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Ficha de Cátedra - Unidad 1

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UNIVERSIDAD DE LOMAS DE ZAMORA

Facultad de Ciencias Sociales

PSICOLOGÍA GENERAL

Unidad 1: Psicología: ¿singular o plural?


1. Introducción.
La primera unidad está pensada sobre la pregunta: ¿es la psicología una ciencia singular o una
ciencia plural? La profusión de escuelas a la largo del desarrollo histórico de esta disciplina, la
convivencia de teorías, métodos y técnicas muchas veces opuestos y en franco conflicto entre sí, la
variedad de objetos de estudio, sus implicancias a nivel social, la noción de sujeto que se desprende
de cada línea teórica, son algunas de las razones que nos llevan al planteo de esta pregunta inicial.
En este sentido, realizaremos un recorrido por aquellos antecedentes teóricos y sociales que han
sido condición de posibilidad para surgimiento de la psicología como ciencia autónoma, para luego
detenernos en los aspectos centrales de aquellas escuelas que por su importancia científica y social
se han constituido en paradigmas dentro de la psicología, específicamente, de la psicología general.
El camino que anticipamos confiesa que la pregunta sobre la singularidad o pluralidad de la
psicología es más bien retórica.

2. Antecedentes y condiciones de posibilidad para el surgimiento de la


psicología científica.
La psicología nace como ciencia autónoma ligada a las ciencias naturales, cuya legitimidad
epistemológica está dada por métodos tomados de estas ciencias: la observación y la
experimentación de laboratorio, coherentes con los métodos legitimados por el positivismo
imperante durante el siglo XIX. La adopción de un método objetivo fue condición de posibilidad para
que la psicología creará un programa propio independizado de la filosofía, disciplina que desde los
clásicos griegos se ocupaba de producir saber acerca del alma1. Ahora bien: ¿Por qué decimos que
solo pudo independizarse de la filosofía a condición de ser una disciplina que cumpliera con los
cánones de las ciencias positivas? Para intentar aproximar una respuesta debemos remontarnos
algunos siglos atrás y ubicarnos en el campo de la filosofía moderna.

Modernidad y sujeto cartesiano.

La modernidad como período histórico se caracterizó por una serie de cambios que abarcan las
distintas esferas de la vida: lo político, lo social, lo cultural, etc. Los ámbitos de la filosofía y la ciencia
no fueron ajenos a este proceso de transformación, siendo su nota principal su independencia

1
Aludimos al tratado aristotélico “Acerca del Alma”, donde el filósofo expone su pensamiento en relación al entendimiento,
la sensación, la imaginación, la facultad cognoscitiva. Psiqué, término que ha derivado en lo que hoy designa a lo psíquico,
designaba en la filosofía clásica al alma entendida como principio de conocimiento.
respecto del saber religioso; este proceso de secularización fue la base fundamental sobre la que los
filósofos y científicos modernos desarrollaron sus obras. En este contexto, la figura de René
Descartes es determinante.

René Descartes nace en 1596 y produce hasta la fecha de su muerte, en 1650, una obra que es
considerada el inicio de la filosofía moderna. La operación fundante que realiza Descartes es la de
haber colocado en la razón del sujeto la condición de posibilidad de un conocimiento absolutamente
cierto. Negando el principio de autoridad como forma de saber, Descartes fundará una filosofía y
una ciencia centrada en la racionalidad del sujeto, concepción heredera del ideal renacentista que
sitúa al sujeto y su conciencia individual como valor supremo. En este sentido, y diferenciándose así
de la filosofía escolástica, Dios solo quedará en lugar de garante de la verdad 2: por un lado de la
realidad objetiva y por otro de la validez de la razón como instrumento de conocimiento, ya que al
ser Dios un ser perfecto no engaña, y si no engaña nunca podría habernos dotado de una razón
productora de un saber falso; pero será el sujeto autónomo quien deberá guiar metódicamente su
razón para alcanzar con certeza absoluta un saber sobre las cosas. Respecto al método, su
fundamento consistirá en la duda: dudar de todo aquello que no sea evidente para la razón. Así, el
mundo cambiante de lo material, de lo corpóreo (res extensa), quedará del lado de aquello que
conduce al error, negando a la facultad de los sentidos la posibilidad de producir un conocimiento
cierto, del que no se pueda dudar. En cambio, será la facultad racional del sujeto (res cogitans), la
que avanzando metódicamente podrá dar cuenta de la certeza del saber , cuyo primer enunciado
evidente es pienso, luego existo: “Pero enseguida noté que si yo pensaba que todo era falso, yo, que
pensaba, debía ser alguna cosa, debía tener alguna realidad; y viendo que esta verdad: pienso, luego
existo era tan firme y tan segura que nadie podría quebrantar su evidencia, la recibí sin escrúpulo
alguno como el primer principio de la filosofía que buscaba.”3.

De esta operación cartesiana extraemos dos consecuencias fundamentales para el futuro desarrollo
de la psicología como ciencia autónoma: 1) el lugar central del sujeto como sujeto de conocimiento
y la noción de conciencia que surge de allí, ya que en Descartes yo, conciencia y razón son
equivalentes4; y 2) la construcción de un dualismo que separa lo corpóreo (res extensa) de lo
racional (res cogitans), En relación a este último punto, la noción de pasión, desarrollada en su libro
“Las Pasiones del Alma”, aborda el problema de la articulación entre el alma y el cuerpo, problema
que veremos recurrentemente a lo largo de la historia de la psicología. Aunque el mayor
reconocimiento de la historia fue en relación a sus trabajos filosóficos, recordemos que Descartes
además de filósofo fue un físico y fisiólogo con desarrollos muy avanzados en ambos campos.

2
J. Lacan será quién sitúe la diferencia entre certeza y verdad en la concepción cartesiana y su relación con la concepción
freudiana de inconsciente, tal como veremos más adelante.
3
Descartes, R.: (1637) “Discurso del Método”. En Obras Completas. Anaconda, Bs. As. 1946. Pág.: 33.
4
Será Leibniz quien hará una crítica a esta ecuación cartesiana mente (pensamiento) - conciencia, a partir de su noción de
“percepciones oscuras”.
La provocación kantiana.

El racionalismo cartesiano y su negativa a aceptar la experiencia sensible como forma de llegar a un


saber cierto tuvo su contraparte en el empirismo, cuyo postulado central es la afirmación del
conocimiento sensible como única forma de conocimiento legítimo. Esta corriente filosófica, que
tuvo a Francis Bacon como su fundador, alcanzó su punto más alto en la figura de David Hume, para
quien los elementos del pensamiento derivan en última instancia de impresiones sensoriales; el
espíritu solamente cumple su función de mezcla y composición de estas impresiones primeras.

La oposición filosófica racionalismo-empirismo gira en torno a cómo se conoce, si por medio de la


razón o por medio de los sentidos. Pero ambas posiciones coinciden en cuanto a qué se conoce: el
objeto real. En este sentido ambas filosofías resultan realistas, ya que el criterio de verdad de un
conocimiento reside en la coincidencia entre este último y el objeto conocido. Immanuel Kant,
filósofo alemán nacido en 1724, publica en 1781 una obra fundamental para la historia de la
filosofía: Crítica de la Razón Pura, en la cual desarrollará una teoría superadora del dualismo
excluyente razón o experiencia sensible. Para Kant se necesita tanto de la razón como de la
experiencia sensible para alcanzar un conocimiento verdadero del mundo: “Que todo nuestro
conocimiento empieza con la experiencia, esto no ofrece la menor duda. En efecto: ¿por que nuestro
poder para conocer podría ser despertado y puesto en acción, a no ser por objetos que impresionan
nuestros sentidos y que, por una parte, producen por sí mismos representaciones y, por otra, ponen
en movimiento nuestra facultad intelectual, con objeto de que compare, ate o separe estas
representaciones, y trabaje de este modo la materia bruta de las impresiones sensibles para sacar
de ello un conocimiento de los objetos, que es lo denominado experiencia?”5

Así pues, el sujeto de conocimiento kantiano necesita de dos factores para generar conocimiento
sobre el mundo: a) un objeto material sensible (impresiones) y b) una razón que cuenta con una
serie de formas puras que permiten conocer dicho objeto y que son independientes (a priori) de la
experiencia sensible. Así, el conocimiento no se da sobre objetos existentes independientemente de
la razón, sino que dependen de esta última y sus formas puras para ser conocidos. Vemos que su
filosofía no es realista sino idealista: conocer implica una operación de creación del objeto por parte
del sujeto.

Junto con el desarrollo de esta teoría gnoseológica, Kant desarrolla en su obra una crítica a la
psicología racional de su época, negando la posibilidad de conocer la naturaleza misma del sujeto
por medio del análisis racional. Del ya mencionado pienso luego existo sólo podemos saber de la
existencia de un “yo”, pero nada acerca de su esencia o naturaleza. El conocimiento de las esencias
está vedado para el ser humano. En este sentido, el hecho de que el sujeto sea a la vez instrumento
y objeto de conocimiento, resultaba una contradicción insuperable.

5
Kant, I. (1787) “Crítica de la razón pura (segunda edición)”. Buenos Aires, Aguilar, 2010. Pág:: 49 (introducción de la
segunda edición).
Por otra parte, tampoco podía pensarse en una psicología enmarcada en las ciencias de la
naturaleza, debido a que los objetos con los que trabaja la psicología (sentido interno) carecen de
dimensión espacial, es decir, carecen de dimensión empírica, fenoménica, necesaria para todo
conocimiento científico.

Esta negativa kantiana a aceptar una psicología científica resultó ser una provocación: durante el
siglo XIX, de la mano del positivismo imperante en las ciencias naturales y de los desarrollos
técnicos y tecnológicos, fueron apareciendo numerosos intentos de constituir una psicología
fundada en datos (objetos) empíricos que permitieran así la constitución de una psicología científica
basada en un programa metodológico experimental.

Psicología como ciencia autónoma y revoluciones paradigmáticas.

Hemos visto hasta aquí, dentro del campo de la filosofía, cómo frente a un problema se construyen
posibles soluciones, y cómo a estas soluciones se le abren a nuevas teorías, coincidentes, opuestas
o superadoras que dejan abiertos más interrogantes y problemas que invitan a la aparición de
nuevos postulados. Este movimiento dialéctico lo veremos a través de toda la historia de la
psicología. A cada paradigma instituido se le opondrán teorías que intentarán responder a los
problemas no planteados o no resueltos por las teorías vigentes, siguiendo la forma de revoluciones
paradigmáticas trabajadas por Kuhn. En el devenir de la psicología vemos plasmada la máxima
según la cual frente a cada respuesta de un problema se abren el doble de preguntas. En este sentido,
iremos rastreando los movimientos dialécticos entre diversos paradigmas, cuyo devenir nos dará
una idea de las distintas formas de pensar al sujeto, sus procesos psicológicos, distintas visiones de
la realidad, las condiciones sociales, culturales y económicas de producción del saber, etc. Como
diría G. Canguilhem: “situar el quehacer psicológico en relación con las circunstancias históricas y
los medios sociales dentro de los que se proponen los métodos y se ofrecen los servicios”.6

Con la aparición de nuevos paradigmas, los objetos y métodos de la psicología han ido cambiando.
De allí que debamos pensar a la psicología como una ciencia plural, que no se circunscribe a un único
objeto y a un único método. Esta diversidad implica pensar no solo a la psicología de diversas
maneras sino que el sujeto mismo va a ser pensado de modos diversos, así como la realidad será
entendida según el paradigma en el que nos situemos.

En términos generales, podríamos decir que una ciencia es una forma de conocimiento de la
realidad que se caracteriza por ser un conocimiento sistematizado, que recorta un objeto de estudio
y construye un método. El objeto se refiere a aquello que una ciencia estudia: por ejemplo, en el caso
de la psicología general, los procesos psicológicos del ser humano. El método se refiere a cómo se
accede a tal objeto, es decir, el desarrollo de ciertos pasos que obedecen a ciertas reglas que deben
cumplirse para que el conocimiento obtenido sea válido para cierta comunidad científica. En el

6
Canguilhem, G. (1956). ¿Qué es la psicología? Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología, 1994.
Tomado de www.elseminario.com
desarrollo de la historia de las ciencias se han producido transformaciones de ambos aspectos, lo
que implica pensar a la ciencia como una forma de conocimiento determinado por la época, por los
cambios sociales, culturales, etc. De allí que puedan establecerse diversos paradigmas. Ahora bien:
¿Qué es un paradigma? Es una realización científica universalmente reconocida que durante cierto
tiempo proporciona modelos de problemas y soluciones planteados por la comunidad científica.

En el recorrido de esta primera unidad, veremos cómo fueron pensados los procesos psicológicos
del ser humano desde cinco grandes paradigmas.

3. Paradigmas.
1. Paradigma de la Conciencia: Psicología Experimental.

1.1. Antecedentes, surgimiento y contexto científico.

Si bien suele presentarse a Wilhelm Wundt como el fundador de la psicología como ciencia
autónoma, debemos rastrear los antecedentes que han sido condición de posibilidad de tal
fundación. Como hemos dicho, la preponderancia de las ciencias de corte positivista dará el canon
metodológico para cualquier disciplina que aspire a ser admitida como científica. Por otra parte, los
descubrimientos de Charles Darwin nos muestran un Ser Humano que no es más que un eslabón de
una larga cadena evolutiva, cuyo desarrollo puede y debe ser estudiado dentro del campo de las
ciencias naturales. Por último, los avances técnicos introducidos por el segundo período de la
revolución industrial prestaron los instrumentos técnicos necesarios para llevar adelante el
programa de una psicología científica.
Dentro del ámbito científico, específicamente del campo de la fisiología, podemos ubicar a Gustave
Theodor Fechner como principal antecedente de la psicología experimental. En 1860 publica
Elementos de Psicofísica, donde plantea la existencia de un correlato entre los fenómenos mentales
y los físicos. Lo hace a partir de la observación de las respuestas (sensación) que una persona realiza
frente a un estímulo físico.
Siguiendo este programa metodológico, Wilhelm Wund escribe, en 1874, su obra principal:
“Principios de psicología fisiológica” y en 1879 funda, en Leipzig, un laboratorio de psicología
experimental que la historia ha situado como piedra fundante de la psicología científica. En Wundt,
doctor en filosofía y doctor en fisiología, confluyen las dos disciplinas que de algún modo se
disputaban el predominio sobre el saber respecto a los fenómenos del psiquismo (lo que desde la
psicología general llamaremos procesos psicológicos: percepción, motivación, memoria,
pensamiento, atención, lenguaje, etc.). Su objetivo: lograr una psicología que no se reduzca ni a la
especulación racional de la filosofía, ni a la tradición fisiológica (organicista) que descarta todo
interés en la experiencia del individuo. Para ello concentró su trabajo en los contenidos de la
conciencia utilizando métodos experimentales, provenientes de las ciencias positivas.

1.2 Objeto de estudio y conceptos fundamentales.


La Psicología Experimental tomó como objeto de estudio los contenidos de la conciencia, entendida
esta última como experiencia inmediata, cuyas presentaciones fenoménicas objetivables son las
respuestas del individuo al ser expuesto a un estímulo externo. De allí se desprenden dos elementos
conceptuales fundamentales de esta psicología: la sensación y el movimiento del impulso interno. La
primera se corresponde con el hecho psíquico que depende del impacto del estímulo externo; el
segundo corresponde al hecho fisiológico y del cual tomamos noticia mediante la observación. Así,
esta psicología “tratará de determinar constantes cuantitativas de la sensación y las relaciones entre
esas constantes”7
El recorte de la conciencia como objeto de estudio permite delimitar y diferenciar la psicología
respecto de la fisiología, disciplina cuyo objeto de estudio son los fenómenos orgánicos. Estos
últimos serán, en todo caso, el sustrato del fenómeno psíquico.
De este modo, el objetivo fundamental de la psicología experimental consistió en aislar los
elementos constitutivos de la conciencia, determinar las relaciones de asociación entre dichos
elementos y formular las leyes de dicha asociación. Este programa le valió a la psicología
experimental de Wundt el ser caracterizada como elementalista, asociacionista y reduccionista.

1.3 Método de estudio.

Respecto al método la psicología experimental utilizara instrumentos experimentales junto con la


introspección experimental como forma de acceso a los contenidos de conciencia. Dicho método
consiste en la reflexión de conciencia no espontánea sino sistemática y controlada según reglas
experimentales precisas. Esto último la diferencia de la introspección filosófica o religiosa,
consistentes en una reflexión consciente pero espontánea y libre, es decir, no determinada por un
observador externo. En la introspección experimental, las condiciones de investigación y de
laboratorio determinan externamente, mediante la manipulación de estímulos, los contenidos de la
conciencia que serán objeto de la autoobservación de cada sujeto de investigación, centrándose así
en determinar las características de los procesos mentales puestos en juego en cada experimento
(atención, memoria, percepción, etc.).
Tanto el método como el programa de esta escuela han quedado tan lejanos en el tiempo que
citaremos un ejemplo ilustrativo que dé cuenta de su funcionamiento.
Si bien la percepción nos parece un proceso inmediato, esta inmediatez es solo aparente. Entre la
presentación de un estímulo y la respuesta del sujeto existe un intervalo de tiempo. Este intervalo
pudo ser determinado mediante la presentación de un estímulo cualquiera (color, sonido, olor, etc.),
la respuesta dada por introspección (autoobservación del momento de la sensación consciente) y
la utilización de un aparato preciso (cronoscopio de Hipp, por ejemplo) que determinara cada uno
de los momentos. De este modo pudo determinarse el tiempo de reacción de una percepción simple.
Siguiendo este programa, la psicología experimental propuso una superación a la negativa de Kant
y Comte, afirmando la posibilidad de una psicología científica (objetiva) que se ocupase de la
experiencia consciente del sujeto.

7
Canguilhem, G.: Ibid. Pág 5.
2. Paradigma de la Conducta: Psicología Conductista.

2.1 Antecedentes, surgimiento y contexto científico.

Al igual que el Paradigma de la Conciencia, el Paradigma de la Conducta surge bajo el marco


epistemológico del positivismo, formulado por el filósofo francés Augusto Comte para quien lo más
importante dentro del campo de la ciencia tenía que ver con la realidad material, con los hechos
concretos accesibles, comprobables y verificables por medio de los sentidos. Esto deriva en otro de
sus postulados centrales sobre el rechazo a la metafísica, todo lo que está más allá de lo físico, de lo
concreto y de lo tangible, es desestimado por este marco epistemológico.
Un antecedente y referente teórico-metodológico fundamental para la psicología conductista
fueron las formulaciones y los estudios realizados por I. Pavlov, fisiólogo ruso que trabajó sobre las
distintas formas de condicionamiento en animales (perros), tomando Watson de allí la noción de
reflejo condicionado como presupuesto teórico. En 1889, I. Pavlov descubre que si junto con un
estímulo indiferente se le presenta al animal un estímulo significativo, la repetición de este proceso
logra que el estímulo significativo sea sustituido por el estímulo indiferente y logre la misma
respuesta, esta vez condicionada. Veamos el ejemplo clásico: Si un perro saliva al serle presentado
un trozo de carne (estímulo significativo), el animal saliva (reflejo natural); ahora bien, si junto con
la presentación de la carne se hace sonar una campana (que aisladamente sería un estímulo
indiferente) al mismo tiempo y de forma repetida, el animal salivará cuando la campana suene
incluso sin la presentación de la carne, configurando así una respuesta refleja condicionada (reflejo
condicionado). La respuesta resulta condicionada por la manipulación de los estímulos. El
conductismo utilizará este método de condicionamiento no sólo con fines científicos (formulación
de leyes sobre la conducta) sino también con fines prácticos: influir sobre la conducta de los
ciudadanos en el contexto de la Primera Guerra Mundial, utilización propagandística y publicitaria,
modificación de la conducta en instituciones educativas y otros fines que la historia ha cuestionado
por su falta de ética.
En 1913 John Watson escribe su obra capital “La psicología tal como la ve un conductista”,
piedra fundacional del Conductismo en EE.UU., que surge en oposición a las formulaciones de
Wundt, sosteniendo que la llamada psicología introspectista de Alemania se fundaba sobre
hipótesis falsas ya que ninguna psicología que incluyese el problema religioso mente–cuerpo,
podría alcanzar jamás resultados “verificables”. De este modo, negaba la conciencia como objeto de
estudio de una psicología científica: “el concepto de conciencia no es preciso, ni siquiera utilizable”,
sentencia en la obra citada8. Por otra parte, rechazaba el método de introspección experimentar por
considerarlo “subjetivista”9 y por ello no científico. Solo admitirá como método científico la
observación experimental. En resumen, el conductismo se opone críticamente tanto al objeto y
método de estudio de la psicología experimental como a su noción dualista mente-cuerpo (el
rechazo de la conciencia implica el rechazo de la mente).

8
Watson, J. (1925) “El conductismo”. Buenos Aires, Paidós,. 1947. Pág.: 26.
9
Ibid. Pág.: 25
A pesar de sus críticas a la psicología experimental y de la construcción de un objeto y un
método propios, el conductismo siguió siendo, en sus desarrollos teórico-prácticos, reduccionista,
elementalista y asociacionista.

2.2 Objeto de estudio y conceptos fundamentales.

En su texto “¿Qué es el conductismo?” Watson se pregunta: “¿Por qué no hacer de lo que


podemos observar el verdadero campo de la psicología? Limitémonos a lo observable, y formulemos
leyes sólo relativas a estas cosas. Ahora bien: ¿qué es lo que podemos observar? Podemos observar
la conducta —lo que el organismo hace o dice. Y apresurémonos a señalar que hablar es hacer, esto
es, comportarse. El hablar explícito o con nosotros mismos (pensar) representa un tipo de conducta
exactamente tan objetiva como el béisbol.”10
Así el conductismo se centra en el estudio de la conducta humana en tanto lo observable que
surge de la relación entre estímulo y respuesta, observación realizable a través de la observación
experimental. Con observación experimental hacemos referencia a métodos objetivos en los que se
trata de minimizar todo lo que tenga que ver con variables no observables.
Ello le permite a Watson plantear que su objeto de estudio, la conducta humana, tiene que
ver con las relaciones que se establecen entre los estímulos y las respuestas y agrega además que
dichas relaciones se pueden condicionar, es decir que esa unidad indisociable entre el estímulo y la
respuesta no es natural sino se puede entrenar, modificar y predecir. Por supuesto partiendo
siempre de la idea del estudio de la conducta en tanto fenómeno observable, medible y cuantificable.

2.3 Método de estudio.


El método experimental desarrollado por el conductismo consistía en la construcción de una
situación de laboratorio en la que un sujeto era sometido a la exposición a ciertos estímulos y se
observaba su respuesta frente a ellos. Luego comenzaba a manipularse la presentación de estímulos
con el fin de modificar la respuesta, produciendo así respuestas condicionadas.
Un caso paradigmático fue el del pequeño Albert, un niño que no le temía a algunos animales
de pelaje blanco como conejos y ratas blancas, pero si a los ruidos fuertes (era un niño de 11
meses…). Se intentó investigar si podría modificarse su conducta y generarle miedo a dichos
animales. Para ello, los investigadores comenzaron a provocar ruidos fuertes a la vez que mostraban
los animales al niño. El resultado fue que Albert no solo comenzó a temerle a los animales en
cuestión sino también a objetos con similares características (peludos, blancos, etc).

3. Paradigma del Inconsciente: psicoanálisis.

3.1 Antecedentes, surgimiento y contexto científico.

10
Ibid. Pág.: 5.
Fue Sigmund Freud, médico neurólogo austríaco, el fundador del psicoanálisis en el año
1900.
Teniendo en cuenta que el desarrollo de la ciencia no se da en forma lineal o acumulativa, sino como
Plantea T. Khun a través de revoluciones científicas, encontramos que esta corriente de
pensamiento produce una revolución en el campo de la ciencia originando un nuevo paradigma,
cuyo desarrollo teórico produce rupturas epistemológicas respecto del saber de la época.
Antes de que en 1900 Freud publicara su libro “La interpretación de los Sueños”, trabajo
fundacional de la teoría psicoanalítica, encontramos otras publicaciones que pertenecen al llamado
“período pre psicoanalítico”.
Entre 1886 y 1900 ubicamos trabajos de Freud en los que investiga las afecciones psíquicas
y utiliza las técnicas que utilizaban sus maestros Breuer y Charcot. Dichas técnicas eran la hipnosis
catártica y la técnica del apremio, que consistía en ejercer cierta presión sobre la frente del paciente.
Con ambas se buscaba que aquellos sucesos traumáticos que habían provocado los síntomas
volviesen a la conciencia y de esa forma el paciente obtenía un alivio temporario de sus síntomas.
La práctica de la hipnosis y la regresión hacia una etapa anterior que esta provocaba, permite
a Freud descubrir un método de investigación y tratamiento de los trastornos mentales, y una
disciplina científica que delimitará un objeto de estudio original en su nueva formulación: el
inconsciente. Por otra parte, definirá un método para su abordaje: la asociación libre. Sus obras
configuran un rico cuerpo teórico sostenido en la investigación que irá realizando en el trabajo con
sus pacientes.
Si bien Freud se ubica por fuera del debate de la psicología de la época (psicología de la
conciencia de Wundt y psicología de la conducta de Watson), podemos dar cuenta de las siguientes
rupturas respecto de estas, así como también respecto de la medicina de la época:

● En cuanto al origen de los síntomas. Para la medicina los síntomas tienen un correlato
orgánico, es decir una localización anatómica; mientras que para el psicoanálisis estos tienen
una localización psíquica.
● En cuanto a la concepción respecto del saber. Para la medicina de la época el saber lo tiene
el médico, mientras que para el psicoanálisis el saber lo tiene el paciente. Quien sabe acerca
de su padecimiento es el paciente y se accede a ello a través del método de asociación libre.
El psicoanalista transmite al paciente la regla fundamental según la cual debe decir lo
primero que se le ocurre. Este método parte de la idea de que el libre discurrir del paciente
permitirá el surgimiento de los contenidos reprimidos a través de equivocaciones, de
olvidos, pero fundamentalmente de los sueños, vía regia de acceso al inconsciente.
● La tercera ruptura la ubicamos respecto de la sexualidad, concepto fundamental en la teoría
psicoanalítica. Hasta ese momento la sexualidad era sinónimo de genitalidad y se ubicaba a
partir de la pubertad. Para Freud el concepto de sexualidad es mucho más abarcativo de lo
que pensaba la ciencia de aquel entonces. La define como actividad placentera que se inicia
con evidentes manifestaciones poco después del nacimiento. Es así el primero en hablar de
manifestaciones de la sexualidad infantil la cual está relacionada con el deseo, la pulsión y la
libido, conceptos que retomaremos más adelante. Esta concepción le valió oposiciones y
críticas en el contexto científico y social de la época.
● Respecto de la psicología de la época, Freud se diferencia poniendo el foco en el Inconsciente,
como sistema psíquico que domina la vida del humano. El inconsciente será así su objeto de
estudio, y se referirá a la conciencia sólo como otro de los sistemas constituyentes del
aparato psíquico. Para Freud, la conducta del sujeto, aun en sus yerros y en su aparente
irracionalidad, guarda, tal como lo sitúa M. Foucault, un sentido11 posible de interpretar.

3.2 Objeto de estudio y conceptos fundamentales.

Como anticipamos, uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis es la noción de


Inconciente.
A partir del interrogante por el mecanismo de formación de síntomas, Freud desarrolla
teorizaciones que lo conducen a la construcción de la primera tópica, es decir a la primera
organización de un aparato psíquico que se basa en la diferencia de sistemas: conciente,
preconciente e inconciente. Esta concepción es básicamente dinámica porque los sistemas se hallan
en conflicto entre sí.
Mientras que el Inconciente da cuenta de lo reprimido o excluido de la conciencia, el
Preconciente se trata del inconciente latente con acceso a la Conciencia.

Características de los sistemas: Una de las características específicas del Inconciente es ser un
existente psíquico, es decir no tiene localización anatómica y solo inferimos su existencia por sus
efectos que son las llamadas “formaciones del inconciente”, entre las cuales encontramos los
síntomas, los sueños, los actos fallidos, los lapsus.
Respecto de la represión, es un mecanismo de defensa vinculado a la idea de conflicto psíquico,
en tanto una representación por resultar patógena (algo en exceso para el psiquismo), es reprimida,
es decir separada de la conciencia. La defensa esfuerza para que eso se mantenga reprimido
(resistencia), pero como el inconciente es eficaz siempre tiende a manifestarse, y lo logra de manera
“disfrazada” o por soluciones de compromiso, forma con la cual aparece en la conciencia de una
manera más tolerable para el aparato psíquico.
Una representación reprimida por su contenido displacentero pasa a ser entonces inconciente
y es en tanto inconciente que produce formaciones psíquicas específicas: sueños, síntomas, actos
fallidos, etc., es decir, produce efectos en la conciencia y allí radica su eficacia.
En el párrafo introductorio a su artículo “Lo Inconciente” (1915), Freud explica el mecanismo
de la represión y la distribución de las representaciones en los distintos sistemas, del siguiente
modo: “El psicoanálisis nos ha enseñado que la esencia del proceso de la represión no consiste en

11
Foucault, M. (1957). “La psicología de 1850 a 1950”. En Huisman, D. y Weber, A. (1957). Histoire de la philosophie
européenne. París: Librairie Fischbacher. Reproducido en Foucault, M. (1994). Dits et écrits. París: Gallimard, T.I (pp.
120-137). Traducción: Hernán Scholten (1997). Tomado de: www.elseminario.com.ar.
cancelar, en aniquilar una representación representante de la pulsión, sino en impedirle que
devenga conciente. decimos entonces que se encuentra en estado inconciente.”12 En cambio, llamará
concientes a aquellas representaciones “que están presentes en nuestra conciencia y de la que
nosotros nos percatamos”13
El sistema Inconciente y el sistema Preconciente-Conciente tienen distintas legalidades y modos
de funcionamiento. El inconsciente es atemporal, es decir, sus contenidos no se ordenan según la
secuencia cronológica de los contenidos de la consciencia.; se rige por el Principio de Placer, el cual
define al modo libre de circulación de la energía psíquica y la búsqueda inmediata de satisfacción
pulsional y su correlativo Proceso Primario cuyos mecanismos centrales son el desplazamiento (la
intensidad de una idea se transfiere a otra), y la condensación (se funden varias representaciones
en una sola). El sistema conciente, en cambio, se rige por el Principio de realidad, mediante el cual
la satisfacción pulsional ya no se alcanza de un modo directo sino a partir de rodeos acordes a las
imposiciones del mundo exterior, y su correlativo: el Procesos Secundario, por el cual la energía se
encuentra en estado ligado y no libre.
Otro de los conceptos centrales de la Teoría Psicoanalítica es el concepto de Pulsión.
A partir del nacimiento, y apoyándose en la necesidad biológica de alimentarse, el bebe atraviesa
una nueva experiencia: la sensación de placer. A ese momento Freud lo denomina “experiencia
mítica de satisfacción”, y nos permitirá entender la génesis de la constitución psíquica. El encuentro
con otro dejará inscripto en el bebé ciertas huellas de aquello que produjo placer y la satisfacción
allí generada abrirá el camino a lo pulsional.
Freud utiliza por primera vez el término pulsión en el artículo “Tres ensayos para una teoría
sexual” (1905), y lo ubica como un concepto bisagra entre lo psíquico y lo somático. Lo diferencia
del instinto el cual relaciona al determinismo conductual animal y designará el concepto de libido
al aspecto psíquico, la energía y la manifestación dinámica de lo pulsional.
Freud dirá que el niño tiene pulsiones y quehaceres sexuales desde el comienzo mismo de su
vida, en su encuentro con sus otros primordiales, y luego, a través de un significativo desarrollo,
rico en etapas, surge la llamada sexualidad normal del adulto.14
En el artículo “Pulsiones y destinos de pulsión” (1915) Freud enumera cuatro características de
la pulsión: Empuje, fuente, objeto y fin.
-Empuje: constituye su esencia, produciendo la fuerza que genera la actividad psíquica.
-Fuente: es el proceso somático localizado en una parte del cuerpo o en un órgano, cuya excitación
es representada en el psiquismo por la pulsión. Su variabilidad caracteriza al estado parcial de la
pulsión.
-Objeto: es el medio por el cual la pulsión alcanza su descarga, y puede ser externo o del propio
cuerpo y es lo más variable.

12
Freud, S.: (1915) “Lo inconsciente”. En Obras Completas, Tomo XIV. Buenos aires, Amorrortu, 1992. Pág.: 161.
13
Freud, S. (1912) “Notas sobre el concepto de lo inconsciente en psicoanálisis”. En Obras Completas, Tomo XII. Buenos
Aires, Amorrortu, 1991. Pág: 271.
14
Freud, S.: (1909) “Cinco conferencias sobre psicoanálisis” En Obras completas, Tomo XI. Buenos Aires, Amorrortu, 1991.
Pág.:38
-Fin: apunta al logro de la satisfacción, a la descarga de la excitación o tensión interna.

A partir de 1920, Freud elabora la segunda tópica, como una diferenciación progresiva en la
constitución psíquica, donde el Yo tendrá su campo inconciente ligado a los mecanismos de defensa.
Este aparato psíquico comprende el Yo, el Superyó y el Ello. Esta nueva concepción no anula el
sentido dinámico expresado en la primera tópica, sin embargo, lo complejiza. El comportamiento
humano será entonces la resultante de un complejo interjuego de fuerzas en el campo psíquico.

Características de las instancias: El Ello será definido como el polo pulsional, es decir, sus
contenidos son la expresión psíquica inconciente de las pulsiones. Desde este punto de vista, el ello
es el reservorio de la energía psíquica. Por otra parte, desde el punto de vista dinámico, será el Ello
la instancia que entre en conflicto con el Yo y el Superyo.
Respecto al Yo, será el polo defensivo, es decir, desde él se pondrán en funcionamiento los
mecanismos de defensa del aparato psíquico. Respecto a las demás instancias, ocupa un lugar
mediador, ya que es quien recibe las exigencias pulsionales del Ello, los imperativos del Superyo y
las inclemencias de la realidad exterior. Su función consiste en ligar las investiduras a
representaciones palabra. De las características expuestas se infiere que el Yo es en parte conciente
y en parte inconciente. En este sentido, Freud dirá que la conciencia es el núcleo del Yo, pero que la
mayor parte de este es inconciente. Vemos así que el Yo es fuente de conocimiento y
desconocimiento a la vez.
Si bien el Yo es un concepto utilizado por Freud desde el comienzo de su obra, es a partir de
la segunda tópica que adquiere un lugar y unas funciones específicas dentro del aparato psíquico.
En cuanto al Superyo, está formado por la interiorización de las exigencias y prohibiciones
provenientes de las figuras paternas y de la cultura. De allí que Freud adjudique a esta instancia la
conciencia moral del sujeto y su relación con la Ley. Se reconoce a esta instancia como instancia
crítica. En relación a su génesis, Freud dirá que el Superyo es el heredero del Complejo de Edipo, en
tanto el niño se sujeta a la ley que prohibe el insesto y se identifica a los objetos resignados.

3.3 Método de estudio.

Como hemos adelantado, Freud utilizara un método basado en la regla de la asociación libre
para acceder a las representaciones inconcientes del sujeto. Hacer hablar al paciente, siguiendo la
regla de decir lo que se le venga a la mente frente a alguna ocurrencia propia o señalamiento del
psicoanalista, permitió a Freud desarrollar un método clínico y de investigación orientado a sortear
la censura psíquica y alcanzar así alguna noticia sobre los pensamientos inconcientes. Veamos como
lo plantea Freud: “(...) no deseamos averiguar solamente lo que el enfermo ya sabe y oculta a los
demás, sino que también ha de contarnos lo que él mismo no sabe. Con tal objeto lo comprometemos
a ajustarse a la regla fundamental del análisis. No sólo deberá comunicarnos lo que sea capaz de
decir intencionalmente, sino también todo cuanto le venga a la mente, por mas desagradable,
insensato y absurdo que le parezca. Si después de esta indicación consigue abolir su autocrítica, nos
suministrará una cantidad de material: ideas, ocurrencias, recuerdos, que ya se encuentran bajo el
influjo del inconsciente”15.

4. Paradigma Cognitivista: psicología cognitiva.

4.1 Antecedentes, surgimiento y contexto científico.


En la mayoría de los textos especializados suele establecerse el comienzo de este paradigma en el
año 1956, en los Estados Unidos, a partir de tres obras consideradas fundantes: “A Study of
Thinking”, de J. Bruner, J. Goodnow y G, Austin; “Syntactic Structures”, de N. Chomsky y un artículo
escrito por G, Miller para la revista Psychological Review, titulado “El mágico número siete, más
menos dos”. Cuatro años más tarde, Bruner y Miller fundaron en la Universidad de Harvard el
“Centro para Estudios Cognitivos”. Junto a estos aportes teóricos, a mediados de los años
cincuenta pudo contarse con los avances tecnológicos en el campo de la computación y la
inteligencia artificial, que habían comenzado a desarrollarse durante la Segunda Guerra Mundial,
los cuales brindaron un fundamento metodológico de base experimental para el desarrollo del
paradigma naciente.
Hacia esta época, el auge de la teorías y programas conductistas dominaban la escena en el campo
de la ciencia psicológica. La psicología cognitiva aparece en escena con fuertes críticas hacia las
teorías conductistas, algunas de las cuales son16:
- Reduccionismo asociacionista: es decir, su imposibilidad para explicar fenómenos
complejos, que no se reduzcan a la simple asociación de elementos simples, que en última
instancia corresponden al juego estímulo-respuesta. Esta reducción recorta
comportamientos que lejos de estudiar lo específicamente humano de las conductas
acercan a esta ùltima al comportamiento animal.
- Continuidad filogenética: la cual implica una interpretación inadecuada del evolucionismo,
ya que se basa en la equipotencialidad, es decir que estudia animales y traslada los
resultado al humano, y el fixismo, según el cual se niega la diferencia entre especies. En este
sentido, el conductismo interpreta que si el hombre desciende evolutivamente del mono
podemos encontrar comportamientos comunes entre ambos que no muestran diferencias
cualitativas propias de cada especie.
- Inductivismo metodológico: afín al positivismo, el conductismo no parte de enunciados
generales en la formulación de sus hipótesis, sino que las construye por sumatoria de casos
particulares.
Estas críticas al conductismo se producen en general por parte de la ciencia de la época, lo
cual explica la caída de su hegemonía y el surgimiento de otras propuestas provenientes de la
nueva ciencia cognitiva. Sin embargo, no todas la escuelas y propuestas dentro del paradigma

15
Freud, S.: (1940) “Compendio del psicoanálisis”. En Obras completas, tomo IX. Madrid, Biblioteca Nueva, 1975. Pág.:
3397.
16
Carretero, M.:” Introducción a la psicología cognitiva”. Buenos Aires, Aique Grupo Editor, 2004. Cap.: 1.
cognitivo lograron desterrar de sus propios programas algunos de estos aspectos criticados al
conductismo, en especial el elemento asociacionista, como veremos más adelante.
Como adelantamos al comienzo de este apartado, el surgimiento del Paradigma
Cognitivista se apoya en aportes tomados de otras disciplinas tales como: la cibernética, la teoría
de la comunicación, la teoría de la información, la teoría de la computación y la inteligencia
artificial, y por último la psicolingüística desarrollada por N. Chomsky. Estos aportes permiten
pensar un modelo para definir la mente y presentarla como un objeto de estudio. La metáfora que
popularizó al pensamiento cognitivista consiste en la comparación de la mente humana con un
ordenador o computadora. Esta comparación parte de situar que al igual que una computadora, el
ser humano cuenta con un software, las estructuras mentales, y con un hardware, el cerebro. En
cuanto a la función, la comparación establece que ambos sistemas se basan en el procesamiento y
almacenamiento de información. El input y el output serán los canales de entrada y salida de
información, respectivamente. Los comportamientos y procesos complejos ya no se explican por
asociación de elementos simples, sino que se recurre al concepto de programa para dar cuenta de
su complejidad y desarrollo. Desde esta perspectiva y sosteniendo la comparación se realizaron
estudios sobre el pensamiento, la percepción, la memoria y la atención. En palabras de A. Riviere:
“Una razón de la importancia histórica del enfoque cognitivo es que implicó la delimitación y
definición de un nuevo plano de lo mental, al considerar la mente como un sistema de
cómputos.”17
En sus primeros desarrollos, los psicólogos cognitivos no se ocuparon de estudiar procesos
ligados a la emoción, la afectividad y la patología mental, sino, como vimos anteriormente,
centraron sus estudios sobre procesos ligados al conocimiento y al procesamiento de información.
Alrededor de los años ´60, algunos autores comenzaron a desarrollar propuestas teóricas sobre
procesos ligados a lo emocional y lo afectivo, fundamentales para la fundación de una psicoterapia
de corte cognitivo. Ejemplo de estos desarrollos es el libro de A. Elis: Razón y emoción en
psicoterapia, (1962). Tengamos en cuenta que así como la psicología cognitiva es solo una parte
dentro de las ciencias cognitivas, la psicoterapia cognitiva es, a su vez, una disciplina pequeña
dentro de la psicología cognitiva.
El Paradigma cognitivista tuvo tres modelos a lo largo de su historia:
Psicología cognitiva fundacional: basada en el modelo computacional o metáfora del ordenador.
Conexionismo: enfocada en la relación mente = cerebro, es decir, en la búsqueda de relación entre
los modos de procesamiento y las conexiones neuronales.
Psicología cognitiva cultural: que retoma los trabajos de la psicología histórica cultural de Vigotsky
y centra sus estudios en las nociones de significado y de cultura, subrayando su importancia en los
procesos mentales.

17
Riviere A.: “Orígenes históricos de la psicología cognitiva: paradigma simbólico y procesamiento de la información” En
Anuario de psicología 1991. Universidad de Psicología de Barcelona. Pág.:135.
4.2 Objeto de estudio y conceptos fundamentales.
Como hemos visto en el primer apartado, la psicología cognitiva criticará al conductismo el
no tomar en consideración aquello que sucede entre un estímulo del ambiente y la respuesta dada
por un sujeto, es decir, aquello que no se reduce a lo observable de la respuesta: los procesos
mentales intervinientes. Aquello que los conductistas llamaban “caja negra” y de lo cual nada
podía decirse que fuera cientificamente comprobable por no ser observable, será precisamente el
objeto de estudio de la psicología cognitiva. Entonces, esta se ocupará del estudio de los procesos
mentales que intervienen en todo acto de conocimiento del ser humano. En este sentido resulta
sugestivo el título: “En busca de la mente”, una de las obras de J. Bruner, representante
fundamental de la psicología cognitiva. Desde esta teoría, la mente es entendida como sistema de
representaciones (información) y el sujeto como procesador activo de estímulos. La conducta ya
no depende de una respuesta pasiva y predeterminada por la exposición al estímulo, sino que
desde este enfoque la conducta está determinada por el modo en que la mente procesa tal
estímulo18. De este modo, asume la existencia de un nivel mental con leyes propias, diferentes a las
leyes de la conducta y del cerebro y sostiene que ese nivel mental constituye un determinante
causal de la conducta.
Específicamente, la percepción, la atención, el pensamiento, la memoria y el lenguaje
fueron los temas de mayor estudio por parte de esta psicología. Este recorte permitió categorizar
los procesos cognitivos en relación a: la atención, codificación, almacenamiento y recuperación de
la información.
En resumen, la psicología cognitiva se ocupa específicamente de describir, explicar y
comprender las estructuras o arquitecturas mentales y sus mecanismos funcionales. Es decir, se
ocupa de averiguar cómo está organizada y cómo funciona la mente humana.

4.3 Método de estudio


En tanto la psicología cognitiva pretende dar cuenta científicamente de los procesos
mentales, su método de estudio es experimental, es decir un método objetivo y controlado que
trata de minimizar las variables ajenas al objeto de estudio. Entre los aspectos metodológicos
encontramos:
- Análisis de tareas.
- Estudios microgenéticos.
- Programas informáticos
- Recolección de datos.

De este modo, los psicólogos cognitivos intentan manipular estímulos en


condiciones de laboratorio, de tal manera que les permita obtener un registro de las respuestas
con las cuales armar modelos cognitivos. Estos últimos consisten en modelos de funcionamiento
cognitivo que serán puestos a prueba en simulaciones computacionales. De este modo, la
concurrencia de resultados entre el modo de procesamiento cognitivo humano y el modo de

18
Beck, J.:” Terapia Cognitiva”. Conceptos básicos y profundización.
procesamiento computacional, permitirían la confirmación de las hipótesis sobre tal modelo
cognitivo.

5. Paradigma Constructivista.

5.1. Antecedentes, surgimiento y contexto científico.

El término "constructivismo" lo podemos referir a una corriente filosófica surgida en el siglo


XX y muy relacionada con el pensamiento posmoderno, que intenta responder qué es aquello que
podemos llegar a conocer y de qué manera se relaciona este conocimiento con "la realidad",
continuando de este modo con la pregunta que o bien de un modo implícito o bien de un modo
explícito, hemos rastreado a lo largo de la historia de la psicología. Desde la psicología, el
constructivismo es bastante menos abstracto y más pragmático. Se centra en estudiar de qué
manera se lleva a cabo el aprendizaje y la generación de esquemas de significado en nuestra manera
de pensar para poder aplicar estos descubrimientos científicos, especialmente, en dos ramas de la
psicología: la psicoterapia y la psicología educacional.
El constructivismo de segunda mitad del siglo XX retoma esta pregunta en continuación con
el programa de la psicología cognitiva, pero con diferencias en relación a la implicación subjetiva de
la información: el constructivismo enfatizará la importancia del significado de la información
procesada por el sujeto. De este modo, el humano ya no será visto como un procesador pasivo de
estímulos preexistentes sino como constructor activo de sus propios actos de significado. Esta
nueva propuesta abre una divergencia dentro de la psicología cognitiva: de un lado aquellos que
sostienen el carácter innato de la significación (N. Chomsky) y por otro lado quienes sostienen que
la significación es producto de una construcción subjetiva (J. Bruner). Para los primeros, las
estructuras cognitivas están preformadas; para los segundos, se construyen en la interacción del
individuo con la cultura y con los otros.
Esta nueva perspectiva surge a partir del encuentro de los psicólogos norteamericanos con
las obras de L. Vigotsky y J. Piaget, pilares fundamentales del constructivismo. Ambos parten de la
idea de que la interacción con el entorno, y en el caso de Vygotsky con la cultura en la que se vive,
son el motor de la creación de conocimiento a partir del cual se desarrolla el aprendizaje. La
importancia de sus obras y el alcance de su influencia ha sido tal, que nos detendremos un instante
en ellas.

Jean Piaget (1896-1980)


Biólogo y epistemólogo suizo, se pregunta sobre cómo el sujeto conoce, y elabora una teoría
del conocimiento. Su interés está puesto en el sujeto epistémico (sujeto de conocimiento) y su
inquietud radica en cómo se pasa de un estado de menor conocimiento a uno de mayor
conocimiento. Retoma la provocación kantiana para intentar una respuesta científica desde una
perspectiva genética.
Para ello, Piaget crea una nueva psicología: la psicología genética, cuyo objeto de estudio es
la construcción o desarrollo de las estructuras cognoscitivas. El método que seguirá será clínico –
crítico (caso por caso), experimental (arma un dispositivo de investigación) y genético (interesado
en descubrir el origen y desarrollo de la inteligencia).
Piaget concluye que la inteligencia es la adaptación entre asimilación y acomodación, que son
invariantes funcionales del proceso de desarrollo cognoscitivo.
La asimilación consiste en adjudicar a un objeto nuevo un conocimiento previo, y la
acomodación en ubicar al interior de las estructuras cognoscitivas un componente nuevo. De este
modo, la inteligencia es pensada como un modo de adaptación activo por parte del sujeto.
Destacando que a Piaget le interesa dar cuenta cómo se pasa de un estado de menor
conocimiento a uno de mayor conocimiento, dicho pasaje le supone una complejización de
estructuras cada vez más grande, que explica a través de una construcción del desarrollo intelectual
que va desde la organización por la acción, hacia la representación y terminando en la posibilidad
de las operaciones del pensamiento.
En su libro “El nacimiento de la inteligencia” Piaget plantea sus críticas a la Gestalt entre las
cuales destaca que el desarrollo cognoscitivo no tiene que ver con un insight o reacomodación
instantánea, sino con algo sostenido en el desarrollo desde el nacimiento. Así también cuestiona la
idea de sujeto pasivo que recibe estímulos y los procesa. Por el contrario, piensa que el sujeto es
sumamente activo y que las estructuras no son fijas ni estancas sino móviles y se van complejizando,
donde las más complejas integran las anteriores. Define así la noción de ESQUEMA y explica cómo
se va dando esta complejización de la inteligencia por esquemas en diferentes estadios del
desarrollo intelectual.
El constructivismo psicogenético piagetiano da cuenta así de un sujeto constructor activo de
sus estructuras de conocimiento, y donde se produce una interacción significativa entre el sujeto y
el objeto en la producción de dicho conocimiento. Subyacen allí teorías y conceptos de desarrollo y
aprendizaje tanto biológico, psicológico como social.
A Piaget se le ha criticado que deja de lado los afectos y lo cultural, pero él toma esa crítica y
en las conclusiones de su libro “Psicología del niño” destaca que la afectividad es el motor del
desarrollo intelectual:
“Como reiteradamente hemos visto, la afectividad constituye la energética de las conductas,
cuyo aspecto cognoscitivo se refiere únicamente a las estructuras. No existe, pues, ninguna
conducta, por intelectual que sea, que no entrañe, como móviles, factores afectivos; pero,
recíprocamente, no podría haber estados afectivos sin intervención de percepciones o de
comprensión que constituyen la estructura cognoscitiva. La conducta es, en consecuencia, una, aun
cuando las estructuras no expliquen su energética, y, recíprocamente, ésta no expli-que aquéllas:
los dos aspectos —afectivo y cognoscitivo— son, a la vez, inseparables e irreductibles.”19

Lev Vygotsky (1896-1934)

L. Vigotsky fue un psicólogo ruso de principios del siglo XX, contemporáneo de Piaget y
Watson. Fuertemente influenciado por el materialismo dialéctico, desarrolló una teoría sobre los
procesos psicológicos superiores basada en la interacción del sujeto con las herramientas

Piaget, J, Inhelder, B.: (1966) “Psicología del niño”. Madrid, Ediciones Morata, 2000.Pág.: 157
19
simbólicas provenientes de la cultura, razón por la cual su perspectiva ha sido nombrada como
Escuela Histórico-Cultural.
Se abocó al estudio de los Procesos Psicológicos Superiores (relacionados con la capacidad
simbólica específicamente humana), diferenciándolos de los Procesos Psicológicos Elementales
(aquellos que compartimos con el resto de los animales).
A diferencia del enfoque descriptivo del conductismo y de la psicología experimental de la
época, y en concordancia con Piaget, busca explicar el mecanismo de formación y funcionamiento
de los PPS.
La noción fundamental de su propuesta teórica será la de actividad mediada. La interacción
del sujeto con su entorno se encuentra mediada por instrumentos culturales que tornan
significativa dicha actividad. Los signos son los instrumentos culturales por excelencia, ya que son
los que permiten la mediación del sujeto con su entorno social. Es en este sentido que el signo y la
herramienta20 comparten su función mediadora. Se diferencian en que la herramienta permite la
modificación de los objetos del mundo, y en este sentido está externamente orientada. El signo, por
el contrario, permite la modificación y el control de la propia conducta, lo que define al signo como
internamente orientada en relación al sujeto21.
Con estos elementos Vigotsky llega a plantear su perspectiva teórica en relación a la pregunta
por el desarrollo cognitivo del ser humano, perspectiva conocida como ley de la doble formación de
las funciones superiores. Así lo plantea Vigotsky: “En el desarrollo cultural del niño, toda función
aparece dos veces: primero, a nivel social, y más tarde, a nivel individual; primero entre personas
(interpsicológicamente), y después, en el interior del propio niño (intrapsicológicamente). Todas
las funciones superiores se originan como relaciones entre seres humanos”.22 La clave de esta
transformación radica en el proceso de internalización, que consiste en la reconstrucción interna de
una operación originalmente externa.
Vemos así que Vigotsky plantea un nuevo esquema analítico al proponer hablar del análisis
del proceso y no del resultado (diferenciándose así de teorías como la gestáltica).
Siguiendo un método genético experimental, se aboca al estudio de los medios y métodos
que organizan la conducta, a través de la creación y uso de estímulos artificiales (instrumentos):
introducir un estímulo nuevo significativo para el sujeto.

El psicólogo norteamericano Jerome Bruner (1915-2016) será quien retome los aportes de
Piaget y Vigotsky para darle un vuelco a la teoría cognitiva hacia una perspectiva constructivista.

20
El concepto de herramienta es tomado por Vigotsky en el sentido marxista del término: en tanto instrumento mediador
que permite la transformación de la naturaleza.
21
Vigotsky, L.: “El desarrollo de los procesos psicológicos superiores”. Barcelona, Crítica, 2000. Pág 90 y 91.
22
Ibid. Pág.: 94.
5.2. Objeto de estudio y conceptos fundamentales.

Para Bruner, las funciones cognitivas (lenguaje, pensamiento, atención, etc.) resultaban de la
co-construcción entre el niño y el adulto de los sistemas semiológicos. En este sentido, el desarrollo
cognitivo es inseparable de la cultura a la que el sujeto pertenece. Los conceptos de acción (Piaget)
e interacción (Vigotsky) dan cuenta de cómo el sujeto construye su mundo de significados. Durante
su desarrollo, el niño irá recibiendo e incorporando aquellos significados provenientes de los otros
en relación a su propia conducta. En este sentido, el sujeto ya no es visto como procesador de una
información innata ni tampoco como indiferente respecto al significado de dicha información.
De este planteo se desprende uno de los conceptos fundamentales de su propuesta: el
formato. Un formato implica que el significado de un comportamiento está determinado por la
presencia de un otro en la comunicación y los intercambios cotidianos con este. El juego del niño ha
sido uno de los formatos paradigmáticos estudiados por Bruner.
La importancia dada al lenguaje y al significado en la formación y funcionamiento de los
procesos psicológicos derivó en que algunos psicólogos cognitivos se abocaran al estudio de la
narrativa, en tanto modo de circulación de significados culturales y como modo de construcción de
la realidad.

5.3. Método de estudio.

Siguiendo el programa metodológico cognitivista, el constructivismo basó sus


investigaciones en un método experimental consistente en la observación, principalmente de
situaciones de interacción creadas para tal efecto. Un modelo paradigmático resulta la observación
de las acciones del niño en interacción con su madre. De allí ha surgido el mencionado concepto de
formato, por ejemplo.

El constructivismo como paradigma.

Presentar la perspectiva constructivista como paradigma responde a la consideración de la


profunda y amplia influencia que ha tenido en distintos ámbitos del saber: filosófico, científico y
cultural. En lo que respecta a la psicología, si bien es una corriente dentro de la psicología cognitiva,
la perspectiva constructivista nos muestra un sujeto muy diferente al mero procesador de
información; nos muestra un sujeto activo, constructor de sus propios significados, de su propia
realidad, en permanente interacción con el otro y la cultura. Esta perspectiva ha dado lugar a
reformulaciones en el campo tanto de la epistemología como de la psicología clínica. Respecto a la
primera, el observador ya no será pensado como lugar de objetividad, sino que hasta en las
disciplinas más duras, ligadas a las ciencias naturales por ejemplo, el componente subjetivo del
observador será ineludible. Autores como Paul Watzlawik han llevado este enfoque constructivista
hasta una versión radical23. En esta línea, Ernst von Glasersfeld ha dicho: “Sea lo que fuere que
entendemos por conocimiento, ya no puede ser más la imagen o la representación de un mundo
independiente del hombre que hace la experiencia”. Y citando a H. Foerster agrega: “La objetividad
es la ilusión de que las observaciones pueden hacerse sin un observador”.24 Respecto a la segunda,
el campo de la psicología clínica, el constructivismo y la Teoría General de los Sistemas dieron lugar
al surgimiento de una propuesta centrada en la comunicación e interacción de los sujetos: la terapia
sistémica.
Concluimos así un recorrido que abarca no solo autores, escuelas, lugares y tiempos diversos;
sino también teorías enfrentadas y perspectivas que retoman y profundizan a sus predecesores;
visiones del mundo y del sujeto que van desde una exigencia de objetividad hasta la aceptación de
que es posible una ciencia que incluya al observador en tanto sujeto; como articula M. Foucault, una
historia que abarca tanto el prejuicio de la naturaleza como el descubrimiento del sentido.

23
“Por construcción de la realidad hay que entender la totalidad de los modelos de pensamiento, sentimiento y
conducta que cada uno ha construido a lo largo de su vida”. Watzlawick, P.: “La realidad inventada”. Gedisa, 1981.
24
Glasersfeld, E. von.: “Despedida de la objetividad”. En: El ojo del observador. Contribuciones al constructivismo.
Barcelona, Gedisa, 1991. Pág.: 19.

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