Adivinanza
Adivinanza
Adivinanza
Las adivinanzas a menudo incluyen en su formulación juegos de palabras, giros lingüísticos y otros
mecanismos creativos, así como diferentes métodos de rima y musicalidad, dependiendo
del idioma. Por ello, a menudo se distinguen del acertijo, pues la adivinanza suele tener una
estructura lingüística más rica y compleja, razón por la cual académicamente se la clasifica dentro
de la lírica, así como de la tradición literaria popular.
Si bien se ignora cuál fue el origen de las adivinanzas, se tiene registro de su presencia en
la Antigüedad remota, en textos sánscritos, leyendas clásicas o incluso en la Biblia.
Su nombre proviene de las voces latinas ad- (“hacia”) y divinusi (“divino”, “relativo a los dioses”). Es
decir que perpetúan la lógica muy humana y muy ancestral de querer develar lo oculto, hallar las
respuestas de lo misterioso, de aquello que reta su entendimiento y que inicialmente se asoció con
lo divino.
Son una forma de juego de palabras y del pensamiento, transmitida oralmente de una
generación a otra.
Generalmente están dirigidas a un público infantil, por lo que tratan sobre animales,
objetos cotidianos o referentes fácilmente reconocibles, aunque disfrazados a través de una
descripción de tipo poética.
Se resuelven a través del uso de la imaginación, tratando de descifrar a través de las pistas
provistas a qué cosa se refieren.
Presentan una rima o musicalidad, generalmente a través de versos octosílabos (de
ocho sílabas).
Finalidad de las adivinanzas
Como la mayoría de los juegos de ingenio y de palabras, las adivinanzas no tienen un cometido
más allá del entretenimiento. Sin embargo, suelen ser empleadas como instrumento pedagógico,
es decir, en la educación infantil, para fomentar la imaginación, el pensamiento deductivo y
la reflexión sobre el lenguaje.
De hecho, son comunes en los libros de texto y canciones infantiles. Además, son una buena
forma de iniciarse en el mundo de la metáfora y la descripción.
Adivinanzas cortas
A continuación, algunos ejemplos de adivinanzas cortas:
“En medio del cielo estoy / sin ser lucero ni estrella” (La letra E).