Osteosporosis y Artereoescarosis
Osteosporosis y Artereoescarosis
Osteosporosis y Artereoescarosis
JUANCITO – LORETO
PERÚ
DEDICATORIA.
y familiares en general.
AGRADECIMIENTO
A los docentes del I.E.S.T.P.C. Local
Juancito, por sus aportes principales en
transmitir los conocimientos científicos,
ya que son los formadores de nuestra
Carrera Profesional.
I. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………….. 01
Anexos ………………………………………………………………….. 10
I.- INTRODUCCIÓN
son flexibles, pero a medida que pasa el tiempo pueden tener tendencia a
indistinta.
II. MARCO TEÓRICO
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2.1. Osteoporosis
2.1.1. Causas
El origen de la osteoporosis debe buscarse en los factores que influyen en el
desarrollo y la calidad del hueso. El riesgo de padecer osteoporosis vendrá
determinado por el nivel máximo de masa ósea que se obtenga en la edad adulta y
el descenso producido por la vejez. Además del envejecimiento, en su aparición
intervienen factores genéticos y hereditarios. Las hijas de madres que tienen
osteoporosis, por ejemplo, adquieren un volumen de masa ósea inferior que el de
hijas de madres con huesos normales, y lo mismo sucede
con gemelos univitelinos.
La desnutrición, la mala alimentación, el escaso ejercicio físico y la administración
de algunos fármacos también pueden favorecer la aparición de la osteoporosis.
Sin embargo, la menopausia es uno de los factores que más influye en su
desarrollo en las mujeres, ya que la desaparición de la función ovárica provoca un
aumento de la resorción ósea.
2.1.2. Síntomas
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la "epidemia
silenciosa" debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el dolor
aparece cuando surge la fractura.
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar
desapercibidas puesto que no se producen síntomas. En estos casos se pierde la
oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de nuevas
fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal, húmero,
vértebras y antebrazo distal (muñeca).
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2.1.3. Prevención
La prevención de la osteoporosis es fundamental para evitar el avance de la
patología. Estas son algunas recomendaciones para conservar y aumentar la
densidad ósea:
Mantener un consumo adecuado de calcio. Los alimentos más ricos en
calcio son los lácteos, incluidos los descremados, que aportan la misma
cantidad que los no descremados (y el queso curado contiene más que
el tierno). También se consigue un gran aporte con los frutos secos
(nueces, avellanas y almendras), legumbres (frijoles blancos,
garbanzos), pescados (sardinas en lata con espinas), vegetales (berros,
brócoli), semillas (sésamos) y el tofu, según recomienda la SER.
Ingesta de alimentos que aportan vitamina D. La principal fuente de
vitamina D es la síntesis cutánea a partir de la exposición a la luz del sol.
Sin embargo, la dieta también puede contribuir a adquirir las
necesidades diarias, a partir de los alimentos enriquecidos con vitamina
D (productos lácteos, cereales y margarina) y de la ingesta de pescados
grasos. Así, es recomendable incluir en la dieta salmón, sardinas, atún y
caballa.
Nutrición idónea para la salud ósea. Se requiere una ingesta adecuada
de proteínas para la salud ósea pero también para mantener la masa
muscular, que es un factor importante en la prevención del riesgo de
caídas. Adicionalmente se recomienda una dieta sana con frutas y
vegetales que son fuentes de vitamina K (hortalizas de hoja verde,
verduras como el brócoli y frutas como el kiwi) y magnesio (hortalizas de
hoja verde, semillas de calabaza y lino, almendras). La dieta también
debería proporcionar zinc y especialmente vitamina B.
2.1.4. Tipos
Existen distintos tipos de osteoporosis:
Osteoporosis posmenopáusica: la causa principal es la falta de
estrógenos. En general, los síntomas aparecen en mujeres de 51 a 75
años de edad, aunque pueden empezar antes o después de esas
edades. 03
Osteoporosis senil: resultado de una deficiencia de calcio relacionada
con la edad y de un desequilibrio entre la velocidad de degradación y de
regeneración ósea. Afecta, por lo general, a mayores de 70 años y es
dos veces más frecuente en las mujeres que en los varones.
Osteoporosis secundaria: puede ser consecuencia de ciertas
enfermedades, como la insuficiencia renal crónica y ciertos trastornos
hormonales; o de la administración de ciertos fármacos, como
corticoesteroides, barbitúricos, anticonvulsivantes y cantidades
excesivas de hormona tiroidea.
2.1.5. Diagnóstico
Dado que en la actualidad hay muchas lagunas de conocimiento sobre la
osteoporosis, la Sociedad Española de Reumatología señala que es difícil
establecer unos criterios diagnósticos claros y contundentes que abarquen,
además, el riesgo de fractura.
La densitometría ósea es la mejor técnica que existe para medir la masa ósea,
aunque los especialistas comentan que hay excepciones, ya que la prueba indica
la densidad mineral ósea del paciente, y este es otro de los factores de riesgo de la
osteoporosis.
2.1.6. Tratamientos
La selección del tratamiento dependerá de las características del paciente. Los
expertos recuerdan que para que sea eficaz debe seguirse de forma constante
durante varios años.
Los fármacos que se emplean en la actualidad para combatir la osteoporosis
consiguen detener la resorción ósea y evitar la pérdida del mineral. Son los
llamados inhibidores de la resorción entre los que se encuentran los estrógenos,
las calcitoninas, los bisfosfonatos (etidronato, alendronato y risedronato), los
moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (raloxifeno) e incluso las
estatinas, unos fármacos que inicialmente se empleaban para combatir
el colesterol.
Aunque el tratamiento farmacológico es muy importante existen otras medidas
encaminadas a corregir deficiencias nutricionales y mejorar el estilo de vida que
pueden evitar caídas y minimizar la intensidad del impacto de la enfermedad.
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2.2. Arteriosclerosis
2.2.1. Tipos
Dentro de los tipos de arterioesclerosis se encuentra:
La ateroesclerosis: Este tipo de arterioesclerosis conlleva, también,
una acumulación de sustancias en las arterias que impiden el paso de la
sangre, pero, en este caso, se produce a causa de una placa de
ateroma.
La esclerosis de Monckeberg: Se caracteriza por la presencia
de calcificaciones en arterias medianas de tipo muscular. Aunque se
puede producir de forma simultánea a la ateroesclerosis, ambas son
distintas desde el punto de vista anatómico.
Esta afección resulta infrecuente antes de los 50 años y suele afectar
en mayor medida a las arterias femorales, tibiales, radiales o cubitales.
La arterioesclerosis: Conlleva las mismas características que la
arterioesclerosis, pero afecta a las arteriolas, es decir, a las arterias de
pequeño calibre.
2.2.2. Síntomas
En términos generales, la afección no presenta síntomas hasta que una arteria se
estrecha demasiado o por completo.
Cuando la gravedad de la patología va en aumento, se reduce el flujo de sangre
coronaria considerablemente y esto puede provocar dolor torácico, también
denominado angina de pecho, o dificultad para respirar.
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Además de estos síntomas, la afección también puede causar daños en otros
órganos, tales como los intestinos, los riñones, las piernas o el cerebro.
2.2.3. Causas
La razón principal por la que se produce la arterioesclerosis es por la acumulación
de lípidos, sobre todo colesterol, y otras sustancias. Al producirse una obstrucción,
la sangre rica en nutrientes y oxígeno no puede circular, lo que se
denomina isquemia.
La isquemia puede acabar produciendo, en los casos más graves, muerte
celular (necrosis) e infarto. Este último, puede presentarse en el miocardio, que es
el más frecuente, pero también es posible que afecte a otras partes del cuerpo
como el cerebro o las extremidades inferiores.
Una de las principales causas por las que se produce la arterioesclerosis es
la mala alimentación, es decir, aquella en la que se abusan de las grasas
saturadas o comidas rápidas, combinada con una vida sedentaria y carente de
actividad física.
2.2.4. Diagnóstico
Puesto que la arterioesclerosis es una afección que tarda tiempo en presentar
síntomas, es necesario un diagnóstico precoz de la misma para evitar que se
produzcan daños irreversibles.
Son necesarios exámenes periódicos, sobre todo a partir de los 40-50 años y en
aquellas personas que presenten antecedentes de enfermedades como la
arterioesclerosis o la ateroesclerosis.
2.2.5. Consecuencia
Los bloqueos, ya sea completos o incompletos, pueden causar complicaciones
que incluyen ataque cardíaco, accidente cerebrovascular (en inglés), demencia
vascular (en inglés), disfunción eréctil o pérdida de una de las extremidades. La
aterosclerosis puede provocar la muerte o una discapacidad.
2.2.6. Prevención 06
Los mismos cambios para un estilo de vida saludable recomendados para
tratar la ateroesclerosis también ayudan a prevenirla. Entre estos, se incluyen
los siguientes:
Dejar de fumar
Consumir alimentos saludables
Hacer ejercicio en forma regular
Mantener un peso saludable
Controlar y mantener una presión arterial saludable
Controlar y mantener niveles saludables de colesterol y glucosa en la
sangre
III. CONCLUSIONES
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IV.- RECOMENDACIONES
No fume.
Haga ejercicio de manera regular.
V. REVISION BIBLIOGRAFICA
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Guenter P, Jones J, Robert Sweed M, Ericson M. Osteoporosis y
Arterioclerosis, 1998; p. 272-301.