Folleto 3
Folleto 3
Folleto 3
LA INSTANCIA PROCESAL
DEMANDA
La demanda es el acto introductorio de la acción, por la cual, mediante relatos de hechos e invocación del
derecho el actor determina su pretensión. Es a través de ella que el actor inicia la actividad jurisdiccional y que
plantea el derecho que, considera, le asiste y quiere que se le declare (pretensión).
Por su carácter formalista debe cumplir con los requisitos de contenido y forma que exigen los artículos 61, 106 y
107 los cuales se complementan con los artículos 63 y 79 todos del CPCYM. La demanda se integra
fundamentalmente por tres partes, la introducción, el cuerpo y el cierre y como muchos autores lo indican, es el
proyecto de una futura sentencia. En consecuencia, la demanda debe cumplir con los siguientes requisitos:
Introducción
II. Nombres y apellidos completos del solicitante o de la persona que lo representa, edad, estado civil,
nacionalidad, profesión u oficio y domicilio (Art. 61 numeral 2º. CPCyM
III. Indicación del lugar para recibir notificaciones (Art. 61 numeral 2º. Y 79 del CPCyM)
IV. Nombres y apellidos y residencia de las personas de quienes se reclama un derecho; si se ignora la
residencia, se hará constar (Art. 61 numeral 5º. CPCyM)
Cuerpo
V. Relación de hechos a que se refiere la petición, fijados con claridad precisión (Art.61 numeral 3º. Y 106
CPCyM)
VII. Ofrecimiento de las pruebas que van a rendirse (Art. 106 CPCyM)
Cierre
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XI. Indicación del número de copias que se acompañen (Art. 63 del CPCyM)
XII. Firmas del solicitante y del abogado colegiado que lo patrocina, así como el sello de éste. Si el solicitante
no sabe o no puede firmar, lo hará por él otra persona o el abogado que lo auxilie (Art. 61 numeral
8º. CPCyM)
Emplazamiento
Es el plazo que el juez otorga al demandado para que tome una actitud o decisión frente a la demanda, en el
juicio ordinario es de nueve días hábiles (111 del CPCyM)
El artículo 113 (CPCM), establece que para declarar la rebeldía del demandado y tener por contestada la
demanda en sentido negativo, es necesario la solicitud de la parte actora.
En consecuencia, el plazo del emplazamiento es un plazo no perentorio que permite al demandado contestar la
demanda, aún fuera del plazo de los nueve días, si no ha sido acusada su rebeldía.
EXCEPCIONES
Como sabemos la acción, como derecho a atacar, tiene una respuesta en el derecho del demandado para
defenderse. La demanda es para el demandante una forma de ataque, como lo es la excepción para el
demandado una forma de defensa.
En sentido amplio, la excepción es aquel poder del demandado, para oponerse a la acción que el demandante ha
promovido en contra de él. Es la denominación dada a ciertos tipos específicos de defensas procesales,
dilatorias, perentorias o mixtas, mediante las cuales el demandado puede reclamar del juez la liberación de la
carga de contestar la demanda o la liberación de la misma.
I. EXCEPCIONES PREVIAS
Su finalidad es depurar el proceso frente a la falta de presupuestos procesales; por ellas, el demandado hace ver
al juez la inexistencia de requisitos que impiden conocer el fondo de la pretensión, es decir ataca la forma. Se
denominan previas porque deben de resolverse antes que la pretensión principal. Ejemplo: EN UN ORDINARIO
DE DIVORCIO POR CAUSAL DETERMINADA, la parte demanda alega que la demanda adolece de un requisito que
impide al juez dictar una sentencia congruente, pues la petición de fondo no es clara y precisa, en consecuencia,
plantea la EXCEPCIÓN PREVIA DE DEMANDA DEFECTUOSA. Si la excepción es declarada con lugar en un auto, no
se podría continuar el trámite de ese juicio, pero sí permite a la parte actora corregir el error y plantear una
nueva demanda.
Son las que tienen como finalidad extinguir o terminar con la pretensión del actor. Se interponen al momento de
contestar la demanda.
Siempre el mismo caso, la parte actora al contestar la demanda, alega como causal de divorcio, la indicada en el
artículo 155 numeral 13º, del CC impotencia absoluta para la procreación, sin embargo, la parte demandada a
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través de una EXCEPCIÓN PERENTORIA, supongamos “Improcedencia de la acción por ser la impotencia absoluta
anterior al matrimonio.
De acogerse dicha excepción en sentencia, ataca la pretensión y, en consecuencia, no podrá nunca más ejercerse
la acción de divorcio por esta causa en otro juicio.
Taxativamente no reguladas en el Código Procesal Civil y Mercantil como tal, pero existentes. Son aquellas
excepciones que nominadas como previas, de acogerse tiene efectos de perentorias. En otras palabras, la
excepción mixta, es una excepción previa (prescripción, caducidad, transacción, cosa juzgada) que de acogerse
ataca la pretensión, puesto que impide conocer nuevamente la misma.
Por último, siempre en el mismo caso, la parte demandada interpone contra la acción de divorcio LA EXCEPCIÓN
PREVIA DE CADUCIDAD, argumentando que la acción se planteó después de los seis meses siguientes al día
cuando llegó al conocimiento del actor los hechos en los cuales funda su demanda, tal y como tuvo que hacerlo
de conformidad con el artículo 158 del Código Civil.
De acogerse esta excepción, que tiene de carácter previo, la misma ataca la pretensión, puesto que impide
enmendar la falta de este requisito de validez como lo es el tiempo que la ley regula para promover la acción; en
consecuencia, siendo esta excepción de carácter previo, ataca la pretensión y por consiguiente es de las
excepciones que la doctrina regula como mixtas.
Para que el proceso tenga existencia jurídica y plena validez, se hace necesario que se cumplan con ciertos
requisitos o antecedentes, a los que se le denominan PRESUPUESTOS PROCESALES. La capacidad procesal,
representación, legitimidad de quienes están en juicio, la investidura del juez, la posibilidad de ejercer la acción o
la pretensión, son algunos de los presupuestos previos o presupuestos procesales. Un juicio de incapaces sin
representación, una representación deficiente, un juez sin competencia o una acción ya caducada podría ser un
juicio no válido y sin existencia jurídica.
EXCEPCIONES PREVIAS
La excepción previa tiende a ser el medio de defensa utilizado por el demandado ante la inexistencia de
presupuestos procesales.
El artículo 116 del Código Procesal Civil y Mercantil establece número clausus (cerrado) que la falta de
presupuestos procesales se puede hacer ver mediante las siguientes excepciones:
• Incompetencia
• Litispendencia
• Demanda defectuosa
• Falta de personalidad
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• Falta de personería
• Falta de cumplimiento del plazo o de la condición a que estuviere sujeta la obligación o el derecho que
se hagan valer.
• Caducidad
• Prescripción
• Cosa Juzgada
• Transacción, y
• Arraigo
La competencia es un presupuesto procesal que el juez debe examinar de oficio (Arts. 62 y 121 de la LOJ) o que
la parte demandada puede alegar a través de esta excepción (116 numeral 1º. Del CPCYM) se produce cuando el
juez ante quien se plantea la acción, carece de competencia (conforme a las reglas de las mismas) ya sea por
razón de materia, territorio, cuantía o grado para conocer de ella.
La litispendencia (litis-pendiente) equivale a juicio pendiente, es decir, que se encuentra en trámite y se alega
cuando se siguen dos o más procedimientos iguales en cuanto a sujetos, objetos y causa. Para la procedencia de
esta excepción, es necesario que existan dos procesos iguales, con identidad de personas (partes) y de cosas
(objeto) sobre las que se litigia y que ambos se encuentran en trámite; es decir, no fenecidos, se hace necesario
probar la existencia del otro proceso, para efectuar el examen comparativo.
Alsina, citado por el Doctor Mario Aguirre Godoy, sostiene “que la excepción de litispendencia tiene un alcance
amplio y procede no solamente tratándose de las tres identidades mencionadas, sino que por la íntima
conexidad de los casos donde se discute parte de la relación total del derecho”.
No cabe duda que la litispendencia prevé garantizar la cosa juzgada como fin supremo de la jurisdicción,
evitando dos fallos sobre un mismo caso.
La excepción previa de demanda defectuosa, surge cuando la demanda no cumple con los requisitos formales
que establece la ley ( Artículos 61, 106 y 107 de CPCyM) y que el juzgador no se ha percatado de ello.
La capacidad, en términos generales, es la aptitud derivada de la personalidad por la cual la persona puede
ejercer derechos y contraer obligaciones por sí misma. Esta capacidad es de ejercicio, (Art. 8º. Del Código Civil)
cuando adquiere la mayoría de edad y es la falta de ésta capacidad (menores de edad e incapaces) la que tiene
por fundamento esta excepción.
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El artículo 44 del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que tienen capacidad para litigar las personas que
tengan el libre ejercicio de sus derechos y quienes carezcan de ese libre ejercicio deben actuar a través de su
representante legal, se llega a la conclusión que esta excepción procede cuando quien litiga se encuentra dentro
de los supuestos de incapacidad, ya indicados, y que actúa sin representación.
Para que un proceso se desarrolle válidamente es preciso que las partes, no solo tengan aquel grado de aptitud
genérica que marca el derecho positivo (capacidad), sino una idoneidad específica, derivada de su relación con la
situación jurídica en litigio legitimación), que justifique su intervención. La legitimación se refiere, pues, a la
relación de las partes con el proceso concreto. Su concepto viene de la legitimatío ad causam romana, o sea la
facultad de demandar (legitimación activa) y obligación de soportar la carga de ser demandado (legitimación
pasiva) según la situación en que se encuentran las partes en cuanto al objeto del proceso”.
Se debe entender por personería como la aptitud que tiene una persona a ejercitar derechos o acciones en juicio,
en representación de la que es titular de los mismos. Esta excepción se funda en el hecho de que se alega una
representación sin tenerla o bien cuando teniéndola, ésta carece de los requisitos formales que le dan validez.
El artículo 46 del Código Procesal Civil y Mercantil establece la obligación de los representantes de justificar su
personería en la primera gestión que realiza acompañando el título de su representación y obliga al juez a no
admitir aquellas gestiones cuya representación no esté debidamente registrada en la oficina respectiva. Hay falta
de personería: a) Cuando no se acompaña el título que la acredita (45 del CPCyM); b) Cuando se presenta un
título insuficiente (207 LOJ; 1697 y 1702 del C.C.), c) Cuando se presenta un título defectuoso (Artos. 190, 191,
205, 206 y 210 LOJ.; 44 y 45 CPCyM)”.
f) Excepción previa de falta de cumplimiento del plazo o de la condición a que estuviere sujeta la
obligación o el derecho que se haga valer
Esta excepción es de difícil percepción, inclusive ha sido objeto de recomendaciones efectuadas por la
Presidencia del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia (véase circular de fecha 27 de marzo de
1980). Tiene la característica de ser una excepción previa preclusiva; es decir, únicamente puede interponerse
antes de contestar la demanda. Procedencia:
a) Por un lado, la procedencia de esta excepción cuando el supuesto es la falta de cumplimiento del plazo,
porque se ha fijado días o fecha para su cumplimiento y no se ha arribado al mismo, exigiéndose el
cumplimiento antes del día o fecha y
A través de esta excepción previa, se extinguen derechos o acciones, una vez transcurrido el plazo que la ley o la
voluntad de las particulares establecen para el ejercicio de los mismos; se basa en la necesidad de que los
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derechos o acciones no permanezcan indefinidamente inciertos, presumiéndose su abandono al darle firmeza al
tráfico.
Podemos definir la caducidad como el decaimiento de una facultad procesal que no se ejercita dentro de un
determinado plazo. Puede ser: a) voluntaria o convencional (artículo 1274 del Código Civil). Legal: es la sanción
que impone la ley (artículos 158, 251 del Código Civil)
Tanto el Código Civil como el Procesal Civil y Mercantil regulan otros casos de caducidad como el derecho de
obtener la revisión de un juicio ejecutivo en juicio ordinario, que es de tres meses (artículo 335 del CPCyM), la
caducidad del declarado jactancioso en el juicio oral (artículo 228 del CPCyM) y la acción para pedir la rescisión
de los contratos, que es de un año (arto. 1585 del C.C.).
Nuestro derecho sustantivo regula dos clases de prescripción; por una parte, aquella por la cual se adquieren
derechos por el transcurso del tiempo y que se denomina adquisitiva o positiva y, por la otra, aquella por el cual
se extinguen derechos u obligaciones y que se denomina extintiva, negativa o liberatoria. Es esta clase de
prescripción a la que se refiere esta excepción.
La prescripción extintiva, negativa o liberatoria es un modo de extinguir obligaciones por el transcurso del
tiempo. El código Civil, en su artículo 1501, establece esta clase de prescripción ejercitada como acción o como
excepción por el deudor, que extingue la obligación.
Es decir, que la prescripción no opera de oficio, sino que debe ser declarada al ejercitarse como acción o
excepción por el deudor. En consecuencia, es procedente la prescripción cuando el acreedor no exige el derecho
dentro del tiempo que establece la ley y el deudor lo hace ver por medio de la acción o la excepción. Ejemplo
(artículo 1513 del Código Civil).
SIMILITUDES
DIFERENCIAS
• La prescripción se sanciona la negligencia del acreedor, con la caducidad por razones de orden público,
pretende no dejar en suspenso el ejercicio del derecho o la celebración del acto.
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• La presidencia del Organismo Judicial, en circular de fecha 27 de marzo de 1980, recomendó a los jueces
indicar los abogados litigantes que solo cuando le ley utilice la palabra “prescripción” corresponde
interponer esa excepción, en los demás casos, en que se refiera a transcurso de tiempo, la excepción
será la de caducidad.
Hemos indicado anteriormente que la cosa juzgada en el fin o garantía de la jurisdicción y como tal a través de la
excepción previa se pretende evitar la revisión del fallo y por ende su revocabilidad.
La cosa juzgada es la autoridad y la fuerza que la ley atribuye a la sentencia ejecutoriada que puede traducirse en
la necesidad jurídica de que el fallo sea irrevocable e inmutable ya sea en el mismo juicio en que se dictó o en
otro distinto.
Esta excepción procede si en un juicio posterior se demanda una prestación resuelta, en una sentencia ya firme o
ejecutoriada.
Es importante clarificar las diferencias entre cosa juzgada formal y cosa juzgada material, pues es sobre esta
segunda que procede la excepción previa que aquí se analiza. Efectivamente, hay cosa juzgada formal cuando la
sentencia tiene fuerza y autoridad en el ejercicio en que se dictó, pero no en otro. (Arts. 335 , 250 del CPCyM).
La cosa juzgada material es contraria a la anterior y su eficacia y fuerza trasciende a cualquier otro proceso, en la
mayoría de proceso de conocimiento, el fallo definitivo pasa en autoridad de cosa juzgada (material), siempre y
cuando se den los supuestos que establece el artículo 153 de la Ley del Organismo Judicial.
El Código Civil, en su artículo 2151, establece que la transacción es un contrato por el cual las partes, mediante
concesiones recíprocas, deciden de común acuerdo algún punto dudoso o litigioso, evitan el pleito que podrá
promoverse o terminan el que está principiado. La excepción previa de transacción, en consecuencia, procede
ante la existencia de un acuerdo de voluntades que antes o durante la realización de un juicio, ha decidido evitar
el mismo o ponerle fin. Algunos tratadistas estiman que en realidad es un modo normal de dar fin al proceso.
También conocido como Cautio Judictum Solvi, se fundamenta en garantizar la continuidad de un proceso
judicial, cuando el actor es extranjero o transeúnte y el demandado guatemalteco, logrando con ello la
protección de intereses de nacionales protegiéndolos de los daños y perjuicios que pudieran sufrir por parte del
extranjero-actor que promoviera una demanda sin sustentación legal.
Siguiendo una corriente de reciprocidad basada en el artículo 383 del Código de Derecho Internacional Privado
(Código de Bustamante) no procede esta excepción, si el actor extranjero prueba que en el país de su
nacionalidad no se exige esta garantía a los guatemaltecos.
Las excepciones previas a su vez se clasifican en PRECLUSIVAS y NO PRECLUSIVAS, las primeras deben
interponerse dentro del plazo que la ley establece y de no hacerlo impide su interposición en otro momento
procesal; las segundas, por el contrario tienen la característica de poder interponerse en cualquier estado del
proceso.
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El Código Procesal Civil y Mercantil, como dijimos, regula en sus artículos 116 y 117 las excepciones previas, pero
en sus artículos 120, 205 y 232 establece cuáles de esas excepciones previas pueden interponerse en cualquier
estado del proceso, lo que les da la característica de NO PRECLUSIVAS.
Las excepciones perentorias, por su parte, son medios de defensa que utiliza el demandado con el objeto de
atacar la pretensión del actor, en consecuencia atacan el fondo y se prueban con el litigio principal y resuelven al
dictar sentencia. Son innominadas pero comúnmente adoptan el nombre de las formas de cumplimiento o
extinción de las obligaciones (pago, novación, remisión, etc.)
Por otra parte, las excepciones mixtas son aquellas excepciones previas que de acogerse tienen efectos de
perentorias. Podemos considerar excepciones de esta naturaleza, las de caducidad, prescripción, cosa juzgada y
transacción reguladas en los últimos cuatro numerales del artículo 116 y que siendo previas de acogerse impiden
reiniciar la acción.
El trámite de las excepciones previas, se realiza mediante el procedimiento incidental (Arts. 120 del CPCyM 135
al 140 de la LOJ).
El incidente puede ser: a) con efecto suspensivo. Cuando pone obstáculo al asunto principal, el incidente se
tramita en el proceso principal (136 LOJ); b) sin efecto suspensivo. Cuando no pone obstáculo al asunto principal,
el incidente se tramita en pieza separada (137 LOJ). El escrito mediante el cual se da inicio el incidente, se
denomina también demanda incidental.
2. Resolución que admite para su trámite. Se fija 2 días de audiencia a la parte contraria.
3. Resolución en que se abre a prueba el incidente por 8 días, cuando el incidente versa sobre cuestiones
de hecho y cuando sea necesario. Cuando versa sobre cuestiones de derecho, no es necesario abrir a
prueba, en ese caso, dentro de los tres días de haber transcurrido la audiencia, se dicta auto para
resolver la excepción previa.
En el procedimiento incidental se aplica el principio de concentración, por lo que las pruebas deben ser
ofrecidas y propuestas, en el caso del demandado al momento de interponer la excepción previa y en el caso
del actor al momento de evacuar la audiencia de los dos días.
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NO HAY PERIODO DE PRUEBA
CONTESTACION DE LA DEMANDA:
LA RECONVENCIÓN.
Requisitos:
b) Contenido: Supone la interposición de una pretensión contra el actor y por eso se le llama
contrademanda, la cual debe cumplir con los requisitos de la demanda.
c) Competencia: el juez que está conociendo la pretensión inicial debe ser también competente para
conocer la pretensión contenida en la reconvención. Se debe matizar: a) La competencia objetiva del
juez por la materia no puede ser alterada por la reconvención; b) la competencia objetiva por el valor o
la cuantía puede ser alterada, pero solo a favor del juez más competente (el juez que puede lo más,
puede lo menos, pero no a la inversa); c) La competencia territorial sí puede ser alterada (Art. 4, inciso
4º )
e) Legitimación Pasiva: La doctrina exige que la reconvención solo ser planteada en contra el actor o
actores iniciales y no procede contra otras personas que no sean parte. Es discutible en el caso de
litisconsorcio necesario (Art. 53 del CPCyM)
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f) Conexión Objetiva: conexión por razón del objeto o del título con la demanda. Objeto: Se refiere a la
cosa o bien pedido, esto es, la petición. Título: ha de ser la causa o razón de pedir.
TRAMITACIÓN DE LA RECONVENCIÓN.
El Juez:
1) Debe controlar que en la reconvención se cumplan todos los requisitos propios de la demanda, con el
efecto del Art. 109 del CPCyM.
2) Dará audiencia al actor por nueve días, conforme dispone al art. 111 del CPCyM.
3) El actor puede formular excepciones previas dentro de los seis días del emplazamiento.
4) Si el reconvenido formula excepciones previas, pero son desestimadas, o no las formula, contestará la
reconvención como una contestación de demanda.
2) Las dos pretensiones se resolverán en una sola sentencia, la cual contendrá dos pronunciamientos, que
no podrán ser contradictorios entre sí.
LA PRUEBA
Sabemos que en el proceso civil la dirección material del proceso, le corresponde a las partes, ya que son ellas las
que han de aportar al proceso los hechos y las pruebas (Artículos 61 numeral 3º 126 del Código Procesal Civil y
Mercantil).
Como instrumento de prueba es “Aquel medio para patentizar la verdad o la falsedad de algo”, como
procedimiento es “Aquella actividad de carácter procesal cuya finalidad consiste en lograr la convicción del juez
o tribunal acerca de la exactitud de las afirmaciones de hecho operadas por las partes en el proceso”.
Por la prueba de las partes demuestran la verdad de su afirmación, es a través de ella que se convence al juez
sobre lo discutido o dudoso. Recordemos que la prueba se aporta, cuando existen hechos controvertidos.
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Los hechos controvertidos.
EL DERECHO NO SE PRUEBA. El derecho lo conoce el juez y aunque lo invoquen mal las partes, el juez advertido
de lo que se discute, según los hechos expuestos y la pretensión que se quiera hacer valer, aplicará el derecho
que fuere pertinente. (Iura novit curia) se refiere a que el tribunal conoce el derecho, (Art. 3 LOJ).
Excepciones:
c) La existencia o inexistencia de leyes. Otra de las excepciones cuando el derecho no se prueba en las existencia
o inexistencia de alguna ley, esta viene a construir un hecho que debe ser probado.
Respecto a la prueba de los hechos, no cabe discusión que en el proceso civil los hechos deben de probarse y
como consecuencia son objeto de prueba los hechos articulados, es decir solo los hechos aportados por las
partes. Tanto es así que nuestro código regula en su artículo 127, último párrafo, que los jueces desecharon en el
momento de dictar sentencia, las pruebas que no se ajusten a los puntos de hecho expuestos en la demanda y su
contestación.
Este aspecto es criticable, puesto que debería, desde que se entabla la relación procesal, determinarse los
hechos sujetos a prueba y recibirse dentro del período correspondiente; solo aquellos medios de convicción que
pretendan demostrar los hechos a discusión.
Ahora bien, de estos hechos aportados por las partes, no todos deben probarse; siendo las excepciones los
siguientes:
b.1 Hechos admitidos: Los hechos que no son impugnados por el contrario, son hechos admitidos y estos quedan
fuera del contradictorio y por consiguiente fuera de la prueba. “Imponer la prueba a todos los hechos, aun a los
aceptados tácitamente por el adversario, representaría exigir un inútil dispendio de energía contrario a los fines
del proceso” dice Couture.
b.2 Hechos presumidos por la ley: Cuando la ley presume la verdad de un hecho no corresponde probar aquel a
favor de quien se produce la presunción. La presunción puede ser: a) RELATIVA (juris tantum), como la
establecida en nuestro Código Civil (Arts. 199 y 201) regula que “el hijo nacido dentro del matrimonio es hijo del
hombre con quién la mujer está casada”, no es objeto de prueba la verdad de este hecho, pero admite prueba en
contrario; b) ABSOLUTA (Juris et de Jure) como la establecida en el artículo 3 de la LOJ “nadie puede ser
ignorante de la observancia de la ley” no admite prueba en contrario.
b.3 Hechos evidentes: pudiera ser que el hecho discutible sea un hecho evidente, también se encuentra fuera del
objeto de la prueba. A nadie se le puede exigir, como ejemplifica Couture, que pruebe que la luz del día favorece
la visión de los objetos y la oscuridad la dificulta. En el caso de los hechos evidentes la experiencia misma del
juzgador suple la actividad probatoria.
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Es importante recalcar que si bien el hecho evidente no debe probarse, lo contrario al hecho evidente si amerita
prueba, de tal suerte que cuando se argumente que en la oscuridad favorece la visión, debe probarse tal
aseveración.
b.4 hechos normales: también se suple de prueba aquel hecho ocurrido como naturalmente debe suceder,
debiendo de probarse cuando se alega que ocurre en forma anormal o excepcional. Si la discusión fuera el
período de gestación, no le corresponde probar al que alega que llevó nueve meses, correspondiéndole al que
alega que fue en forma anormal.
b.5 Hechos notorios: en el antiguo derecho existía en aforismo notoria non egent probatione. Significa que los
hechos notorios no deben probarse y eso también es una excepción a la probanza de los hechos. Un hecho
notorio es el que entra naturalmente en el conocimiento, en la cultura o en la información normal de los
individuos con relación a un lugar, a un círculo social y a un momento determinado, cuando ocurre la decisión.
Un hecho notorio para nosotros es que nuestra independencia fue el quince de septiembre de mil ochocientos
veintiuno y si esto fuera motivo de discusión, quien así lo afirma no debe probarlo.
En resumen, los hechos que deben ser probados en el proceso son los articulados o formulados por las partes y
que sean contradictorios; quedan fuera de la prueba aquellos hechos contradictorios evidentes, notorios
normales o presumidos por la ley.
Clases de prueba
a) Por confesión: aquella que surge por declaración que sobre lo sabido o hecho por él, hace alguien
voluntariamente o preguntando por otro. En nuestra legislación es el resultado de la prueba
denominado declaración de parte regulada en el numeral 1º, del artículo 128 del CPCyM. Y del 130 y 141
del mismo cuerpo legal. Es un medio de prueba tasado, pues produce plena prueba.
• Expresa: la hecha con palabras o señales que clara y positivamente manifiesta lo confesado.
• Simple: la que se hace afirmando lisa y llanamente la verdad del hecho sobre el cual se le pregunta.
b) Por testigos o prueba testifical: la que se hace a través del interrogatorio y declaración verbal o escrita
de personas que han presenciado los hechos litigiosos o han oído su relato de otros. Es medio de
prueba, lo recoge el artículo 128 del CPCyM, en su numeral 2º., y lo regulan los artículos del 142 al 163
del mismo cuerpo legal.
c) Prueba pericial: Denominado en nuestra legislación Dictamen de Expertos, es la que surge del dictamen
de peritos, es decir personas llamadas a informar ante un tribunal por razón de sus conocimientos
especiales y siempre que sea necesario tal asesoramiento técnico o práctico del juzgador sobre los
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hechos litigiosos. El Código Procesal lo recoge en el numeral 3º. Del artículo 128 y lo regula en los
artículos del 164 al 171 del mismo cuerpo legal.
d) Inspección ocular o reconocimiento judicial: Es el examen que hace el juez por sí mismo y en algunos
casos con el auxilio de peritos, del lugar donde se produjo el hecho o de la cosa litigiosa o controvertida.
En nuestra legislación pueden ser objeto de reconocimiento las personas, los lugares y las cosas que
interesan al proceso. Este medio de prueba el Código Procesal Civil y Mercantil lo tiene como tal en su
artículo 128 numeral 4º. Y lo regula específicamente en sus artículos del 172 al 176.
e) Documental: también llamada instrumental es la que se realiza por medio de documentos privados,
documentos públicos, libros de comerciantes, correspondencia o cualquier otro escrito. Este medio de
prueba lo regula el Código Procesal Civil y Mercantil en el numeral 5º. Del artículo 128 y de los artículos
177 al 190 del mismo cuerpo legal, estableciéndose que puede presentarse como prueba documental
toda clase de documentos.
f) Prueba conjetural: es la que resulta de indicios, señales, presunciones o argumentos. El Código Procesal
civil y Mercantil recoge como medio de prueba las presunciones en su artículo 128 numeral 7º. Y lo
regula en los artículos 194 y 195: las clasifica en legales, que son aquellas que el legislador incluyó en la
ley y las humanas que surgen de la deducción que hace el juzgador.
Juri et de jure: que es aquella suposición que no admite prueba en contrario. En nuestra legislación lo
preceptuado en el artículo 3 de la Ley del Organismo judicial que establece que contra la observancia de la ley,
no puede alegarse ignorancia, desuso, costumbre o práctica en contrario, es un típico ejemplo de esta clase de
presunción legal.
Juris tantum: que es aquella presunción que sí admite prueba en contrario, o sea que es aquella presunción
establecida en la ley que puede ser destruida por prueba en contra, Las presunciones contenidas en el Código
Civil guatemalteco en su mayoría son de esta clase, así por ejemplo lo relativo a la comorencia establecida en el
artículo 3º., la presunción del domicilio voluntario contenido en el artículo 34, la presunción del abandono
voluntario o inmotivada la ausencia que se regula en el artículo 156, la presunción de la paternidad y filiación
matrimonial y cuasi matrimonial reguladas en los artículos 199 y 182 todas ellas admiten prueba en contrario.
a) Pruebas Directas por Percepción: Son aquellas por las que el juez constata por sí mismo el hecho sujeto
a litigio, corresponde fundamentalmente a esta clase de prueba el Reconocimiento Judicial.
b) Pruebas por representación: Por ellas el juez a través de documentos y personas puede constatar un
hecho pasado en el presente. Cuando es por medio de personas, pueden ser personas ligadas al proceso
o terceros, en consecuencia existe:
• Prueba por representación a través de personas ligadas al proceso. Nos referimos a la declaración
de parte.
c) Prueba por inducción o deducción: por este medio de prueba, el juez llega a comprobar los hechos
sujetos a litigio, mediante la inferencia que el juzgador extrae de los hechos probados en autos. Es decir,
nos referimos en especial a la prueba de presunciones.
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EL PROCEDIMIENTO PROBATORIO
El procedimiento probatorio es una manifestación del contradictorio, así como no se puede concebir un proceso
sin debate, tampoco es factible aceptar que una parte aporte prueba, sin la fiscalización del juez y del adversario.
En el derecho procesal debe existir un orden que permita incorporar la prueba mediante pasos conocidos como
procedimiento probatorio. Está conformado por cuatro etapas: ofrecimiento, proposición, diligenciamiento y
valoración
a) Ofrecimiento: Es un anuncio que hacen las partes, tanto en la demanda como en su contestación, de las
pruebas que aportan al proceso. En nuestro ordenamiento jurídico, las partes en su demanda y
contestación deben fijar con precisión y claridad las pruebas que van a rendirse (arto. 106 del CPCyM).
c) El diligenciamiento de la prueba: esta etapa es propia del tribunal, puesto que una vez ofrecida la
prueba y admitida por el juez, se procede a su incorporación material al expediente, por el tribunal. El
diligenciamiento de la prueba de declaración de parte, de testigos y reconocimiento Judicial se practica;
señalando el día y la hora se deja constancia por escrito diligenciamiento de la prueba documental,
cuando el juez la admite como tal.
En auto para mejor fallar que regula nuestra legislación procesal en su artículo 197, y por el cual el juez
puede acordar para mejorar el diligenciamiento de los siguientes medios de convicción:
Por consiguiente, con el auto para mejor fallar, el juez puede incorporar al proceso pruebas que no han cumplido
con el procedimiento probatorio, pero únicamente las que señale el artículo 197 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
Fundamentalmente, los sistemas de valoración de la prueba son tres: La prueba legal o tasada, la libre
convicción y la sana crítica.
a) Prueba legal o tasada: este sistema de valoración le da al juzgador, por anticipado, el valor
que debe asignarle a la prueba. Así como cuando el Código Procesal Civil y Mercantil establece en su artículo
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130 que la confesión prestada legalmente produce plena prueba, le está dando al juez el valor que debe
asignarle a este medio de prueba.
Así también el artículo 186 del Código Procesal Civil y Mercantil establece que los documentos autorizados
por notario y por funcionario o empleado público en el ejercicio de su cargo, producen fe y hacen plena
prueba, es otro ejemplo la propia ley le da al juzgador el valor de la prueba, siendo en consecuencia prueba
legal o tasada.
b) Libre convicción: Por este sistema de valoración el juez puede razonar sin apoyarse en la
prueba que el proceso presenta al juez. El juez adquiere el convencimiento de la verdad con la prueba de
autos, fuera de la prueba de autos e inclusive en contra de la prueba de autos. No es de aplicación en
nuestro proceso civil.
c) Sana crítica: este sistema de valoración tiene antecedentes en la ley española, que la aplicó
en materia de interpretación de la prueba testimonial. Este sistema de valoración viene a construir una
categoría intermedia entre la prueba legal y la libre convicción, viene a formar un sistema ecléctico, sin la
excesiva rigidez de la primera ni la excesiva incertidumbre de la segunda.
Por sana crítica el juez analiza la prueba ante todo mediante la reglas de correcto entendimiento humano,
con arreglo a la sana razón (lógica) y a un conocimiento experimental de las cosas (experiencia).Este sistema
de valoración donde prevalece en nuestra legislación y así lo regula el artículo 127 último párrafo del Código
Procesal Civil y Mercantil, los tribunales salvo texto de ley en contrario, apreciarán el mérito de las pruebas
de acuerdo con las reglas de la sana crítica.
LA PRUEBA EN PARTICULAR
Concepto
El medio de prueba de declaración de las partes o confesión en juicio: consiste en la actividad procesal por la
que una parte, bajo juramento, contesta a las preguntas (posiciones) que le formula la otra parte o el juez,
relativas a hechos personales de aquella, con el fin de conseguir certeza sobre los hechos controvertidos en el
proceso. Puede realizarse, ya sea en el período de prueba o en otros momentos y de otras formas: como prueba
anticipada (Art. 98 del CPCyM).
No son verdaderos medios de prueba: a) la confesión sin posiciones regulado en el art. 141 CPCYM, porque se
trata de fijar esos hechos como no controvertidos y, por tanto no es necesario probarlos; b) La confesión del
deudor prestada judicialmente, así como la confesión ficta cuando hubiere principio de prueba por escrito, art.
327, inciso 2º., del CPCYM, porque en esos se trata de formar título ejecutivo .
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El absolvente o confesante debe tener la condición de parte. Puede pedirse la confesión del demandado rebelde,
ha de tener capacidad para el ejercicio de los derechos, en los términos del art. 8 del Código Civil o del art. 44 del
CPCYM.
Personas físicas
Estamos ante un acto que debe realizarse personalmente por la parte, en cuanto el que proponga el medio de
prueba así lo exija o cuando el apoderado ignore los hechos (art. 132, párrafo 1º. CPCyM).
Confesión por representante legal de menores e incapaces. Art. 132, párrafo 5º CPCyM )
La confesión versará únicamente sobre los actos que el representante haya realizado en nombre del menor o del
incapacitado, no sobre los hechos que el representante hubiere realizado en nombre propio. La referencia a los
mayores de dieciséis años se explica habida cuenta de lo dispuesto en el art. 303 del Código Civil.
El art. 132, párrafo 2º. , permite articular posiciones al mandatario que tenga cláusula especial para absolverlas,
o cuando se refieran a hechos ejecutados por él en el ejercicio del mandato, y esta disposición debe interpretarse
de él en el ejercicio del mandato, y disposición debe interpretarse desde dos perspectivas distintas:
1) Ha de admitirse que preste confesión el mandatario voluntario que viene actuando como tal de modo
permanente.
Si los actos de la relación jurídico material fueron realizados por el mandatario lo lógico es que sea él quien
preste la declaración de parte o confesión.
2) Por el contrario, si los hechos sobre los que versa la confesión han sido realizados por la parte
personalmente, no parece admisible que preste el mandatario, aunque tenga cláusula de absolver
posiciones.
En los supuestos de sustitución procesal del art. 49 del CPCYM, la verdadera parte es el sustituto, no el
sustituido, pues aquel actúa en nombre propio, de modo que teóricamente debería confesar el sustituido; esto,
sin embargo, conduciría en la práctica a la inutilidad pues al sustituto difícilmente puede hacerle posiciones
relativas a hechos personales. Por otro lado, la confesión del sustituido comportaría confesar quien no es parte,
pero si se le citara como testigo declararía como tercero el verdadero titular de la relación jurídica material
debatida. Ante estas contradicciones debe estarse a la regla general de que confiesan las partes, aunque sea
poco razonable: el sustituido declarará en todo caso como testigo.
No tiene dudas la admisión de la confesión pedida al interviniente litisconsorcial, en cuanto éste, al intervenir, se
convierte en parte con la plenitud de la condición. Las dudas se han expresado respecto del interviniente
adhesivo, y aun puede decirse que la doctrina se manifiesta en contra. Con todo ello si, como va reconociéndose
paulatinamente, este interviniente tiene que ser parte, la conclusión es que puede confesar.
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Es éste el problema más importante en la práctica y se deriva, primero, de que el art. 130, párrafo 1º. Se refiere a
pedir la confesión del litigante contrario y, después, de que el mismo sistema del CPCYM parece estar
presuponiendo la misma conclusión, lo que ha llevado a la doctrina a debatir la cuestión sin alcanzar un
resultado unánime. Para lograr esa solución pudiera ser conveniente distinguir:
1º.) Supuestos de acumulación: Cuando estamos ante una acumulación objetiva o subjetiva de pretensiones,
dado que en la misma existen tantos procesos como pretensiones, nada impide que quien sea parte en una de
esos procesos pero no en otro pueda declarar en éste como testigo. En la acumulación no se está realmente ante
un caso de codemandados.
2º.) Supuesto de proceso único con pluralidad de partes: cuando existe un único proceso con pluralidad de
demandados no puede llegarse a una solución única, sino que debe atenderse a las posturas que con relación al
contenido de la sentencia defienden los codemandados.
Nos parece claro que cuando son varios los demandados y defienden una misma postura material y procesal, que
puede llegar incluso a unificar la personería (art. 46), no debe admitirse que uno pida la confesión del otro. Sin
embargo, cuando a pesar de ser litisconsortes sostienen posturas contrarias o no le interesa la declaración en
juicio, dado que éste sólo puede confesar y no testificar, ha de admitirse la confesión del codemandado.
Personas jurídicas
La confesión de las personas jurídicas presenta aspectos de muy distinta consideración que la de las personas
físicas, tanto que si teóricamente puede decirse que todo está resuelto en el Código, prácticamente hay que
reconocer que todo está por resolver. El art. 132, párrafo 4º., se limita a decir que si se pidiere que absuelva
posiciones una persona jurídica cuya representación legal la tengan varias personas físicas, dicha entidad
designará a la que deba contestarlas.
Teóricamente no parece haber dudas de que estas personas deben confesar por el órgano persona física (el
representante) que, conforme a la ley y a sus estatutos, tenga competencia para ello, que será quien el CPCYM
llama su representante legal, pero prácticamente las cosas se presentan de modo muchos más complejos, tanto
que las soluciones doctrinales son de distintos contenidos:
a) No será claro si las personas jurídicas privadas pueden confesar por medio de representante designado
específicamente para la confesión por el órgano persona física que conforma la voluntad de aquélla (el
llamado representante legal o necesario).
Por un lado parece razonable, sobre todo tratándose de grandes empresas, que no tenga que comparecer
siempre el mismo órgano persona física (su representante legal o necesario), entre otras cosas porque no tendrá
conocimiento de todos los hechos sobre los que puede preguntársele (de todas las relaciones jurídicas materiales
en las que ha intervenido la gran empresa). Pero, por otro, no parece admisible que las mismas grandes
empresas concedan la facultad de confesar a personas físicas que no son órgano ordinario de la jurídica, entre
otras cosas porque ello puede conducir a la inutilidad de la confesión.
b) Tampoco está claro que debe hacerse cuando, pedida la confesión de una persona jurídica, comparece
su órgano persona física y contesta a todas o la mayor parte de las posiciones diciendo que no tiene
conocimiento de los hechos. Para evitar la inutilidad de la confesión puede acudirse a dos posibles
soluciones:
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1º.) Que la parte proponente de la prueba de confesión manifieste expresamente que ésta debe prestarla quien
intervino en los hechos por la persona jurídica y que el juez cite a declarar precisamente a esta persona física.
2º.) Que la parte proponente se limite a pedir la confesión judicial de la persona jurídica y que si por ésta
comparece una persona física que contesta a las posiciones manifestando no tener conocimiento de los hechos,
el juez la aperciba de tenerla por confesa, de conformidad con el art. 135 CPCyM.
Hasta el Decreto Ley 126-83, el Estado cuando era parte en un proceso y así pedía la parte contraria, debía
declarar o confesar como todas las partes. Pero esto cambió con la norma dicha, la cual se refería a “cualquier
clase de proceso judicial”. Como esto pareció insuficiente, al no comprenderse por ejemplo las pruebas
anticipadas, un nuevo Decreto Ley, el 70-84, modificó el art 1º. Del anterior, de modo que en la actualidad en
cualquier clase de asuntos o diligencias judiciales la prueba de la declaración de parte o confesión del Estado, de
alguno de sus organismos, o de sus instituciones descentralizadas, autónomas o semiautónomas, se realiza por
escrito y por vía de conforme. Con ese fin:
2) El juez lo calificará y lo remitirá con oficio al representante legal de la institución de que se trate y fijado
plazo que no podrá ser menor de ocho días ni mayor de quince, contados a partir de la fecha en que
reciba el interrogatorio la autoridad o funcionario correspondiente.
3) En el plazo fijado se contestará el interrogatorio como informe por escrito, con la firma y sello de la
entidad.
4) Los tribunales en ningún caso podrán declarar confeso al Estado y las entidades dichas, aunque se
produzca la rebeldía del representante legal, teniendo éste la obligación de rendir el informe bajo su
responsabilidad personal.
El dicho representante legal que omitiere rendir la declaración por vía de informe, dentro del plazo indicado,
será sancionado como responsable del delito de incumplimiento de deberes y sancionado conforme a lo
prescrito en el art. 419 del Código Penal. A este efecto el tribunal certificará lo conducente remitiéndolo al
Ministerio Público.
Siguiendo el sistema de no imponer verdaderas obligaciones, sino cargas procesales, es decir, imperativos del
interés propio, el CPCYM impone cuatro de ellas a la parte a la que la contraria le pidió confesión en juicio. El no
levantar o liberarse de alguna de estas cargas puede suponer ficta confessio.
a) Comparecer
Admitida la prueba de confesión se citará personalmente a la parte para que comparezca ante juez competente,
bajo apercibimiento de que si dejare de comparecer sin justa causa será tenido por confeso a solicitud de parte
(art. 131, párrafo 1º.)
La necesidad de comparecer ante juez que está tramitando el proceso y precisamente en el local donde está
ubicado el tribunal, existen tres excepciones:
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1ª.) Si el que debe absolver las posiciones estuviere fuera del lugar del juicio, el juez comisionará para la práctica
de la diligencia respectiva al tribunal correspondiente, acompañado la plica con el pliego de posiciones (art. 132,
párrafo último).
2ª.) En el caso de enfermedad legalmente comprobada del que debe declarar, el tribunal se trasladará al
domicilio o lugar en que se encuentre donde se efectuará la diligencia a presencia de la otra parte, si asistiere,
siempre que el estado del enfermo le permita declarar, a juicio del juez. La enfermedad deberá justificarse con
dos horas de antelación a la señalada para la práctica de la diligencia (art, 138, párrafos 1º. Y 2º. ).
3º.) Si la enfermedad fuere repentina y, por tanto, imposible de justificar con dos horas de antelación a la
diligencia, el impedimento de comparecer deberá alegarse antes de que el juez haga la declaración de confeso
(arts. 132, párrafo 2º, y 138, párrafo 2º.). En este casi puede pedirse que celebre nueva diligencia (como se
deduce del art. 134, párrafo último).
b) Jurar
Antes de que se inicie la confesión propiamente dicha, el confesante ha de prestar juramento con arreglo a la
siguiente fórmula sacramental: “¿Prometéis, bajo juramento, decir la verdad en lo que fuereis preguntado?”, a lo
que el confesante contestará: “Si bajo juramento, prometo decir la verdad”.
Aunque el CPCYM no prevé expresamente el supuesto de que la parte se niegue a jurar, debe entenderse que el
negarse a jurar es lo mismo que negarse a declarar, por lo que se el declarante persiste en su negativa, el juez lo
tendrá por confeso.
En otros ordenamientos se admite que la parte jure (poner a Dios por testigo de la verdad de lo que afirme) o
que prometa (formula no religiosa en la que compromete su honor) y, a pesar de la fórmula sacramental del art.
134, deberá entenderse en el nuestro que los que se nieguen a jurar por motivos religiosos, podrían usar la
fórmula admitida en su religión.
c) Contestar
El confesante debe ir respondiendo a cada una de las posiciones que se le formulen, y si se negare a contestar
deberá ser tenido por confeso. El art. 135 alude a cómo deben ser las respuestas, pero hay un paso previo, el de
negarse a contestar, al cual debe ir unida la declaración de confeso.
Dado que las posiciones o preguntas tiene que ser afirmativas, las respuestas han de ser categóricas, esto es,
afirmarán o negarán lo preguntado, aunque quepa agregar las explicaciones que el confesante estime
convenientes o que el juez le pida. Lo que importa es que si las respuestas fueren evasivas, el juez tendrá por
confeso, si persistiera el su negativa (art. 135, párrafo 1º.).
Los párrafos 2º. Y 3º. Del art. 135 ponen de manifiesto que la confesión es un acto personalísimo de la parte, por
cuanto que:
1º.) El declarante responderá oralmente las preguntas. Aunque puede asistir a la diligencia los demás litigantes y
sus abogados, le está prohibido hacer declaraciones al declarante, y se limitarán a reclamar contra las
ilegalidades que observen y a pedir al juez que aclare la pregunta cuando fuere confusa. El abogado que de
cualquier manera sugiera las respuestas o haga indicaciones al absolvente, será expulsado del despacho del juez.
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2º.) El absolvente no podrá valerse de ningún borrador de respuestas, pero se le permitirá que consulte en el
acto, apuntes o simples notas, cuando a juicio del juez y previa calificación, sean necesarios para auxiliar la
memoria.
El no levantar o liberarse de alguna de estas cargas puede llevar a la misma conclusión: la parte será tenida por
confesa.
Debe tenerse en cuenta, además, que es posible que el declarante en sus respuestas se refiera a la constancia de
sus libros, y en este caso caben dos posibilidades, según el art. 127, párrafo último:
1º.) Que el que hubiere articulado las posiciones pida que las constancias de los libros se tengan como parte de
las respuestas.
2º.) Que el mismo articulante pida que se dé un plazo prudencial al declarante para que conteste después de
haberlos consultado.
e) Decir verdad
Los ordenamientos jurídicos están divididos a la hora de considerar perjurio el faltar a la verdad en la declaración
de parte, pero el nuestro se ha decidido por la solución afirmativa. Por eso el juez advertirá a la parte, después
que haya jurado, de la pena relativa al perjurio (art. 134, párrafo 2º.), lo que supone remitirse al art. 459 del
Código Penal.
Requisitos objetivos
En la concepción del CPCYM la confesión no se resuelve ni en una información por la parte de los hechos de que
tenga conocimiento, ni en un verdadero libre interrogatorio, de los que se desprenden que la confesión no sirve
para descubrir hechos, sino que la parte conteste positiva o negativamente a las preguntas afirmativas que se le
hacen.
Esto condiciona todo el medio de prueba y lo hace inoperante, carente de verdadera utilidad, pues en la forma
como aparece regulado, y con los vicios de la práctica, no se trata con él aclarar los hechos dudosos o inciertos,
sino que se ha convertido en una “trampa” en el proceso, con la que se busca simplemente vencer a la parte
contraria.
Pliego de posiciones
Decía la partida III, XII, que las preguntas que se pueden hacer a las partes en el juicio se llama en latín
positiones, y de ahí proviene la palabra que todavía utiliza el art. 133 del CPCYM. Las posiciones son, pues, las
preguntas y el pliego de posiciones el documento o papel escrito que contiene la totalidad de las mismas. Pero
importa aquí destacar:
a) Las preguntas se formulan por escrito, esto es, no existen un interrogatorio libre del confesante, sino
que la parte que propone el medio de prueba tendrá que presentar el pliego de posiciones, es decir, una
hoja de papel con todas las preguntas que desea se le hagan al confesante.
b) Las preguntas tienen que versar sobre hechos, no sobre cuestiones jurídicas, ni sobre juicios de valor.
Los hechos, además, han de ser controvertidos en el proceso (art. 133, párrafo 2º.), relevantes y que no
hayan sido ya objeto de una confesión anterior (art. 130, párrafo 3º.).
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c) Han de formularse con claridad y precisión (art. 133, párrafo 1º. Lo que supone que cada pregunta ha de
referirse a un hecho, sin que en la misma se mezclen varios extremos, para que pueda ser contestada de
modo afirmativo o negativo. Dos hechos pueden comprenderse en una misma posición o pregunta, sólo
cuando estén íntimamente relacionados (art. 133, párrafo 2º.).
d) Las preguntas han de formularse en sentido afirmativo (art. 133, párrafo 1º.), con lo que se manifiesta
claramente que no estamos ante un verdadero interrogatorio; el confesante ha de manifestar
simplemente si asevera o si niega esa afirmación, y por eso las respuestas deberán ser afirmativas o
negativas (art. 135, párrafo 1º.).
e) El sentido afirmativo de las preguntas se exige, en la práctica, con sentido tan ritual o formalista que
algunos jueces llegan a descalificar algunas preguntas sólo porque en ellas aparezca el adverbio “no”.
Hay, pues, ocasiones en que se descalifica la pregunta formulada de esta manera: “Diga si es cierto que usted no
ha pagado cantidad alguna del préstamo”; la pregunta se tiene que redactar de esta forma: “Diga si es cierto que
usted ha dejado de cumplir con sus obligaciones de pagar”, o “Diga si es cierto que usted hasta ahora se ha
abstenido de pagar”.
Esta forma de preguntar por escrito y afirmativamente se altera únicamente ante cuatro posibilidades:
1º.) Cabe que el abogado de la parte que propone el medio de prueba, a la vista de las respuestas, pida al juez, y
que éste acuerde incluso de oficio, que el confesante dé explicaciones, esto es, aclare o matice la respuesta,
pero sin proponer nuevas posiciones (art. 135, párrafo 1º.).
2º.) El tribunal puede libremente pedir a las partes las explicaciones conducentes al esclarecimiento de los
hechos y circunstancias motivo de la declaración (art. 136, párrafo 3º.).
3º.) La parte que promovió la prueba puede presentar otras preguntas, que el juez calificará antes de dirigirlas al
absolvente en la misma diligencia (art. 136, párrafo 1º.), y habrá que entender que esas nuevas preguntas han de
poder ser formuladas oralmente, sin necesidad de escrito.
Se admite también cierta contra confesión, pues absueltas las posiciones, el absolvente tiene derecho a, su vez,
de dirigir otras preguntas al articulante, a cuyo fin puede exigir, con veinticuatro horas de anticipación cuando
menos a la fecha señalada por la diligencia, que éste se halle presente. Y la diligencia no se llevará a cabo si no
compareciere el articulante y sí lo pidiere el absolvente.
Por estas cuatro excepciones a las preguntas formuladas por escrito puede caber que la declaración de parte se
convierta en algo vivo, en algo parecido a un interrogatorio libre, no aprisionado por el corsé del pliego de
posiciones.
Es elemental que la parte que ha de confesar no puede tener conocimiento previo de las preguntas que se le van
a hacer, y por lo mismo el CPCYM prevé varios medios de garantizar el secreto:
b) Por ser un acto personal de la parte proponente, el pliego deberá ir firmado por ella o,
en su caso, por su representante legal.
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c) El pliego de posiciones ha de presentarse en plica, es decir en sobre cerrado, el cual
quedará bajo reserva en la secretaría del tribunal (art 131, párrafo 1º., in fine).
d) La plica la abrirá el juez después de que el confesante haya prestado juramento (art.
134, párrafo 3º.).
e) Si el que ha de absolver posiciones estuviere fuera del lugar del juicio, se enviará al
juez comisionado la plica (se entiende siempre cerrada) (art. 132, párrafo último).
g) Si no comparecieren todos los citados, la diligencia podrá llevarse a cabo con los que
concurran, si lo pidiere el articulante, quien podrá solicitar nueva diligencia para que aclaren los que
hayan justificado su inasistencia, presentando nuevo interrogatorio en plica (art. 134, párrafo último).
Todos estos medios de garantizar la reserva del pliego de posiciones, antes de que se abra la plica en el inicio de
la diligencia, deben ser garantizados por el juez.
Según el art. 133, párrafo 1º. , las posiciones versarán sobre hechos personales del absolvente y sobre el
conocimiento de un hecho, con lo que está distinguiendo entre:
a) Hechos personales
Un hecho es personal cuando ha sido ejecutado precisamente por la persona que declare, cuando en ese hecho
(en realidad, acto) el confesante es autor del mismo. Es en este caso adquiere verdadero sentido el valor
probatorio legal del medio de prueba.
b) Conocimiento de un hecho
Por el contrario, se tiene conocimiento de un hecho cuando, no habiendo sido realizado por el absolvente, éste
ha adquirido conocimiento del mismo de cualquier modo distinto a su realización personal. En este caso no tiene
verdadero sentido que al medio de prueba se le atribuya valor legal.
En otros ordenamientos procesales, en los que se ha comprendido mejor la distinción entre hechos personales y
hechos de conocimiento, como es el caso del español, la distinción comporta que:
1º.) El juez no puede dejar de admitir una pregunta porque se refiera a hechos no personales del que confiesa,
pero el confesante puede negarse a contestarla sin que quepa tenerlo por confeso.
2º.) Si el absolvente contesta a la pregunta relativa a hechos no personales, la confesión no tendrá validez en
este extremo concreto, lo que significa, no que sea parcialmente nula, sino simplemente que no produce el
efecto de prueba legal, por lo que se valorará insistimos en ese extremo, conforme a la sana crítica.
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a) Ofrecimiento
Dice el art. 130, párrafo 1º. Que cuando lo pidiere el contrario, todo litigante está obligado (en realidad, es una
carga) a declarar, bajo juramento, en cualquier estado de juicio en primera instancia y hasta el día anterior de la
vista, sin que por esto se suspenda el curso del proceso, con lo que se está admitiendo que la prueba de
declaración de la parte puede ofrecerse, durante la primera instancia, “en cualquier estado del juicio”. La única
limitación proviene de que, como dice el párrafo 3º., a la misma parte no pude pedirse más que una vez
posiciones sobre los mismos hechos.
En el escrito de proposiciones debe indicarse el nombre de la parte de la que se pide confesión. En el mismo
escrito debe mencionarse bien que se adjunta el pliego de posiciones en plica (sobre cerrado), pues si no el juez
no lo admitirá.
b) Admisión
En los artículos del Código destinados a la regulación de la confesión, no hay mención expresa de la resolución en
que debe admitirse o denegarse el medio de prueba, sino que se alude sin más a la citación, indicando que para
que pueda hacerse la misma es necesario que se haya presentado la plica que contenga el pliego de posiciones
(art. 131, párrafo 1º.), por lo que para la admisión debe estarse a la norma general del art. 123, relativa a que
existan hechos controvertidos, que se especifica en el art. 133, párrafo 3º. Al exigir que las preguntas han de
referirse a hechos controvertidos.
3) Con el apercibimiento de que se dejare de comparecer sin justa causa será tenido por
confeso, a solicitud de parte.
c) Práctica
Comparecido el confesante el día y hora señalados, la práctica del medio de prueba requiere dar los siguientes
pasos:
2) El jue abrirá la plica y calificará las preguntas dirigiéndose las que resulten admisibles
(art. 134, párrafo 3º.).
4) Por último, cabe la posibilidad de preguntas adicionales, a las que se refiere el art.
136.
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A pesar de esta última posibilidad el acto sigue siendo ritual, partiendo de unas preguntas formuladas por
escrito y con una serie de apercibimientos que debe hacer el juez al absolvente por poder declararlo, en su
caso, confeso.
d) Documentación
De cada una de las declaraciones de parte se levantará la correspondiente acta, en la que se hará contar, dice el
art. 137:
Dado que las preguntas constan en el pliego de posiciones, se dice expresamente que en el acta no será
necesario insertar las preguntas, sino sólo las respuestas.
4) Las firmas de los que intervienen en la diligencia, al final y en el margen de las hojas
anteriores a la última, después de haber leído por sí mismos, si quisieron hacerlo, o de que era leída por
el secretario. Si alguno de los intervinientes no quisiere o no supiere firmar se hará constar esta
circunstancia.
Después de leída el acta y antes de la firma es posible que el absolvente quiera agregar o rectificar algo, y el juez
decidirá lo que procederá hacer de las rectificaciones. Una vez firmadas las declaraciones no pueden variarse ni
en la sustancia ni en la redacción.
En el capítulo anterior ya adelantamos que el art. 139 del CPCYM contiene una regla legal de valoración de la
prueba de confesión o declaración de la parte, y ahora hay que insistir en ello, pero hay que hacerlo suscitando
toda una serie de cuestiones.
El CPCYM parece, de entrada, que en el art. 139 está dictando una norma especial de valoración de la prueba
respecto de la norma general contenida en el art. 127, párrafo 3º. Si en éste se dice que, “salvo texto de ley en
contrario”, las pruebas se valoran conforme a las reglas de la sana crítica, el art. 139 lo que está diciendo que
este es uno de los casos en que existe texto de ley en contrario.
Partiendo de que estamos ante una norma especial de valoración de la prueba, debe tenerse en cuenta:
Esta supone la admisión por una persona de hechos y aún de obligaciones fuera de la presencia judicial, e incluso
sin estar pendiente proceso, y la misma no puede ser considerado como un medio de prueba, sino que se trata
de un hecho que habrá de ser probado en el proceso. Este sería el caso, por ejemplo, de que una persona
reconociera ante testigos que adeuda cierta cantidad de dinero a otra persona; la existencia de ese hecho sería
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objeto de la prueba a practicar en el posterior proceso en el que el acreedor demandara al deudor por eso
cantidad de dinero.
Cuando el art. 139, párrafo 3º. , dice que la confesión extrajudicial sólo se tiene como principio de prueba, se
está refiriendo a la confesión extrajudicial que consta por cierto, la cual puede ser la base de la confesión ficta a
que se refiere el art. 327, inciso 2º. , al disponer que es título ejecutivo para el juicio ejecutivo la confesión ficta
cuando hubiese principio de prueba por escrito. Si la confesión no se ha prestado por escrito, no pasa de ser un
hecho que ha de probarse en el proceso.
Sin embargo, el propio CPCYM concede el mismo valor probatorio a declaraciones de la parte que no se han
prestado en la forma regulada para el medio de prueba, como son:
La atribución de valor legal probatorio a esas aserciones es completamente lógico, pero no lo es que a esas
aserciones que la parte en el pliego de posiciones supondrán que la parte admite implícitamente la verdad de la
misma, con lo que se estará ante hechos admitidos, y otra muy distinta que se concluya que se trata de
confesión. Baste para advertir la diferencia, que la confesión se hace bajo juramento, y las aserciones del pliego
de posiciones sin él, con las consecuencias penales que ello implica.
2) A la admisión de hechos que las partes hagan en la demanda o en otro estado del
proceso, el art. 140 las llama confesión.
Esa admisión de hechos evidentemente no se ha efectuado como medio de prueba y con las garantías previstas
en los art. 130 y siguientes. Estamos aquí, otra vez, ante admisiones de hechos distintas de la confesión, que
deberán tener tratamiento distinto. Por lo mismo, la confusión ha llevado a que de esas admisiones de hechos
pueda pedirse a ratificación, estimando que si ésta se produce la confesión queda perfecta, e incluso con la
posibilidad de que dicha confesión sea ficta.
En estos dos supuestos es obvio que el CPCYM parte de confundir admisiones de hechos con confesión. Una cosa
es que la arte, cualquiera de ellas y en cualquier acto procesal, afirme, reconozca o admita un hecho como cierto,
con lo que normalmente se tratará de que ese hecho se convierte en no controvertido y, por lo mismo, en no
necesitado de prueba, y otra muy distinta la prueba que ha de recaer precisamente sobre los hechos
controvertidos. Si una parte afirma un hecho y la contraria lo admite como cierto, no puede decirse que exista
confesión, ni como actividad probatoria ni como resultado de esa actividad, sino que se está sólo ante la
conformidad de las dos partes sobre la existencia de ese hecho, por lo que sobre el mismo no será necesario
practicar prueba.
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5) A los hechos que son perjudiciales para esa parte. Esto supone que el valor legal no se
refiere a las posiciones que atiendan al conocimiento de un hecho.
Esta es una clara manifestación de que el legislador guatemalteco, como el legislador de la mayoría de los países,
empezando por el español, no ha sido consciente de que estaba sumando cosas tan heterogéneas como el
juramento y la confesión medievales. El juramento, si se admite como tal debe probar en lo que favorece y en lo
que perjudica al que jura, y ello porque el mismo no se refiere a los hechos propiamente dichos, sino a las
relaciones jurídicas. No se jura un hecho sino que se jura ser deudor de una persona y por una cantidad. La
confesión sí se refiere a hechos y su valor probatorio se ciñe a los hechos personales y a los hechos perjudiciales.
En el art. 139, párrafo 1º. , dice sólo la confesión prestada legalmente produce prueba plena, lo que se
corresponde con la lógica del juramento, pero si luego se añade que esa prueba se refiere únicamente a los
hechos personales y perjudiciales, se está admitiendo que lo regulado realmente en el CPCYM no es el juramento
sino la confesión, y ello a pesar de que la declaración de parte se preste con juramento.
c) Cuando el art. 139, párrafo 2º. , dice que el declarado confeso puede rendir prueba en
contrario, está diciendo la mitad de lo que debería ser la pretensión del actor, el juez debe dictar
sentencia necesariamente condenando al demandado.
Esta segunda interpretación se corresponde con la concepción que ve en la declaración de parte el viejo
juramento del derecho medieval, mientras que la primera asume que la declaración de parte es sólo la vieja
confesión. La primera interpretación, la de la sentencia de acuerdo con el derecho aplicable, está reconociendo
que una cosa es la conformidad del demandado con los hechos afirmados por el actor en su demanda, como
causa de pedir de la prestación, y otra distinta el allanamiento del demandado, pues es perfectamente posible
que las partes estén de acuerdo con los hechos y debatan sólo sobre la aplicación del derecho. La segunda
interpretación está confundiendo admisión de hechos con allanamiento.
Por otro lado llama la atención que el art. 140 aluda sólo al demandado que confiesa los hechos que
fundamentan la pretensión del actor, y no atiende al caso inverso, es decir, al actor que confiesa lo hechos que
fundamentan la oposición o resistencia del demandado. Si la confesión pueden prestarla las dos partes en el
proceso, no acaba de comprenderse por qué el CPCYM se refiere sólo a la confesión del demandado y no incluya
la del actor.
Todo radica, como venimos diciendo e insistimos en ello, en que el Código está mezclando el juramento con la
confesión, y da lugar a una declaración de parte con juramento, a la que invierte en prueba legal. A partir de ahí
la confusión le lleva a desconocer que el proceso no termina porque una parte confiese hechos, sino que es
necesario que el juez pase a dictar la sentencia, la que corresponda atendida la aplicación del derecho que a él
corresponde.
De la misma manera como puede existir un proceso sin que se practique prueba en el mismo, porque se trata de
una cuestión sólo jurídica, cabe que lo confesados por una parte los hechos afirmados por la contraria, y
habiendo dejado la prueba de ser innecesaria, se pase a dictar sentencia, la que corresponda según la aplicación
del derecho que debe hacer el juez.
Si en la declaración de parte se han mezclado el juramento y la confesión, lo aconsejable para el futuro sería
distinguirlos. Admitir el juramento, si así se estima conveniente, pero dejando clara que es modo de terminar el
proceso, y regular el interrogatorio libre de la parte, como medio de prueba, y esté valorando conforme a la sana
crítica.
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DECLARACIÓN DE TESTIGOS.
Testigo: Es aquella persona física, tercero en un proceso determinado, que declara sobre hechos acerca de los
cuales ha tenido conocimiento anterior y lo hace en la forma prevista por la ley.
Solo persona física. No es parte dentro del juicio. Es imparcial. Es casual. Declara sobre lo percibido por sus
sentidos. Conocimiento histórico. Declara sobre hechos pasados, hechos presentes sería mejor un
reconocimiento judicial. Hechos extraprocesales, es decir hechos que están fuera del proceso, pero está siendo
controvertidos dentro del proceso.
Testigo-Perito. Persona que declara como testigo pero con conocimientos técnicos sobre el hecho. Tiene más
valor.
Excepción de la obligación de declarar como testigo: Deber de guardar secreto (Art. 142 párrafo 2º 223 del
Código Penal, 201 de la LOj, 2033 del CC.
Persona que declara ante un Notario sobre hechos que le consta, no es una declaración testimonial.
Casos en los que queda excluido la declaración de testigos, en los casos siguientes: a) para declarar la paternidad
221 del CC. B) La obligación para otorgar escritura pública 1576 párrafo 2º. Del CC. Y C) convenio por escrito en
casos de mejoras en el arrendamiento.
Causas de inhabilidad. A) Natural: 143 del CPCyM no pueden declarar menores de dieciséis años. B) Legal: 144
del CPCyM no pueden declarar parientes etc. En esos casos no se debe recibir la declaración. Se alega antes de la
declaración.
Tachas: (162 del CPCYM) únicamente previene al juez acerca de alguna circunstancia objetiva que haga dudar de
la imparcialidad del testigo. Se alega después de la declaración.
a) comparecer.
Excepciones: A) imposibilidad art. 155 CPCyM. B) Residencia del testigo 155. C) Agentes diplomáticos. D)
Presidentes del Organismo del Estado, Ministros, viceministros Secretarios, 154.
c) Declarar. Apremios contra quien no quiere declarar 142 CPCyM. 178 LOJ. Puede haber delito de
Desobediencia 414 del CP. Falta 496 inciso 3º del CP.
d) Decir verdad.
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DICTAMEN DE EXPERTOS.
Objeto:
A) HECHOS. Verificar afirmaciones de hecho de las partes. Ej: determinar la superficie de un inmueble;
composición física o química de un objeto, la calidad de un producto, el estado de un edificio, la salud de una
persona.
Estos hechos deben ser afirmados por alguna de las partes, negados por la otra. Que sean relevantes y
pertinentes al conflicto. Que el juez carezcan de los conocimientos básicos para verificarlos directamente.
Conocimientos técnicos, científicos, artísticos o prácticos propios de un oficio.
También para determinar causas o efectos de estos hechos o fenómenos.
Hay riesgo que el experto sustituya al juez. Este riesgo crece en la medida que se tecnifican las relaciones
jurídicas y los conocimientos del juez se tornan insuficientes. “usurpación del poder judicial por los peritos”.
B) MAXIMAS DE LA EXPERIENCIA. No es común. Consiste en solo proporcionar al juez las reglas o principios
técnicos para que sea el juez aprecie los hechos.
Naturaleza jurídica.
En nuestro CPCyM regulado como un medio de prueba. Se ha considerado el perito como auxiliar del juez,
fungiendo como un asesor.
Actividad probatoria: tiende a obtener certeza de los hechos. Labor verificadora y no investigadora.
Actividad necesaria: En los códigos modernos, el juez puede de oficio ordenar el dictamen de experto. En el
nuestro no se puede. ¿Qué pasa si el juez tiene los conocimientos técnicos y científicos y las partes piden el D.E.?
R/ Se debe admitir. Se debe tomar en cuenta la pertinencia y utilidad de la prueba. Juez que decide sobre la
prueba puede no ser el juez que ha dictar sentencia. Los conocimientos privados del juez no han de tener los
magistrados que conocerán en apelación. El Juez puede usar sus conocimientos al momento de valorar la
prueba.
Experto. Cualificación técnica según la materia. Excepto la pericia jurídica. Salvo normas especializadas es posible
nombrar un experto para probar la existencia de la misma.
Persona física. También instituciones y personas jurídicas EJ. Empresas de auditoría. Firman los técnicos y con el
visto bueno de los gerentes.
Capacidad.
Imparcialidad y garantías. Excusa o recusación (133 LOJ 166 CPCyM) causas 128 LOJ.
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Testigo y perito puede incurrir en falso testimonio. El experto además por daños y perjuicios.
Testigo responde oralmente las preguntas y experto rinde un dictamen por escrito.
DERECHOS Y DEBERES.
Entre el experto y las partes se da una relación jurídica.
Honorarios 171 CPCyM.
Responsabilidad civil y penal. Falso testimonio Art. 460 del CP. Daños y perjuicios 1645 del CC 168 CPCyM.
a) Cosa: que tenga materialidad y que pueden ser apreciadas por los sentidos.
b) Una situación.
c) personas (características físicas, aptitudes mentales y cualidades) examen corporal y psiquiátrico. Casos en
que resulta necesario 407 del CPCyM 173 párrafo 3º.
Proposición.
a) indicar el objeto sobre el cual se va a practicar, y en una situación determinada.
b) Indicar los hechos que se deben probar (establecer la pertinencia de la prueba)
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a) Cosa mueble no representativa. Debe ser trasladado a la sede judicial para el día y hora de la diligencia
señalada.
b) Cosa mueble representativa con forma no escrita de hechos o actos jurídicos (videos, películas, casetes,
radiografías, encefalogramas etc.
Admisión.
191 párrafo 2º. del CPCyM. Reconstrucción de un hecho.
Práctica del reconocimiento. Datos objetivos, se constata contando, midiendo, o pesando etc.
Datos subjetivos. Apreciaciones o deducciones o conclusiones que debe realizar el juez ¿Cuándo? A mi criterio
en el momento de analizar y valorar la prueba.
PRUEBA DE DOCUMENTOS.
(177 al 190 CPCyM)
Elementos:
a) Cosa mueble, por siglos ha sido el papel. Ahora puede ser una memoria, Disco Compacto. ¿Cuál es el soporte
físico del correo electrónico?
b) Contenido. La cosa que es el soporte del documento representa un hecho o acto jurídico.
Documentos dispositivos (contienen declaración de voluntad constitutiva) y documentos testimoniales
(contienen declaración de conocimiento o un simple acontecimiento)
c) Forma de la representación. ¿es únicamente escritura? O puede ser también la imagen o el sonido.
CLASES DE DOCUMENTOS.
Por su autor: públicos y privados.
Def. Documentos públicos (186 párrafo 1º. Del CPCyM)
Documentos privados: los que no son públicos.
Documentos suscritos por las partes (dispositivos)
Documentos realizados por una de las partes. Libros de contabilidad y de comercio.
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