Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

La Corte Interamericana de Derechos Humanos y La Ejecución de Sus Sentencias en Latinoamérica

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

Corte Interamericana de Derechos Humanos

La Corte Interamericana de Derechos Humanos y la ejecución de sus sentencias en


Latinoamérica


Karla Irasema Quintana Osuna

SUMARIO: I. Introducción. II. Generalidades de la protección procesal


de los derechos humanos en América Latina. III. Esbozo del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos. IV. Responsabilidad de los
Estados demandados por la violación de los derechos humanos. V.
Posición de algunos países Latinoamericanos con respecto a las
sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. VI. México ante el Sistema Interamericano de Derechos
Humanos. VII. Conclusiones.

Reclamo la indignación y reclamo el inconformismo. No es


posible seguir viviendo en un mundo en el que cada día
hay más pobres, en el que desaparecen especies
animales, culturas, idiomas, años de historia, donde la
desesperanza se apodera de los viejos y de los jóvenes.

José Saramago

I. Introducción

La situación de los derechos humanos en América Latina, hoy en día, varía mucho de
país a país. En efecto, nuestras democracias registran importantes progresos
institucionales y materiales. Sin embargo, paradógicamente, los contrastes persisten y se
muestran en elementos como la desigualdad en la distribución de las riquezas, los niños
desnutridos y fuera del sistema escolar, los indígenas cuyos derechos son desconocidos,
las mujeres víctimas de violencia, los defensores de derechos humanos y los periodistas
asesinados. Así, lamentablemente, en algunos países las desapariciones forzadas, las
ejecuciones sumarias y la tortura han alcanzado proporciones alarmantes. En otros,
cientos de presos inocentes continúan en la cárcel. En otros más, las violaciones más
comunes son la brutalidad policial, las condiciones inhumanas en las cárceles y las
violaciones a los derechos económicos y culturales. Aún más, una violación que es común
en la mayor parte de los países de América Latina es la impunidad de aquellos que son
responsables por cometer abusos contra los derechos humanos. Así, “el gran drama de
los pueblos latinoamericanos desde que alcanzaron su independencia ha sido la pertinaz


Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

lucha por su libertad, por la democracia y en general por la vigencia real de los derechos
humanos fundamentales, fines primarios del derecho constitucional.”1

A sabiendas de esta realidad, en el continente americano, los derechos humanos están


protegidos a nivel nacional por diversos medios de defensa tales como el habeas corpus,
el juicio de amparo y el mandado de segurança. Así, la tarea de proteger los derechos
humanos representa para el Estado la exigencia de proveer y mantener las condiciones
necesarias para que, dentro de una situación de justicia, paz y libertad, las personas
puedan gozar realmente de todos sus derechos. Sin embargo, habría que preguntarse lo
que sucede en caso de que el Estado no sea garante de los derechos humanos.

En el ámbito continental, los derechos humanos están protegidos por la Comisión y la


Corte Interamericanas de Derechos Humanos. Así, la Comisión, creada por la Carta de la
OEA, tiene la responsabilidad de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales
de derechos humanos en todo el continente, lo que hace a través de informes sobre la
situación de los derechos humanos en distintos países y al escuchar denuncias
individuales de violaciones. Por su parte, la Corte escucha casos individuales de
violaciones a los derechos humanos en países que aceptaron su competencia, y emite
decisiones autoritativas.

Teniendo este panorama general, nos proponemos dar un esbozo general de la


protección procesal de los derechos humanos en Latinoamérica; explicar, así sea
mínimamente, las funciones de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos; posteriormente, hacer un breve análisis de la evolución de la reparación e
indemnización en el Sistema Interamericano y, finalmente, adentrarse en la problemática
a la que se enfrentan los países latinoamericanos en relación con las sentencias emitidas
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

1
Soberanes Fernández, José Luis en Fix Zamudio, Héctor, Latinoamérica: Constitución, proceso y
Derechos Humanos, Porrúa, México, 1988, p.7

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

II. Generalidades de la protección procesal de los derechos humanos en


América Latina

Sería falso sostener que en América Latina no se ha avanzado en la protección de los


derechos humanos. Por ello, podemos decir que la protección procesal y jurídica de estos
derechos ha evolucionado considerablemente en los últimos años convirtiéndose en un
sistema sumamente complejo. Así, haciendo un poco de historia, desde el siglo XIX, se
introdujeron de manera paulatina dos instrumentos tradicionales, inspirados en el derecho
angloamericano. Por un lado tenemos al hábeas corpus para proteger la libertad y la
integridad personal y, por otro, al derecho de amparo, para tutelar los restantes derechos
constitucionalmente consagrados.

Adentrándonos un poco en el derecho de amparo, podemos decir que, en su sentido


estricto, se ha establecido en numerosas legislaciones de Latinoamérica y, en sentido
amplio, éste ha evolucionado en los ordenamientos más recientes y ya no comprende
solamente la tutela de los derechos fundamentales distintos de la libertad e integridad
personal. Ahora, por influencia de la jurisprudencia de la Corte Suprema Argentina se
extendió a la tutela de los mismos derechos respecto de los particulares, en realidad en
cuanto a los grupos sociales en situación de predominio (grupos de presión), y de manera
paulatina se introdujo este sector de forma expresa en varias legislaciones de nuestra
región2. Aunado a lo anterior, se ha ampliado la protección del derecho de amparo en
relación con los derechos consagrados por los tratados internacionales, e inclusive a
algunos de estos tratados se les ha reconocido de manera expresa jerarquía de normas
constitucionales.3

2
En las más recientes constituciones latinoamericanas y especialmente en la brasileña de octubre
de 1988 se introdujeron instituciones en sentido amplio tales como el mandado de segurança
colectivo, el hábeas data, el mandado de injunçao, la acción de cumplimiento y las acciones
populares de carácter constitucional. Asimismo, existen el recurso de protección chileno y la acción
de tutela colombiana.
3
Cfr. Fix Zamudio, Héctor, Protección Jurídica de los Derechos Humanos, Estudios Comparativos,
Comisión Nacional de Derechos Humanos, 2ª edición, México, 1999, p. 341.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

En el mismo orden de ideas, en lo que respecta al control judicial de la constitucionalidad


de las disposiciones legislativas y de los actos concretos de autoridad en América Latina
encontramos fundamentalmente dos etapas. La primera se refiere a las relaciones entre
los tratados internacionales y el ordenamiento constitucional interno, las cuales, por
influencia de los Estados Unidos de Norteamérica, implican la posibilidad de impugnar la
inconstitucionalidad de dichos tratados ante los tribunales nacionales ya que, al momento
de incorporarse al derecho interno, se consideran como leyes ordinarias de carácter
nacional. La segunda y más reciente etapa reconoce una mayor jerarquía a las normas
de carácter transnacional en relación con los conflictos con respecto al ordenamiento
constitucional interno4.

Podemos afirmar que, aún cuando esta situación ha tenido un desarrollo muy lento debido
a la desconfianza tradicional de Latinoamérica hacia los organismos internacionales, se
ha implantado así sea de manera restringida, en dos sectores: en el campo de los
derechos humanos y el de la integración económica. En este sentido podemos señalar los
ordenamientos de Ecuador y de Panamá que reconocen expresamente las normas y
principios de derecho internacional; los de Honduras y El Salvador que otorgan a los
tratados internacionales una jerarquía superior a la de las leyes ordinarias y, finalmente,
los derechos humanos como superiores a las disposiciones internas, e inclusive, la Carta
Peruana otorga a dichos tratados el carácter de normas constitucionales.5

III. Esbozo del Sistema Interamericano de Derechos Humanos

Un punto medular para el estudio del presente tema es, sin lugar a dudas, el tratamiento
de los organismos encargados de proteger los derechos humanos en el Sistema
Interamericano; por ello, consideramos importante dar un esbozo, por pequeño que sea,

4
Con motivo de amparo promovido por el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo
(amparo en revisión 1475/98), la Suprema Corte de Justicia de México estableció que los tratados
internacionales se ubican jerárquicamente por encima de las leyes y en un segundo plano respecto
de la Constitución Federal. Ello significa que para que México se niegue a aplicar en el ámbito
interno las decisiones de organismos internacionales, debe existir un pronunciamiento del más Alto
Tribunal de la República que considere que el tratado o convenio internacional respectivo contiene
disposiciones que contraríen las normas constitucionales.
5
Cfr. Fix Zamudio, Héctor, Protección Jurídica de los Derechos Humanos, Estudios Comparativos,
op cit, p. 341.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

de los mismos. No podemos olvidar que dicho sistema tomó como modelo al sistema
europeo, pero con matices peculiares que se han acentuado de manera paulatina. Así
pues, en cuanto a la conformación del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, los
dos organismos que lo integran son la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos
Humanos las cuales están estrechamente relacionadas entre sí.

El primer organismo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,6 es un órgano


de la Organización de los Estados Americanos creado con el fin de promover la
observancia y la defensa de los derechos humanos establecidos en la Declaración y en la
Convención Americanas y, por otro lado, funciona como órgano consultivo de la
Organización en materia de derechos humanos. En cuanto a su integración, ésta consta
de siete expertos designados por la Asamblea General a título individual por un periodo
de cuatro años, con una posible reelección. Un punto importante a destacar es el relativo
a las funciones y atribuciones de la Comisión Interamericana ya que éstas son muy
amplias, debido a que van desde la promoción hasta las que se refieren a la defensa de
los derechos humanos; estas últimas son muy extensas ya que comprenden la admisión y
tramitación de reclamaciones individuales sobre violación de los citados derechos por los
Estados, tanto partes en la Convención Americana como sólo miembros de la
Organización que no la hubiesen ratificado7. Asimismo, la Comisión está facultada para
pronunciarse sobre violaciones masivas de derechos humanos así como para realizar
visitas in loco. Evidentemente, la función de mayor significado es la relativa a la
investigación de reclamaciones individuales en las cuales, según el artículo 50 de la
Convención, si no se llega a una solución amistosa, la Comisión puede formular un primer
informe con las recomendaciones para reparar las violaciones respectivas. En caso de
que estas recomendaciones no sean acatadas, la Comisión puede someter el caso ante la

6
De acuerdo con la Convención Americana, el Estatuto y su actual Reglamento el cual entró en
vigor el 1º de mayo de 2002.
7
Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos: Antigua y Barbuda, Argentina,
Bahamas (Commonwealth de las), Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa
Rica, Chile, Dominica (Commonwealth de las), Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Grenada,
Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
República Dominicana, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname,
Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos que han ratificado la Convención
Americana sobre Derechos Humanos: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica,
Chile, Dominica, Ecuador, El Salvador, Grenada, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Suriname, Uruguay y Venezuela.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

Corte8, o formular un segundo informe con recomendaciones finales. Si el Estado no


cumple estas recomendaciones, la Comisión puede publicar ese hecho en el Informe
Anual ante la Asamblea General.

Consideramos importante resaltar que la Comisión no fue creada por un tratado, sino por
la VIII Resolución tomada en la Quinta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones
Exteriores celebrada en Santiago de Chile en 1959, y el Consejo de la OEA aprobó su
Estatuto el 25 de mayo de 1960. En un principio, la Comisión sólo tuvo funciones de
promoción de los derechos humanos consagrados en la Declaración Americana de 1948.
Sin embargo, “la Comisión misma a través de los años, y mediante una práctica audaz
pero consistente, iría caso por caso, ampliando la competencia restrictiva que le había
sido conferida en su origen”9.

El segundo organismo del Sistema Interamericano es la Corte Interamericana de


Derechos Humanos10 la cual es un organismo judicial autónomo encargado de la
aplicación e interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La
integración de este organismo se conforma de siete jueces designados por los Estados
partes en la citada Convención, a título individual, y por un periodo de seis años que
puede ser objeto de una renovación.

Las atribuciones fundamentales de la Corte son dos: una de carácter consultivo y otro,
contencioso.

a. Función consultiva: Ésta puede ser solicitada no sólo por los Estados miembros de la
Organización sino también por la Comisión Interamericana y por otros organismos de la
OEA en el campo de sus actividades, y comprende la interpretación no sólo de la
Convención Americana, sino también de cualquier otro tratado sobre derechos humanos
que tenga aplicación en el Continente Americano.

8
“(...) si un Estado parte en la Convención Americana, ha aceptado la jurisdicción de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, (artículo 62 CADH), la Comisión podrá someter el caso que
se viene discutiendo, ante la misma Corte, pero siempre y cuando, con antelación se haya
transmitido al gobierno del Estado aludido, el informe respectivo.” Gómez-Robledo Verduzco,
Alonso, Derechos Humanos en el Sistema Interamericano, Porrúa-UNAM, México, 2000, p. 11
9
Gómez-Robledo Verduzco, Alonso, op cit, p.2
10
Dicha Corte está regulada por la Convención Americana, el Estatuto de 1979 y sus reglamentos.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

b. Función jurisdiccional o contenciosa11: La Corte Interamericana puede conocer de los


casos que le son sometidos por la Comisión Interamericana o por un Estado Parte de la
Convención, siempre que los Estados que actúen ante ella hubieran reconocido de
manera expresa la competencia contenciosa del tribunal.12

Hasta la fecha, la Comisión ha sometido ante el Tribunal varias controversias que tienden
a incrementarse desde los primeros tres casos iniciados en 1986. La Corte ha dictado
varias sentencias de fondo en casos sumamente complicados; fallos que en su mayor
parte han sido condenatorios. También se ha pronunciado respecto de excepciones
preliminares. Asimismo, el Tribunal ha sido muy activo al dictar providencias cautelares en
situaciones de urgencia para evitar perjuicios irreparables a las personas, tanto en los
asuntos de que conoce, como de aquellos que se encuentran todavía en tramitación ante
la Comisión. Así, como mencionamos con anterioridad, la función jurisdiccional o
contenciosa de la Corte que es la que ha establecido principios y reglas sobre las
reparaciones por responsabilidad internacional de los Estados demandados ante ella,
tiene carácter potestativo para los Estados partes, de acuerdo con el art. 62 de la
Convención. Además, las controversias sometidas al conocimiento de la Corte, sólo
pueden referirse a la interpretación y aplicación de las disposiciones de la Convención
Americana la que además, ha sido adicionada con dos Protocolos.13

Desgraciadamente, la Convención Americana regula en forma muy escueta las relaciones


entre la Comisión y la Corte Interamericanas, sin embargo, las mismas se han
incrementado en la práctica de manera paulatina y se han desarrollado en tres sectores:

a. La situación que guarda la Comisión respecto de la Corte. En este caso, tanto la


doctrina como la jurisprudencia de la Corte han llegado a la conclusión de que la

11
Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos que han aceptado la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: Argentina, Barbados,
Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Suriname, Uruguay y
Venezuela.
12
El subrayado es nuestro.
13
Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, en Memoria del Seminario Internacional

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

citada Comisión no constituye una instancia previa de carácter judicial, y por ello la
Corte ejerce jurisdicción plena sobre todas las cuestiones relativas a un caso.

b. La cuestión relativa a la naturaleza jurídica de la propia Comisión cuando actúa ante la


Corte. Aun cuando se ha considerado que la Comisión realiza funciones que se han
calificado como judiciales (en sentido amplio) o parajudiciales, su actuación ante la
Corte se aproxima a la del ministerio público en el ámbito interno.

c. Los lineamientos relativos a la representación de la propia Comisión ante la Corte. La


Comisión generalmente designa entre sus asesores a los abogados de los
denunciantes o de las víctimas, los que participan en los actos del proceso pero bajo
la vigilancia y supervisión de la Comisión.14

IV. Responsabilidad de los Estados demandados por la violación de los


derechos humanos

Un punto central en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos es el hecho que los


Estados signantes de la Convención Americana, no están por ello aceptando ipso facto, la
jurisdicción de la Corte de Derechos Humanos15, sino que la declaración en la cual el
Estado reconoce como obligatoria de pleno derecho la competencia de la Corte, puede
ser hecha en el momento en que el Estado en cuestión deposita su instrumento, ya sea
de ratificación o de adhesión a la Convención Americana o, inclusive, en cualquier
momento posterior a la ratificación o adhesión.

Según el doctor Helio Bicudo, comisionado de la Comisión Interamericana de Derechos


Humanos, en la Reunión de Cancilleres celebrada en Costa Rica en 1999, fue creado un
Grupo de Trabajo ad hoc para estudiar y sugerir medidas para el perfeccionamiento y
fortalecimiento del sistema interamericano de defensa de los derechos humanos.
Seguidamente, el Consejo Permanente, en el marco del Comité de Asuntos Jurídicos y
Políticos, tomó entre otras, dos importantes decisiones que deberían ser apreciadas por la

sobre la Responsabilidad Patrimonial del Estado, Instituto Nacional de Administración Pública,


México, 2000, p. 221
14
Cfr. Fix Zamudio, Héctor, Protección Jurídica de los Derechos Humanos, Estudios Comparativos,
op cit, p. 530

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

próxima Asamblea General de la OEA. La primera, reiterar que los fallos de la Corte son
definitivos e inapelables y que los Estados partes de la Convención se comprometen a
cumplir las decisiones de la Corte en todos los casos de que sean parte. Asimismo, se
recomienda a los Estados miembros que hagan todos los esfuerzos para cumplir las
recomendaciones de la CIDH. Por ello, según expresó la Comisión ante la Asamblea
General en el mes de junio de 1999, ese cumplimiento es fundamental para la vitalidad e
integridad del sistema de derechos humanos de la Organización.16

Así pues, la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en el artículo


25.2, inciso c) que los Estados Partes se comprometen a garantizar el cumplimiento, por
las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el
recurso. Por su parte, el artículo 63 menciona que la Corte Interamericana dispondrá que
se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertades conculcados, pudiendo
ordenar el pago de una indemnización. En este caso, el resarcimiento se ejecuta por el
procedimiento de ejecución de sentencias que corresponda al sistema procesal del país
condenado. Con base en lo anterior, “la sentencia supranacional -como la llama Gozaíni-
goza de executio pero necesita auxiliarse de la colaboración del Estado Parte para acatar
sus resoluciones. La condición jurídica del poder de ejecución no estaría sujeta entonces,
al imperio o autorictas del fallo, sino a los mecanismos internos que permitan realizar los
pronunciamientos vertidos.”17

Así, de conformidad con el marco normativo que rige a la Corte Interamericana, los
Estados que reconocen como obligatoria su competencia contenciosa adquieren
fundamentalmente los siguientes compromisos:

a) Cumplir las decisiones de la Corte en todos los casos en que el Estado interesado sea
parte (Convención Americana, artículo 68.1)

15
Gómez-Robledo, op cit., p. 42
16
Ver Bicudo, Helio, “Cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y de las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, en
Corte Interamericana de Derechos Humanos, El Sistema Interamericano de Protección de los
Derechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI, Corte Interamericana de Derechos Humanos, tomo
I, Costa Rica, 2001, pp. 229-234
17
Cfr. Gozaíni, Osvaldo Alfredo, El Proceso Transnacional, Particularidades Procesales de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, EDIAR, Argentina, 1992p. 98

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

b) Si la Corte decide que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en la


Convención Americana, garantizar al lesionado en el goce de su derecho o libertad
conculcados, reparar las consecuencias de la media o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y pagar una justa indemnización a la parte lesionada,
según lo disponga la Corte (Convención, artículo 63.1).

c) En casos de extrema gravedad y urgencia y cuando se haga necesario evitar daños


irreparables a las personas, cumplir las medidas provisionales que la Corte considere
pertinentes, si así lo solicitare el Estado interesado.

d) Cooperar con la Corte en la práctica de notificaciones u otras diligencias que ésta


ordene que deban llevarse a cabo en territorio nacional.

El incumplimiento de una sentencia de la Corte impide que cesen las consecuencias de la


violación original establecida por la Corte, incurriendo el Estado en cuestión, de ese
modo, en una violación adicional a la Convención, así como en una delegación del acceso
a la justicia a nivel tanto nacional como internacional.

Consideramos importante resaltar aquí que las sentencias emitidas por los tribunales
regionales de derechos humanos, tanto el europeo como el interamericano, tienen
carácter obligatorio pero que no son ejecutables directamente en el ámbito interno, sino
que dicho cumplimiento debe efectuarse por los Estados responsables. Así, los fallos de
la Corte Interamericana han establecido principios y reglas sobre la responsabilidad de los
Estados demandados por la violación de los derechos humanos que se le imputan, ya sea
en la sentencia de fondo o bien en una resolución especial sobre las reparaciones
respectivas. Respecto a dichas reparaciones, el artículo 50 de la Convención de Roma y
la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos han dejado el cumplimiento
de las citadas reparaciones a los Estados involucrados de acuerdo con las reglas de su
derecho interno, y sólo en el supuesto de cumplimiento parcial o insatisfactorio, la Corte
europea establece una indemnización equitativa a los afectos. En cambio, como sostiene
el doctor Héctor Fix Zamudio, la Corte Interamericana desde sus primeras sentencias
condenatorias ha utilizado de manera directa el derecho internacional como base de la
responsabilidad de los Estados respectivos, incluyendo la indemnización económica, a

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

pesar de que el inciso 2 del artículo 68 de la Convención establece que La parte del fallo
que disponga indemnización compensatoria se podrá ejecutar en el respectivo país por el
procedimiento interno vigente para la ejecución de sentencias contra el Estado, precepto
que hace en este sentido una referencia al derecho nacional.18

La razón de esta diferencia se debe a que en el ámbito latinoamericano19 con pocas


excepciones, no han expedido normas internas para regular el cumplimiento de las
recomendaciones de la Comisión o los fallos de la Corte Interamericana. Por ello es que
“resulta difícil la aplicación del artículo 68.2 de la Convención Americana en cuanto
establece que La parte del fallo que disponga indemnización compensatoria se podrá
ejecutar en el respectivo país por el procedimiento interno vigente para la ejecución de
sentencias contra el Estado. La regulación de este procedimiento interno es muy
deficiente en los ordenamientos de Latinoamérica salvo pocas excepciones.”20

Como es imposible hacer un examen general de las sentencias condenatorias de la Corte,


se señalan a continuación algunos ejemplos en su jurisprudencia sobre el sistema de
responsabilidad de los Estados demandados y la restitución de los derechos infringidos.

a. Casos Velásquez Rodríguez21 y Godínez Cruz

Debe señalarse que la Corte Interamericana desde sus primeras sentencias en los casos
de Honduras, señaló que la responsabilidad del Estado por infracción de los derechos
humanos está vinculada con lo establecido por el artículo 1.1 de la Convención Americana
el cual dispone que:

Los Estados partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y


libertados reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que

18
Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, op cit, p. 222
19
Decimos latinoamericano y no interamericano ya que ni EUA ni Canadá han suscrito la
Convención Americana y mucho menos se han sometido a la competencia jurisdiccional de la
Corte Interamericana.
20
Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, op cit, p. 223

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

En las sentencias de fondo22 de los casos Velásquez Rodríguez y Godínez Cruz, la Corte
Interamericana estableció que: Este artículo contiene la obligación contraída por los
Estados Partes en relación con cada uno de los derechos protegidos, de tal manera que
toda pretensión de que se ha lesionado alguno de los derechos, implica necesariamente
la de que se ha infringido también el artículo 1.1 de la Convención. Más adelante, la
Corte adicionó que: Conforme al artículo 1.1 es ilícita toda forma del ejercicio del poder
público que viole los derechos reconocidos por la Convención.

En las mismas sentencias se destacó una segunda regla sobre la responsabilidad


genérica de los Estados Partes de la Convención:

La segunda obligación de los Estados Partes es la de “garantizar el libre” y pleno ejercicio


de los derechos reconocidos en la Convención a toda persona sujeta a su jurisdicción.
Esta obligación implica el deber de los Estados Partes de organizar todo el aparato
gubernamental y, en general, todas las estructuras al través de las cuales se manifiesta el
ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el
libre y pleno ejercicio de los derechos humanos.23 Como consecuencia de esta obligación
los Estados deben prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos
reconocidos por la Convención y procurar, además el restablecimiento, si es posible, del
derecho conculcado, y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación
de los derechos humanos.

Aunado a lo anterior, también se le impuso al gobierno de Honduras el deber de investigar


en cuanto subsistiera la incertidumbre sobre la suerte final de las personas
desaparecidas; el de prevenir la posible comisión de desapariciones forzadas; así como el
de sancionar a los responsables directos de las mismas. Así pues, este caso fue el inicio

21
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Velásquez Rodríguez, Interpretación de la
sentencia de indemnización compensatoria, Sentencia de 17 de agosto de 1990 (art. 67
Convención Americana sobre Derechos Humanos), San José, Costa Rica, 1992.
22
Dictadas el 29 de junio de 1988 y 20 de enero de 1989 respectivamente.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

para el desarrollo de la distinción entre la indemnización y las reparaciones propiamente


dichas.

En los mencionados fallos de reparación se estableció que el monto de la indemnización


debía establecerse con apoyo en dos criterios. En primero lugar, tenemos los perjuicios
de carácter material que comprenderían, de acuerdo con la doctrina tradicional de la
responsabilidad internacional, el daño emergente y el lucro cesante; por otro lado,
tenemos el daño moral. En lo que respecta a los daños materiales, y específicamente a
los que se consideran emergentes, éstos se traducen en el menoscabo directo o
destrucción material de los bienes, en tanto que el lucro cesante es la ganancia o
beneficio que se dejó de percibir como consecuencia de la violación del derecho
vulnerado. El daño moral, por su parte, es de suma importancia en el derecho
internacional de los derechos humanos pues consiste en el desconocimiento de la
dignidad humana y de la angustia, así como el sufrimiento a que es sometida la víctima
teniendo efectos sobre el grupo familiar, especialmente cuando, como en los asuntos
mencionados, se presume la muerte de la propia víctima.24

Como mencionamos anteriormente, cuando la Comisión Interamericana interpone una


demanda ante la Corte, en ésta señala las medidas de reparación que, en su parecer,
deban imponerse al Estado demandado en el supuesto de que la Corte lo considere
responsable de las infracciones que se le señalen. Evidentemente, dichas medidas de
reparación sirven de base para que el tribunal se pronuncie sobre las mismas. Por lo que
respecta a la Corte Interamericana, el artículo 63.1 de la Convención le otorga la facultad
de establecer la responsabilidad del Estado demandado y las reparaciones
correspondientes.

Consideramos importante reiterar que tanto la Comisión como la Corte Interamericanas


tomaron como base esencial para establecer las reparaciones respectivas desde los
primeros asuntos de su conocimiento, los principios del derecho internacional, por
considerar que los ordenamientos internos de los países latinoamericanos no se han

23
El subrayado es nuestro.
24
Cfr. Faúndez Ledezma, Héctor, El Sistema Interamericano de Derechos Humanos, Aspectos
Institucionales y procesales, 2ª edición, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 1999, pp.
510-519

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

desarrollado suficientemente para realizar un reenvío hacia los mismos como lo hace la
Corte Europea.25

b. Caso de Aloeboetoe26

Otro caso de suma importancia en materia de reparaciones en la jurisprudencia de la


Corte Interamericana es el de Aloeboetoe y otros, de acuerdo con demanda presentada
ante dicho Tribunal por la Comisión de Derechos Humanos contra el gobierno de
Suriname el 27 de agosto de 1990. En el caso sometido a la Corte Interamericana, el
gobierno de Suriname asesinó “por equivocación” a varios miembros de la tribu de
Saramaca la cual aún conserva tradiciones africanas y, por lo tanto, en ella no se le da
importancia al dinero, sino al trueque. Este caso fue muy complicado para la Corte
Interamericana ya que el problema radicaba en determinar la indemnización a pagársele a
la tribu. Para ello, el Tribunal tuvo que visitar la tribu para poder determinar, basado en su
modo de vida, la manera en la cual iba a pagárseles. Finalmente, se creó un fideicomiso a
favor de la citada tribu.

c. Caso Loayza Tamayo27

Un tercer caso para tener una idea de la evolución de la jurisprudencia de la Corte


Interamericana en materia de reparaciones es el caso Loayza Tamayo. En dicho caso, el
gobierno de Perú violó en perjuicio de María Elena Loayza Tamayo varios preceptos de la
Convención Americana relativos a la libertad y la integridad personales así como el debido
proceso. Sin embargo, el artículo violado más evidentemente fue el que consigna el
principio non bis in idem, en cuanto que dicho precepto establece que El inculpado
absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a un nuevo juicio por los mismos
hechos.28

25
Cfr. Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, op cit, p.223
26
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Aloeboetoe y otros. Reparaciones (Art. 6301
Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 10 de septiembre de 1993, San
José, Costa Rica, 1994.
27
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Loayza Tamayo. Reparaciones (Art. 6301
Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 27 de noviembre de 1983, San
José, Costa Rica, 2000.
28
Ver Artículo 8, inciso 4 de la Convención Americana y el Caso Loayza Tamayo

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

La Corte Interamericana decidió que el Estado demandado debía de poner a la señora


Loayza Tamayo en libertad dentro de un plazo razonable y de acuerdo con sus
disposiciones de derecho interno, y además ordenó que se abriera el expediente en
cuanto a otro tipo de reparaciones.

En este tenor de ideas, la Corte Interamericana estableció, en sentencia de fondo29 que


los propios Estados interesados deben realizar sus mejores esfuerzos para implementar
las medidas pertinentes para aplicar las sentencias emitidas por la Corte Interamericana y
que no pueden desatender las recomendaciones o ignorarlas pues, en caso de hacerlo, la
sanción se traduce en la decisión de la Comisión para que se publique el informe
definitivo del artículo 51 de la Convención, que se somete a consideración de la Asamblea
General de la OEA con motivo del informe anual de la propia Comisión. Es importante
mencionar aquí que “no existe en el sistema interamericano un órgano similar al Comité
de Ministros del Consejo de Europa que trasmitía a los Estados involucrados las
recomendaciones de la Comisión Europea durante el periodo de su funcionamiento, con
el objeto de que fueran atendidas por dichos estados.” 30

VI. Posición de algunos países Latinoamericanos con respecto a las Sentencias


emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Haciendo un análisis de la legislación latinoamericana en materia de cumplimiento de


sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es evidente que
son muy pocas las excepciones en las cuales se han expedido disposiciones específicas
para el cumplimiento de recomendaciones y fallos compensatorios provenientes de los

29
En dicha sentencia (de 17 de septiembre de 1997) se estableció que, de conformidad con la
regla de interpretación contenido en el artículo 31.1 de la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados, el término recomendaciones usado por la Convención Americana debe ser
interpretado conforme a su sentido corriente; sin embargo, en virtud del principio de buena fe
consagrado en el mismo artículo 31.1, si un Estado suscribe y ratifica un tratado internacional,
especialmente si se trata de derechos humanos, como es el caso de la Convención Americana,
tiene la obligación de realizar sus mejores esfuerzos para aplicar las recomendaciones de la
Comisión Interamericana, que es, además, uno de los órganos principales de la Organización de
los Estados Americanos, que tiene como función promover la observancia y la defensa de los
derechos humanos en el hemisferio, de acuerdo con la Carta de la OEA, artículos 52 y 111. Caso
Loayza Tamayo.
30
Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, op cit, p. 220

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

organismos internacionales. No obstante lo anterior, tenemos dos casos claros en Perú y


Colombia, así como un proyecto en Argentina.

Así pues, en primer lugar tenemos el caso peruano en el cual, según el artículo 205 de la
Carta Fundamental de 1993 dispone que:

Agotada la jurisdicción interna, quien se considere lesionado en los derechos que la


Constitución reconoce puede recurrir a los tribunales u organismos internacionales
constituidos según tratados o convenios de los que el Perú es parte.

La disposición fundamental anterior se complementa con los preceptos relativos de la Ley


de Hábeas Corpus y de Amparo publicada en 1982, de entre los cuales destaca el artículo
40 ubicado en el título De la jurisdicción internacional el cual establece que:

La resolución del organismo internacional a cuya jurisdicción obligatoria se halle sometido


el Estado peruano, no requiere para su validez y eficacia de reconocimiento, revisión ni
examen previo alguno. La Corte Suprema de Justicia de la República recepcionará las
resoluciones emitidas por el organismo internacional, y dispondrá su ejecución y
cumplimiento de conformidad con las normas y procedimientos internos vigentes sobre
ejecución de sentencia.31

Sin embargo, resulta irónico que, a pesar de estas normas internas, sea Perú si no el
Estado Parte más reticente, uno de los más recientes para el cumplimiento de sentencias
compensatorias de la Corte Interamericana de Derechos.

Colombia, por su parte, ha legislado sobre esta materia por conducto de la Ley 288 de
1996, en la cual se establecen instrumentos para hacer efectivas las indemnizaciones
establecidas por determinados organismos internacionales. Es de hacer notar que dicha
ley sólo se refiere al Comité de Derechos Humanos del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos de Naciones Unidas y a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. No obstante lo anterior, una interpretación de dicho precepto, debería incluir

31
Cfr. Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, op cit, p. 233

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

también a la Corte Interamericana si tomamos en cuenta que el gobierno Colombiano se


sometió a su facultad contenciosa en 1985.

Por su parte, Argentina tuvo un proyecto de ley para la aplicación de las sentencias de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, por los problemas que ha
tenido en estos últimos meses, dicho proyecto ha quedado en espera de ser analizado por
el poder legislativo.

VII. México ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos

Centrándonos específicamente en el caso mexicano, nos percatamos de que su


ordenamiento se encuentra aún muy retrasado en materia de responsabilidad patrimonial
del Estado en el ámbito interno y evidentemente respecto de las decisiones de los
organismos internacionales de derechos humanos. Ello resulta preocupante, en virtud de
que este país se sometió expresamente a la facultad jurisdiccional de la Corte
Interamericana el 16 de diciembre de 1998.

Con base en dicho reconocimiento la pregunta giraría en torno a que, una vez que se
emita una sentencia por dicha Corte, cuál será la forma en que se hará cumplir en México
ya que es evidente que la legislación vigente es insuficiente para el cabal cumplimiento de
las sentencias emitidas por este Tribunal. Por ello, tendríamos que preguntarnos qué se
tendría que hacer para establecer un mecanismo de cumplimiento de las sentencias
emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Para comprender mejor el punto tratado, consideramos necesario realizar un breve


recorrido de la evolución de la responsabilidad patrimonial de México. Por una parte y
hasta las reformas de 1994, con excepción de algunas materias como la expropiación
pública y otras similares, prácticamente no existía el reconocimiento de la responsabilidad
económica del Estado mexicano por los actos ilícitos de sus empleados y funcionarios. El
Código Civil para el Distrito Federal, aplicable a toda la República en materia federal, sólo
establecía la responsabilidad subsidiaria del Estado por dichos actos ilícitos. No obstante,
por la reforma publicada el 10 de enero de 1994 se inició un cambio muy parco con
respecto a la responsabilidad económica del Estado por la conducta ilícita de sus
servidores públicos. Así, con esta modificación, el citado Código Civil reconoció la

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

responsabilidad solidaria en los casos ilícitos dolosos y se mantiene la de carácter


subsidiario para los demás.32

Sin embargo, la responsabilidad patrimonial se reguló en dichas reformas legislativas de


1994 de manera menos estrecha tratándose de ilícitos en materia administrativa ya que
se modificaron varios preceptos de la Ley de Responsabilidades de 1982 (para los
servidores públicos del Gobierno Federal y del Distrito Federal). Así pues, el actual
artículo 77 bis de dicho ordenamiento dispone que:

Cuando en el procedimiento administrativo disciplinario se haya determinado la


responsabilidad del servidor público y que la falta administrativa haya causado daños y
perjuicios a particulares, éstos podrán acudir a las dependencias, entidades o a la
Secretaría de la Contraloría General de la Federación (hoy Secretaría de Contraloría y
Desarrollo Administrativo), para que ellas directamente reconozcan la responsabilidad de
indemnizar la reparación del daño en cantidad líquida y, en consecuencia, ordenar el pago
correspondiente, sin necesidad de que los particulares acudan a la instancia judicial o a
cualquiera otra. -El Estado podrá repetir de los servidores públicos el pago de la
indemnización hecha a los particulares.- Si el órgano del Estado niega la indemnización o
si el monto no satisface al reclamante, se tendrán expeditas, a su elección, la vía
administrativa o judicial.- Cuando se haya aceptado una recomendación de la Comisión
de Derechos Humanos en la que se proponga la reparación de daños y perjuicios, la
autoridad competente se limitará a su determinación en cantidad líquida y la orden de
pagar respectiva.

También es preciso mencionar, como complemento de la reforma de enero de 1994 lo


dispuesto sobre esta materia por la Ley sobre Celebración de Tratados33 publicada el 2 de
enero de 1992 en cuanto establece en su artículo 11, que:

Las sentencias, laudos arbitrales y demás resoluciones jurisdiccionales derivados de la


aplicación de los mecanismos internacionales para la solución de controversias a que se
refiere el artículo 81 (sobre los lineamientos que debe contener cualquier tratado o

32
Idem
33
Evidentemente, dicho ordenamiento debe perfeccionarse en virtud de la evolución del derecho
internacional.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

acuerdo interinstitucional que establezcan mecanismos internacionales para la solución


de controversias legales en que son parte, por un lado la Federación, o personas físicas o
morales extranjeras u organizaciones internacionales), tendrán eficacia y serán
reconocidos en la República, y podrán utilizarse como prueba en los casos de nacionales
que se encuentren en la misma situación jurídica, de conformidad con el Código Federal
de Procedimientos Civiles y los tratados aplicables.

No obstante lo anterior, el artículo 11 de la citada Ley sobre Celebración de Tratados


contiene una disposición de carácter tradicional que, de acuerdo con el maestro Héctor
Fix Zamudio, debe revisarse de acuerdo con los compromisos adquiridos por el Estado
mexicano al ratificar convenciones multilaterales sobre derechos humanos. En efecto
dicho precepto dispone que: El Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos no reconocerá
cualquier resolución de los órganos de decisión de los mecanismos internacionales para
la solución de controversias a que se refiere el artículo 81, cuando esté de por medio la
seguridad del Estado, el orden público o cualquier otro interés esencial de la Nación.34

Es evidente que las normas anteriormente mencionadas son insuficientes. Sin embargo,
deben tomarse sólo como un inicio del reconocimiento más amplio de la responsabilidad
patrimonial del Estado mexicano. Así, como sostiene Álvaro Castro Estrada, lo ideal es
una reforma constitucional al artículo 113 de la Carta Federal, en el título de
responsabilidades, así como la expedición de una Ley Federal de Responsabilidad
Patrimonial del Estado. En el artículo 21 del Anteproyecto de dicha Ley Federal se
considera necesario establecer que los preceptos de el citado ordenamiento sean
aplicables, en lo conducente, para cumplimentar los fallos de la Corte, así como las
recomendaciones de la Comisión ambas Interamericanas de Derechos Humanos,
aceptadas estas últimas por el Estado mexicano, en cuanto se refieran al pago de
indemnizaciones35.

Es necesario mencionar que aunque esta reforma está siendo analizada por el poder
legislativo, goza de innumerables candados, sobretodo en el caso de derechos humanos
ya que sólo como ejemplo la vacatio legis de la misma es de dos años.

34
Cfr. Fix Zamudio, Héctor, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, op cit, p.236
35
Ver Castro Estrada, Álvaro, Responsabilidad patrimonial del Estado, Porrúa, México, 1997, pp.
67-122 y 397-510

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

Por otro lado, no podemos perder de vista que en 1999, con motivo de amparo promovido
por el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (amparo en revisión
1475/98), la Suprema Corte de Justicia de México estableció que los tratados
internacionales se ubican jerárquicamente por encima de las leyes y en un segundo plano
respecto de la Constitución Federal. Ello significa que para que México se niegue a aplicar
en el ámbito interno las decisiones de organismos internacionales, debe existir un
pronunciamiento del más Alto Tribunal de la República que considere que el tratado o
convenio internacional respectivo contiene disposiciones que contraríen las normas
constitucionales. Por supuesto, dicho fallo ha suscitado innumerables debates que, por
cuestión de espacio y tiempo, no es posible tratar en el presente trabajo.36

Así pues, es claro que México tiene una grave deficiencia al no contar con una legislación
interna que prevea la manera de ejecutar una sentencia emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. En la práctica se han dado casos de
indemnización donde el Estado mexicano, si ha llegado a aceptarla (evidentemente por
razones políticas), lo ha hecho tomando presupuesto de diferentes áreas pero no de una
partida especial destinada para ello. Por lo tanto, es necesario crear todo un aparato
legislativo que permita el mejor funcionamiento de los fallos emitidos no sólo por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, sino por cualquier tribunal extranjero del cual
México haya ratificado su competencia.

36
Para mayor abundamiento en el tema ver “Tratados internacionales. Se ubican jerárquicamente
por encima de las leyes y en un segundo plano respecto de la Constitución federal”, en Cuestiones
Constitucionales. Revista Mexicana de Derecho Constitucional, Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM, Núm. 3, México, 2000, pp. 169-209

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

VIII. Conclusiones

1. La situación actual de los derechos humanos en América Latina varía mucho de país a
país, registrándose grandes contrastes. Así, aún cuando los países latinoamericanos han
tenido importantes progresos institucionales y materiales, los abusos contra los derechos
humanos persisten de manera significativa.

2. En Latinoamérica los derechos están protegidos por diversos medios de defensa tales
como el habeas corpus, el juicio de amparo, el mandado de segurança, el hábeas data, el
mandado de injuncao, la acción de cumplimiento, las acciones populares de carácter
constitucional, el recurso de protección y la acción de tutela.

3. En América Latina los derechos humanos están protegidos por la Comisión y la Corte
Interamericanas de Derechos Humanos. La Comisión tiene la responsabilidad de velar por
el cumplimiento de los tratados internacionales de derechos humanos en todo el
continente; esto lo hace a través de informes sobre la situación de los derechos humanos
en distintos países y al escuchar denuncias individuales de violaciones. Por su parte, la
Corte escucha casos individuales de violaciones a los derechos humanos en países que
aceptaron su competencia, y emite decisiones autoritativas.

4. Los Estados Partes en la Convención Americana sobre Derechos Humanos deben


proceder a un examen de consciencia para realizar los actos pertinentes con el fin de
alcanzar un sistema capaz de asegurar la real salvaguardia de los derechos humanos.
Para ello, es necesario actuar tanto en el plano del derecho interno como en el
internacional.

En primer lugar, es imprescindible la ratificación o adhesión de la Convención Americana


por todos los Estados del continente. En segundo lugar, es necesario adoptar las medidas
nacionales indispensables de implementación de la Convención que aseguren la
aplicabilidad directa de sus normas en el derecho interno de los Estados Partes. Un tercer
momento consistiría en la aceptación integral de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana por todos los Estados Partes en la Convención, acompañada de la

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

previsión del automatismo sin restricciones de la jurisdicción obligatoria de la Corte para


todos los Estados Partes.

5. La Corte Interamericana no es un tribunal supranacional de instancia facultado para


revocar o anular las decisiones definitivas de los tribunales internos. Más aún, en la
práctica, la generalidad de las sentencias de la Corte Interamericana son y han sido de
carácter indemnizatorio.

6. Las reglas y principios sobre responsabilidad y reparaciones creados por la Corte


Interamericana se han perfeccionado paulatinamente y se han hecho cada vez más
complejas. Al respecto podemos señalar que el concepto de reparación es muy amplio y
comprende diversas actividades compensatorias. Una de las más importantes es la justa
indemnización.

7. Son pocos los países latinoamericanos que han creado procedimientos para la
ejecución en el ámbito interno de las decisiones adoptadas por los organismos
internacionales. Entre ellos, debemos mencionar las disposiciones establecidas por las
legislaciones de Perú y de Colombia, así como el proyecto de Argentina. En lo que se
refiere a México, existe un retraso evidente en cuanto al reconocimiento de la
responsabilidad patrimonial del Estado ya que prácticamente no existía (salvo algunas
excepciones como la expropiación por causa de utilidad pública). A pesar de ello, se dio
un avance modesto mediante la reforma legislativa de enero de 1994 la cual modificó por
una parte el Código Civil y, por la otra, algunos preceptos de la Ley Federal de
Responsabilidad de 1982. Sin embargo, la doctrina ha señalado la necesidad de realizar
una reforma constitucional y expedir una Ley Federal de Responsabilidad Patrimonial del
Estado, cuyos procedimientos puedan aplicarse también a la responsabilidad
internacional. No obstante lo anterior, dicha reforma está siendo analizada por el poder
legislativo pero tiene el inconveniente de ser muy tibia al pretender la implementación de
diversos candados para la pronta y eficaz aplicación en materia de derechos humanos.

Ciudad Universitaria, México, abril de 2002.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

1. Fuentes

1.1 Bibliográficas

‰ Carpizo, Jorge y Madrazo, Jorge, Derecho Constitucional, IIJ-UNAM, Serie A.


Fuentes b) textos y estudios legislativos, núm. 32, México, 1983.

‰ Castro Estrada, Álvaro, Responsabilidad patrimonial del Estado, Porrúa, México,


1997.

‰ Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre la situación de los


Derechos Humanos en México, OEA, Washington, D.C., 1998.

‰ Corte Interamericana de Derechos Humanos, El Sistema Interamericano de


Protección de los Derechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI, Corte
Interamericana de Derechos Humanos 2 tomos, Costa Rica, 2001.

‰ _________________, Documentos básicos en materia de Derechos Humanos en


el Sistema Interamericano (actualizado a diciembre de 1999), San José, Costa
Rica, 2000.

‰ Fix Zamudio, Héctor, Latinoamérica: Constitución, proceso y Derechos Humanos,


Miguel Ángel Porrúa, México, 1988.

‰ _________________, La Garantía Jurisdiccional de la Constitución Mexicana,


UNAM, México, 1955.

‰ _________________, La protección procesal de los Derechos Humanos ante las


jurisdicciones nacionales, Civitas-UNAM, México, 1982.

‰ _________________, Los Tribunales Constitucionales y los Derechos Humanos,


Porrúa, México, 1985.

‰ _________________, Justicia Constitucional, Ombudsman y Derechos Humanos,


1ª reimpresión, CNDH, México, 1997.

‰ _________________(coord)., México en las declaraciones de derechos humanos,


Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie Doctrina Jurídica, núm. 18, México,
1999.

‰ García Ramírez, Sergio, La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie Doctrina Jurídica, núm. 71,
México, 2001.

‰ Gómez-Robledo Verduzco, Alonso, Derechos Humanos en el Sistema


Interamericano, UNAM-Porrúa, México, 2000.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

‰ Gozaíni, Osvaldo Alfredo, El Proceso Transnacional, Particularidades Procesales


de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, EDIAR, Argentina, 1992, p.93.

‰ Herrera y Lasso, Manuel, Estudios de Derecho Constitucional, Polis, México,


1940.

‰ Faúndez Ledesma, Héctor, El Sistema Interamericano de Protección de los


Derechos Humanos, Aspectos Institucionales y procesales, 2ª edición, Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, San José, 1999.

‰ Levin, Leah, Derechos Humanos, UNESCO, París, 1981,

‰ Madrazo, Jorge, Temas y Tópicos de Derechos Humanos, CNDH, México,1995.

‰ Valadés, Diego y Gutiérrez Rivas, Rodrigo (coord.), Derechos Humanos. Memoria


del IV Congreso Nacional de Derecho Constitucional III, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, Serie Doctrina Jurídica, núm. 64, México, 2001.

1.2 Hemerográficas

‰ Castro Estrada, Álvaro, “10 razones para incorporar la Responsabilidad


Patrimonial del Estado en nuestro ordenamiento jurídico”, en El mundo del
abogado, año 4, núm. 30, octubre 2001, México, pp. 36-48.

‰ _________________,, “Síntesis sobre los aspectos más relevantes de la


propuesta de incorporación de la institución de la responsabilidad patrimonial del
Estado, al ordenamiento jurídico mexicano”, en Quórum, Año VIII, no. 67, julio-
agosto, 1999, pp. 169-164.

‰ Corzo Sosa, Edgar, et al, “Tratados internacionales. Se ubican jerárquicamente por


encima de las leyes y en un segundo plano respecto de la Constitución federal”, en
Cuestiones Constitucionales. Revista Mexicana de Derecho Constitucional, núm.
3, México, 2000.

‰ Fix Zamudio, Héctor, “La evolución del Derecho Internacional de los derechos
humanos en las constituciones latinoamericanas”, en Derechos y Libertades.
Revista del Instituto Fray Bartolomé de las Casas. Año 1, febrero-octubre. Núm. I,
Madrid, 1993, pp. 225-236.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.


Corte Interamericana de Derechos Humanos

‰ _________________,, “La responsabilidad internacional del Estado en el contexto


del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, en Memoria
del Seminario Internacional sobre la Responsabilidad Patrimonial del Estado,
Instituto Nacional de Administración Pública, México, 2000, pp. 205-246.

‰ Ortiz Ortiz, Eduardo, “Dimensiones constitucionales de los Derechos Humanos en


América Latina: (VII) Glosa al informe Haba”, en Revista Constitucional, Corte
Suprema de Justicia, Año XI, núm. 40, San José, 1987, pp. 13-34.

¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.

También podría gustarte