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Devocional Mateo 13

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Esta parábola describe cuatro clases de terreno en las que cae la semilla sembrada.

Se
llama comúnmente "la parábola del sembrador", pero el énfasis no está sobre el
sembrador, sino sobre las varias clases de terreno que reciben la semilla. El sembrador
(predicador) puede ser bueno o malo, elocuente o aburrido, pero de todas maneras los
resultados dependerán en gran manera de los oyentes mismos. Jesús es el Maestro
Perfecto, pero no logró convertir a todo el mundo.

Parte de la semilla cayó junto al camino.

A. Corazón "pavimentado". Estos oyentes son los que permiten que sus corazones sean
"pavimentados" (endurecidos) por todos los sucesos y actividades de esta vida. Su vida ha
sido fuertemente afectada e influenciada por los asuntos de la vida diaria: el empleo, la
familia, los planes, las bodas, los funerales, los crímenes y docenas de otras cosas.

B. Estos tienen corazones desatentos, insensibles, preocupados e indiferentes en


cuanto a los asuntos espirituales. Su intelecto está lleno de prejuicio, la conciencia cauteri-
zada y la voluntad perversa. No pone atención a la palabra de Cristo.

C. Satanás arrebata la palabra con miles de distracciones. Presenta el error como tan
bueno o mejor que la verdad. Presenta ante la atención del hombre toda clase de
intereses terrenales, no necesariamente malos en sí, pero simplemente demandan la
atención y esta clase de corazón no recibe la palabra.

D. El diablo sabe el poder de la palabra de Dios. No quiere que nadie permita que entre
en el corazón. No quiere que la gente oiga. Si oye, no quiere que crea. Si cree, no quiere
que obedezca. Siempre le anima a posponer la obediencia.

E. Así es que la semilla fue "hollada, y las aves del cielo la comieron", Luc. 8:5. No hace
impresión sobre la mente del oyente.

F. ¿Qué se puede hacer para ayudar a los tales? Desde luego, la palabra es muy
poderosa

Jeremías 23:29 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que
quebranta la piedra?

(Heb. 4:12; Jer. 23:29). A veces la tribulación prepara el "terreno" para recibir la semilla.

II. Parte cayó en pedregales (sobre la piedra).

A. Cae sobre una capa delgada de tierra sobre la roca sólida, donde no hay humedad.
Brota pronto pero no puede echar raíces.

B. El punto clave es que PRONTO brota y PRONTO muere. Es cuestión de recibir LUEGO
y entonces caer LUEGO.
C. Este es el oyente superficial, emocional, impresionable, impulsivo. Obedece con
gozo pero es gozo pasajero. No obedece por convicción. Oye un sermón bonito y obedece.
Los amigos obedecen, por eso él también obedece. Tal vez obedece durante una
"campaña emocionante" (le gustaron los himnos y los hermanos fueron muy amables,
querían ver bautismos, etc.)

D. No calcula gastos, Luc. 14:25-33. No considera la cruz que debe llevar. No toma en
cuenta la oposición que encontrará.

E. Obedece, pero no se acerca a Dios en oración y con lectura bíblica, no es


debidamente activo en la iglesia, no se fortifica, no se confirma (Hech. 14:22).

F. Vienen persecuciones, tribulaciones, críticas, burlas, pruebas, las cuales deben


fortalecerle (Rom. 5:3-5) y acercarlo a Dios, pero más bien le alejan de Dios y le hacen
tropezar.

III. Parte cayó entre espinos.

A. Los espinos absorben toda la humedad y fertilidad para sí, y excluyen de la planta la
luz y el aire. Por eso, el crecimiento es retardado e impedido.

B. "El afán de este siglo".

1. Según Mat. 6:24-34 el afán (1) es innecesario, porque nuestro Padre sabe nuestras
necesidades; (2) es prohibido, (3) es vano, porque ¿qué logra el afán?

2. Luc. 10:41; 21:34; Fil. 4:6; 1 Ped. 5:7. La ansiedad indica falta de fe en Dios. Indica
una preocupación excesiva por los asuntos de esta vida, y una falta de interés en cosas
espirituales. El afán de este siglo no quiere decir vicios, sino una preocupación excesiva
por tales asuntos como el empleo, el negocio, la educación, y los problemas ordinarios de
la vida.

C. "El engaño de las riquezas". 1 Tim. 6:9,10; Mar. 10:34. La prosperidad es más
peligrosa que la pobreza. Recuérdese Prov. 30:8,9. Muchos hermanos abusan de la
"tarjeta plástica", haciendo muchas compras y así comprometiéndose más allá de sus
posibilidades, y luego viene un afán abrumador. Esta práctica bien ilustra el amor al dinero
(cosas materiales). Muchos hermanos se entrampan con deudas que nunca pueden pagar.
Esta práctica bien puede ser una forma de mentira y de robo, porque prometen pagar lo
que no pueden pagar. La avaricia es idolatría según Col. 3:5.

D. Doble ánimo. Sant. 1:8; 4:8. Compárense los casos de Balaam, Lot, Demas y otros
personajes bíblicos que querían servir a Dios pero también amaban el mundo.

IV. Parte cayó en buena tierra.


A. Tierra fértil, limpia (preparada), húmeda, buena, como Samaria (Jn. 4:35-37; Hech.
8:5-12); los 3000 en el día de Pentecostés (Hech. 2:41); el eunuco (Hech. 8:35-39); Saulo
de Tarso (Hech. 9:18; 22:16; 26:19); Cornelio (Hech. 10:33,48); Lidia (Hech. 16:13-15); el
carcelero (Hech. 16:30-34); los corintios (Hech. 18:10); y los efesios (Hech. 19:1-5).

B. Oye la palabra, la entiende, la obedece y lleva fruto.

C. Luc. 8:15, "Son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan
fruto con perseverancia". Es el corazón bueno que puede ser conmovido por las grandes
verdades del evangelio, y que celosamente las guarda.

D. Oye la palabra atentamente, la estudia, la entiende y la obedece no importa quién la


predique, ni con qué motivos la predique, ni quién más la obedezca, ni cuántas ofensas
vengan.
Pídele a Dios que te ayude a ser buen terreno donde sembrar su Palabra y declara que
expulsarás toda maleza que pueda afectar la semilla. Da gracias por lo que recibes de su
mano y declara que tu vida será fructífera para otros.

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