13 Altiplano Cap 8d
13 Altiplano Cap 8d
13 Altiplano Cap 8d
La distribución de estas especies a nivel paisajístico parece tener relación con determinadas caracte-
rísticas del lugar de nidificación como la altitud o el grado de humanización (Martínez y Calvo, 2006). El
águila real (Aquila chrysaetos) y el buitre leonado suelen ocupar los roquedos de los núcleos montañosos
de mayor altitud, mientras que el águila-azor perdicera y el halcón peregrino ocupan los roquedos de áreas
periféricas, de menor altitud y sometidos generalmente a una mayor presión humana (Sánchez-Zapata,
1999). El ámbito de estudio es, en lo sustancial, un área deprimida con respecto a las elevaciones que la
circundan, lo que hace de ella el lugar de alimentación de las rapaces rupícolas que se reproducen en los
cantiles y cortados rocosos de las sierras colindantes, así como en los badlands y cárcavas presentes en el
interior.
En el contexto ornitológico, este territorio destaca por su comunidad de rapaces rupícolas, especialmente
por el número de parejas reproductoras de águila-azor perdicera, águila real y halcón peregrino.
La población de águila-azor perdicera andaluza suma un tercio de la población europea (Balbotín et al.,
2003) contando con 325 parejas reproductoras (Gil-Sánchez et al., 2005) y la cordillera Bética mantiene
actualmente el principal núcleo ibérico (Garza y Arroyo, 1996). En el caso del águila real, las béticas cuen-
tan con más del 50% de la población andaluza, al menos 150 parejas, y la provincia de Granada con una de
las poblaciones más abundantes de Andalucía y, por tanto, de la Península Ibérica (Arroyo et al.,1990; Gil-
Sánchez et al., 2000a). Por último, añadir que esta cordillera sostiene aproximadamente el 85% de las parejas
reproductoras de halcón peregrino de Andalucía, siendo una de las regiones europeas más importantes para
este falcónido (Gainzarain et al., 2002).
Todo esto permite que el águila azor perdicera, águila real y halcón peregrino presenten zonas con den-
sidad relevante dentro del ámbito de estudio. Incluso algunos trabajos realizados en la provincia granadina
afirman que se encuentra en buena medida saturada, tanto para el águila azor perdicera como para la real
(Gil-Sánchez et al., 2000a).
CATEGORÍA TAxON
388
Comunidades bióticas y biodiversidad
Dos especies son consideradas por el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía como extintas a nivel
regional, el águila pescadora y el quebrantahuesos. Ambas disfrutan por parte de la Consejería de Medio
Ambiente de sendos programas de reintroducción.
Quebrantahuesos
El quebrantahuesos se distribuye actualmente a lo largo de regiones montañosas de Eurasia y África (Cramp and
Simmons, 1980; Del Hoyo et al., 1994). En España a lo largo del siglo XX la especie se extinguió en los principales
macizos montañosos: cordillera Cantábrica, sistema Ibérico, sistema Central, Sierra Morena y sistemas Bético y
Penibético (Hiraldo et al., 1979; Heredia y Heredia, 1991), siguiendo la tendencia general de la población europea.
Actualmente la última población se localiza en la cordillera pirenaica, en toda su extensión. Existe sólo un núcleo
extrapirenaico en los montes vascos, formado por unos pocos individuos territoriales que todavía no han llegado a
reproducirse con éxito. La población pirenaica es la mayor de Europa, con un centenar de parejas (Antor et al., 2004)
El quebrantahuesos estaba ampliamente distribuido en toda Andalucía a finales del siglo XIX y nidifi-
caba en la mayoría de las sierras andaluzas, siendo Sierra Nevada, Sierra de Cazorla y Segura, y la Serranía
de Ronda y su entorno donde presentaba un mayor número de ejemplares. La última pareja reproductora
andaluza se encontraba en 1983 en el Parque Natural Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas, y en 1987 dejó
de verse allí el último individuo territorial conocido.
Trabajos en el Centro de Cría Guadalentín (izqda.) y uno de los quebrantahuesos liberados en el marco
del programa de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía (dcha). FG
El Programa de Reintroducción del Quebrantahuesos en Andalucía tiene como objetivo fundamental re-
cuperar en la región una población permanente de la especie con garantías suficientes de viabilidad genética
y demográfica a largo plazo, contribuyendo con ello a la conservación de la especie en Europa. Entre los años
2006-09 se han liberado 14 ejemplares nacidos en cautividad. El lugar de suelta de estos quebrantahuesos está
en el cercano P.N. de Cazorla, Segura y Las Villas, y durante este tiempo los animales en sus desplazamientos
han sobrevolado el Altiplano en multitud de ocasiones (M.A. Simón com. pers.).
389
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Alimoche común
Este buitre de distribución Euroasiática, ocupa el área circunmediterránea, Oriente Medio, centro de Asia e
India, además del sur del Sahara y las áreas secas de África del este y del sur. En España se distribuye de forma
irregular por buena parte de su territorio, si bien mantiene la mayor población de todo el Paleártico occidental
y, probablemente, una de las más importantes del mundo, dado que la especie se encuentra en declive generali-
zado y/o extinta en buena parte de su antigua área de distribución (Donázar, 2003; 2004). La tendencia general
de la población española en los últimos 20 años ha sido de claro declive, habiéndose extinguido de provincias
como Almería, Huelva, Murcia, Albacete, Madrid, Ávila y Orense. En el año 2000 se realizó un censo nacional
que cifró la población española entre 1.320 y 1.475 pp. para la Península y archipiélagos (Del Moral, 2002).
En Andalucía está ausente como reproductor de las provincias de Huelva y Almería, siendo muy escaso en
Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga, algo menos en Jaén y relativamente abundante en Cádiz. En la región,
por tanto, ocupa fundamentalmente el extremo sur y la parte más oriental de los sistemas béticos, además
de unas pocas parejas asentadas en Sierra Morena. Según
el censo realizado entre 1987 y 1988, la población andaluza
constaba de 81 parejas seguras y 9 posibles, mientras que en
el 2000 la población se había reducido a 47 parejas seguras y
9 probables, lo que ha supuesto un descenso en torno al 40%
en 12 años (Franco y Rodríguez, 2001).
TaxonES VuLnERaBLES
En Andalucía tres especies se encuentran en esta categoría, el águila-azor perdicera, el águila real y el hal-
cón peregrino. Aunque en Andalucía consten en la misma categoría, existe una clara diferencia entre los
estatus regional, estatal, europeo y global de estas tres especies. Por un lado, se encuentra la perdicera, que en
Andalucía mantiene aún una buena población, pero su situación no es tan favorable a nivel estatal y europeo
encontrándose “en peligro de extinción”. Por el contrario, las otras dos especies tienen un estatus de mayor
amenaza en Andalucía que en los otros dos ámbitos (estatal y europeo), donde no se consideran amenazadas.
390
Comunidades bióticas y biodiversidad
Águila-azor perdicera
En el Altiplano, la perdicera selecciona las zonas más térmicas ocupando fundamentalmente la hoya de
Guadix y la depresión del Guadiana Menor. En la hoya de Guadix nidifican cuatro parejas y en el sureste de Jaén
otras seis, además de otras tres que solapan parcialmente su territorio con el del Altiplano. En los pasillos hacia
Almería también se produce solapamiento con territorios de esta rapaz, que anida en las sierras circundantes.
Águila real
391
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
392
Comunidades bióticas y biodiversidad
393
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
distribución, ocupando los principales sistemas montañosos y alcanzando una población reproductora de
1.277–1.294 parejas (Arroyo, 2003).
En Andalucía está presente en todas las provincias andaluzas aunque se concentra en Sierra Morena, sus
estribaciones (139-148 pp.) y las cordilleras béticas (151-155 pp.), sumando un total de 290 –303 pp. para toda
la región (Bautista et al., 2006). Los últimos censos realizados en 2006 por la Consejería de Medio Ambiente
apuntan a una cifra ligeramente superior (García, com. pers.). La densidad de esta especie en la cordillera
Bética se ha estimado en 0,43 pp. /100 km2 (Arroyo et al., 1990). En la provincia de Granada el estudio de
Moleón et al., (2002) expone que la productividad y la tasa de vuelo se sitúa entre las cifras más altas de la
Península Ibérica, y que a su vez son mayores que las del resto de Europa, aunque similares a las de la cordi-
llera Bética (Arroyo et al., 1990).
En el ámbito de estudio se localizan 12 parejas con nidificación dentro de los límites y otras 11 en un
entorno próximo (menos de un kilómetro). Por tanto, tendrían la totalidad o parte de su área de campeo y
alimentación en el Altiplano hasta 23 parejas de águila real. Destacar que la mayoría de las parejas se lo-
calizan desde el entorno de Fonelas, hacia la depresión del Guadiana Menor, con 11 parejas reproductoras.
Halcón peregrino
394
Comunidades bióticas y biodiversidad
sobre terrenos calizos (Zuberogoitia, 1997) y alcanzando valores mínimos en el extremo occidental andaluz
(Gainzarain et al., 2002).
Los datos existentes para el Altiplano son un tanto heterogéneos; la parte giennense presenta una
buena actualización, y arroja la cifra de cuatro parejas, todas ellas en monte público, y otras dos más justo
en los bordes del ámbito de estudio, una en Mágina y la otra en el P. N. de Cazorla, Segura y Las Villas.
En la provincia de Granada los datos parecen incompletos (Gil-Sánchez com. pers.), pero al menos tres
parejas se reproducen en la hoya de Guadix-Baza; y, ya fuera del ámbito, dos más lo hacen en las sierras
al norte del Altiplano y otra por el contorno de la Sierra de Orce. En la parte almeriense del Altiplano
nidifican cuatro parejas, una al norte de Sierra María y tres al sur. Además, en torno a otras diez parejas
se localizan en el P. N. de Sierra María-Los Vélez, extendiendo sus territorios de campeo, caza y dispersión
por el área de estudio.
TaxonES no aMEnazadoS
Buitre leonado
395
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
como otras sierras contiguas, desde los que se alimentan de forma diaria, de las carroñas generadas por la nume-
rosa cabaña ganadera del norte granadino (apartado 12.2.). Entre los dos núcleos reproductores del Altiplano
se encuentra desde 2004 el único comedero de aves carroñeras de la Red Andaluza en la provincia granadina.
faCToRES dE aMEnaza
En general, una de las principales amenazas que ha sufrido este grupo de aves es la mortalidad por per-
secución directa por parte del hombre, ya que éste las ha entendido tradicionalmente como competidoras.
Además, los nidos de las rapaces de menor tamaño, y en particular de halcón peregrino, han sido puntual-
mente objeto de expolio para su posterior uso en cetrería.
En el caso del águila-azor perdicera su causa primera de declive es de origen demográfico. El incremento de
la mortalidad adulta se ha revelado como una de las causas principales de regresión de las poblaciones ibéricas,
siendo el índice de mortalidad adulta el parámetro con mayor incidencia negativa en la tasa de cambio anual,
y por tanto, con gran relevancia en la evolución demográfica de las poblaciones (Real and Mañosa, 1997).
En la actualidad, a los problemas tradicionales se le han unido otros, consecuencia de nuevas actividades
económicas. Uno de los que está generando mayor amenaza es el incremento de tendidos eléctricos, que en
las dos últimas décadas ha multiplicado por tres el número de muertes que provoca. Otro problema, aparen-
temente con menor importancia, proviene del incremento de actividades recreativas en el medio natural,
que puede generar severas molestias en época de cría.
En último lugar mencionar la situación producida por los brotes de encefalopatía espongiforme bovina, a partir
de la cual quedó prohibido el abandono de reses muertas en el campo, lo cual supuso un descenso en la disponi-
bilidad de alimento para las aves carroñeras. No obstante, muy recientemente la Unión Europea ha previsto la
posibilidad de autorizar nuevamente estas prácticas en determinadas condiciones, normativa que se encuentra
a la espera de transposición a la legislación nacional.
396
Comunidades bióticas y biodiversidad
Además de los grupos anteriores, cabe también hacer mención a la importancia de otras especies de ver-
tebrados como es el caso de algunos anfibios, reptiles, mamíferos e incluso de otras aves, que destacan por su
grado de amenaza, carácter endémico o ambos simultáneamente.
A pesar de no caracterizarse a priori estos ambientes semiáridos por una alta riqueza específica de verte-
brados, lo cierto es que sirven de hábitat a un cuerpo no desdeñable de especies interesantes. Por ejemplo, el
Altiplano mantiene comunidades de reptiles caracterizadas por una alta endemicidad, principalmente ibé-
rica, un elevado número de quirópteros y otras especies amenazadas según el Libro Rojo de los Vertebrados
de Andalucía (Franco y Rodríguez, 2001), las cuales suponen un total de 62 especies.
Tabla 8.39. Listado de otras especies incluidas en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía
*Especies con presencia según años. EN= en peligro; VU= vulnerable; IE = Interés especial; OP= objeto de pesca; OC= objeto de caza
397
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
EN= en peligro; VU= vulnerable; IE = interés especial; OP= objeto de pesca; OC= objeto de caza
*Especies con presencia según años.
398
Comunidades bióticas y biodiversidad
PECES
La mayoría de los sistemas fluviales ibéricos se caracterizan por su variabilidad anual, estando la ictiofauna
epicontinetal ibérica adaptada evolutivamente a estas características (Granado, 2002). Tal adaptación ha
generado que este grupo se caracterice por un alto grado de endemicidad, superior al 55% y que incluso sería
mayor (cercana al 80%) si sólo se tuviesen en cuenta las especies estrictamente continentales (Doadrio, 2002).
Atendiendo al Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía los cauces del Altiplano cuentan con una especie
en peligro, la trucha común (Salmo trutta), cuatro catalogadas en el nivel “vulnerable” (boga del Guadiana,
cacho, calandino y colmilleja) y una en riesgo menor, el barbo gitano (Barbus sclateri). Ninguna de las especies
amenazadas se encuentra incluida en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas y por tanto no cuentan
con protección legal. Además todas son objeto de pesca, con la excepción de la colmilleja y el calandino.
Fuente: Inventario Nacional de Biodiversidad (Ministerio de Medio Ambiente, 2007). 1 Datos cedidos por
la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Granada (año 2007). Junta de Andalucía.
399
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
La trucha común presenta una distribución paleártica, habitando tramos altos de ríos y lagunas de mon-
taña con aguas limpias, bien oxigenadas y con temperatura menor de 20oC (Granado, 2001a). Aún no siendo
una especie típica de medios semiáridos, se localiza de forma puntual en el ámbito de estudio, en cauces de
aguas permanentes en la base de Sierra Nevada, en el río Castril y en el Guardal.
En Andalucía está considerada en peligro en el Libro Rojo (Franco y Rodríguez, 2001). Por ello y ante las
amenazas a las que se encuentra sometida, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía efectúo
un estudio en el que se determinaron diversos parámetros biológicos, entre ellos el genético, con objeto de
conocer el grado de introgresión genética. Actualmente, la especie cuenta en Andalucía con un Programa
de Recuperación, el cual incluye actuaciones de cría en cautividad.
Fuente: Inventario Nacional de Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente, 2007 Leuciscus pyrenaicus Salmo Trutta
De las cuatro especies con categoría vulnerable, la colmilleja es la que se distribuye por un mayor número
de cuencas ibéricas y la que sufre una mayor regresión, habiendo desaparecido de varios ríos de la cuenca
del Guadalquivir (Doadrio, 2002). En el Altiplano ocupa tramos del Guadiana Menor y Castril con poca
corriente y fondos de arena, grava o limo con abundante vegetación acuática (Granado, 2001b), así como un
par de pequeños tramos en la cuenca del Fardes.
400
Comunidades bióticas y biodiversidad
El barbo gitano ocupa diferentes tramos de río, pero no aparece en aguas frías y rápidas o en zonas em-
balsadas. De todas las especies de peces presentes en el Libro Rojo es el que tiene un área de distribución
mayor, estando presente en la mayoría de los cauces de cierta entidad, como el Fardes, Guadiana Menor,
Guadalentín, Castril, Guardal, Galera y Huéscar.
Los datos de localización de estas especies proceden de fuentes distintas, en el caso de la trucha común
corresponden a información inédita de la Consejería de Medio Ambiente y para el resto de especies se ha
utilizado el Inventario Nacional de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente.
anfIBIoS
La presencia de este grupo de vertebrados está limitada, como es lógico, por las condiciones climáticas del
Altiplano, a pesar de lo cual se localizan en su interior un total de ocho especies, que son: salamandra común
(Salamandra salamandra), rana común (Rana perezi), sapo común (Bufo bufo), sapo de espuelas (Pelobates
cultripes), sapo corredor (Bufo calamita), sapillo moteado común (Pelodytes punctatus), sapillo pintojo meri-
dional (Discoglossus jeanneae) y sapo partero bético (Alytes dickhilleni).
Las especies citadas con la excepción de las tres primeras están incluidas en la categoría de interés especial
del Catálogo de Especies Amenazadas de Andalucía. Además, el Altiplano mantiene poblaciones de tres de
las siete especies amenazadas incluidas en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía, siendo dos de ellas
endémicas de las Península Ibérica.
401
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Posiblemente la especie presente con mayor relevancia en el ámbito de estudio sea el sapo partero béti-
co, debido a que se trata de un endemismo bético con distribución circunscrita a la zona bética oriental y
única especie catalogada como vulnerable en Andalucía (Franco y Rodríguez, 2001), ya que en el caso de la
salamandra tan solo lo está la subespecie longirostris. El partero bético se puede encontrar en el Altiplano
en la base de las sierras del Pozo, Castril, Duda, Marmolance, la Encantada, Baza o María. La otra especie
endémica de la Península Ibérica es el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), mejor distribuido
que el anterior en el Altiplano, fundamentalmente por la hoya bastetana.
402
Comunidades bióticas y biodiversidad
REPTILES
De igual forma que en la cuenca Mediterránea, la principal característica de la comunidad de reptiles del
Altiplano es que ostenta el mayor porcentaje de endemicidad de todos los grupos de vertebrados (Cheylan e
Poitevin, 1998), ya que casi la mitad de las especies presentes tiene una distribución bética, ibérica o ibero-
magrebí.
403
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Quince de las dieciocho especies de reptiles conocidas para el ámbito de estudio cuentan con protección
legal, todas ellas en la categoría de interés especial en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Asimismo
cuatro están incluidas en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía; dos en la categoría de vulnerable,
lagartija de Valverde (Algyroides marchi) y víbora hocicuda (Vipera latasti), otra en riesgo menor, la culebra
de collar (Natrix natrix), y la culebra de cogulla occidental (Macroprotodon brevis), con datos insuficientes.
Entre todos ellos destaca por su exclusividad la lagartija de Valverde, especie de origen tirrénico y único
representante del género en la Península Ibérica, aparte de uno de los lacértidos continentales con distribu-
ción geográfica más restringida (Rubio, 2002), puesto que únicamente se localiza en el entorno de las sierras
de Alcaraz, Cazorla, Castril y Segura. En el Altiplano posiblemente sólo se encuentra en la parte norte de la
sierra de Montilla y de la Encantada, asociada a puntos de agua en zonas de umbría.
La víbora hocicuda, aunque no muestra tal exclusividad, tiene una corología típica iberomagrebí. En el
área de estudio se encontraría sobre zonas rocosas con baja presencia humana en la base de las sierras, tales
como Sierra Mágina, Baza, Nevada y las pequeñas serrezuelas al norte de María.
Hay dos especies de reptiles que, aun estando en una categoría de amenaza menor en Andalucía, son
escasas en estos territorios semiáridos. Una de ellas es la culebra de collar, presente de forma muy puntual
La endémica y amenazada lagartija de Valverde aparece de forma muy localizada en el Altiplano. LGC
404
Comunidades bióticas y biodiversidad
405
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
aVES
La clase Aves está conformada por más de 9.900 especies que se agrupan en 25 órdenes de aves vivien-
tes (Hickman et al., 2006). En España se reproducen 337 especies, lo que supone buena parte de todas las
existentes de la cuenca Mediterránea (366 sp.; Covas and Blondel, 1998). En el área de estudio nidifican en
torno a las 130 especies, incluyendo esteparias y rapaces rupícolas que ya han sido tratadas con anterioridad.
Ardeidas
Las ardeidas constituyen una familia de aves zancudas de tamaño medio a grande que habitan zonas hú-
medas, nidificando sobre árboles o entre la vegetación palustre (carrizales y eneales). En el Altiplano podrían
encontrar zonas óptimas-subóptimas en determinados puntos de las colas de embalses y balsas donde exista
la vegetación necesaria.
Colas del embalse del Negratín, un hábitat adecuado para la nidificación de ardeidas en el Altiplano. JLV
406
Comunidades bióticas y biodiversidad
En estos medios el avetorillo común (Ixobrychus minutus) aparece de forma puntual, estando citado como
reproductor probable entre carrizos y eneas de la cola del embalse del Negratín, en el paraje conocido como
Junta de los Ríos. Asimismo, es posible que algunos años llegue a reproducirse en alguna balsa de riego con
vegetación suficiente como sucede en el entorno de Huélago (Fernández-Cardenete com. pers.). En esta zona
del Negratín también es posible que ocasionalmente puedan reproducirse la garza imperial (Ardea prupurea)
y el martinete (Nycticorax nycticorax).
Otras rapaces
Fuente: Inventario Nacional de Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente, 2007. * Especie invernante.
407
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
También es dudosa la nidificación de elanio azul (Elanus caeruleus), considerado vulnerable (Franco y
Rodríguez, 2001), que podría reproducirse en terrenos abiertos con árboles dispersos, como encinares ade-
hesados de la cara norte de la Sierra de Baza, o en la de Sierra Nevada en el pasillo de Fiñana, lugares todos
en los que se han registrado contactos.
Otra especie escasa en Andalucía y en los ambientes esteparios semiáridos es el alcotán europeo (Falco
subbuteo), ave estival que utiliza para la cría pequeños bosques junto a zonas abiertas donde caza. Gil-Sánchez
et al. (1999) la cataloga como vulnerable para la provincia de Granada y estiman un total de doce parejas, de
las que siete se localizarían en la hoya de Guadix y al menos una en la de Baza. Estos autores recomiendan
la realización de un censo específico debido a su delicado estatus.
El autillo europeo (Otus scops) es la única rapaz nocturna considerada como amenazada en el Libro Rojo
de los Vertebrados de Andalucía. Esta nocturna de fenología estival es reproductor común en bosquetes
abiertos, alcanzando las máximas densidades en zonas agrícolas con setos y árboles, sotos fluviales, pueblos
y ciudades (SEO BirdLife, 1999). En ambientes semiáridos las mayores densidades se encuentran en mosaicos
agroforestales y ramblas (Alonso et al., 2003)
408
Comunidades bióticas y biodiversidad
Limícolas
Las limícolas son un conjunto de aves de patas largas que suelen vivir cerca del agua, donde se alimentan
de invertebrados. Junto a gaviotas, charranes y álcidos conforman el orden caradriforme, de escasa repre-
sentación en estos territorios.
Chorlitejo chico. MY
Colúmbidos
Las palomas y tórtolas están representadas en España por siete especies autóctonas, dos de ellas exclusivas
del archipiélago Canario. Las otras cinco se pueden localizar en el Altiplano, destacando la presencia de la
paloma zurita (Columba oenas), considerada en peligro en Andalucía.
409
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
410
Comunidades bióticas y biodiversidad
Caprimúlgidos
Los chotacabras constituyen un peculiar orden de aves, de hábitos nocturnos y plumaje críptico, con una
gran abertura bucal y vibrisas en sus vértices para facilitar la captura de insectos voladores nocturnos.
Coraciformes
Este orden, de origen africano, incluye especies de exuberantes colores y fuertes y prominentes picos. En
el Altiplano se encuentran todos los coraciformes ibéricos, que son el abejaruco común (Merops apiaster), la
abubilla (Upupa epops), el martín pescador (Alcedo atthis) y la carraca europea.
Tabla 8.49. Relación de coraciformes amenazados (excluidos aves esteparias)
Además de la carraca (tratada con anterioridad), la otra especie amenazada es el martín pescador, un ave
escasa en el sureste peninsular (Moreno-Opo, 2003) y que en el Altiplano se limita a los cauces del Guadiana
Menor, Jandulilla, Fardes, Guadalentín y Castril, marcando estos el límite suroriental de su distribución en
la Península Ibérica.
411
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Martín pescador. JM
Piciformes
Dos son las características fundamentales de este orden; una es presentar dos de los dedos dirigidos hacia
delante y dos hacia atrás, y la otra es disponer de un pico muy especializado. El torcecuello (Jynx torquilla) es
el único pícido amenazado presente en el área de estudio, conocido al menos para las choperas y otros bosques
de ribera en tramos medios-altos del río Fardes, cuando dispongan de oquedades aptas para la nidificación.
Paseriformes
Con sus 56 familias y más de 5.900 especies, es el orden más numeroso suponiendo el 60% de todas las
aves (Hickman et al., 2006). Además de las especies de índole esteparia, ya abordadas anteriormente, en el
Altiplano concurren otras ocho especies de paseriformes amenazados.
412
Comunidades bióticas y biodiversidad
El alzacola (Cercotrichas galactotes) junto a la alondra ricotí, anteriormente abordada, son los paseriformes
más amenazados de Andalucía (Franco y Rodríguez, 2001). El alzacola presenta una distribución mediterránea,
limitando su presencia en el Altiplano al término municipal de Abla (Seoane, 2005).
Número de especies
6
5
4
3
2
1
Fuente: Inventario Nacional de Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente, 2007; Seoane, 2005
413
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
414
Comunidades bióticas y biodiversidad
Según Manrique (1993) la población del sureste semiárido ibérico ha registrado un acusado declive en las
últimas décadas y, aunque en algunos puntos puede seguir siendo relativamente abundante, no aparece en
extensas áreas de hábitat potencial.
El roquero rojo (Monticola saxatilis) se encuentra en Andalucía únicamente en sierras a partir de los 1.400
m. Su reproducción no está confirmada en el Altiplano, y de producirse quedaría restringida a las cotas más
altas.
Por último, otros dos paseriformes amenazados presentan una distribución restringida, en este caso asociada
a cauces. Se trata, por un lado, del avión zapador (Riparia riparia) que nidifica en taludes fluviales cercanos a
cursos de agua con materiales blandos (Palomino, 2001) y que tiene una presencia muy local en Andalucía
oriental (Malo de Molina, 2003), siendo las colonias del Altiplano las más orientales de la región. Por otro,
del zarcero pálido (Hippolais pallida), ligado a cauces con vegetación densa de Tamarix sp. y Arundo donax
(Muñoz-Cobo, 2001), caso de algunos tramos del bajo Guadiana Menor o la zona de la Junta de los Ríos.
MaMífERoS
Las depresiones de Guadix-Baza-Huéscar y sus sierras circundantes constituyen una de las áreas sobre
las que se tiene un mayor conocimiento de la fauna de vertebrados (Casinello, 1989; Pleguezuelos, 1992;
Fernández-Cardenete et al., 2000), y de forma particular sobre su comunidad de mamíferos (Garrido, 1992;
Gil-Sánchez et al., 2001; Garrido y Nogueras, 2002-2003).
La profundidad de los estudios realizados (Mitchell-Jones et al., 1999), sobre todo en quirópteros, así como
la gran variedad de ecosistemas presentes y el relativo mantenimiento de sistemas tradicionales de explota-
ción capaces de mantener una alta biodiversidad (Garrido y Nogueras 2002-2003), facilita que en el ámbito
de estudio se localicen el 75% de los mamíferos terrestres de Andalucía. Según Garrido y Nogueras (2002-
2003) la cuadrícula UTM 50x50 30SVG4, con 46 especies, muestra la riqueza de mamíferos más elevada de
la región Mediterránea ibérica, exceptuando las zonas limítrofes con la región eurosiberiana, en las que se
mezclan elementos faunísticos de ambas (Mitchell-Jones et al., 1999). Asimismo, estos autores encuentran
que la cuadrícula UTM 10x10 VG82 (90% de inclusión en el Altiplano) alberga la comunidad de mamíferos
más rica (35 especies).
Aunque existe predominancia de especies generalistas como el zorro (Vulpes vulpes), jabalí (Sus scofra),
tejón (Meles meles), erizo común (Erinaceus occidentalis), y otras, en el Altiplano se dan cita cinco mamíferos
endémicos ibéricos, tres de ellos bien distribuidos a lo largo de la Península: cabra montés (Capra pyrenaica
hispanica), topo ibérico (Talpa occidentalis) y liebre ibérica (Lepus capensis), y otros dos no tan ampliamente
como el topillo de Cabrera (Microtus cabrerae) y el murciélago ratonero gris (Myotis nattereri).
Este último muestra una situación particular, ya que recientemente se han descrito, tras realizar análisis
tanto genéticos como anatómicos, tres especies a partir de Myotis nattereri. De éstas Myotis escalerae es la
que estaría presente en el sur peninsular y norte de África (Ibáñez et al., 2006).
415
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Soricomorfos (insectívoros)
El musgaño de Cabrera (Neomys anomalus) es una especie ligada a medios acuáticos y encharcados, ricos
en invertebrados. En el área de estudio ha sido citada tan solo en dos ocasiones, una en la vega de Guadix
y otra en el río Fardes (Garrido y Nogueras, 2002-2003), pero también puede estar presente en tramos con
hábitat óptimo del río Castril.
416
Comunidades bióticas y biodiversidad
El topo ibérico es endémico de la Península Ibérica, donde ocupa suelos aptos para ser excavados y abun-
dancia de presas, desde el nivel del mar a los 2.800 m en Sierra Nevada. Las poblaciones del área de estudio
son las más orientales de Andalucía, y posiblemente sufran una fragmentación aún más acusada que la de
por sí ya preocupante para el conjunto del territorio andaluz.
Murciélagos
De forma general el ámbito de estudio parece ser una zona relativamente discreta en poblaciones de
quirópteros, en parte quizá debido a sesgos en la información disponible. Ello se debe a que los murciélagos
de la zona central del Altiplano encuentran unas condiciones ecológicas desfavorables, consecuencia del
carácter semiárido de estos territorios. En general, las especies con hábitos trogloditas son más caracterís-
ticos de zonas forestales (Horacek et al., 2000). Las barreras geográficas, fundamentalmente el estrecho de
Gibraltar, propiciaron que en la segunda mitad del Holoceno, en plena expansión de los medios semiáridos,
las especies de familias más típicamente desertícolas del Magreb, tales como Hipposideridae, Emballonuridae
o Rhinopomatidae, no se instalasen en el sureste peninsular (Aulagnier et Thevenot, 1986; Kowalski and
Rzebik-Kowalska, 1991; Horacek et al., 2000).
417
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
No obstante, los murciélagos suponen más de un tercio de los mamíferos del ámbito de estudio. Tal riqueza,
que en principio podría sorprender para una zona semiárida, posiblemente esté favorecida por la presencia
de superficies forestales en el entorno del Altiplano, aunque mayoritariamente se trata de especies caverní-
colas que se reproducen y alimentan en zonas abiertas o de borde forestal-abierto. Además, de las 17 especies
presentes 12 están incluidas en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía.
El quiróptero más relevante de los presentes en el Altiplano es el murciélago ratonero patudo (Myotis
capaccinii), especie en peligro crítico en Andalucía (Franco y Rodríguez, 2001) y que se distribuye por los
países mediterráneos ubicando sus refugios cerca de ecosistemas acuáticos (cursos de agua, pantanos, etc.)
donde tiene sus zonas de caza. Se trata de un troglodita estricto, y termófilo, aunque recientemente se han
encontrado colonias en Andalucía oriental a 1200 m s.n.m. (Almenar et al., 2002). En la zona de estudio,
al igual que en el conjunto de Andalucía, es escaso, conociéndose sólo dos refugios ocupados por colonias,
ambas cerca de embalses (La Bolera y Pedro Abellán). Una de ellas se sitúa en La Peza, y sólo es empleada
como lugar de descanso en los movimientos entre áreas de cría e invernada. La otra está ubicada en Pozo
Alcón y es utilizada por al menos 800 hembras reproductoras, lo que se estima en torno al 32% de la pobla-
ción andaluza (Garrido, 2007).
Otro vespertiliónido interesante es el murciélago ratonero gris, a partir del cual se han descrito varias
criptoespecies gemelas y alopátricas mediante estudios filogeográficos (Ibáñez et al., 2006). Parece que en la
Península habría dos especies, una al norte del Ebro (aún no formalmente descrita) y otra que ocuparía el
resto del territorio peninsular y por tanto se trataría de un endemismo ibérico. Éste es Myotis escalerae, des-
crito en 1904 por Cabrera, que aún no ha sido considerado válido pero para el que en cualquier caso existiría
418
Comunidades bióticas y biodiversidad
desconocimiento sobre el estado poblacional y categoría de amenaza en que podría encontrarse la especie
a nivel andaluz.
También es digno de mención el descenso poblacional que está sufriendo el murciélago ratonero grande
(Myotis myotis; Garrido com. pers.), lo que hay que sumar el riesgo asociado a su conocido gregarismo, por el
que la pérdida de un único refugio puede acarrear severos declives poblacionales (Romero, 2000).
En el Altiplano las dos especies que destacan por la importancia relativa respecto al total regional de
efectivos poblacionales son vespertiliónidos, en concreto el murciélago orejudo gris (Plecotus austriacus) y el
murciélago ratonero patudo. Aunque los datos disponibles para la primera sobre la población andaluza están
incompletos actualmente, la mayor parte de las citas disponibles se concentran en la zona de estudio y sus
sierras circundantes: Cazorla-Segura, Baza, Filabres, Arana o Sierra Nevada (Garrido, 2007).
419
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Las principales poblaciones de murciélagos troglófilos se sitúan en el borde del Altiplano, entre los
bosques de las sierras colindantes, en los medios fluviales, bosques de ribera y cultivos de regadío aso-
ciados a los ríos. Aunque la mayoría de las poblaciones son poco relevantes en el contexto andaluz,
algunas de las colonias sí tienen importancia, debido al tamaño de las poblaciones que albergan. Este es
el caso del Cerro Minero de Alquife, la Cueva de Peña Lentisco en Hinojares o el Túnel de las Huertas
en Pozo Alcón.
La colonia del Cerro Minero de Alquife ocupa una explotación minera abandonada que aprovechaba un
yacimiento masivo de hematites pardos encajados en mármoles triásicos (Garrido, 2007). Los estudios de
Ibáñez et al. (2005) no le conferían la importancia que con posterioridad advirtió un estudio más profundo
realizado por el equipo de seguimiento de murciélagos cavernícolas de la Consejería de Medio Ambiente
de la Junta de Andalucía. Este trabajo cifró el contingente de murciélagos en la cueva en torno a 6.000
ejemplares, el mayor del Altiplano y de toda la provincia de Granada, integrado por murciélago grande de
herradura (Rhinolophus ferrumequinum), de herradura mediterráneo, ratonero grande y mediano (Myotis
blythii), y fundamentalmente murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii). Además el área del Cerro Minero
cuenta con un dormidero invernal de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) que llega aglutinar a más
de 1.000 ejemplares. Éste es un excelente ejemplo de enclave que podría ser incluido en la Red Natura 2000
como Zona de Especial Conservación.
La Cueva de Peña Lentisco es una sima de 50 m de profundidad en una capa de margas yesíferas del
triásico (Garrido, 2007), dentro del P.N. de Cazorla, Segura y Las Villas. En esta cueva se reproduce una
colonia importante de murciélago grande de herradura y de herradura mediterráneo, aunque es, si cabe, más
420
Comunidades bióticas y biodiversidad
relevante durante el invierno, cuando acoge a 350 individuos de murciélago grande de herradura. La cueva y
su entorno merecerían ser considerada como Área de Especial Conservación en el PORN y PRUG de dicho
espacio protegido, y como Zona de Especial Conservación en la Red Natura 2000.
El Túnel de las Huertas es parte del antiguo trazado del canal principal de la zona regable de Pozo Alcón,
en la actualidad abandonado. Este túnel de 1.500 m es utilizado como depósito de agua para el riego de una
pequeña zona de huertas del entorno, permaneciendo inundado la mayor parte del año. Su colonia de mur-
ciélagos es la segunda más importante del Altiplano en número de ejemplares, con un comunidad reproduc-
tora conformada por 2.000 individuos de murciélago de cueva, 1.000 de ratonero grande, 200 de herradura
mediterráneo, 150 de grande de herradura y sobre todo 800 individuos de murciélago patudo, así como una
población invernante de más de 600 de murciélago de cueva, más de 100 de grande de herradura y más de
100 de murciélago patudo. Cuenta, por tanto, con la mayor colonia reproductora de murciélago patudo de la
región, un tercio de total andaluz, tratándose de una de las poblaciones más valiosas de quirópteros de toda
Andalucía. Este túnel, junto con el tramo del río Guadalentín que constituye su área principal de alimenta-
ción, debiera también ser integrado en la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación.
Roedores
De modo similar al grupo anterior la comunidad de roedores está definida por la predominancia de espe-
cies eurosiberianas y en buena parte generalistas. En el caso de los roedores se pone de manifiesto por una
mayoría de integrantes de Microtinae frente a Murinae, situación típica de la fauna eurosiberiana (Orsini
et Poitevin, 1984), no existiendo taxa específicamente adaptados a explotar los nichos existentes en medios
semiáridos (Garrido y Nogueras, 2002-2003). Esta situación contrasta con la rica fauna de Murinae, Dipodidae
y especialmente Gerbilidae existente en las estepas magrebíes (Aulagnier et Tevenot, 1986).
Ejemplo de endemicidad entre los roedores ibéricos es el topillo de Cabrera, un endemismo estricto ibérico.
En la actualidad se considera que ocupa un área relicta, con distribución fragmentada entre varios núcleos
del Prepirineo, sistema Ibérico meridional, sistema Central, algunas áreas de la provincia de Zamora y las
sierras béticas orientales (Albacete, Jaén, Granada y Murcia).
421
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
422
Comunidades bióticas y biodiversidad
Carnívoros
Posiblemente los carnívoros más escasos en la zona de estudio sean el turón (Mustela putorius aureolus)
y la nutria (Lutra lutra). El primero fue detectado en la hoya accitana por primera vez en 2003, en los sotos
fluviales del Balneario de Alicún, aunque posteriormente se ha localizado en el Fardes de forma muy puntual.
La especie también puede aparecer en zonas cercanas a Sierra Mágina y sierras de Cazorla y Castril.
Fuente: Fuente: Inventario Nacional de Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente, 2007; Gil-Sánchez com. pers.
La nutria fue considerada extinta en 2001 en el Altiplano (Gil-Sánchez et al., 2001), si bien actualmen-
te parece haberse recuperado y puede encontrarse en varios cauces como el Guadiana Menor, Jandulilla,
Guadalentín, Castril, Guardal, parte del río Galera y algún tramo del río Fardes (Gil-Sánchez com. pers.).
Nutria. JM.
423
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
Artiodáctilos
La situación de los artiodáctilos andaluces amenazados resulta en cierta medida contradictoria, ya que
tanto la cabra montés como el ciervo han sido incluidos en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía,
siendo cinegéticas ambas especies y encontrándose en franca expansión territorial. No obstante, se ha en-
tendido que sus amenazas radican en los modelos de gestión y manejo, que les pueden acercar localmente a
situaciones de empobrecimiento o contaminación genética.
La cabra montés es un endemismo ibérico que actualmente se distribuye de forma más o menos homogénea
por la mitad occidental del Altiplano. Tras haber quedado relegada en los años 50 a pequeños núcleos en las
Reservas Nacionales Caza de Sierra Nevada y Cazorla-Segura (Farfán et al., 2004) comenzó a aparecer en
la hoya de Guadix entre 1980 y 1990, localizándose en las cárcavas situadas entre los ríos Guadix y Fardes
424
Comunidades bióticas y biodiversidad
desde los Baños de Alicún hacia el norte (Garrido y Nogueras, 2002-2003). Aún estando catalogada como
vulnerable en el Libro Rojo de los vertebrados de Andalucía está considerada como especie cinegética tras
un importante incremento poblacional. El macho montés tiene una alta valoración y tradición cinegética
en España, lo que es un potencial generador de recursos económicos en las localidades donde se efectúa su
caza.
El ciervo (Cervus elaphus) en el Altiplano tiene una presencia limitada a la base de Sierra Nevada, Sierra
de Baza (Torres, 1998), Cazorla, del Pozo, Castril y La Sagra, en parte debido a que la especie tiene dificul-
tades de expansión en este contexto semiárido, no pudiendo cruzar las depresiones tal y como hace la cabra
montés, mucho más tolerante a las condiciones xéricas. Asimismo, mencionar que las poblaciones de ciervo
de estas sierras provienen de sueltas con fines cinegéticos, como las producidas en la Reserva Nacional de
Caza de Cazorla, coto Maguillo en Sierra Nevada o Romailique en Sierra de Arana.
En general y a modo de síntesis, la comunidad de mamíferos presente en el Altiplano encaja dentro de los
patrones típicos descritos para la fauna mediterránea (Blondel and Aronson, 1999), que se basan fundamen-
talmente en dos características. Por un lado el predominio de especies eurosiberianas, pero con presencia
425
Ambientes semiáridos del sureste andaluz: el Altiplano estepario
significativa de endemismos mediterráneos y, en menor medida, elementos subtropicales. Por otro, la fuerte
transformación del medio natural derivada de la actividad humana (reciente e histórica) lo cual favorece la
aparición de especies introducidas o comensales del hombre, como la rata campestre (Rattus rattus), la rata
gris (Rattus norvegicus), el arruí (Ammotragus laervia) o el gamo (Dama dama), entre otros.
faCToRES dE aMEnaza
Al igual que en el caso de la flora (apartado 8.1.), las causas de riesgo fundamentales para la supervivencia
de vertebrados en el Altiplano son la destrucción y fragmentación de hábitat, asociadas a los cambios de uso
del suelo, la contaminación de los cauces, la modificación y creación de infraestructuras en los cursos de
agua, así como la creación de infraestructuras viales, industriales, energéticas y turísticas.
Las principales amenazas de las especies piscícolas en España y por ende en el Altiplano son la construc-
ción de presas, alteración de cauces, e incluso la extracción de áridos, que afecta directamente a especies
como la colmilleja.
La herpetofauna presenta algunas características que la hacen más vulnerable que otros grupos de verte-
brados ante las alteraciones ambientales, sobre todo los anfibios, pues su piel es muy permeable a los agentes
químicos y sus ciclos biológicos combinan fase terrestre y acuática.
Los anfibios y reptiles continentales están estrechamente ligados a sus hábitats y biotopos de reproducción
debido a su escasa movilidad. Esto les hace especialmente sensibles a cambios locales concretos que impliquen
la destrucción, alteración o contaminación de los mismos. Una actividad antrópica que afecta exclusivamente
a peces y anfibios es la llegada al medio de especies exóticas para su posterior pesca o bien por su uso como
cebo, afectando a las especies piscícolas autóctonas y a los primeros estadíos larvarios de algunos anfibios.
En el Altiplano la pérdida o remodelación inadecuada de antiguas balsas y acequias es también un problema
para peces y anfibios (Garrido y García-Cardenete com. pers.).
Las causas de amenaza para la avifauna son más diversas pues las aves ocupan un rango mayor de biotopos.
Algunas de las más comunes son la alteración, fragmentación o pérdida total de hábitat y los riesgos asociados
a su ecología trófica. Ejemplos de esta última son el uso intencionado de veneno con fines cinegéticos y/o
ganaderos, así como el abuso de biocidas en los modelos agrícolas más intensivos.
Entre los mamíferos, la principal causa de amenaza también es la fragmentación y alteración del hábitat,
existiendo el caso particular de los quirópteros cavernícolas, que tienen su mayor problema de conservación
en el uso de cuevas con fines turísticos o deportivos (espeleología), principalmente en el entorno de Guadix.
Ejemplo paradigmático de la pérdida de hábitat es el caso del raro topillo de Cabrera, el cual ha desaparecido
de algunas localizaciones en Guadix debido a la roturación de los pastizales que ocupaba.
A lo largo del presente capítulo, se ha puesto de manifiesto la diversidad, complejidad y singularidad bioló-
gica del Altiplano. Y de ello se pueden obtener dos conclusiones generales. La primera es la presencia de una
proporción elevada de plantas vasculares e invertebrados endémicos del Altiplano, otros muchos exclusivos
426
Comunidades bióticas y biodiversidad
de estos ambientes en España, e incluso algunos vertebrados que resultan únicos en Europa. La segunda, es
que la flora y fauna presente en estos ambientes tiene un alto grado de amenaza; únicamente entre los verte-
brados en el Altiplano concurren 100 de las 180 especies consideradas amenazadas en el territorio andaluz.
Estos datos evidencian que, en contra de la idea socialmente arraigada de que las zonas áridas del sudes-
te peninsular son ecosistemas pobres originados por degradación de otros medios más valiosos, se trata en
cambio, de ambientes singulares; en gran medida fruto, sí, del uso humano del territorio, pero un uso que
vino a sumarse al proceso evolutivo ya en marcha en el Altiplano desde muchos miles de años antes de que
el hombre alcanzara una capacidad relevante de intervención sobre el territorio. Además de la indudable
diversidad que atesoran estos ambientes semiáridos, la importancia de su conservación va mucho más allá
de preservar determinados elementos de flora y fauna singular, sino que debe considerar al menos una parte
significativa del todo, permitiendo que los ecosistemas semiáridos y sus biocenosis sigan contribuyendo a la
diversidad intrínseca del conjunto de ecosistemas mediterráneos.
El eslizón ibérico es uno de los reptiles endémicos de la Península Ibérica presentes en el Altiplano. LGC
427