú s, en el sentido que
É l es ambos: Rey y Sumo Sacerdote (Lucas 1:31-33; Hebreos 4:14).
d. A él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos: A la luz de todo lo que Jesú s ha hecho por
nosotros, ¿no deberíamos de alabarle? ¿No deberíamos de darle el honor, la gloria e imperio por los
siglos de los siglos? Cuando decimos esto, no le estamos dando a Jesú s gloria e imperio; simplemente,
estamos reconociendo que los tiene, y lo honramos por ello.
i. Reconocer la gloria de Jesú s es salir afuera y salir por É l. «Algunos de ustedes se parecen mucho al rató n
detrá s del zó calo. Está n en la casa del Señ or, pero no son conocidos como parte de la familia. A veces dan
un pequeñ o chillido en su lugar de escondite, y algunas veces salen de noche, de la misma forma que lo
hace el rató n, para juntar una o dos migajas, sin ser vistos. ¿Es esto digno de ti? ¿Es esto digno de tu Señ or y
Amo?». (Spurgeon)
ii. Reconocer el imperio de Jesú s es dejar que gobierne sobre nosotros. «De nuevo, si en verdad decimos:
“A É l sea la gloria e imperio”, entonces debemos darle el dominio sobre nosotros. Cada hombre es un
pequeñ o imperio de tres reinos —cuerpo, alma y espíritu— y debiera ser un reino unido. Haz a Cristo el
rey de todo. No dejes que ninguna ramificació n de esos tres reinos se establezca con un gobierno distinto;
ponlo todo bajo la influencia de tu ú nico Rey». (Spurgeon)
e. Amén: Esta palabra, en la antigua lengua griega, traída del hebreo del Antiguo Testamento, simplemente
significa «sí». No es un deseo para que pueda llevarse a cabo, es una afirmació n, por medio de Dios, de
que así será . ¡Jesú s será alabado!
i. Jesú s ha hecho todo esto, y aú n má s, por ti. Tienes mucho por lo que alabarle. ¡Así que alá bale! «¿No
desearías estar en el cielo cuando termine tu vida en la tierra? Llegará el tiempo en el que debas morir; ¿no
desearías tener una buena esperanza de entrar a la felicidad de los perfeccionados? Estoy seguro de que sí;
pero si al fin será s enumerado entre las huestes de los redimidos en lo alto, aquí debes de aprender su
canció n. No puedes ser admitido en los coros de arriba sin haber practicado y ensayado su mú sica aquí
abajo». (Spurgeon)
ii. «La palabra griega “amén” es una transliteració n de una palabra hebrea de sonido similar cuyo
significado es “verdad” o “fidelidad”, así que quiere decir: “sea cierto” o “así sea”». (Walvoord)

3. (7) Una descripción inicial del retorno de Jesús


He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la
tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
a. He aquí que viene: Este es un mandamiento a mirar, a echar un vistazo. Juan se mueve de alabar a Jesú s
a describir su regreso. É l quiere que veamos la venida de Jesú s. Jesú s dijo que observá ramos y
esperá ramos su venida (Mateo 24:42). Es algo para mantener delante de nuestra mente, para contemplar.
i. Esta no era una visió n sobrenatural del regreso de Jesú s. Esa visió n sobrenatural vendrá después. Esta es
una descripció n basada en el entendimiento de Juan de las promesas del Antiguo Testamento del retorno
del Mesías y de las propias palabras de Jesú s sobre su venida. Por ejemplo, Juan sabía que Jesú s regresaría
porqué Jesú s dijo: «vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo» (Juan 14:3).
ii. «Cristo no se ha ido al cielo para quedarse allá . É l se fue para el beneficio de la iglesia; y para beneficio de
la iglesia, volverá otra vez». (Seiss)
b. Viene con las nubes: Cuando Jesú s vuelva, É l estará rodeado por nubes. Esto será literal, porque
cuando Jesú s dejó esta tierra fue tomado en una nube, y Dios dijo que É l regresaría de la misma manera
(Hechos 1:9-11). También será cierto de manera figurada, porque a las multitudes de creyentes se les
llama nubes de una forma figurada (Hebreos 12:1). Las nubes está n asociadas comú nmente con la
presencia y gloria de Dios (É xodo 13:21-22, 16:10, 19:9, y 24:15-18), lo que se relaciona con la nube de
gloria del Antiguo Testamento llamada la Shekinah.
i. Al entender esta conexió n con la gloria de Dios, es maravilloso que una multitud de creyentes sea llamada
una nube. El pueblo de Dios es su gloria. Ellos son su «nube», su Shekinah.
ii. Juan no necesitó una visió n especial para saber que É l viene con las nubes. É l sabía esto del Antiguo
Testamento (Daniel 7:13-14) y de las propias palabras de Jesú s: «y ademá s os digo, que desde ahora veréis
al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo» (Mateo 26:64).
c. Y todo ojo le verá: Cuando Jesú s regrese, no será una venida «secreta». Todos lo sabrá n. En su primera
venida, Jesú s era en parte oscuro (no visto). Durante su primer ministerio, É l nunca apareció en las
primeras noticias de Roma. Pero cuando Jesú s regrese otra vez, todo ojo le verá, todo el mundo lo sabrá .
i. Juan no necesitó una visió n especial para saber que todo ojo le verá. Juan escuchó al mismo Jesú s decir:
«Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgá is; o mirad, está en los aposentos, no lo creá is.
Porque como el relá mpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida
del Hijo del Hombre». (Mateo 24:26-27)
d. Y los que le traspasaron: Cuando Jesú s vuelva, será una revelació n particularmente significativa para el
pueblo judío. Por supuesto, no fueron ú nicamente los judíos los que le traspasaron. Pero sabemos que
Juan tiene en mente la revelació n de Jesú s a su propio pueblo, porque esto es una alusió n a Zacarías 12:10.
i. Cuando Jesú s se revele a su propio pueblo, los judíos, no será con ira. En ese tiempo, la nació n judía ya se
habrá vuelto a Jesú s y confiará en É l como su Mesías (Mateo 23:39, Romanos 11:25-26). Cuando ellos vean
a Jesú s, y sus manos y pies traspasados, será un doloroso recuerdo de su previo rechazo hacia É l. Esto
cumplirá la escena de Zacarías 12:10: «Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de
Jerusalén, espíritu de gracia y de oració n; y mirará n a mí, a quien traspasaron, y llorará n como se llora por
hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito».
ii. Juan no necesitó de una visió n especial para saber quiénes lo traspasaron. É l lo podía leer en Zacarías
12:10.
e. Todos los linajes de la tierra harán lamentación por él: Cuando Jesú s regrese, no solamente será el
pueblo judío el que hará lamentación debido a su previo rechazo a Jesú s. Ya que habrá gente salva
de todos los linajes de la tierra (Apocalipsis 7:9), todos tendrá n parte en esta lamentació n. Veremos las
cicatrices en Jesú s y diremos: «Nosotros le hicimos esto».
i. Juan no necesitó de una visió n especial para saber que todos los linajes de la tierra harán lamentación
por él. É l solamente necesitó recordar lo que Jesú s dijo en Mateo 24:30: «Entonces aparecerá la señ al del
Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentará n todas las tribus de la tierra, y verá n al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria».

4. (8) Una introducción del mismo Jesús


Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el
Todopoderoso.
a. Yo soy el Alfa y la Omega: En muchas traducciones, y en ediciones de «letra roja», estas palabras está n
en rojo. Esto nos muestra que los traductores creían que estas eran las palabras de Jesú s. Juan ha
terminado con su introducció n, y ahora Jesú s se introduce a sí mismo. Después de todo, es su revelació n
(«la revelació n de Jesucristo» [Apocalipsis 1:1]), así que no es extrañ o que É l se introduzca.
i. Algunos se han preguntado si aquí está hablando Dios el Padre, o Dios el Hijo. Sospechamos que es Dios
el Hijo, Jesucristo, y creemos esto por muchas razones. Primero, ya que es la revelació n de Jesú s, parece
apropiado que É l la introduzca. Segundo, los títulos «el Alfa y la Omega» y «principio y fin» son
expresamente reclamados por Jesú s (Apocalipsis 22:13). Tercero, aunque el título «que es y que era y que
ha de venir» hace referencia a Dios el Padre en Apocalipsis 1:4, también es cierto de Dios el Hijo, y parece
que es dirigido a Jesú s en Apocalipsis 11:17 y 16:5.
b. El Alfa y la Omega, principio y fin: La idea detrá s de estos títulos para referirse a Jesú s es que É l es
antes de todas las cosas y que permanecerá má s allá de todas las cosas. Alfa era la primera letra del
antiguo alfabeto griego, y Omega era la ú ltima letra. Jesú s dice: «Yo soy de la “A a la Z”, principio y fin».
i. Si Jesú s es principio y fin, entonces É l también tiene autoridad sobre las cosas que está n en medio. Esto
significa que Jesú s tiene un plan para la historia, y que É l dirige el camino de los eventos humanos hacia el
cumplimiento de su diseñ o. Nuestras vidas no son dadas a un destino ciego, a un azar, o a ciclos sin fin, sin
resolució n. En vez de eso, Jesucristo, quien es el Alfa y la Omega, principio y fin, dirige toda la historia de
la humanidad, y aun nuestras vidas individuales.
c. El que es y que era y que ha de venir: Como fue mostrado en el comentario de Apocalipsis 1:4, esta
frase comunica la idea detrá s del gran nombre del Antiguo Testamento para el Dios trino, Yahveh. Esto
refleja su naturaleza eterna, y su presencia inmutable. Jesú s tiene esta naturaleza eterna tanto como la
tiene Dios el Padre. Miqueas 5:2 lo expresa de manera profética de la siguiente manera: «y sus salidas son
desde el principio, desde los días de la eternidad». Hebreos 13:8 lo expresa de esta manera: «Jesucristo es
el mismo ayer, hoy, y por los siglos».
d. El Todopoderoso: La palabra «Todopoderoso» se traduce de la antigua palabra griega pantokrater, la
cual significa literalmente «aquel que tiene su mano en todo». Esto habla del gran control soberano de
Jesú s sobre todo: pasado, presente, y futuro.
i. Esta gran palabra (Todopoderoso), es utilizada diez veces en el Nuevo Testamento, y nueve de las diez
veces en el libro de Apocalipsis. Este libro hace hincapié en la soberanía de Dios, en el entendimiento de
que É l tiene su mano en «todo».
C. Se le manda a Juan a escribir
1. (9) Juan en la isla de Patmos
Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de
Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de
Jesucristo.
a. Yo Juan […] estaba en la isla llamada Patmos: La isla de Patmos era como una isla de Alcatraz, pero
del Imperio romano. Era utilizada como una isla para prisioneros, y funcionaba como una prisió n sin
paredes. La isla era rica en má rmol, y la mayoría de los prisioneros eran obligados a trabajar en el
má rmol. Patmos era una isla rocosa, desolada, tenía como 10 millas de largo y 6 millas de ancho.
i. «Juan estaba en ese tiempo en el exilio, en una isla solitaria y desolada. Pero ni los mares, ni los Alpes, ni
los siglos, pueden romper los lazos por los cuales los cristianos son unidos el uno con el otro, o a Cristo, su
Señ or. Hace menos de un añ o que pasé por esa isla. Es una simple masa de rocas estériles, oscura en color,
triste en forma. Está sobre el mar abierto, cerca de la costa del oeste del Asia Menor. No tiene á rboles ni
ríos, ni tierra para cultivar, excepto algunos pocos rincones cerca de los bordes de las rocas. Aú n queda una
sucia gruta, en donde se dice que el viejo apó stol vivió , y en la cual se dice que tuvo esta visió n. Una capilla
la cubre, y tiene lá mparas que los monjes mantienen ardiendo». (Seiss)
ii. Barnes describe a Patmos como «solitario, desolado, estéril, visitado de vez en cuando, reunía todos los
requisitos para ser un lugar de castigo; el exilio a tal lugar cumpliría todo lo que el perseguidor pudiera
desear para silenciar al apó stol, sin tener que matarlo». ¡Gloria a Dios que este exilio no silenció al apó stol
Juan!
b. Por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo: La mayoría de los eruditos asumen que
Juan estaba en Patmos porque fue arrestado y puesto en prisió n durante la persecució n por parte de los
romanos. Esto es probablemente cierto, especialmente porque Juan dice que él es «vuestro hermano, y
copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo». Sin embargo,
también es posible que Juan estuviera en Patmos como un misionero y no como un prisionero.
i. El antiguo historiador cristiano Eusebio, dice que Juan fue puesto en prisió n en Patmos bajo el reinado
del emperador romano Domiciano. (Historia de la iglesia, III.18, 20, de los Padres niceanos y post niceanos,
Serie 2, Volumen 1, pá ginas 148-149)
ii. «De acuerdo con Victorio, Juan, a pesar de la edad, fue forzado a trabajar en las minas localizadas en
Patmos. Las fuentes primitivas también indican que alrededor del añ o 96 d.C., a la muerte de Domiciano, se
le permitió a Juan regresar a É feso cuando el emperador Nerva estaba en el poder». (Walvoord)

2. (10-11) Se le manda a Juan a escribir


Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que
decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las
siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
a. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor: ¿Qué es lo que quiere decir Juan al decir que él estaba en
el Espíritu? Esto parece que tiene un significado mayor que, simplemente, decir que estaba caminando
«en el Espíritu», lo cual es opuesto a estar «en la carne», en el sentido que Pablo lo describe en Gá latas
5:16. La idea no es, sencillamente, que Juan estaba «caminando en el Espíritu», sino que recibió una
revelació n singular del Espíritu Santo. Esta era una experiencia ú nica para Juan, es lo que algunos pudieran
llamar una «experiencia fuera del cuerpo»; aunque, por supuesto, sin el ocultismo o el espiritismo con el
que tales experiencias está n asociadas hoy.
i. Walvoord define «en el Espíritu» de esta manera: «Llevado má s allá del sentido normal a un estado en
donde Dios pudo revelar sobrenaturalmente los contenidos de este libro».
ii. Hay cuatro referencias de Juan estando «en el Espíritu» en el libro de Apocalipsis. Primero en Patmos
(Apocalipsis 1:10), luego en el cielo (Apocalipsis 4:2), posteriormente en el desierto (Apocalipsis 17:3) y,
finalmente, en el monte de Dios (Apocalipsis 21:10).
b. En el día del Señor: ¿Cuá ndo es el día del Señor? Entre los paganos del Imperio romano, el primer día
del mes era llamado «el Día del Emperador», en honor al emperador romano. Quizá s los cristianos
proclamaban su alianza con Jesú s al honrar el primer día de la semana como el «día del Señor».
i. Este no es el mismo término utilizado para «el día del Señ or» en el Antiguo Testamento, ni tiene la misma
idea. El libro de Apocalipsis tratará definitivamente con la idea de «el día del Señ or», pero aquí no lo hace.
c. Oí detrás de mí una gran voz: La gran voz que Juan escuchó era clara y fuerte, como un sonido
de trompeta. La gran voz pertenece a el Alfa y la Omega, el primero y el último, quien es el principio y
final de todas las cosas. Ya que Jesú s se introdujo a sí mismo con estos títulos en Apocalipsis 1:8, entonces
sabemos que esta es la gran voz de Jesú s.
i. Clarke al referirse a la «voz como de trompeta» dice: «Esto era hecho para llamar a cada pensamiento
distraído, para fijar su atenció n, y solemnizar todo el acontecimiento».
ii. «El primero y el último» es un título que le pertenece al Señ or, Yahveh, el Dios de Israel (Isaías
41:4, 44:6, y 48:12). El título de el Alfa y la Omega tiene la misma idea del primero y el último. Este es
uno de los pasajes del Nuevo Testamento en donde Jesú s reclama con claridad ser Dios.
d. Escribe en un libro lo que ves: Aquí se le ordena a Juan que escriba lo que ve. Se le ordenará «escribir»
otras once veces en el libro de Apocalipsis. Tomamos el sentido de que si no se le hubiera dicho a Juan que
escribiera él hubiera podido guardar para sí mismo la visió n. Es siempre mejor guardar las visiones y
revelaciones para uno, si no se nos ordena que se haga de otra manera.
e. Envíalo a las siete iglesias que están en Asia: Se le ordena a Juan que escriba a siete iglesias en siete
ciudades. Cada una de estas iglesias está en la regió n de la provincia romana de Asia. Pero estas no
solamente eran las ciudades con iglesias en esa regió n. Por ejemplo, había una iglesia en la ciudad de
Colosas (a la cual el apó stol Pablo le escribió la carta llamada Colosenses), pero la ciudad de Colosas no
estaba incluida en las siete iglesias. ¿Por qué fueron elegidas estas siete iglesias específicamente?
i. Algunos sugieren que es porque está n dispuestas en un patró n aproximadamente circular. Otros han
pensado que es porque eran distritos postales en la provincia romana de Asia. Muchos creen que se
eligieron siete iglesias porque el nú mero siete, generalmente, representa plenitud en la Biblia, y estas
cartas —y todo el libro de Apocalipsis— está n escritas para «toda» la iglesia, no solamente para estas siete
iglesias. Seiss escribe: «Las iglesias de todos los tiempos está n comprendidas en estas siete», y cita a
muchos comentaristas modernos y antiguos que está n de acuerdo con esta perspectiva.
ii. «La opinió n de muchos escritores letrados sobre este libro es que nuestro Señ or, a través de estas siete
iglesias, hace referencia a todas las iglesias de Cristo hasta el final de los tiempos; y por lo que É l les dijo, se
muestra cuá l será el estado de las iglesias por los siglos, y cuá l es su deber». (Poole)
iii. De manera interesante, el apó stol Pablo también escribió a siete iglesias: Roma, Corinto, Gá latas, É feso,
Colosas, Filipos y Tesaló nica.
D. La visión de Jesús que tuvo Juan
1. (12-13) Jesús en medio de los candeleros
Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de
los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los
pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
a. Y me volví para ver la voz: Podemos solo imaginar qué fue lo que pasó por la mente de Juan mientras
se volvió . La voz que escuchó , probablemente, no tenía el mismo sonido que recordaba de la voz de Jesú s
(Juan la describió como «una trompeta» [Apocalipsis 1:10]). Pero él sabía, por la autodescripció n de la voz
(«el Alfa y la Omega»), que era Jesú s. Esta era la oportunidad de Juan de ver de nuevo a Jesú s, después de
conocerlo tan bien durante los añ os de su ministerio terrenal.
b. Primero, Juan no vio a Jesú s. É l vio siete candeleros de oro. Estos no eran los candeleros tradicionales
(candeleros o lá mparas de aceite de siete brazos), eran candeleros de aceite independientes. Las lá mparas
estaban en estos candeleros.
i. Había siete candeleros separados. Esta es una imagen que nos recuerda el candelero de oro que está de
pie en el taberná culo y en el templo (É xodo 25:31-37); pero este es diferente. El candelero del Pacto
Antiguo era un candelero con siete lá mparas. Aquí, en el Nuevo Pacto, vemos siete candeleros. «En el
taberná culo judío un candelero, y siete lá mparas, para dar luz […]. Juan aquí vio siete. Dios tenía
ú nicamente una iglesia entre los judíos, pero muchas entre los gentiles». (Poole)
ii. La luz no viene de los candeleros. La luz viene de las lá mparas de aceite. Los soportes solamente hacían
la luz má s visible. Por lo tanto, los candeleros son una buena imagen de la iglesia. Nosotros no producimos
la luz, solamente la exhibimos.
iii. «Una lá mpara no es luz en sí misma, solamente es un instrumento para dispersar la luz, y debe de
recibir aceite y fuego antes de que pueda dispersarla; así que ninguna iglesia tiene en sí misma gracia o
gloria, debe de recibir todo de Cristo, su cabeza, de otra manera no puede dispersar luz, ni vida». (Clarke)
c. Y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre: Jesú s está allí en medio de
los candeleros, como el Hijo del Hombre, una figura de gloria si vamos a Daniel 7:13-14. A pesar de que el
título el Hijo del Hombre suene como un título humilde, a luz del pasaje de Daniel, no es para nada
«humilde».
d. Vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro: El
vestido de Jesú s indica que É l es una persona de gran dignidad y autoridad. Vestidos largos solo eran
utilizados por aquellos que no trabajaban mucho, así que dan la imagen de gran estatus y autoridad.
El cinto de oro alrededor del pecho probablemente alude a los vestidos del sumo sacerdote (É xodo 29:5).
i. É xodo 39:1-5 dice que había hilos de oro en el cinto que daba la vuelta alrededor del pecho del sumo
sacerdote de Israel. El cinto de Jesú s tiene má s que unos pocos hilos de oro. ¡Es todo de oro! ¡Cuá n grande
es el sacerdocio eterno y celestial de Jesú s!
ii. Uno de los deberes de los sacerdotes del Antiguo Testamento era atender el candelero de oro en el
taberná culo. Cada día debían de llenar el aceite, limpiar el hollín, y cortar las mechas. Ellos debían de
inspeccionar de cerca y cuidar las lá mparas, para que pudieran arder continuamente delante del Señ or.
Aquí esta Jesú s, nuestro Sumo Sacerdote, en medio de los siete candeleros, inspeccionando
cuidadosamente las lá mparas, ayudá ndolas a siempre arder de forma brillante delante del Señ or.

2. (14-16) Juan describe a Jesús


Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de
muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y
su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
a. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana: El cabello blanco habla de avanzada edad,
lo que en esa cultura está conectado con la idea de gran sabiduría y eternidad. La frase «blancos como
nieve» también enfatiza la idea de pureza (Isaías 1:18).
i. El cabello blanco y la cabeza blanca también conectan a Jesú s con el Anciano de días de Daniel 7:9. «El
término de Anciano de días le pertenece a Dios el Padre, pero también se le asigna a Cristo, quien es igual
que el Padre en cuanto a su naturaleza divina». (Poole)
ii. «Cuando vemos en la imagen su cabeza y su cabello blanco como la nieve, entendemos la antigü edad de
su reinado». (Spurgeon)
iii. «Esto no era solamente un emblema de antigü edad, sino la evidencia de su gloria; pues la blancura y el
esplendor de su cabeza y cabello, sin duda, procedían de los rayos de luz y gloria que lo circundaban, y se
dispersaban en todas las direcciones». (Clarke)
b. Sus ojos como llama de fuego: El fuego es a menudo asociado con el juicio en las Escrituras (Mateo
5:22, 2 Pedro 3:7). Los ojos de Jesú s mostraban el fuego de juicio penetrante.
c. Sus pies semejantes al bronce bruñido: Ya que el fuego está conectado con el juicio, estos pies
semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno, hablan de alguien que ha pasado a través
de los fuegos del juicio y que ha salido adelante con una pureza refinada. Jesú s ha pasado por el «fuego del
Refinador».
i. El bronce es un metal asociado con juicio y sacrificio. El altar de sacrificio de Israel era hecho de bronce
(É xodo 27:1-6), y era llamado el «altar de bronce».
ii. El bronce también es un metal fuerte, el má s fuerte conocido en el mundo antiguo. Por lo tanto, pies
semejantes al bronce bruñido son «un emblema de su estabilidad y permanencia, al ser el bronce
considerado el má s duradero de todas las sustancias o compuestos metá licos». (Clarke)
d. Su voz como estruendo de muchas aguas: Esto significa que la voz de Jesú s tenía el poder y la
majestad de una poderosa catarata.
e. Tenía en su diestra siete estrellas: Las siete estrellas hablan de los líderes o representantes de las
siete iglesias mencionadas en Apocalipsis 1:11 (Apocalipsis 1:20). Las estrellas está n seguras en las
manos de Jesú s. Ya que siete es el nú mero de la plenitud, podemos decir que «É l tiene a toda la iglesia en
sus manos».
f. De su boca salía una espada aguda de dos filos: Esta es una espada pesada (rhomphaia), utilizada
para matar y destruir. Algunas veces el Nuevo Testamento habla de una espada má s pequeñ a, tá ctica,
conocida en el antiguo lenguaje griego como la machaira. Hebreos 4:12 utiliza el término referido a esta
espada má s pequeñ a y precisa.
i. La idea de que salga de su boca no es que Jesú s lleve una espada en sus dientes. La idea es que
esta espada es su Palabra. Su arma es la Palabra de Dios, y nuestra arma es la Palabra de Dios (Efesios
6:17).
ii. Barnes dice que Juan no vio necesariamente una espada que salía de la boca de Jesú s. «É l lo escuchó
hablar; él sintió el poder penetrante de sus palabras; estas palabras eran como si una espada filosa
procediera de su boca».
iii. Es una espada aguda de dos filos: «No hay manera de manejar esta espada sin cortarte, pues todo es
filo. La Palabra de Cristo, de una u otra manera, es toda filo». (Spurgeon)
g. Su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza: La gloria de Jesú s es tan grande, tan
brillante, que es difícil siquiera voltearse a verlo. Jesú s tiene la misma gloria que en su transfiguració n,
cuando su rostro brilló como el sol (Mateo 17:2).
i. «Su rostro era como el disco del sol en el día má s brillante de verano, cuando no hay nubes para abatir el
esplendor de sus rayos». (Clarke)
ii. «¿Qué es lo que ves en la mano derecha de Cristo? Siete estrellas. ¡Pero qué insignificantes se ven cuando
fijas tu mirada en su rostro! Son estrellas, y hay siete de ellas; pero ¿quién puede ver siete estrellas, o
setenta mil estrellas, cuando el sol brilla en su fuerza? ¡Qué dulce es cuando el Señ or mismo esta tan
presente en una congregació n que el predicador, quienquiera que este sea, es del todo olvidado! Yo oro
para que ustedes, queridos amigos, cuando vayan a un lugar a adorar, siempre intenten ver el rostro del
Señ or en lugar de ver las estrellas en su mano; mira el sol, y olvidará s las estrellas». (Spurgeon)
iii. Todo en esta visió n habla de la fuerza, majestad, autoridad y justicia. Hay una diferencia impresionante
entre esta visió n de Jesú s y los muchos retratos afeminados de un Jesú s débil que se ven actualmente. El
Jesú s que Juan vio es el Jesú s real, el Jesú s que vive y reina en el cielo el día de hoy.
iv. Debemos de considerar el hecho de que esta es la ú nica descripció n de Jesú s que se nos da en la Biblia.
La otra descripció n que se acerca está en Isaías 53:2: «no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas
sin atractivo para que le deseemos».
v. En nuestros retratos modernos de Jesú s, nos gusta pensar en É l como É l era, no como É l es. Preferimos
ver y conocer a Jesú s de acuerdo con la carne. Pero Pablo dijo: «y aun si a Cristo conocimos segú n la carne,
ya no lo conocemos así» (2 Corintios 5:16).

3. (17-18) La reacción de Juan y la seguridad de Jesús


Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas;
yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos
de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
a. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies: Juan fue impactado por esta asombrosa visió n, aun
cuando él era un apó stol que conoció a Jesú s en esta tierra. Los tres añ os que Juan pasó con Jesú s en
esta tierra no lo prepararon para ver a Jesú s en su gloria celestial. En este momento, Juan sabía el gran
milagro que constituía el hecho de que Jesú s pudiera ocultar de la vista de todos su gloria y autoridad
mientras caminó en esta tierra.
i. «¡Bendita posició n! ¿Te alarma la muerte? Nunca hemos estado má s vivos que cuando estamos
muertos a sus pies». (Spurgeon)
ii. «No importa lo que nos depare el futuro si estamos a los pies de Jesú s. Mejor es el estar muerto allí
que estar vivo en cualquier otro lugar». (Spurgeon)
b. Y él puso su diestra sobre mí: Primero, Jesú s consoló a Juan con un toque compasivo. Quizá s el
toque de Jesú s se sintió má s familiar que la apariencia de Jesú s. Luego, Jesú s le dio a Juan un mandato:
«No temas». Juan no necesitaba sentir temor, porque estaba en la presencia de Jesú s.
i. Jesú s es el primero y el último, el Dios de toda la eternidad, Señ or de la eternidad pasada y la
eternidad futura.
ii. Jesú s es aquel que está vivo, y estuvo muerto, y ahora está vivo por los siglos de los siglos. É l
tiene las credenciales de la resurrecció n, y vive para nunca jamá s morir. La victoria que Jesú s ganó
sobre el pecado y la muerte fue una victoria permanente. É l no resucitó de los muertos para morir otra
vez.
iii. Jesú s es aquel que tiene las llaves de la muerte y el Hades. Algunos se imaginan que el diablo es
algo así como el «Señ or del Infierno». Algunos se imaginan que el diablo tiene autoridad o poder para
determinar la vida o la muerte. Claramente, ellos está n mal, pues solo Jesú s tiene las llaves de la
muerte y el Hades. Podemos confiar en que Jesú s nunca dejará que el diablo tome las llaves.

4. (19-20) Otro mandato a escribir, y una explicación


Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. El misterio
de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete
estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete
iglesias.
a. Escribe las cosas: Este segundo mandamiento de escribir nos da una estructura para entender el
libro de Apocalipsis. Se le manda a Juan a escribir respecto al pasado, el presente y el futuro (desde la
perspectiva de Juan).
i. Las cosas que has visto: Esto significa que Jesú s quería que Juan escribiera las cosas que él
había visto en su visió n del Jesú s celestial y glorioso.
ii. Y las que son: Esto significa que Jesú s quería que Juan escribiera sobre las cosas de su día presente,
las cosas en cuanto a las siete iglesias, las cuales estaban en Asia.
iii. Y las que han de ser después de estas: Esto significa que Jesú s quería que Juan escribiera las
cosas que pasarían después de las cosas descritas respecto a las siete iglesias; es decir, las cosas de los
ú ltimos días.
b. El libro de Apocalipsis está estructurado en tres partes:
· Las cosas que has visto: Apocalipsis, capítulo 1.
· Las que son: Apocalipsis, capítulo 2 y 3.
· Las que han de ser después de estas: Apocalipsis capítulos 4 al 22.
c. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son
las siete iglesias: Jesú s amablemente interpreta sus propias imá genes. Las estrellas en su mano
representan a los ángeles de las siete iglesias. Los candeleros representan a las siete iglesias.
i. ¿Por qué cada iglesia tendría su propio á ngel, y por qué Jesú s tiene a estos ángeles en su mano?
Algunas personas creen que estos ángeles son los pastores de estas siete iglesias. Esta idea está
basada en el entendimiento literal de la antigua palabra griega traducida como «á ngel» (aggelos). Esa
palabra significa literalmente «mensajero» y, ciertamente, los pastores son «mensajeros» para las
iglesias. Otros han pensado que los ángeles podrían ser «á ngeles guardianes» sobre cada
congregació n. Algunos han sugerido que los ángeles no son seres literales, sino que solo representan
el «espíritu prevaleciente» de cada iglesia. Hay fortalezas y debilidades en cualquiera de estas
representaciones; pero sabemos que, de alguna manera, estos ángeles son representantes de cada
congregació n.
ii. Adam Clarke creía que los ángeles de cada iglesia eran sus pastores. «“Á ngeles de la iglesia” aquí
responde exactamente a ese oficial de la sinagoga entre los judíos llamado […]mensajero de la iglesia,
cuya labor era leer, orar y enseñ ar en la sinagoga». (Clarke)
iii. Es má s importante notar dó nde está n los ángeles. En la diestra de Jesú s. Este es un lugar de fuerza
y seguridad. Aun las «iglesias problemá ticas», que será n descritas en los siguientes capítulos, está n en
la diestra de Jesú s.
d. Esta era una visió n espectacular, y muchas personas desearían tener una visió n espectacular como la
que Juan tuvo. Pero nosotros ahora podemos conocer al mismo Jesú s que Juan vio. Podemos conocer su
pureza, su sabiduría eterna, sus juicios, su victoria, su autoridad y su majestad. Cada uno de estos
aspectos de su naturaleza son nuestros para conocerlos íntimamente.
i. Cuando pensamos en la visió n espectacular de Juan, debiéramos de recordar dó nde estaba Juan:
preso en Patmos. Jesú s es a menudo conocido de una manera má s íntima en medio de sufrimientos y
pruebas. Ambos, Juan y Esteban (Hechos 7:54-60), vieron a Jesú s de una forma má s clara y gloriosa
cuando estuvieron en un contexto de padecimientos por la causa de Jesú s. «La ira de los malvados no
hace má s que acercar má s a los santos a los favores de Dios». (Seiss)
APOCALIPSIS 2: LAS CARTAS DE JESÚS A LAS IGLESIAS
Las cartas a las siete iglesias comparten una estructura similar. Cada una de ellas tiene las
siguientes características:

· Está dirigida a una congregación en particular.

· Tiene una introducción por parte de Jesús.

· Contiene una declaración en cuanto a la condición de la iglesia.

· Posee un veredicto de Jesús en cuanto a la condición de la iglesia.

· Tiene un mandato de Jesús para la iglesia.

· Posee una exhortación general para todos los cristianos.

· Contiene una promesa de recompensa.

Podemos ver el estado de cada una de estas siete iglesias —y el estado de nuestro propio andar con
Jesús— al ver lo que Jesús tiene que decir a cada iglesia en cada sección.

A. La carta de Jesús para la iglesia en Éfeso


1. (1a) El carácter de la iglesia en Éfeso
“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso” […].
a. Al ángel: Como se discutió en Apocalipsis 1:20, este ángel puede ser el pastor de la iglesia en
Éfeso, o un ser angelical que esta «viendo» las obras de la iglesia en Éfeso. De alguna manera,
este ángel representa a esta iglesia. Pero la carta no es escrita al representante, sino a toda la
iglesia.

i. «Considero lo que se le habla a este ángel como si se le hablara a toda la iglesia; y que no es su
estado en particular el que es descrito, sino el estado del pueblo en general bajo su cuidado».
(Clarke)

b. Éfeso era una ciudad famosa en el mundo antiguo, con una iglesia que compartía la misma fama.
Éfeso era la ciudad donde Pablo ministró por tres años (Hechos 19:1, Hechos 10, Hechos 20:31).
Era la ciudad en donde Aquila y Priscila, con Apolos, ministraban (Hechos 18:24-28). Era la
ciudad en donde el asociado cercano de Pablo, Timoteo, ministraba (1 Timoteo 1:3). Y de acuerdo
con las tradiciones históricas fuertes y consistentes de la iglesia, el apóstol Juan también ministró
allí.

i. «De seguro era un lugar de gran privilegio, de gran predicación». (Robertson)

c. Éfeso también era conocida mundialmente por ser el centro religioso, cultural y económico de la
región. Éfeso tenía el notable templo de Diana, quien era una diosa de la fertilidad, adorada con
sexo inmoral. Este majestuoso templo dedicado a Diana era tenido como una de las siete maravillas
del mundo antiguo. Era soportado por 127 pilares, cada pilar con 60 pies de altura, y estaba
adornado con grandes esculturas.

i. «El Templo de Artemisa era también considerado un gran tesoro y un banco del antiguo mundo,
donde los comerciantes, reyes, y aun ciudades, hacían depósitos, y en donde su dinero podía
mantenerse seguro bajo la protección de la deidad». (Longenecker en su comentario de Hechos)

ii. «Éfeso era un fuerte de Satanás. Aquí eran practicadas muchas cosas malvadas, de índole
supersticiosa y satánica. Libros que contenían fórmulas de hechicería y de otras artes prohibidas
impiadosas, abundaban en esa ciudad». (Gaebelein en su comentario de Hechos)

2. (1b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Éfeso


El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de
oro, dice esto […]
a. El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de
oro: Estas imágenes son tomadas de la visión de Juan sobre Jesús en Apocalipsis 1. Enfatizan la
autoridad (Él tiene las siete estrellas) e inmediata presencia de Jesús en la iglesia (Él anda en
medio de los siete candeleros de oro). Esta introducción coloca a Jesús en el centro de la iglesia, y
debería de ser reconocido como el centro de la iglesia.
b. Tiene: Proviene de la antigua palabra griega kratein. Es una palabra enfática y completa. Jesús
tiene a estas iglesias, y las tiene con seguridad. Las iglesias le pertenecen a Jesús, no a los líderes
de la iglesia, ni a otras personas. Él las tiene.

3. (2-3) Lo que Jesús sabe acerca de los cristianos en Éfeso


Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y
has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has
sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no
has desmayado.
a. Yo conozco tus obras: Jesús mira a su iglesia, y sabe lo que está sucediendo. No es un misterio
para Él. Puede haber pecado o corrupción escondidos en una congregación, pero para Jesús no hay
nada oculto. Él nos diría lo mismo hoy día, tanto a individuos como a congregaciones: «Yo
conozco tus obras».

i. «También hay trabajadores cristianos que casi no se aproximan a trabajar; aun toda una vida de
trabajo como el que ellos realizan no agotaría ni a una mariposa. Ahora, cuando un hombre trabaja
para Cristo, debería de trabajar con toda su fuerza». (Spurgeon)

b. Tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia: Jesús sabe lo que esta iglesia está haciendo «bien».
Ellos trabajan duro para el Señor y tienen una paciencia piadosa. La paciencia es la gran y antigua
palabra griega hupomone, la cual significa «una paciencia firme». En este sentido, la iglesia era una
roca sólida.
c. No puedes soportar a los malos: La iglesia de los efesios también procuraba la doctrina pura.
Pablo advirtió a los efesios en Hechos 20:29-31: «Porque yo sé que después de mi partida entrarán
en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto,
velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a
cada uno». De esta alabanza de Jesús, vemos como los efesios tomaron la advertencia de Pablo en
serio.
i. La iglesia de hoy, como la iglesia de los efesios en aquel entonces, debe de probar vigorosamente
a aquellos que dicen ser mensajeros de Dios, especialmente a los que dicen ser apóstoles, porque
los engañadores hablarán bien de ellos mismos. Cuanto más grande sea la maldad, mayor el engaño
que esconderá.

ii. «Esto fue grande por parte de ellos: mostraron ser una columna vertebral de la verdad. Yo
desearía que algunas de las iglesias de esta era tuvieran un poco de esta santa decisión. En los días
de hoy, si un hombre es listo, podría predicar la mentira más vil, como el peor vómito que haya
salido de la boca del Infierno, y a algunos les parecerá bien». (Spurgeon)

d. Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre,
y no has desmayado: También la iglesia de los efesios continuaba haciendo estas cosas, sin
haber desmayado. Ellos mostraron una perseverancia piadosa, la cual nosotros debiéramos de
imitar. Según todas las apariencias externas, esta era una iglesia sólida, que trabajaba duro, tenía un
gran alcance, y protegía la integridad del Evangelio.

4. (4) Lo que Jesús tenía en contra de la iglesia en Éfeso


Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
a. Pero tengo contra ti: Jesús empieza con una palabra aleccionadora: «pero», que significa «a
pesar de todo eso». Jesús tuvo en cuenta todo lo bueno que hacía la iglesia de los efesios, pero a
pesar de todo eso, Él tenía algo en contra de ellos.
i. «Pero» indica que todo el bien que la iglesia de los efesios hizo no cancelaba todo el mal que
Jesús está a punto de describir.
b. Que has dejado tu primer amor: A pesar de todo lo bueno en la iglesia de los efesios, había
algo seriamente malo. Ellos habían dejado —no perdido— su primer amor. Ellos alguna vez
tuvieron un amor que ya no tenían. Esto se puede describir como «una desviación definitiva y
triste». (Robertson)

i. La distinción entre «dejar» y «perder» es importante. Algo puede ser perdido por accidente, pero
dejar es un acto deliberado y que no sucede de un momento para otro. También, cuando perdemos
algo no sabemos dónde buscarlo, pero cuando dejamos algo, sabemos dónde buscarlo.

ii. Aunque ellos habían dejado su primer amor, todo se veía bien externamente. Si tú hubieras ido
a uno de los servicios de la iglesia en Éfeso, hubieras podido pensar: «Esta es una iglesia donde
suceden cosas. Están haciendo tanto, y en verdad cuidan la verdad». Al mismo tiempo, pudieras
haber tenido una sensación vaga e incómoda, probablemente, difícil de precisar. Pero para Jesús no
fue difícil ver el problema, aun cuando todo parecía maravilloso externamente.
iii. El problema era serio. Sin amor, todo es vano. No es sorprendente que Jesús dijera: «pero
tengo contra ti». «Una iglesia no tiene razón de ser cuando no tiene amor dentro de su corazón, o
cuando el amor se ha enfriado. Si pierdes el amor, lo pierdes todo». (Spurgeon)
c. Dejado tu primer amor: ¿Qué amor dejaron ellos? Como cristianos, se nos dice que amemos a
Dios y que nos amemos los unos a los otros. ¿Dejaron su amor por Dios? ¿Dejaron su amor los
unos por los otros? Probablemente, ambos, porque estos dos amores van de la mano. No puedes
decir que amas a Dios y no amas a su familia, y no puedes amar a su familia sin amarle a Él
primero.
i. La iglesia de los efesios era una iglesia que «trabajaba». Algunas veces un enfoque en el trabajo
en la obra de Dios eclipsará una relación de amor con Él. Podemos poner lo que hacemos por Jesús
antes de lo que somos en Él. Podemos dejar a Jesús en el templo, de la misma manera que hicieron
los padres de Jesús (Lucas 2:45-46).

ii. La iglesia de los efesios era una iglesia con una «doctrina pura». Algunas veces el enfoque en
una doctrina pura hará a una congregación enfriarse, ser suspicaz e intolerante ante la diversidad.
«Cuando el amor muere, la doctrina ortodoxa se convierte en un cadáver, en un formalismo sin
poder. La adherencia a la verdad se convierte en un fanatismo amargo cuando la dulzura, la luz y el
amor de Jesús se alejan». (Spurgeon)

d. Primer amor: Existe una diferencia definitiva en su relación con Jesús. Las cosas no son como
solían ser. No es que debiéramos de esperar la misma emoción que tuvimos cuando todo era nuevo
en la vida cristiana. Pero lo nuevo debe de cambiar a una profundidad que hace que nuestro primer
amor sea más fuerte.
i. Una pareja que haya estado casada por mucho tiempo no siempre tiene la misma emoción que
tenía en sus primeras citas. Eso se debiera de esperar, y está bien, si esa emoción ha madurado y se
ha convertido en un amor tan profundo que es aún mejor que el primer amor.

ii. Pero no hay nada de malo en esa emoción inicial, o en querer que permanezca o que sea
restaurada. «Cuando estábamos en nuestro primer amor, qué hacíamos por Cristo; y ahora, qué
estamos haciendo. Algunas de las cosas que hacíamos cuando éramos jóvenes cristianos, recién
convertidos, si volteamos a ver, ahora pareciera que son historias salvajes y ociosas». (Spurgeon)

5. (5-6) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia de los efesios


Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no,
vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero
tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
a. Recuerda, por tanto, de dónde has caído: El primer paso para la restauración de la iglesia de
los efesios es que «recuerden». Ellos necesitan recordar, por tanto, de dónde han caído. Esto
significa que recuerden lo que solían ser en su amor por el Señor y en el amor que se profesaban
unos a otros.
i. Cuando el hijo pródigo estaba en la pocilga, el primer paso para la restauración fue recordar la
vida que tenía en el hogar de su padre (Lucas 15:17-19). Este siempre es el primer paso para
regresar a donde debiéramos de estar con el Señor.
b. Arrepiéntete: Este no es un mandamiento para sentir lástima, ni para sentir algo. Significa
cambiar tu dirección e ir en un sentido diferente. Es «una apelación urgente para un cambio
instantáneo de actitud y conducta, antes de que sea muy tarde». (Robertson)
c. Haz las primeras obras: Esto significa que debían de regresar a lo básico, a las primeras cosas
que hacían cuando se enamoraron por primera vez de Jesús. Hay cosas que nunca debiéramos de
dejar de hacer por mucho que crezcamos.
i. ¿Qué son las primeras obras?:

· ¿Recuerdas cómo solías pasar tiempo en su Palabra?

· ¿Recuerdas cómo solías orar?

· ¿Recuerdas el gozo que tenías al juntarte con otros cristianos?

· ¿Recuerdas lo emocionado que estabas de contarles a otros acerca de Jesús?

ii. Podríamos pensar que Satanás ha hecho una obra maestra al crear un sentido general de
insatisfacción con estas primeras obras. Los cristianos correrán detrás de casi cualquier «método»
o «programa» nuevo o extraño, para su crecimiento y estabilidad. Nuestra corta visión hace que nos
«aburramos» fácilmente con la emoción más verdadera. Algunas veces haremos casi de todo,
excepto las primeras obras.
d. Pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar: Jesús les da una
advertencia: «si no se arrepienten, Él removerá su luz y su presencia». Cuando su candelero sea
quitado, ellos podrán continuar como una organización, pero ya no como una verdadera iglesia de
Cristo Jesús. Será la iglesia de Ichabod, donde la gloria se ha ido (1 Samuel 4:21).
i. Aparentemente, al menos a corto plazo, los efesios consideraron esta advertencia. A principios
del segundo siglo (no mucho después de que Juan escribiera), Ignacio alabó el amor y la doctrina
pura de los efesios: «Ustedes, quienes son la iglesia más santa de los efesios, la cual es muy famosa
y celebrada por todo el mundo […]. Ustedes, estando llenos del Espíritu Sano, no hacen nada de
acuerdo a la carne, sino todas las cosas de acuerdo al Espíritu. Ustedes están plenos en Cristo
Jesús». (Carta de Ignacio a los efesios, Capítulo 8. De los Padres ante niceanos, Volumen 1,
página 52)

ii. De lo que Ignacio escribió se deduce que los efesios regresaron a su «primer amor» sin
comprometer la pureza doctrinal. Eso no es siempre un balance fácil de mantener; pero los efesios,
al parecer, lo mantuvieron, al menos por un tiempo.

e. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco:
Jesús —probablemente para que los efesios no fueran desanimados de más— le da otra alabanza a
esta iglesia. Se les halaga porque odian las obras de los nicolaítas. ¿Pero quiénes son
los nicolaítas y cuáles son sus obras? La doctrina de los nicolaítas es también condenada
en Apocalipsis 2:15, y en ese pasaje se relaciona con la inmoralidad y la idolatría.
i. Ireneo (escribiendo al final del segundo siglo) describe lo que sabía de los nicolaítas: «Los
nicolaítas son los seguidores de aquel Nicolás, quien era uno de los primeros ordenados al
diaconado por los apóstoles. Ellos llevaban vidas de indulgencia sin restricción. El carácter de estos
hombres es plenamente señalado en el Apocalipsis de Juan, porque enseñaban que es un asunto
indiferente practicar el adulterio, y comer cosas sacrificadas a los ídolos». (Contra la herejía, libro
1, capítulo 26. De los Padres ante niceanos, Volumen 1, página 352)
ii. Hipólito, un estudiante de Ireneo (escribiendo a principios del tercer siglo) asoció a los nicolaítas
con los gnósticos: «Hay, sin embargo, entre los gnósticos diversidad de opiniones […]. Pero
Nicolás ha sido una causa de la combinación amplia y esparcida de estos hombres malvados. [Él]
salió de la doctrina correcta y, sin embargo, tenía la costumbre de inculcar indiferencia en cuanto a
la vida y la comida». (Refutación de todas las herejías, libro 7, capítulo 24; volumen 5, página
115)
iii. Algunos han enfatizado los significados de las palabras que componen al
nombre nicolaítas. Nikao-laos significa literalmente «conquistar al pueblo». Basados en esto,
algunos apuntan a presuntuosos reclamos de autoridad apostólica y al establecimiento de jerarquías
que separan al «clero» de lo «laico». Quizás los nicolaítas cumplieron todos estos aspectos, al ser
un sistema típico de gnosticismo idólatra, inmoral, jerárquico, con «misterios escondidos».
iv. Los nicolaítas, como todos los engañadores que llegan al cuerpo de Cristo, reclaman «que no
están destruyendo al cristianismo, sino que están presentando una versión mejorada y modernizada
de este». (Barclay)
f. Las cuales yo también aborrezco: Estas son poderosas palabras, en cuanto a que vienen de
nuestro Salvador, quien es tan rico en amor. Quienquiera que fueran los nicolaítas, y sea lo que
fuera que ellos hicieran o enseñaran, aprendemos algo sobre ellos de la opinión de Jesús.
Aprendemos que el Dios de amor aborrece el pecado, y quiere que su pueblo también aborrezca el
pecado.

6. (7a) Una exhortación general a todos los que oigan


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. El que tiene oído: Esto califica a todos —o al menos a todos los que escuchen. Esta carta no fue
escrita solamente a la iglesia de Éfeso del día del apóstol Juan. Está escrita para nosotros, y para
todos los cristianos a través de los siglos.
b. Oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Cada una de estas siete cartas aplica a todas las
iglesias. Debemos escuchar lo que el Espíritu dice a las iglesias —no solamente a una iglesia.
Estas cartas —cada una de ellas— fueron hechas para hablarte, si solamente tuvieras el oído para
oír lo que el Espíritu dice.

i. «No fueron escritos siete libros, sino un libro que contenía estas siete cartas, de la cual, cada
iglesia, o la iglesia en sus múltiples periodos, pudiera aprender acerca de lo que le interesara».
(Poole)

7. (7b) La promesa de una recompensa


Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de
Dios.
a. Al que venciere: Jesús hizo esta promesa a aquel que venciere. ¿Pero qué es lo que hay que
vencer? Usualmente, pensamos en vencer en términos dramáticos, como vencer el pecado o guerras
espirituales; pero, al parecer, Jesús está aquí hablando de vencer la frialdad de sus corazones,
marcados por haberse alejado de su primer amor.
b. Le daré a comer del árbol de la vida: La promesa para estos vencedores es regresar al Edén, la
restauración y la vida eterna, lo cual no era una pequeña promesa para una iglesia que estaba
amenazada con la remoción de la presencia de Jesús. Esto también se refiere a ver alejarse de
nuestras vidas los efectos de la maldición por medio de nuestro andar en el amor redentor de Jesús.
c. El cual está en medio del paraíso de Dios: Originalmente, la palabra «paraíso» quería decir
«un jardín de deleite». Eventualmente, llegó a significar «el lugar donde Dios vive». ¡Donde Dios
está, ese es el Paraíso!

B. La carta de Jesús a la iglesia en Esmirna


1. (8a) El carácter de la ciudad de Esmirna
Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna […].
a. Esmirna era una ciudad grande, hermosa y orgullosa. Era un centro cultural y de aprendizaje.
«Esmirna era una ciudad excelentemente hermosa. Reclamaba ser la “Gloria de Asia”». (Barclay)
b. Esmirna era una ciudad rica. «Esmirna era una gran ciudad comercial […]. Esmirna estaba al
final del camino que servía al valle del río Hermo, y todo el comercio de ese valle fluía a sus
mercados y encontraba una salida a través de su puerto. Tenía un mercado especialmente rico en
vinos. Esmirna, como Éfeso, era una ciudad rica y de grandeza comercial». (Barclay)

c. También sabemos que era una ciudad profundamente comprometida con la idolatría, adoraban al
emperador romano. En una famosa calle de Esmirna, llamada la «Calle de Oro», había magníficos
templos para Cibele, Apolo, Esculapio, Afrodita, y un gran templo para Zeus. Pero la adoración de
aquellos dioses paganos estaba muriendo. El verdadero enfoque estaba en la adoración al
emperador romano.

i. En el año de 196 a.C. Esmirna construyó el primer templo para Dea Roma, la diosa de Roma, el
símbolo espiritual del Imperio romano. Una vez que el «espíritu» de Roma fue adorado, no era un
gran paso adorar a los emperadores muertos de Roma. Fue otro pequeño paso adorar a los
emperadores vivos, y luego demandar tal adoración como una evidencia de alianza política y de
orgullo cívico.

ii. En el año 23 d.C. Esmirna se ganó el privilegio (sobre otras 11 ciudades) de construir el primer
templo para adorar al emperador César Tiberio. Esmirna era la ciudad líder en el culto romano de
la adoración al emperador.

iii. El emperador romano Domiciano (81-96 D.C.) fue el primero en demandar adoración, bajo el
título de «Señor», de las personas del Imperio romano, como una prueba de su lealtad pública. De
acuerdo con la historia de la iglesia primitiva, bajo el reinado de Domiciano, Juan fue desterrado a
la Isla de Patmos, en donde recibió esta visión.

iv. «La adoración al emperador había empezado como una demostración espontánea de gratitud a
Roma; pero al final del primer siglo, en los días de Domiciano, el paso final fue dado y la
adoración al César se convirtió en obligación. Una vez al año el ciudadano romano debía de
quemar una pizca de incienso en el altar de la divinidad de César; y habiendo hecho esto, se le daba
un certificado de garantía de que había practicado su obligación religiosa». (Barclay)

v. «Todo lo que los cristianos tenían que hacer era quemar esa pizca de incienso, decir: “César es
Señor”, recibir su certificado, e irse para adorar como quisieran. Pero eso era, precisamente, lo que
los cristianos no harían. A ningún hombre le darían el título de Señor; ese nombre lo guardarían
para Cristo Jesús, y para Él solamente. Ellos ni siquiera lo harían formalmente». (Barclay)

2. (8b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Esmirna


El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto […].
a. El primero y el postrero: Jesús eligió este título de su aparición inicial a Juan (Apocalipsis
1:11, 1:17) para hablar de su carácter eterno. El primero y el postrero son títulos que le
pertenecen solamente al Señor, Yahveh, de acuerdo con Isaías 41:4, 44:6, y 48:12.
b. El que estuvo muerto y vivió: Jesús eligió este título de su aparición inicial a Juan (Apocalipsis
1:18) para recordarles a los cristianos en Esmirna que ellos servían al Señor resucitado, victorioso
sobre la muerte. La muerte no pudo detener a Jesús, y no puede detener a su pueblo.

i. La asociación con la muerte —y la victoria final de resurrección— está presente a través de esta
carta. El nombre de Esmirna viene de la palabra «mirra», un perfume de olor dulce utilizado para
embalsamar a los cuerpos muertos.

3. (9a) Lo que Jesús conoce acerca de los cristianos en Esmirna


Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los
que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
a. Yo conozco tus obras: De la misma manera en que Jesús conocía las obras de la iglesia de Éfeso
(Apocalipsis 2:2), también conocía las obras, tribulación, y pobreza de la iglesia de Esmirna. Él
conocía estas tribulaciones en el sentido de que Él miraba lo que les sucedía, y en el sentido de que
sabía por experiencia personal lo que es una tribulación.
i. Pobreza: De acuerdo con la historia, Esmirna era una ciudad próspera, pero los cristianos allí
eran pobres. «La palabra utilizada para “pobreza” es la palabra “un pobre menesteroso”. Eran más
que pobres». (Walvoord)
ii. Los cristianos en Esmirna conocían la pobreza, porque eran asaltados y despedidos de sus
trabajos a causa de la persecución que sufrían por el Evangelio. De los cristianos primitivos se dice:
«el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y
perdurable herencia en los cielos» (Hebreos 10:34). Este tipo de persecución económica era una
razón importante por la cual los cristianos en Esmirna eran pobres. Aún hoy, esta es una forma
común de persecución en contra de los cristianos.
b. Y la blasfemia: Jesús conocía el abuso que estos cristianos soportaban en las manos de hombres
«religiosos», los que se dicen ser judíos, y no lo son.
i. Históricamente, se nos dice que había una gran y hostil comunidad de judíos en Esmirna; pero un
«verdadero» judío es aquel que confía en Dios y que cree en Cristo Jesús (Filipenses 3:3). Los
otros podrían ser judíos étnicos —los cuales aún tiene su lugar delante de Dios— pero no son
judíos espirituales delante de Dios.
c. Yo conozco […] Yo conozco: En medio de este tipo de aflicción, es fácil pensar que Dios ha
olvidado. Pero Jesús sabe.

4. (9b) Lo que Jesús piensa de la iglesia en Esmirna


(Pero tú eres rico)
a. Rico: Cualquier circunstancia externa dice que el cristiano de Esmirna era pobre, y aun
destituido. Pero Jesús miró a través de las circunstancias para ver que ellos eran en verdad ricos.
«Dulce fragancia Esmirna, el más pobre pero el más puro de los siete». (Trapp)
b. Rico es lo que Jesús pensaba que eran, y si Jesús los consideraba ricos, entonces eran ricos.
Nuestra estimación de nosotros mismos es mucho menos importante que la estimación que Dios
tiene de nosotros.
i. En contraste, los cristianos en Laodicea pensaban que eran ricos, pero en realidad eran pobres
(Apocalipsis 3:17). Laodicea era una iglesia rica, pero pobre. Es mejor ser una iglesia pobre, pero
rica; que una iglesia rica, pero pobre.
c. Y tu pobreza (pero tú eres rico): El contraste entre pobreza material y riqueza espiritual de los
cristianos en Esmirna, nos recuerda que no hay nada inherentemente espiritual en cuanto a ser rico.
Aunque también no hay nada inherentemente espiritual en ser pobre.
i. Las riquezas materiales son un obstáculo para el Reino de Dios, un obstáculo que algunos no
logran vencer (Marcos 10:23-25). No hay nada de malo en tener dinero; el problema es que el
dinero nos «atrapa» fácilmente.

ii. Muy a menudo, las riquezas materiales son adquiridas y mantenidas a expensas de verdaderas
riquezas espirituales. En los días de gloria del renacimiento papal, un hombre caminó con el Papa y
se maravilló del esplendor y la riqueza del Vaticano. El Papa le dijo: «Ya no tenemos por qué decir
lo que Pedro le dijo al hombre paralítico: “No tengo oro ni plata”». Y su compañero respondió:
«Pero tampoco puedes decir: “levántate y anda”».

c. La iglesia de Esmirna también era rica en liderazgo. Uno de los pastores de esa iglesia se
llamaba Policarpo. Él era uno de los discípulos del apóstol Juan, y sirvió en Esmirna hasta el año
155 d.C., fecha en que murió heroicamente como un mártir.
5. (10) Lo que Jesús quiere que hagan los cristianos en Esmirna
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la
cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y
yo te daré la corona de la vida.
a. No temas: Literalmente, esto se traduce mejor como: «deja de tener miedo». Los cristianos de
Esmirna sufrieron persecución, y tenían miedo. Algunas veces pensamos que los cristianos que
soportan persecución casi son superhombres, y a veces no apreciamos la profundidad del «temor»
con el que luchan. Había cosas por las que tenían que padecer, y Jesús quería que estuvieran listos
para permanecer firmes ante esas cosas.
b. El diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel: Aquí Jesús describe la naturaleza de la
persecución que vendría en contra de los cristianos en Esmirna. Aparentemente, ellos iban a ser
encarcelados por un periodo específico de tiempo (tendréis tribulación por diez días).
i. De acuerdo con Jesús, la persecución que vendría a los cristianos de Esmirna sería de parte
del diablo; pero el tiempo de dicha tribulación estaba medido y limitado por Dios. Seguramente,
el diablo quería encarcelarlos por un tiempo mayor, pero Dios limitó la tribulación a diez días.
ii. El ser echado a la cárcel era una persecución severa. En aquel día, la cárcel nunca era utilizada
para rehabilitar a nadie, y raramente era utilizada para castigar a alguien. Normalmente, eras
echado a la cárcel mientras esperabas juicio y ejecución.

iii. «Convertirse al cristianismo en cualquier lugar era convertirse en un forajido. En Esmirna,


sobre todos los lugares, entrar en una iglesia cristiana era, literalmente, inmolarse. En Esmirna la
iglesia era un lugar para héroes». (Barclay)

iv. «Esta “tribulación” no significa las pruebas comunes que son herencia de toda carne. Algunas
almas piensan que llevan su cruz cada día cada vez que tienen un dolor de cabeza. La tribulación
que aquí se menciona es un problema que ellos no tuvieran si no fueran cristianos». (Havner)

c. Tendréis tribulación por diez días: Comentaristas del libro de Apocalipsis han discutido por
mucho tiempo el significado de estos «diez días».
i. Algunos piensan que Juan quiere decir en realidad «diez» años de persecución. «Ya que los días
en este libro son comúnmente llamados “días proféticos”, si cada uno corresponde a un año, los
diez años de tribulación pueden denotar diez años de persecución; y esta fue, precisamente, la
duración de la persecución bajo Diocleciano, durante la cual todas las iglesias de Asia fueron
gravemente afligidas». (Clarke)
ii. Otros piensan que Juan se refiere a la persecución durante el reinado de «diez» emperadores
romanos. «El primer año, bajo Nerón (54 d.C.); el segundo, bajo Domiciano (81 d.C.); el tercero
bajo, Trajano (98 d.C.); el cuarto, bajo Adriano [Hadrian] (117 d.C.); el quinto, bajo Septimio
Severo (193 d.C.); el sexto, bajo Maximino (235 d.C.); el séptimo, bajo Decio (249 d.C.); el
octavo, bajo Valeriano (254 d.C.); el noveno, bajo Aureliano (270 d.C.); el décimo, bajo
Diocleciano (284 d.C.)». (White, citado en Walvoord)

iii. Otros han hecho aproximaciones extrañas: «Observan que en diez días hay doscientas cuarenta
horas, lo cual hace el número de años desde el 85, cuando comenzó la segunda persecución (bajo la
cual Juan estaba), hasta el año 325, cuando todas las persecuciones cesaron». (Poole)

iv. Otros dicen que «diez días» es simplemente una expresión, una forma de hablar: «La expresión
diez días no debe de ser tomada literalmente; es una expresión común griega utilizada para hacer
referencia a un pequeño periodo de tiempo». (Barclay)
v. Sin embargo, no hay una razón obligada para creer en otra cosa que en diez días de persecución
severa, con el énfasis en la idea de que es un tiempo limitado.
d. Para que seáis probados: Si este ataque vino del diablo, entonces, ¿por qué estos cristianos de
Esmirna no pudieron reprender a Satanás y detener el ataque? Porque Dios tenía un propósito con
sus aflicciones, y así Él lo permitió. Dios usa las aflicciones para purificar (1 Pedro 1:6-7), para
hacernos como Jesús (Romanos 8:17), para que seamos verdaderos testigos de Él. En todos los
siglos, la sangre de los mártires ha sido la semilla de la iglesia.

i. «A los santos en Esmirna no se les dio una plática sobre “cómo ganar amigos y personas de
influencia”. No tenían testimonio de “cómo la fe me hizo alcalde de Esmirna”. No había una
promesa de liberación de la tribulación, de la pobreza y de los ultrajes. De hecho, lo peor estaba por
venir». (Havner)

ii. Más específicamente en este caso, Dios permitió este ataque para que ellos fueran probados.
Por medio de su sufrimiento, Dios demostraría las verdaderas riquezas de la iglesia en Esmirna a
todos, incluyéndolos a ellos mismos —a pesar de que Él sabía que ellos ya eran ricos.
iii. El cristiano en Esmirna sería probado, pero pasaría la prueba. Esta iglesia, comparada con las
otras seis, no tiene nada nada que se le señale en contra. Solamente esta iglesia de entre las siete
sobrevive hasta hoy, y ha sufrido las persecuciones romanas y musulmanes a través de los siglos.
iv. Para que seáis probados: Dios está interesado en probarnos también. A lo mejor no tenemos la
misma oportunidad de sufrimiento que los cristianos en Esmirna, pero podemos tener su mismo
corazón. Puede ser que nunca tengamos la oportunidad de morir como un mártir, pero podemos
vivir una vida de mártir. No obstante, muchos cristianos evaden la persecución de cualquier tipo al
conformarse tanto al mundo que llegan a ser cristianos «sin distinción». Este no era el caso de los
cristianos de Esmirna. Ellos fueron probados y pasaron la prueba.
e. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida: Lo que Jesús le dice a esta iglesia es
importante, pero lo que no le dice es aún más importante. Jesús no tiene ni una palabra de
reprensión o corrección para los cristianos en Esmirna. Todo lo que Él tiene es la promesa de
una corona, y el ánimo a que sean fieles hasta la muerte». (Walvoord)
i. Hay dos palabras diferentes para el vocablo «corona» en el antiguo lenguaje griego. Una
describe al tipo de corona que un rey usaría, es decir, una corona propia de la realeza. El otro
vocablo para referirse a «corona» es stephanos (el utilizado aquí), y se refiere a un trofeo dado al
atleta ganador. Jesús mira a los cristianos de Esmirna y les dice: «Ustedes son mis ganadores. Se
merecen un trofeo».
ii. El vocablo stephanos era también el utilizado en el contexto de los matrimonios y las
celebraciones especiales. La imagen es la de Jesús y su desposada, cada cual utilizando su corona.
iii. La promesa de una corona sería especialmente significativa para los cristianos de Esmirna.

· La ciudad de Esmirna tenía una «corona» de hermosos edificios sobre el monte Pagos.

· En Esmirna los adoradores de los dioses paganos utilizaban coronas.

· En esa cultura los buenos ciudadanos y los atletas victoriosos recibían coronas.

iv. Jesús prometió una corona especial: la corona de la vida. Un atleta campeón recibía una
corona de hojas, la cual se marchitaría pronto y se secaría. Pero los campeones de Jesús
recibirían la corona de la vida.

v. «Una corona sin cuidados se destruye. Las coronas de los reyes son cuidadas con esmero, y a
menudo hacen que les duela la cabeza. No es así con esta corona; cuyas alegrías después son sin
medida o mezcla». (Trapp)

6. (11a) Una exhortación general para todos los que oigan


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. El que tiene oído: A pesar de que el Espíritu tiene algo que decirnos a través de cada una de las
iglesias, esta carta para los cristianos de Esmirna puede aplicar en menor medida a los cristianos
modernos de occidente. Nosotros, simplemente, no nos enfrentamos al mismo tipo de persecución
que experimentaban los cristianos de Esmirna. Policarpo fue un ejemplo sorprendente de la
persecución y valentía de los cristianos primitivos.

i. El año después de que Policarpo regresó de Roma, una gran persecución cayó sobre los cristianos
de Esmirna. Su congregación lo instó a que dejara la ciudad hasta que el peligro pasara. Entonces,
creyendo que Dios quería que él estuviera cerca unos años más, Policarpo dejó la ciudad y se
escondió en una granja que les pertenecía a unos amigos cristianos. Un día en la granja, mientras
oraba en su cuarto, tuvo una visión en la que su almohada estaba rodeada de fuego. Él supo lo que
Dios le indicó, y les dijo tranquilamente a sus compañeros: «Veo que debo de ser quemado en la
estaca».

ii. Mientras tanto, el jefe de policía emitió una orden de arresto. Capturaron a uno de los siervos de
Policarpo y lo torturaron hasta que les dijo en donde estaba su amo. En la tarde, el jefe de policía y
una banda de soldados llegaron a la antigua granja. Cuando los soldados lo encontraron se
avergonzaron al ver que fueron a arrestar a un hombre tan viejo y frágil, pero lo pusieron en un
asno y lo encaminaron de regreso a la ciudad de Esmirna.

iii. De camino a la ciudad, el jefe de policía y otros oficiales del gobierno trataron de persuadir a
Policarpo para que ofreciera una pizca de incienso ante una estatua de César y que, simplemente,
dijera: «César es Señor». Eso era todo lo que tenía que hacer, y sería liberado. Le suplicaron que lo
hiciera, para que así escapara de las terribles penas que tendría que sufrir. Primero, Policarpo se
mostró silencioso, pero luego les respondió firmemente que «no». Ahora el jefe de policía estaba
enojado, fastidiado con el anciano, y lo empujó de su carruaje hacia el piso. Policarpo, golpeado
pero resuelto, se levantó y caminó hacia la arena.

iv. Los horribles juegos en la arena ya habían comenzado en serio. Una gran multitud sedienta de
sangre se había juntado para ver a los cristianos ser torturados y asesinados. Un cristiano llamado
Quintis había proclamado valientemente que era un seguidor de Jesús y que estaba dispuesto a ser
martirizado; pero cuando vio a los violentos animales en la arena perdió su valentía y acordó
quemar una pizca de incienso a César como Señor. Sin embargo, otro joven llamado Germanicus
no se retractó. Él marchó y enfrentó a los leones, y murió por su Señor Jesucristo. Otros diez
cristianos dieron sus vidas ese día, pero la multitud no estaba satisfecha. Clamaban: «¡Fuera los
ateos que no adoran a nuestros dioses!». Para ellos los cristianos eran ateos porque no reconocían a
los dioses tradicionales de Roma y Grecia. Finalmente, la multitud empezó a repetir: «Saquen a
Policarpo».

v. Cuando Policarpo trajo su cuerpo cansado a la arena, él y otros cristianos escucharon una voz del
cielo que les dijo: «Sé fuerte Policarpo». Mientras él estaba delante del procónsul, intentaron de
nuevo que renunciara a Jesús. El procónsul le dijo a Policarpo que estuviera de acuerdo con la
multitud y que gritara: «¡Fuera los ateos!». Policarpo miró fijamente a la multitud sedienta de
sangre, saludó con su mano y dijo: «¡Fuera esos ateos!». El procónsul insistió: «Haz juramento e
insulta a Cristo y yo te liberaré». Policarpo contestó: «Por ochenta y seis años he servido a Jesús;
¿cómo he de atreverme a maldecir a mi Rey?». El procónsul finalmente se dio por vencido y
anunció a la multitud el crimen del acusado: «Policarpo ha confesado que él es un cristiano».

vi. La multitud gritó: «Dejen salir a los leones», pero los animales ya habían sido guardados.
Entonces la multitud demandó que Policarpo fuera quemado. El anciano recordó el sueño en el que
su almohada se quemaba, y obtuvo coraje en Dios. Les dijo a sus ejecutores: «Está bien, yo no le
temo al fuego que quema por una temporada y que después de un rato es apagado. ¿Por qué tardan?
Vamos, hagan su voluntad».

vii. Ellos acomodaron una gran pila de madera, y prepararon un palo en el centro. Mientras ataban
a Policarpo en el palo, él oró: «Te doy gracias porque has pensado que soy digno de este día y de
esta hora, que yo pueda recibir una porción de entre el número de los mártires, en la copa de tu
Cristo». Después de que oró y dio gracias a Dios, ellos encendieron la madera. Una gran pared de
flamas se levantó hacia el cielo, pero nunca tocó a Policarpo. Dios había puesto un cerco de
protección entre él y el fuego. Al ver que no ardía, el ejecutor, en una furiosa rabia, apuñaló al
anciano con una lanza. Inmediatamente, ríos de sangre chorrearon de su cuerpo y al parecer
extinguieron el fuego. Cuando esto sucedió, los testigos dicen que vieron a una paloma ascender de
entre el humo hacia el cielo. En ese mismo momento, un líder de la iglesia en Roma llamado
Ireneo, dijo que escuchó a Dios que le dijo: «Policarpo está muerto. Dios llamó a su siervo a casa».

b. Pero el día de los mártires, definitivamente, no ha pasado. Por todo el mundo los cristianos
enfrentan persecución, especialmente en Asia, Europa del Este, y en el mundo musulmán. Algunas
personas estiman que más cristianos han sufrido por su fe y han sido martirizados en el siglo XX
que en todos los siglos anteriores combinados.

i. En mayo de 1994 un artículo de noticias ilustra esto: El abominable martirio de un pastor en el


centro de la India lleva a cientos de conversiones al cristianismo. Un exhindú, el cual había
cambiado su nombre a Pablo Santiago, fue asesinado por una multitud de extremistas mientras
habló en un campo, pasado el servicio de la iglesia en el distrito de Phulabani, el 20 de febrero.

«Jesús, perdónalos», fue lo que los testigos oyeron que Santiago clamó mientras sus atacantes le
cortaban las manos y las piernas, y separaran su torso. Los atacantes también decapitaron a
Santiago, un creyente que había plantado 27 iglesias. El asesinato atrajo a muchos medios de
comunicación en el área, en la cual hay tensiones entre hindúes y musulmanes. Algunos, no todos,
los atacantes de Santiago se ha reportado que fueron atrapados.

«El odio y la violencia de los atacantes dejó a muchos indios tratando de emular el amor mostrado
por la víctima» —dijo K. Anand Paul, líder de «Evangelio para los millones sin alcanzar». «El
Evangelio se está extendiendo porque hay persecución» —dijo Paul, quien ha sido golpeado siete
veces y secuestrado una vez por grupos fanáticos religiosos. «Estamos arriesgando nuestras vidas
para hacer esto. Las personas necesitan orar por nosotros». (Reporte nacional e internacional de
religión, mayo 2, 1994)

7. (11b) La promesa de una recompensa


El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
a. Él que venciere: Esta es una promesa para los «vencedores». Esta promesa es para aquellos que
vencen el peligro de la persecución, y la presencia de la persecución.
i. Podemos decir que hemos vencido por nuestra cercana asociación con Jesús, quien es el vencedor
por excelencia. Como Jesús dijo: «En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo» (Juan 16:33).
b. No sufrirá daño de la segunda muerte: Aquellos que vencen en Jesús nunca sufrirán daño de
la segunda muerte. La segunda muerte es el Infierno, el lago de fuego (Apocalipsis
20:14 y 21:8). A pesar de que Satanás ha amenazado y atacado sus vidas, Jesús promete a sus
vencedores que la muerte es conquistada por ellos.

i. «La segunda muerte era una expresión judía de los rabinos para referirse a la total extinción de
los absolutamente malos». (Barclay)

ii. «Todos los hombres mueren, pero no todos son exterminados con la muerte […]. Oh, es algo
terrible ser exterminado con la muerte». (Trapp)

C. La carta de Jesús a la iglesia en Pérgamo


1. (12a) El carácter de la iglesia en Pérgamo
Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo […].
a. Pérgamo era la capital política de la provincia romana de Asia Menor. Cuando Juan escribió,
Pérgamo ya había sido ciudad capital de la región por más de trescientos años. La ciudad era
notable por la cultura y educación, tenía una de las más grandes bibliotecas del mundo antiguo, con
más de 200,000 volúmenes.
b. Pérgamo también era una ciudad extremadamente religiosa. Tenía templos para los dioses
grecolatinos Dionisio, Atenea, Deméter y Zeus. También tenía tres templos dedicados a la
adoración del emperador romano.

i. Algunos 50 años antes de que Esmirna se ganara el honor de construir el primer templo para
Tiberio, la ciudad de Pérgamo se ganó el derecho de construir el primer templo para adorar a
Augusto César en la provincia romana de Asia.

c. Pérgamo era especialmente conocida como un centro de adoración a la deidad Esculapio.


Representado por una serpiente, Esculapio era el dios de la sanidad y el conocimiento. Había una
escuela de medicina en ese templo en Pérgamo. Debido al famoso templo dedicado al dios romano
de la sanidad, las personas enfermas y dolientes de todo el Imperio romano se reunían en Pérgamo
en busca de alivio.

i. «A los que sufrían se les permitía estar la noche en la oscuridad del templo. En el templo había
víboras mansas. En la noche, la persona que sufría podía ser tocada por una de estas víboras
domesticadas e inofensivas mientras se arrastraban en el piso. El toque de la víbora era tenido
como si fuera el toque del mismo dios, y se consideraba como portador de salud y sanidad».
(Barclay)

2. (12b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Pérgamo


El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto […].
a. El que tiene la espada aguda de dos filos: En Apocalipsis 1:16, Juan observó que de la boca de
Jesús «salía una espada aguda de dos filos». Ahora Jesús les «muestra» esta espada aguda de dos
filos a los cristianos en Pérgamo.
i. La descripción de la espada en Apocalipsis 1:18 nos ayuda a asociarla con la boca de Jesús. Jesús
confrontará a esta iglesia con su espada, y ellos sentirán el filo agudo.
b. Espada aguda de dos filos: Esto nos recuerda el pasaje de Hebreos 4:12: «Porque la palabra de
Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y
el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón». Jesús usará esta espada aguda de dos filos para hacer una separación entre los cristianos
de Pérgamo.

3. (13) Lo que Jesús sabe sobre la iglesia en Pérgamo


Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi
nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto
entre vosotros, donde mora Satanás.
a. Yo conozco tus obras: Jesús le ha dicho esto a cada iglesia. Es cierto también de cada uno de
nosotros. Él conoce nuestras obras, aun cuando no hay mucho que conocer.
b. Y donde moras, donde está el trono de Satanás: ¿Qué es lo que significa que ellos
moran donde está el trono de Satanás? En muchas maneras Pérgamo era un fuerte del poder
satánico.

i. ¿Qué es lo que lo hacía una fortaleza? Hay muchas opiniones diferentes. Algunos creen que es
porque Pérgamo era el centro de la religión pagana, especialmente de Esculapio Sóter o Esculapio
Salvador. Otros creen que es porque Pérgamo tenía un gran altar en forma de trono dedicado al
dios romano Zeus. Otros, que es porque Pérgamo era el centro del antiguo sacerdocio de Babilonia;
pero esto es difícil de probar concluyentemente. Otros piensan que es porque Pérgamo era el centro
político de la adoración demandada por el gobierno romano.

c. Pero retienes mi nombre: A pesar del hecho de que ellos vivían en una ciudad tan difícil, los
cristianos de Pérgamo retenían su fe en Jesús (retienes mi nombre […] no has negado mi fe).
i. No has negado mi fe: Jesús alaba a los cristianos de Pérgamo, porque no negaron la fe en Él.
Siempre es importante asegurarnos de que la fe que retenemos es la fe que pertenece a Jesús.
d. Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros: Un hombre en específico entre los cristianos
de Pérgamo recibió un precioso título (testigo fiel). Este mismo título lo tiene también Jesús
(Apocalipsis 1:5). Antipas fue un hombre que siguió a Jesús, que era como Jesús.
i. Antipas es uno de los grandes héroes anónimos de la Biblia. La historia no nos dice nada acerca
de él, excepto en este pasaje. «Es significativo que ninguna historia eclesiástica hace mención del
mártir Antipas, del cual se arguye que ha sido una persona desconocida para el mundo; pero Cristo
ve y nota a esos pequeños que le pertenecen, aunque el mundo no los vea». (Poole)
ii. Antipas vivía donde mora Satanás, pero aun así estuvo firme en contra de los ataques y de la
maldad a su alrededor. Él cumplió el significado de su nombre, porque Antipas significa «en
contra de todos».
iii. «Testigo» es la antigua palabra griega martus. «Martus es una palabra interesante y sugestiva.
En el griego clásico martus nunca significa un mártir en nuestro sentido del término. Siempre
significa «un testigo». Martus era aquel que decía: “Esto es verdad, y yo lo sé”. No es sino hasta
los tiempos del Nuevo Testamento que martus siempre significa “mártir”» (Barclay)

4. (14-15) Lo que Jesús tiene en contra de los cristianos en Pérgamo


Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam,
que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a
los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los
nicolaítas, la que yo aborrezco.
a. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: Los cristianos de Pérgamo eran alabados por retener el
nombre de Jesús, y por mantener su fe; pero, al mismo tiempo, su ambiente difícil no los excusaba
de unas pocas cosas que Jesús tenía en contra de ellos.
b. Tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam: ¿Qué es la doctrina de Balaam? Balaam era
un prototipo de todos los maestros corruptos. De acuerdo con Números 22-24 y 31, Balaam
combinaba los pecados de inmoralidad e idolatría para agradar a Balac, el rey de Moab, porque él
no podía maldecir a Israel directamente.
i. Cuando Balaam aconsejó a Balac, le enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de
Israel. El tropiezo estaba conectado con la idolatría (comer de cosas sacrificadas a los ídolos) y
la fornicación. Si la iglesia en Pérgamo tiene a aquellos que retienen la doctrina de Balaam, esto
muestra que tienen tendencias hacia la idolatría y la inmoralidad.
ii. El sexo inmoral marcaba a toda la cultura del antiguo Imperio romano. Simplemente, se
aceptaba, y la persona que vivía por los estándares bíblicos de pureza era considerada extraña.
Parafraseando al político romano Cicerón, citado en Barclay: «Si hay alguien que piensa que a un
hombre joven no se le deba de permitir el amor de muchas mujeres, esta persona está dañada en
extremo. No puedo negar el principio sobre el cual se mantiene; pero él contradice, no solamente la
libertad que concede nuestra era, sino también las costumbres y concesiones de nuestros ancestros.
¿Cuándo fue que esto no fue hecho? ¿Cuándo alguien halló alguna falta en ello? ¿Cuándo fue
negado tal permiso? ¿Cuándo fue que lo que ahora está permitido no estaba permitido?». Para
abstenerte de la fornicación en esa cultura, en verdad debías de nadar en contra de la corriente.
c. También tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas: En Apocalipsis 2:6, Jesús
alabó a los cristianos de Éfeso porque odiaban las obras de los nicolaítas. Pero
los nicolaítas también tenían su doctrina, y algunos entre los cristianos retenían la doctrina de los
nicolaítas.
i. ¿En qué consiste la doctrina de los nicolaítas? El título de nicolaítas expresa la idea de una
autoridad orgullosa, y de una separación jerárquica. El nombre Nikao-laos literalmente significa
«conquistar al pueblo». De acuerdo con antiguos comentaristas, los nicolaítas también aprobaban
la inmoralidad.
d. Tienes ahí a los […] también tienes a los: El reproche no es solamente en contra de aquellos
que retienen la doctrina de Balaam y los que retienen la doctrina de los nicolaítas. El reproche
también es contra aquellos en la iglesia que permiten que ellos continúen (tienes ahí a los
que […] tienes a los que).
i. Los cristianos de Pérgamo eran como los cristianos de Corinto a los cuales Pablo les escribió en 1
Corintios 5:1-9. Ellos eran muy «tolerantes» y «aceptaban» falsas doctrinas y una manera de vida
inmoral, y Jesús tuvo que reprenderlos. Satanás no pudo lograr tanto con la persecución, porque
muchos retenían la fe, como Antipas. Entonces, Satanás intentó cumplir sus metas utilizando la
decepción. La estrategia fue, primero, la violencia; después, la alianza.

ii. Un ambiente difícil jamás justifica compromiso con el mundo. Es fácil para una iglesia en tal
dificultad justificar su compromiso en nombre de: «necesitamos toda la ayuda que podamos tener»;
pero ninguna iglesia necesita ese tipo de ayuda.

5. (16) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia en Pérgamo


Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de
mi boca.
a. Arrepiéntete: La palabra «arrepiéntete» sobresale en este pasaje. A cinco de las siete iglesias
se les manda a arrepentirse. Arrepiéntete es un mandato que aplica a todos los cristianos, no
solamente a aquellos que vienen primero a Jesús.
b. Pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca: Si no se
arrepienten, los cristianos en Pérgamo enfrentarán al Jesús que tiene una espada aguda de dos filos.
El juicio comenzará en la casa de Dios (1 Pedro 4:17).
i. La espada de mi boca: Cuando Jesús venga contra los cristianos en Pérgamo, Él los confrontará
con su Palabra.

6. (17a) Una exhortación general a todo aquel que oiga


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. El que tiene oído: El peligro de las falsas enseñanzas y de la conducta inmoral aún ronda a la
iglesia hoy día. Pero también lo hace el peligro de «permitir» las falsas enseñanzas y la
inmoralidad, como sucedía con los cristianos en Pérgamo.

7. (17b) La promesa de una recompensa


Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la
piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
a. Al que venciere: Aquel que venciere al espíritu de adaptación a la falsa enseñanza y a la
inmoralidad, recibirá maná escondido. Esta es la perfecta provisión de Dios, el verdadero pan del
cielo (Juan 6:41).
b. Y le daré una piedrecita blanca: En el mundo antiguo, el uso de una piedrecita blanca tenía
muchas asociaciones. Una piedrecita blanca podía ser un boleto a un banquete, una señal de
amistad o una señal de absolución en un tribunal de justicia. Jesús pudo tener cualquiera de estos
significados en mente, pero por lo menos sabemos que es una seguridad de bendición.
i. «Otros suponen que hay una alusión aquí a los conquistadores de los juegos públicos, a quienes
no solamente se les conducía con gran pompa hacia la ciudad a la que pertenecían; sino que
también se les daba una piedrecita blanca, con su nombre escrito en ella, lo cual era una insignia
que les permitía ser mantenidos durante toda la vida a expensas del pueblo […]. Estas insignias
eran llamadas tesserae entre los romanos, y había varios tipos». Clarke da ejemplos de los
diferentes tipos: «Tesserae conviviales, eran cartas de invitación, o boletos de admisión para una
fiesta pública o banquete. Cuando la persona invitada mostraba su tesserae era admitida […]. Pero
las más notables eran las Tesserae hospitales, las cuales eran dadas como insignias de amistad y
alianza, y sobre las cuales con algún dispositivo se hacía un grabado como un testimonio de que el
contrato de amistad había sido hecho entre las partes»
c. Y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo
recibe: ¿Cuál es el significado de este nombre nuevo, de este nombre secreto prometido a aquel
que lo recibe? ¿Es el nombre de Dios? ¿O es el nombre del creyente? Es probablemente el nuevo
nombre del creyente, y el nombre en sí mismo es seguramente más importante que la piedrecita.

i. Una idea detrás de este nuevo nombre, de este nombre secreto, es que muestra la relación íntima
que tenemos con Dios. Cuando una pareja está cerca, generalmente, cada uno tiene «sobrenombre».
Esta es la misma idea.

ii. Otra idea asociada con el nuevo nombre es, simplemente, la seguridad que se nos da de nuestro
destino celestial. Tu nombre está allí, esperando por ti. Es como que tu «reservación» en el cielo ya
está hecha.
D. La carta de Jesús a la iglesia en Tiatira
1. (18a) El carácter de la ciudad de Tiatira
Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira […].
a. Tiatira era la ciudad más pequeña y menos importante de las siete ciudades a las cuales Jesús se
dirigió en Apocalipsis 2 y 3. En la historia no tenemos registro de que los cristianos
en Tiatira sufrieran una significativa persecución política o religiosa.

i. «El anciano Plinio se refiere a Tiatira con una frase casi de desprecio: “Tiatira y otras ciudades de
poca importancia”». (Barclay)

b. Pero Tiatira era un centro de negocio e intercambio importante. Tenía muchos gremios activos
de comercio, y cada cual tenía su propia deidad patronal de la colección de dioses griegos y
romanos.
i. Hechos 16:14-15 menciona a Lidia, quien era vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira.
«Tiatira era famosa por la fabricación de un tinte púrpura, y se encuentran numerosas referencias
en la literatura secular del periodo a los gremios de comercio, los cuales fabricaban ropa».
(Walvoord)

ii. «De las inscripciones que se han encontrado está claro que Tiatira poseía más gremios de
comerciantes que cualquier otro pueblo de su tamaño en Asia». (Barclay)

2. (18b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Tiatira


El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido,
dice esto […]
a. El Hijo de Dios […] dice esto: Jesús se describe a sí mismo con un título que enfatiza su deidad.
En la forma de pensar judía, ser hijo de algo o alguien significaba que tú tenías su misma
naturaleza. Los hijos del trueno (Marcos 3:17) tenían la naturaleza del trueno. Así que el Hijo de
Dios tiene la naturaleza divina, la naturaleza de Dios.
b. El que tiene ojos como llama de fuego: Jesús escogió esta descripción de sí mismo de la
presentación en Apocalipsis 1:14, para enfatizar la idea de que sus ojos miraban con un juicio
penetrante.
c. Pies semejantes al bronce bruñido: Jesús escogió esta descripción de sí mismo de Apocalipsis
1:15 para enfatizar su «pureza», debido a que el bronce es puro, y es altamente bruñido en el
fuego. También enfatiza su «constancia», debido a que el bronce era el metal más fuerte conocido
en el mundo antiguo, y pies semejantes al bronce bruñido serían fuertes e inconmovibles.
3. (19) Lo que Jesús sabe acerca de los cristianos en Tiatira
Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son
más que las primeras.
a. Yo conozco tus obras: Tiatira era la ciudad más insignificante entre las siete iglesias a las cuales
Jesús se dirigió; pero, aun así, no estaba escondida de Jesús. Como a cualquiera de las otras
iglesias, Jesús le dice a la iglesia de Tiatira: «Yo conozco tus obras».
b. Amor, y fe, y servicio, y tu paciencia: En muchas maneras, la iglesia de Tiatira era una iglesia
modelo. Tenía cuatro grandes cualidades esenciales. Ellos tenían amor, tanto para el Señor como
entre ellos. Ellos sabían de servicio, y tenían una fe y paciencia dignas de mencionar.
c. Y que tus obras postreras son más que las primeras: Este es otro halago a la iglesia de
Tiatira. No solamente tenían estas obras, sino que las tenían en una medida creciente: ellos están
creciendo en amor, servicio, fe, y paciencia.

4. (20-21) Lo que Jesús tiene en contra de la iglesia en Tiatira


Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice
profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
a. Pero: A pesar de todo lo bueno que Jesús ve en la iglesia de Tiatira, existen problemas
significativos. Los problemas son lo suficientemente grandes como para que Jesús diga: «pero», lo
cual significa: «a pesar de todo lo bueno, tengo unas pocas cosas contra ti».
b. Que toleras que esa mujer Jezabel: El centro de la corrupción en la iglesia de Tiatira es una
mujer a la que Jesús llama Jezabel. Este quizás no haya sido el nombre literal, sino un «título» que
representa claramente a una profetiza con estilo propio dentro de la iglesia, que sigue el patrón de
Jezabel en el Antiguo Testamento (1 Reyes 16-21 y 2 Reyes 9:30-37).
i. El nombre Jezabel tenía una poderosa connotación. Si nosotros llamáramos a alguien un «Judas»
o un «Hitler», significaría algo malo. Es también algo fuerte llamar a esta mujer Jezabel. «Ella era
una de los personajes más malvados del Antiguo Testamento, quien intentó combinar la adoración
de Israel con la adoración del ídolo Baal […]. Jezabel tenía un récord poco envidiable de maldad».
(Walvoord)
ii. Algunos antiguos manuscritos griegos expresan la frase «esa mujer Jezabel», como «tu mujer
Jezabel» o «tu esposa Jezabel». Basado en esto, algunos (como Dean Alford) han pensado
que Jezabel era la esposa del pastor, o que Jesús quiere decir que Jezabel era la «mujer» del pastor
en un sentido simbólico.
c. Que se dice profetisa: Esta «Jezabel» en la iglesia de Tiatira no era en realidad una profetisa,
sino que ella decía que lo era. Pero, al parecer, los cristianos la recibían como una profetisa, y ese
es el motivo por el que Jesús les da esta advertencia.
i. Jesús, en Mateo 24:11, dijo que esto sucedería: «Y muchos falsos profetas se levantarán, y
engañarán a muchos». Esas palabras fueron dichas, en primer lugar, con la vista en el final de los
tiempos; aunque siempre ha habido quienes se llaman a sí mismos profetas, pero no lo son.
d. Enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos: Aquí
Jesús describe el pecado específico de esta mujer «Jezabel». Principalmente, ella era una influencia
inmoral e impiadosa para los demás, y conducía a los demás a pecar. Jezabel condujo a todos hacia
la inmoralidad y la idolatría.
i. Debido a los fuertes gremios de comercio en Tiatira, fornicar y comer cosas sacrificadas a los
ídolos estaba tal vez conectado con las ocasiones sociales obligatorias de los gremios. Quizás, un
cristiano era invitado a la reunión mensual del gremio orfebre, y la reunión se realizaba en el
templo de Apolo. «Jezabel» permitiría o alentaría al hombre a ir —posiblemente usando una
palabra «profética»— y cuando el hombre iba, caía en inmoralidad e idolatría.
ii. El acercamiento a los gremios y sus reuniones era algo poderoso. «Ningún comerciante o
tratante podría esperar prosperar o hacer dinero, a menos que fuera un miembro del gremio del
comercio» (Barclay). Sin embargo, se esperaba que los cristianos enfrentaran este tipo de presión.
Un antiguo cristiano llamado Tertuliano escribió sobre los cristianos que vivían del comercio y que
estaban conectados con la idolatría pagana. Él decía que un pintor podría encontrar trabajo en
templos paganos, o un escultor podría ser contratado para hacer una estatua de un dios pagano, y se
justificarían diciendo: «Esto es de lo que vivo, y debo vivir». Tertuliano respondió: «¿Vivere ergo
habes? (¿Debes vivir?)».
iii. Mis siervos: Esto muestra qué tan terrible era el pecado de Jezabel. Ella corrompía a
los siervos de Jesús. Jesús dijo: «Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen
en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar»
(Marcos 9:42).
e. Después, en esta carta, Jesús también revelaría una conexión entre el trabajo de Jezabel y la falsa
doctrina: «esa doctrina […] lo que ellos llaman las profundidades de Satanás» (Apocalipsis 2:24).
Al parecer esta Jezabel conducía a otros en la iglesia de Tiatira a descubrir «las profundidades de
Satanás».

i. En los días del Nuevo Testamento, muchas religiones no cristianas (como los ofitas y varios
grupos gnósticos) decían que conocían las «cosas profundas de Satanás». El antiguo escritor
cristiano Tertuliano decía que si tú le preguntabas a un gnóstico sobre sus misterios cósmicos, ellos
fruncían la ceja y decían: «es profundo». Puede ser profundo, pero es profundo hacia un hoyo
peligroso.

ii. ¿Cómo pueden los cristianos caer en las profundidades de Satanás? Quizás, el razonamiento
engañoso los llevó por este camino: «Para controlar efectivamente a Satanás debes de entrar a sus
fortalezas, y conocer sus profundidades, para que así puedas conquistarlo». Algunas personas
utilizan un razonamiento similar en la guerra espiritual mal guiada de hoy día.

f. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse: La acusación más
fuerte de Jesús es que esta «Jezabel» no quiere arrepentirse. Ella, aparentemente, rechaza la obra
del Espíritu Santo en su corazón, el cual la llama a arrepentirse.
i. En estas palabras vemos la misericordia y el juicio de nuestro Señor. La expresión «tiempo para
que se arrepienta», muestra misericordia. Dios nos da a nosotros tiempo para que nos
arrepintamos, y debemos de tratar a los demás de la misma manera. Por otra parte, la expresión
«pero no quiere arrepentirse», nos habla del juicio de Dios. Dios nos da un tiempo para
arrepentirnos, pero no es un tiempo sin límite. Hay un tiempo en el que Dios dice: «No contenderá
mi espíritu con el hombre para siempre» (Génesis 6:3). Esto significa que cuando Dios nos da el
tiempo para arrepentirnos, debemos de aprovechar ese tiempo.

ii. «“En el tiempo viene la gracia”, no siempre es un proverbio veraz». (Trapp)

g. Que tolera: Esto muestra el pecado de la iglesia de Tiatira. Aparentemente, ellos eran una
iglesia modelo que trabajaba y mostraba amor, servicio, fe y paciencia. Pero, aun así, había una
corrupción significativa dentro de la iglesia. El pecado de la iglesia era que «toleraban» esta
corrupción.

i. No era necesariamente un gran grupo los que seguían a Jezabel. Un poco de levadura afecta a
toda la masa, y un poco de inmoralidad e idolatría corromperá a toda la iglesia, especialmente si
influencia a otros de la manera en la que Jezabel lo hizo.

5. (22-25) Lo que Jesús quiere que la iglesia en Tiatira haga


He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se
arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que
yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.
Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han
conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra
carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
a. Yo la arrojo en cama: Antes de que Jesús les diga a los cristianos de Tiatira lo que deben de
hacer, les dice lo que Él hará. Jesús castigará a esta Jezabel (la arrojo en cama), junto con
aquellos que con ella adulteran.
i. La referencia al adulterio es importante. Habla de un adulterio sexual y de
un adulterio espiritual. Cuando estos cristianos honran a otros dioses, son infieles al Señor que los
salvó.
ii. Por esta razón, la figura de una cama es tan apta. Ellos eran culpables de adulterio, tanto sexual
como espiritual. Es como si Jesús dijera: «Como aman una cama sucia, aquí les daré una, y los
arrojaré en ella».
iii. ¿Qué significaba esta cama? Podría ser, simplemente, una imagen de aflicción; o una
enfermedad que Jesús permitiría en las vidas de Jezabel y de sus seguidores como castigo.
Sabemos por pasajes como 1 Corintios 11:30 que Dios puede utilizar la enfermedad como una
manera de castigarnos cuando estamos en pecado.
iv. La antigua palabra griega traducida aquí como cama «es también la palabra utilizada para hacer
referencia a un “sofá de banquete”; y si ese significado es tomado, entonces podría querer decir:
“Yo la heriré mientras ella está sentada en sus festines prohibidos”». (Barclay)
b. Si no se arrepienten de las obras de ella: Jesús revela el propósito de este castigo. Primero, es
para acercarlos a que se arrepientan de las obras de ella. Ellos no escucharían a Jesús antes, así
que Él debe de hablar «más fuerte» por medio de la cama de enfermedad. Segundo, es para dar un
ejemplo de santidad a otras iglesias: «y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la
mente y el corazón».
i. Mente y corazón es, literalmente, «corazón y riñones». En la mente de los antiguos judíos, el
corazón era el lugar del intelecto, y los riñones eran el lugar de las emociones. Jesús dice: «yo
conozco sus pensamientos y sus sentimientos».
c. Y a sus hijos heriré de muerte: «Todos los hombres mueren, pero no todos son exterminados
con la muerte […]. Oh, es algo terrible ser exterminado con la muerte». (Trapp)
d. Pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga: Había muchos fieles cristianos en Tiatira. A
ellos, Jesús simplemente les dice: «¡Retenedlo!». No deben de dejar de hacer lo que es bueno. No
se deben distraer ni desanimarse, y deben de ser lo que Jesús quiere que sean y hacer lo que Jesús
quiere que hagan.
i. Jesús también les dice por cuánto tiempo deben de retenedlo: «hasta que yo venga». Debemos
de «mantenernos y estar firmes para Jesús hasta que Él venga». Hasta ese entonces la batalla no
terminará.

6. (26-28) La promesa de una recompensa


Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y
las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la
he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.
a. Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin: Aunque haya una influencia inmoral e
idólatra de una Jezabel, los cristianos pueden «vencer y guardar las obras de Jesús hasta el fin». No
debemos de desanimarnos por completo debido a la inmoralidad que está a nuestro alrededor, aun
entre los cristianos. La obra de Dios seguirá por medio de sus vencedores.
b. Yo le daré autoridad sobre las naciones: Jesús prometió que su pueblo reinaría con Él. Aquí
hay una promesa especial a aquellos que venzan la amenaza de la inmoralidad y la idolatría. A
ellos Jesús les ofrece una parte de su propio reino.
i. Las regirá con vara de hierro: Esta cita de Salmos 2 habla de la autoridad del Mesías cuando
gobierne sobre la tierra. En aquel día la justicia será forzada, y aquellos que se rebelen en contra de
Jesús serán quebrados como un vaso de barro con una vara de hierro. Jesús incluye esto aquí para
dar esperanza a los cristianos fieles de Tiatira, quienes se sentían abrumados por la inmoralidad e
idolatría a su alrededor. Jesús les recuerda: «Ustedes están en mi equipo ganador».
ii. «La palabra traducida como “gobernar” (poimanei) significa literalmente “pastorear”. Su
gobierno no será simplemente aquel que ejecuta juicio, sino también aquel que administra
misericordia y dirección». (Walvoord)
c. Le daré la estrella de la mañana: Jesús les ofrece una recompensa más grande que el reino. Él
se ofrece a sí mismo como recompensa, porque Él es «la estrella de la mañana» (Apocalipsis
22:16).

7. (29) Una exhortación general para todos los que oigan


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. El que tiene oído: Esta es una carta que aplica para todos. Aplica a aquellos que son como
Jezabel, quienes conducen a otros a pecar. Aplica a aquellos que siguen la enseñanza de una
Jezabel, y que instan a otros a pecar. Aplica a aquellos que permiten a Jezabel obrar en su
maldad. Y aplica al que es fiel, el cual debe de mantenerse.
APOCALIPSIS 3: CARTAS DE JESÚS
A LAS IGLESIAS (CONTINUACIÓN)
Audiocomentario Apocalipsis

A. A la iglesia en Sardis
1. (1a) El carácter de la ciudad de Sardis
Escribe al ángel de la iglesia en Sardis […].
a. Al mismo tiempo que Jesús habló estas palabras a Juan, la antigua ciudad de Sardis ya había
visto sus mejores días y comenzaba a declinar. Pero aún era una ciudad rica, debido a que estaba
situada en la intersección de varios caminos y rutas comerciales importantes. La conexión
entre Sardis y el dinero —dinero fácil— era bien conocida en el mundo antiguo.

i. «Es de interés hacer notar que la primera moneda acuñada en Asia Menor fue acuñada en Sardis,
en los días de Creso. Estas monedas creadas de una forma burda fueron el inicio del dinero, en el
sentido moderno del término. Sardis era el lugar donde nacía el dinero moderno». (Barclay)

b. Sardis también era una ciudad bien conocida por su facilidad de vida y lujos. Tenía una
reputación bien merecida por su apatía e inmoralidad. En Sardis había un gran, magnífico, templo
dedicado a Cibeles, la diosa madre. De las ruinas de ese templo podemos ver que sus columnas
principales eran de 60 pies de altura, y más de 6 pies de diámetro. Esta diosa madre era honrada,
«adorada», con todo tipo de inmoralidad e impureza sexual.
c. La combinación de dinero fácil y un ambiente de moral apática hacía que la gente
de Sardis amara el placer y fueran en gran medida indulgentes. «La gran característica de Sardis
era que, incluso en labios paganos, Sardis era un nombre de desprecio. Su gente era notoriamente
holgazana, amante del placer y de los lujos. Sardis era una ciudad de la decadencia». (Barclay)
i. Esta indulgencia, esta falta de disciplina y dedicación, fue la perdición de Sardis en diferentes
ocasiones. El historiador griego Heródoto cuenta la historia de la caída de Sardis en los días de
Ciro. El rey Ciro había llegado a Sardis, y halló que la posición de la ciudad era ideal para la
defensa. Al parecer, no había manera de escalar el escarpado precipicio que amurallaba la ciudad.
Él recompensaría a cualquier soldado de su ejército que pudiera encontrar una forma de subir a la
ciudad. Un soldado estudió el problema cuidadosamente, y mientras observaba vio como a un
soldado que defendía a Sardis se le cayó su yelmo por las paredes de las murallas escarpadas. Él
observó al soldado que descendía por un pasaje secreto para recuperar su yelmo, marcó el lugar del
camino y condujo a un grupo de soldados hacia arriba esa noche. Cuando escalaron fácilmente los
precipicios, y llegaron a la ciudad, no sintieron que debían ser diligentes, pues los encontraron
indefensos. Los soldados de Sardis estaban tan confiados en las defensas naturales de su ciudad que
no pensaron en tener una guardia diligente. Así que la ciudad fue fácilmente conquistada.
Curiosamente, lo mismo sucedió casi 200 años después, cuando Antíoco atacó y conquistó a la
ciudad confiada que no preparó vigías.

ii. «A pesar de que la situación de la ciudad la hacía ideal para la defensa, al estar en lo alto del
valle de Hermo rodeada por precipicios profundos, casi imposibles de escalar, Sardis ya había
caído dos veces antes debido a la confianza excesiva y al fracaso de no poner guardia. En el año
549 a.C. el rey de Persia, Ciro, terminó con el gobierno de Creso al escalar los precipicios bajo el
abrigo de la oscuridad. En el año 214 a.C., los ejércitos de Antíoco el Grande (III), capturaron la
ciudad utilizando el mismo método». (Walvoord)

2. (1b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Sardis


El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:
a. Mientras Jesús se describe a sí mismo, utiliza términos que enfatizan su carácter como amo de
cualquier poder espiritual y autoridad. La repetición del número siete ayuda a indicar esto,
porque siete es el número de «plenitud» en la Biblia. Por lo tanto, Jesús tiene la plenitud del
Espíritu de Dios, y la plenitud de la iglesia.
b. El que tiene los siete espíritus de Dios: Jesús tiene la plenitud del Espíritu de Dios en sí mismo,
y también tiene al Espíritu Santo en plenitud para darlo a la iglesia.
c. Y las siete estrellas: Jesús también tiene la plenitud de la iglesia en su mano. Sabemos que
las siete estrellas representan a las iglesias por lo que Jesús dijo en Apocalipsis 1:20: «Las siete
estrellas son los ángeles de las siete iglesias». Cuando Jesús habla de los ángeles de las siete
iglesias, a través de estas cartas, habla no a un individuo, sino a toda la iglesia por medio de ese
individuo.

3. (1c) Lo que Jesús sabe sobre los cristianos en Sardis


Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives […].
a. Yo conozco tus obras: De la manera en que Jesús le habla a cada iglesia, también le habla a la
iglesia de Sardis. Lo que una iglesia «es» y lo que una iglesia «hace» nunca está oculto de Jesús.
b. Que tienes nombre de que vives: Jesús sabía que la iglesia de Sardis tenía un nombre —esto
es, una reputación— de vitalidad. Si mirabas, tanto a la iglesia de Sardis, como a la ciudad de
Sardis, todo parecía que estaba vivo y bien.
i. «No debemos de tener la impresión de que Sardis era como un difunto, con el edificio destruido,
los miembros dispersos, y un pastor listo para renunciar. Era una iglesia ocupada, con reuniones
cada noche, los comités abundaban, todo en movimiento, promoción y publicidad, con algo
sucediendo en todo tiempo. Tenía una reputación de estar viva, bien despierta, siempre
preocupada». (Havner)

4. (1d) Lo que Jesús tiene en contra de la iglesia en Sardis


[…] y estás muerto.
a. Muerto: A pesar de su reputación de estar vivos, Jesús los miró por lo que en realidad eran. La
expresión «y estás muerto», muestra que una reputación no es garantía de un verdadero carácter
espiritual. A pesar de su buena apariencia, Jesús los miró por lo que en realidad eran.
b. «Muerto» indica que no hay lucha, no hay batalla, no hay persecución. No era que la iglesia de
Sardis estuviera perdiendo la batalla. Un cuerpo muerto ya ha perdido la batalla, y la pelea parece
haber acabado. En esta carta, Jesús no anima a los cristianos en Sardis a que estén firmes en contra
de la persecución o de la falsa doctrina, probablemente, porque no había un peligro significativo de
estas cosas en Sardis. Al estar muerta, la iglesia de Sardis no representaba amenazas significativas
para el dominio de Satanás, así que no era digna de atacar.

i. La iglesia en Sardis era un «modelo perfecto de un cristianismo inofensivo» (Caird). Otro


comentarista dice: «Su apariencia era que estaba “viva”, pero en su esencia estaba “muerta”».

ii. «La iglesia de Sardis estaba en paz —pero era la paz de los muertos». (Barclay)

5. (2-4) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia en Sardis


Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras
perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y
arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré
sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y
andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
a. Sé vigilante: Esta primera instrucción de Jesús les dice que necesitan examinar y proteger,
fortalecer lo que tienen. Al Jesús decir: «afirma las otras cosas que están para morir», podemos
deducir que la condición espiritual de la iglesia de Sardis era mala, pero no estaba sin esperanza.
Espiritualmente había cosas que aún podían ser fortalecidas. Jesús no se había rendido, y era tarde
(que están para morir), pero no demasiado tarde.
i. Es su historia, la ciudad de Sardis fue fácilmente conquistada dos veces. No era que los ejércitos
que atacaban abrumaran a Sardis, sino que la confianza excesiva los hizo que no fueran vigilantes.
El estado espiritual de la iglesia de Sardis era un reflejo del carácter histórico de la ciudad.
b. Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios: Esto muestra que sus obras no
habían llegado a la medida del estándar de Dios. Hacer obras no es suficiente, porque Dios
requiere una intención en particular, y un propósito en todas nuestras obras. Nuestras obras deben
de ser hechas con el corazón y en una manera que las haga ser perfectas delante de Dios.
i. Respecto a la frase «no he hallado tus obras perfectas», Clarke dice: «Ellos hacían deberes de
todos tipos, pero no los hacían de manera completa. Ellos estaban constantemente empezando, pero
nunca concluían nada».
c. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete: Lo que ellos
deben de hacer es acordarse cómo han recibido y oído la Palabra de Dios. Deben de «guardar»
esas cosas, y deben de «arrepentirse» y restaurar la autoridad del Evangelio y la doctrina apostólica
sobre sus vidas.
i. Pablo describió en 1 Tesalonicenses 2:13 el tipo de recepción de la Palabra que ellos necesitaban
recordar: «Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la
palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es
en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes».
d. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón: Jesús les advierte del gran peligro de no
mantenerse vigilantes. Si ellos ignoran su mandamiento de «velar», entonces Jesús vendrá sobre
ellos como ladrón, en un tiempo que ellos no esperan.
i. Vendré sobre ti: ¿Cómo «vendrá» Jesús sobre ellos? Él podría venir sobre ellos en el sentido de
traer un juicio inmediato. O Él podría venir sobre ellos en el sentido de su venida por la iglesia en
el rapto (1 Tesalonicenses 4:16-17). Usado en cualquier sentido, muestra que su venida puede ser
repentina y sin anunciarse, así que ellos deben de «velar».

ii. Winston Churchill le dijo a Gran Bretaña en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial:
«Les debo dejar una palabra de advertencia: lo que le sigue a la cobardía y a la traición, la
confianza excesiva que conduce a la negligencia y a la pereza, es el peor de los crímenes de
guerra». (Citado en Bunch)

e. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras: Aún entre
los cristianos muertos de Sardis, hay un remanente fiel. Pero solamente eran unas pocas personas.
En Pérgamo (Apocalipsis 2:14) y en Tiatira (Apocalipsis 2:20), había algunos malos entre los
buenos. Pero en Sardis, había unas pocas personas entre los malos.
i. Tienes […] en Sardis: Aquí se muestra que es notable que aún se hallan «en» Sardis unas
pocas personas fieles al Señor. Es notable porque la ciudad tiene una reputación considerable de
inmoralidad. «En» una ciudad tan malvada, algunos entre los cristianos no se habían manchado al
no unirse al pecado.
ii. Que no han manchado sus vestiduras: ¿Por qué Jesús se refiere a que no han manchado sus
vestiduras? En la adoración pagana de aquellos días, no era permitido acercarse a los dioses con
ropas sucias. La analogía puede funcionar para la adoración a Jesús, porque Él da a sus santos
vestiduras blancas.

iii. «Así como el pecado es expresado bajo la noción de desnudez, la santidad es expresada bajo la
noción de vestiduras». (Poole)

g. Y andarán conmigo en vestiduras blancas: Jesús también promete que estos


santos andarán con Él. Esta ilustración de una relación y amistad cercana es vista en la vida de
Enoc, quien «caminó, pues […] con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios» (Génesis 5:24).
i. Claro que las vestiduras que Jesús da son siempre blancas. Sardis era una iglesia que estaba
«muerta» debido a un «compromiso con el pecado». Ellos necesitaban recibir y andar en la pureza,
en las vestiduras blancas que Jesús da. El blanco también era el color del triunfo para los
romanos, así que las vestiduras blancas hablan del triunfo final del creyente en Jesús.
ii. «Andarán conmigo» es la recompensa más grande que Jesús puede darles a sus seguidores. Los
cristianos en Sardis que olvidaran su compromiso pecaminoso con su ciudad, serían
recompensados con un caminar más cercano, más íntimo con Jesús. Esta recompensa es,
finalmente, una mejor motivación que el temor al castigo o a la ruina por nuestro pecado.
iii. Los puros pueden tener una intimidad más grande con Dios, no solamente porque se la han
ganado, sino porque están más interesados en las cosas de Dios. Dios promete recompensar ese
interés: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mateo 5:8).

iv. «Pero, ¿qué se hará con tales personas que viven en la iglesia, pero están fuera; que tienen
nombre de estar vivos, pero están muertos? ¿Qué se hará con los simples maestros que no viven lo
que enseñan? ¿Qué habrá de ser de aquellos que son religiosos en la apariencia externa, pero por
dentro viven en la hiel de la de amargura? Contestamos, de la misma manera que lo hizo el buen
Calvino: “Ellos andarán en la oscuridad, pues no son dignos”. Ellos andarán en la oscuridad —la
oscuridad de la destrucción de Dios. Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de una angustia
incomparable. Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de una desesperación sin esperanza.
Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de la condenación. Ellos andarán en la oscuridad por
siempre, porque fueron hallados indignos». (Spurgeon)

6. (5) Una promesa de una recompensa


El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la
vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
a. El que venciere será vestido de vestiduras blancas: Jesús identifica a los vencedores con
aquellas «pocas personas que no han manchado sus vestiduras» (Apocalipsis 3:4). Estos
vencedores usarán vestiduras blancas, recibidas de Jesús.
i. La diferencia entre la mayoría muerta con obras imperfectas (pero que tienen buena reputación) y
las pocas personas que estaban agradando a Dios con pureza, es la cercanía con Jesús, que siempre
está relacionada con la pureza. La muerte y la fachada espiritual de la mayoría de los cristianos en
Sardis estaba relacionada con vidas impuras, y con el compromiso con el pecado del mundo que los
rodeaba. Es difícil decir si la muerte vino antes de la impureza, o la impureza vino antes de la
muerte; pero, seguramente, están relacionadas.

ii. Jesús explicó la absoluta necesidad de ser vestidos por Dios con ropas de pureza y justicia en la
parábola de la fiesta de bodas (Mateo 22:11-14). La verdadera justicia es recibir la cubierta de
Dios, en lugar de intentar cubrirnos a nosotros mismos. Adán y Eva trataron de cubrir su propio
pecado (Génesis 3:21), pero Dios les proveyó una cubierta que vino del sacrificio (Génesis 3:7).
b. Y no borraré su nombre del libro de la vida: Por esto, los vencedores tienen asegurada su
ciudadanía celestial. En el mundo antiguo, la muerte o la pena capital, podían borrar el nombre de
un antiguo ciudadano del libro de la ciudad, que era el registro de la ciudad.

i. «En el mundo antiguo las ciudades guardaban un registro de sus ciudadanos, y cuando un hombre
moría, su nombre era quitado del registro. El Cristo resucitado está diciendo que, si deseamos
permanecer en el libro, como ciudadanos de Dios, debemos de mantener la llama de nuestra fe
viva». (Barclay)

c. Borraré su nombre del libro de la vida: ¿Esto significa que alguien puede perder su salvación?
¿Significa que alguien es salvo un día (su nombre está en el libro de la vida) y que otro día si cae
su nombre es borrado del libro de la vida? Necesitamos ver primero el contexto de Apocalipsis
3:5. El enfoque es la «garantía», así que no debemos de pensar que los nombres están siendo
constantemente borrados y reescritos. El enfoque aquí no es que Jesús está sentado en el cielo con
un borrador. Al mismo tiempo, debemos de considerar lo que dice la Palabra sobre el libro de la
vida.

i. Hay un libro de la vida, y estará abierto y se hará referencia a él en el Día del Juicio. Esto
significa que el libro de la vida es real, y será leído.

· «Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro
libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, según sus obras» (Apocalipsis 20:12).

ii. Hay un libro de la vida, y este determina si vamos al cielo o al Infierno. Esto significa que el
libro de la vida es importante.

· «Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego» (Apocalipsis
20:15).
iii. Hay un libro de la vida, y el conocer que nuestros nombres estén escritos allí nos debe de traer
un gran gozo.

· «Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres
están escritos en los cielos» (Lucas 10:20).

iv. Hay un libro de la vida, y hay cinco referencias diferentes acerca de que la gente es borrada del
libro de la vida. Esto significa que la idea de ser borrado del libro de la vida debe de ser tomada en
serio. Quizás sea simplemente un símbolo, y ese nombre de la persona nunca estuvo allí para
empezar. Aun cuando ese fuera el caso, el Señor quiere que lo tomemos con seriedad, porque hay
algunos que por mera apariencia humana son salvos, pero no estarán en el cielo.

· Moisés le dijo a Jehová: «Que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has
escrito» (Éxodo 32:32).
· «Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro» (Éxodo
32:33).
· «Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos entre los justos» (Salmos 69:28).
· «El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y
confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles» (Apocalipsis 3:5).
· «Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la
vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro» (Apocalipsis 22:19).

Un buen ejemplo de que debemos de tomar esta advertencia seriamente es la vida de un hombre
llamado Charles Templeton. Hace una generación, él estaba bien envuelto en los fundamentos de
«Jóvenes para Cristo» e impactó a la nación para Jesús. El mismo Chuck Smith se había referido a
él como un ministro tan dinámico y poderoso que iría a cualquier lugar para escucharlo. Muchas
personas recibían a Jesús en sus reuniones, y estuvo asociado con Billy Graham durante los
primeros años de su ministerio. Pero, recientemente, escribió un libro en el que renuncia totalmente
a su creencia en Cristo Jesús, renuncia aun a su creencia en Dios, y dice que es un ateo. Charles
Templeton renuncia a sus primeras confesiones de fe y a través de su libro quiere «rescatar» a las
personas que una vez trajo a Jesús. Obviamente, este hombre —en su estado apóstata actual— no
va a ir al cielo. Puedes debatir todo el día acerca de si él nunca fue salvo, o si perdió su salvación;
pero al final del debate hay dos conclusiones. La primera: en un tiempo, según las apariencias
humanas, él fue salvo; la segunda: él no tomó en serio las advertencias de la Biblia de permanecer
caminando, permanecer confiando y perseverar en la fe.

v. En las genealogías de la Biblia, hay dos libros mencionados:

· El libro de la genealogía de Adán (Génesis 5:1)


· El libro de la genealogía de Jesucristo (Mateo 1:1)
El nacer de Adán no garantiza que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida. Pero el
nacer de nuevo —nacer de Cristo Jesús— nos da esa seguridad.

d. Confesaré su nombre delante de mi Padre: Esta es una sorprendente promesa. Tiene sentido
que nosotros estemos dispuestos a confesar el nombre de Jesús. ¡Pero es sorprendente que Él no se
avergüence de confesarnos!

i. Es importante para nosotros aceptar a Jesús; pero es mucho más importante saber que Jesús nos
acepta.

7. (6) Una exhortación general para todos aquellos que oigan


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. Oiga: Todos nosotros debemos de escuchar lo que el Espíritu Santo le dice a la iglesia de Sardis.
Es fácil desviarnos en un letargo apático hacia la muerte espiritual, especialmente cuando tenemos
una buena reputación. Pero siempre hay esperanza para la iglesia muerta, porque Jesús es experto
en levantar a los muertos.
b. Lo que el Espíritu dice a las iglesias: Sardis nos enseña que debemos de estar alertas con
nuestro éxito. La ciudad era rica y sabía cómo vivir cómodamente, pero esto los volvió indiferentes
y corruptos. Sardis también nos enseña que debemos de estar velando nuestros puntos fuertes. A
pesar de que Sardis era, aparentemente inexpugnable, fue conquistada. Donde decimos: «Nunca
haré esto», es el lugar preciso en el que debemos de velar aún más.

i. El mariscal británico de campo, Montgomery, solía decir: «Un hombre puede hacer que yo pierda
la batalla». Un cristiano corrupto o desobediente puede hacer que toda una iglesia pierda una
batalla. Primero, pueden perder la batalla por su propia debilidad. Segundo, pueden perder la
batalla porque llevan a otros al mismo pecado. Finalmente, pueden perder la batalla porque
albergan un espíritu de conformidad con el pecado en los otros miembros de la iglesia. ¡Un hombre
puede hacer que la batalla se pierda!

B. La carta de Jesús a la iglesia en Filadelfia


1. (7a) El carácter de la ciudad de Filadelfia
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia […].
a. Filadelfia (el nombre significa «amor fraternal»), era la más joven de las siete ciudades, y fue
originalmente fundada como un puesto misionero para el helenismo, la cultura de la antigua
Grecia.

i. «El propósito original detrás de esta ciudad clave era convertirla en un centro para esparcir la
lengua griega, su cultura y sus tradiciones a través de las provincias de Asia». (Hocking)
ii. «Filadelfia había sido edificada con la intención deliberada de que se pudiera convertir en una
ciudad misionera. Más allá de Filadelfia estaban los campos desolados de Frigia y de las tribus
bárbaras; y se tenía la intención de que la función de Filadelfia fuera esparcir la lengua griega, la
manera de vivir de los griegos y la civilización griega, a través de las regiones que estaban más
allá». (Barclay)

iii. La ciudad se ganó su nombre después de que a su fundador, Atalo el Segundo, se le


apodó Philadelphos.
b. Filadelfia era una ciudad próspera. «Filadelfia dirigía uno de los caminos más grandes en el
mundo, el camino que conducía de Europa al Este. Filadelfia era la puerta de un continente al otro»
(Barclay)
c. Filadelfia también era conocida por sus hermosos edificios (era llamada una «pequeña Atenas»),
y por sus terremotos frecuentes, debido a lo cual se requería hacer evacuaciones con asiduidad.

i. «Caminar por sus calles con templos dispersos, era recordar a Atenas, el centro de adoración de
los dioses del Olimpo». (Barclay)

2. (7b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Filadelfia


Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y
cierra y ninguno abre […]
a. Esto dice el Santo, el Verdadero: Jesús le recuerda a la iglesia de Filadelfia que Él
es Santo y Verdadero. Esto no describe «tendencias» dentro de Jesús, sino su propio ser. Esto
también muestran que Jesús es Yahveh, porque solamente Él es Santo en un sentido absoluto.
i. Hay dos antiguas palabras griegas que se podrían traducir como «verdadero». Una significa
«que no es falso»; la otra, «que no es irreal». La antigua palabra griega utilizada aquí para hacer
referencia a verdadero es la segunda (alethinos), que es la que expresa la idea de «real» o
«genuino». Jesús es verdadero en todo lo que Él es. Él es el Dios real y el hombre real.
b. El que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre : Jesús
muestra que Él también es el que guarda las llaves y las puertas. En esta cita de Isaías 22:20-23,
Jesús expresa su poder y autoridad, especialmente, para admitir o excluir.

3. (8) Lo que Jesús sabe sobre la iglesia en Filadelfia


Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede
cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi
nombre.
a. Yo conozco tus obras: Jesús les dice esto a cada una de las siete iglesias. La iglesia en Filadelfia
había servido a Dios bien en circunstancias difíciles, y Jesús lo sabía.
b. He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar: La iglesia
en Filadelfia tiene una puerta abierta delante de ellos. Muy a menudo, una puerta abierta habla
de oportunidad para el Evangelio (1 Corintios 16:9, 2 Corintios 2:12, y Colosenses 4:3). Jesús les
dice que Él ha abierto una puerta de oportunidad para que evangelicen, y deben de pasar por esa
puerta con fe.

i. En su historia, Filadelfia tenía un gran llamado «evangelístico». La ciudad tenía la misión de


esparcir la cultura griega y su lenguaje hacia toda la región. Ahora Jesús les abre una puerta para
que puedan esparcir la cultura de su reino hacia toda la región.

ii. Jesús les dice que vean que tienen esta puerta abierta. Algunas veces Dios abre una puerta de
oportunidades para el Evangelio enfrente de nosotros, pero no la vemos.

Un hombre que fue tocado por Jesús vino a Spurgeon y le pregunto cómo podía ganar a otros para
Jesús. Spurgeon le preguntó: «¿Qué eres? ¿Qué es lo que haces?». El hombre le dijo: «Soy
maquinista de un tren». Entonces, le dijo Spurgeon: «¿El hombre que hecha las paladas de carbón
en tu tren es cristiano?». «No lo sé» —dijo el hombre. «Regresa —dijo Spurgeon— y averígualo, y
comienza con él».

iii. Una vez que vemos la puerta abierta, debemos de caminar a través de ella. Dios quiere que
tomemos cada oportunidad que Él pone delante de nosotros para evangelizar.
iv. Puede haber otro sentido en esta puerta abierta. Los cristianos en Filadelfia parecen haber sido
excluidos de la sinagoga (Apocalipsis 3:9). La puerta abierta también puede estar hablando de su
oportunidad para entrar al reino de Dios, en contraste con su exclusión de la sinagoga.
c. La cual nadie puede cerrar: El énfasis está en una apertura sin dificultad. No hay nada que
pueda impedirles su acceso a esta puerta. Ya que Jesús es «Aquel que abre la puerta, la cual nadie
puede cerrar» (Apocalipsis 3:7), Él tiene la autoridad de mantener esta puerta abierta para los
cristianos en Filadelfia.

i. «David podía cerrar o abrir el reino de Israel a quien a él le placiera. Él no estaba obligado a
dejarle el reino ni siquiera a su hijo mayor. Él podía escoger a quien le placiera para que lo
sucediera. El reino del Evangelio, y el reino del cielo, están a disposición de Cristo». (Clarke)

ii. Dios abre puertas para el ministerio y ministerios hoy día. «Me gustaría dar testimonio de que he
probado esta promesa dada a Filadelfia a través de años de ministerio y he sido hallado fiel. La
promoción no viene del sur, este u oeste, sino de Dios; y si dirigimos nuestro camino hacia Él, y
ponemos nuestra confianza en Él, Él hará que suceda […]. El hombre de Dios no es dependiente de
exploradores religiosos talentosos, ni su ministerio está en manos de oficiales eclesiásticos. Su
centro de mando es el cielo, y su itinerario está hecho por el Señor de la Puerta Abierta». (Havner)
iii. Debido a que Jesús ha abierto la puerta, Él obtiene la gloria por ello. «Ni la riqueza o influencia,
ni ningún esquema de promoción, ni la elocuencia en el púlpito, ni la armonía de sus músicos,
pueden darle un ministerio efectivo. El Señor y solo Él ha abierto la puerta; solamente el Señor ha
“dado el incremento”». (Morris)

d. Porque aunque tienes poca fuerza: El término «poca fuerza» no implica debilidad, sino
una fuerza real. Ellos eran lo suficientemente débiles para ser fuertes en el Señor. Puede que
seamos «demasiados fuertes» o «grandes» o «seguros de nosotros mismos» como para que Dios
pueda usarnos en verdad. La iglesia en Filadelfia tenía la pobreza de espíritu para conocer que
necesitaban en realidad la fuerza de Dios.

i. «No es un asunto de gran fuerza, ni de gran habilidad, sino de gran dependencia. Sansón tenía
una gran habilidad, pero poca dependencia. Poca fuerza utilizada con fidelidad tiene más
significado que mucha fuerza utilizada llamativa e irregularmente». (Havner)

ii. El apóstol Pablo era un gran ejemplo de esta dinámica de debilidad y fuerza. La fuerza de Dios
fue hecha evidente en su debilidad (2 Corintios 12:7-10).
e. Has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre: La iglesia en Filadelfia también era
fiel a Jesús y a su Palabra. La idea detrás de «no has negado mi nombre», no es solamente que
expresaban su alianza con Jesús, sino que vivían de tal manera que eran fieles al nombre y al
carácter de Jesús.
i. Algunas iglesias que reclaman tener una gran fidelidad a la Palabra de Jesús, niegan su nombre,
su carácter. Ellos representan el estilo de Jesús de una manera muy diferente a lo que la Biblia
muestra.

f. Vean las características de la iglesia en Filadelfia:

· Oportunidad para evangelizar (He puesto delante de ti una puerta abierta).


· Confianza en Dios (Tienes poca fuerza).
· Fidelidad a Jesús (Has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre).

En cierto sentido, estas características parecen «poco espectaculares». Estas características


debieran de ser comunes entre las iglesias; pero aun así Jesús se agradaba completamente con esta
iglesia. Él no tenía nada negativo que decir de la iglesia de Filadelfia.

i. «La iglesia de Filadelfia es elogiada por guardar la Palabra del Señor, y por no negar su Nombre.
El éxito en la obra del cristiano no debe de ser medido por otro estándar de logro. No es elevarse en
una posición eclesiástica. No es el número de nuevos edificios que han sido construidos a través del
ministerio de un hombre. No son las multitudes que se amontonan para escuchar una voz humana.
Todas estas cosas son frecuentemente utilizadas como vara de medir el éxito, pero son medidas
terrenales, no celestiales». (Barnhouse)
4. (9-10) Lo que Jesús hará por los cristianos en Filadelfia
He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino
que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he
amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la
hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre
la tierra.
a. Yo entrego de la sinagoga de Satanás: Aparentemente, los cristianos en Filadelfia eran
perseguidos por personas judías (la sinagoga). Sin embargo, estos perseguidores eran judíos de
nombre solamente (que se dicen ser judíos y no lo son). De hecho, no tienen una conexión
espiritual con Abraham o con otras personas de fe.
i. En esto, Jesús no habla en contra de todo el pueblo judío. Sería completamente erróneo hablar de
todo el pueblo judío como la sinagoga de Satanás, pues la referencia es a los que se dicen ser
judíos y no lo son. Jesús habló, específicamente, de este grupo de personas judías en Filadelfia que
persiguieron a los cristianos durante ese periodo.
b. Yo haré que vengan y se postren a tus pies: En esto, Jesús promete que vindicará a su pueblo y
se asegurará de que sus perseguidores reconozcan que están mal, y que Jesús y sus seguidores están
en lo correcto. La reflexión es de vindicación ante perseguidores espirituales farisaicos. Dios
promete que la iglesia de Filadelfia será vindicada delante de sus perseguidores.
i. Dios le prometió a Israel que los gentiles lo honrarían y reconocerían a su Dios ( Isaías 45:14).
Ahora los lugares se han intercambiado, y estas personas judías «asumirán el rol de los paganos y
reconocerán que la iglesia es el Israel de Dios». (Mounce)
ii. 1 Corintios 14:24-25 habla de incrédulos que caen en medio de los cristianos para adorar a Dios.
Esto muestra que no son los cristianos los que están siendo adorados, sino que Dios es adorado en
presencia de cristianos.
iii. Y reconozcan que yo te he amado: Aquellos que fueron una vez enemigos, adorarán junto a
ellos, son destruidos como enemigos. Ahora saben que Jesús ha amado a estas personas que una
vez ellos persiguieron. La mejor manera de destruir a los enemigos del Evangelio es orar para que
Dios los cambie.
iv. Las personas perseguidas muy a menudo anhelan justicia en contra de sus perseguidores
(Apocalipsis 6:10). Un pasaje de un cristiano del segundo siglo muestra esto: «¿Qué visión
despertará mi asombro? ¿Cuál mi risa, mi alegría y mi júbilo? ¡Cuando veo a todos esos reyes, esos
grandes reyes […] gimiendo en las profundidades de la oscuridad! ¡Y los magistrados que
persiguieron en el nombre de Jesús, derritiéndose en los fieros fuegos que encendieron en su ira en
contra de los cristianos!». (Tertuliano, citado en Barclay)
c. Te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero: Jesús también
les promete protección de la hora de la prueba que vendrá sobre el mundo entero.
i. La mayoría de los eruditos de la Biblia ven esta hora de la prueba como una referencia profética
de las aflicciones mesiánicas, la gran tribulación, la cual le precede al reino terrenal de Jesús. Jesús
promete que «guardará» a estos cristianos de la hora de la prueba.
d. Para probar a los que moran sobre la tierra: La prueba está dirigida en contra de los que
moran sobre la tierra. Esta frase es utilizada nueve veces en el libro de Apocalipsis, y habla de
aquellos que no son salvos en Jesús. Apocalipsis 17:8 hace que la expresión anterior sea sinónimo
de lo perdido: «y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la
fundación del mundo en el libro de la vida». Esta prueba es para los incrédulos, no para los
cristianos.
i. A los que moran sobre la tierra: «No se refiere a los creyentes, sino a los incrédulos, quienes
son el objeto de la ira de Dios a través del Apocalipsis». (Johnson)
ii. Los cristianos somos diferentes. Aunque caminamos en esta tierra, nuestra morada está en el
cielo. Hemos sido sentados en los lugares celestiales con Jesús (Efesios 2:6). Nosotros no somos de
los que moran sobre la tierra, nuestra vida está escondida en Jesús (Colosenses 3:3).
e. te guardaré de la hora de la prueba: ¿Esta promesa implica un escape antes de la gran
tribulación? ¿O promete protección dentro de ella? Cada tendencia interpretativa cree que este
pasaje soporta fácilmente su posición.
i. Aquellos que creen que la iglesia estará aquí durante el tiempo de gran tribulación, se enfocan en
el mandato de Jesús a tener paciencia, y dicen que el contexto demanda ver esto como una
protección que habilita al fiel a tener paciencia en el periodo.
ii. Aquellos que creen que Jesús vendrá por su iglesia antes de este tiempo de gran tribulación,
entienden que la protección prometida es de la misma hora de la prueba, no solamente de la
prueba. También señalan el cataclismo mundial ineludible que se predice en la gran tribulación
(Mateo 24:21 y Apocalipsis capítulos 6, 8-9, 16).
iii. Sin embargo, la referencia a guardar el mandamiento de tener paciencia está en el tiempo
antepresente (has guardado la palabra de mi paciencia), lo que muestra que es algo que los
cristianos ya han comenzado a hacer antes de esta hora de la prueba, la cual aún no ha llegado
sobre el mundo. La promesa es una recompensa por la paciencia que ya han tenido, no equiparlos
para que tengan paciencia en el futuro. «Y en lo que le concierne a la iglesia de Filadelfia, el rapto
de la iglesia les fue presentado como una esperanza inminente». (Walvoord)
iv. Además, los que son probados en esta hora de la prueba no son primordialmente los creyentes,
sino los que moran en la tierra, quienes no son ciudadanos del cielo (Filipenses 3:20).

5. (11) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia en Filadelfia


He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
a. He aquí, yo vengo pronto: Primero, la iglesia en Filadelfia debe de recordar que Jesús
viene pronto, y ellos se deben de preparar para su venida.
i. «La expresión “pronto” debe de ser entendida como algo que será repentino, sin esperarse, no
necesariamente inmediato». (Walvoord)

b. Retén lo que tienes: La iglesia en Filadelfia no se debe de apartar de su fundamento sólido,


como está descrito en Apocalipsis 3:8:
· Oportunidad para evangelizar (He puesto delante de ti una puerta abierta).
· Confianza en Dios (Tienes poca fuerza).
· Fidelidad a Jesús (Has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre).

Estas cosas pueden y deben de continuar entre la iglesia en Filadelfia, pero solamente sucederá si
retienen lo que tienen.

c. Para que ninguno tome tu corona: Si ellos fallan en «retener» su corona, puede ser «dada» a
otro. La idea no es que pudiera ser «robada» por otro, sino «dada».

i. Esta no una corona de la realeza, dada por derecho de nacimiento real. Esta es una corona de
victoria. Jesús anima a sus santos a terminar su carrera con victoria, a «jugar la segunda mitad» con
la misma fortaleza que «jugaron la primera mitad».

ii. «Nunca olvides que el hombre que tiene la mayor oportunidad de robar tu corona eres tú mismo.
“Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). No estás en
un gran peligro de nada más ni de nadie más que de ti mismo». (Havner)

6. (12) Una promesa de una recompensa


Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y
escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva
Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo
a. Al que venciere, yo lo haré columna: A los vencedores se les dice que serán una columna en el
templo de mi Dios. Las columnas son ilustraciones de fuerza, estabilidad, y de una digna belleza.

i. La antigua ciudad de Filadelfia sufría de terremotos constantes. Cuando un edificio se


derrumbaba en un terremoto, muy a menudo todo lo que quedaban eran esas grandes columnas.
Jesús nos ofrece la misma fuerza, al permanecer firmes en Él cuando todo a nuestro alrededor
sucumbe.

ii. La columna sostiene al edificio. Lo único que sostiene al pilar es el fundamento. Las verdaderas
columnas en la iglesia sostienen a la iglesia, y ellos ven a Jesús como su fundamento de soporte.

b. Y nunca más saldrá: El vencedor tendrá un lugar de permanencia y estabilidad con Dios, en
contraste con un lugar no seguro en este mundo.
i. «Los ciudadanos de Filadelfia vivían una vida trémula y sin asentarse. Cuando fuera que llegaran
los temblores del terremoto, y estos llegaban muy frecuentemente, las personas de Filadelfia huían
de la ciudad hacia el campo abierto, para escapar de los bloques que caían y de las piedras que
volaban, lo cual acompañaba a los severos terremotos. Entonces, cuando la tierra estaba quieta otra
vez, regresaban. En su temor, el pueblo de Filadelfia siempre andaba saliendo y entrando; ellos
siempre estaban huyendo de la ciudad y regresando a ella». (Barclay)

c. Escribiré sobre él el nombre de mi Dios […] y mi nombre nuevo: El vencedor también


recibiría muchos nombres (de Dios, de la Nueva Jerusalén, y el nuevo nombre de Jesús). Estos
nombres son marcas de identificación, porque muestran a quien le pertenecemos. Estas son marcas
de intimidad, porque muestran lo privilegiados que somos al conocerle a Él de maneras que otros
no le conocen.
i. Esto funciona bien con la imagen de una columna. En el antiguo mundo, se tenía una columna
especial, con una inscripción, la cual era añadida a uno de los templos para honrar a un siervo fiel
de la ciudad, o a un sacerdote distinguido. «Filadelfia honraba a sus hijos ilustres al poner sus
nombres en las columnas de los templos, para que cuando todos vinieran a adorar pudieran ver y
recordarlos». (Barclay)

7. (13) Una exhortación general a todos los que oigan


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. El que tiene oído, oiga: Todos nosotros queremos oír la alabanza y las palabras de ánimo que
Jesús le da a la iglesia de Filadelfia. Si fuéramos como esta iglesia, deberíamos de mantenernos en
su fundamento: el nombre de Jesús y su Palabra. También debemos de depender de su fuente de
fuerza que proviene de Jesús, no de ellos.

C. La carta de Jesús a Laodicea


1. (14a) El carácter de la ciudad de Laodicea
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea […].
a. Laodicea era una ciudad importante, una ciudad rica, con una población significativa de judíos.
Como las demás ciudades de la región, esta era un centro para la adoración a César, y la adoración
al dios de la sanidad, Esculapio. Había un templo famoso para Esculapio en Laodicea, con una
escuela de medicina más famosa aún, conectada con el templo.

i. Después de que un terremoto devastara la región en el año 60 d.C., Laodicea rehusó la ayuda
imperial para reconstruir la ciudad, confiando exitosamente en sus propios recursos. Ellos no
necesitaban ayuda del exterior, no la pedían, y no la querían. «Laodicea era muy rica como para
aceptar ayuda de cualquiera. Tácito, el historiador romano, nos dice: “Laodicea se levantó de las
ruinas por la fuerza de sus propios recursos, y sin ayuda de nosotros”». (Barclay)
b. Laodicea también era un centro de comercio notable, y algunos de sus bienes eran exportados
por todo el mundo. «Se notaba de manera frecuente que Laodicea se enorgullecía de sí misma en
estas tres cosas: riqueza financiera, una industria textil extensa, y un ungüento de ojos muy popular
que era exportado alrededor del mundo». (Mounce)

c. Uno de sus problemas era el pobre suministro de agua, el cual hacía que Laodicea fuera
vulnerable si era sitiada. Si un ejército enemigo rodeaba la ciudad, ellos tendrían suministros de
agua insuficientes, y los suministros que entraban a la ciudad serían fácilmente cortados. Por lo
tanto, los líderes de Laodicea siempre eran complacientes con cualquier enemigo potencial, y
siempre querían negociar y comprometerse en lugar de pelear.

i. Su principal suministro de agua venía de un acueducto de seis millas de las aguas termales de
Hierápolis. Debido a que su suministro de agua provenía de aguas termales, estas llegaban tibias,
por lo que no eran apetecibles.

d. La iglesia en Laodicea es mencionada por Pablo de una manera no favorable en Colosenses


2:1 y 4:16.

2. (14b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia de Laodicea


He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto […]
a. He aquí el Amén […] dice esto: Jesús es «el Amén», el «así sea», el «sea hecho». Como dice
en 2 Corintios 1:20: «porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén». Jesús es «la
personificación y la afirmación de la verdad de Dios». (Barclay)
b. Jesús es el testigo fiel y verdadero, lo que contrasta con los de Laodicea, a quienes se les
mostrará que no son fieles ni verdaderos.
c. Jesús es principio de la creación de Dios. La idea detrás de la palabra «principio» (la antigua
palabra griega arche) es la de «soberano, fuente u origen», no el primero en un orden secuencial.
Este versículo no enseña que Jesús fue el primer ser creado, sino que Él es el soberano, la fuente, el
origen de toda la creación. Tiene la idea del primero en prominencia, más que el primero en
secuencia.

3. (15-16) Lo que Jesús sabe sobre la iglesia de Laodicea


Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por
cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
a. Que ni eres frío ni caliente: Esta ilustración de tibieza inmediatamente conectaría con los
cristianos de Laodicea, porque el agua que ellos bebían cada día era tibia. Jesús les dice: «De la
misma manera que ustedes beben con disgusto el agua tibia, tú eres tibio, y no frío ni caliente».
En este sentido espiritual, la tibieza es una ilustración de indiferencia y de compromiso con el
mundo. Es una posición intermedia, muy caliente para ser fría, y muy fría para ser caliente. Al
intentar ser ambas cosas, terminan en nada, excepto que escuchan las palabras «te vomitaré de mi
boca».

i. ¿Con esto Jesús quiere decir que estos cristianos eran intrínsecamente fríos, pero se calentaban
con sus atavíos religiosos? ¿O que en esencia eran calientes, pero se enfriaban por su apatía y
confianza en sí mismos? Ambas interpretaciones son posibles, pero ya que Él le está hablando a su
iglesia, hay un énfasis en lo segundo.

ii. ¿Ha habido una maldición más grande sobre la tierra que una religión vacía? ¿Ha habido un
alma más difícil de alcanzar que aquella que tiene lo suficiente de Jesús para pensar que no necesita
más? La iglesia de Laodicea ejemplifica una religión vacía, y los recolectores de impuestos y las
rameras estaban más abiertos a Jesús que los escribas y fariseos.

iii. Satanás nos tendrá en cualquier forma que pueda tomarnos, pero él premia a un religioso tibio
por encima de un pecador con el corazón frío.

b. ¡Ojalá fueses frío o caliente!: Lo que Jesús quiere cambiar en nosotros más que todo es el juego
engañoso de estar en términos medios, tratando de agradar al mundo y a Jesús.
i. ¡Ojalá fueses frío o caliente! También apunta a otros aspectos de la tibieza, como, por ejemplo,
su inutilidad. «El agua caliente sana, el agua fría refresca; pero el agua tibia no tiene ninguno de los
dos usos» (Morris). Es como si Jesús dijera: «Si ustedes fueran calientes o fríos, yo podría hacer
algo con ustedes. Pero debido a que no son nada, no haré nada». El cristiano tibio tiene lo
suficiente de Jesús como para satisfacer el deseo de religión, pero no lo suficiente para la vida
eterna.

ii. El ladrón en la cruz era frío con respecto a Jesús, y vio claramente su necesidad. El apóstol Juan
era ferviente en su trato con Jesús y disfrutaba su relación íntima de amor con Él. Pero Judas era
tibio, siguió a Jesús lo suficiente para ser considerado un discípulo, pero no dio su corazón a Jesús
por entero.

iii. En el fondo no hay nadie más miserable que aquel cristiano tibio. Tiene demasiado del mundo
como para poder ser feliz en Jesús, pero mucho de Jesús como para poder ser feliz en el mundo.

iv. ¿Pero cómo pudo Jesús decir: «¡Ojalá fueses frío o caliente!»? Nosotros conocemos que su
deseo más profundo era que ellos fueran calientes, con un amor ardiente por Él (Apocalipsis 3:19,
donde la palabra celoso está asociada con la misma palabra caliente). Pero si no eran calientes,
Jesús prefería que fueran fríos en lugar de tibios. «Así que el Señor está diciendo: “Si en lugar de
ser tibios, ustedes fueran tan fríos que pudieran sentir esa frialdad, ese sentimiento de su necesidad
los llevaría al verdadero calor; pero ahora, en su tibieza, tienen lo suficiente para protegerse a
ustedes mismos contra un sentimiento de necesidad”». (Barnhouse)
c. Tibios: Los que oran y son tibios se burlan de Dios. «Oh, mis hermanos y hermanas, ¿han
pensado en verdad que insulto es para Dios cuando venimos delante de Él con oraciones tibias?
Allí está el propiciatorio celestial, el camino hacia este está rociado con la preciosa sangre de Jesús,
y aún llegamos a él con corazones que son fríos, o nos acercamos dejando nuestro corazón detrás
de nosotros. Nos arrodillamos con una actitud de oración, pero aun así, no oramos. Pronunciamos
ciertas palabras, expresamos pensamientos, las cuales no son nuestros verdaderos deseos; fingimos
querer lo que no sentimos. ¿No degradamos así el propiciatorio? Lo hacemos como si fuera un
lugar de descanso común, en lugar de un asombroso campo de pelea, una vez rociado con sangre, y
muy a menudo debería ser rociado con el sudor de nuestras fervientes súplicas». (Spurgeon)
d. La vida tibia lleva a las personas a alejarse de Jesús. «Ahora, tú que profesas y eres tibio, ¿qué
es lo que ven los mundanos en ti? Ellos ven a un hombre que dice que va al cielo, pero que está
viajando a la velocidad del caracol. Él profesa que cree que hay un Infierno, y aun así tiene ojos
que no lloran, y nunca busca arrebatar almas que van hacia el hoyo. Ellos ven a uno que debe de
tratar con las realidades eternas, y aun así está medio despierto; uno que profesa que ha pasado a
través de una transformación tan misteriosa y maravillosa que debe de haber, si es cierto, un gran
cambio en la vida externa como resultado de ello, pero aun así, lo ven como si fueran ellos mismos.
Él puede ser moralmente consistente en su comportamiento en general, pero ellos no ven ninguna
energía en su carácter religioso». (Spurgeon)

i. «El mundano descuidado es puesto a dormir por aquel que profesa y es tibio, quien actúa como
una sirena para el pecador, tocando música suave a sus oídos, y aun atrayéndolo a las rocas donde
será destruido. Este es un asunto solemne, amados. De esta manera, un gran daño es hecho a la
causa de la verdad; y el nombre de Dios, y el honor de Dios son comprometidos por estos que
profesan y son inconsistentes. Yo oro para que, o dejes tu profesión, o seas veraz en ella. Si
realmente eres del pueblo de Dios, entonces sírvele con todas tus fuerzas; pero si Baal es tu dios,
entonces sírvele a él. Si la carne es digna de agradar, entonces sirve a la carne; pero si Dios es el
Señor superior, entonces pégate a Él». (Spurgeon)

f. El nombre Laodicea significa «gobierno del pueblo». Esta iglesia representa bien a la iglesia
dirigida por la mayoría en lugar de ser dirigida por Dios. «Su nombre la designa como la iglesia de
gobierno mafioso, la iglesia democrática, en donde todo oscila y es decidido por opinión pública,
clamor y voto». (Seiss)

i. Podríamos decir que la tibieza es la tendencia natural de nuestra naturaleza caída. «Este estado de
tibieza es tan compatible con la naturaleza humana, que es difícil sacar hombres de allí. El frío nos
hace temblar, y un gran calor nos causa dolor, pero un calor tibio es cómodo en sí. Tal temperatura
le conviene a la naturaleza humana. El mundo siempre está en paz con una iglesia tibia, y tal iglesia
siempre está complacida consigo misma». (Spurgeon)
g. En su sermón, «Una advertencia seria en contra de la tibieza», Spurgeon describe a la
iglesia tibia:

· Tienen reuniones de oración, pero pocos asisten, pues les gustan las quietas tardes en casa.

· Aunque se congreguen más personas, siguen muy aburridos, pues hacen su oración muy
premeditadamente y tienen miedo de emocionarse demasiado.

· Están contentos de hacer todas las cosas decentemente y con orden, pero el vigor y el celo son
considerados como vulgares.

· Pueden tener escuelas, clases bíblicas, cuartos de predicación, y todo tipo de instituciones; pero
también pueden estar sin eso, pues no se demuestra energía y nada bueno sale de ello.

· Tienen diáconos y ancianos, quienes son columnas excelentes de la iglesia, si la cualidad


principal de los pilares es estar quieto, sin exhibir movimiento o emoción.

· El pastor no va muy lejos para predicar el Evangelio y, ciertamente, no tiene fuego que arde en
su predicación.

· El pastor puede ser una luz que brilla de elocuencia, pero no es una luz que brilla de gracia, ni
pone los corazones de los hombres a arder.

· Todo es hecho con doble ánimo, de una manera en la que se mezclan lo muerto y lo vivo, como
si no importara mucho lo que fuera hecho o no.

· Las cosas son hechas con respeto, las familias ricas no son ofendidas, la parte escéptica es
conciliada y las buenas personas no son del todo alienadas: las cosas son placenteras en todo el
entorno.

· Son hechas cosas correctas, pero en cuanto al hacerlas con todas las fuerzas, y alma, y poder, la
iglesia de Laodicea no tiene noción de lo que eso significa.

· No están tan fríos como para abandonar su obra, o para dar por terminadas sus reuniones de
oración, o para rechazar el Evangelio.

«No están ardientes por la verdad, ni por la conversión, ni por la santidad; no arden lo suficiente
para quemar los restos del pecado; ni son lo suficientemente celosos para hacer enojar a Satanás; ni
lo suficientemente fervientes para hacer un sacrificio vivo de sí mismos sobre el altar de su Dios.
No están ni “fríos ni calientes”». (Spurgeon)

h. Te vomitaré de mi boca: ¿Cómo están las iglesias en la boca de Jesús?

· Están en su boca porque esparcen su Palabra.


· Están en su boca porque Él ora por ellas constantemente.

¡Qué cosa tan terrible —en cualquier caso— ser expulsado de la boca de Jesús!

4. (17) Lo que Jesús tiene en contra de la iglesia de Laodicea


Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no
sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
a. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad: La
iglesia de Laodicea carecía de un sentido de pobreza espiritual. Ellos miraban su condición
espiritual y decían: «soy rico». Miraban de nuevo, y decían: «me he enriquecido». Miraban por
tercera ocasión y decían: «de ninguna cosa tengo necesidad». Ellos son lo opuesto a «los pobres
en espíritu», de los cuales Jesús habló en Mateo 5:3.

i. Los laodiceanos ponían su confianza en la prosperidad material, en los lujos externos, en la salud
física. Ellos sentían que no necesitaban nada. «La pérdida de un sentido de necesidad, así como el
adormecimiento que asedia a un hombre que se congela, es fatal». (Newell)

ii. «La causa de Cristo ha sido más dañada por calienta bancos de los domingos por la mañana que
pretenden amar a Cristo, al cual llaman Señor, pero no obedecen sus mandamientos, que por todos
los publicanos y pecadores». (Havner)

b. Y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo: No era que la
iglesia de Laodicea no fuera pobre espiritualmente, sino que estaba ciega respecto ello. Jesús miró
su condición espiritual y dijo: «desventurado». Miró otra vez y dijo: «miserable». En una tercera
ocasión Jesús miró y dijo: «pobre». Volvió a mirar y dijo: «ciego». Por última vez Jesús miró, y
vio que estaban espiritualmente «desnudos».
i. La ciudad de Laodicea era famosa por su riqueza, pero los cristianos de la ciudad eran
espiritualmente desventurados, miserables, y pobres. Laodicea era famosa por su ungüento para
los ojos, pero los cristianos de la ciudad estaban espiritualmente ciegos. Laodicea era famosa por su
ropa fina, pero los cristianos de la ciudad estaban espiritualmente desnudos.

ii. Los contrastes son horribles:

· Entre lo que ellos creen que son y lo que verdaderamente son.

· Entre lo que ellos ven y lo que Jesús ve.

· Entre la riqueza y afluencia de su ciudad y su propia bancarrota espiritual.

c. Tú eres: Esta no es solamente la opinión de Jesús. Hablando espiritualmente, ellos


son desventurados, miserables, pobres, ciegos y están desnudos. Lo que Jesús ve en ellos es más
importante que como ellos se ven. La iglesia de Esmirna pensaba que era pobre cuando en realidad
era rica (Apocalipsis 2:9); pero la iglesia de Laodicea creía que era rica, cuando en realidad era
pobre.
i. Podríamos decir que todo comenzó con su ceguera espiritual. Si estás ciego, no puedes verte a ti
mismo y ver que eres desventurado, miserable, pobre y estás desnudo. La oscuridad mental es
peor que una pérdida de la vista; pero una perdida espiritual es aún peor.

ii. «Los de Laodicea son ejemplos típicos de las personas del mundo moderno, las cuales se
deleitan en aquello que el ojo natural puede ver, pero no se conmueven por el Evangelio, y no ven
más allá del velo de lo material a las riquezas espirituales eternas, invisibles y reales». (Walvoord)

5. (18-20) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia de Laodicea


Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y
vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge
tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues,
celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
a. Yo te aconsejo que de mí compres: El cambio en la iglesia de la Laodicea debía de empezar
con el entendimiento de su pobreza espiritual. Mientras que creamos que podemos satisfacer
nuestras necesidades materiales por nuestros propios medios, nunca las recibiremos de parte de
Jesús. Debemos de buscar estas cosas de parte de Jesús, en lugar de confiar en nosotros mismos.
i. De mí compres oro refinado en fuego: Si ellos recibieran de Jesús sus riquezas,
su oro hermosamente refinado en fuego, entonces serían ricos.
ii. Vestiduras blancas para vestirte: Si ellos recibieran de Jesús la cobertura pura y santa que Él
da, entonces se les darían vestiduras, para que no se descubra la vergüenza de su desnudez. Los
comerciantes de Laodicea eran famosos por una lana negra brillante utilizada para dar hermosura a
los vestidos. Jesús dijo: «Yo conozco el negro fastuoso con el cual el mundo te puede vestir, pero
yo tengo vestiduras blancas para vestirte».
iii. Unge tus ojos con colirio: Si ellos recibieran de Jesús sanidad de su vista espiritual, serían
capaces de ver.
b. De mí compres: ¿Cómo podemos comprar estas cosas de Jesús? No nos las ganamos por medio
de nuestras buenas obras. En lugar de eso, Jesús nos dice: «Toda esta autosuficiencia debe ser
empleada en la labor de satisfacer por medio de mí (Jesús) estas necesidades absolutas». (Alford)
c. Yo reprendo y castigo a todos los que amo: Con una reprensión tan aguda, ¿ha perdido Jesús
su amor hacia esta iglesia errante? Para nada. El gran amor de Jesús está expresado en su regaño.
«Es, de hecho, el último castigo de Dios para dejar al hombre solo». (Barclay)
i. La palabra usada para «amo» en la expresión «a todos los que amo», no es ágape, sino phileo.
El corazón de Jesús hacia esta iglesia dice: «Aun cuando los reprendo y castigo, sigo siendo su
amigo».
ii. «Incluso en una iglesia que se ha hundido tan bajo como Laodicea, el Señor resucitado continúa
mostrando su amor» (Barnhouse).

iii. «La palabra aquí utilizada para hacer referencia al “amor” es una muy selecta; es aquella que
tiene el significado de “un afecto personal muy intenso”». (Spurgeon)

d. Sé, pues, celoso, y arrepiéntete: Él les manda a que tomen la decisión de arrepentirse y de
continuar siendo celosos. «Cambia tus caminos» —dice Jesús. «No mires tus riquezas ni tus
recursos, porque en realidad estás en bancarrota. Date la vuelta y mírame».
i. La antigua palabra griega para hacer referencia a «celoso» viene de la misma palabra que
«caliente» en Apocalipsis 3:16. Jesús detestaba su tibieza, Él en realidad prefería que ellos
estuvieran ardiendo de celo, en lugar de tibios.

ii. «Cuando tú y yo estemos en nuestros lechos de muerte, pienso que hemos de lamentarnos, sobre
todas las demás cosas, de nuestra frialdad de corazón. Sobre nuestros muchos pecados […] quizás
este yacerá como el más pesado sobre nuestro corazón y conciencia: “No viví como debí haber
vivido; no fui tan serio en la causa del Señor como debí haberlo sido”. Entonces nuestros fríos
sermones, como fantasmas bajo las sábanas, marcharán frente a nuestros ojos en una serie de
temores. Entonces comenzarán nuestros días descuidados, cada cual con su apariencia, a mirar
justo en nuestros corazones, haciendo que nuestra sangre se hiele en nuestras venas». (Spurgeon)

iii. Necesitamos hacer que Jesús sea el centro de nuestra vida, no solamente un hobby o una
actividad ocasional. Esto va en contra del espíritu de nuestra era, el cual fue ya expresado hace
mucho tiempo por un famoso hombre inglés cuando leyó un sermón de G.W.E. Russell: «Las cosas
han llegado a una situación crítica cuando se le permite a la religión invadir el ámbito de la vida
privada». (Político inglés William Lamb [1779-1848])

iv. Trapp, al hablar sobre el arrepentimiento del creyente, dice: «Este es el arcoíris que si Dios
viera brillando en nuestro corazón, nunca quitaría de nuestras almas.”

e. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: Jesús le hace a esta iglesia tibia la Gran Invitación. Él
toca a la puerta, pide poder pasar para venir y cenar con nosotros, en el sentido de compartir calor,
tiempo íntimo. Esto solo sucede si respondemos a su llamado, pero la promesa es hecha para todos:
«si alguno oye mi voz».
i. La idea de Jesús a la puerta aplica para el pecador y para el santo de la misma manera. Jesús
quiere entrar y cenar con nosotros, en el sentido de tener una relación profunda, íntima.
ii. Yo estoy a la puerta: Tristemente, Jesús está parado afuera, tocando para poder entrar. Si la
iglesia de Filadelfia era «la iglesia de la puerta Abierta», entonces, la iglesia de Laodicea es «la
iglesia de la puerta cerrada para Jesús».
iii. Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta: Esta declaración de
Jesús expresa un misterio muy profundo. ¿Por qué Jesús está afuera de la puerta? ¿Por qué toca?
¿Por qué espera hasta que alguien abra la puerta? ¿No tiene Él todo el derecho de derrumbar la
puerta, o no puede entrar de algún otro modo por su propia cuenta? El soberano, omnipotente
Jesús, se rebajó al procurar la cooperación del corazón humano para llevar a cabo su plan eterno.

iv. «El ocupante debe de abrir la puerta. Esto es, se debe de arrepentir de su orgullo, de su
suficiencia, de su sabiduría humana, y de su neutralidad cobarde». (Morris)

v. «Cristo está (espera a la puerta del corazón del pecador); toca (utiliza juicios, misericordias,
exhortaciones, para inducir a los pecadores a arrepentirse y correr a Él); levanta su voz (llama
fuertemente a través de su Palabra, de sus ministros, y del Espíritu)». (Clarke)

vi. Jesús viene a la puerta como el amante en Cantar de los Cantares. Esto es similar o, quizás, una
cita de Cantar de los Cantares 5:2: «Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía,
amiga mía».

v. La clave para abrir la puerta es primero «oír» su voz. Cuando prestamos atención a lo que Jesús
dice, entonces podemos ser rescatados de nuestra propia tibieza y entrar a una relación «celosa»
con Él.

f. Entraré a él: ¡Qué gloriosa promesa! Si abrimos la puerta Él «entrará». Él no tocará la campana
y escapará. Él promete que va a entrar, y luego cenará con el creyente.
i. Cuando Jesús dice: «cenaré con él», habla de una comida en específico conocida como
el deipnon. «El deipnon era la comida principal del día, y era un asunto de relajación, no un
almuerzo rápido» (Morris). Esto habla de «compañerismo». Esto habla de «profundidad» en la
relación.
ii. «La cena (deipnon) era la comida principal del día. Esta era la comida en la cual el hombre se
sentaba y platicaba mucho, pues ese era el momento, el trabajo había terminado […]. Es esta la
comida que Jesús nos ofrece, no una simple visita de cortesía, a la cual se llegaba solamente por
pasar. Él desea entrar y estar por mucho tiempo con nosotros, y esperar todo el tiempo que nosotros
deseemos que Él espere». (Barclay)

iii. Es así como Jesús nos quiere, en un lugar de comunión con Él. Cada cosa que Él le dijo a la
iglesia de Laodicea hasta este punto debe ser vista a la luz de este deseo amoroso de tener
compañerismo. «Reprensión y castigo no son señales de rechazo de parte de Cristo, sino de su
amor permanente y de su ruego, aun a los tibios y descuidados» (Alford)

g. Si alguno: Note que Jesús da el llamado a «individuos». El no dijo «si alguna iglesia», sino «si
alguno». «No debemos de hablar acerca de enmendar a la iglesia, ya que el texto no dice: “si la
iglesia abre la puerta”, sino “si algún hombre oye mi voz y abre la puerta”. Esto debe ser hecho por
individuos, pues la iglesia se va a enmendar si cada hombre individuamente lo hace». (Spurgeon)

6. (21) Una promesa de una recompensa


Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he
sentado con mi Padre en su trono.
a. Al que venciere: La promesa de Jesús es para el vencedor, aun para los de Laodicea, y muestra
que no debemos de ser cristianos que se comprometen con el mundo y que son tibios. Si lo somos,
podemos cambiar y convertirnos en un vencedor en Jesús.
b. Le daré que se siente conmigo en mi trono: Aquellos que venzan la batalla en contra de la
indiferencia, el compromiso mundano, y la confianza propia, recibirán una recompensa especial.
Ellos disfrutarán de un lugar con el Jesús entronizado (así como yo he vencido, y me he sentado
con mi Padre en su trono).

i. «Esta es la peor de las siete iglesias y, sin embargo, es a la que se le da la promesa más eminente
de todas las promesas hechas; lo que muestra que el peor se puede arrepentir, finalmente vencer, y
obtener aun un lugar más alto de gloria». (Clarke)

7. (22) Una exhortación general para aquellos que oigan


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
a. El que tiene oído, oiga: Pocos se quieren identificar con la iglesia de Laodicea. Preferiríamos
identificarnos con la iglesia de Filadelfia.
b. Oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Debemos de oír lo que el Espíritu Santo dice aquí,
porque Él les habla a las iglesias —incluyéndonos a nosotros. ¡Que Dios nos libre de la
autoconfianza y el comprometimiento con la tibieza que marcó a la iglesia de Laodicea!

Poniendo a las siete iglesias del Apocalipsis en una perspectiva


histórica

Muchos han intentado dar sentido a los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis (las cartas a las siete iglesias
de Asia), al tomarlas como una unidad. Es significativo que Jesús escogió a estas siete
congregaciones en particular para hablarles, pues había otras iglesias en la región a las que no se
les escribió (como la iglesia de Colosas). Adicionalmente, algunos han señalado el orden de las
cartas como evidencia de su significado como una amplia explicación de la historia de la iglesia en
el periodo que abarca de la ascensión de Jesús hasta su regreso.

También es interesante notar que Pablo se dirigió a siete iglesias: Roma, Corinto, Galacia, Éfeso,
Colosas, Filipos y Tesalónica (algunos también notan con interés que Jesús da siete «Parábolas del
Reino»). Los primeros comentaristas del libro de Apocalipsis enfatizan en el siete como el número
de plenitud y cumplimiento, así que Jesús y Pablo escribieron a siete iglesias como una indicación
de que estaban, de hecho, hablando a toda la iglesia, no solamente a estas siete congregaciones.
Hablar a siete iglesias significa que se habla a la iglesia en perfección, en plenitud y totalidad.
Como un comentarista lo describe: «Las iglesias de todos los tiempos están comprendidas en
siete».

A continuación, se muestra algo de lo que se dice de cada uno de estos periodos y de su relación
con la historia de la iglesia:

Henry Morris: El registro de Apocalipsis (escrito en 1983)

«Aunque por ningún medio sea el tema dominante, hay un sentido también en el que las siete
iglesias parece que reproducen los respectivos escenarios de desarrollo y cambio de las iglesias de
Cristo durante el correr de los siglos. De hecho, la historia ha mostrado tal desarrollo general a
través de los años […]. No es una selección caprichosa. Es probable que haya cierto significado en
la secuencia de las siete, así como en el total».

A continuación, hay un cuadro de la página 66 de El registro de Apocalipsis:


Iglesia Periodo de la historia de la iglesia Fechas

Éfeso Era Apostólica de 100 d.C.

Esmirna Era de Persecución 100 a 313 d.C.

Pérgamo Era Imperial de la iglesia 313 a 590

Tiatira Era del Papado 590 a 1517

Sardis Era de la Reforma 1517 a 1730

Filadelfia Era Misionera 1730 a 1900

Laodicea Era de Apostasía 1900 a ¿?

Joseph Seiss: El Apocalipsis (escrito en 1900)


· Éfeso: Calor, amor y labor para Cristo; empieza la deserción con un enfriamiento gradual del
amor, profesiones falsas y distinciones clero/laico.
· Esmirna: Dulce y precioso martirio, pero una progresión de la distinción entre clero y laico y
tendencias de judaísmo, con un incremento del desapego de la simplicidad del Evangelio.
· Pérgamo: La verdadera fe desaparece más y más; el clero sistematizado, unión con el mundo.
· Tiatira: Púrpura y gloria para el sacerdocio corrupto; falsos profetas en el trono en un tiempo en
el que la verdad se cambió por oscuridad (hasta la Reforma).
· Sardis: Separación y retorno al gobierno de Cristo; muchos grandes nombres, pero también
muerte, y letargo (siglos protestantes).
· Filadelfia: Adherencia cercana a la palabra de Jesús, más fraternidad entre cristianos
(movimiento evangélico moderno del siglo XIX).

Seiss no nos da mucha descripción de la iglesia de Laodicea, porque él sintió en que en su día
(1900) estaba a punto de emerger a escena.

Clarence Larkin: El libro más grande sobre la verdad dispensacional en el mundo (1918)
· Éfeso: 70 a 170 d.C.: «La iglesia deslizada».
· Esmirna: 170 a 312: «La iglesia perseguida».
· Pérgamo: 312 a 606: «La iglesia desenfrenada».
· Tiatira: 606 a 1520: «La iglesia floja».
· Sardis: 1520 a 1750: «La iglesia muerta».
· Filadelfia: 1750 a 1900: «La iglesia favorecida».
· Laodicea: 1900 hasta el final: «La iglesia tibia».
Taylor Bunch: Las siete cartas de Cristo (1947)
· Éfeso: La «iglesia universal del día de los apóstoles, o el primer siglo del cristianismo».
· Esmirna: Segundo y tercer siglos, «la era del martirio, cuando los emperadores romanos paganos
intentaron destruir al cristianismo con la espada de la violencia».
· Pérgamo: Cubre 250 años (del emperador Constantino hasta el emperador Justiniano el Grande),
«la iglesia fue exaltada hacia un poder real, y con una autoridad real, por medio de la unión, del
matrimonio con el estado».
· Tiatira (538 a 1520): La iglesia corrupta, política, de la Edad Media.
· Sardis (1520 hasta mediados de 1700, pero «indudablemente abraza toda la historia del
protestantismo hasta el final de la dispensación del Evangelio»): La iglesia de la Reforma, y una
obra parcial.
· Filadelfia (de mediados de 1700 hasta el presente): la iglesia de los reavivamientos del siglo
XVIII y XIX, movimientos misioneros a nivel mundial, y expectativas renovadas de la venida de
Jesús.
· Laodicea (mediados de los años 1800 hasta el final de la dispensación cristiana): «un comentario
triste del moderno cuerpo de Cristo».
Chuck Smith: Lo que está llegando el mundo (1977)
· Éfeso: La iglesia primitiva, hasta la muerte de Juan.
· Esmirna: Siglo II al IV, persecuciones romanas.
· Pérgamo: Empezando en el año 316, «desarrollo del sistema iglesia-estado bajo Constantino».
· Tiatira: La iglesia infiel, que no se arrepiente, destinada a pasar por la gran tribulación.
· Sardis: Protestantismo muerto.
· Filadelfia: La iglesia fiel de los últimos días.
· Laodicea: La iglesia apóstata de los últimos días
Evaluando estas interpretaciones
Esta aproximación histórica a las siete iglesias de Apocalipsis es válida si estos periodos son vistos
como descripciones amplias, imprecisas, de la iglesia a través de la historia, permitiendo periodos
generosos de superposición. Por ejemplo, parece que la últimas cuatro iglesias persistirán hasta la
venida de Jesús (vea Apocalipsis 2:25, Apocalipsis 3:3, Apocalipsis 3:11, y Apocalipsis 3:20). Si
uno acepta estas siete cartas como descriptivas en el flujo de la historia de la iglesia, no requiere
que las veamos de forma exclusiva, en secuencias de eras rígidas.

Es bueno recordar que, si estas cartas son una profecía del curso de la historia de la iglesia, este es
su «significado secundario». Lo primero, y más importante, es que las cartas fueron escritas para
congregaciones reales del primer siglo, y para «todo aquel que tiene oído para oír». De la manera
que lo dice Morris:

«Ya que no hay nada directamente dicho por Cristo que requiera —o aun que sugiera— tal
aplicación (profética), una aproximación literal al estudio de Apocalipsis no puede poner mucho
énfasis en ello».

También, debemos de recordar que cada era ha tenido alguna característica de las siete iglesias.
Aunque ciertos periodos históricos están marcados por las condiciones habladas en estas cartas,
nunca podríamos decir que «solamente una carta» aplica para nosotros o nuestra era. Joseph Seiss
habla bien de esto:

«Hay papas protestantes, y protestantes papistas; sectarios antisectarios, y partidistas que no están
esquematizados; santos en medio de defectos abundantes y apostasía, e impíos en medio de la fe
más seria y activa; luz en lugares oscuros, y oscuridad en medio de la luz».

Necesitamos oír lo que el Espíritu dice a las iglesias (en el sentido plural), no solamente a una
iglesia.
APOCALIPSIS 4: DELANTE DEL TRONO DE DIOS
A. La transición hacia Apocalipsis capítulo cuatro
1. Tomando Apocalipsis 1:19 como un bosquejo del libro, el capítulo
cuatro empieza la tercera sección: «las cosas que acontecerán después
de estas».
a. La frase «después de estas» (meta tauta en el antiguo griego), empleada en Apocalipsis 1:19,
se repite dos veces en Apocalipsis 4:1. Ciertamente, este es un punto de partida para el principio de
la tercera división de Apocalipsis 1:19.

2. El capítulo cuatro comienza con una perspectiva celestial, mirando


hacia la tierra.
a. La Biblia tiene otras importantes referencias al cielo, en pasajes tales como Isaías 6:1-8, Ezequiel
1, y en pasajes que describen el tabernáculo, el cual simbólicamente representa al cielo (Éxodo 25-
32 y 35-40).

b. En la descripción de las cosas celestiales, Juan utilizará símbolos. Sin embargo, «no todo» es
simbólico. «Como en las parábolas de Jesús, muchos de los detalles son simplemente descriptivos
y no se tiene la intención de que lleven un significado especial en sí mismo». (Morris)

i. También, debemos de tener en cuenta la naturaleza de los símbolos: el símbolo siempre es


inferior a la realidad. La realidad del cielo es aún más grande que la descripción que tenemos de
ella.

ii. «Es muy poco lo que podemos saber del estado futuro, pero podemos estar bien seguros de que
sabemos tanto como lo que es bueno para nosotros. Debiéramos de estar contentos con aquello que
no nos es revelado y con aquello que lo es. Si Dios desea que nosotros no sepamos, debiéramos de
estar satisfechos con no saber. Dependiendo de ello, Él nos ha dicho todo sobre el cielo, todo lo que
es necesario saber para llevarnos allí; y si él hubiera revelado más, esto hubiera servido más para la
gratificación de nuestra curiosidad que para el incremento de nuestra gracia». (Spurgeon)

3. De Apocalipsis 4 al 19 tenemos una sección que principalmente


atañe al juicio de Dios sobre el mundo, el cual precede al reino terrenal
de Jesús. Este periodo es conocido como las «Aflicciones Mesiánicas»
o la «gran tribulación».

a. Los juicios de Dios son anunciados por un libro de siete sellos, siete trompetas, siete señales, y
siete copas que derraman la ira de Dios.

b. Apocalipsis cuatro nos introduce al lugar de donde sale el juicio: el trono de Dios en el cielo.
B. Juan entra al cielo
1. (1) Juan es llamado al cielo
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como
de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán
después de estas.
a. Después de esto: En Apocalipsis, capítulos 2 y 3, se habló a las iglesias, y las siete iglesias
comprendían a todas las iglesias. Después de que Jesús terminó de hablar a las iglesias, después de
esto, Juan experimentó la visión de Apocalipsis 4.
b. Y la primera voz que oí: La primera voz que le habló a Juan en Apocalipsis 1:10 le habla de
nuevo aquí: la voz de Jesús. Jesús llama a Juan al cielo, por una puerta abierta al cielo.
i. Como de trompeta: La voz le habló fuerte y claro a Juan. Era como la trompeta que reunía a la
congregación de Israel, o la que reunía a un ejército para la batalla.
c. Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas: Se le mostrarán cosas a
Juan concernientes al futuro (que sucederán después de estas), no a los días de Juan.
i. A algunos les gusta interpretar lo que Juan vio, hasta Apocalipsis 19, como algo cumplido, que
tuvo lugar «antes» de los días de Juan—notablemente, en la invasión romana y la destrucción de
Jerusalén. Jesús le dice claramente a Juan que «le mostrará las cosas que sucederán después de
estas».
ii. A algunos les gusta interpretar lo que Juan vio hasta Apocalipsis 19 como cumplido en la
historia después de los días de Juan, pero antes de nuestro día presente. Pero estos eventos aún
necesitan cumplirse en un sentido literal; solo se puede decir que ya se cumplieron al señalarlos
como simbólicos. Por lo tanto, tenemos lo que Jesús le mostrará a Juan, en los siguientes capítulos,
como acontecimientos pertenecientes al futuro, y como predecesores de la venida y reinado de
Jesús en la tierra.
d. la primera voz que oí, como de trompeta […] dijo: Sube acá: Muchos ven la «subida» de
Juan al cielo como un símbolo del rapto de la iglesia. Juan es llamado al cielo por la voz que
sonó como de trompeta, justamente como es descrito el rapto de la iglesia en 1 Tesalonicenses
4:16-17.
i. El patrón es significativo. Jesús ha terminado de hablar y de tratar con las siete iglesias en los
capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, y todas las iglesias están comprendidas en estas siete. Ahora,
después de lidiar con la iglesia, Jesús llama a Juan al cielo, «atrapándolo» con una voz que
suena como de trompeta. Todo esto sucede antes de la gran ira, la cual será descrita al inicio
de Apocalipsis 6. Mientras se desarrolla el gran juicio en la tierra, Juan —un representante de la
iglesia— está en el cielo, mirando hacia la tierra.

ii. Significativamente, la palabra «iglesia» no aparece en ningún lugar en los capítulos 4 al 19 de


Apocalipsis, en los que se describe el periodo de juicio en la tierra.
2. (2a) Juan sube en el Espíritu
Y al instante yo estaba en el Espíritu […].
a. Al instante yo estaba en el Espíritu: Juan ya había dicho que estaba «en el Espíritu»
en Apocalipsis 1:10. Pero esto es una experiencia diferente, ya que Juan va al cielo y tiene una
perspectiva celestial.
b. En el Espíritu: ¿Dónde estaba su cuerpo? ¿Estaba también el cuerpo de Juan en el cielo o
solamente era su espíritu? Esto es imposible de saber. Pablo, cuando tuvo su experiencia celestial,
no sabía si estaba o no «en el cuerpo» (2 Corintios 12:1-4).

C. La descripción del cielo por parte de Juan


1. (2b) El punto de enfoque: Un trono establecido en el cielo
[…] y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
a. Y he aquí, un trono: Este trono es lo que deja paralizado a Juan, y es el centro de esta visión.
Juan fija su atención en el trono ocupado, y todo lo demás está descrito en relación a este trono.

i. La base del ateísmo o materialismo es que no hay «ningún trono», no hay una silla de autoridad o
de poder a la cual todo el universo debe de responder. El punto final del humanismo es que hay un
trono, pero que el «hombre» se sienta en él.

ii. Esencialmente, el hombre no puede vivir sin el concepto de un «trono», un gobernante supremo.
Así que, si el hombre derroca a Dios, él, sin poder escapar, se colocará a sí mismo o a algún otro
hombre sobre el trono; quizás, un líder político, como fue el caso de Lenin, Stalin, y Mao.

b. Y en el trono, uno sentado: El trono no está vacío. Hay «uno» que se sienta en este gran trono
celestial. El trono es una declaración poderosa, no solamente de la «presencia» de Dios, sino de su
«reino soberano, justo, y su prerrogativa para juzgar».

i. No podemos pensar correctamente acerca de casi nada hasta que establezcamos en nuestra mente
la idea de que hay un trono ocupado en el cielo, y que el Dios de la Biblia gobierna desde ese trono.
«Aunque pueda haber muchas interpretaciones contraponiéndose, las verdades fundamentales son
evidentes por sí mismas. En el centro de todo hay un trono ocupado». (Morgan)

2. (3) Lo que Juan vio en el trono celestial


Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había
alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
a. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante: Cuando Juan describe al ocupante del
trono, no describe a una figura distinguible. «Aquí no hay una descripción del Ser divino, como
para señalar alguna similitud, figura o dimensiones. La descripción más bien apunta al entorno de
gloria y resplandor que a la persona del Rey todopoderoso». (Clarke)
b. Semejante a piedra de jaspe y de cornalina: En lugar de describir una específica forma o
figura, Juan describe emanaciones de destellos de luz en dos colores: blanco (jaspe puede
significar «diamante») y rojo (cornalina).
i. Quizás, estos dos colores tienen la intención de comunicar la gloria de la tumba vacía (blanco
[Mateo 28:1-3]) y el amor sacrificial del Calvario (rojo, indicando la sangre). O quizás están
ligados con la primera y última piedra preciosa del pectoral del sumo sacerdote (Éxodo 39:8-13).
c. Y había alrededor del trono un arcoíris: El trono está rodeado por un arcoíris de color verde
(semejante en aspecto a la esmeralda). El arcoíris es el recordatorio del compromiso de Dios, de
su pacto con el hombre (Génesis 9:11-17).

i. Alrededor de toda esa escena del trono de Dios, una escena de soberanía, autoridad y gloria, Dios
ha puesto un recordatorio de su promesa de no destruir nuevamente la tierra con agua; una promesa
que dirige su soberanía, para que no sea caprichosa ni lo lleve a incumplir lo que ha prometido.

ii. Un trono dice: «Puedo hacer lo que yo quiera, debido a que yo gobierno». Una promesa dice:
«Cumpliré la palabra que te he dado, y no puedo hacerlo de otra manera». Alrededor del trono un
arcoíris, es algo muy notorio, que muestra que Dios siempre se limitará a sí mismo por sus propias
promesas.
iii. Trapp dice respecto al arcoíris: «El cual es signum gratiae et foederis, una señal de gracia y del
pacto de misericordia, la cual siempre está fresca sobre el trono de gracia de Cristo».

iv. El creyente se gloría en la soberanía de Dios, porque sabe que la soberanía de Dios está de su
lado. Esto significa que ningún buen propósito de Dios para el creyente quedará sin ser cumplido.

v. «¡Oh, hijo de Dios! El Padre celestial en su soberanía, tiene el derecho de hacer contigo, su hijo,
lo que a Él le plazca; pero Él nunca dejará que esa soberanía salga de los límites de su pacto. Como
soberano, puede desterrarte; pero ha prometido que nunca lo haría, y nunca lo hará. Como
soberano, puede dejarte morir; pero ha dicho: “no te dejaré ni te abandonaré”. Como soberano,
puede hacer que sufras más de lo que puedas resistir; pero ha prometido que no te ocurrirá ninguna
tentación que no sea común para los hombres, y que con la tentación dará una salida». (Spurgeon)

3. (4) Lo que Juan vio alrededor del trono: veinticuatro ancianos


Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro
ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
a. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos: Antes de que Juan viera a los ancianos, vio
los veinticuatro tronos en los cuales se sentaban. Estos veinticuatro ancianos se sentaban en
tronos menores, alrededor del trono. Luego, Juan mencionará su canto de adoración (Apocalipsis
4:10-11).
b. Y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos: ¿Quiénes son estos veinticuatro
ancianos? Los comentaristas debaten si estos son seres humanos o seres angelicales glorificados.
Teniendo en consideración la diversidad de criterios, el consenso es que representan al pueblo de
Dios.
i. Los ancianos representan al pueblo de Dios, especialmente en el Antiguo Testamento. Las 24
divisiones del sacerdocio representaban a todos los sacerdotes (1 Crónicas 24), y las 12 tribus y los
12 apóstoles representan a todos los fieles.
ii. En Apocalipsis 5:9-10, los veinticuatro ancianos cantan un cántico de alabanza a Jesús, y
claman: «porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y
lengua y pueblo y nación». En ese pasaje, los veinticuatro ancianos están hablando claramente
como representantes de todo el pueblo de Dios, de la gran compañía de los redimidos.
c. Vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas: Las ropas blancas y
las coronas de los ancianos parecen indicar que en realidad ellos eran seres humanos, en gloria, por
supuesto.
i. Los ángeles a veces son presentados en ropas blancas o vestiduras (Marcos 16:5; Juan
20:12; Hechos 1:10), pero los santos también tienen ropas blancas (Apocalipsis 6:11, 7:9, 13-14)
como una ilustración de su justicia imputada (Isaías 61:10, Apocalipsis 3:5-18). Sin embargo,
nunca vemos a los ángeles coronados, pero a los creyentes sí, y lo estarán (1 Corintios 9:25; 2
Timoteo 4:8; 1 Pedro 5:4).
i. Por lo tanto, hombres redimidos y glorificados se sientan con Jesús en el trono. En tronos
menores, sin duda; pero tronos, no obstante. Somos «coherederos con Cristo» (Romanos 8:17), y
«reinaremos con Él» (2 Timoteo 2:12).

4. (5) Señales impresionantes y atemorizantes en el trono de Dios


Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de
fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
a. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: Los relámpagos, truenos, voces y fuego son
recordatorios de la temible presencia de Dios en el monte Sinaí (Éxodo 19:16-19 y 20:18-19). Ellos
comunican el asombro asociado con el trono de Dios.
b. Delante del trono ardían siete lámparas de fuego: El Espíritu Santo (los siete espíritus de
Dios, como es expresado en Apocalipsis 1:4 e Isaías 11:2) está representado por siete lámparas de
fuego. En otros pasajes, es representado por una paloma (Mateo 3:16) o una llama de fuego
(Hechos 2:3).

i. Las lámparas de fuego son importantes, porque el Espíritu Santo no es ordinariamente visible, Él
se representa a sí mismo en una forma visible, como una paloma o una lengua de fuego.
5. (6a) El mar de cristal delante del trono
Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal […].
a. Un mar de vidrio: ¿Es este mar realmente de vidrio o solamente lo aparenta? Lo comentaristas
están divididos en este punto. Por ejemplo, Robertson dice: «apariencia, no existencia material» y
Alford dice: «existencia material, no apariencia». Ya sea que se vea como vidrio, o que en realidad
esté hecho de vidrio, es el vidrio más fino, semejante al cristal.
b. Un mar: Este cuerpo de agua delante del trono es un recordatorio del lavabo en el tabernáculo, y
de nuestro «lavamiento de agua por la palabra» (Efesios 5:26).
i. «La Palabra es para nosotros un cristal, que nos da una visión clara de Dios y de nosotros mismos
(2 Corintios 3:18; Santiago 1:23)». (Trapp)

6. (6b-8a) Las cuatro criaturas vivientes, todas alrededor del trono


[…] y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y
detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un
becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila
volando. Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro
estaban llenos de ojos;
a. Cuatro seres vivientes llenos de ojos: De la comparación con Ezequiel 1:4-14 y 10:20-22,
entendemos que estas criaturas son «querubines», los espectaculares seres angelicales que rodean el
trono de Dios. Satanás fue una vez uno de estos sublimes seres angelicales, de acuerdo
con Ezequiel 28:14.
i. Los querubines también eran prominentes en el diseño del tabernáculo, particularmente en el
Lugar Santísimo (Éxodo 25:17-22 y 26:1, 31). Las Escrituras muestran que el tabernáculo es un
modelo del trono de Dios, en alguna manera (Éxodo 25:8-9).
b. Llenos de ojos delante y detrás […] alrededor y por dentro estaban llenos de ojos: Su
multitud de ojos indica que estos seres vivientes (no «bestias» como en la versión King James) no
son instrumentos ciegos o robots. Ellos saben y entienden, y tienen una visión y percepción mayor
que la de cualquier hombre.

i. Estos seres de una inteligencia y entendimiento increíbles viven para adorar a Dios. Toda falla de
una verdadera adoración está en la falta de visión y entendimiento.

ii. La manera en la que estos seres superinteligentes adoran a Dios, nos recuerda que nuestra
«adoración debe ser inteligente». «Nuestro culto no debe ser aprisa, sino racional (Romanos 12:1).
Dios odia el sacrificio ciego, es decir, cuando los hombres adoran sin saber qué adoran, ni por qué
lo adoran (Juan 4:22)». (Trapp)
iii. «La palabra “bestia” es utilizada de una manera muy inapropiada aquí y en cualquier otro lugar
en esta descripción. Wiclif la utilizó primero, y los traductores en general lo han seguido en esta
tosca traducción». (Clarke)

c. Semejante a un león […] semejante a un becerro […] rostro como de


hombre […] semejante a un águila volando: Juan describe a cuatro querubines, cada uno con
un rostro diferente. De la comparación con Ezequiel 1:6-10, podemos ver que cada uno de los
querubines tiene «cuatro rostros», y en ese momento Juan ve cada uno de los cuatro rostros
diferentes que apuntan a su dirección. El significado de estos cuatro rostros ha sido interpretado de
muchas maneras.

i. Se ha dicho que los cuatro rostros representan los elementos, las virtudes cardinales, las
facultades y poderes del alma, las iglesias patriarcales, los grandes apóstoles, la ordenación del
clérigo, el principado de los ángeles, y mucho más.

ii. Algunos comentaristas dicen que estas cuatro criaturas hablan de los estandartes de las tribus
guía mientras Israel acampaba en cuatro grupos alrededor del tabernáculo en el desierto. Números
2:3, 2:10, 2:18, y 2:25 menciona esta organización de las tribus bajo estas cuatro cabezas, pero no
le asigna «mascotas» a los estandartes tribales. Seiss, Clarke, y Poole, cada uno menciona esta
aproximación, y citan a «escritores judíos», a «los talmudistas», y a «los doctos medos […] de los
rabinos», respectivamente. Poole explica «que estas eran las cuatro criaturas cuyos retratos estaban
en los cuatro estandartes de los israelitas cuando fueron divididos en cuatro compañías, a cada una
de las cuales se le asignaron los hombres de tres tribus. El estandarte de Judá tenía un león en sus
colores, de acuerdo con la profecía de Jacob de esa tribu (Génesis 49:9), Efraín tenía un becerro,
Rubén a un hombre y Dan a un águila. Esto lo demuestran los eruditos rabinos, quienes, aunque
bastante fabulosos, en tal cosa pueden ser acreditados».

iii. Los cuatros rostros diferentes de los querubines son a menudo tomados como los símbolos de
Jesús representados en cada evangelio. En la arquitectura clásica de la iglesia, estos cuatro
«personajes» son repetidos a menudo como un motivo que significa tanto el cielo, como los cuatro
evangelios.

iv. La mayoría ha visto a Mateo como el Evangelio del «León», ya que muestra a Jesús como el
«León de la tribu de Judá. Marcos es visto como el Evangelio del «Becerro», porque muestra a
Jesús como un siervo humilde, un obrero. Lucas es visto como el Evangelio del «Hombre», pues
muestra a Jesús como el hombre perfecto, el segundo Adán. Juan es visto como el Evangelio del
«Águila», porque muestra a Jesús como el hombre del cielo. Pero este enfoque también tiene otras
interpretaciones.
Victorino Tradicional

v. Quizás es más seguro decir que los cuatro rostros son importantes porque representan a toda la
creación animada, en su suma excelencia. El león es el más poderoso de todos los animales
salvajes, el becerro es el más fuerte de los animales domesticados, el águila es el rey de todas las
aves, y el hombre es la creación máxima. «En el Shemoth Rabba, sec. 23, fol. 122, 4, Rabbi Abin
dice: “Hay cuatro, los cuales tienen principado en este mundo: entre las criaturas intelectuales, el
HOMBRE; entre las aves, el ÁGUILA; entre el ganado, el BECERRO; y entre las bestias salvajes,
el LEÓN; cada uno tiene un reino y cierto significado, y estos son colocados bajo el reino de gloria
(Ezequiel 1:10) para mostrar que ninguna criatura debe exaltarse a sí misma en este mundo, y que
el reino de Dios es sobre todo”. Estas criaturas pueden ser consideradas como representantes de
toda la creación». (Clarke)

vi. Estos querubines son «calificados con todos los talentos necesarios para realizar sus deberes,
pues son valientes como leones, sufridos como becerros, prudentes como hombres y magníficos al
remontarse en las alturas como las águilas». (Trapp)

vii. También es significativo ver que la Biblia asocia los «rostros» con la idea de una persona (1
Crónicas 12:8; 2 Crónicas 29:6; Isaías 3:15, 13:8). Aquí tenemos a seres individuales con cuatro
rostros. Aparentemente, estos pueden ser seres que son más que una persona, como nuestro Dios
que es un Dios en tres personas.

viii. Poole dice que estos cuatro rostros ilustran las diferentes personalidades que tienen los
ministros de Dios: «Por ellos se dan a conocer los varios dones con los cuales Dios bendijo a sus
ministros, dando a algunos mayor coraje y fortaleza, esos son como leones; a otros dio más
apacibilidad y mansedumbre, ellos son como becerros o corderos; otros tienen más sabiduría y
prudencia, como el hombre; otros, una vista más aguda hacia los misterios del reino de Dios, como
águilas».
D. Juan describe lo que sucede en el trono de Dios
1. (8b) Las criaturas vivientes constantemente adoran a Dios
[…] y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el
que era, el que es, y el que ha de venir.
a. Y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo: Los querubines constantemente
repetían la frase «santo, santo, santo». La naturaleza y el carácter santo de Dios es declarado, y se
enfatiza al expresarse tres veces.

i. «En la cultura hebrea, la doble repetición de una palabra le añade énfasis, mientras que la
repetición triple, no muy común, señala algo superlativo y llama la atención a la infinita santidad
de Dios». (Johnson)

ii. No cesaban: «Ellos no cesan, y sin embargo tampoco se cansan; el dulce contenido que adquiere
su empleo continuo es más apropiado para ser creído que para ser discutido». (Trapp)
b. Señor Dios Todopoderoso: El querubín declara que «el Señor Dios es Todopoderoso». Como
en Apocalipsis 1:8, la antigua palabra griega es pantokrator, con la idea de «aquel que tiene en su
mano todo».
c. El que era, el que es, y el que ha de venir: Esto repite otra idea de Apocalipsis 1:8, y se refiere
al Ser eterno de Dios. Traduce el pensamiento detrás del significado del nombre Yahveh.

2. (9-11) Los veinticuatro ancianos adoran a Dios que está en el trono


Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está
sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran
delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y
echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la
honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron
creadas.
a. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria […] los veinticuatro ancianos se postran
delante del que está sentado en el trono: La adoración de los veinticuatro ancianos es promovida
por los querubines; ya que los querubines adoran a Dios día y noche, también lo hacen los
ancianos.

i. Saber que los ángeles deben de adorar a Dios debiera de promover nuestra adoración también.
¿Tenemos menores motivos para alabarle o para darle gracias? «¿Cantamos tanto como lo hacen
las aves? ¿Qué cantarán las aves, comparadas con nosotros? ¿Cantamos tanto como lo hacen los
ángeles? Sin embargo, ellos nunca fueron redimidos por la sangre de Cristo. Las aves del cielo,
¿me aventajarán? Ángeles, ¿me excederán? Así lo han hecho, pero intento copiarlos, día a día,
noche a noche, derramando mi alma en un cántico sagrado». (Spurgeon, «Santo cántico de los
santos gozosos»)

ii. «Si tendremos nuestras almas puestas como una perla en el hermoso anillo de cortesanos
celestiales que rodean el trono del Cordero, entonces, alabemos a Dios de la manera que ellos lo
hacen». (Trapp)

b. Los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al
que vive: Los veinticuatro ancianos adoran, lo cual significa dar honor a Dios. Los ancianos dan
crédito a Dios por su trabajo y recompensa, y hacen esto mientras echan sus coronas delante del
trono. Ellos reconocen que la dignidad le pertenece a Dios, no a ellos.
i. Echar sus coronas muestra su declaración: «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y
el poder». Si Dios es digno de la gloria y la honra y el poder, entonces Él debiera de recibir la
corona.

ii. También hay una alusión a una práctica conocida en el Imperio romano. El emperador de Roma
gobernaba sobre muchos reyes menores, y a estos reyes se les ordenaba venir, en un tiempo
determinado, delante del emperador para echar sus coronas ante él como homenaje. Luego, él se las
devolvía, como una demostración de que sus coronas, su derecho de gobernar y su victoria,
provenían de él. «Esta es una alusión a la costumbre de postración en el este, y al homenaje que
hacían los reyes pequeños para reconocer la supremacía del emperador». (Clarke)

iii. Las coronas mencionadas en Apocalipsis 4:10 son las coronas stephanos, las coronas de
«victoria», no las de la realeza. Estas son las coronas de los logros que un atleta ganador recibía en
los antiguos Juegos Olímpicos. Los veinticuatro ancianos —representando a todos los redimidos
de Dios— arrojan cada logro que tienen delante de Dios, porque saben y proclaman que Él
es digno de recibir la gloria y la honra y el poder.

iv. «Nuestro texto dice que todos arrojan sus coronas delante del trono. No hay opiniones divididas
en el cielo, no hay sectas ni partidos, no hay secciones allí. Todos están en perfecta armonía y en
un dulce acuerdo. Lo que uno hace, lo hacen todos. Ellos arrojan sus coronas, sin excepción,
delante del trono. Demos comienzo a esa unanimidad aquí. Como compañeros cristianos,
desechemos todo lo que nos divide, o lo que nos separa de nuestro Señor. No he leído que hubo un
solo anciano que envidiara la corona de su hermano, y dijera: “Ah, desearía ser alguien como él, y
tener su corona”. No he leído que uno de ellos empezara a encontrar faltas en la corona de su
hermano, y dijera: “Ah, sus joyas pueden brillar, pero las mías tienen un tinte peculiar, y son de
una excelencia mayor”. No he leído de alguna disensión; todos estaban unánimes al echar sus
coronas a los pies de Jesús. Todos estaban unánimes al glorificar a Dios». (Spurgeon)
c. Porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas: Los
veinticuatro ancianos adoran a Dios debido a su poder creativo y a su gloria. El hecho de que Dios
es Creador le da todo el derecho sobre todo, de la manera que un alfarero tiene todos los derechos
sobre su barro (Romanos 9:21).

i. El derecho de Dios sobre nosotros como el Creador es un hecho que puede ser aceptado y
disfrutado, o ser rechazado y provocar frustración. Hay un valor tremendo al reconocer delante de
Dios que somos «seres creados».

ii. «El poder de Dios puesto en acción en la creación, y su administración del mundo, es
mencionado aquí dos veces, como aquello que nunca puede ser admirado y adorado lo suficiente».
(Trapp)

iii. Nosotros confesamos un cariño por la traducción de la Versión King James de Apocalipsis
4:11: «Tú eres digno, oh Señor, de recibir la gloria y el honor y el poder, pues tú has creado todas
las cosas, para tu placer estas son y fueron creadas». La maravillosa frase «para tú placer estas son
y fueron creadas», nos recuerda que cada uno de nosotros existe para dar gloria y placer a Dios.
Hasta que no hagamos eso, no hemos cumplido el propósito por el cual fuimos creados.

d. Debido a que ellos representan a todo el pueblo de Dios, la adoración, la corona, los vestidos, y
el corazón de estos veinticuatro ancianos, también nos pertenecen a nosotros. «Hay un trono en el
cielo que ninguno puede ocupar, solo tú; y hay una corona en el cielo que ninguna otra cabeza
puede usar, solo la tuya; y hay una parte en el cántico eterno que ninguna voz puede ir al son de
ella, solo la tuya; y hay una gloria a Dios que faltaría si no vinieras a rendirla; y hay una parte de
infinita majestad y gloria que nunca podrá reflejarse, ¡a menos que tú estés allí para reflejarla!».
(Spurgeon)

i. Pero también significa que debiéramos de estar haciendo planes dirigidos a aquel gran día. «Si tú
y yo camináramos a alguna gran catedral en donde estén cantando, y preguntáramos si podemos
cantar en el coro, investigarían si nos sabemos la tonada, y no nos permitirían que nos uniéramos si
no nos la supiéramos. Tampoco podemos esperar que nuestras voces sin entrenamiento deban de
ser admitidas en los coros de arriba. Ahora, queridos hermanos y hermanas, ¿ya han aprendido a
echar sus coronas a los pies de Jesús?».

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