TEÓRICO I Al VI
TEÓRICO I Al VI
TEÓRICO I Al VI
DISCIPLINA OBSTÉTRICA
TEÓRICOS I AL VI
TRAB. PRÁCTICOS I AL IV
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INTRODUCCIÓN A LA DISCIPLINA OBSTÉTRICA
TEÓRICO N° I
Comenzamos la materia preguntándonos cual es el objeto de estudio de la
Medicina y cuales sus límites. La Medicina es inseparable del entorno cultural. Ha influido
y es influida por los conocimientos y las creencias de las sociedades en las que se
desarrolla (por ejemplo el microscopio, las pastillas anticonceptivas, los dogmas). Desde el
punto de vista del positivismo biologista la Medicina debería ser una técnica, sostenida
por las ciencias naturales básicas y aplicadas, en especial las ciencias biológicas y
bioquímicas. Pero no podemos ignorar los factores socio-culturales que producen salud o
enfermedad como la pobreza, el medio ambiente, etc. Además el acto médico se basa en
la comunicación con el paciente y en sutiles diferencias que cada profesional de la salud
imprime ajustándose a ese individuo en particular, generando un arte: en nuestro caso el
arte obstétrico. La Medicina actual deberá ser personalizada (nos retrotrae a Hipócrates),
predictiva (ya que avanzamos en el conocimiento del genoma humano), preventiva y
participativa (dada la autonomía del paciente que interactúa en la toma de decisión).
En sus comienzos la Medicina estaba atravesada por creencias, mitos y
supersticiones de cada cultura, hasta que comenzó a desarrollarse como un conjunto de
conocimientos racionales. Pero la Medicina científica no significó la muerte del
pensamiento mágico. Aún hoy existe la Medicina creencial, representada por brujos,
adivinos y curanderos. Podemos afirmar que cada sociedad define el paradigma de
Medicina que requiere y el perfil de profesional que necesita. Pensemos que cada
sociedad debe responder a las actuales controversias éticas como por ejemplo la
eugenesia, la muerte digna, la anticoncepción, el aborto, la fecundación artificial, el parto
respetado (domiciliario, cesárea a demanda), etc. La Medicina como ciencia está mucho
más cerca de lo humanístico que de las duras, ya que no es una ciencia exacta.
MEDICINA EMPÍRICA: Utiliza tratamientos cuyo empleo ha dado resultados favorables en
un caso semejante. El azar y la observación son las fuentes principales. Se descubren
hechos a través de la experiencia pero sin interpretación teórica ni experimentación.
Para una mente técnica el medicamento actúa por su “que” (su naturaleza), y para
una mente mágica por el “como”, “quien” y “donde” (efecto placebo). El empirismo y la
magia en muchos casos se fundieron mutuamente y dieron lugar a la Medicina popular
con mitos que se transmitieron a lo largo del tiempo, y que en muchos casos poseen una
cierta base racional. Durante la Antigüedad el poder curativo de un medicamento estaba
dado por el color o la forma. Las comadronas debían colocar cintas amarillas, para las
enfermedades eruptivas se recomendaban mantas rojas. En caso de hemorragia tomar
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vino rojo, colocar pétalos de rosas rojas y comer remolachas. Con respecto a la forma se
usaba la pulmonaria cuya hoja se parece a la superficie del pulmón para enfermedades
pulmonares, el ginseng que parecen piernas para la paraplejía. Las nueces, cuya superficie
del fruto parece un cerebro eran para la cefalea y la meningitis.
PREHISTORIA
El hombre primitivo poseía saberes pretécnicos, a partir de la observación empírica
y explicados a través de la magia o de mitos religiosos. Sin poder razonar sobre los
fenómenos naturales y viviendo en un medio hostil. Hace 30.000 años, en la edad de
Piedra, el hombre Neolítico y Paleolítico desarrolló armas y herramientas; se separó
entonces de la naturaleza y comenzó la Prehistoria humana. Empezará también a dar
sepultura a sus muertos; quizás por miedo a los difuntos o por creencia en la inmortalidad.
Vivía en la incertidumbre, siempre pendiente del ataque y el acecho de las fieras.
Asustado por su imagen reflejada en el río, su sombra que le seguía los pasos, el sonido y
su eco, truenos, tempestades, terremotos, volcanes en erupción. Todo esto formó
creencias sobrenaturales, espíritus buenos y malos.
Desarrolló la inteligencia y comenzó a cubrir sus necesidades. Con la piedra realizó
instrumentos que le permitieron, además de la caza y su defensa, las primeras cirugías. La
luz del día la aprovechó para la recolección y la caza, de noche el frío, la oscuridad y el
miedo al ataque de animales. Descubrió el fuego que le dio calor, luz y protección,
después con él cocinó alimentos y mejoró los instrumentos con la aleación de los metales.
De la importancia del fuego deviene el Mito de Prometeo, un semidios que se lo roba a los
dioses y se lo entrega a los hombres para ayudarlos a sobrevivir; por ello es castigado por
Zeus con la tortura eterna.
Surgió el lenguaje del sonido que emitían y con el que luego formaron palabras
para comunicarse. También se expresaron mediante dibujos en las cavernas; realizaron
pinturas rupestres que muestran la caza, la parición, la copulación. Esta necesidad de
comunicar permitió el desarrollo de los signos, y entonces dio lugar al comienzo de la
Historia 5.000 años aC, en la Edad del Bronce, pues tendremos fuentes escritas. En
Babilonia, en la Mesopotamia, apareció la escritura cuneiforme en tablillas de arcilla. En
Egipto los jeroglíficos que son dibujos, hechos en papiros, que representaban una idea
compuesta sin palabras. Con el tiempo se separaron en palabras y luego en letras, nació el
abecedario (semejante al alfabeto que es griego). En la Edad Media los textos eran
copiados a mano por los copistas en los conventos. Estos copistas también realizaron
traducciones y los textos tenían modificaciones por las interpretaciones personales del
que copiaba. A fines del siglo XV nació la Imprenta, que permitió la difusión de los
conocimientos.
Volvamos a la Prehistoria. Para comprender al hombre primitivo realizamos
hipótesis que provienen de la analogía con tribus salvajes actuales (África). Eran nómades,
vivían de la caza y la recolección, debían irse cuando el alimento se acababa. Los ancianos
y enfermos eran abandonados a su suerte. Hasta que comenzó a desarrollarse el espíritu
gregario. Surgió la Agricultura y la ganadería 5.000 aC, que permitió el sedentarismo y
entonces mejoraron las condiciones de vida y salud (vivienda, previsión de alimentación).
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Lo primero que se intentó fue evitar el dolor, este fue el primer acto médico.
Según Castiglione la enfermedad existía antes que el hombre pues los animales también
enfermaban. Comenzaron los cuidados a la embarazada como protección de la tribu, pues
ella daba la cría que permitía aumentar el número de integrantes y ser más para el trabajo
y la lucha contra otras tribus (del instinto maternal a la protección de la raza). El proceso
de nacimiento se centraba probablemente en la mujer más que en el niño, la parturienta
era un miembro conocido y contributivo de un grupo y futuro sostén del mismo, además
su sobrevivencia resultaba imprescindible para la crianza del recién nacido. Era asistida
por otras mujeres con experiencia personal de dar a luz. El tamaño del canal del parto
reconstruido indica que el parto era tan difícil en los neandertales como en los seres
humanos de hoy en día, pero la forma del canal muestra un mecanismo de parto más
primitivo. Un cambio importante en el parto ocurrió en los últimos cien mil años,
relacionado con la bipedestación, el tamaño de la cabeza fetal y su desarrollo frontal, la
inclinación de la pelvis y la inmadurez de la cría recién nacida. La posición óptima con el fin
de maximizar los diámetros de la pelvis implicaron algún tipo de posición vertical y con
proyección hacia adelante, con los brazos levantados por encima del nivel de la cintura.
Apareció el Jefe que protegía a la tribu; y el Hechicero (brujo, chamán, mago,
sacerdote) para enfrentar a la enfermedad. Esta se creía originada como venganza o
castigo de dioses o demonios. Para evitarla se necesitaba de una ayuda sobrenatural. El
Hechicero fue el primer representante de la profesión médica. Envuelto en piel de
animales, cuernos en su cabeza, guantes con garras; pues su atavío debía espantar a los
espíritus del mal. También sus danzas, cantos, bebidas, amuletos, etc. Es probable que
tuvieran conocimientos empíricos y algunas drogas de origen vegetal. Se comunicaban
con las divinidades que les daban prodigios y predicciones, como por ejemplo en la teúrgia
(Babilonia). Realizaban tocamientos y curaban con las manos.
En esta etapa lo más importante fue la observación que se asociaba a hechos
naturales. El embarazo duraba 10 ciclos lunares (28 días cada uno) o 9 solares. El ciclo
menstrual coincidía con el lunar. La luna nueva producía mareas, enfermedades traídas
por la alta o baja mar. Aparición de estrellas que anunciaban cosas buenas. Utilizaban
amuletos para la fertilidad y realizaban fiestas en honor al falo y al dios de la
reproducción. A nuestros días llegó la Venus de Willendorf, que es una estatuilla de
30.000 aC, de una mujer con miembros cortos, caderas abundantes, vientre abultado y
grandes mamas que representa la fertilidad. Surge el mito del “Mal de ojo” producido por
influjos maléficos que emanaban de los ojos de alguien y se debían proteger con algo rojo.
Este mito subsiste hoy en día y suele utilizarse una cinta roja en la muñeca. Después de
Hipócrates el influjo maléfico se transforma en malos humores y continúa el mito; es
interesante como se construye la creencia en los daños producidos por la mujer cuando
menstrúa y la necesidad de protegerse de efluvios y miasmas que emite. Realizaban
cirugías como las trepanaciones en el cráneo, con piedra afilada, para que salgan los
demonios que lo habían enfermado; algunos sobrevivieron a esta práctica y lo sabemos
porque se ven osificaciones posteriores, también la hacían en los muertos. La castración
en China (eunucos), la mica en América (método de esterilización masculina), la
circuncisión en varones y niñas. Los dementes, llamados lunáticos porque se enfermaban
mirando la luna, eran confinados y atados con cadenas.
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AMÉRICA PRECOLOMBINA
La Medicina practicada por brujos o chamanes no se diferenciaba de la que realizó
el hombre primitivo. Los Mayas, los Aztecas y los Incas presentaron un importante
desarrollo cultural. La enfermedad era considerada un fenómeno sobrenatural producido
por el castigo de los dioses o encantamientos, los sanadores debían deshacerlos mediante
la magia. El médico debía ser sacerdote, en los Aztecas la profesión se heredaba de padres
a hijos. Ellos realizaban frecuentes sacrificios humanos que les dieron conocimientos
anatómicos. Sus médicos eran hábiles, por lo cual los conquistadores los llevaron a
Europa. Mezclado con la magia utilizaban métodos empíricos.
Desarrollaron medicamentos importantes como la Quina (llamada los “polvos de la
condesa”), la Coca y el Curare. Los Incas tenían medicamentos vegetales con fármacos de
valor efectivo que los conquistadores llevaron a Europa. Como el Palo Santo (usado como
antiséptico y sedante, su madera daba una llama luminosa que alejaba las energías
negativas). Realizaban trepanaciones craneanas y deformaban el cráneo de los niños por
motivos estéticos.
EDAD ANTIGUA:
MESOPOTAMIA
Se desarrolló una civilización en un amplio territorio semicircular, delimitado y
regado por el río Tigris y el Eufrates. Allí 5.000 años aC había un pueblo no semita: los
sumerios. En el 3.000 aC se fusionan con los acadios (pueblo semita). Hacia el 2.000 aC los
caldeos con su capital Babilonia. Y en el norte los asirios. La cultura mesopotámica se
desarrolló en base al sedentarismo agropecuario. Sus inventos fueron: escritura
cuneiforme, avances en la metalurgia (bronce por aleación de cobre y estaño), la rueda, el
carro, el sello cilíndrico (primera impresión con caracteres fijos) y el sistema sexagesimal.
Su saber era pragmático y utilitario, a través de hechos y datos empíricos. La astronomía
tuvo aquí sus orígenes. Los sumerios estudiaron los astros relacionando sus movimientos
con las estaciones y la evolución de las enfermedades. Una constelación de estrellas
marcaba la primavera, otra constelación predecía una peste. Creían que el influjo de
determinadas estrellas era causa de alteraciones fisiológicas o patológicas del organismo,
especialmente cuando tenían un carácter de periodicidad (menstruación, fiebres
intermitentes, etc.). Los sacerdotes creían que el porvenir estaba en los astros, y
estudiaban los fenómenos periódicos con fines adivinatorios (horóscopo).
Aparecen los signos y nace la Historia. El ideograma expresaba una idea completa.
Escribían en tablillas de arcilla fresca y blanda con forma de cuña y por eso se llama
cuneiforme. Después de grabar secaban y cocían. Volvían a utilizar las tablillas pasando un
rash, y escribían de nuevo pero algo quedaba abajo, esto se llama palimpsesto. La
escritura surge de la necesidad de llevar registros de los cereales almacenados y del
ganado. Hay un libro de Obstetricia de 25 tablillas que habla de cuando la mujer está
enferma y da tratamientos. Otro texto dice: “El rey de Babilonia se ha encerrado para
tomar los augures, ha expresado la saeta y ha mirado en el hígado”. La teúrgia es la
lectura para augurar el futuro, generalmente el hígado de animales sacrificados. Se creía
que la sangre era un principio vital. El hígado, considerado el órgano más importante, era
donde se originaba toda la sangre. En él residía el alma. Ignoraban la jerarquía del corazón
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y el cerebro. En el Oriente Antiguo creían que los sueños derivaban de las condiciones de
la sangre; los interpretaban para realizar adivinaciones. Examinaban también al recién
nacido ya que una malformación podía anticipar un evento importante.
Había una rígida administración de poderes. La Medicina estaba en manos de la
clase sacerdotal. La práctica médica incluía la magia y la religión junto a saberes
empíricos. El enfermo debía consultar primero a un adivino quien diría si la causa era
sobrenatural y por lo tanto causada por un demonio como castigo (lo trataría un
sacerdote exorcista) o natural (un sanador). Se formaban en los templos, allí empleaban
fármacos, cirugía, adivinación, conjuros. Los fármacos provenían de plantas y sustancias
minerales (cobre, hierro, alumbre). Los sumerios fueron los primeros que hicieron un uso
medicinal del Cannabis. Utilizaban excrementos de animales para espantar los demonios.
Tenían una tríada de dioses de cielo, tierra y agua y doce dioses menores. Sin era el dios
de la Medicina (la palabra Sinaí de allí proviene), sus atributos eran el bastón y la
serpiente, es interesante observar que éstos continuarán en otras civilizaciones (Asclepios,
dios de la Medicina en Grecia). La serpiente era un símbolo médico curativo, hoy lo es de
la Farmacología. Istar era la diosa del amor y la belleza, de la fecundidad, y también
protegía a los niños.
El sello de Gudea, utilizado por el rey de Lagash, poseía dos figuras: el cirujano o
sacrificador y otra más opulenta, que es el médico, como figura principal; en esta imagen
ya aparece la diferenciación entre el médico y el cirujano que era un secundón que hacía
lo que éste le indicaba.
En Babilonia hubo una evolución de la Medicina desde la demoníaca y sacerdotal a
la empírica y laica. Se formó una casta de médicos y cirujanos laicos que ejercían según
leyes determinadas. Por vez primera se ocuparon de la anatomía humana observando
heridas de guerra, y en animales descuartizados para comer o para sacrificios rituales. En
esta civilización surgió el Código de Hammurabi, que data de 1800 años aC, y que fue la
Primera legislación sanitaria. Hablaba de la responsabilidad civil y penal del médico,
imprimía penas por mala praxis, el daño físico se compensaba con dinero (mejoró la
primitiva Ley del Talión del “ojo por ojo y diente por diente”). Regulaba los honorarios,
que diferían al igual que las penas según la categoría del paciente, siendo mucho menor si
era un esclavo. El médico sacerdote pertenecía a una clase social elevada, se eximía de las
penas que en general eran para los cirujanos. Tenía normas sanitarias de aislamiento de
los enfermos, el contagio se entendía en realidad como un traspaso del mal espíritu de un
cuerpo a otro. La enfermedad era un castigo por pecado, una posesión demoníaca por la
ofensa cometida contra un Dios en forma conciente o inconciente.
TEÓRICO N° II
EGIPTO
Continuando con la Antigüedad veremos esta civilización de la que poseemos
documentos escritos desde el 3.500 aC en la 1° Dinastía, la última es la trigésima. Luego
fueron conquistados por los persas hasta el dominio griego con Alejandro Magno, que
fundó Alejandría en el 332 aC, más tarde pasó a ser una provincia romana en el 30 aC. La
civilización egipcia decayó en el S. IV dC, pero sus elementos quedaron fundidos en las
culturas posteriores. En este teórico veremos Egipto hasta el dominio griego.
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En los jeroglíficos y otras representaciones la figura aparecía siempre de perfil pues
no conocían la perspectiva. Los dioses más importantes eran Isis, la luna, y Osiris, el sol. El
dios de la Medicina era Imhotop, que fue un médico famoso. La diosa de la fertilidad
Schmet curaba las enfermedades de las mujeres, era representada como una leona.
Hathor era la protectora de las mujeres en el parto y una vaca era su representación.
En su Medicina era característica la concepción neúmica, en ella la respiración era
más importante que la circulación sanguínea; si se detenía la respiración se detenía la
circulación. El aire penetraba por la nariz hasta el pulmón y corazón y se repartía por todo
el cuerpo. Dado el clima cálido había muchos parásitos, y los relacionaban con la
enfermedad siendo su símbolo los vieran o no (podían ser gusanos invisibles). El dios Ra
enfermó mordido por un gusano, Horus (hijo de Osiris) picado por un escorpión. Había
muchas parasitosis intestinales y enfermedades transmitidas por insectos. Eran comunes
las afecciones oculares (Tracoma) lo que generó muchos especialistas en Oftalmología. Las
mujeres pintaban sus párpados de azul con una preparación de antimonio (antiséptico).
La cultura egipcia estaba determinada por el río Nilo, que con sus desbordes
regaba y fertilizaba la tierra. El caudal del río regulaba la economía egipcia. En Medicina
realizaban una analogía con el río y sus canales. El organismo funcionaba por un sistema
de canales. El corazón ocupaba el lugar central de este sistema (lo consideraban sede de
la inteligencia y la percepción), por los canales fluía el aire, los líquidos corporales y las
heces, en el recto se unían y se expulsaban. Daban gran importancia a la evacuación
intestinal utilizando, con frecuencia, purgantes y enemas. Debían purgarse normalmente
una vez por mes. Suponían que así facilitaban la circulación de líquidos y secreciones por
los canales.
Los conocimientos estaban orientados a objetivos pragmáticos. Tenemos mucha
información sobre su Medicina a través de los papiros. Hacían circuncisión en la
adolescencia a varones y niñas, en el papiro de Ebers se acusa y condena a una madre por
no hacer cincuncidar a su hija estando en la edad acostumbrada. Tenían una legislación
higiénica que regulaba la vida de los egipcios con leyes precisas bajo la forma de
prescripciones religiosas. Tenían preceptos exactos sobre la tumulación de cadáveres que
no se podían colocar en cualquier lugar, como limpiar las habitaciones, las normas de
alimentación y como repartir el grano. Las relaciones sexuales estaban prohibidas durante
la menstruación, lo mismo que el incesto en las clases bajas, que sólo estaba permitido
para los faraones. Penaban severamente el aborto. El onanismo estaba prohibido (es el
Coitus Interruptus, 1° método anticonceptivo de la historia) y rechazaban la masturbación.
Al recién nacido lo envolvían en grandes pañales blancos sin vendas, cuando lo destetaban
le daban leche de cabra y más adelante agregaban alimentos vegetales.
Papiro de Kahoun: 1.850 aC, era un tratado ginecológico, describe drogas, pastas y
aplicaciones vaginales. Provee pronósticos obstétricos. El parto era atendido por
comadronas, para estimular las contracciones uterinas utilizaban sal, cebolla, menta, vino,
cáscara de escarabajo o de tortuga.
Papiro de Ebers: 1.500 aC, era un tratado médico. Abundaban prescripciones para
cada enfermedad con sus dosis. Había 800 drogas, a veces indicaban dos o tres por si la
primera no daba resultado. Empleaban opio, mandrágora, aceite de ricino (laxante), sales
metálicas, sal común, aloe y algunas de origen animal como uñas de gato. Para reforzar el
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tratamiento usaban amuletos (Udja), conjuros y exorcismos para el origen sobrenatural de
la enfermedad. Decía: “El señor del Todo me ha dado las palabras para arrojar las
enfermedades de todos los deseos y los sufrimientos mortales de todo género...Ra ha
tenido compasión y ha dicho: yo lo protejo contra sus enemigos...Hermes es su guía, les
ha dado la palabra y ha creado los libros y la gloria a aquellos que curan y a los médicos
que siguen sus consejos para explicar lo que está oscuro”.
Papiro de Smith: se especializaba en el tratamiento de heridas y contusiones, daba
instrucciones para diagnosticar fracturas y luxaciones. Los temas estaban ordenados de la
cabeza a los pies. Es importante marcar que diferenciaba los casos que debían tratarse de
los que no por ser fatales, esto implica una racionalidad en la cirugía y no lo mágico que
vemos en el papiro de Ebers que tenía un pensamiento místico y demoníaco. No detallaba
técnicas quirúrgicas pues la cirugía se transmitía de padres a hijos. Los conocimientos de
anatomía y fisiología eran pobres, pese a los embalsamientos y sus importantes
conocimientos de técnicas de momificación, pues eran hechos por operarios y no por
médicos. Esta práctica les brindó experiencia en el arte del vendaje. Describía como contar
el pulso y lo relacionaba con el corazón.
La Medicina se estudiaba en escuelas adjuntas a los templos, reforzando la unión
entre médicos y sacerdotes. La literatura médica tenía un supuesto origen divino, se
enseñaba a los elegidos y eran escritos herméticos o sea secretos. Existía entonces un
principio de autoridad que implicaba normas de atención médica, es interesante que en
Egipto los médicos no pudieran realizar cualquier tratamiento sino circunscribirse al que
ya estaba estipulado, tal como es hoy en día. Había asistencia médica pagada por el
Estado. Hubo hechiceras y médicas. La más conocida fue Peseshet (probable partera).
Para diagnosticar el embarazo la mujer orinaba sobre mezcla de semillas de trigo y cebada
con arena, si brotaba era positivo; según si brotaba primero el trigo o la cebada era niña o
varón. Se supone que esto ocurría por las hormonas existentes en la orina.
ISRAEL
Durante 210 años fueron esclavizados por Egipto y liberados por Moisés en el 1300
aC, con el Éxodo nacería el pueblo de Israel. Al dejar Egipto Moisés realizo el 1° Censo de
la historia (603.550 individuos), el siguiente fue en el año 1086 dC en Inglaterra; se dice
que escribió parte de la Biblia. El monoteísmo religioso guió la vida de los israelitas. No
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hay escritos médicos, y las fuentes de información son la Biblia y el Talmud. Las
prescripciones sanitarias están dentro de una codificación canónica. Consideraban que la
enfermedad era enviada como castigo por haber pecado; este concepto seguramente lo
tomaron de los mesopotámicos pero lo desarrollaron de una forma diferente, sin
demonios ni dioses sanadores. Era un Dios único, verdadero y exclusivo médico y fuente
de la Salud y la Enfermedad. Por consiguiente no tenían una Medicina mágica. Las
peticiones por salud debían dirigirse a Él y sólo después realizaban el tratamiento indicado
por el sanador. En la Biblia aparecen comadronas y sanadores, estos últimos pertenecen a
la tribu sacerdotal de los Levitas.
Se destacaban las prescripciones referidas a la higiene pública y privada. Se
buscaba sobre todo la pureza del cuerpo que debía acompañar a la pureza moral. Esta
pureza se lograba a través de ceremonias como el baño ritual, como ejemplo tenemos el
que debían realizar las mujeres al finalizar la menstruación y el puerperio, pues durante la
hemorragia no podían entrar al templo ni tener relaciones sexuales por el estado de
impureza. Tenían prácticas higiénicas para después del contacto con el cadáver, que era
considerado impuro, y para los blenorrágicos y leprosos. Conocían algunas enfermedades
de transmisión sexual, tenían severas prescripciones higiénicas para los blenorrágicos, que
al cesar la secreción debían pasar siete días para considerarse puro. También había tabúes
alimentarios y la comida debía ser kosher. Tenían prohibido beber sangre.
Aislaban a los enfermos, desinfectaban sus ropas y objetos con agua hirviendo o
fuego. Temían en especial a la lepra, realizaban un aislamiento riguroso y complicados
rituales de purificación. Daban importancia a las moscas y mosquitos en la propagación de
epidemias, que eran consideradas un castigo enviado por Dios, los culpables debían ser
sacrificados pero a veces se los sustituía mediante un animal. Usaban la mandrágora,
hisopo, bórax, ningún medicamento inmundo ya que no creían en los demonios,
bálsamos, gomas, esencias, ungüentos y emplastos.
Los rabinos interpretaban la ley en el Talmud, gran parte de él fue elaborado en
Babilonia. Allí aparece descripta una medicina laica (médico: rofé y cirujano: uman), con
indicaciones anatómicas y fisiológicas (esófago, laringe, tráquea, pulmones, órganos
genitales). La sangre era el principio vital. Citaba a la hemofilia, que ya la conocían como
enfermedad hereditaria y en los hijos no hacían la circuncisión. La circuncisión tenía un
alto significado religioso, es el pacto de Abraham con Dios. Esta cirugía sólo se realizaba en
varones al 8° día de nacer y allí se le daba el nombre. También cita a la Cesárea. El reposo
sabático religioso sentó las bases del actual descanso físico periódico.
Aún prohibidas la prácticas mágicas, tan habituales en la Mesopotamia y Egipto,
persisten algunos episodios que las muestran (por ejemplo Moisés en el desierto hizo
serpientes de bronce para que al mirarlas se curaran si eran mordidos por alguna de ellas).
Este pueblo es el que por primera vez en la Historia afirmó el derecho del ciudadano a la
protección legislativa, con los mismos deberes y obediencia para todos a las leyes morales
(Tablas de la Ley con los 10 mandamientos). Todos iguales ante la Ley de Dios. Aquí nace
el concepto de legislación sanitaria que limita la libertad del derecho individual sacrificada
en beneficio de los intereses de la comunidad. Este pueblo es el único en la Antigüedad
que proclama la misma dignidad para hombres, mujeres, ricos y pobres.
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INDIA
Hacia el 2.500 aC una avanzada cultura se desarrolló en el Valle del Indo, tenemos
poca información sobre ella. Los hallazgos arqueológicos han demostrado avanzados
servicios sanitarios, entre ellos conductos de aguas servidas, pozos, retretes y baños
públicos. En el 1.500 aC los arios invadieron y la fusión de estos pueblos dio la cultura que
conocemos como India. Los arios formaron un sistema de castas, ellos eran los
brahamanes (gobernantes y sacerdotes) y los chatrias (guerreros). Las inferiores eran para
los pueblos autóctonos (campesinos, artesanos y sirvientes). Los arios ya poseían los
textos sagrados de los cuatro Vedas de la religión brahámanica, y luego agregaron otros
textos. El Atharvaveda es el libro más antiguo con una Medicina mágica. El brahamanismo
era una religión politeísta, con dioses dispensadores de salud y enfermedad, ésta era
causada por el pecado que a veces era involuntario. Su lengua era el sanscrito. En la
literatura védica se describen síntomas aislados como la ictericia, la fiebre o lesiones de la
piel, pero establecían relaciones del tipo que la fiebre era hermana de la tos y las
inflamaciones, y prima de las lesiones cutáneas. La terapéutica era mágica mediante
encantamientos y exorcismos.
Más adelante apareció la Medicina clásica hindú que era empírica basada en la
observación. Susruta, Caraka y Vagbata fueron maestros que escribieron libros y crearon
escuelas de Medicina. El Susruta (S. VII aC) es importantísimo por su contenido de
anatomía y cirugía, desarrollaba la formación del embrión y su vida intrauterina, en
especial la circulación fetal. Describió 700 plantas medicinales. Determinaba una relación
materno-fetal al decir que la mujer encinta que es violenta y mala engendra un epiléptico;
si es aficionada a los licores su hijo siempre tiene sed y es débil de memoria; si es de vida
amoral el hijo será un depravado. Estos tratados son variantes de la llamada Medicina del
Ayurveda, que aún hoy se practica en algunas regiones de la India. El cuerpo humano se
consideraba compuesto por elementos combinados: el viento (que corre por el cuerpo), el
fuego (en el interior sobre todo en la digestión) y el agua (los líquidos y secreciones) eran
los principales. La enfermedad se debía a un desequilibrio entre los elementos por causa
física (mala alimentación) o espiritual (culpas aún de vidas anteriores). Para el diagnóstico
realizaban el examen del paciente y sus secreciones. Utilizaban la inspección, palpación,
auscultación, olfato y gusto (sabor dulce de la orina del diabético). Un paso importante era
el examen del pulso que también daba el pronóstico, para obtenerlo también tenían en
cuenta elementos mágicos.
Para la patología india había tres humores: espíritu, bilis y flema que
representaban el principio vital del organismo, éstos debían estar en equilibrio tanto físico
como moral. Se le daba gran importancia a la fiebre, clasificando sus causas y formas. La
tisis era muy frecuente y la llamaban enfermedad real, diferenciaban según los síntomas
cuando se podía esperar la curación y entonces sí el médico asumiría el cuidado para no
perder la buena fama. En el S. VI aC surgió Buda que luchó contra el brahamanismo y el
sistema de castas, desarrolló el Yoga y el Nirvana.
La terapéutica era con dieta, higiene, masajes, enemas, ejercicios de yoga,
centenares de remedios de origen vegetal (vomitivo, purgante, etc.) y usaban la orina
como fármaco. Tenían la noción de dosis. Aparecía descripta la limpieza diaria del cuerpo
y los masajes con aceites olorosos, con baños sólo para las partes bajas. Había
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prescripciones severas de higiene durante la menstruación y el puerperio. Era una
Medicina orientada a la purificación del cuerpo. El Código de Manú (200 aC) de la religión
brahamánica tenía severas prescripciones higiénicas.
La cirugía tenía un muy importante desarrollo. Crearon numeroso instrumental
quirúrgico, usaban polvos antisépticos (con sustancias bactericidas), tenían variadas
agujas curvas para realizar suturas, ligaban los vasos con fibras de plantas, realizaban
sangrías, ventosas, extraían cálculos de vejiga, operaban cataratas, reparaban el labio
leporino y la fístula anal, tenían técnicas avanzadas para la rinoplastía (era muy común la
amputación de la nariz como castigo a delincuentes o mujeres adúlteras). En Obstetricia
tenían técnicas de extracción fetal, cuando la madre moría realizaban la Cesárea,
embriotomía con feto muerto y describían 8 presentaciones fetales. Los partos eran
atendidos por comadronas. Sin embargo los conocimientos anatómicos eran pobres pues
la disección estaba prohibida así como el contacto con cadáveres que no podían ser
sepultados para no impurificar la tierra (cremación).
CHINA
Comenzó con la dinastía Cheu en 1.027 aC. Es importante remarcar que la
Medicina china tradicional aún continúa vigente, así como sus procedimientos más
difundidos como la acupuntura y la moxibustión. Su base se fundamenta en una especial
visión filosófica del universo. Del Tao, principio último y eterno derivan dos opuestos: el
Yin con cualidades pasivas de femineidad, frío, oscuridad, debilidad y humedad, y el Yang
de movimiento, masculino, caliente, luminoso, fuerte y seco. Todas las cosas están
formadas por el Yin y el Yang, y a su vez tienen dentro de sí mismas un núcleo del principio
opuesto que crece hasta suplirlo y así continuamente. Por lo tanto la naturaleza es vista
como un equilibrio inestable, un perpetuo devenir del Yin y el Yang. El taoísmo postulaba
que el universo circundante influenciaba en la salud y la enfermedad.
El cuerpo humano estaba formado por la combinación de cinco elementos
(madera, fuego, tierra, metal y agua) e influido por la hora del día y la estación. La salud se
lograba por un equilibrio dinámico entre el Yin y el Yang, y la enfermedad por un
desequilibrio por una conducta desordenada o, por ejemplo, un golpe de viento. Estos dos
principios crean y destruyen, son la energía y la disolución. El organismo funcionaba
mediante una armoniosa circulación del Yin y del Yang, siguiendo determinados trayectos
y con un sentido de la energía de las manos hacia los pies. Por lo tanto se podía influir
atrayendo o desviando la energía y removiendo eventuales obstrucciones con la
acupuntura (pinzando con finas agujas), que dataría del año 2.700 aC o la moxibustión
(pequeñas quemaduras), se describieron 365 puntos. El corazón era el órgano más
importante y la circulación se producía por el principio motor Yang.
Para el diagnóstico la clave era conocer el equilibrio de energía alterado y su causa.
Los síntomas locales eran poco importantes ya que el desarreglo era general. Examinaban
el pulso diferenciando el superficial y el profundo, en tres lugares en cada muñeca. Así
delimitaban doce pulsos, y también según hora y estación correspondían a un órgano o a
una función. La pulsología china surge de los impedimentos de los médicos para examinar
a las mujeres, éstas extendían sus manos entre dos cortinas y mediante el pulso se
formulaba diagnóstico y tratamiento. Los ejercicios y masajes disminuían las pasiones, los
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alimentos restauraban el equilibrio (cocina macrobiótica). Para la curación utilizaban el
color rojo, ya sea en cintas, en almohadones y para escribir las palabras mágicas.
Practicaban la organoterapia pues consideraban que algunos órganos de animales
poseían su esencia vital (pulmones, hígado, testículos). Los soldados bebían la sangre y
comían el hígado del tigre. La Medicina china presenta una importante farmacología.
Tenían alrededor de 2.000 remedios como la efedrina, el ginseng, el té, etc. Usaban el
hierro para la anemia, el arsénico para enfermedades cutáneas y las fiebres, el mercurio
contra la sífilis, el ruibarbo como purgante, la raíz de calabaza de antiparasitario y el opio
como narcótico.
Los descubrimientos fueron atribuidos a emperadores míticos que fueron elevados
a dioses. El emperador amarillo Huang Ti 2.600 años aC fue el autor del primer tratado
médico llamado Nai King, fue transmitido en forma oral y en el S VII dC adquirió su versión
definitiva. Esta Medicina era mítica y mágica. En el S VI aC Confucio opinaba que la
profesión médica no era conveniente para un caballero. Consideraba al cuerpo sagrado y
que no podía ser tocado, impidiendo el estudio de la anatomía. En el S III aC aparece el
primer médico importante: Pen T´sio, a quien se atribuye el invento de la pulsología. Con
él comienza la Medicina empírica y laica, era dogmática. Más adelante describieron el
reumatismo, ciertos cánceres, el tifus y la sífilis.
La castración era una cirugía común desde antes del 1.000 aC practicada por
especialistas para tener eunucos para el servicio imperial. Éstos conservaban en alcohol
sus testículos para ser sepultados con ellos pues se creía que con el cuerpo mutilado no
podrían reunirse con sus antecesores. Realizaban la deformación de los pies, que debían
ser pequeños en las mujeres de clase alta con fines estéticos, tenía un significado sexual y
social. Se iniciaba a los 7 años mediante vendajes compresivos, esta práctica se abandonó
a principios del s. XX. Practicaron con habilidad la operación del labio leporino. Hacían
sangrías. El parto era asistido por comadronas.
En el S XI dC (Edad Media) los chinos comenzaron con la variolización para
prevenir la viruela (método de inmunización que fue el 1° antecedente de la Vacuna) y el S
XIII inventaron los anteojos y el papel que luego se utilizó para la impresión.
TEÓRICO III
MEDICINA GRIEGA
MEDICINA HOMÉRICA
La Medicina de la Grecia arcaica aparece descripta en La Ilíada y La Odisea, escritos
por Homero alrededor del S IX aC. En ellos podemos analizar los saberes médicos del
pueblo aqueo. Utilizaban procedimientos empíricos. Se nombran casi todas las partes
importantes del cuerpo humano con mayor precisión que la de otros pueblos (por
ejemplo en la descripción de heridas). Es una Medicina laica, algunos decían ser
descendientes de Asclepios, a quien Homero describe como un jefe aqueo (más adelante
será divinizado como Dios de la Medicina).
Considera a la respiración como el centro de la vida. Habla de la extracción de
cuerpos extraños, de cómo cohibir la pérdida de sangre, las aplicaciones de emplastos o
polvos de raíces y vendajes.
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MEDICINA MITOLÓGICA Y SACERDOTAL: EL CULTO DE ASCLEPIOS
La influencia oriental trae a Grecia la Medicina mística, en ella había varios dioses.
APOLO: inventor del arte sanitario, aleja los males.
ARTEMISA: protectora de la mujer y de los niños.
PANACEA: curadora de todos los males
PALAS ATENEA: diosa de las ciencias y el arte, protectora de la vista.
AFRODITA: protectora de la actividad sexual. Madre de EROS.
ILITIA: hija de ZEUS y HERA, protectora del parto, trae los niños a la luz.
QUIRÓN: es un centauro, fundador de la Medicina especialmente de la Cirugía.
ASCLEPIOS: Dios de la Medicina, hijo de Apolo y una mortal, discípulo de Quirón que fue
quien lo educó. Era tan buen médico que según la mitología devolvía la vida a los muertos.
El Hades se despoblaba. Entonces Zeus lo fulminó con un rayo y Asclepios fue al Olimpo.
Tuvo una numerosa descendencia: Higeia (diosa de la Higiene), Panacea, Hipnos y Oneiros
(dioses del sueño).
De este médico salvador surgió el mito. Aparecía acompañado de una serpiente,
símbolo de su potencia curadora. La serpiente representa la fuerza subterránea que
proviene de divinidades infernales, actualmente es el símbolo de la Farmacología. Otras
veces acompañado del ónfalo (piedra sagrada con forma de semicírculo, proveniente de
Delfos que era considerado el punto central del mundo), del perro, de la cabra, de la
ventosa, de la copa de los medicamentos, del libro, etc.
El culto a Asclepios se difundió en sus templos que eran servidos por una casta de
sacerdotes sanadores: los Asclepíades. Los templos se erigían en lugares aptos por su
ubicación y belleza natural para la curación. Debía haber una fuente de agua pura, termas
o aguas minerales. Alrededor de la fuente y del santuario primitivo se construían teatros,
gimnasios y lugares de permanencia para los pacientes. No admitían embarazadas.
Debían hacer una cura preliminar de baños y dieta. Luego entraban al templo y cumplían
una dieta severa. Días después participaban de la ceremonia del culto con plegarias
sugestivas. Debían ofrecer ofrendas al Dios, y entonces dormían en una sala común, al pie
de la estatua de Asclepios esperando el sueño curativo. El sacerdote, con máscaras del
Dios, aparecía acompañado de las sacerdotisas y efectuaba verdaderas prácticas médicas.
El templo de Asclepios más famoso se asentó en Epidauro.
Aristófanes escribió la obra “Pluto”, Dios de la riqueza, ciego, que guiado por su
siervo concurre al templo de Asclepios. Deben hacer ofrendas en los altares, luego Pluto y
otros pacientes deben dormir. Aparece el sacerdote con las sacerdotisas disfrazados de
Asclepios y Panacea. Examinan y practican curas, los esclavos preparan ungüentos y luego
embolsan las ofrendas. El siervo, que no puede dormir, ve todo.
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conocimientos que le permitieron crear los primeros pasos de la geometría (teoremas de
Tales). Con los conocimientos adquiridos en la Mesopotamia predijo un eclipse solar.
Buscó el principio original de toda cosa y concluyó que la sustancia única era el agua.
Anaximandro de Mileto: dio como origen del universo una esencia intangible y
habló de un ritmo cíclico. Anaxímenes: sostuvo que el elemento primario era el aire.
Heráclito de Efeso: el principio del universo era el fuego y el de la vida “lo cálido”,
que tiende a enfriarse, mientras que “lo frío” tiende a calentarse. Sostuvo que lo único
permanente era el cambio o devenir. Según él lo diverso es un solo fenómeno, pues son
las diversas apariencias de la mutación de la materia.
Las especulaciones de los filósofos jonios plantearon un orden lógico de la
naturaleza, que puede ser interpretada por la razón humana, y que tiende a la perfección.
Los filósofos entendieron a la Medicina como una ciencia relacionada pues el hombre
forma parte de la naturaleza. Emitían opiniones sobre la salud y la enfermedad, y las
relacionaban con el clima, la geografía y las estaciones. Al concebir como meta final la
perfección confiaban en el poder curativo de la naturaleza, manteniendo ante muchas
enfermedades una actitud expectante. Utilizaron un modelo racional.
Pitágoras: era de origen jónico pero desarrolló su escuela en el sur de Italia. Difiere
de las escuelas jónicas pues su doctrina poseía elementos místicos y metafísicos. La
esencia del universo estaba dada por los números, que representaban la armonía entre lo
racional y lo real generando salud. La disarmonía producía la enfermedad, que podía ser
por calor o frío. El universo era concebido como un perfecto acuerdo numérico. Creían en
la inmortalidad del alma y en la reencarnación. Algunos conceptos luego serán tomados
por los hipocráticos como la crasis, los días críticos y la naturaleza curatriz.
De esta escuela surgió Alcmeón de Crotona (500 aC), un importante médico que
escribió “Sobre la Naturaleza” que fue el primer escrito médico heleno. Él practicó
disecciones cadavéricas. Consideró al cerebro como la sede del intelecto. Desarrolló el
concepto de la “Isonomía”, del perfecto equilibrio de ciertos elementos (frío/ caliente,
seco/ húmedo, amargo/ dulce) dependía la salud, su disbalance producía la enfermedad.
La curación implicaba el retorno a las justas proporciones de los elementos.
Otro pitagórico, discípulo de Alcmeón, fue Filolao de Tarento. Él habló de la
armonía absoluta entre el mundo y el individuo. El primero tiene el fuego central (sol), y el
cuerpo tiene el calor como principio; pues el calor de la semilla y del útero es el origen de
toda vida. El calor es atraído por el cuerpo para ser templado por el fresco del aire externo
mediante la respiración. Este cambio actúa sobre los humores, que si se alteran se
produce la enfermedad.
También influido por los pitagóricos, Empédocles de Agrigento (S V aC) que era
místico. Él unió los principios de Tales (agua), Anaxímenes (aire), Heráclito (fuego), y
agregó tierra para crear la teoría de los cuatro elementos. Todas las cosas estaban
formadas por estos cuatro elementos en diferentes proporciones. El calor es el principio
de la vida, y la enfermedad se debía a un exceso o falta de algún elemento. La terapéutica
era corregir este desequilibrio producido por causas que eran naturales. Su doctrina dio el
fundamento a la patología humoral desarrollada luego por Hipócrates y que se mantuvo
vigente durante veinte siglos.
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LAS ESCUELAS MÉDICAS
Las escuelas médicas griegas eran anteriores a los templos de Asclepios: fueron
Cirene, Rodas, Cnido y Cos. La escuela de Cos se fundaba en la observación directa del
enfermo más que de su enfermedad. Se preocupaba por el pronóstico más que de la
causa o el diagnóstico. En Grecia los diversos pensamientos médicos confluyeron, la
Medicina empírica y la laica, los conocimientos de culturas orientales, animados por los
filósofos pitagóricos y enriquecidos por la capacidad crítica helénica permitieron el
nacimiento de la Medicina hipocrática. Mientras continuaba la Medicina sacerdotal en los
santuarios, con prácticas sugestivas combinadas con prescripciones dietéticas.
PERIODEUTAS: Así se llamaban los médicos, eran laicos e itinerantes, viajaban de
ciudad en ciudad y allí examinaban a los enfermos y operaban. El Rizótomo lo
acompañaba, elaboraba los remedios que el médico prescribía, actuaba como un
ayudante. Recogía raíces y las preparaba, más adelante se agregaron otros medicamentos
y se hicieron farmacólogos.
COMADRONAS: Citadas desde los escritos antiguos, asistían el parto y además se
las requería para dar abortivos, brebajes amatorios y hasta servicios obscenos. La madre
de Sócrates, Painherete, fue una de ellas. Él decía que aprendió de su madre que extraía
con habilidad a los niños del cuerpo de sus madres, Sócrates extraía las ideas y el
conocimiento de las mentes de las personas mediante preguntas (Mayeútica).
HIPÓCRATES
Introdujo en la Medicina una doble tendencia racional y determinista (si las causas
y las circunstancias son semejantes se originan los mismos fenómenos fisiológicos),
expulsó lo mágico y lo sobrenatural. Nació en Cos (pequeña isla del Egeo) en el 460 aC, fue
contemporáneo de los filósofos Demócrito, Sócrates y el joven Platón, del escritor Fideas,
de los dramaturgos Eurípides y Sófocles, del político Pericles. En su familia había varios
médicos como su padre que lo inició en el arte de curar. Fue médico itinerante. Se lo
considera modelo del médico ideal, Padre de la Medicina. “La naturaleza es perfecta y el
médico su servidor”. En el S III aC se reunieron sus escritos en el Corpus Hipocraticum, se
guardaron en Alejandría. Son 59 tratados que constituyen el saber médico de la
Antigüedad. Seguramente algunos fueron escritos por sus discípulos. Fueron comentados
por Galeno y por todos los grandes autores posteriores hasta el Renacimiento. Son ricos
en filosofía médica y deontología (ética). Es famoso el juramento hipocrático copiado a
continuación para su análisis:
“Juro por Apolo, el médico, por Higea y por Panacea, por todos los dioses y todas las diosas a cuyo
testimonio apelo, que yo, con todas mis fuerzas y con pleno conocimiento, cumpliré enteramente mi
juramento: que respetaré a mi Maestro en este arte como a mis progenitores, que partiré con él el sustento
y que le daré todo aquello de que tuviese necesidad; que consideraré a sus descendientes como a mis
hermanos corporales y que a mi vez les enseñaré sin compensación y sin condiciones este arte; que dejaré
participar en las doctrinas e instrucciones de toda la disciplina en primer lugar a mis hijos, luego a los hijos
de mi Maestro y luego a aquellos que con escrituras y juramentos se declaren escolares míos y a ninguno
más fuera de éstos. Por lo que respecta a la curación de los enfermos, ordenaré la dieta según mi mejor
juicio y mantendré alejado de ellos todo daño y todo inconveniente. No me dejaré inducir por las súplicas de
nadie, sea quien fuere, a propinar un veneno o a dar un consejo en semejante contingencia. No introduciré a
ninguna mujer una prótesis en la vagina para impedir el desarrollo del niño. Consideraré santos mi vida y mi
arte; no practicaré la operación de la piedra, y cuando entre en una casa, entraré solamente para el bien de
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los enfermos y me abstendré de toda acción injusta y no me mancharé con voluptuosidad con contactos de
mujeres o de hombre, de libertos o esclavos. Todo lo que habré visto u oído durante la cura o fuera de ella
en la vida común, lo callaré y conservaré siempre como secreto, si no me es permitido decirlo. Si mantengo
perfecta e intacta fe a este juramento, que me sea concedida una vida afortunada y la futura felicidad en el
ejercicio del arte, de modo que mi fama sea alabada en todos los tiempos; pero si faltara al juramento o
hubiere jurado en falso, que ocurra lo contrario”. Operación de la piedra (Litotomía) se refiere a la
extracción de cálculos vesicales.
Tiene carácter hierático (pertenece a lo sagrado o a los sacerdotes), invoca a los
Dioses pero no pide auxilios divinos a diferencia de la Medicina mágica; eran médicos
laicos independientes de la casta sacerdotal; en él la Medicina es un arte cuyo inicio es
doctrinario (influencia pitagórica). Lo más importante es la dedicación al enfermo, y por
ninguna razón perjudicar al paciente (beneficencia y no maleficencia, principios de la
bioética actual). Prohíbe el aborto. Establece el secreto profesional.
En los Aforismos da las cualidades del médico, que debe ser un buen filósofo:
desinterés, celo, pudor, aspecto digno, seriedad, juicio tranquilo, serenidad, decisión,
pureza de vida, hábito de sentencias, conocer lo que en la vida es útil y necesario, y
reprobar lo malo, ánimo libre de sospechas, devoción a la divinidad. Son ocho libros que
fueron comentados centenares de veces, pueden haber sufrido alteraciones en las
transcripciones pero contienen los conceptos hipocráticos. Decía: “La vida es corta, el arte
es largo, la ocasión es fugaz, la evidencia es engañosa y el análisis es difícil” que significa
que la ciencia es más larga que nuestra vida, y que también es desechable y provisional.
El método hipocrático, que hoy llamaríamos inductivo, consistía en estudiar
minuciosamente los síntomas, llevar registro de ellos y reunir un caudal de observaciones
importante que permita excluir lo accidental y reconocer lo general. Así obtenían
conclusiones sobre el comportamiento de las enfermedades, su terapéutica y el
pronóstico. La atención estaba puesta más en el enfermo que en la enfermedad. El calor
era la condición esencial para la vida y el neuma lo transmitía por el cuerpo (Filolao). Se
unen conceptos babilónicos y egipcios. El calor era mayor en la juventud, constante en la
madurez, disminuía en la vejez y desaparecía en la muerte. Tomaron las ideas de
Empédocles, cuatro elementos formaban el cuerpo: aire, agua, tierra y fuego. Cada uno
de ellos tenía su cualidad particular: frío, humedad, sequedad y calor. Los elementos se
combinaban en los cuatro humores del organismo: sangre, flema, bilis y bilis negra; la
sangre viene del corazón y representa el calor, la flema del cerebro y es el frío, la bilis
amarilla del hígado y es la sequedad, la bilis negra del bazo al estómago y corresponde a la
humedad. De acuerdo al humor imperante en el individuo era su temperamento:
sanguíneo, flemático, colérico y melancólico. Del equilibrio de los humores y sus
cualidades depende la salud. La armonía se llamaba “eucrasia”, semejante al concepto de
isonomía, y su ruptura era la “discrasia” que era causa de enfermedad. En ella había
exceso o defecto de los humores, lo que generaba materia morbosa. El organismo
buscaría restablecer el equilibrio a través de la pepsis en la que actuaba el calor. Los restos
de la materia morbosa que no se destruía en la pepsis se eliminaban al exterior por heces,
orina, sudor, expectoración, vómitos constituyendo la crisis; si esto ocurría en el interior
del cuerpo se llamaba metástasis, la evacuación se realizaba en dos lugares y era más
dolorosa. Toda enfermedad pasaría por las fases sucesivas de discrasia, pepsis y crisis,
cuando no se superaban la evolución era desfavorable.
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Al observar enfermedades cuyo desarrollo cronológico era típico, y siguiendo la
influencia pitagórica de los números, desarrollaron la doctrina de los días críticos (por ej.
Las fiebres palúdicas). El médico debía ayudar a la naturaleza, el tratamiento era ante todo
conservador, ninguna droga drástica: reposo, tranquilidad, dietética, baños, gimnasia,
ejercicios, ungüentos, masajes, infusiones calientes o frías. Solo después de la pepsis
daban enemas, purgantes, eméticos, diuréticos, hacían sangrías, etc. La fe en la naturaleza
redujo el uso de remedios, en el Corpus se mencionaron alrededor de 300 (Papiro de
Ebers hablaba de 900), muchos de origen egipcio como el opio, la mandrágora, la
belladona. Hipócrates descubrió la aspirina que extraía de la corteza de sauce.
En el libro de las Epidemias habla de la naturaleza curatriz. Diferenciaban dos
clases de enfermedades 1) según clima y geografía, 2) según comida y ejercicio. La
superioridad de los hipocráticos estaba en su arte diagnóstico y en los principios de su
terapéutica. Observaban cuidadosamente el estado general del enfermo. Los pasos dados
por un médico contemporáneo estaban esbozados: interrogatorio, inspección, palpación y
auscultación. En el Corpus hay numerosas descripciones semiológicas. Quizá el mayor
mérito de Hipócrates reside en haber inventado la historia clínica, sobrevivieron 42 de
ellas (epicrisis). Son un ejemplo de registro de actos médicos, eran totalmente objetivos y
buscaban desinteresadamente servir de guía a otros médicos en circunstancias parecidas.
En el libro de los Pronósticos afirmaba que sólo sabiendo hacerlos se conquistaba la
confianza del paciente, por lo tanto era importante un buen examen clínico.
Los conocimientos anatómicos derivaban de animales. Se llamó arteria primero a la
tráquea y los bronquios, y más tarde a los vasos creyendo que contenían aire (neuma)
pues se los veía vacíos en el cadáver. Como vena (flebes) describió a vasos que contienen
sangre. Creían que la linfa era leche materna. El útero era siempre bicorne, a la derecha se
concebían los varones y a la izquierda las mujeres. Cuando migraba causaba la Histeria. La
fecundación se producía por la mezcla del semen masculino y femenino en un orgasmo
simultáneo. El coito frecuente mejoraba la salud general y mental de la mujer pues
humedecía el útero. La mejor edad para procrear en la mujer era 20 años y en el hombre
30. Conocían la posición mutable del útero, desconocían el clítoris y las trompas que luego
esboza Aristóteles. Describió la hidropesía del útero (¿enfermedad trofoblástica?). Al flujo
genital lo trataban con prescripciones dietéticas, sangrías bajo las mamas y óvulos
vaginales con sustancias astringentes. Para el prolapso indicaban pesarios. Consideraban
que la esterilidad era mayor en las mujeres obesas y el aborto más común en las más
delgadas. El embarazo debía durar como máximo hasta 300 días. En Obstetricia en la
posición oblicua realizaban la versión de la cabeza, pero la descripción de la maniobra es
poco clara. En el Corpus no había ninguna indicación para la cesárea, en él apareció la
primera descripción de un parto normal. La presentación cefálica se explicaba por el
mayor peso del ombligo a la cabeza que a los pies. En el parto los huesos de la pelvis se
abrían, cuando no ocurría se debía a la debilidad de la pelvis o del niño que no podía
abrirse camino (concepto de desproporción pélvico fetal), el feto debía luchar para salir
del útero. Si el parto no se producía se utilizaban ganchos para traccionar al feto.
Las mujeres embarazadas eran examinadas por las comadronas. Debían ser
multíparas para haber pasado por la experiencia y menopáusicas. Tenían conocimientos
de dietética, cirugía y farmacia. El parto era asistido en el hogar en una silla de parir, la
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comadrona supervisaba la limpieza de la habitación ayudada por mujeres de la familia.
Hacían conjuros a diosas protectoras del parto, utilizaban drogas para acelerar las
contracciones, lubricaban el canal con aceite y cortaban el cordón a cuatro traveses de
dedo de la inserción.
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cordón umbilical. Aceptaba el aborto antes que se desarrollara sensación en el feto como
método de planificación familiar en las familias numerosas.
Defendió la teoría humoral, relacionó las venas de cada brazo con determinados
órganos, que en caso de enfermar podían tratarse con una sangría del lado que
correspondiera. Localizó al alma erróneamente en el corazón, como centro del sistema
nervioso (tacto y gusto del corazón pasaban al cerebro, mientras que el olfato, la audición
y la vista partían desde el cerebro). Escribió sobre administración de la Salud Pública, de la
higiene social, medidas contra accidentes, anatomía y herencia, psiquiatría y profilaxis. Su
discípulo Teofrasto lo sucedió en la dirección del Liceo, éste fue un importante botánico
de la antigüedad.
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sensitivos y motores suponiendo que eran huecos y por ellos corría el neuma. Admitía que
el aire pasaba de los pulmones al corazón, y allí se transformaba en neuma que era
llevado por la sangre, al llegar al cerebro se transformaba en neuma psíquico y recorría los
nervios. Por lo tanto suponía una conexión entre las venas y las arterias a través de unos
vasos finísimos intercomunicantes. Creía que por las arterias circulaba aire, pero podía
haber sangre debido a las comunicaciones con las venas. Asignó importancia vital a la
respiración. Rechazó la patología humoral de los hipocráticos, según él, el origen de la
enfermedad estaba en los tejidos y en los vasos. La sangre era el alimento del cuerpo y el
neuma la sustancia necesaria para la vida. Por lo tanto los trastornos del neuma o una
excesiva cantidad de sangre producían la enfermedad (Plétora).
Herófilo y Erasístrato, que se formaron en la Escuela Médica del Liceo, fundaron
una escuela de Medicina en Alejandría. Enseñaron a las comadronas y Herófilo escribió un
manual para parteras. Sus importantes estudios anatómicos se basaban en cadáveres
humanos. Cornelio Celso, 300 años después, los acusó de practicar la vivisección en
criminales prisioneros del rey, lo cual no pudo ser comprobado. Su obra se perdió en la
destrucción de la ciudad y nos llegó gracias a los escritos de Galeno. Muchos médicos que
allí estudiaban eran judíos, ellos transmitieron los saberes en el Talmud. La Medicina
alejandrina decayó por problemas políticos, los discípulos se dividieron en herofílicos y
erasistráticos, discutían los textos encaminándose al dogmatismo y se fue perdiendo la
investigación.
También fue importante Mitrídates VI Eupator, rey del Ponto, que experimentó
con venenos y contravenenos, que en esa época eran un arma política. Inventó el
Mitridato, con él se intentaba inmunizar al organismo ingiriendo veneno. Crateuas,
médico de su corte, fue un gran farmacólogo, que también estudió venenos y
contravenenos.
La Medicina alejandrina cayó con Egipto y Roma pasó a ser el centro, heredó la
ciencia y las artes médicas. Julio César conquistó Egipto en el 47 aC y por su influencia
médicos importantes partieron a Roma. Cleopatra fue descendiente de la familia de los
Ptolomeos, su hijo fue el último y con él terminó la dinastía.
TEÓRICO N° IV
LA MEDICINA ROMANA
El primer siglo anterior a la era cristiana asiste a la ascensión de Roma y ve a las
águilas imperiales enseñorearse del mundo. Había triunfado sobre Grecia y Alejandría una
nación de menos espíritu pero mejor armada. Buenos soldados, eminentes legisladores,
elocuentes oradores y poetas, los romanos no poseían la curiosidad desinteresada de los
griegos. Su concepto de la ciencia, al revés que el de sus predecesores, fue por completo
utilitario. Mientras los griegos tenían un sentimiento de desprecio hacia las aplicaciones
técnicas de sus logros científicos, los romanos buscaban sacar provechos prácticos de la
ciencia abstracta. Esta orientación impidió que Roma aumentara de modo significativo el
patrimonio científico que la Hélade le había legado. No dieron a la ciencia ningún
investigador de brillo, pero sí muchos y hábiles compiladores del saber heleno.
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MITOLOGÍA MÉDICA ROMANA:
Apolo y Marte eran considerados dioses protectores de la salud. Febris y Mephitis
eran diosas de las fiebres y los miasmas (efluvios malignos que contagiaban la
enfermedad). Lucina, hija de Júpiter y Juno, era la diosa protectora de la menstruación y
de los partos, le elevaban sus plegarias las mujeres embarazadas. Venus, madre de
Cupido, y Uterina, Cunina, Mena y Rumina eran diosas que protegían la vida sexual.
El culto a Asclepios se introduce en Roma en el 200 aC cuando la peste asolaba la
ciudad. Decidieron enviar una diputación a Epidauro para obtener consejo y auxilio de
Asclepios. La leyenda cuenta que mientras eran agasajados con fiestas en el templo, una
serpiente se deslizó por las calles hacia la nave romana, lo que fue tomado como una
decisión del dios de ayudar a Roma. Al regresar la serpiente nadó hacia una isla y en ella
levantaron el templo a Asclepios, que en Roma sería Esculapio, y fue liberada de la peste.
21
y en la menstruación, no nombró al himen. Creía en la migración uterina (Histeria).
Describió los cotiledones de la placenta. Como método anticonceptivo aconsejaba la
oclusión del útero con algodón, ungüentos y sustancias grasas con acción espermicida.
Estaba en contra del uso de amuletos (magia) como anticonceptivo. No aceptaba el
aborto. Describió el vaciamiento de la vejiga con sonda antes del parto y la protección del
periné al desprenderse la cabeza fetal. Desarrolló un modelo de silla para su asistencia.
Muy importante fue la descripción de la maniobra de la versión interna para la extracción
fetal, que desarrolló con exactitud, aconsejaba la embriotomía sólo en caso de urgencia.
Indicó los signos de madurez del RN y aconsejó la sección del ombligo con doble ligadura.
Fue el primero que utilizó el lavado de ojos del RN con aceite, prescribió normas para
vestirlo (faja). Indicaba la lactancia recién al tercer día para la recuperación de la madre,
los primeros días sólo miel hervida. Dio prescripciones para el destete, la dieta del niño,
los baños, la dentición, enfermedades infantiles como la diarrea y su tratamiento.
Se creó la escuela de los neumáticos, que consideraban que el neuma era la base y
el centro de la vida. La salud dependía de las condiciones del neuma y su tono, lo que se
reconocía por el pulso. La enfermedad se debía a una discrasia de los elementos que
alteraba al neuma.
Rufo de Efeso, formado en Alejandría, escribió un texto de anatomía. Fue el
primero que describió y nombró al Clítoris, estudió la peste bubónica. Areteo de
Capadocia, médico hipocrático, llamó a la diabetes con ese nombre y se ocupó también de
las enfermedades mentales. Dioscórides fue un notable botánico de la Antigüedad,
escribió “Materia Médica” para ayudar a la identificación de las plantas medicinales.
Describió 600 vegetales indicando los lugares donde crecen las especies, su uso y la
enfermedad que curan. Desarrolló la preparación y aplicación del opio; venenos vegetales
y sus antídotos. También algunos remedios de origen mineral como el acetato de plomo,
agua de cal, y el óxido y sal de cobre. Andrómaco, médico del emperador Nerón, creó la
Triaca a partir del Mitridato (famoso medicamento para múltiples usos).
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que estudian ver los cadáveres, para aprender a conocer la posición y el orden de cada
parte, lo que se demuestra mucho mejor en un cadáver que en hombre vivo”. Hablaba de
una Medicina laica y aceptaba el estudio de la anatomía en cadáveres humanos; criticó a
Herófilo y Erasístrato denunciándolos por haber realizado vivisecciones, esto nunca se
demostró. Tomó la patología humoral hipocrática con importantes prescripciones
higiénicas y dietéticas. En su farmacología distinguió purgantes, sudoríficos, diuréticos,
vomitivos, narcóticos, etc. Trataba las afecciones del ojo con jugo de mandrágora con
buenos resultados, Galeno también lo usó pero luego fue olvidado. Cohibía la hemorragia
con paños de agua fría, vinagre y de ser necesario ligadura de los vasos. En el cáncer de
mama aconsejaba cirugía sólo si era incipiente, pues sino empeoraba. Describió la
apendicitis, su tríada de los síntomas de la inflamación (rubor, dolor y calor) que se
enseña aún en nuestros días. Afirmaba que el médico debía siempre confesar y reconocer
sus errores. Su obra fue uno de los primeros tratados médicos que se imprimieron en el
Renacimiento.
Cayo Plinio Segundo (23 – 79 dC) llamado Plinio El Viejo fue el más grande de los
naturalistas latinos. Nació en Alemania, vivió en Roma y falleció durante la erupción del
Vesubio. Fue abogado, militar y marino, el más infatigable de los compiladores que conoce
la historia. Escribió 37 libros de la “Historia Natural”, que abarcaba todo el saber sobre la
naturaleza de aquella época. Leía continuamente, aún al bañarse, pero carecía de espíritu
crítico. Mezclaba hechos irrefutables con fábulas ingenuas y sagaces deducciones. Un
secretario apuntaba lo que él iba diciendo. Su idea de la naturaleza era finalista,
conforme a las enseñanzas de Aristóteles, y creía que todo el universo existía para servir al
hombre. Esta idea es la que dirigió su prolija descripción de las plantas medicinales, afirmó
que todos los vegetales poseían propiedades terapéuticas, y que para cada enfermedad
existía una planta curativa. Halló la muerte cuando intentó hacer una observación
personal en la erupción del Vesubio, que destruía a Pompeya y Herculano, asfixiado por
los gases del volcán.
CLAUDIO GALENO
Era una época en que no había avances científicos, la enseñanza se estancó, la
anatomía se estudiaba en animales, se acentuaron las diferencias entre las escuelas de
Cos y Cnido; fue allí en que el punto de equilibrio lo halló Galeno. Claudio Galeno, nacido
en Pérgamo (130 -200 dC), primero estudió filosofía; fue el más grande representante de
la Medicina en tiempos de los césares y el último gran biólogo de la Antigüedad. Eclipsó
durante más de 1000 años el glorioso nombre de Hipócrates. Era un médico griego que
pertenecía a la escuela alejandrina, creó una síntesis de los conocimientos médicos
griegos sobre bases anátomo-fisiológicas. Difería de Hipócrates para quien la Medicina era
un arte donde la intuición personal y la experiencia jugaban un papel importante, en
cambio para Galeno era una ciencia que debía seguir cánones rigurosos y rígidos (como si
fuera una ciencia exacta). A los 28 años regresó a Pérgamo donde fue designado médico
de gladiadores; allí desarrolló fama y experiencia, luego viajó a Roma donde se convirtió
en el médico de los césares. Con una personalidad conflictiva, alardeaba creyendo que
había aclarado todos los problemas que presentaba la salud humana. Escribió 400 obras
23
de las que llegaron 80 a nosotros (la Articella). Él decía: “Debe concederse que Hipócrates
abrió el camino, pero no lo siguió. Él señaló por donde ir; yo he ido”.
Neuma (griego) = Espíritu (latín). Significa lo que pone en funcionamiento a los órganos de una
cavidad. Como prender una máquina (OFF).
El principio básico de la vida era un fluido o espíritu, el neuma, que se manifestaba
bajo tres formas: como espíritu natural con asiento en el hígado y que presidía la
formación de la sangre y las funciones metabólicas; el espíritu vital asentado en el corazón
que dirigía el movimiento sanguíneo y el calor del cuerpo; y el espíritu psíquico que se
encontraba en el cerebro y era la base del intelecto humano. Según él, el alimento que
llegaba a través de la vena porta al hígado se transformaba en sangre como neuma
natural, iba a la aurícula derecha donde actuaba el calor del corazón y por las venas se
distribuía en el resto del cuerpo, librándose de impurezas que eran exhaladas por el
pulmón. La sangre atravesaba el tabique interventricular a través de poros invisibles e
ingresaba al ventrículo izquierdo. Allí se mezclaba con el aire que provenía de los
pulmones a través de la vena pulmonar conteniendo el espíritu vital (sangre purificada), y
se distribuía por el organismo por el sistema arterial. La sangre arterial que llegaba al
cerebro se impregnaba del neuma psíquico y recorría los nervios.
Era adepto a la filosofía de Aristóteles, por lo tanto sostenía que cada cosa en la
naturaleza tenía una causa final, por eso cada órgano poseía una razón de ser, la
naturaleza no hacía nada en vano, lo que demostraba la existencia de Dios. Galeno
suponía una inteligencia divina creadora del mundo según un plan preconcebido.
Consideró al cuerpo un instrumento del alma, sus fundamentos coincidían con el dogma
cristiano por lo cual recibió el apoyo de la Iglesia. Su autoridad quedó consolidada y
permaneció inmutable e inatacable hasta el Renacimiento. Sus observaciones anatómicas
no podían ser criticadas pues los que lo intentaran serían considerados herejes. Su sistema
monoteísta hizo que también fuera adoptado por los médicos árabes y hebreos.
Defendió la teoría de los cuatro humores hipocráticos, y según el predominio
describió cuatro temperamentos humanos: sanguíneo, colérico, flemático y melancólico.
Cada enfermedad iba acompañada de una lesión orgánica; se podía deber a una alteración
del equilibrio humoral o un mal funcionamiento de un órgano. La clave del tratamiento
era el poder curativo de la naturaleza (higiene, dietética y medicamentos). Erróneamente
creía que el pus favorecía la curación de las heridas, llamada Teoría del Pus Loable. La
terapia galénica se basaba en el “contraria contraris”, como la aplicación de calor en
enfermedades derivadas del enfriamiento y viceversa; y realizaba la evacuación en la
Plétora, utilizaba la sangría, que podía tener una acción revulsiva si se practicaba en una
parte del cuerpo lejana a la enfermedad, y derivativa si era próxima al órgano enfermo. Su
mérito real residió en haber sido el fundador de la Medicina experimental. Realizó la
sección de la médula de animales y describió las parálisis que provocaba, observó que las
arterias tenían sangre y no aire, etc. muchos de sus errores se debieron a que estudiaba
la anatomía en animales (cerdos y monos). Fue el primero en reconocer que la respiración
no sólo añade alguna sustancia al organismo, sino también lo depura de otras. Describió la
hidrofobia y el cólera. Fue el último de los grandes griegos, cuando su voz se apagó se
silenció la del mundo antiguo.
24
LA HIGIENE PÚBLICA
En Roma reafirmaron y perfeccionaron los preceptos higiénicos de las sociedades
antiguas. El cuidado de la Salud Pública era tarea de los legisladores. Debido a las
inundaciones del Tiber construyeron canales para evitar las zonas palúdicas. También
construyeron importantes acueductos, Roma tenía catorce, lo que permitía una
disposición de agua mayor al alcanzado por una ciudad moderna. Las casas tenían baños
privados y también había baños públicos llamados balneas y termas con perfectas normas
higiénicas. En los mercados vigilaban la calidad de los alimentos, y en ocasiones
particulares los distribuían al pueblo. Prohibían el entierro de cadáveres en las ciudades,
más adelante utilizaron la cremación, pero con la difusión del Cristianismo fue abolida.
La ley Aquilina vigilaba a los médicos, quienes eran responsables de toda
negligencia, regulaba el ejercicio de la Medicina (civil). La ley Cornelia los castigaba
cuando causaban la muerte de un paciente (penal, eran deportados o decapitados);
prohibía severamente el aborto; normatizaba el diagnóstico del embarazo a través de
cinco matronas; también regulaba la prostitución, los prostíbulos sólo se abrían de noche
y debían estar fuera de la ciudad, las meretrices estaban registradas. La ley de los
Decentivos fijaba como décimo mes el término máximo de la gestación, rechazando la
legitimidad al nacido en el undécimo mes (herencia). La ley Regis permitía la realización
de la cesárea sólo cuando moría la madre con el objetivo de salvar la vida del niño.
EL EJERCICIO PROFESIONAL
Al principio estaba en manos de esclavos, ya vimos que los médicos eran griegos y
esto provocaba rechazo pues lo veían como una penetración en sus costumbres romanas.
En tiempos de la República estudiaban en forma privada y sin control estatal. Galeno
escribió sobre la importancia de la filosofía para el médico y consideraba necesario un
período de estudio de 11 años. La Medicina romana no señaló ningún progreso que no se
deba a médicos griegos y los escritores latinos fueron sólo recopiladores. La Medicina fue
ejercida casi exclusivamente por extranjeros, debemos tener en cuenta que se trató de un
pueblo de conquistadores.
Julio César concedió la ciudadanía romana a todos los médicos, por lo cual la
profesión comenzó a tener otra dignidad. Regularon los estudios y desarrollaron escuelas
de Medicina. Se daba importancia a la botánica y tenían huertas de estudio. Para la clínica
acompañaban al maestro a la casa del paciente. Con el tiempo los que enseñaban
Medicina obtuvieron privilegios y aumentaron las exigencias para los alumnos. Un Colegio
formado por los mejores médicos concedía la licencia para ejercer. Augusto creó una
biblioteca pública, iban estudiosos a Alejandría para copiar sus libros. Durante el Imperio
tenían médicos elegidos por el municipio para atender gratuitamente a los pobres. Los
que ejercían en forma privada tenían derechos como la eximición de impuestos. Las
vestales, sacerdotisas vírgenes que cuidaban el fuego sagrado, eran confiadas al cuidado
de una respetable matrona. Había especialistas como oculistas, otólogos, ginecólogos,
dentistas, mujeres médicas y comadronas (obstetrix). Hubo un notable desarrollo de la
Medicina militar. Tenían hospitales para soldados, pero también para esclavos, llamados
“valetudinarios”, que fueron los primeros hospitales de la Historia.
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TEÓRICO N° V
LA EDAD MEDIA
El fin del siglo IV asiste a la rápida decadencia del Imperio Romano, su destino fue
sellado en el año 395 en que Teodosio el Grande lo fragmentó dividiéndolo entre sus dos
hijos Honorio y Arcadio: Roma y Bizancio ya no se reunirían nunca más. Este
acontecimiento repercutió sobre el poderío militar del Imperio, minado por varios
factores de orden económico y social. Las minas de oro y plata de España y Grecia se
agotaron, y el tesoro del estado en moneda se redujo a la quinta parte en el lapso que
separa a Augusto de Justiniano. La brutal reducción del circulante causó la caída de los
precios y el abandono de los cultivos; la agricultura había dejado de ser un buen negocio.
El paludismo causó estragos en regiones enteras aumentando la despoblación. Además la
sociedad se pervertió en sus fines adoptando una actitud de hedonismo y dispendio nunca
vista. Una gran parte de los súbditos romanos estaba reducida a la esclavitud y debía
esforzarse para producir las necesidades siempre crecientes de sus amos. Con una masa
tan enorme de descontentos en su seno Roma no estaba en condiciones de resistir un
ataque. En el 410 los Visigodos, al mando de Alarico, saquearon Roma. En el 476 el último
emperador de Occidente, Rómulo Augústulo, fue depuesto por un bárbaro.
Constantino I había legalizado la religión cristiana en el 313 dejando de ser perseguidos, y con
Teodosio se convirtió en la religión oficial del Imperio en el 380.
El Imperio de Oriente sobrevivió a la caída de Roma, pero no la civilización
grecorromana. Justiniano clausuró la Academia Platónica de Atenas en el 529 para acabar
con el paganismo. Los árabes, acaudillados por el Califa Omar, irrumpieron en el 640 en
Alejandría. Sólo Constantinopla encerró en sus muros la preciosa herencia. En Occidente,
al vacío cultural de los bárbaros, sólo una institución se alzó poderosa para regir los fines
espirituales: la Iglesia Católica. Todos los ramos del saber se subordinaron a las finalidades
religiosas, la ciencia de este mundo fue dejada de lado en favor de la teología, único
conocimiento que contribuía a la salvación de las almas. En una sociedad que esperaba el
Juicio Final, y que veía en la vida terrena un mero peregrinar en procura de la existencia
eterna ¿qué sentido tenía el estudio de la naturaleza? Sólo unos fragmentos, mal
traducidos a un tosco latín, quedaban en los monasterios. Las cuestiones referidas al
cuerpo eran consideradas pecaminosas, por ello se perdieron muchos hábitos de higiene.
La Edad Media se divide para su estudio en dos períodos:
ALTA EDAD MEDIA (siglo V a XI) finalizó con el resurgimiento económico y la lucha de tres imperios:
bizantino, carolingio e islámico.
BAJA EDAD MEDIA (siglo XII al XV) finalizó con la crisis del siglo XIV, con la economía en transición
del Feudalismo al Capitalismo, proceso que se instaló con la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII.
LA MEDICINA CRISTIANA
El Cristianismo ejerció una acción muy importante, directa o indirectamente, en el
desarrollo de la medicina que se fusionó con el concepto religioso. La adoración de
Cristo, considerado como el salvador de todos los males físicos y morales, sustituyó en el
pueblo la adoración de Esculapio. Cristo era el médico del alma y el cuerpo, y el Evangelio
era el auxilio de los enfermos. Así se formó una medicina religiosa cristiana, en la que la
plegaria, la imposición de las manos y las unciones con óleos santos eran consideradas los
remedios más importantes. Casi exclusivamente se recurría al auxilio divino para curar las
26
enfermedades. De allí derivó una elevada valoración de la vida humana, y los conceptos
de caridad e igualdad que imponían a cada fiel a Cristo los más graves sacrificios para
disminuir el sufrimiento del hermano. El ejercicio de la medicina práctica fue considerado
una obra de caridad; pero el ocuparse de problemas médicos e investigar para aclarar el
origen o causa de los males aparecía como un estudio inútil y casi pecaminoso en una
época en que predominaba absolutamente el sentimiento místico.
Europa vio surgir los monasterios, a semejanza del que San Benito de Nurcia había
fundado en Montecassino en el siglo V, a 130 km al sur de Roma. Las reglas benedictinas
establecían la obligación de los monjes de prestar auxilio a los enfermos; por consiguiente
la mayoría de las casas conventuales poseían un jardín para sus herbolarios y una
enfermería. Cuando las pestes y las guerras sacudieron toda Italia, únicamente la
potestad cristiana brindó protección a los estudiosos en los conventos. Sólo la
comunidad cristiana era capaz de asistir al enfermo en esos tiempos tan duros. Los
hospitales se establecieron alrededor de los conventos y aún dentro de ellos mismos. Así
nació la medicina monástica, culminación de todas las medicinas religiosas, que más tarde
floreció por obra de las órdenes caballerescas como la de los Caballeros de San Juan y la
de los Templarios. Montecassino llegó a ser un importante centro de estudios de
medicina. La doctrina de San Benito y su práctica se extendió a los numerosos claustros
que fueron surgiendo. Hospitales, asilos y hospicios se crearon próximos a los conventos, y
se difundió cada vez más entre los monjes el interés por los estudios. De los benedictinos,
maestros infatigables, partió la iniciativa de la fundación de las escuelas catedralicias, en
las que por obra de Carlomagno se enseñaba la medicina desde la infancia.
LA MEDICINA BIZANTINA
Constantinopla era el centro de los estudios y el arte. Se difundió la doctrina
cristiana. San Agustín encontró respuestas en el Neoplatonismo y se convirtió en el 385 al
Cristianismo, poco después fue obispo en el 395. La filosofía fue entonces neoplatónica.
La ciencia estaba sometida a la autoridad de la Iglesia, en ella se conservaba una
parte considerable de las tradiciones de la antigua medicina griega. Había médicos
cristianos, entre los primeros estaban los hermanos Cosme y Damian. Curaban con auxilio
de la fe y sufrieron el martirio bajo Dioclesiano que persiguió a los cristianos en el 300.
Devenidos en santos eran protectores de los médicos y farmacéuticos; junto a su tumba
se multiplicaron las curaciones milagrosas. Otros santos fueron:
San Roque y San Sebastián, protectores contra la peste.
San Job, contra la lepra.
San Antonio Ermitaño, contra el ergotismo (fuego de San Antonio).
San Antonio de Padua, fracturas y afecciones del estómago e intestinos.
Santa Apolonia, dolores de muelas.
Santa Lucía, enfermedades de los ojos.
San Ramón, embarazadas y nonatos. Nació de una cesárea de su madre muerta.
27
fundado por San Basilio en Cesárea en el 370. Se los denominó Nosocomium. Los médicos
más importantes fueron:
Oribasio de Pérgamo, 325 al 403, médico de palacio del emperador Juliano.
Escribió 70 libros en los que sigue a Galeno. Dedicó un capítulo a la dietética de la
embarazada y la elección de la nodriza.
Alejandro de Tralles, 525 al 605, escribió sobre patología y terapéutica de las
enfermedades internas.
Pablo de Egina, primera mitad del siglo VII, ginecólogo, residía en Alejandría en el
640 cuando irrumpieron en ella los árabes. Se destacó en su habilidad técnica, su libro
más importante estaba dedicado a la cirugía. Según él el asiento más frecuente del cáncer
era en el útero o la mama, también se ocupó de las operaciones de los condilomas de los
genitales femeninos y de la atresia, de la posición en que debía colocarse una mujer para
ser operada (actual posición ginecológica) y de cómo colocar el espéculo.
A modo de resumen la evolución de la medicina hasta ahora fue:
Empírica y sacerdotal.
Investigación científica durante el esplendor helénico.
Experimental y filosófica en la escuela de Alejandría.
Política e higiene del Estado en la Roma imperial.
En la decadencia romana, a la sombra de la Iglesia Cristiana.
Bajo la medicina dogmática la asistencia al enfermo como obra de piedad divina
y humana.
LA MEDICINA ÁRABE
En esa época, científicamente la más estéril de Occidente, irrumpieron los árabes.
Durante los siglos IV y V en el Imperio bizantino se produjeron importantes disputas
religiosas. Los nestorianos de Antioquía fueron declarados herejes y debieron huir, eran
un grupo de intelectuales que cultivaban la filosofía y las ciencias antiguas, en especial la
medicina. Primero huyeron a la escuela de Edesa, famosa por su academia de medicina,
que les sirvió de refugio; el emperador bizantino Zenón entonces la cerró. Los maestros y
sus discípulos se trasladaron a Persia (siglo VI) a la ciudad de Gundishapur y reinstalaron
su escuela de medicina. Ésta se transformó en la metrópolis cultural de Persia, a donde se
dirigían los estudiosos de todo Oriente. Estos cristianos de Oriente llevaron consigo al
destierro la civilización helenística. Mientras tanto, en el 529, el emperador Justiniano,
para acabar con el paganismo, decidió clausurar la Academia de Atenas fundada por
Platón nueve siglos antes. Sus profesores emigraron también a Persia.
En el año 622 Mahoma abandonó su ciudad natal de la Meca y se instaló en
Medina, desde allí imbuyó con su prédica acerca del Dios único y logró unificar casi toda
Arabia bajo su mando. A su muerte los árabes se lanzaron a una increíble conquista,
cayeron en sus manos Palestina, Persia y Egipto. El Islam extendió sus fronteras y logró un
fabuloso imperio. Con sentido práctico, ante la dificultad para administrarlo, dejaron que
sus súbditos continuasen con sus costumbres y sus lenguas nativas en el campo civil; pero
debían acatar la autoridad, pagar los impuestos y sus hábitos no podían contradecir el
Corán. En el terreno religioso el idioma obligatorio era el árabe, los nuevos conversos
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debieron aprenderlo y fue el medio de expresión común del Islam. Al hablar de la ciencia
árabe el factor de unión se encontraba en el idioma.
En el 762 se fundó Bagdad, que llegó a ser la sede del Califato. Cuenta la tradición
que en el 765 el califa de Bagdad Al Manzur sufría de una seria enfermedad. Sus emisarios
fueron a Gundishapur en la búsqueda de su más afamado médico. Éste lo curó y entonces
él y sus descendientes quedaron como médicos de los califas, Al Manzur ordenó las
primeras traducciones árabes de los libros antiguos. Rápidamente se reconoció la utilidad
de los científicos y humanistas, apoyados en el versículo coránico que expresa: “La tinta de
los sabios es tan preciosa a los ojos de Dios como la sangre de los mártires”. En Bagdad el
califa creó la Casa de la Sabiduría, donde se pagaba con oro los libros escritos o
traducidos por sus sabios. Muchos traductores fueron médicos. Tradujeron del griego y
del sirio, además de la filosofía (sobre todo Aristóteles), casi toda la obra de Galeno,
Dioscórides y el Corpus Hippocraticum.
Cuando el Imperio musulmán se constituyó en España la ciudad de Córdoba,
fundada en 960 se convirtió en la Bagdad occidental. Con sus 80 escuelas y su importante
biblioteca superior a cualquiera de la Europa cristiana. Córdoba, Toledo y Sevilla fueron los
centros del saber occidental. La ciudad de Córdoba entre los siglos X a XII con casi un
millón de habitantes, 3.000 mezquitas, 500 baños públicos, 50 hospitales, con alumbrado
público, su biblioteca de 300.000 volúmenes para ávidos estudiosos, y sus niños que iban
a las escuelas superaban tanto a París como a Londres.
A tres siglos de la muerte del profeta Mahoma el árabe se había constituido en el
idioma del saber. La contribución de los árabes a la Historia de la Medicina permitió que
no se perdiera el conocimiento adquirido por la Antigüedad, pero también impulsaron el
ejercicio de una medicina laica y una dirección particular hacia la Química y las ciencias
exactas, con los árabes nació la Farmacología. La palabra droga tiene origen en su idioma,
como alcohol, álcali, jarabe, alcanfor, almizcle, etc. Difundieron el ruibarbo, láudano,
tamarindo, nuez vómica, nuez moscada y clavo de olor. La farmacia comenzó su vida
científica, y la tradición de Persia en la preparación de perfumes y colorantes permitió
perfeccionar las preparaciones. En el estudio de la química investigaron el elixir de la larga
vida y el oro potable. Buscaban transmutar los metales (el mercurio en oro) y curar todas
las enfermedades. Desarrollaron los jarabes con extractos de frutas y algunos narcóticos.
Los médicos árabes continuaron a Hipócrates y a Galeno, pero manifestaron un espíritu de
observación personal, y una tendencia a la crítica independiente y a nuevos experimentos,
sobre todo en el campo de la terapéutica.
Rhazés: persa, 865 al 925, ejerció en Bagdad, clínico sagaz y propulsor de la
terapéutica farmacológica. Su mayor mérito fue la descripción de la viruela,
distinguiéndola del sarampión.
Avicena: persa, 980 a 1037, fue un niño prodigio que conocía el Corán de memoria
a los 10 años. A los 18 fue nombrado médico de la corte. Su obra principal fue el Canon de
la medicina, probablemente el libro de texto de mayor influencia pues fue estudiado por
seis siglos en las escuelas de medicina; traducido al latín alcanzó difusión en Occidente
hasta fines del siglo XVI. Lo que hizo Galeno para los romanos, lo realizó Avicena para los
musulmanes. Su Canon es el compendio y la codificación de la medicina greco – árabe, en
un ordenamiento sistemático estaban las doctrinas de Hipócrates, Galeno, Aristóteles y su
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experiencia personal. En la forma dogmática de exposición Avicena se asemejó a Galeno,
aparentando una certeza absoluta y conceptualizándola como si fuese una ciencia exacta.
Se organizó la enseñanza práctica de la medicina y los servicios sanitarios. En
Bagdad había hospitales, allí atendían enfermos y enseñaban, examinaban y conferían
diplomas. En el siglo XI comenzó la decadencia del Califato, y España adquirió particular
importancia para la ciencia, su baricentro se trasladó de Oriente hacia el islamismo
occidental. El Califato de Córdoba fue un lugar de confluencia de las culturas árabe,
hebrea (sus médicos también atesoraron conocimientos de la Antigüedad) y cristiana.
Abulcasis: murió en 1013, eminente cirujano no se sabe si fue judío o cristiano
renegado. Describió 200 instrumentos quirúrgicos, inventó el uso de una sonda para sacar
cuerpos extraños del esófago y otra para investigar la uretra. Se ocupó también de la
odontología. En su importante obra describió 50 enfermedades susceptibles de ser
tratadas mediante la cauterización.
Avenzoar: vivió en Sevilla, murió en 1162, fue un gran clínico. Refutó a Avicena y
algunas opiniones contrarias a Galeno. Dio gran importancia a la práctica. Consideró que
el médico no debía ocuparse de la cirugía ni de la preparación de los medicamentos.
Averroes: nació en Córdoba, 1126 al 1199, fue un valioso filósofo, el gran
comentador de Aristóteles. Aseveró que la religión no debía intervenir en el
conocimiento humano, por lo cual fue expulsado de España. Su discípulo Maimónides lo
ocultó entre los judíos para protegerlo. Escribió el Colliguet, descubrió que la viruela no
ataca dos veces a la misma persona.
Maimónides: vivió en Córdoba, 1135 al 1204, gran pensador del judaísmo sefaradí.
Debió radicarse en Egipto por ser perseguido por judío; y allí ejerció la medicina llegando a
ser médico de los califas de El Cairo. Tuvo una actitud clínica que se asemejó al método
hipocrático, entrevió la medicina psicosomática. Polemizó con Galeno; fue un filósofo
racionalista y aristotélico.
Ibu el Baitar: médico de emires egipcios y profesor en El Cairo, 1197 al 1248,
desarrolló una obra sobre las virtudes de los remedios y alimentos simples conocidos. En
él citó 1500 drogas, un millar de origen clásico y 500 de observación de botánicos árabes.
Las comadronas árabes eran muy hábiles, poseían conocimientos obstétricos,
suturaban el periné ante los desgarros con el cabello de la paciente y utilizaban maniobras
para la extracción fetal. La cirugía era generalmente considerada indigna del médico,
practicada por personas subalternas. La anatomía no se podía estudiar en cadáveres por
prescripciones religiosas. En la terrible epidemia de peste de 1348 dos médicos
musulmanes afirmaron la contagiosidad de las enfermedades mediante vestidos, ropa
blanca y objetos de uso común, así como la necesidad del aislamiento de los pestilentes.
Las escuelas y bibliotecas de Córdoba, Toledo y Sevilla ofrecieron el primer punto de
contacto entre el saber del Islam y la cultura del Occidente; que comenzó a apreciar el
valor de las fuentes musulmanas. Se transmitieron los conocimientos clásicos, las obras
griegas se tradujeron del árabe al latín y comenzó el despertar intelectual en Europa.
LA ESCUELA DE SALERNO
En Italia el pensamiento médico continuó su desarrollo lento y en la sombra. La
medicina laica, nunca interrumpida, se forjó en la Escuela de Salerno. En ella confluyeron
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las corrientes médicas antiguas y contemporáneas: de las griegas de la baja Italia y del
Egipto a la monástica, de las judaicas a las árabes, de las orientales a las nórdicas. Todas se
unieron en una obra secular. Surgió entonces en la bahía la “Civitas Hipocrática”, sede de
la escuela salernitana. Comenzó en el siglo IX, tuvo su esplendor en el XII y decayó en el
XIV. Salerno está ubicado cercano a Nápoles, tiene un clima benigno y era una zona de
confluencia cultural y comercial.
Desde fines del siglo VII los benedictinos atraían enfermos de todas las partes del
mundo. La leyenda dice que fue fundada por cuatro médicos: un griego, un latino, un
hebreo y un sarraceno. Esto marca su carácter cosmopolita desde su comienzo, era una
medicina laica y los diez médicos que componían el colegio hipocrático eran pagados por
los escolares. Había manuales de estudios que eran resúmenes de los antiguos textos
griegos, la terapéutica era hipocrática. Bajo la influencia de la medicina árabe, a fines del
siglo XI, la escuela alcanzó su mayor esplendor con Constantino El Africano (1010 – 1087).
Era un mercader cartaginés que viajó y estudió en Siria, India, Etiopía y Egipto. Reunió
numerosos libros de medicina que luego tradujo al latín y fue monje benedictino en
Montecassino; aportó muy importantes conocimientos que le permitieron a la escuela ser
rectora en la enseñanza médica europea. Muchas de las obras que tradujo pasaron como
suyas: del árabe los Aforismos de Hipócrates, la Articella de Galeno y los comentarios a los
Aforismos de Galeno. Al carácter cosmopolita se agregó la laicicidad de la enseñanza,
aunque muchos de sus maestros eran clérigos, y la admisión de mujeres al estudio y la
enseñanza (como Trótula que no se sabe si era médica o partera). El interés de sus
maestros estaba centrado en el empirismo y la observación. Sus consejos eran emitidos
como corporación y no en forma individual. En hospitales y bibliotecas los alumnos se
reunían alrededor del maestro. Estos médicos gozaban de una alta reputación, a ellos
acudían enfermos de toda Europa.
El más célebre de los tratados de la escuela fue el poema Régimen Sanitatis
Salernitanum. Esta obra resume en verso las ideas que sobre la medicina y la higiene
tenían, fue la espina dorsal de toda la literatura médica práctica hasta el Renacimiento.
Otra obra importante fue “De aegritudinum curatione”, texto anónimo del siglo XII, era
una recopilación que usaban como libro de texto en la enseñanza. Nos permite conocer su
concepto de la patología y la terapéutica, tenía influencia árabe. La primera parte hablaba
de las fiebres y la segunda, más importante, de la curación de todas las enfermedades. En
ella opinaban siete maestros de la escuela, una de ellos era Trótula. En las afecciones
ginecológicas enumeraba afrodisíacos y abortivos, fármacos anticonceptivos y otros
remedios cosméticos. Las indicaciones sobre afecciones quirúrgicas eran pocas, casi todas
con aplicaciones externas. Disecaban animales, sobre todo cerdos, siguiendo los textos de
Galeno. El cirujano salernitano más importante fue Ruggero de Frugardo, escribió “La
práctica quirúrgica”. Desaconsejó el tratamiento quirúrgico en carcinomas del recto y del
cuello del útero por los escasos resultados. La fama de la escuela hizo que Federico II sólo
a ella le concediera el derecho a dar licencia a los médicos para ejercer la práctica; y en
el 1240 afirmó que la enseñanza de la anatomía debía ser en el cadáver . El estudio
comprendía cinco años y uno más de práctica bajo la dirección de un médico experto.
Mientras tanto continuaba la medicina monástica, los monjes recibían nociones
fundamentales. San Benito destinó un capítulo a la enfermería conventual. Pero ni las
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escuelas monásticas ni las catedralicias se ocuparon de la formación médica como una
actividad docente efectiva y continuada. En el siglo X las órdenes, cada vez más ricas y
poderosas, comenzaron a ejercer actividades médicas fuera de los conventos pues eran
llamados por enfermos ilustres. En 1130 el Concilio de Clermont y en 1134 el Concilio de
Letrán prohibió a los monjes el ejercicio de la práctica médica. En 1219 se les prohibió
salir del claustro. Honorio III prohibió también a los clérigos seculares que ejercieran la
medicina, ésta pasó a manos laicas. Con las primeras Universidades en el 1200 la
medicina fue enteramente laica.
La declinación de la Escuela de Salerno se precipitó con el saqueo a la ciudad en
1193 por las tropas del emperador Enrique VI. Las nacientes Universidades copiaron sus
métodos y atrajeron a sus maestros para la enseñanza. Fue por lo tanto precursora de los
estudios universitarios de Medicina.
LAS UNIVERSIDADES
Nacieron en la Edad Media como una corporación de docentes y alumnos que,
reunidos en una agremiación de estudios, se colocaban bajo la protección del Papa, del
emperador romano germánico o de la municipalidad de su burgo, para librarse de la
autoridad de los prelados o feudales de la región. Poseían prerrogativas como el
autogobierno, la potestad de conferir diplomas, privilegios y fueros particulares para sus
miembros. Las carreras eran derecho, teología, medicina y las artes (ciclo introductorio
para estudios superiores). El pensamiento escolástico de la Iglesia, enciclopedista y
dogmático, monopolizaba los estudios. La filosofía aristotélica, en la interpretación de
Santo Tomás de Aquino (educado en Montecassino), regía la enseñanza. Esta filosofía
escolástica predominó en la Edad Media.
La Escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval. Dominó en
las escuelas catedralicias y en los estudios generales que dieron lugar a las Universidades medievales
europeas, formadas por corrientes grecolatinas, árabes y judaicas. Se caracterizaba por una excesiva
dependencia del argumento de autoridad y del abandono de las ciencias y el empirismo. La enseñanza se
podía limitar a la repetición de los textos antiguos, sobre todo la Biblia.
El médico del 1300 se preocupaba de la suntuosidad de los vestidos y del examen
de la orina, investigaba el día y la hora adecuada para la sangría y era ridiculizado por los
escritores de la época. Y sin embargo en ese momento se dieron las condiciones para el
renacimiento de la medicina.
El vaso de orina era el signo distintivo del médico de la época. Las diferentes partes del cuerpo
(cabeza, pecho, vientre y aparato génito-urinario) se visualizaban de arriba hacia abajo. Si al sacudir la
espuma bajaba y muy lentamente volvía arriba la enfermedad estaba en el pecho; si subía rápido estaba en
la cabeza. Eran llamados los profetas de la orina.
La primera universidad fue la de Bolonia, ciudad italiana, en 1088; especializada en
derecho. La segunda fue La Sorbona en París en 1110, que se dedicó a la teología, el
Colegio de Cirugía de San Cosme no pertenecía a ella. Consecuencia del desprecio que la
Edad Media sentía por el trabajo artesanal, los cirujanos constituían una rama del arte
de curar muy inferior a la de los médicos y eran agremiados, por la semejanza de sus
útiles de labor, junto a los barberos. Más adelante se separaron y los barberos
continuaron ocupándose de extraer muelas, realizar sangrías y otras operaciones
32
menores. En Montpellier, ciudad francesa, se estableció la tercera universidad en 1181, se
enseñaba medicina según las orientaciones de Salerno, antes era Escuela de Medicina.
En los primeros tiempos las lecciones se daban en las mismas casas donde estaban
los prostíbulos, según los cronistas de ese tiempo por ser lugares silenciosos durante el
día. Más tarde se reunieron en una famosa calle de Bolonia llamada en los documentos
latinos vicus straminis (de los extranjeros). En verano se amontonaba la paja y en invierno
el heno, sobre el que se sentaban maestros y discípulos, los maestros tenían más paja
para estar a mayor altura que el auditorio. En otras universidades fuera de Italia las
lecciones se daban en la casa del profesor. Los discípulos pagaban por la enseñanza y el
uso de sillas, el maestro les daba hospitalidad y vivían juntos. Así nacieron los colegios,
que tuvieron mucha difusión en Inglaterra. Oxford y Cambridge (1300) tenían los hostels,
donde se suministraba a los estudiantes habitación, alimentos y medios de estudio.
En la universidad de Padua enseñó Pedro de Abano (1250 – 1316), que fue un
averroísta extremo. Un gran maestro de su tiempo, dotado de un espíritu crítico agudo,
que fue perseguido por la Inquisición. Murió durante el proceso, sin embargo en 1316 se
lo condenó a la pira en su cadáver; manos piadosas lo ocultaron y la sentencia se cumplió
con una efigie. El famoso escritor Dante Alighieri fue su discípulo, ya que siguió estudios
de medicina aunque no los completó. Era representado con la vestimenta roja y la piel en
el gorro como vestían los médicos.
En la universidad de Bolonia se produjo el primer despertar de la cirugía con Hugo
de Lucca, su hijo Teodorico de Lucca (1205 – 1298) se ocupó del cierre espontáneo de las
heridas ya que las sustancias que se colocaban sólo lo retrasaban. Recomendó una
narcosis para operar al paciente embebiendo una esponja con opio, beleño o mandrágora;
las dejaba secar y antes de usarlas las sumergía en agua caliente para luego aplicarla en la
nariz del paciente (el método ya era conocido). Aconsejó el uso del mercurio para
enfermedades de la piel. Tal vez el más importante de los médicos de este período fue
Mondino de Luzzi (1270-1326), autor de una Anatomía que sirvió hasta el 1700, muchas
de sus observaciones partían de la disección de cadáveres que él realizaba personalmente
desde 1315, muchas intentaron ser pericias médico legales. Era profesor en la universidad
de Bolonia que se especializaba en derecho. Disecó varios cadáveres femeninos, afirmó
que el útero aumentaba de tamaño durante la menstruación; sin embargo se limitó a la
anatomía de los genitales en los animales y describió que el útero tenía siete cavidades. Al
observar diferencias con los hallazgos de Galeno las atribuyó a errores de traducción o
interpretación.
En Francia el más ilustre de los cirujanos fue Guy de Chauliac (1300 – 1367) que
estudió en Montpellier y luego en la universidad de Bolonia. Fue médico del Papa
Clemente VI en Avignon durante la época de la peste. De él derivó una escuela de cirugía
francesa.
TEÓRICO N° VI
LA EDAD MEDIA (CONTINUACIÓN): LA PESTE DEL 1300
Una epidemia de peste bubónica, conocida con el nombre de peste negra, devastó
Europa a mediados del siglo XIV. Su difusión comenzó en Oriente hacia 1333. Al finalizar la
década del 40 llegó a Europa, arrasando con la cuarta parte de su población, o sea
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alrededor de 25 millones de muertos. La vida económica y social se detuvo, y ejerció una
influencia particular en la evolución de la medicina pues impulsó una necesidad
imperiosa de nuevos estudios y de urgentes medidas de defensa sanitaria. Produjo una
literatura médica con descripciones de formas de peste, consejos para evitarla y leyes
sanitarias. Guy de Chauliac describió la producida en Avignon en 1348, cuando él se
encontraba al servicio del Papa.
En ese momento se desarrolló la hipótesis que era causada por la conjunción de
Saturno, Júpiter y Marte, acaecida el 24 de marzo de 1345. Como tratamiento se
aconsejaba la sangría, los purgantes y enemas. Los bubones se hacían madurar con
emplastos de higos y luego se abrían y curaban. Pero a fines del 1300 se manifestó el
convencimiento de que el origen estaba en el contagio, comenzó entonces una literatura
en forma de consejos para evitarla. Se recomendaba no frecuentar los lugares muy
concurridos, alimentarse bien, desaconsejaban el matrimonio y las conversaciones
políticas. La Facultad de Medicina de París emitió un compendio, se aconsejó quemar gran
cantidad de incienso en las plazas públicas, lugares concurridos e interior de las casas,
consumir carnes secas y ningún alimento excitante ni aceite de oliva, no dormir más allá
del alba, restringir los baños y consideró a los contactos sexuales directamente mortales.
Había recomendaciones para los que asistían a los apestados: el médico debía
vestir una bata larga y usar guantes, en la nariz llevaba una esponja embebida en vinagre
para aspirar, y caminaba lentamente por la habitación del enfermo para no respirar más
aire del necesario y así evitaba los malos humores. Comenzó a desarrollarse la conciencia
de la necesidad de la defensa individual y social; contrariamente al principio hasta
entonces válido que buscaba en la divinidad el origen de todo bien y de todo mal e
indicaba la resignación y la plegaria como únicos remedios. Venecia fue la primera ciudad
en prohibir el acceso a hombres y mercaderías infectas en 1374, aislaban a los enfermos
en lugares en las afueras y era obligatoria la denuncia a todo aquel que supiera de un caso
de peste. Esta ciudad con puerto comenzó con el concepto de “cuarentena”. Al llegar un
barco cuya tripulación era sospechada de enfermedad se los aislaba en sitios expuestos al
aire y al sol, primero fue durante 30 días, pero al ver que no era seguro lo llevaron a 40.
Venecia fue una ciudad modelo por la sabiduría de sus leyes y su política sanitaria, venció
el peligro del suelo palúdico y proveyó de agua potable recogiendo la lluvia en cisternas y
luego filtrándola con sistemas que hoy se admiran. Crearon Magistraturas para el control y
cuidado sanitario, con amplios poderes y extensas atribuciones.
CAUSAS DE LA PESTE NEGRA:
Medicina dogmática, sin investigación (lo que no describió Galeno no tenía
valor).
Los tratamientos se limitaban a Sangrías, Purgantes y Enemas.
Más interés en el alma y la vida eterna que en el cuerpo que era
pecaminoso.
Por lo tanto había falta de Higiene y de medidas sanitarias.
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Se ordenó la enseñanza universitaria.
Literatura Médica y popular sobre Higiene.
Progresos en Farmacología.
Humanismo en Italia.
EL CUATROCIENTOS Y EL HUMANISMO
Desarrollo de la literatura dedicada a la Higiene (ya iniciada con la peste).
Progresos en la enseñanza de la Anatomía.
Movimiento cultural con centro en Italia, el Humanismo: amor por las ciencias
naturales, especialmente la Botánica. Plinio y Dioscórides. Se hacen comunes los
libros con figuras, que va a producir la relación entre médicos y dibujantes.
Textos de literatura médica, escritos por comentaristas de los griegos y de los
árabes. Los Regimina.
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primeras investigaciones en el cadáver, las observaciones clínicas y el estudio atento de
la naturaleza. Se ordenó la enseñanza universitaria, comenzaron las críticas a la
astrología y la magia, se regularizó el aprendizaje de la anatomía. Las disecciones
duraban varios días y asumían el carácter de un hecho público al que estaban invitadas
todas las autoridades civiles y eclesiásticas, además de los estudiantes. Los textos de
estudio eran los Aforismos de Hipócrates, la Articella de Galeno, el Canon de Avicena y el
Colliget de Averroes. Las Bibliotecas eran pobres en libros. La Patología seguía siendo la
humoral, y en la terapéutica se prescribía la sangría, purgantes, clísteres, vejigatorios,
ventosas, tisanas hipocráticas, baños de vapor, paños, dietas especiales.
El medicamento más valorado fue la Triaca, inventada por Andrómaco, médico de
Nerón que mejoró el Mitridato creado por Mitrídates. Según el mito la receta, esculpida
en bronce, fue encontrada en el templo de Asclepios en Epidauro. Sobre la Triaca hay una
importante literatura, estaba compuesto por una gran cantidad de medicamentos que
iban variando, con una base fundamental de carne de víbora que era considerada como el
mejor antiveneno. Estaba integrada por 57 sustancias, con una difícil preparación que era
controlada por médicos y boticarios, y para su venta debía ser aprobada por los Cónsules.
Ciudades como Venecia y Bolonia se enriquecieron con su preparación y posterior venta.
La Obstetricia era ejercida por las comadronas, que asistían los partos en sillas de
parir que aún se conservan en algunos países, las intervenciones quirúrgicas realizadas por
los cirujanos mostraban un importante retroceso comparándolas con la época de Sorano
de Efeso (Versión Interna) y Pablo de Egina. Practicaban con frecuencia la embriotomía. En
la desproporción pélvica fetal sometían a la mujer a sacudidas violentas, según una
antigua prescripción hipocrática. La operación cesárea con madre viva existía en citas
literarias, pero sabemos que se practicó mucho más tarde. Se hacía en la madre muerta
aún con feto muerto para bautizarlo y salvar su alma.
El ejercicio de la Medicina era laico y se controlaba su estudio, las universidades
italianas competían por contar con los mejores profesores. Los médicos de los príncipes
cobraban honorarios particulares, pero muchas ciudades también tenían médicos
comunales para los enfermos pobres y para vigilar las leyes sanitarias. Los hospitales,
que estaban muy bien organizados, tenían importantes construcciones arquitectónicas.
Los médicos de la época, daban importancia a la apariencia en el vestir. Iban por la
calle vestidos con gran lujo, cinturones con hilos de plata, lucían perlas y piedras
preciosas. Incluso sus esposas se adornaban exageradamente, en una forma que estaba
prohibida a otras mujeres. La suntuosidad de la vestimenta indignó a Petrarca y escribió
una carta al Papa Clemente VI que derivó en una disputa con Guy de Chaulliac, su médico.
Según Petrarca ellos esperaban fama con sus resultados haciendo un tráfico de nuestras
vidas, bastaba que se dijera médico para que ciegamente se le prestara fe. No había leyes
que castigaran la ignorancia que mataba, los médicos aprendían a nuestras expensas y se
hacían expertos a fuerza de matar. Sólo ellos podían matar en forma impune. Le recuerda
la época en que el pueblo romano vivía sin médicos, según él con mejor salud, las críticas
de Plinio a los charlatanes que se enorgullecían de sus altisonantes palabras y su
elocuencia más que de sus curaciones.
Los médicos debían saber latín, desdeñaban de practicar la cirugía, que era
considerada un arte inferior e indigno de un hombre de estudios. Podían dar consejos de
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cirugías pero debían abstenerse de toda práctica quirúrgica. El cirujano no poseía un
grado académico, utilizaban un lenguaje vulgar y raramente el latín, alguno llegaba a
desarrollar un alto grado de pericia. Las disquisiciones sobre el lugar de la sangría eran
temas de los médicos que daban la indicación y escogían la vena, pero la ejecución
correspondía al cirujano o al barbero. El barbero, además de ocuparse de la barba, era
sangrador, vendedor de ungüentos, sacamuelas, aplicador de clísteres y de ventosas. Fue
una importante figura en la historia de la medicina de la Edad Media hasta finales del
1700. La ampliación de sus habilidades comenzó hacia el 1100 cuando los frailes se servían
de ellos para la tonsura (corte de cabello típico), pues aprovechaban y se hacían también
una sangría a la que estaban obligados a someterse regularmente. El Colegio de San
Cosme en París, instituido alrededor del 1210, distinguía a los cirujanos de bata larga de
los barberos de bata corta; que para ejercer debían dar un examen especial. En Italia la
distinción entre médicos y cirujanos fue menos acentuada que en Francia y Alemania, tal
vez porque muchos cirujanos famosos enseñaban anatomía en la Universidad.
EL RENACIMIENTO
El cambio social que permitió el Renacimiento comenzó a gestarse desde dos siglos
antes. Así como en el siglo XIII la introducción de la técnica china de la fabricación de
papel de trapo posibilitaría el uso de la imprenta renacentista, y la difusión de las gafas,
también en China, sería en el siglo XIV el antecedente histórico del telescopio y luego
microscopio en el 1600; una serie de cambios que se fueron produciendo desde las
cruzadas en adelante posibilitarían la decadencia feudal y la aparición como factor de
poder de una nueva clase: la burguesía. En la Edad Media el poder político y económico
estaba concentrado en la posesión de tierras de labor. Productores de alimentos y dueños
de los castillos que protegían las chozas de sus siervos, los señores feudales eran el factor
dominante en una economía de subsistencia con la práctica del trueque. Las relaciones
comerciales se complejizaron y se ampliaron las necesidades de artículos que no se
producían localmente, la moneda fue reemplazando a los productos de la tierra como
medida de intercambio y su posesión fue fundamental para la economía. Los mercaderes
se establecieron en los burgos, que se fueron transformando en ciudades. El burgués
comenzó a ser un ciudadano libre, dueño de una identidad política que competía en poder
con los viejos Estados: la república municipal.
El pensamiento científico y filosófico comenzó a liberarse de su alianza indisoluble
con la teología. “Quien razona alegando la autoridad, afirmó Leonardo Da Vinci, no se
sirve de su razón, sino de su memoria”. Los razonamientos lógicos no bastaban para
descubrir las leyes de la naturaleza, paulatinamente se reconoció que la observación y la
experiencia eran indispensables. La nueva burguesía, ávida de cambios que justificaran su
ascenso social, recibió estas ideas y las difundió.
En 1453 Constantinopla cayó en poder de los árabes. La pérdida del Imperio
Romano de Oriente dispersó a los sabios griegos hacia los países cristianos de Occidente,
llevando consigo sus valiosos manuscritos. La toma de Constantinopla coincidió con la
invención del arte de imprimir, ideado en 1454 por el alemán Johann Gutenberg. En los
50 años siguientes las imprentas europeas produjeron varios millones de libros, lo que
permitió una difusión del pensamiento sin precedentes en el pasado. La imprenta fue al S
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XV como internet al S XX. A estos dos hechos se agregó el de las exploraciones geográficas,
la humanidad empezó a adquirir el conocimiento completo de su morada planetaria.
Gracias a la brújula se logró el acontecimiento capital del siglo: al buscar la India por la
ruta de Occidente, Cristóbal Colón descubrió América en 1492.
La nueva civilización urbana adquirió así la base de su desarrollo intelectual, que
se caracterizó por la secularización y racionalización de su pensamiento. Se desarrolló el
individualismo que buscó la trascendencia en el éxito y se volvió al concepto de la belleza
corporal casi olvidada por el Cristianismo. El descubrimiento del mundo circundante
proporcionó nuevos conocimientos para servirse de la naturaleza y con el sistema
copernicano y la teoría heliocéntrica, en el que la Tierra dejó de ser el centro planetario,
se derrumbó uno de los dogmas esenciales de la escolástica medieval. La vuelta a la
Antigüedad recuperó modelos de vida que alientan la erudición y el goce de los placeres.
La enfermedad abandonó el concepto cristiano de castigo por pecado y recuperó la idea
griega de armonía perturbada. El cadáver dejó de ser impuro y abominable y se permitió
el estudio del cuerpo humano.
CARPE DIEM: Oda de Horacio (epicúreo, de Roma antigua) “Vive cada momento de tu vida como si
fuese el último”, aprovecha el día. Esto fue rechazado por el Cristianismo y reapareció en el Renacimiento,
volver al cuerpo, al placer, a la juventud y la belleza. La vida en el acá y no en el más allá. “Vive el momento
porque vas a envejecer pronto”.
La medicina nació del miedo y del dolor reforzada por la Fe, en Grecia se
fundamentó en la Filosofía, en la Edad Media se adaptó a la Teología, y en el
Renacimiento se encontró con la evolución histórica del pensamiento junto al Arte. En
Italia florecieron los estudios anatómicos. Al formarse el gremio de los médicos fueron
unidos a pintores y boticarios, debido al uso común de polvos. Nunca como en el
Renacimiento las artes plásticas estuvieron tan unidas a la anatomía, los artistas se
interesaron para poder representar mejor los relieves de los cuerpos por ellos pintados y
los médicos buscaron dibujantes para la confección de los libros.
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Otros anatomistas importantes fueron: Julio César Arancio, profesor de Bolonia,
que estudió la anatomía del feto y descubrió el conducto arterioso; Giambattista Carcano,
profesor de París, que describió la unión de los vasos gruesos del corazón del feto, el
agujero oval y el conducto de Botal; Bartolomé Eustacchio que estudió el oído y descubrió
las trompas que llevan su nombre. Durante el Renacimiento la sede principal de los
estudios anatómicos fue Italia, donde era fácil disponer de cadáveres y los jueces escogían
el modo más adecuado de muerte de los condenados para que su cadáver sirviera mejor
para el estudio.
Miguel Serveto (1509-1553), español nacido en Navarro, discípulo de Silvio, por un
camino totalmente diferente al de Vesalio, va a explicar el pasaje de la sangre del
ventrículo derecho al lado izquierdo. Durante su adolescencia conoció a Martín Lutero
quien se atrevió a desafiar la autoridad de la Iglesia, reivindicando el derecho a la libre
interpretación de las Sagradas Escrituras, y logró consolidar su Reforma religiosa. Se
multiplicaron las iglesias reformadas en un ambiente de intolerancia recíproca entre ellas
y de todas hacia Roma. Serveto estudió medicina en París y allí polemizó sobre teología ya
que él era un antitrinitario, se atrajo el odio de católicos y protestantes y conoció a Calvino
que sería su futuro enemigo. En 1553 publicó Christianismi restitutio, editado en forma
anónima en el que atacó a la Trinidad. Se descubrió su autoría y fue acusado de herejía
debiendo escapar. En su huída penetró en Ginebra, que estaba bajo la dictadura
teocrática de Calvino que logró condenarlo y fue quemado vivo junto con sus libros. Tres
ejemplares lograron salvarse, y luego se supo que Serveto colocó en él algunas ideas
médicas. Según su pensamiento entender al cuerpo era el paso previo para entender al
espíritu. Allí afirmó que la sangre era llevada a los pulmones desde el ventrículo derecho a
través de la arteria pulmonar, y vuelta a la aurícula izquierda a través de la vena del mismo
nombre, siendo el tabique interventricular impermeable. Los ciudadanos de Ginebra
erigieron un monumento reparatorio en el lugar donde se levantó su hoguera.
Seis años después Realdo Colombo publicó en su obra similares conclusiones.
Guido Guidi comprobó que el tabique carecía de poros y que ni una sola gota podía pasar
del corazón derecho al izquierdo. En el siglo XIII un médico árabe de El Cairo había
descripto la circulación menor varios siglos antes que los europeos. Sus resultados los
obtuvo en forma especulativa, no por disección, y sus ideas no tuvieron difusión.
LA CLÍNICA RENACENTISTA
Los galenistas se trenzaron en largas discusiones con los seguidores de los antiguos
árabes. Se generó una polémica desatada en torno a los métodos de sangría hipocráticos
contra los arabizantes. Los enfermos mentales eran conducidos a la hoguera debido a
antiguas supersticiones sobre la posesión diabólica y el trato con las brujas. Weyer,
médico holandés, los consideró enfermos y reclamó un tratamiento para ellos, como
consecuencia su obra fue prohibida. Surgieron médicos matemáticos, como Cardano y
Fernel; frente a ellos se alzaron los dedicados a las letras como Francisco Rabelais, autor
de “Gangantúa y Pantagruel”. En esta obra atacó y ridiculizó a los médicos ignorantes y
charlatanes, esclavos de preceptos escolásticos, y describió la medicina de aquella época.
La más violenta reacción contra los antiguos provino del suizo Philipus Aureolus
Teophrastus Bombastus Von Hoheenheim, conocido con el nombre de Paracelso (1493-
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1541), que él adoptó (semejante a Celso). Su madre, que padecía depresión, se suicidó
cuando él tenía nueve años. Hijo de un médico de zona minera, alquimista y estudioso de
la mineralogía que le inculcó. Paracelso estudió en Ferrara, fue cirujano militar y se
destacó por su carácter intemperante y su afición al vino. Hombre polémico para su
época, él consideraba que el cirujano no era inferior al médico. Fue nombrado médico en
Basilea y allí dictó clases universitarias. En su largo peregrinar había aprendido el saber
popular de barberos, curanderos, herboristas y comadronas. Paracelso volvió al lecho de
los enfermos, a la medicina clínica en el concepto antiguo de Hipócrates, era polémico y
rechazaba la grandilocuencia de los sabios universitarios, en su pensamiento hubo un
incierto oscilar entre el estudio de la naturaleza y el de la magia. Su primera lección fue en
la plaza pública y constituyó un escándalo. Se vistió de simple traje y no toga, distribuyó
un impreso que injuriaba a sus colegas y luego quemó libros de Avicena y Galeno, terminó
dando clase en alemán en lugar de latín. Esto desató una guerra de anónimos en su
contra, que lo obligó a huir de la ciudad. Su tendencia al misticismo era esencialmente
alemana; los científicos habían desdeñado escribir en alemán, él rechazó a las
corporaciones académicas y utilizó su lengua. Prefirió reunir a sus discípulos en torno de
los enfermos más que en las aulas de las Universidades. El “monarca de los médicos”,
como él mismo se llamaba, reemprendió su camino llevando su laboratorio de alquimia.
Se dedicó entonces a componer libros sobre medicina, teología, alquimia, astrología y
diatribas.
Según su teoría la salud dependía de la acción de cinco entes: astral de influencia planetaria,
venenoso por los tóxicos de nuestro entorno que respiramos y comemos, natural por el poder de la
naturaleza, espiritual por la psiquis y de la unión de éstos se origina la vida por la quinta esencia que es la de
Dios. Se basaba en un paralelismo entre el macro y microcosmos, pero además existía un arqueo que
conservaba el funcionamiento orgánico.
La alquimia paracelsiana no buscó transmutar los metales en oro, sino entender la
constitución de la naturaleza y poder así desarrollar medicamentos. Tuvo una idea
innovadora: en los principios biológicos se encuentran procesos alquímicos (hoy decimos
bioquímicos). En el cuerpo se producían depósitos mórbidos y las drogas, en general
minerales, debían suprimir el exceso o la falta de ingredientes, para así restablecer el
equilibrio químico. El buscó aislar remedios específicos para enfermedades específicas,
abandonó las antiguas tisanas y elaboró extractos y tinturas con nuevos remedios
minerales, determinó claramente la noción de dosis. Dijo: “La dosis hace al veneno”.
Estudió el uso del mercurio para tratar las ulceraciones sifilíticas y el azufre. En él se
fundamentó la posterior escuela de los iatroquímicos. Antes de él la enseñanza médica se
basaba en Anatomía y Botánica, después de él aparece en importancia la Química. Fue el
primero en estudiar el éter probando su acción en los pollos, lo usó en la epilepsia y para
calmar el dolor. También investigó el imán. Como respuesta a sus ataques a la medicina
oficial se prohibieron, por vía legislativa, algunos de sus medicamentos como el
antimonio. Escribió varios libros; “Sobre las enfermedades de los mineros” que fue el
primer tratado que versa sobre una enfermedad profesional. Estudió la Sífilis y habló de su
forma congénita (en el recién nacido). Recomendó el uso del mercurio en dosis pequeñas
para evitar su toxicidad, tanto para el paciente como para el cirujano que lo aplicaba. Su
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discípulo Van Helmont introdujo en la experimentación alquímica el uso de la balanza, con
lo que aumentó la exactitud de la dosis a emplearse.
LA EPIDEMIOLOGÍA
Gerolamo Fracastoro nació en Verona (1478-1553) y es considerado el padre de la
moderna Epidemiología. Escribió “De contagione et contagiosis morbis et eorum
curatione” (Acerca del contagio, las enfermedades contagiosas y su curación), publicado
en 1546 en Venecia. Estudió el problema del origen y la difusión de las enfermedades con
revolucionarias ideas; estableció claramente la noción de contagio y supuso que muchas
enfermedades se adquirían por esa vía.
Distinguió tres formas de contagio:
Simple contacto, de hombre a hombre, como la Tisis, Tiña, Lepra.
Contacto indirecto, a través de formites (vehículos) como vestidos, sábanas; que
son portadoras de los seminaria prima que contagian y difunden la enfermedad.
Transmisión a distancia, sin contacto directo ni vehículos (peste, viruela); los
gérmenes se propagarían por el aire eligiendo los humores afines, los seminaria
prima (semillas de la enfermedad) penetrarían por la inspiración y llevados por la
sangre se adherían a los humores.
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