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Querella Penal - Aguero 2021.

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NUGENT & NUGENT

Abogados

Expediente:
Juez:
Especialista:
Imputado:
Agraviado:
Escrito: 01
Sumilla: INTERPONGO QUERELLA.

SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO PENAL UNIPERSONAL DE LIMA.-

RODIN RAÚL AGÜERO FERNÁNDEZ, identificado con D.N.I. Nº 07496542 con


domicilio real en Avenida Los Ruiseñores N° 465, Torre O, Departamento N° 501-
Santa Anita, Lima y domicilio procesal en Casilla Electrónica N° 70596 - SINOE, y
correo electrónico: nugent.legal2020@gmail.com; A Usted respetuosamente digo:

I. PETITORIO:

De conformidad con los artículos 108° y 459° del Código Procesal Penal y ante la
vulneración de los derechos al honor y a la buena reputación de mi patrocinado,
consagrados en el inciso 7 del art. 2° de la Constitución Política del Perú, solicito el
inicio de la acción penal privada con la interposición de la presente QUERELLA EN
CONTRA DE: HILDA ROSARIO AGÜERO FERNANDEZ por la comisión del delito
de DIFAMACIÓN tipificado en el tercer párrafo del art. 132° del Código Penal.
Solicitando se imponga la pena correspondiente, así como el pago de la reparación
civil por el monto de S/ 500,000.00 (Quinientos mil soles con 00/100 soles), en
atención a los fundamentos de hecho y de derecho que expongo a continuación:

II. DATOS DE LA QUERELLADA

La querella interpuesta se dirige en contra de: Hilda Rosario AGÜERO FERNANDEZ,


identificada con DNI N° 09374423 y domicilio en Asociación Villa Vitarte Manzana H,
Lote 01, distrito de Ate.

III. FUNDAMENTACIÓN FÁCTICA

3.1 Los hechos ocurrieron el día 27 de julio de 2021, en circunstancias en que la


querellada realiza publicaciones en su muro de Facebook al que cualquiera de sus
amistades puede acceder y entre los cuales tenemos personas en común, atribuyendo
al suscrito y a mi hermano mayor habernos apropiado del dinero de nuestro señor
padre y destruido a la familia.

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3.2 Asimismo el pasado 31 de julio de 2021, la querellada realizó otra publicación que
se expone a continuación, donde se puede advertir que continúa con el animus
difamandi al publicar ahora sí con nombre propio, “Rodín le quitó una propiedad a
mi padre”

3.3 La publicación tendenciosa por parte de la querellada de videos de un reportaje


que data de años atrás y que está referido a una situación que aún no ha sido definida
por el Poder Judicial ni siquiera en primera instancia, y resaltamos lo tendenciosa de la
noticia pues no solo manipuló a nuestro señor padre para exponer dicha situación ante
los medios de prensa sino que fue ella quien luego lo indujo a que presente una
denuncia a todas luces sin fundamento. Es así que conociendo que si un hecho que se
califica como delito no ha sido aún objeto de pronunciamiento FIRME Y CONSENTIDO
no se puede considerar como cierto, realiza publicaciones que a su vez configuran el
delito por el cual se formula la presente querella.

Las expresiones de la querellada generan una evidente afectación al honor y a la


buena reputación del querellante, tanto más que como les he mencionado entre sus
contactos existen personas que nos conocen a ambos.

IV. FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA:

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El artículo 132º del Código Penal establece: “El que, ante varias personas, reunidas o
separadas, pero de manera que pueda difundirse la noticia, atribuye a una persona, un
hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, será
reprimido con pena privativa de la libertad no mayor de dos años y con treinta a ciento
veinte días - multa. Si la difamación se refiere al hecho previsto en el artículo 131º
(Calumnia), la pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años y
con noventa a ciento veinte días - multa. Si el delito se comete por medio del libro, la
prensa u otro medio de comunicación social, la pena será privativa de libertad no será
menor de uno ni mayor de tres años y ciento veinte a trescientos sesenta y cinco días -
multa”.

La conducta de la querellada encuadra en el tipo penal de difamación por el contenido


agraviante de las ofensas y por el medio empleado que tipifica el artículo 132º del
Código Penal.

En el presente caso se verifican:

a) Los elementos de la parte objetiva del tipo penal de difamación agravada:

- La querellada tiene la calidad de autora directa de la figura de difamación


agravada, pues a través de redes sociales, me ha ofendido lesionando mi
honor, mi prestigio y reputación.

- La querellada me ha atribuido a través de los referidos medios, un


comportamiento, atribuyéndome hechos, cualidades o conductas que han
lesionado mi honor; los cuales han sido señalados en los fundamentos de
hecho de la presente querella.

- La querellada al haberme imputado conductas y cualidades falsas, y al


haber utilizado en la difusión de la ofensa redes sociales, está incursa en una
circunstancia agravante por el contenido delictivo de la ofensa y por el medio
empleado.

b) En cuanto a la verificación del elemento de la parte subjetiva del tipo penal de


difamación agravada, tenemos:

- El dolo, el cual se verifica al comprobar que el autor conoce que con sus
expresiones va a lesionar el honor de la persona y pese a tal conocimiento las
comunique.

- La jurisprudencia nacional ha establecido que para la configuración del


delito de difamación necesariamente debe mediar el dolo, que implica el
conocimiento y voluntad de la realización del tipo objetivo1.

Es decir, la querellada quiere que se difunda un hecho, cualidad o conducta falsa que
puede, como efectivamente ha sucedido, perjudicar mi honor y reputación.

La jurisprudencia española ha establecido:

“El delito (Contra el honor) es eminentemente subjetivo y circunstancial, y


en él es preciso atender, más que al significado literal de las palabras, el
ánimo y la intención de quien las pronuncia, y muy, principalmente, las
circunstancias en que fueron vertidas (lugar, tiempo y entorno social),
1
Ejecutoria Suprema del 28/08/97; Exp. 4400-97; Especial de Derecho Penal. Gaceta jurídica,
Tomo 61; p. 97
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medio y efectos (Publicidad, perjuicios ocasionados (...)”2

La prueba del dolo de difamación de la querellada, queda acreditada a través de las


siguientes consideraciones:

a) El conocimiento del contenido altamente ofensivo de las reiteradas


expresiones y comentarios difamatorios propalados a través de las redes
sociales, donde la querellada; no puede alegar que desconocía el significado
ofensivo de las conductas y agravios que me atribuye.

b) La no presentación de pruebas por la querellada sobre las conductas falsas y


agraviantes que me atribuye.

c) El grado cultural de la querellada, le permitía saber que su conducta y accionar


debería desarrollarse con las limitaciones establecidas por la Ley y respetando
los derechos de las personas.

d) Los medios utilizados por la querellada le permitía conocer que la difusión de las
ofensas que me ha formulado, eran de tal magnitud que irreversiblemente
dañarían mi honor.

e) Su negativa a detener toda intención de causar daño a mi persona, familia y


empresa, lo que es más grave, puesto que se han propalado a través de medios
de comunicación.

Recientemente la doctrina colombiana nos ilustra respecto a los delitos contra el honor
cometidos a través de redes sociales, así tenemos que el trabajo de Aura María
Franco Reyes señala respecto a los delitos de injuria y calumnia en las redes sociales:
“La volatilidad de la información en las redes sociales, y la posibilidad de fácil acceso a
éstas, es la una oportunidad para que las personas hagan cualquier tipo de
comentarios o imputaciones deshonrosas, es decir para que se cometan delitos de
injuria y calumnia. Sanz (2014) al respecto señala que “(…) las redes sociales son un
medio de difusión de información a la que pueden tener acceso un amplio número de
personas, podemos concluir que se trata de un medio apto para la difusión de
contenidos antijurídicos e injuriosos”.

El Derecho Penal, es el llamado a castigar este tipo de sanciones. El Estado en su


posición de facultado del uso del ius puniendi debe proteger el derecho a la honra y al
buen nombre a través de la acción penal, aun en contextos como la red de Internet.
Sin embargo, una de las problemáticas que limita la acción efectiva del Estado en la
investigación y sanción de conductas en las redes sociales, es la dificultad de conocer
con certeza el sujeto activo que la está cometiendo. Al respecto Sanz (2014), indica
que el anonimato es lo que brinda facilidad para que existan actividades delictivas en
las redes sociales. La falta de identificación de los sujetos que cometen los delitos
acentúa la presente de estos en el ciberespacio.

Ramírez frente a ello señala que “el honor y la honra son bienes jurídicos
considerados como elementos de agresión en los denominados delitos electrónicos e
informativos debido al potencial anonimato que el Internet brinda” (Ramírez, 2014, p.
80). Este anonimato, ha generado que las personas extralimiten su libertad de
expresión hasta el punto de incurrir en delitos de injuria y calumnia. En razón a la
escaza posibilidad de sancionar estos delitos, la presentación de estos en las redes
2
Véase, las Sentencias del Tribunal Supremo Español del 06 de julio de 1987, del 05 de
Diciembre de 1981 y la del 28 de Noviembre de 1980
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sociales, son cada vez más frecuentes, en especial la injuria. Las redes sociales
facilitan la expresión de opiniones, que en ocasiones exceden los límites para la
libertad de expresión, entrando en el terreno de los delitos de injuria y calumnia. (Sanz,
2014) Otro de los retos que debe enfrentar el Derecho Penal en las redes sociales,
comprende la delgada línea que se presenta entre el derecho a la libertad de
expresión de las personas, y la comisión de los delitos de injuria y calumnia. La
determinación de que conductas deben ser castigadas o no en el contexto de estos
dos delitos en las redes sociales, implica un análisis exhaustivo del ente acusador, y
cuales son verdaderamente merecedoras del emprendimiento de una investigación por
parte del Estado. Al respecto Tobón (2014), señala que no toda forma de agresión
verbal en las redes sociales puede considerarse como una injuria, y por tanto no todas
deben ser objeto de la investigación y sanción penal.

En esa medida, cabe entonces cuestionarse ¿cuándo debe intervenir el Derecho


Penal, en materia de investigación y sanción de este tipo de conductas en las redes
sociales? En principio se podría decir que ante toda forma de presentación de estas
conductas y siendo conocidas éstas por el Estado, éste se encontraría en el deber de
investigar y sancionar todas éstas. Sin embargo, tal objetivo difícilmente podría ser
cumplido en el contexto colombiano, donde los altos índices de criminalidad, obligan al
Estado a priorizar su acción en otros delitos de mayor importancia. En esa medida, se
considera que el Estado debe orientar sus esfuerzos a aquellos casos donde la injuria
o la calumnia traspasan la órbita de la afectación del solo derecho al buen nombre o a
la honra. Aun cuando con el simple hecho de afectar estos, se estaría contrariando el
ordenamiento jurídico, y debería ser un deber del Estado sancionarlos, la flexibilidad y
las características particulares de las redes sociales, hacen de ello una difícil tarea.
Por ello, es necesario que la acción penal se priorice en los casos donde además del
daño a la integridad moral, se presenten otro tipo de daños, que ameriten una
verdadera sanción.

4.1 SOBRE EL CUMPLIMIENTO DE LOS ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

Al respecto, los elementos para la configuración del delito de difamación por medio de
prensa son los siguientes:

i) la imputación de un hecho, cualidad o conducta que pudiera perjudicar el honor o la


reputación de una persona,

ii) la difusión o propalación de dicha imputación a través de una red social, capaz de
llegar a una gran cantidad de personas,

iii) que exista intención de vulnerar y maltratar el honor del querellante mediante las
aseveraciones descritas precedentemente sin que haya realizado alguna labor de
investigación sobre los hechos a los que se refirió, elemento que la doctrina ha
denominado el animus difamandi.

La querella cumple con todos los elementos objetivos del tipo de difamación agravada,
pues la conducta que perjudicó mi honor, fue difundida a través de la red social

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FACEBOOK, a la que muchas personas pueden acceder. Así mismo, también queda
acreditado el animus difamandi de la querellada en contra de mi patrocinado.

4.2 SOBRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL DE LA QUERELLADA

Solicitamos se imponga el pago de una reparación civil por el monto de S/ 500,000.00


(Quinientos mil con 00/100 soles), lo cual comprende la indemnización por los daños
y perjuicios ocasionados, respecto al siguiente esquema:

En cuanto al daño moral, uno de los temas más complejos de todo el sistema de la
responsabilidad civil es el reconocimiento del daño moral como daño resarcible, los
daños que puede sufrir una persona se agrupan teniendo en cuenta los valores o
intereses afectados, en patrimoniales y extra-patrimoniales.

Respecto de los daños extra-patrimoniales encontramos aquellos que no afectan el


patrimonio de quien padece el daño sino que lo hace en una esfera opuesta a la
económica y que se identifica, evidentemente, con todo lo opuesto a ello, es decir,
cuando se afecta aquellos derechos o bienes que por su propia naturaleza no tienen
una afectación o valorización económica sino que su perjuicio es no
económico, sentimental o emocional. Por ende, es aquel daño que genera un
menoscabo en los llamados derechos de la personalidad, en la estabilidad emocional
del sujeto; es el sufrimiento que se padece a consecuencia de la conducta dañosa;
asimismo, el daño extra-patrimonial es aquel cuya valorización no se encuentra dentro
del ámbito económico o del intercambio comercial, como es el caso del
mencionado daño moral y el daño al proyecto de vida o del genérico daño a la
persona, adhiriéndonos a la clasificación y diferenciación que hace el
maestro Fernández Sessarego3, de los diversos daños que puede sufrir la persona
distintos a los económicos o extra patrimoniales.

Así, sistematizar hoy al daño moral y el daño al proyecto de vida dentro del
genérico daño a la persona, encuentra sustento en que el ser humano es un ente
complejo, ya que está constituido por una unidad inescindible de cuerpo
o soma y psique, que se sustenta en su ser libertad. Por consiguiente, a la persona se
le puede dañar en cualquiera de dichas manifestaciones, por lo que su tratamiento
debe tomar en consideración el específico aspecto de la persona que se ha dañado
antes de establecer la modalidad de reparación más idónea en función de sus
consecuencias.

Por tanto, no hay que olvidar que la persona es un ente ontológicamente libre,
temporal y coexistencial. Afirma, además que el daño puede ser apreciado desde dos
distintos planos: uno en función de la calidad ontológica del ente dañado, es decir en
atención a su naturaleza, y el otro en función de las consecuencias que dicho daño ha
ocasionado al ente.

La Corte Suprema del Perú entiende al daño moral como una categoría genérica de
daño que comprende no solo el sufrimiento o la aflicción generada por la conducta

3
FERNANDEZ SESSAREGO, Carlos. “El derecho de daños en el umbral de un nuevo milenio”. Justicia
y Derecho Social, s/f, p. 61.

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sino que lo entiende como todo aquel daño que afecta los derechos de la personalidad
asemejándolo a todo daño que no tenga una afectación económica, por ejemplo así lo
ha hace en la Casación N° 949-95, Arequipa, en donde dice que: “El daño moral es el
daño no patrimonial inferido en derechos de la personalidad o en valores que
pertenecen más al campo de la afectividad que al de la realidad económica. El dolor,
la pena, la angustia, la inseguridad, etc., son sólo elementos que permiten aquilatar la
entidad objetiva del daño moral padecido, el mismo que puede producirse en uno o
varios actos; en cuanto a sus efectos, es susceptible de producir una pérdida
pecuniaria y una afectación espiritual. El legislador nacional ha optado por la
reparación económica del daño moral, el que es cuantificable patrimonialmente y su
resarcimiento, atendiendo a las funciones de la responsabilidad civil (reparatoria,
disuasiva y sancionatoria), debe efectuarse mediante el pago de un monto dinerario, o
en su defecto, a través de otras vías reparatorias que las circunstancias particulares
del caso aconsejen al juzgador.”

Más allá de las definiciones existentes, el debate central es determinar si el


reconocimiento y más aún la cuantificación económica del daño moral, frente a este
criterio se anota bien que el daño moral, desde la perspectiva de una función
reparadora del sistema de responsabilidad nuestro y el latino en general, a diferencia
del daño patrimonial, tendría un carácter de satisfacción.

V. DOCTRINA PENAL

La Doctrina Penal es unánime en reconocer al HONOR como emanación directa de la


dignidad de la persona humana. La dignidad de la persona constituye la esencia
misma del honor y determina su contenido, en este sentido nuestra jurisprudencia ha
señalado que:

“La doctrina es unánime en afirmar que el Honor, es el bien jurídico tutelado en el


ilícito penal de difamación, el mismo que es valorado como uno de los bienes jurídicos
más importantes, por significar las relaciones de reconocimiento fundadas en los
valores sociales de la dignidad de la persona y el libre desarrollo de la personalidad”.
(Exp. No 6129-97, Ejecutoria de la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de
Lima).

ASPECTOS DOCTRINARIOS

Las conductas lesivas al bien jurídico honor consistirán en una serie de atentados que
afecten la autoestima de una persona o el aprecio que de ella tiene la comunidad. El
derecho al honor implica afianzar la pretensión de respeto del ser humano y el derecho
al acceso igualitario de los ciudadanos al respeto social.

Para la protección penal del bien jurídico honor, éste es considerado en su vertiente
objetiva y subjetiva: En el sentido objetivo el honor no es otra cosa que la suma de
aquellas cualidades que se atribuyen a la persona y que son necesarias para el
cumplimiento de los roles específicos que se le encomiendan.

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En este sentido objetivo el concepto del honor viene dado, por tanto, por el juicio que
de una persona tienen los demás.

Nuestra jurisprudencia penal señala, sobre el bien jurídico protegido que:

“En los delitos de difamación e injuria el bien tutelado es el honor, el mismo que
consiste en la valoración que otros realizan de nuestra personalidad ética –
social, estando representado por la apreciación o estimación que hacen los
semejantes de nuestras cualidades morales y de nuestro valor social” (Exp. Nº 4732-
97 del 23-01-98)4.

También existe un honor en sentido subjetivo: la conciencia y el sentimiento que tiene


una persona de su propia valía y prestigio, es decir, la propia estimación. El aspecto
subjetivo deriva, sin embargo, del objetivo, es decir, esta última valoración casi
siempre depende del juicio comunitario sobre el que se asienta la fama.

El honor y la dignidad se encuentran relacionados con nuestra posición en el mundo


ante los demás. Aquí se entrecruzan perspectivas sociales e individuales.

Se trata de garantizar aquel específico espacio de libertad que se ve amenazado


cuando alguien emite un juicio de valor o imputa a otro un hecho capaz de suscitar el
desprecio o descrédito comunitarios.

Resultan sancionables penalmente las conductas de las personas que mediante


imputaciones falsas pretenden despertar el desprecio o descrédito social.

Con la punibilidad de las conductas que atentan contra el honor, se prohíbe


desacreditar a terceras personas de tal forma que no se perjudique gravemente la
consideración que deben tener de parte de la sociedad.

Utilizar expresiones denigrantes contra una persona, difundiéndolas a través de medio


de comunicación social, hace que este derecho a gozar de un reconocimiento propio y
por parte de terceros se vea lesionado.

VI. MEDIOS PROBATORIOS

6.1 Ofrecemos documentales de las publicaciones y conversaciones de la querellada


en la red social Facebook donde se puede apreciar el ánimus difamandi de la misma
atribuyendo conductas a mi persona que no solo no son ciertas sino que agravian mi
honor y buena reputación.

Rojas Vargas, Fidel, Jurisprudencia Penal; Lima Gaceta Jurídica; 1999; Pág. 328. Baca
4

Cabrera – Rojas Vargas – Neira Huamán; Jurisprudencia Penal. Procesos Sumarios; Lima;
Gaceta.
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6.2 De igual manera, presentamos la testimonial de doña LAURA OLINDA______


quien declarará respecto a la manera en que la querellada le ha escrito a través de la
red social Facebook para exponerle situaciones que agravian mi honor.

6.3 Ofrecemos un soporte digital en formato CD conteniendo los videos colgados en la


red social Facebook, donde aparece una noticia que data de hace varios años y cuya
situación no ha sido definida aún en el Poder Judicial.

VII. ANEXOS:

– Copia simple de DNI del querellante.

– Copias legalizadas de las publicaciones y conversaciones de la querellada quien a


través de la red social Facebook me difama atribuyendo conductas a mi persona
que no tiene como probar.

– El mérito de los videos de un reportaje que data de varios años atrás y cuya
situación se viene tramitando aún en el Poder Judicial SIN QUE SE HAYA EMITIDO
SENTENCIA en primera instancia.

– Recibo de arancel judicial

POR LO EXPUESTO:

A Usted Señor Juez, admita la Querella formulada y proceda conforme a lo solicitado.

OTROSÍ: Se otorgan las facultades generales de representación al abogado


patrocinante que autoriza la presente.

Lima, 26 de octubre de 2021.

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