Los Cables Submarinos: Una Rama Emergente de La Ingeniería Civil en El Siglo Xix
Los Cables Submarinos: Una Rama Emergente de La Ingeniería Civil en El Siglo Xix
Los Cables Submarinos: Una Rama Emergente de La Ingeniería Civil en El Siglo Xix
Angel Calvo
Ub
El tendido de cables en el fondo de mares y océanos fue una de las obras más
gigantescas de la ingeniería del siglo XIX. Los cables submarinos forman parte de
una rama especializada de la telegrafía en general y de la telegrafía subacuática en
particular. Su expansión fue posible gracias a la combinación de avance científico,
ingeniería y talento empresarial. El avance científico permitió resolver problemas
que el medio líquido salino ofrecía a las corrientes eléctricas. Las corrientes de
inducción en la masa de agua que actuaba sobre el cable debían ser neutralizadas
por el envío de una segunda corriente más débil en dirección contraria. La enorme
resistencia debida a la longitud de los conductores reclamaba la utilización de pilas
débiles y la puesta a punto de aparatos telegráficos diferentes de los usados en
tierra. Las grandes profundidades, las corrientes y el medio salino presentaban
serios obstáculos a la adecuada conservación de los cables.
En otros campos científicos, la Náutica proporcionó el conocimiento de las
corrientes y de la profundidad de los mares; la ingeniería naval permitió construir
barcos de gran tamaño. Mención especial merece la ingeniería industrial, que
garantizó los medios técnicos y las máquinas para construir cables, desarrollarlos y
tenderlos. Finalmente, fue necesaria una cuantiosa inversión de capital y
empresarios que se arriesgaran a llevar adelante proyectos colosales.
Telégrafo y cables
El telégrafo eléctrico fue inventado por diversos científicos que seguían líneas de
experimentación más o menos paralelas. En sus inicios, la comunicación internacional
por telégrafo se llevó a cabo interconectando las líneas terrestres nacionales. En su
desarrollo, el telégrafo se configuró como un sistema mundial, compuesto por líneas
terrestres (aéreas o subterráneas) y submarinas1. El despliegue de la red mundial no
fue tarea fácil. En los tramos terrestres, requirió superar grandes obstáculos, como las
cadenas montañosas o los desiertos2. En los trazados submarinos, de características
1
BROWN, F. J.(1930), The Cables and Wireless Communications of the World, Pitman and Sons,
Londres, 1930; NIER, K. y BUTRICA, A. J.(1988), "Telegraphy Becomes a World System", en Essays
in Economics and Business History, 6, pp. 211-226.
2
PERCEVAL, J.(1873) "The telegraph in the desert", The Telegraph Journal, set. , p. 254. Por citar un
ejemplo, la línea interior de Australia (1870), con una longitud de 2.000 millas, atravesaba tierras
despobladas y pobres en madera: The Electrician, 24 abril 1896, p. 846. Hasta 1894, no se abrió la
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Los orígenes de los cables submarinos están vinculados a las raíces mismas del
telégrafo. Al parecer, fue F. Salvà quien propuso por primera vez una línea bajo el
agua5. En su evolución posterior, se distinguen tres períodos. A un primero (1866-
1911) de hegemonía británica le sigue un segundo de mutaciones (1911-1929),
debidas a la irrupción de EEUU entre los titulares de cables, y un tercero (1929) de
dominio americano. En un principio, el cable fue insustituíble en las comunicaciones
rápidas intercontinentales. Más tarde, aparecieron sucesivamente el teléfono, la radio y
la aviación, que ampliarían en gran medida los medios de comunicación6.
El gran viraje de la telegrafía submarina se produjo cuando M. Faraday (1848)
descubrió las propiedades aislantes de la gutapercha. Inmediatamente después, W.
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Siemens dio otro paso importante con una máquina para aplicar esa sustancia a los
cables7.
Desde el punto de vista comercial, la telegrafía submarina arrancó en 1845 con una
vocación atlántica, como indica el nombre de la compañía que dio soporte empresarial
al proyecto de comunicar el Nuevo y el Viejo Mundo (General Atlantic Telegraph Co.)8.
En 1849, C. V. Walker, un ingeniero de la South Eastern Railway Co., logró comunicar
entre un barco y Londres, utilizando un tramo de cable submarino. El primer cable
propiamente submarino tendido con éxito consiguió unr distancias cortas en la vieja
Europa: Inglaterra y Francia a través de Canal de la Mancha (1851)9. Por primera vez,
los precios de las acciones de la Bolsa de París pudieron ser conocidos el mismo día
en Londres.
Solo en 1858, un cable intercontinental permitió enlazar por primera vez Europa y
América. Pero su vida muy efímera y hubo que redoblar los esfuerzos para conseguir
una comunicación definitiva en 1866, en esta ocasión con dos cables10. El cable
submarino del Atlántico, tendido entre Valentia (Irlanda) y Terra Nova, cubría una
distancia de 2.640 km. y fue construido en las fábricas de Birkenhead y Greenwich.
La enorme dimensión puso a prueba durante un año la capacidad de fabricación de
Gran Bretaña. Además, toda la capacidad productiva británica de gutapercha fue
absorbida por la construcción del cable. La longitud total de los alambres contenidos
en el cable equivalía a una vez y un tercio la distancia de la tierra a la luna. Uniendo
las capas de gutapercha empleadas en el aislamiento del cable se cubrirían 64.000
km.
Dos años antes, en 1864, después de sucesivos fracasos, se había construído el cable
del Golfo Pérsico, de vital importancia para comunicar con la India11. A éste le
siguieron otros en el Norte de Europa y el Mediterráneo cubriendo tramos
relativamente cortos.
Una compañía danesa, la Great Northern Telegraph Co., creada en 1869 por el
financiero C. F. Tietgen, consiguió una vía de penetración en Asia mediante la línea
terrestre transiberiana que enlazaba con los cables de Vladivostok-Nagasaki y
Vladivostok-Hong Kong12.
En una fecha ya avanzada del proceso como era 1894, existían diez cables atlánticos
en funcionamiento, a los que se sumaban otros dos en construcción. Por las mismas
fechas (1896), existían dos grandes sistemas africanos: uno en la costa Este (Aden-
7
BRIGHT, CH.(1911), p. 17. El cable submarino se compone de alma (conductor de cobre por donde
circula la corriente y aislante para evitar la pérdida de corriente) y revestimiento exterior para proteger el
aislamiento: MONTPELLIER, J. A.(1892),"La fabrication en France de cables sous-marins", L'Électricien,
29 octubre, p. 285.
8
AYRTON, W. E.(1897), p. 546; FIELD, H. M. (1866).
9
AHVENAINEN, J. (1981); WILLIAMS, R. P.(1881), p. 9. Un primer cable tendido en el Canal de la
Mancha en 1850 quedó inutilizado. Al igual que el anterior, el nuevo cable.de 1851 iba también
recubierto con guttapercha pero se componía de 4 hilos de cobre en lugar de dos. El cable fue
embarcado a bordo del Blazer, un viejo vapor de guerra que el Almirantazgo puso a disposición de la
compañía. Los gastos totales del tendido se elevaron a 75.000 libras: HIGHTON, E. (1852), pp. 157-
158.
10
George P. OSLIN, The Story of Telecommunications, Macon, Mercer University Press, Press,
1992; RUSSELL, W. E., The Atlantic Telegraph (1865), Naval Institute Press, Annapolis, 1971
(reprinted).WEBB, F. C.(1896), p. 756; CONNOLY, C., “The Transatlantic Cable. An Irish
Perspective”, IEEE Conference on the History of Telecommunications, julio 2001.
11
Los fracasos en el cable a la India se debieron a razones técnicas (1854 y 1859-60) pero también
políticas, debido a la oposición de Turquía(1855): WALKER, E. O. (1894), p. 387.
12
JAKOBSEN, K.(2001),” In struggle for control ove the Far Eastern Telegraphs: The Gret Northern
Telegraph Co. and Japan 1870-1943”, Bordeaux (inédito).
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Zanzíbar-Mozambique-Durban) que enlazaba con Ciudad del Cabo por una línea
terrestre, y otro en la costa oeste, que unía Ciudad del Cabo con Accra, Sierra Leone,
St. Vincent, Madeira, Lisboa y Land's End. La centralidad de Ciudad del Cabo permitía
conectar ambos sistemas africanos con Gran Bretaña, cosa que se efectuaba
mediante dos cables13. En 1902, tuvo lugar la apertura al público del All British Pacific
Cable.
Desde el punto de vista de sus características estructurales, los cables submarinos
son fuertemente inelásticos, ya que se usan en momentos favorables y desfavorables
para los negocios, por ejemplo14.
En sus inicios, uno de los grandes problemas de la telegrafía submarina era su
lentitud: la transmisión del primer mensaje por el cable atlántico de 1858 duró 30
horas. Diversos avances permitieron acelerar la transmisión, de forma que, a finales
del siglo XIX, un mensaje enviado desde Gran Bretaña ya no tardaba en llegar a la
India 5 horas sino 35 minutos. Igualmente, la duración de la transmisión de mensajes
entre Gran Bretaña y diversos países de América Latina quedó reducida de 10 horas a
unos 70 minutos15.
Las grandes sumas necesarias para construir los cables submarinos requirieron
movilizar recursos importantes a cargo de iniciativas diversas. Unos fueron construídos
con fondos públicos y otros con capital privado. Así, por ejemplo, en Francia
coexistieron un sistema privado de cables con un desarrollo total de 44.139 km y un
sistema estatal, compuesto por una red costera, otra colonial internacional y una
tercera franco-británica, con un total de 30.116 km.16. Dejando los casos nacionales y
pasando a escala mundial, en 1883 existían 17 compañías privadas de cables. En
1889, en manos estatales estaban dos tercios de los 1.045 cables existentes, que
reunían casi la mitad de las 200.099 millas náuticas. Algunos gobiernos
subvencionaron cables de su propio país o incluso de otros cuando les resultaban
imprescindibles para enlazar determinados puntos17. En el sector privado, tuvo lugar
un proceso de concentración imparable. Uno de los episodios más significativos fue la
fusión de varias empresas para crear uno de los colosos del sector, la Eastern
Telegraph Co., que, en 1889, totalizaba 70 cables con una longitud de 2.685 millas
náuticas18. La concentración afectó también a los fabricantes de material y equipo. Dos
grandes empresas, Siemens Brothers Co. y Telegraph Construction and Maintenance
13
The Electrician, 12 agosto 1898, p. 517.
14
The Electrician, 20 octubre 1893, p. 540.
14
L'Électricien, 27 agosto 1892, p. 152; BRIGHT, CH.(1898), Submarine Telegraphs: their history,
construction and working, Lockwood and Son, Londres, p. 168; BRIGHT, CH.(1903), The story of the
Atlantic cable, D. Appleton and Co., New York.
16
Annuaire Général de la France et de l´Ëtranger (1922), p.326.
17
Por ejemplo, el Gobierno francés subvencionó a la inglesa Spanish Submarine Telegraph Co. para
la construcción del cable africano Tenerife-S. Luis, que debía pasar a ser propiedad suya en 1908:
The Electrician, 1 noviembre 1895, p. 18; Journal Télégraphique, 11, 25 nov. 1900, p. 247. También
hizo lo propio con la Eastern Extension Co., la African Direct Telegraph Co. y la Eastern Telegraph
Co. para diversos cables. Por su parte, el gobierno británico tenía idéntico comportamiento en casos
semejantes: GRISET, P. (1987), "L'État et les télécommunications internationales au début du XXe
siècle en France: un monopole stérile", Histoire, Économie et Société, 2, pp. 181-207.
18
L'Électricien, 12 octubre 1889, p. 664; The Electrician, 20 abril 1894, p. 683; KOCH, W.(1909),
"Electric Industry in Germany", The Electrical Journal, enero 1909, p. 46; The Operator and Electrical
World, (1883), 17 marzo, p. 163.
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Co., se repartieron los trabajos necesarios para tender esas gigantescas arterias de
comunicación19. No todo fue competencia encarnizada. Las grandes compañías
llegaron a establecer una entente cordial, que algún outsider (Commercial Co.) puso al
borde de la ruptura al reducir tarifas. También existió colaboración entre compañías
privadas y gobiernos de países potencialmente rivales, que concedieron el derecho de
amarre de cables en puntos estratégicos de sus territorios a cambio de contrapartidas
económicas, fueran la reducción de tarifas o incluso la gratuidad de las
comunicaciones gubernamentales20.
19
En la entente estaban integradas Anglo-American, Direct United States y Western Union:
L'Électricien, 24 diciembre 1887, p. 820. La Telegraph Construction and Maintenance Co., resultado de
la fusión en 1864 de la Gutta Percha Co. con la Glass, Elliot and Co., fue impulsada por J. Pender:
LAWFORD, G.L. y NICHOLSON, R. L. (1950), The Telcon story, 1850-1950, Telegraph Construction and
Maintenance Co., Londres.
20
La Anglo American Co. concedió al Estado francés una reducción del 50 % en los telegramas
cursados por sus líneas; la Commercial Cable le concedió la gratuidad total en la línea Le Havre-
Irlanda-América: Annuaire Statistique de la France, 1920, pp. 462-463.
21
MONTERDE, A.(1858), “Telégrafo transatlántico”, Revista de Obras Públicas, pp. 198-199, 209-
212, 218-220 y 232-235.
22
SUÁREZ SAAVEDRA, A.(1880), Tratado de telegrafía, J. Jepús, Barcelona. p. 598. La figura de A.
Suárez Saavedra ha sido estudiada por Jesús Sánchez Miñana en este mismo Simposium de
Historia de la Ingeniería.
23
Los puntos exactos de amarre fueron: Jávea (Valencia)-cala Badella (Ibiza), de 68 millas; Sta.
Ponça en Mallorca-Punta Grossa, en Ibiza (65 millas). Las distancias discrepan con las ofrecidas por
Suárez Saavedra(1880), p. 598. Para una comparación internacional, véase MARCOARTU, A.
DE.(1863).
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24
Telegrafía submarina. Relación histórica de los principales acontecimientos, vicisitudes y progresos
de este nuevo medio de comunicación, G. Estrada, Madrid, 1871, pp. 184-186; Revista de
Telégrafos, 1861, p. 37. Otras fuentes discrepan del nombre del buque de guerra, señalando que se
trataba del Sta. Teresa, y apuntan que en el Stella iban los comisionados Inspector A. López de
Ochoa, excomandante de Ingenieros, y los directores Hacar y Moral: Anuario de Telégrafos,
Administración Militar, Madrid, 1904, p. 10.
25
Para una comparación internacional, véase MARCOARTU, A. DE.(1863).
26
El crédito de 495.000 ptas. iba destinado a la construcción de casetas de amarres, boyas-baliza,
aparatos de prueba y diversos accesorios: Gaceta de Madrid, 12 noviembre 1878, p. 1.224.
27
SUÁREZ SAAVEDRA, A.(1880), p. 599
28
Gaceta de Madrid, 17 julio 1879, p. 406 y 693-4.
28
DSC, 3 noviembre 1879, p.902 y 24 noviembre 1879, p. 1.224.
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Pero el gran reto para España, a la vez que el gran desafío para su Hacienda, corta de
medios, eran los cables transoceánicos. Tan solo un año después de tender el primer
cable en el Canal de la Mancha, más arriba mencionado, ya se levantaron voces que
reclamaban una comunicación telegráfica con la isla de Cuba, entre otras medidas
necesarias para fortalecer los vínculos con la colonia35. El primer proyecto que obtuvo
una concesión provisional fue presentado por el ingeniero español A. de Marcoartu.
Pero el proyecto, que convertía la península ibérica en el centro de una red mundial de
cables no obtuvo la concesión definitiva. Durante el intervalo comprendido entre el
fracaso del cable transtlántico de 1858 y el éxito de 1866, se concibió una ruta
alternativa, la llamada ruta transatlántica del Sur (EEUU-Cuba-Brasil-Cabo Verde-
Canarias-Cádiz). En ella, Cuba era un nudo de vital importancia como extremo de un
cable que enlazara con EEUU, así como las Canarias lo eran como punto de arranque.
Ambos puntos implicaban a la Administración española, que recibió diversas
solicitudes. Representantes de las grandes compañías transatlánticas, cubanos y
españoles habían aspirado a hacerse con los derechos de amarre de un cable entre
EEUU y Cuba sin conseguirlo. En 1859, H. J. Perry, por encargo de las grandes
compañías, obtuvo la concesión de un cable entre Cádiz y América. Pero Ultramar
denegó el permiso para amarrar el que enlazara con la costa estadounidense. Debido
a ello, los promotores paralizaron el proyecto y la concesión, finalmente, caducó. La
apertura del cable transatlántico en 1866 precipitó los acontecimientos. Unida a los
contratiempos del colonialismo francés en Méjico, dio al traste con otro proyecto dentro
de la ruta Sur que afectaba a territorios insulares y peninsulares españoles36. Ese
mismo año, el gobierno estadounidensse concedió el cable Florida-Cuba a la
International Ocean Telegraph Co. con un privilegio de catorce años37. Tiempo
después, en 1873, España concedió a J. de Lasarte un cable que debía arrancar de la
costa occidental de la Península Ibérica, seguía por Canarias y terminaba en la isla de
Cuba. Las condiciones eran muy ventajosas al gozar materiales y aparatos del
tratamiento de obra pública. A criterio del concesionario quedaba la posibilidad de
tocar o no puntos de Africa. A diferencia de otras concesiones de cables, ésta llevaba
emparejada la posibilidad de elegir a los telegrafistas, siempre sometidos a las
disposiciones establecidas por el Cuerpo de Telégrafos. El Gobierno se reservaba el
derecho de intervención que juzgar más oportuno38. Por razones que desconocemos,
a finales de 1873, la concesión fue transferida a Adolfo Clavé39.
Más que el interés nacional fue la posición estratégica de España la que favoreció el
tendido de otros cables, en consonancia con la pretensión de la potencia hegemónica
35
El Correo de Barcelona, 13 diciembre 1852, p. 1.
36
ARCARONS RÚA, M. (1993), “Empresa privada y condicionantes políticos en las comunicaciones
telegráficas intercontinentales españolas, 1855-1895”, en BAHAMONDE MAGRO, A. y
otros(eds.)(1993), Las comunicaciones entre Europa y América 1500-1993, I Congreso Internacional
de Comunicaciones, Madrid, pp. 151-164.
37
SCHREINER, G. A.(1924), Cables and Wireless and their role in the Foreign Relations of the
United States, The Stratford Co. Publishers, Boston, MA, p. 40.
38
Gaceta de Madrid, 21 enero 1873, p. 243-4. El límite máximo para el inicio del servicio se fijó en 1,5
años para el tramo de Canarias y en 3 años para el de Cuba: Gaceta de Madrid, 9 febrero 1873, p. 461.
39
Gaceta de Madrid, 25 diciembre 1873, p. 787.
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Figura 1.- El sistema europeo de cables submarinos hacia 1882 (Bahamonde Magro.; Martínez Loirente,
G. y Otero Carvajal, L. E. (1998), p. 161.
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47
Gaceta de Madrid, 9 enero 1873, p. 88; 22 enero 1873 y 17 enero 1873, p. 183.
48
La compañía consideraba que España ocupaba un lugar importante en Europa: The Electrician, 23
marzo 1894, p. 630 y 18 agosto 1893, p. 431.
49
El R. D. de 14 diciembre 1878 proponía subvencionar la construcción del cable Luzón-Hong Kong con
4.000 pesos mensuales durante 10 años. El Consejo de Ministros lo concedió a una compañía inglesa
representada por G. Warden Morice: Archivo Histórico Nacional (AHN) (Madrid), Fomento, 103, 2.
50
DSC, 8 mayo 1888, p. 3.186.
51
El Economista Español, 3, setiembre 1890, pp. 50-51.
52
En Puerto Rico, se proyectaron las líneas Arecibo-Ponce; Lares-Utuado, Mayaguëz-Aguadilla; S.
German-Ponce y S. Juan-Ponce: AHN (Madrid), Ultramar.
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Figura 3.- La construcción de la red mundial de cables submarinos impulsó una rama especializada de la
industria electrotécnica. Las empresas británicas tuvieron un papel muy destacado.
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cubana en los años finales del siglo XIX53. Cierto que el ministro de Ultramar se
empecinaba en tender un cable de 5.100 millas para unir directamente la Península
con las Antillas ya era demasiado tarde: ¡en plena crisis de 1898!54
En suma, durante la segunda mitad del siglo XIX, Gran Bretaña lideró la creación
de una red mundial de comunicaciones por cable submarino, pujante rama de la
ingeniería civil. Por su posición estratégica privilegiada, España atrajo el interés de
las grandes compañías extranjeras como territorio donde amarrar cables vitales
para la red internacional. Pese a ello, España tuvo una participación subordinada
en el sistema mundial de cables submarinos. El sistema “nacional” de cables
submarinos respondió de forma deficiente y tardía a una doble situación: a la
condición de potencia colonial venida a menos (enclaves africanos) y a la necesidad
de prolongar la red terrestre de telégrafos en los territorios insulares (Baleares y
Canarias).
53
DEPELLEY, J. (1900), “Les cables télégraphiques en temps de guerre“, Revue des Deux Mondes,
1 enero, p. 200.
54
DSC, 21 mayo 1897, 24 abril y 13 mayo 1898.
212