Final Didactica
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Final Didactica
El perfil docente ideal para una sociedad democrática, cambiante, tecnificada y globalizada es el
de una persona dispuesta constantemente a aprender, a adaptarse a los cambios, a transmitir su
pasión por el conocimiento, que sea guía y consejero, que escuche y comprenda, que imponga el
respeto con su ejemplo y su seguridad, que prepare bien sus clases, que estimule a todos sus
alumnos en general y a cada cual en sus inteligencias específicas, fortaleciendo sus debilidades y
enalteciendo sus fortalezas.
En la práctica es casi imposible lograr hallar ese docente ideal, cuando el rol docente ha perdido
socialmente el lugar importante de otras épocas.
NUEVO ROL DOCENTE
¿QUE MODELO DE FORMACIÓN, PARA QUE MODELO EDUCATIVO?
Rosa María Torres
El “docente deseado” o el “docente eficaz” es caracterizado como un sujeto polivalente, profesional
competente, agente de cambio, practicante reflexivo, profesor investigador, intelectual crítico e intelectual
transformador que domina los saberes -contenidos y pedagogías- propios de su ámbito de enseñanza;
provoca y facilita aprendizajes, asumiendo su misión no en términos de enseñar sino de lograr que los
alumnos aprendan; interpreta y aplica un currículo, es percibido por los alumnos a la vez como un amigo y
un modelo, alguien que les escucha y les ayuda a desarrollarse; etc.
No obstante, las políticas y medidas que se toman están contribuyendo a reforzar algunas de las tendencias
más negativas hacia la desprofesionalización del magisterio. Dicha desprofesionalización tiene que ver no
únicamente con condiciones materiales, sino con un proceso gradual de “desposesión simbólica”: los
docentes cada vez más arrinconados en un rol de meros operadores de la enseñanza, relegados a un rol cada
vez más alienado y marginal, considerados un “insumo” más de la enseñanza.
Los docentes son vistos como obstáculo y como “insumo costoso”, al tiempo que se deposita grandes
esperanzas en el libro de texto y las modernas tecnologías, la educación a distancia y las propuestas de
autoaprendizaje y autoevaluación pensadas ya no sólo como complementos sino incluso como sustitutos a la
labor docente hacen que la tendencia ya no sea sólo a la desprofesionalización sino hacia la exclusión de los
docentes.
Al listado de “competencias docentes” viene a agregarse a un listado de tareas asistenciales que hoy en día
son parte de la función de casi cualquier docente en el sector público, resultado de la creciente presión
puesta sobre la institución escolar para hacerse cargo de los problemas vinculados a la pobreza, la crisis de
la familia, el desempleo.
PERFIL DEL DOCENTE EN EL ENFOQUE BASADO EN COMPETENCIAS
Margarita María Álvarez
El enfoque basado en competencias
Escudero, Pereda, Prieto y Ortega, delinean los siguientes perfiles para el docente universitario.
a. Conocimiento disciplinario: Propias del docente en una determinada asignatura o área disciplinar.
Actualmente, al profesor universitario se le exige y reconoce el dominio de los conocimientos de sus
respectivas áreas de conocimiento, y también la competencia demostrada (proyectos, publicaciones, etc.) en
lo que concierne a su papel de creador y constructor del saber, su divulgación y proyección sobre unas u
otras formas de desarrollo científico y tecnológico. La formación en la cultura y tradición universitaria. Por
otra parte, el conocimiento disciplinar no debería estar sesgado, circunscrito a áreas de especialización, sino
integrado a la multidisciplinariedad y transdisciplinariedad.
b. Conocimiento pedagógico: Implica conocer y comprender las distintas formas en que un estudiante
aprende, [teorías del aprendizaje, conocer modalidades y métodos de enseñanza] y los sistemas de
evaluación adecuados para dar respuestas a los nuevos retos mediante la adecuada toma de decisiones
relativas a la optimización formativa. Sin embargo, para la mayoría del profesorado, aunque siempre hay
excepciones, la formación científica e investigadora constituye una suerte de imperativo moral generalmente
bien asumido e internalizado, sea por razones éticas, o también, por aspiraciones legítimas de promoción.
Sobre este terreno, con toda seguridad, es sobre el que recae su energía, esfuerzo y dedicación. Pero las
energías para extender su formación sobre otros dominios, por ejemplo el didáctico, suelen ser más bien
escasas, y quizás marginales.
Con amplios conocimientos (disciplinares y pedagógicos) el docente y la docente pueden dominar y
estructurar los saberes para facilitar experiencias de aprendizaje significativo. Por lo tanto, el docente
universitario debe preocuparse por su formación permanente, tanto en lo disciplinar como en lo pedagógico.
La formación del profesorado debe ser a lo largo de toda su carrera docente y no como un episodio aislado.
Debe considerar no sólo distintas técnicas o métodos de enseñanza, sino que, fundamentalmente, centrarse
en aspectos sociales, culturales y relacionar teoría y práctica, en un espacio de diálogo y experiencias
significativas.
De esta manera, se podría pensar en el docente como “un filósofo, amigo de la sabiduría y del conocimiento,
buscador intelectual que adecue las teorías y modelos a una realidad concreta”.
Capacidades culturales y contextuales: Resulta imprescindible poseer una cultura general, conocer al
estudiantado y los productos culturales con los se relaciona. Esto permitirá superar el discurso
identitario que se dirige, de manera constante y terrible, a la juventud, y así lograr un aprendizaje
desde el contexto.
Capacidades comunicativas: Vinculadas a la capacidad discursiva, o sea, a la posibilidad de
apropiarse de diferentes recursos del lenguaje a nivel verbal y no verbal, los cuales le permitan
transmitir al docente experiencias y provocar aprendizajes. Favorece la comunicación docente-
estudiante y permite establecer un diálogo con los contextos. Se trata, pues, de una comunicación
cuidadosamente elaborada, sin descuidos, rigurosa, clara, bien estructurada y, especialmente, dirigida
al interlocutor.
Capacidades sociales: Relacionadas con acciones de relación social y colaboración con otras
personas, el trabajo en equipo y el liderazgo para favorecer el interaprendizaje entre docentes y entre
docentes y estudiantes.
Capacidades metacognitivas: Relacionadas con la capacidad crítica, autocrítica y reflexiva del
docente con el objetivo de que éste sea capaz de revisar su actuación docente y mejorarla de forma
sistemática, así como la capacidad de reacción ante situaciones conflictivas, novedosas o
imprevistas, la creatividad y la innovación didáctica y la toma de decisiones mediante la previa
identificación del problema, recopilación de toda la información y propuesta de soluciones.
Capacidades tecnológicas: Relacionadas con el aprendizaje, la investigación y el uso de las
posibilidades que las tecnologías de la información y la comunicación brindan a la labor profesional
docente. Pone énfasis en una reflexión profunda que le posibilite al docente realizar una mediación
pedagógica de las mismas y, de esa forma, en los procesos de búsqueda, selección y síntesis de la
información, establecer puentes entre estas y el estudiantado.
Además de las características mencionadas que debería tener el docente universitario, se considera que, por
sobre todo, debe poseer ciertas cualidades que lo caractericen como un ser humano capaz de emprender la
difícil y gratificante tarea de la docencia, entre las que destacan: honestidad, principios éticos y sensibilidad
con el otro.
UNIDAD: LA FORMACION DOCENTE EN DEBATE
Video de Dicker: algunas cuestiones (revisar de nuevo el video)
"...Hace ya muchos años, decíamos que la práctica docente es compleja, es decir, está atravesada por una
multiplicidad de variables. No solo interviene la voluntad del docente, las características de los estudiantes
y las características del objeto de conocimiento que se transmite, sino que hay una multiplicidad de otras
variables que intervienen en el momento en el que el docente desempeña su actuación (condiciones
institucionales, políticas, sociales y biográficas de cada uno de los alumnos). Entonces, la gran pregunta
siempre fue cómo se forma para una práctica que tiene esa complejidad..."
"...Históricamente, la práctica se ubicaba hacia el final de la formación de los docentes. Se entendía que la
práctica era un momento de aplicación de un conjunto de conocimientos que se habían adquirido a lo largo
de la formación. Esta concepción (la del viejo normalismo) presumía que la práctica podía ser formateada
por la actuación del docente. Esto es, que era el docente el que le daba forma a esa práctica y controlaba las
variables..."
Diker nos habla de que la concepción normalista (formación práctica al final de la formación de los docentes
como una aplicación de los conocimientos adquiridos hasta el momento) no necesariamente funciona, y es
necesario que la práctica docente atraviese toda la formación.
LA FORMACION DOCENTE. HOJA DE RUTA
DICKER Y TERIGI
La identidad de la actividad docente:
Cuando hablamos de la identidad de la labor docente, hay que tener en cuenta primero que se trata de un
trabajo, una actividad laboral que tiene lugar en una institución, como cualquier otra profesión. El problema
radica en determinar cuál es la función de este trabajo, en el cual muchas veces no está delineada con
claridad su función.
Las funciones que tiene y que se espera del docente son múltiples, no tanto en lo educacional, sino también
en lo social. La identidad de la labor se ve desdibujada por la multiplicidad de tareas que el rol supone.
La posición de Dicker y Terigi al hablar del modelo restrictivo y comprensivo es clara. Critican
enfáticamente el modelo restrictivo, que solo se limita a la fase interactiva de la tarea pedagógica: el dar
clase. Desde esta perspectiva se desentienden otras tareas pedagógicas importantes. Las autoras ven la
necesidad de una concepción comprensiva de la enseñanza, que supone definiciones diferentes en el plano
del diseño de la formación y supone tener en cuenta cuestiones que la concepción restrictiva desatiende,
como la fase pre activa o de planificación, la participación en la programación institucional, etc.
Multiplicidad de tareas
Variedad de contextos de la practica
Complejidad del acto pedagógico
Inmediatez
Indeterminación de las situaciones que se suscitan en el curso del proceso del trabajo docente
Implicación personal y posicionamiento ético que supone la tarea docente
Ejemplo:
Philippe Perrenoud es un sociólogo suizo, con amplia popularidad por su amplio trabajo en el área
pedagógica de la enseñanza. Se ha dedicado a desarrollar teorías e ideas sobre la educación y cómo mejorar
la enseñanza dentro y fuera del aula.
Sus ideas revolucionarias tratan todo tipo de temas educativos: desde cómo se encuentra estructurado el
currículo educativo a nivel mundial y cambios que pueden hacerse, prácticas pedagógicas para desarrollar
con estudiantes y cambios aplicables al sistema político educativo para mejorar el desempeño general de
alumnos a nivel mundial.
Sus críticas al sistema educativo han sido bastante amplias. A lo largo de su carrera como educador y autor
ha sugerido una serie de cambios para hacer más equitativa la educación mundial.
Perrenoud considera que implementaciones como la repetición de año escolar son erradas, dado que cada
estudiante tiene un ritmo distinto.
Los problemas de los que habla Perrenoud se ven reflejados en la repetición del año escolar de un joven. Al
darle un punto final al año escolar puede que el ciclo de aprendizaje no esté terminado para todos los
alumnos. El sociólogo explica que puede haber ciclos de aprendizaje de un año, así como puede haber otros
que tarden hasta 3 o 4.
VII. Para proporcionar los medios para trabajar sobre uno mismo.
Hipótesis: Los profesores adoptan una diversidad de metáforas sociales referidas al talento y la inteligencia
de sus alumnos. Hay un tipo de creencia social a la que adhieren los profesores de significativa incidencia
educativa referida a la inteligencia en términos de talentos innatos. Los juicios profesorales adoptan
implícitamente los rasgos de la identidad social de los alumnos en tanto marcas de origen, transmutando el
capital cultural en una evaluación y predicción sobre los desempeños escolares. Esta transmutación se
verifica en formas eufemísticas en las apreciaciones que realizan los profesores sobre los alumnos. Los
juicios profesorales producen “efectos simbólicos” en la estructuración del destino escolar, al imponer
ciertos límites a las trayectorias escolares de los alumnos que, mediatizadamente, éstos hacen suyos
(sentido de los límites).
La comprensión lectora.
Leer es comprender: La lectura es uno de los aprendizajes más importantes, indiscutidos e indiscutibles,
que proporciona la escolarización. Desde tiempos pretéritos hasta la actualidad, la alfabetización se ha
considerado siempre una capacidad imprescindible.
La alfabetización es la puerta de entrada a la cultura escrita y a todo lo que ella comporta: una cierta e
importante socialización, conocimientos e informaciones de todo tipo, etc. La lectura es un instrumento
potentísimo de aprendizaje: leyendo libros, periódicos podemos aprender cualquiera de las disciplinas del
saber humano. Pero, además, la adquisición del código escrito implica eI desarrollo de capacidades
cognitivas superiores: la reflexión, el espíritu crítico, la conciencia, etc.
Pero a pesar de la importancia de la lectura, todavía hay mucha gente que no sabe leer ni escribir. Y bien:
¿cómo puede ser que personas que han cursado EGB o Primaria, que han obtenido el certificado escolar, no
puedan comprender ni hacerse entender por escrito a la hora de la verdad? ¿Es que ocho años de
escolarización no sirven para conseguir este objetivo? Algo falla en este círculo... y nunca serán los
alumnos, las personas, que deben considerarse como víctimas más que como culpables.
Una causa esencial de este fracaso, entre otras, es en el tratamiento didáctico que la lectura ha recibido
tradicionalmente en la escuela. A pesar de constituir un objetivo de primer orden, la enseñanza de la lectura
queda confinada al área del lenguaje, a los primeros años escolares y a una metodología analítica y mecánica
que obtiene unos resultados cuestionables.
En primer lugar, la concepción de la lectura que subconscientemente ha transmitido la escuela tradicional es
limitadísima. De una forma explícita, nos ha instruido en las micro habilidades más superficiales y
primarias, que son las que ha considerado importantes, es decir: discriminar la forma de las letras, establecer
la correspondencia entre sonidos y grafías, leer palabra por palabra, pronunciar las palabras correctamente,
entender todas las palabras de cada texto, etc. En cambio, los lectores hemos tenido que espabilarnos por
nuestra cuenta con las destrezas superiores: ser conscientes de los objetivos de la lectura, saber leer a la
velocidad adecuada, comprender el texto a diversos niveles, inferir significados desconocidos, etc. Y hay
que tener en cuenta que nuestra profesión de maestros nos ha facilitado enormemente la tarea.
De una forma implícita, también se nos ha hecho entender lo que supuestamente es la buena lectura: leer
libros, sobre todo de literatura, de cabo a rabo, a un ritmo tranquilo, sentados, adelantando paso a paso,
entendiéndolo todo... Y lo que se cree que no lo es: leer notas, publicidad, informes, redacciones de
alumnos, cartas que estás escribiendo, etc.; leerlos deprisa, saltándonos muchísimas palabras, adelantar y
retroceder en el texto, buscar solamente lo que nos interesa, dejar que queden cosas por entender, leer de pie,
sentados, en el autobús, en el metro, etc.
La secuencia didáctica típica y tópica de enseñanza de la lectura es la siguiente:
El maestro escoge una lectura del libro de texto.
Un alumno lee un fragmento, mientras el resto sigue la lectura en su libro.
Si comete algún error de oralización, el maestro lo corrige directamente o delega en otro alumno.
Una vez oralizado el texto, el maestro formula preguntas sobre la lectura, que los alumnos contestan
individualmente.
Ejercicios de gramática a partir del texto.
EI error esencial de este tipo de actividades -y que puede ser una de las causas del déficit de comprensión
que anunciábamos anteriormente- es que olvidan el aspecto más importante de la lectura, es decir, que leer
significa comprender, entender un texto. Leamos como leamos, deprisa o despacio, a trompicones, siempre
con el mismo ritmo, en silencio, en voz alta, etc. lo que importa es interpretar lo que vehiculan las letras
impresas, construir un significado nuevo en nuestra mente a partir de estos signos. Esto es lo que significa
básicamente leer.
Tipos de lectura: Una primera aproximación a la lectura debe notar que, como ocurre también con el resto
de habilidades lingüísticas, no se trata de una capacidad homogénea y única, sino de un conjunto de
destrezas que utilizamos de una manera o de otra según la situación. Leemos diferente según si nos
encontramos delante de un periódico, una novela, una redacción de un alumno, una carta que escribimos
nosotros mismos, una nota, un anuncio, etc. Sin duda, realizamos la misma operación de captar el sentido de
un texto, pero se presentan numerosas variables: los tipos de texto, los objetivos de la comprensión, la
situación, la prisa que tengamos, etc.
Lectura silenciosa:
Extensiva
Por placer o por interés
Intensiva
Para obtener información de un texto
Rápida y superficial
Para obtener información sobre un texto
Involuntaria
Noticias, anuncios, carteles
Por ejemplo, leemos extensivamente una novela o un ensayo; de forma intensiva, un informe sobre un
alumno, una carta que ha llegado a la escuela; la lectura rápida sería el acto de hojear un libro o dar un
vistazo al periódico; y una buena situación de lectura involuntaria sería la de la publicidad que nos asalta
inevitablemente por las calles de cualquier ciudad. Los grupos no son excluyentes, de manera que, por
ejemplo, se puede leer por placer con rapidez y superficialmente.
Perfil del buen lector: En primer lugar, los buenos lectores leen el texto de una manera determinada, son más
eficaces al mover los ojos delante de un papel escrito. El lector competente:
Lee habitualmente en silencio, pero también puede oralizar, si es necesario.
No cae en los defectos tipicos de lectura: oralización, subvocalización, regresiones, etc.
Lee con rapidez y eficientemente. Hace fijaciones amplias, rápidas y selectivas.
Se fija en unidades superiores del texto: frases, palabras, etc.
No repasa el texto letra por letra.
Además, el lector competente no lee siempre de la misma forma, sino que se adapta a cada situación y
utiliza varias micro habilidades de lectura. Estas micro habilidades (el vistazo, la anticipación, la lectura
entre líneas, etc.) son las herramientas que tenemos a nuestro alcance para comprender y que utilizamos
selectivamente según los objetivos de lectura. El lector experto controla su proceso de lectura y sabe elegir
las estrategias adecuadas al texto y a la situación de lectura. Por el contrario, los aprendices de lector suelen
tener un repertorio más pobre de micro habilidades de comprensión. Acostumbrados a leer palabra por
palabra, con una anticipación escasa o nula, concentrados en la descodificación de cada letra y en su valor
fonético, los alumnos no saben ni pueden elegir herramientas diferentes para objetivos distintos de lectura.
Tanto si se les pide que comprendan la idea global de un texto, como una información específica o el valor
de una palabra, empezarán a leer por la primera línea, despacio y oralizando cada palabra. Para estos
lectores, leer es una operación mecánica y engorrosa, con poca comprensión y todavía menos gratificación.
Pero si leer es comprender, los buenos lectores también tienen que caracterizarse por el grado de
comprensión de la lectura que alcanzan.
Las raíces de la lectura: Mucho antes de que un niño empiece a aprender a leer, ya se ha formado algunas
actitudes respecto a Ia cultura escrita: a leer, a las letras, a los libros y a todo lo que está impreso. Todo
depende de cómo haya vivido los primeros años de su vida, de si en su entorno hay muchos libros o
ninguno, de si ve a menudo a personas (padres y hermanos) que leen, o de si ya empieza a mirar y observar
Iibros (sucesivamente de tela, cartón, papel; sin letra, con algo de letra, con bastante letra, etc.). En conjunto,
los familiares y el entorno transmiten subliminarmente una actitud definida hacia la lectura. De esta manera,
los niños empiezan a sentir curiosidad por lo que quiere decir cualquier cartel o papel y lo preguntan: ¿Qué
pone aquí? O también pueden sentir la mayor indiferencia. Por eso, el trabajo de aprendizaje que inicia la
escuela se edifica inevitablemente sobre estas actitudes, incipientes pero importantísimas, que constituyen
las raíces de la lectura. Sean cuales sean, la escuela debería corregirlas o potenciarlas.
Cuándo empieza y cuando acaba: El aprendizaje de la lectura arranca mucho antes que la escuela y acaba
mucho después, acaba con la vida. La comprensión es un camino sin final. Un texto escrito tiene muchos
niveles de comprensión y siempre se puede comprender mejor, más extensa y profundamente. Por eso, la
enseñanza de la comprensión lectora debe ser tarea general del currículum escolar y debe abarcar a todos los
niveles y a todas las materias. En secundaria o en postobligatoria no hay que entender que los alumnos ya
saben leer, sino que se les puede enseñar a leer aún mejor. Y en el área de Geografía o de Física, los
maestros deben ser tan responsables de enseñar a leer como los de las áreas de Lengua.
¿QUÉ ES LEER?
DANIEL CASSANY
Leer es la actividad general que conocemos en el día a día. Decodificar es una parte de leer, en la que
procesamos el lenguaje, observamos las letras impresas, las relacionamos entre si e identificamos que
aquellas letras son una palabra con un significado. Relacionar el significado descodificado con una
interpretación es comprender. Tradicionalmente se puso énfasis en la codificación y decodificación,
suponiendo que una persona que podía leer en voz alta ya sabía leer, aunque no entendiera nada.
Lo más relevante es la comprensión, que se recupere el significado del texto para darle un sentido. Aquí
entra en juego el interés de los niños y adolescentes, y es importante conectar los textos con los intereses de
los estudiantes.
Leer en internet es más difícil que leer un libro, debido a la gran cantidad de información. Lo importante es
saber elegir y valorar esa información, y en este sentido es primordial saber leer críticamente, saber buscar y
elegir la información para saber si lo que hemos encontrado tiene calidad.
Es muy relevante aquí hacer actividades de lecturas comparativas de distintas fuentes, de búsqueda en el
aula, etc. Cassany nos plantea que la lectura es un aprendizaje elemental y una herramienta imprescindible
para “sobrevivir” en la sociedad. Efectivamente, la alfabetización es el primer paso a la cultura en todos sus
sentidos, y además, es la puerta de entrada a capacidades superiores como la reflexión, la conciencia, etc.
Leer es comprender un texto, como sea, despacio, en silencio, en voz alta, deprisa. Lo que importa es
interpretar las letras, construir un significado nuevo en nuestra mente a partir de eso signos. En síntesis, lo
que nos plantea Cassany es la necesidad de otorgarle un sentido a la lectura y no caer en la simplicidad de la
automatización.
Algunos críticos hablan de la existencia de un canon occidental: un conjunto de rasgos ejemplares que se
toman como punto de partida para la elaboración de un catálogo textual de carácter literario en el que se
incluyen todas las obras que por sus valores objetivos universalmente reconocidos, constituyen una suerte de
tradición indiscutible, sobre la cual se asienta el desarrollo de la literatura en occidente.
Toda obra que no esté incluida en él puede considerarse literatura menor o de márgenes. El canon literario es
relativamente estable, esto quiere decir que va variando de época en época, de lector en lector, no es un
canon inmutable. Todo depende del contexto actual, la moda y la cultura de cada lugar donde se practica la
literatura.
Al canon lo elaboran las instituciones educativas, la ideología y cultura de cada sociedad, las editoriales, los
críticos literarios. El canon literario está en constante cambio y movimiento, es decir, géneros y obras que
antes formaban parte hoy ya no están, y viceversa.
Originalmente fue concebido por los griegos como una vara, caña recta de madera, una regla que los
carpinteros usaban para medir, luego en un sentido figurado, paso a significar ley o norma de conducta ética.
Es posible asociar el canon a instituciones que interpretan y valoran los textos en base a criterios muy
dispares del momento histórico y de los propios intereses.
El problema es que algo tan voluble como el canon es el pilar de la educación. Alguien tiene que decidir
que se enseña en las clases de literatura. En la elaboración de esa lista influyen aspectos como la inclusión o
no de obras representativas de colectivos minoritarios y tradicionalmente apartados del canon.