1.

Segun Rodolgo Vigo, las reglas que propone la ética se dirigen básicamente a la conciencia del
juez o de la jueza, para procurar comprometerlo íntimamente en el esfuerzo por ser un juez o una
jueza excelente o el o la mejor posible para el tiempo y el lugar donde presta sus funciones, con el
fin de lograr que la sociedad le deposite la mayor confianza posible en el modo en que ejerce su
función.
La ética judicial es fundamental en el sistema legal para garantizar la imparcialidad, la integridad y
la transparencia en la administración de justicia. Se diferencia de las normas funcionales y
procesales en que la ética judicial refiere a los principios morales y valores que guían el
comportamiento de jueces, fiscales y defensores en el ejercicio de sus funciones, promoviendo la
equidad, la imparcialidad y la objetividad en sus decisiones.
Las normas funcionales son reglas específicas que regulan las funciones y responsabilidades de los
jueces, fiscales y defensores en el sistema judicial, tales como plazos procesales, admisibilidad de
pruebas y otros aspectos técnicos del proceso legal.
Las normas procesales son las reglas que rigen el procedimiento judicial, tales como formas de los
juicios, apelaciones y otros aspectos relacionados con el tramite de los casos ante los tribunales.
La ética judicial se centra en los valores y principios éticos que deben guiar la conducta de los
profesionales del derecho, mientras que las normas funcionales y procesales se enfocan en regular
aspectos técnicos y procedimentales dentro del sistema judicial.
El funcionario judicial al ejercer su función, pone en juego un bien: la justicia, la cual debe ser
brindada conforme a la etica judicial. Las normas procesales y funcionales son deberes y establecen
los minimos exigidos. El derecho es de mínimos, la etica exige máximos. Esto refiere que la etica
exige el compromiso con la excelencia. Las normas funcionales y procesales dirigidas a jueces,
fiscales y defensores solo exigen el minimo de etica consagrado en el derecho al que denomina
“mediocrridad”. Cuando existe el compromiso con la excelencia, el beneficio irradia hacia todas las
direcciones en el recto ejercicio de la justicia.
El derecho juzga el trabajo realizado en los tribunales, a diferencia de la etica que se interesa por las
intenciones de los participantes. En este sentido, se ponen en merito las virtudes y se da valor a la
intencionalidad de los operadores de derecho.
Finalmente , el derecho depende de la sanción para exigir respeto, la ética utiliza la persuación y
estimula su función con condecoraciones y reconocimientos. La ética depende de nuestra
conciencia y premia la inspiración social de los jueces, las leyes y deberes juridicos estan atados a
una sanción.
Un juez democratico se compromete con la etica, ya que el pueblo pretende jueces comprometidos
con la etica y con el ejercicio de la justicia. La voz del pueblo exige mas que simples y mediocres
minimos del derecho, por eso la ética implica tomarse en serio la democracia.
El cargo asumido exige ejercerlo conforme dure “la buena conducta”. Esto refiere incorporar la
etica judicial y la austeridad republicana para explicitar el accionar judicial. Ello intenta paliar,
ademas, la crisis de legitimidad de los funcionarios judiciales.
El funcionario judicial necesita la etica para el recto ejercicio de su cargo, ya que este se proyecta
mas alla se su cargo. El ejercicio de la etica judicial permite exigir y reclamar etica a los demas
funcionarios y profesionales. Incluso, el concepto de etica se proyecta hacia los familiares.

2. Respecto del Capítulo VI del Código de Ética Judicial Iberoamericano, que trata sobre la
"Imparcialidad", esbozaré las siguientes cuestiones.
La imparcialidad es uno de los principios fundantes de la judicatura, y se refiere a la obligación de
los jueces de actuar sin prejuicios ni favoritismos hacia las partes, garantizando que sus decisiones
se basen únicamente en los hechos y en el derecho aplicable. La imparcialidad es esencial para
mantener la confianza pública, la igualdad ante la ley y la integridad del sistema judicial. Es
imperativo que los jueces y funcionarios judiciales realicen estrictamente a estos principios para
asegurar que la justicia no solo se haga, sino que también “parezca que se hace”, preservando así el
tejido social y democrático.
Apartarse de los estándares de imparcialidad predicados en el Código de Ética Judicial
Iberoamericano tiene consecuencias nefastas para el sistema judicial y para la sociedad en general.
Cuando los jueces se apartan de este principio, la sociedad pierde la confianza en la función/cargo.
La percepción de parcialidad erosiona la confianza de la ciudadanía en el sistema judicial; sin
confianza pública, las decisiones judiciales pierden legitimidad, y los ciudadanos optan por vias
alternativas a las establecidas, llegando a hacer judicia por mano propia.
Otro perjuicio que se hace patente es la desigualdad ante la Ley. La falta de imparcialidad conduce a
la aplicación desigual de la ley, favoreciendo a unos sobre otros. Esto promueve un sistema de
justicia desigual donde los derechos y obligaciones no son los mismos para todos los ciudadanos, lo
que puede generar tensiones sociales y descontento.
Por su parte y siguiendo al maestro Vigo, la parcialidad puede dar lugar a una manifestación de
corrupción dentro del sistema judicial, que no solo compromete casos individuales, sino que
también puede instaurar un sistema donde la justicia “se vende”, beneficiando a los que pueden
pagar o tienen influencia, en detrimento de aquellos que no tienen los mismos recursos.
Por su parte, la falta de parcialidad detrina en decisiones judiciales arbitrarias. Los jueces que no
son imparciales pueden tomar decisiones basadas en factores diferentes a la sana critica racional,
como intereses personales o presiones políticas. La arbitrariedad en las decisiones judiciales socava
el estado de derecho y crea un ambiente de incertidumbre jurídica, donde los ciudadanos y las
empresas no pueden prever las consecuencias legales de sus acciones.
Esta falta de parcialidad promueve tambien la un efecto dominó en el Poder Judicial: la percepción
de parcialidad puede desmotivar a otros jueces y funcionarios judiciales que se esfuerzan por actuar
con integridad, dando lugar a ambientes laborales tóxicos y conflictos internos, afectando la
eficiencia y eficacia del sistema judicial en su conjunto.
Finalmente, y haciendo un analisis macro, la imparcialidad judicial produce desconfianza
internacional: un sistema judicial percibido como parcial puede afectar la imagen internacional de
un país, repercutiendo negativamente en la inversión extranjera y en la cooperación internacional,
ya que los inversores y otros países buscan garantías de un sistema judicial justo y fiable donde
resolver sus controversias.
El apartarse de los estándares de imparcialidad predicados en el Código de Ética Judicial
Iberoamericano tiene consecuencias nefastas para el sistema judicial y para la sociedad en general.

3. Las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad
buscan garantizar el acceso efectivo a la justicia para todas las personas, especialmente aquellas en
situaciones de vulnerabilidad. La aplicación de las Reglas de Brasilia en supuestos penales
demuestran cómo sus principios pueden ser instrumentalizados para asegurar que los procesos
penales sean justos y consideren las circunstancias específicas de cada individuo, promoviendo así
un sistema judicial más inclusivo y humano.
Caso Nro. 1: Víctima de Abuso sexual con Discapacidad Intelectual.
Una mujer con discapacidad intelectual es víctima de Abuso sexual y se presenta un proceso penal
contra su agresor.
Las Reglas de Brasilia subrayan la importancia de proporcionar apoyo adecuado y adaptaciones a
las personas con discapacidad para asegurar su acceso a la justicia.
a. Facilitación de la Declaración de la Víctima: realización de ajustes razonables para que las
personas con discapacidad puedan participar plenamente en el proceso judicial. Para garantizar que
la mujer pueda dar su testimonio de manera efectiva, se pone a disposición una asistente social y
una psicologa. Se utilizan técnicas de comunicación sencillas y se asegura un ambiente seguro y
cuidado a traves del dispositivo de Camara Gesell.
b. Las personas en condición de vulnerabilidad deben recibir medidas de protección adecuadas para
asegurar su integridad y seguridad. Se otorgan medidas de protección adicionales, como una orden
de restricción contra el agresor y un programa de apoyo psicológico y asistencial para la víctima.
Además, se coordina con servicios sociales para asegurar su protección y bienestar continuo durante
todo el proceso judicial.
Caso Nro. 2: Un adolescente de 16 años con un historial de abuso y abandono familiar es acusado
de un delito de gravedad. Las Reglas de Brasilia también contemplan la necesidad de un tratamiento
especial para los adolescentes en conflicto con la ley, asegurando que se consideren sus
circunstancias personales y se les brinden oportunidades de reintegración social.
a. Evaluación Integral del Adolescente: Se debe considerar la situación personal y social de las
personas en condición de vulnerabilidad al aplicar las normas penales. Antes de proceder con el
juicio, se realiza una evaluación integral del adolescente que incluye su entorno familiar, historial
de abuso y su situación psicológica. Esta evaluación es llevada a cabo por un equipo
interdisciplinario que incluye psicólogos, asistentes sociales y psiquiatras especializados en
infancias.
b. Siempre que sea posible, se deben aplicar medidas alternativas a la privación de libertad para
adolescentes en conflicto con la ley. En lugar de imponer una pena de prisión, se opta por medidas
socioeducativas que incluyen programas de rehabilitación, terapia psicológica y reintegración
educativa. Ello seguido de un plan de seguimiento y apoyo integral para asegurar que el adolescente
reciba la orientación necesaria para su reintegración social y evitar la reincidencia.

4. JUEZ Hijo con empleo en estudio jurídico CODIGO DE ETICA JUDICIAL Reglas funcionales
Imparcialidad EXCUSACIÓN (pag. 8)
El tribunal considera que el juez debe excusarse en las causas donde intervienen abogados del
estudio jurídico donde trabaja su hijo, aunque este no realice tareas directas en los tribunales, por el
principio de lealtad y para mantener la confianza pública.
Coincido con la opinión del tribunal. El juez debe excusarse de conocer aquellas causas en las que
intervienen abogados del estudio jurídico donde trabaja su hijo, para mantener la imparcialidad y la
confianza pública en el sistema judicial. Esta decisión no solo protege la integridad del juez, sino
que también fortalece la percepción pública de justicia y transparencia, fundamentales para el
correcto funcionamiento del sistema judicial. En estos casos, la excusación es una medida adecuada
y necesaria para asegurar que el sistema judicial mantenga los más altos estándares de imparcialidad
y ética, cumpliendo así con los principios establecidos en las Reglas de Brasilia y el Código
Iberoamericano de Ética Judicial.
Mantener la imparcialidad y la percepción de imparcialidad es fundamental. La relación familiar
puede generar dudas sobre la imparcialidad del juez, aunque el hijo no participe directamente en los
casos, ya que se beneficia de manera indirecta. La confianza pública en la justicia se basa no solo en
la integridad de los jueces, sino también en la percepción de dicha integridad, la cual se puede ver
perjudicada por un favoritismo indirecto hacia profesionales que trabajen con un familiar suyo.
Coincido asimismo en que la transparencia es crucial para evitar cualquier sospecha de conflicto de
intereses. La propia excusación, incluso en ausencia de un conflicto de intereses actual, refleja por
parte del juez peticionante, un compromiso con la ética y la transparencia.
Considero tambien que el principio de lealtad y la responsabilidad ética exigen que los jueces eviten
situaciones que puedan comprometer su independencia o la percepción exterior de su
independencia. La relación del juez con su hijo, empleado en el estudio jurídico que litiga en su
juzgado, puede ser vista como un posible condicionante, por lo que la excusación es una medida
pertinente.

Caso Nro 2: CODIGO DE ÉTICA JUDICIAL Alcance: Magistrados y funcionarios TRIBUNAL

DE ÉTICA JUDICIAL Imposibilidad de juzgar la conducta ética de un abogado. (Pag. 20)
Adelanto mi opinion en coincidencia parcial con el tribunal juzgador. La competencia del Tribunal
de Ética Judicial se limita a magistrados y funcionarios judiciales, no incluyendo a abogados. Por
tanto, el tribunal no tiene jurisdicción para abordar la conducta de la profesional danunciada. En
este caso, la conducta de la abogada debe ser reportada al Tribunal de Disciplina de Abogados de la
Provincia de Córdoba.
No obstante, la Regla 3.3 del Codigo IberoAmericano de Ética Judicial establece que cualquier
intromisión o influencia debe ser comunicada a la autoridad competente. Si bien la decisión del
tribunal deontológico es correcta al determinar que el caso excede su competencia para juzgar y al
indicar que la inconducta de la abogada debe canalizarse ante el Tribunal de Disciplina de
Abogados de la Provincia de Córdoba; los jueces del tribunal deontologico tienen el deber ético y
moral de comunicar al organismo competente la inconducta de la que estan tomando conocimiento
y asegurarse que se siga el procedimiento adecuado y se mantenga la integridad del sistema judicial.
Entiendo que la regla 3.3 se aplica a todos los magistrados que tomen conocimiento de las
inconductas al Codigo de Ética, es decir que tambien es responsabilidad de los jueces del Tribunal
Deontologico, denunciar las inconductas de las cuales tiene conocimiento a partir de la denuncia
realizada, ello en la exigencia constante de la excelencia de los magistrados de la administración de
justicia.
Es importante que los magistrados y funcionarios actúen dentro de los límites de su competencia y
que cualquier conducta inapropiada de abogados sea gestionada por las autoridades
correspondientes, sin embargo la denuncia puede y debe ser canalizada por todo magistrado que
tenga conocimiento de incoductas al Codigo de Ética, no limitarse a declarar la incompetencia,
asegurando así el cumplimiento de los principios éticos y la confianza pública en la justicia.