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Balutet Iberoamericana2001 2006

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Review

Reviewed Work(s): El deseo, enorme cicatriz luminosa. Ensayos sobre homosexualidades


latinoamericanas. (Ensayos críticos) by Daniel Balderston: "Erotismo femenino en la
literatura hispanoamericana" (Dossier), Cuadernos Hispanoamericanos 659 (mayo de 2005)
by Reina Roffé
Review by: Nicolás Balutet
Source: Iberoamericana (2001-) , Marzo de 2006, Nueva época, Año 6, No. 21 (Marzo de
2006), pp. 250-253
Published by: Iberoamericana Editorial Vervuert

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/41675975

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250 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

Daniel Balderston: El deseo, enorme se han mostrado opuestos a esta denomi-


cicatriz luminosa. Ensayos sobre homo-nación alegando que "si clasifican a
sexualidades latinoamericanas. Rosario: Proust entre los gay writers, están insul-
Beatriz Viterbo (Ensayos críticos) 2004.
tando a la literatura. El arte existe para re-
188 páginas. unir a los hombres, para que nuestro
mundo pueda ser habitable, para iluminar
Reina Roffé (coord.): "Erotismo feme- la existencia. Es un espacio de amistad y
nino en la literatura hispanoamericana" no de identidades cerradas. Si, bajo el
(Dossier), Cuadernos Hispanoamerica- amparo de un indispensable reconoci-
nos 659 (mayo de 2005). Ca. 60 páginas. miento, se somete la literatura a la mente
de gueto, ésta se vuelve espantosa". Estas
"¿Se puede, en rigor, hablar de escri- pocas líneas resumen bastante bien lo que
tura erótica específicamente femenina?" está en juego en torno a la cuestión de la
(Dossier, p. 12) se pregunta la escritora ar- literatura homosexual. A primera vista,
gentina Cristina Piña en su artículo titulado parece reductor e insensato que se quiera
"Mav'ra Montero y los topoi de la erótica asimilar y reducir el alcance de la obra
masculina revisitados por una mujer" (pp. literaria de ciertos escritores a sus prefe-
7-15). Esta pregunta no es anodina ya que rencias sexuales. Sin embargo, la cuestión
pone de relieve la cuestión de la ars poeti- es más amplia que lo que dejan entender
ca propia de "categorías" de escritores las palabras del filósofo galo. No se trata
fuera del canon, relegados hasta una actua- solamente de designar como "literatura
lidad reciente -y aún hoy en día a veces- a homosexual" aquélla que está escrita por
ese "silencio" académico tan bien descrito autores homosexuales o las obras que pre-
sentan la homosexualidad del héroe o de
por Daniel Balderston en "El pudor de la
historia" (pp. 17-34) a propósito del tema los personajes principales; se trata de ver
de la homosexualidad. De la escritura más bien si existe una estética propiamen-
femenina -aquí en el caso del erotismo, te homosexual, una ars homoerotica.
otro tabú literario- a la de los homosexua- Ese mismo debate ya tuvo lugar hace
les, poca diferencia en el sentido en que,unos años en torno a la cuestión de la lite-
para retomar las palabras del catedráticoratura escrita por mujeres, como decíamos
de la Universidad de Iowa, "los historiado-antes, o por escritores negros. ¿Pueden
res de la literatura emplean diversas estra-constituir una estética la raza, el sexo o en
tegias para eludir estos asuntos. Sus argu- nuestro caso la sexualidad? Para algunos,
mentos y, sobre todo, sus silencios ponen estos aspectos no constituyen sino meros
de manifiesto cómo los prejuicios forjanelementos temáticos, lo que supone que
los cánones literarios" (p. 27). no existe una visión del mundo y una poé-
Muchos han negado en efecto la exis- tica propia de las mujeres, de los negros y
O
tencia, por ejemplo, de la "literatura homo-de los homosexuales. Sin embargo, ¿que-
O
O
<N
sexual" como categoría literaria. Algunosda cierto que el ser mujer, negro u homo-
como el filósofo francés Alain Finkielkrauťsexual no tiene ninguna repercusión sobre
rN
la materia literaria de una obra? Por otra
>
Q
C
parte, los que rechazan la "literatura
S homosexual" como categoría literaria
S 1 En una entrevista con Frédéric Martel, recogi-
¿podrían explicar la legitimidad de la lite-
da en: F. M.: Le rose et le moir. Les homose-
ratura de juventud, de la literatura pastoril
<3
g xuels en France depuis 1968. Paris: Seuil
$ 1996, p. 17. o de la literatura... española? Como lo de-

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Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 25 1

muestran estos ejemplos, la do hace, siente, expresa,


existencia de pero no al amado
en sí" (pp. 53siem-
las categorías literarias no descansa s.).
pre en unos criterios estéticos Al lado del silencio,
sino que la producción
éstos se revelan más bien homotextual
heterogéneos. más reciente, según Bal-
Analizar ciertas obras literarias desde el
derston, llama la atención sobre la relación
existente entre la "liberación sexual en
prisma de la literatura homosexual o de la
literatura escrita por mujeres y autores general y la liberación gay en específico" y
negros, puede permitir la escritura de unael "anhelado cambio social" (p. 105).
Defender la homosexualidad es defender
historia que queda precisamente por escri-
en efecto a todos los excluidos. Se nota
bir a través de sus orígenes, sus represen-
tantes, sus fundadores, sus pioneros, etc. perfectamente
y en El beso de la mujer ara-
las perspectivas de futuro que se abren ña de Puig o en la novela corta El fiord del
ante ella. argentino Osvaldo Lamborghini, que inte-
¿Cuáles son pues las características degran este trasfondo histórico propio de los
años sesenta. De liberación se trata tam-
la ars poetica tanto de los homosexuales
bién en las obras eróticas femeninas pero,
como de las mujeres que escriben libros
esta vez, las escritoras subvierten el orden
eróticos? Lo primero que podríamos decir
es que las mujeres y los homosexuales social establecido, adjudicándose el papel
conocen bien el silencio académico que tradicionalmente atribuido al varón como
comentábamos antes, hasta integrarlo enlo explicita la Cristina Peri Rossi en la
una verdadera "poética del silencio" de entrevista
la que dio a Reina Roffé, coordi-
que nos habla la escritora argentina Noe-nadora del dossier (pp. 47-61). La novela
mi Ulla en "Erotismo y silencio en poetasPúrpura profunda de la cubana Mayra
argentinas y uruguayas" (Dossier, pp. 39-Montero, de la que nos propone un análisis
46) y que atraviesa gran parte de la pro-Cristina Piña en el mismo dossier, es así un
ducción homotextual latinoamericana. "divertido guiño al connaisseur de narrati-
Balderston, en su libro, nos ofrece ejem-va eròtica" (p. 13) porque integra todos los
topoi de la erótica masculina. Sin embar-
plos de ello con el análisis de uno de los
textos fundadores de las letras hispanoa-go, al mismo tiempo, "debajo de su as-
mericanas en torno al tema homosexual,
pecto de obediente estilización, la novela
demuestra ser una astuta "perversión" de
la novela La pasión y muerte del cura
la tradición" (p. 13). Alude a la homose-
Deusto del chileno Augusto D'Halmar,
xualidad masculina, al sadomasoquismo,
del cuento "El hombre que parecía un
apunta a los arquetipos machistas de vio-
caballo" del escritor guatemalteco Rafael
Arévalo Martínez y de la producción de lencia viril, ridiculiza el donjuanismo, etc.,
los poetas mexicanos del grupo de los cuantos puntos que están presentes tam-
bién en otras autoras. Atentando contra la
Contemporáneos. En estos escritos se rei-
tradición, las escritoras logran recuperar el
tera la palabra "secreto", se emplean VO
O
metáforas más o menos descifrables, el
cuerpo y el deseo femeninos. Ahora bien, O
<N

ser amado permanece sin identificar gra- el deseo es cosa esencial en la literatura
(N

erótica femenina o en la literatura homo-


cias, en parte, a la falta de señales grama- >
sexual como lo manifiesta la segunda es-
ticales de género. El poeta mexicano <3
C

trofa del poema "Nocturno de los ángeles"


Xavier Villaurrutia, por ejemplo, se refie- S
s
de Villaurrutia, que sirve de epígrafe al
re así a "partes del cuerpo (algunas grama- 5
a

ticalmente masculinas, otras femeninas),libro


a de Balderston y le ofrece parte de su 1
título: "Si cada uno dijera en un momento
emociones y actos, en fin, a lo que el ama- s

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252 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

viejos,
dado, / en sólo una palabra, louna
que"carnal fisicidaď
piensa, / que, según
las cinco letras del DESEO formarían una Cristina Peri Rossi, casi no existía antes
enorme cicatriz luminosa [...]" en la literatura latinoamericana en general
Escribir el deseo, este singular quey explicaría la escasa producción erótica
en las letras hispanoamericanas (Dossier,
designa en realidad la multiplicidad de los
deseos, puestos de relieve además por p.
la 48).
pluralización de la palabra "homosexuali- Si la literatura homosexual y la litera-
dad" en el subtítulo del libro de Balder- tura erótica femenina comparten puntos
comunes y sus historias respectivas que-
ston, tal es en efecto otro aspecto de la ars
poetica de los textos analizados. Decir danlo por escribir, la historia de ésta es más
que uno siente y es, sólo se logra tomandoreciente que la de aquélla. Cristina Piña
la palabra. Poco importa que su deseo afirma así que las escritoras "hicieron su
"desembarco" oficial en la literatura eró-
aparezca violento como en la obra de Dia-
tica" hace poco (Dossier, p. 7) porque
mela Eltit o adopte la forma de una rela-
ción de clase social como lo muestra carecían "de una auténtica tradición mas-
Daniel Baldeston en su análisis de la obra culina en su propia lengua dentro de la
cual insertarse o a la cual oponerse" (p.
del colombiano Fernando Vallejo, autor de
La virgen de los sicarios , y del chileno 11). La crítica explica esta situación por
Mauricio Wacquez. El deseo homoerótico "la presencia de la Inquisición en España
se manifiesta según modalidades muy di-[que] prácticamente anuló toda produc-
ferentes: relaciones con adolescentes, vo-ción erótica en lengua castellana hasta
yeurismo, el deseo a hombres varoniles y fecha tan tardía como 1870, momento en
machistas, algo primitivos, relaciones que se escribe Travesuras de amor , prime-
sodomasoquistas, etc. A esta multiplicidad
ra novela pornográfica española. Para col-
de deseos corresponde una multiplicidad mo de males, su tardía irrupción se vio
de ser y sentirse homosexual. No sólo coartada por la instauración, en el siglo
encontramos a personajes homosexuales XX, de regímenes totalitarios tanto en
hipermasculinos que desean, en un intentoEspaña como en América Latina" (p. 11).
homófobo, que desaparezca lo que podría En cuanto a la literatura homosexual, si
traicionarlos ante los ojos de la sociedad,
parte de la crítica considera que el tema de
la homosexualidad en la literatura latinoa-
sino también personajes que se identifican
con lo femenino. Estos últimos personajesmericana aparece ya desde el siglo xvn en
introducen uno de los puntos más impor- algunos poemas ambiguos de Sor Juana
tantes de la estética homosexual, es decir,
Inés de la Cruz, que la monja mandó a su
la deconstrucción del concepto de género.protectora, la Marquesa de la Laguna, es
La figura del travestí materializa para
en Brasil al final del siglo xix donde se
muchos autores esta androginia o hibridezhace más evidente: Adolfo Caminha publi-
VO
que desvía las codificaciones precisas cay en 1 895 O Touro Negro , mientras Casa
O
O simboliza así una verdadera libertad. La de pensão (1 890) de Aluísio Azevedo con-
(N

<N
obra de la poeta transexual Esdras Parra tiene las primeras escenas de seducción y
>
plantea por su parte la necesidad del actos
in- sexuales lésbicos. Después de estas
a conformismo pero subraya al mismo tiem- innovaciones finiseculares, hay que espe-
c

.8 po las dificultades y la insatisfacción derar


su casi treinta años para que vuelva a apa-
S existencia. En las obras eróticas femeni- recer la temática homosexual en las letras
s
latinoamericanas. Después de Brasil,
a
g nas, el deseo se traduce sobre todo por la
¡3 transcripción de los cuerpos, jóvenesCuba o se ilustra por la publicación, respec-

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Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 253

tivamente en 1923 y 1938, muestra


de El asimismo
ángel el
devigor de la escritura
erótica femenina
Sodoma de Alfonso Hernández Catáenyla América Latina,
aludiendoMontene-
Hombres sin mujer de Carlos a no menos de treinta escrito-
ras: Alejandra
gro. Otros treinta años serán necesarios Pizarnik, Susana Torres
Molina, Alicia Steimberg, Tununa Merca-
antes de que el tema de la homosexualidad
reaparezca en la literatura do, Irene González Frei, Mayra Montero,
latinoamericana
Griselda
para asentarse de manera duradera, Gambaro, Silvia Molloy, Liliana
ya que
esta época es la de los grandes Díaz Mindurry,
cambios Laura Restrepo, Lina
culturales e ideológicos. Los María Pérez,
años Freda Mosquera, Helena
sesenta
y setenta se ven marcados por Araújo,
la Elisa Mújica, Alexandra Samper,
magistral
obra Paradiso (1966) del cubano José Marvel Moreno, Juana de Ibarbourou,
Lezama Lima y, poco después, por las Concepción Bertone, Silvia Baron Super-
novelas de Manuel Puig y Reinaldo Are- vielle, Claudia Schvartz, Rosa Cedrón,
nas, que introducen el tema de la homose- Alejandra Correa, Lila Zemborain, Sulei-
xualidad en la historia colectiva. En los ka Ibáñez, Bárbara Belloc, Marisa Di
años ochenta y noventa aparece, como en Giorgio, Cristina Peri Rossi y María del
Europa y en América del Norte, el tema Carmen Colombo. Las obras de todos
estos escritores muestran cuán imposible
del SIDA, en particular a través de la obra
del chileno Pedro Lemebel. Hoy, la nueva y ridículo es desestimar o controlar ahora
generación de jóvenes escritores hispano-(como en el caso de los chilenos José
Donoso y Gabriela Mistral) unas lecturas
americanos se enfrenta a otras problemáti-
cas con naturalidad, con menos complejos que se apartan de la tradición.
y secretos que las generaciones anteriores,
pero cae a veces, desgraciadamente, en las Nicolás Balutet
redes mercantiles de algunas editoriales
que procuran explotar, como nota Bal-
derston, el "lado escandaloso" de algunos
John Beverley: Testimonio. On the Poli-
escritos "para promocionar su venta" (pp.
tics of Truth. Minneapolis/London: Uni-
139 s.). Balderston toma el ejemplo de los
poemarios A la sombra de los muchachos versity of Minnesota Press 2004. IX,
en flor del cubano Nelson Simón y Aquí páginas.
121
no hay poesía del peruano Jaime Bayly.
El deseo, enorme cicatriz luminosa En el año de 1989, John Beverley
presenta esta evolución de la historia de lapublicó, en el n° 35 de la revista Modern
literatura homosexual a través del recorri- Fiction Studies, un ensayo sobre el testi-
do por sus grandes nombres en una mues-monio titulado "The Margin at the Center:
tra muy variada. Cita en efecto, además de On Testimonio", que tendría gran reper-
los ya evocados, a José González Castillo,cusión en el ámbito de los estudios litera- v©

Virgilio Piñera, Salvador Novo, Josérios y culturales latinoamericanos. En él,


O
0
w

Donoso, José Bianco, Antón Arrufat, Luis Beverley propuso una definición del testi- <N

Zapata, Manuel Ramos Otero, Néstor Per- monio como forma literaria emergente, >
longher, Darcy Penteado, Joao Silvérioproducto y expresión a la vez de las luchas «
C

Trevisan, Norge Espinosa, José Félix sociales de los años sesenta, setenta y 1
León, Juan Carlos Valls, Damaris Calde- ochenta; definición que, con el transcurso E5
Q

rón, Félix Lizárraga y muchos otros. El de los años, tomaría un carácter canónico g
dossier coordinado por Reina Roffé de- dentro del discurso sobre el testimonio, y

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