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Neuro Clase2

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PSI

ASOCIACIÓN

CURSO
NEUROCIENCIAS
EMOCIONES Y
SALUD MENTAL

DOCENTE
Carlos Giupponi
Clase 2

Las emociones y la toma de decisiones

Retomando el tema de la clase anterior, las emociones son la esencia de la vida.


Cuando tenemos tiempo libre, solemos realizar actividades que nos generen
emociones que nos satisfagan y nos hagan sentir vivos. Sin emociones, seríamos
como máquinas, carentes de esa chispa que nos impulsa a actuar y a conectarnos
con los demás.

Las emociones son reacciones del organismo que producen experiencias


personales percibidas de forma inmaterial, lo que puede di cultar su comprensión
en una cultura centrada en la materialidad de las experiencias. Por ejemplo, a
menudo expresamos amor a través de regalos tangibles, como ores o joyas,
porque necesitamos ver y tocar las cosas para comprenderlas mejor.

La falta de hábito en analizar las emociones por su naturaleza inmaterial hace que
muchas personas no sepan mucho sobre ellas. ¿Dónde están las emociones? En
nuestro interior. ¿Cuántas emociones hay? Muchas. ¿Cómo se estructuran? De
forma compleja. Estas son preguntas que abordaremos durante esta formación.

Cuando dos personas se encuentran y una pregunta "¿Cómo te sientes?", muchas


responden simplemente "Bien". Sin embargo, otras personas pueden matizar más
y responder: satisfecho, entusiasmado, alegre, enamorado, feliz, indignado,
ansioso, triste, decepcionado, frustrado, entre otros. El número de palabras para
describir emociones puede superar las quinientas, demostrando la riqueza y
diversidad emocional que poseemos.

Como ejercicio para los estudiantes, se sugiere dedicar tres minutos a hacer un
listado de emociones. Escriban todas las emociones que tengan en mente. Luego,
intenten clasi car estas emociones. La mayoría de las personas tienden a clasi car
las emociones en dos categorías: positivas y negativas, re ejando la dualidad en
la valencia emocional.
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En esta clasi cación, también hay que considerar emociones ambiguas, como la
sorpresa, que puede tener un tono positivo o negativo según el contexto. Los dos
polos de las emociones representan su valencia (positiva o negativa). No hay que
confundir valencia con valor, ya que el valor sugiere una connotación de bueno o
malo, y no se puede aplicar directamente a las emociones.

En resumen, las emociones desempeñan un papel fundamental en nuestra toma


de decisiones, ya que in uyen en nuestras reacciones y en cómo interpretamos el
mundo. Comprender la diversidad emocional y cómo clasi car las emociones
puede ayudarnos a tener un mejor control sobre nuestras decisiones y relaciones.

Todas las emociones son buenas y necesarias. Sin embargo, algunas son
consideradas positivas y otras negativas. En este contexto, "positivas" signi ca
que suelen ser placenteras, mientras que "negativas" sugiere que son más
displacenteras. La distinción entre emociones positivas y negativas es clara para la
mayoría de las personas. Emociones como miedo, rabia o tristeza se asocian con
lo negativo, mientras que alegría, amor y felicidad son consideradas positivas.

Sin embargo, es importante aclarar que "emociones negativas" no signi ca


"emociones malas". A veces se ha hecho esta identi cación errónea, asociando
"negativo" con "malo" y "positivo" con "bueno". Este malentendido puede tener
consecuencias graves. Por ejemplo, alguien que recibe un resultado positivo en
una prueba médica, como la del VIH, podría pensar que es algo bueno, cuando en
realidad es lo opuesto. Nadie considera que el polo positivo de un imán o de un
cable eléctrico sea bueno, y el negativo malo. En este caso, el uso de "positivo" y
"negativo" es simplemente una distinción técnica, no un juicio de valor.

Es crucial entender que todas las emociones son buenas, porque cumplen
funciones importantes en nuestra vida. El problema radica en cómo gestionamos
esas emociones. La forma en que reaccionamos a nuestras emociones determina
el impacto que tendrán en nuestro bienestar y en el de los demás.

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Aunque todas las emociones son necesarias, algunas nos hacen sentir bien,
mientras que otras nos hacen sentir mal. Por esta razón, las emociones se
clasi can como positivas o negativas según si contribuyen o no a nuestro
bienestar emocional. A pesar de esta clasi cación, las emociones negativas
pueden tener bene cios, como ayudarnos a evitar situaciones peligrosas (miedo)
o a defendernos ante injusticias (rabia). Las emociones positivas, por otro lado,
fomentan la conexión social y el sentido de felicidad.

En resumen, no debemos demonizar las emociones negativas ni glori car solo las
emociones positivas. Debemos aprender a gestionar todas las emociones de
manera saludable para aprovechar sus bene cios y minimizar sus efectos
negativos. Una gestión adecuada de las emociones puede conducir a una vida más
equilibrada y a relaciones más satisfactorias.

Pensamientos y diálogo interno

El abuelo le explicó al niño:

—Hay dos lobos aullando dentro de ti. Uno está lleno de ira, amargura,
resentimiento y deseo de venganza. El otro lobo que tienes dentro está lleno de
amor, gratitud, generosidad, compasión e indulgencia.

—¿Y qué lobo crees que ganará? —preguntó el niño.

—El que alimentes —respondió el abuelo.

Esta historia ilustra el poder de nuestros pensamientos y cómo nuestras acciones


pueden alimentar uno u otro lado de nuestra personalidad. El modo en que
interpretamos los eventos y nuestras decisiones diarias están íntimamente ligados
a nuestros pensamientos y nuestro diálogo interno. Los pensamientos pueden
generar emociones porque son el medio por el cual damos signi cado a los
acontecimientos de la vida.

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Aunque muchas personas creen que las emociones son desencadenadas por
eventos externos, en realidad, son nuestros pensamientos los que principalmente
originan las emociones. Al interpretar lo que sucede a nuestro alrededor,
generamos reacciones emocionales. No es el entorno, las circunstancias o los
eventos en sí mismos los que nos hacen sentir de cierta manera, sino el
signi cado que les damos a través de nuestros pensamientos.

¿Qué es un pensamiento? ¿Dónde se encuentra?

Un pensamiento es lo que te dices a ti mismo. Se origina en el auto diálogo,


donde puedes detectar tus pensamientos porque, cada vez que piensas, estás
"hablando" contigo mismo.

El lósofo Epicteto dijo: "No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos
decimos acerca de lo que nos sucede". Esta cita resume la importancia del diálogo
interno en la formación de nuestras creencias sobre nosotros mismos y el mundo
que nos rodea. El lenguaje que usamos al pensar y lo que nos decimos a través de
nuestros pensamientos tiene un impacto directo en nuestro estado emocional.

Diálogo interno y emociones

Nuestro diálogo interno re eja nuestras actitudes, creencias y emociones, pero la


relación también funciona al revés: nuestras actitudes, creencias y emociones
in uyen en nuestro diálogo interno. El simple hecho de pensar sobre un tema
determinado puede cambiar nuestro estado de ánimo, haciéndonos sentir mejor o
peor. A menudo, no somos conscientes de hasta qué punto es importante tener
un diálogo interno responsable que re eje cómo queremos pensar, y no
simplemente seguir el ujo de pensamientos negativos por defecto.

Por esta razón, es crucial prestar atención a nuestro diálogo interno y trabajar
para crear pensamientos más positivos y saludables. Al alimentar el "lobo"
correcto, podemos construir una mentalidad más fuerte y resiliente, capaz de
gestionar emociones y tomar mejores decisiones.
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Hoy en día sabemos que el simple hecho de decirnos cosas negativas a nosotros
mismos puede inducir un estado de ánimo negativo casi instantáneamente, o al
menos reducir la valencia positiva de nuestro estado emocional. Aprender a
escuchar a nuestra voz interna y a manejarla con responsabilidad es fundamental
para mejorar nuestras habilidades de auto-motivación y auto-regulación
emocional.

El psicólogo Rafael Santandreu, en su libro El arte de no amargarse la vida,


sugiere que el diálogo interno a menudo surge de la necesidad de evaluar lo que
nos sucede, pero en muchos casos tendemos a culpar a otras personas por
nuestro malestar emocional. Según este autor, este enfoque es incorrecto desde
el punto de vista lógico, ya que el malestar emocional suele ser el resultado de lo
que nos decimos a nosotros mismos sobre lo que sucede, no necesariamente de
los eventos en sí. En lugar de decir "mi jefe me pone de los nervios", sería más
exacto decir "yo me pongo de los nervios por lo que pienso sobre lo que mi jefe
hace". Esto nos ayuda a darnos cuenta de que somos nosotros mismos los
responsables de nuestros estados emocionales, ya que el mismo jefe puede
provocar reacciones emocionales diferentes en distintas personas. Como dijo la
diplomática y activista estadounidense por los derechos humanos Eleanor
Roosevelt: "Nadie puede herirte sin tu consentimiento".

Santandreu recomienda que cuando nuestro diálogo interno nos hace sentir mal,
debemos confrontar esos pensamientos con argumentos lógicos. Por ejemplo, si
algo nos sale mal y pensamos "no sirvo para nada", podemos desmentir esa
a rmación recordando momentos en que hemos tenido éxito o hemos alcanzado
metas. Esto ayuda a desmontar pensamientos autodestructivos y a reemplazarlos
con una visión más equilibrada y realista.

Esto es importante, porque si una persona, por ejemplo, no encuentra trabajo y


tiene un diálogo interno negativo, no solo enfrenta un problema con su situación
actual, sino que el segundo problema (el diálogo interno) puede afectar
seriamente su salud emocional y mental. Por esta razón, Santandreu no nos invita

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a ser optimistas sin más, sino a ser realistas y adoptar una postura más
constructiva, con un diálogo interno que promueva la resiliencia y el bienestar.

Desarrollar un diálogo interno positivo y constructivo puede ser un proceso


desa ante, pero es fundamental para nuestro bienestar emocional y mental. Al
cuestionar pensamientos negativos y reemplazarlos con a rmaciones más
realistas y empoderadoras, podemos reducir el estrés y aumentar nuestra
resiliencia frente a los desafíos de la vida.

El doctor Mario Alonso Puig nos dice que a menudo utilizamos un lenguaje
profundamente limitante y nos enviamos mensajes muy nocivos, por lo que
debemos tomar conciencia de que nuestro diálogo interno tiene la capacidad real
de causar estragos en nuestra salud, hasta el punto de llegar a dañar neuronas en
ciertos centros cerebrales, como los hipocampos. La Facultad de Medicina de la
Universidad de Harvard ha demostrado que entre el 60% y el 90% de las consultas
a médicos generales en occidente están relacionadas con determinadas
emociones a ictivas que se prolongan en el tiempo. Este dato resalta el fuerte
impacto que el diálogo interno puede tener en nuestra salud física y emocional.

El 90% de la comunicación que tenemos los seres humanos es con nosotros


mismos, y solo el 10% se da con el exterior. Así que la mayor parte del tiempo
estamos charlando con nosotros mismos, inmersos en nuestros pensamientos.
Desde el momento en que te levantas hasta que te acuestas, mantienes un
diálogo interno continuo. Por ejemplo, al despertarte, puedes pensar "me levanto
o sigo durmiendo un poco más… no, mejor me levanto porque tengo cosas que
hacer". Cada pensamiento es una forma de monólogo interno.

El auto diálogo es una realidad cientí ca, un hecho descrito por muchos autores,
aunque con nombres distintos, como discurso interno, monólogo interno,
rumiación mental, estilo explicativo o charla cerebral. La clave para entender el
impacto del diálogo interno es que la calidad de nuestros pensamientos in uye
directamente en nuestras emociones y, por ende, en nuestro bienestar general.

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El padre de la psicología positiva, el Dr. Martin Seligman, argumenta, en
consonancia con Aaron Beck y Albert Ellis, que "lo que pensamos conscientemente
es lo que mayoritariamente determina cómo nos sentimos". Esto signi ca que un
diálogo interno negativo puede llevar a emociones negativas, lo cual puede tener
efectos perjudiciales para nuestra salud física y mental.

Por eso, es crucial aprender a identi car patrones de diálogo interno dañinos y
reemplazarlos con pensamientos más positivos y constructivos. Practicar la auto-
compasión y la reestructuración cognitiva puede ayudar a reducir la rumiación
negativa y promover un estado emocional más saludable. Cambiar nuestro
diálogo interno puede requerir tiempo y esfuerzo, pero los bene cios para
nuestra salud y calidad de vida son signi cativos.

La amígdala, una pequeña estructura en el cerebro, es responsable de activar


respuestas emocionales, especialmente cuando se siente amenazada. Lo
interesante es que a la amígdala no le importa si lo que te dices a ti mismo es real
o producto de tu imaginación. Si lo crees con convicción, la amígdala segregará
sustancias que te pondrán en modo de defensa o en modo creativo, dependiendo
de tus pensamientos y creencias.

Consideremos un ejemplo: estás haciendo la para subir a una montaña rusa.


Mientras esperas, escuchas a alguien decir que esta montaña rusa es "peligrosa",
porque no ha recibido el mantenimiento adecuado debido a problemas nancieros
del parque. Si le das credibilidad a esta información y te dices a ti mismo: "Es
cierto, este parque está en mal estado", es probable que te pongas en modo
defensa. Cuando te subas a la montaña rusa, en lugar de disfrutar el viaje, estarás
tenso, escuchando cada sonido del recorrido, temiendo un posible accidente. En
este caso, tu auto diálogo induce una respuesta emocional de miedo, activando la
amígdala, que a su vez segrega sustancias que refuerzan el modo de defensa.

Este ejemplo muestra cómo la calidad de nuestro diálogo interno puede afectar
nuestras emociones. Personas con auto diálogos negativos tienden a decodi car
el entorno como amenazante, lo que lleva a respuestas emocionales de defensa.
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Frases como "Soy un idiota", "Todo me sale mal" o "El mundo conspira contra mí"
refuerzan este modo de defensa, creando un ciclo de pensamientos negativos que
puede ser difícil de romper.

En contraste, otras personas tienen un diálogo interno más positivo o indulgente


consigo mismos y con el mundo circundante. En lugar de centrarse en el
problema, se enfocan en la solución. Por ejemplo, en lugar de dramatizar la
situación, pueden decirse: "Esto no es lo peor, hay cosas peores", "Esto me
ayudará a mejorar" o "Voy a enfocarme en la solución". Estos pensamientos
activan el modo creativo, permitiendo ver la situación como una oportunidad para
aprender o crecer, en lugar de centrarse únicamente en los aspectos negativos.

Estos ejemplos ilustran la importancia de prestar atención a nuestro auto diálogo


y trabajar para reemplazar pensamientos negativos con otros más constructivos.
No se trata de ser ingenuos o ignorar los problemas, sino de cambiar el enfoque
hacia soluciones y oportunidades, en lugar de quedarnos atrapados en
pensamientos que refuerzan el modo de defensa.

El poder del auto diálogo no debe subestimarse. Todos, nos guste o no, tenemos
una voz interna que puede in uir y determinar nuestras decisiones. Esta voz
puede motivarnos y alentarnos, pero también puede criticarnos hasta
desmoralizarnos. Como es tu auto diálogo, así será tu estado emocional.

El discurso interno es un fenómeno complejo y multifacético. Charles Fernyhough,


psicólogo de la Universidad de Durham, en Reino Unido, nos explicó en su libro
Voces Internas que esa charla interna genera alrededor de 4,000 palabras por
minuto. Esto signi ca que el diálogo interno trabaja 10 veces más rápido que el
habla verbal. Dado que el 90% de nuestra comunicación es interna, es crucial
tener en cuenta que el diálogo interno puede afectar signi cativamente nuestro
cerebro y nuestra salud psicológica.

Un estudio realizado por John H. Krystal, editor de la revista Biological Psychiatry y


profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, mostró que el
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diálogo interno negativo y persistente puede debilitar múltiples estructuras
neuronales, haciendo a las personas más vulnerables al estrés. Estructuras como
la amígdala, que están asociadas con emociones como el miedo y la atención
hacia amenazas, pueden mostrar una hiperactividad elevada, llevando a un gran
desgaste psicológico. Esto puede alimentar la ansiedad y conducir a estados
depresivos.

Por estas razones, es esencial que tomemos conciencia de que nuestro diálogo
interno puede afectar tanto nuestra salud física como psicológica. Un auto diálogo
negativo y limitante puede recortar nuestra autoestima y potencial, mientras que
un diálogo interno positivo puede ser una herramienta poderosa para fomentar el
bienestar.

¿Qué emociones nos guían y cuáles nos extravían?

Las emociones desagradables, a menudo llamadas "negativas", tienen un valor


intrínseco, ya que nos alertan sobre problemas especí cos y nos preparan para
tomar acción. Son valiosas señales que indican que algo necesita ser abordado.
Sin embargo, reprimir estas emociones puede ser contraproducente, ya que la
energía contenida en ellas buscará una forma de salir. Como explica Norberto
Levi, ignorar las emociones sería como tapar la luz roja del tablero del auto que
indica que no tenemos combustible.

Para disolver emociones dolorosas, necesitamos vivenciarlas y satisfacer la


necesidad que las impulsa. Si estas emociones, como la ira, la ansiedad o el
miedo, se vuelven intensas y prolongadas, pueden aumentar la vulnerabilidad a la
enfermedad y di cultar la recuperación. Por ello, es importante reconocerlas y
encontrar formas saludables de abordarlas.

¿Qué emociones debemos escuchar?

Si bien las emociones pueden ser guías valiosas, no todas nos llevarán por el
camino correcto. Las emociones del momento, como un arranque de ira, pueden
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ser impulsos que nos desvían, mientras que las emociones recurrentes y las
intuiciones que vienen en momentos de calma son las que debemos escuchar. La
intuición es un mensaje sutil que aparece en estados de tranquilidad, por lo que
merece nuestra atención.

En resumen, debemos desestimar las emociones pasajeras y centrarnos en


aquellas que son estables y recurrentes para guiar nuestras decisiones. Escuchar
el corazón puede ser liberador, pero basar decisiones importantes en emociones
pasajeras puede ser un error.

Conclusión: El papel de las emociones y el diálogo interno en la toma de


decisiones

En esta clase, exploramos la relación entre las emociones, el diálogo interno y la


toma de decisiones. Vimos cómo nuestras emociones, ya sean placenteras o
displacenteras, in uyen en nuestras reacciones y en las acciones que tomamos.
Aprender a escuchar nuestras emociones y comprender su mensaje es crucial para
tomar decisiones más informadas y saludables.

Hablamos sobre el poder del auto diálogo y cómo el modo en que nos hablamos a
nosotros mismos puede afectar profundamente nuestro estado emocional. Un
diálogo interno negativo puede inducir estrés, ansiedad y otros problemas
emocionales, mientras que un diálogo interno positivo puede impulsar la auto-
motivación y la auto-regulación emocional.

Descubrimos que las emociones desagradables, aunque a menudo consideradas


"negativas", tienen un propósito importante: nos alertan sobre problemas y nos
proporcionan energía para tomar acción. Ignorarlas o reprimirlas puede ser
contraproducente, lo que refuerza la importancia de enfrentarlas y buscar
soluciones.

Además, discutimos la importancia de distinguir entre emociones pasajeras y


recurrentes. Si bien las emociones del momento pueden ser intensas, las
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emociones recurrentes y la intuición suelen ser guías más con ables para
nuestras decisiones. Escuchar estas emociones recurrentes y prestar atención a la
intuición puede ayudarnos a mantener el equilibrio emocional y tomar decisiones
más acertadas.

En resumen, para mejorar la toma de decisiones, necesitamos comprender y


gestionar nuestras emociones y auto diálogos. El objetivo es desarrollar una
mentalidad más positiva y constructiva que fomente el bienestar emocional y la
resiliencia. Al aplicar lo que aprendimos en esta clase, podemos ser más
conscientes de nuestras emociones y tomar decisiones que nos lleven hacia una
vida más equilibrada y satisfactoria.

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