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Resumen Primer Parcial

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Resumen - Primer parcial.

1. El proceso.

1.1 Concepto.
En primera instancia, podemos referir al proceso como la actuación de cierto
número de personas en los tribunales; partes, abogados y procuradores, jueces y
otros oficiales y particulares, se reúnen en lugares precisos, las sedes de los
tribunales; ya para actuar antes los jueces, para afirmar y tratar de obtener la
satisfacción jurídica de los derechos; ya como jueces, para ordenar esa actividad y
otorgar esa satisfacción requerida. El proceso puede ser oral o escrito. En esta
acepción se trata al proceso como un momento de la vida para la afirmación del
derecho, ante y por los tribunales.

Otra acepción es la que surge cuando por ejemplo leemos un Código, que nos
representa conductas de partes y de jueces; actos que se encadenan unos a otros y
que se orientan hacia una definición: normalmente hacia una sentencia o un acto de
ejecución (ej: un remate de bienes o el desalojo de inquilinos). En esa masa de
individuos intervinientes (actor, reo, peticionante, testigo, juez, actuario) se percibe
un cierto orden y finalidad. Surge así la noción de proceso como programa, como
coordinación de actos con la finalidad común de que se administre justicia.

No debe confundirse proceso con procedimiento, el proceso resulta ser un complejo


de actos, una sucesión de actos interdependientes, ligados a un efecto común, y
una relación jurídica. Solo el procedimiento es la coordinación, el orden y la
sucesión de los actos, pues el proceso se reduce a la mera suma de éstos.
Procedimiento es el nombre que designa a la realidad vital del conjunto de actos
jurisdiccionales, proceso es el que denomina a esas mismas realidades como
fenómeno profundo y total, cuando se capta que esos actos son la expresión y el
nexo de un conjunto de relaciones, que realizan funciones, que son canalizados por
estructuras, que transforman su objeto común.

Términos Significado

Proceso contencioso de conocimiento, litigio, causa y pleito. Proceso


Juicio contencioso (incluyendo al de ejecución) y proceso (incluyendo la
jurisdicción voluntaria).

Proceso Procedimiento jurisdiccional.

Resumen - Primer parcial. 1


El concepto de proceso es un concepto compuesto del género proceso y la
especificación correspondiente al proceso jurisdiccional. El proceso puede ser
conceptuado como la coordinación de causas que determinan un efecto común. Si
reemplazamos la noción de efecto por la de fin, el proceso es la coordinación de
actos jurídicos con un fin común. Sus elementos son actos, sus caracteres son la
pluralidad, coordinación y finalidad común, y el efecto no puede producirse sino por
la presencia de ciertos actos, sin cuya correlación a co-presencia de todos los
demás pierden sentido, porque el efecto no se produce o la finalidad no se alcanza.
Todo esto recalca la interdependencia característica en los procesos. El proceso
jurídico sería la sucesión de actos INTERDEPENDIENTES coordinados para la
obtención de la satisfacción jurídica mediante el ejercicio de la jurisdicción.
Este nuevo concepto presenta dos notas comunes con el concepto primario y el
genérico: una estructura y una finalidad propias. Los elementos se estructuran en la
interdependencia, la sucesión y la coordinación, en función de un fin.

Se engloba bajo el nombre de proceso toda actuación judicial o arbitral que


manifieste a la jurisdicción: tanto el proceso contencioso como el voluntario, el de
conocimiento y el de ejecución, y la modalidad cautelar de ambas.

1.2 Tipos de proceso. - Tarigo.


a. Proceso contencioso y proceso voluntario.

Según que el proceso tenga o no como objeto una contienda o litigio, estaremos en
presencia de un proceso contencioso o un proceso voluntario. El litigio consiste en
un conflicto intersubjetivo (entre sujetos) de intereses, calificado por una pretensión
resistida o insatisfecha, que se plantea ante el Juez o tribunal, y que éste debe
resolver.

Así como la presencia de litigio configura el proceso contencioso, su ausencia nos


enfrenta al proceso voluntario, donde no existe el litigio o la contienda. Según el art
402 del CGP, en todos los casos en que por así disponerlo la ley, se deba acudir
ante la jurisdicción para demostrar la existencia de actos que han producido o
pueden llegar a producir efectos jurídicos, sin causar perjuicio a terceros, estamos
ante un proceso voluntario.

b. Proceso principal y proceso accesorio.

Según que el proceso -tanto contencioso como voluntario- cumpla por sí mismo la
finalidad que le asigna el Derecho o, por el contrario, acceda a otro proceso,
tendremos un proceso principal o accesorio, igualmente contenciosos o voluntarios.

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El proceso ordinario de conocimiento es el ejemplo típico de proceso contencioso
principal, ya que agota su finalidad en sí mismo. El proceso sucesorio es un ejemplo
típico de proceso voluntario principal.

El proceso accesorio puede revestir distintas modalidades, como el proceso


incidental, el asegurativo y el cautelar. El proceso incidental es aquel proceso
accesorio que tiene por objeto o materia una cuestión distinta de la principal pero
conexa con ella; el proceso asegurativo es aquel proceso accesorio que tiene como
finalidad asegurar algún elemento -normalmente un medio de prueba- del proceso
principal. El proceso cautelar es aquel proceso accesorio, de carácter asegurativo.
que tiene como finalidad específica asegurar el resultado mismo del proceso
principal.
c. Proceso de conocimiento y proceso de ejecución.

Según que el proceso, tanto el contencioso como el voluntario, tienda a la formación


de un mandato o a la actuación/aplicación de un mandato, tendremos un proceso de
conocimiento o un proceso de ejecución. Se entiende por mandato el acto
decisorio del Juez o tribunal dotado de la eficacia imperativa y que se impone
con un grado variable de energía a sus destinarios.

Es voluntario de conocimiento el proceso sucesorio cuando no se procede a la


partición judicial, porque sólo se tiende a la formación de una resolución que
satisfaga el interés a protegerse y que no requiere acto alguno de ejecución. Es
proceso voluntario de ejecución el proceso de partición judicial, porque se busca
actuar o aplicar la resolución obtenida mediante la asignación a cada heredero de
los bienes del causante que conforman su cuota hereditaria.
d. Proceso singular y proceso colectivo.

La singularidad o universalidad en el objeto del proceso se refieren, en el proceso


contencioso, a la singularidad o universalidad del litigio. El proceso contencioso será
singular cuando su objeto la constituya un litigio o algunos litigios determinados;
será universal cuando su objeto sea una pluralidad de litigios. Es un proceso
singular cuando A demanda a B por incumplimiento de contrato de compraventa, es
un proceso universal la quiebra del deudor comerciante o el concurso del deudor
civil cuando la quiebra o el concurso se solicitan por los acreedores.

En el proceso voluntario la singularidad o universalidad se refieren al interés o


intereses protegidos mediante el proceso. Cuando el objeto del proceso sea un
interés o varios intereses determinados, tendremos un proceso voluntario singular.
Cuando el objeto del proceso sea una colectividad o universalidad de intereses
tendremos un proceso voluntario colectivo o universal. Ejemplo de proceso

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voluntario singular es el divorcio por mutuo consentimiento, en el caso universal un
ejemplo es el concurso de acreedores cuando él es solicitado por el deudor común.

e. Proceso civil, penal, de familia, laboral, contencioso administrativo,


internacional.

1.3 Objeto del proceso.


Según Arlas, el objeto es el tema en el que se centra el proceso. Este objeto puede
ser un litigio, en los procesos contenciosos, o un interés que debe protegerse
mediante un proceso jurisdiccional (específicamente voluntario).
El conflicto es presentado en la pretensión. Ésta es una declaración de voluntad por
la cual una persona reclama a otra, ante un tercero (juez/tribunal) que las ordena,
con una petición fundada de ciertos hechos. Tal pretensión debe ser resistida por
otro sujeto, o al menos insatisfecha.

Para Barrios el objeto es aquello que se encuentra sometido a la actividad o eficacia


del proceso. Es el tema que va a ser tratado, afectado o modificado en el proceso
jurisdiccional. Se resume en el problema planteado por el interesado, que consiste
en una insatisfacción jurídica. Dice que el objeto no puede vincularse con un litigio,
pues antes de iniciar un proceso siempre hay un interés protegido y otro que no lo
está.

Para Carneluti el objeto del proceso es el litigio (conflicto intersubjetivo de intereses)


o un simple interés para cuya protección se necesita el proceso jurisdiccional.

1.4 Finalidad del proceso.


Para Arlas la finalidad es aquello que se persigue con el proceso. En éste no se
persigue lo que una persona concreta podría perseguir, sino que es lo que el
Derecho interpreta que perseguimos. Para el Derecho la finalidad es variable:
solucionar el litigio en el proceso contenciosos y determinar si corresponde hacer
lugar a la solicitud de protección del simple interés en los casos de procesos
voluntarios.
Para Barrios, la finalidad del proceso se trata de eliminar la insatisfacción jurídica,
no diferenciando entre el proceso contencioso y el voluntario, pues en ambos se
encuentra este elemento.

1.5 Presentación del proceso ordinario.


El proceso ordinario en Uruguay se rige por el CGP, que establece reglas y
procedimientos a seguir. Encontramos 7 etapas del proceso ordinario:

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1. Demanda —> el proceso se inicia con la presentación de una demanda por
parte del demandante . La demanda debe contener los datos personales del
demandante y el demandado, los hechos que pretenden probarse, las pruebas
que se ofrecen, el monto de la demanda y las pretensiones. El demandante
debe presentar la demanda ante el juzgado competente y pagar una tasa
judicial.

2. Emplazamiento —> una vez presentada la demanda, se notifica al demandado


del inicio del juicio y se le da un plazo para contestar la demanda. El
emplazamiento es la notificación que se le hace al demandado para que
comparezca al juicio. El demandado puede ser notificado personalmente o por
medio de un edicto publicado en un diario.

3. Contestación de la demanda —> el demandado tiene un plazo de 20 días


hábiles para presentar una contestación. En ella, puede admitir o negar los
hechos, presentar sus propios hechos y pruebas, plantear excepciones, etc. Si
el demandado no presenta una contestación en el plazo establecido, se
considera que ha aceptado los hechos de la demanda.

4. Audiencia preliminar (art 341 CGP) —> después de la contestación, el juez


convoca a las partes a una audiencia preliminar para intentar llegar a un
acuerdo. En esta audiencia, el juez verifica si las partes han presentado todos
los documentos necesarios, si han llegado a algún acuerdo y si existen pruebas
a presentar. Si las partes no llegan a un acuerdo, se fija fecha para la audiencia
complementaria.

5. Audiencia complementaria —> se presentan y analizan las pruebas de ambas


partes. También se pueden realizar peritajes y testimonios para esclarecer los
hechos del caso. Una vez concluida la audiencia, se fija una fecha para los
alegatos.

6. Alegatos —> las partes presentan sus argumentos finales ante el juez. En esta
parte las partes pueden resumir sus pretensiones, hacer una exposición de los
hechos y pruebas y presentar sus argumentos jurídicos.

7. Sentencia (art 197 y 198 CGP)—> el juez emite una sentencia en la que se
resuelve el litigio. Esta puede ser apelada ante un tribunal superior si alguna de
las partes no está de acuerdo con ella.

2. Sistema de proceso. (el cartoncito de Barrios)

2.1 Sistemas del proceso.

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Se considera al sistema como todo conjunto ordenado integral y total, esto implica la
idea de unión y pluralidad. El destaque de la totalidad e integridad permite lograr
mayor precisión; el conjunto debe ser integral en el sentido de que nada de lo que
corresponde a su objeto puede quedar fuera de aquél, el perfil externo está dado
por la totalidad, lo que es íntegro internamente debe ser un todo, una individualidad,
cuando se lo contempla desde afuera.
El orden se presenta de dos maneras y cumple múltiples funciones. En primer lugar,
determina la coordinación (mutua dependencia de las partes en el y con el todo), y
además determina la subordinación o jerarquía de unos elementos sobre otros, y de
la totalidad de ellos respecto de la unidad en que consiste el todo; por ejemplo, el
orden recíproco se manifiesta en el proceso, en las confrontaciones de las partes, o
de sus actos principales, o entre las judicaturas de competencia concurrente, etc.
Las relaciones de subordinación pueden quedar ilustradas en la categoría de las
normas (relación entre principio y norma singular; o entre constitución y ley), o de
los órganos entre sí (subordinación técnica de los recursos), o entre las funciones.

El fenómeno denominado proceso tiene una realidad objetiva constante, y un orden


o sistema que cada analizador debe descubrir. Se entiende que el sistema del
proceso está constituido por la correlación, mediante leyes determinadas, de cierto
número de categorías, principios e instituciones procesales. Se entiende por
categoría todo dato de máxima generalidad sin el cual no pueda pensarse en la
existencia de un proceso.

Las distintas categorías del proceso son: la norma, el objeto, los sujetos, las
situaciones jurídicas, los actos, las funciones y las estructuras. Pero todo sistema no
es concebible sin sus supuestos.

2.2 Supuestos del sistema y del proceso.


Se sostiene que el proceso nace de una doble o triple necesidad de orden sustancia
que constituirá luego el objeto del proceso, denominada insatisfacción jurídica. Ella
consiste en una doble insuficiencia: carencia de certeza y carencia de adecuación
de las voluntades a un cambio debido de orden material o inmaterial. La primera
insuficiencia se llama insuficiencia gnoseológica y la segunda insuficiencia ética.
El método genético-funcional une las insuficiencias y los supuestos. Su primer etapa
consiste en la observación del proceso en relación con los fenómenos inmediatos,
cercanos y alejados; de allí se inferían objetos que podían existir sin el proceso pero
sin los cuales el proceso no podía existir. Una primera categoría de este tipo de
objetos sería:

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Psicosomáticos: necesidades materiales y espirituales del hombre, unidas a su
insuficiencia gnoseológica y ética.

Económicos: rareza de los bienes, lo que hace nacer el conflicto de intereses.

Jurídico políticos: son muy variados, comienzan con la existencia moderna del
Estado y el reconocimiento más o menos extendido que éste da al derecho
sustancial. Continúan con la prohibición de tomarse justicia por mano propia y
con la expropiación de ese derecho pre-estatal. Puede cerrarse el conjunto con
el principio de autodeterminación, que significa que el titular del interés es el
sujeto a quien se atribuye la responsabilidad de su satisfacción; a los sujetos
privados compete la realización y defensa de los intereses privados.

2.3 Ley genética y línea genética.


El proceso se integra con al menos siete categorías: norma, objeto, sujetos,
situaciones, actos, funciones y estructuras.

Categorías Definición

Norma procesal Es la que rige el proceso.

Es una realidad asumida o pretendida como cuestión,


Objeto procesal insatisfactoria y perjudicial (ej. deuda pendiente de cobro,
causal de divorcio, delito cometido, etc).

Las personas de derecho para y por las cuales el


Sujetos procesales
proceso se hace (actor, demandado, tribunal, etc).

Los poderes y deberes que en el proceso se ejercen


Situaciones procesales
(acción, derecho de contradicción, jurisdicción).

Aquellos que constituyen el proceso (demanda, pruebas,


Actos procesales
resoluciones judiciales).

Conjunto de actos con una finalidad procesal definida


Funciones procesales
(instrucción, impulso, etc).

Órdenes de las distintas categorías y, en particular, de


Estructuras procesales
las funciones (secuencias, contradictorios, etc).

Todas las categorías están sometidas a distintas leyes, las principales se


denominan ley genética y ley funcional. El orden en que se describen las categorías
es lo que se denomina línea genética, se trata de un orden necesario (no puede
darse sino en esa forma sucesiva) y asimétrico (no es reversible). La ley genética es
aquella a la que corresponde la siguiente fórmula: el objeto del proceso determina el
ser y el modo de ser de las demás categorías.

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Las manifestaciones de esta ley son diversas: en primer lugar, la totalidad, el
proceso mismo, sin distinción de categorías, está determinado por las deficiencias o
carencias gnoseológica y ética comprendidas en el objeto, tales carencias
constituían parte de los supuestos del objeto mismo. Estas carencias se transfieren
al objeto del proceso y requieren la existencia del proceso como instrumento
productor de certeza o de realización coactiva de las sanciones. Y el proceso será,
según el tipo de carencia que lo determine, de conocimiento o de ejecución.

Los sujetos no son causados por el objeto sino por una serie de fenómenos
biológicos y jurídicos; los actos no son producidos por el objeto sino por los sujetos.
Pero tanto sujetos como actos, por ejemplo, son determinados por el objeto, en el
sentido de que son tales sujetos y actos procesales en razón de que existe un
objeto del proceso, y no más que por eso.

La ley contiene dos afirmaciones: el objeto determina el ser (determinación


fundamental) y el objeto determina el modo de ser de las demás categorías
(determinación modal). La determinación fundamental responde a la pregunta de si
debe darse una determinada categoría en el proceso, la modal responde a cómo ha
de ser la categoría. Los sujetos son centro de imputación de situaciones jurídicas,
de poderes y deberes. Pero estos poderes y deberes no son concebibles sino como
posibilidades de actuación, su sentido propio es el de manifestarse en actos. Los
actos, para cumplir con la razón de ser de los sujetos y de las situaciones, no
pueden concebirse sino en conexión con determinadas finalidades y en conjuntos
que se denominan “funciones”. Éstas no pueden ser concebidas aisladas entre sí,
sino conectadas a las demás, en un cierto orden y realización del fin común. A esas
formas de orden se les denomina estructuras. Estructuras, funciones, actos,
situaciones, sujetos, no pueden concebirse jurídicamente sino en el marco
normativo, sometidos a la norma procesal. A partir de la existencia del objeto todas
y cada una de las categorías del proceso encuentran su razón de ser en él.

La determinación modal consiste en una conexión entre los modos de ser del objeto
y los modos de ser de las demás categorías, en la cual aquéllos aparecen como
determinando la razón suficiente de estos. No significa que ante un modo de éstas
podremos establecer su porqué en un modo o contenido del objeto. A diferencia de
lo que ocurre con la determinación fundamental, que es absoluta, la determinación
modal es relativa, porque toda variación del modo de una categoría podrá referirse a
un contenido del objeto, más o menos directamente. La relatividad se da en dos
sentidos: primero, porque no toda variación del objeto va a traducirse en una
necesaria variación de las categorías, y segundo, porque habrá variaciones de los
modos categoriales (ej. la formalidad externa de los documentos, color, sellos), que

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obedecerán a cosas extrañas a objeto. Una visión más o menos correcta de cómo
actúa la determinación modal tiene que partir de un conocimiento preciso del objeto.

Comenzando por la determinación modal de los sujetos, es fácil de advertir que la


figura del juez, en su carácter de representación del Estado, resulta necesariamente
del análisis de los intereses que integran al objeto. Este contiene el conjunto de una
cierta variedad de intereses (específicos y por lo menos uno de carácter genérico).
El interés genérico es público, por lo que juntamente con el supuesto de la
autodeterminación la ley genética establece que un órgano público o un sujeto
privado al cual se le otorgue la representación pública, debe desarrollar tal interés.
El órgano tendrá los caracteres que son propios de los órganos jurisdiccionales
(imparcialidad e independencia), provisto con sujetos también seleccionados
(capacidad técnica, experiencia general, probidad); uno que resulte el equivalente a
un investigador científico. El objeto, por tanto, configura sus contenidos al órgano
judicial.

La determinación modal de las situaciones jurídicas comparece como una doble


necesidad de demostración. Tanto para revelar su fundamento en los caracteres del
objeto como para ratificar un nuevo modo de determinación del sujeto por el objeto.
Bastará observar que a los sujetos públicos, independientemente de su rol en el
proceso (actores, demandados, jueces, peritos, etc) se les atribuye siempre un
poder deber; en tanto sujetos privados no les corresponde jamás un poder-deber
procesal. Las situaciones jurídicas características de los sujetos privados, que no
corresponden jamás a sujetos públicos, son el derecho subjetivo, la carga y el
deber, según la función que desempeñen. Los intereses privados reconocen
situaciones dominadas por la facultad, cuando se trata de la defensa del interés
privado del objeto, pero estos mismos sujetos privados adquieren situaciones del
tipo de deber público, carentes de facultad, cuando actúan al servicio del interés
público, como testigos o árbitros.
Los actos y funciones manifiestan o expresas a sus correspondientes situaciones y
a los sujetos que son titulares de éstas. Todo acto manifiesta una determinación del
objeto. Las funciones que proporcionan certeza no pueden ser otra cosa que la
respuesta a aquella carencia del objeto. No hay dudas sobre las funciones de
relevamiento, instrucción y satisfacción, pero sí sobre la función de control. También
el control es una forma de plegarse la actividad procesal al objeto.

Las estructuras son determinadas de doble manera por el objeto, en sus modos de
ser. En primer lugar, por medio de las funciones, que determinan las estructuras; en
segundo lugar, directamente. La función de control, por ejemplo, se divide en control
de coordinación y control de subordinación.

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2.4 La ley funcional y conjunto funcional.
La ley funcional se formula como: las categorías -distintas del objeto- sólo tienen
sentido en la transformación del objeto; son función o participan de su naturaleza.
Esta fórmula significa que no sólo las funciones, cuya naturaleza se determina por
su fin modificador del objeto, sino también los sujetos, las situaciones jurídicas, los
actos, las estructuras y las normas procesales, participarán en la transformación del
objeto. El proceso entero no existe sino para la definición o transformación del
objeto. Las categorías distintas del objeto forman un conjunto, caracterizado por su
propiedad dominante, que puede denominarse conjunto funcional.

La relación entre los sujetos y sus situaciones jurídicas es de pertenencia, la que se


da entre situaciones y actos es de potencia a acto; entre actos y funciones de parte
a todo, entre funciones y estructuras va de sustancia a forma, entre las categorías
distintas de la norma y ésta, de contenido a continente; entre todas las que
componen el fenómeno de proceso es de contenido a continente. El Código de
Organización de los Tribunales, por ejemplo, define la jurisdicción (situación jurídica)
por la función en que se expresa (art 9 juzgar y hacer ejecutar lo juzgado); el CPC
define la acción (situación jurídica) por su manifestación en actividad (pedir
judicialmente).

La formulación de la ley funcional y el relevamiento del conjunto delimita la tarde


que cada categoría realiza, dentro del conjunto tanto como en la determinación del
conjunto mismo, como fuerza operativa coordinada y subordinada internamente.

2.5 Reglas de proporción.


Una primera regla tiende a diseñarse toda vez que comparamos el objeto
gnoseológico con el volumen o extensión de las estructuras correspondientes. Ej: el
grado de certeza del juicio ordinario y la extensión de su estructura, o el grado de
certeza de un proceso monitorio y la extensión de su estructura. El objeto del juicio
ordinario se considera institucionalmente desprovisto de certeza, no habrá
pronunciamiento sobre el fondo hasta que el juicio se haya desarrollado en su
totalidad. La regla sería que la estructura se halla en razón inversa a la evidencia
del objeto, pero nada impide al legislador atribuir mayor estructura a la mayor
evidencia.

Una segunda regla vincula a la estructura procesal con su eficacia productora de


certezas. Más concretamente, con su eficacia de cosa juzgada (que se manifiesta
como cosa juzgada formal y material). La regla sería que la eficacia de cada
estructura se halla en razón directa de su dimensión.

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Hay un conjunto de excepciones aparentes a la regla anterior, el grupo típico lo
constituyen los procesos monitorios. La estructura no tiene otro sentido que la
continencia de funciones, como fuente productora de certeza. Un máximo de
estructura es garantía de un máximo de evidencia (regla anterior) si suponemos un
objeto de evidencia cero; pero un mínimo de estructura puede proporcionar la
misma garantía si partimos de un objeto con evidencia noventa y cinco.

2.6 Carácter concéntrico o circular del sistema.


El proceso es función del objeto; el objeto es función del proceso. Cuando hablamos
de un sentido circular del sistema, tratamos de traducir lo que surge de las leyes
principales, según ellas, las categorías son función del objeto y el objeto es función
de las categorías. Función aquí es variable dependiente: para cada valor del objeto
corresponde una de las demás categorías. Éste las determina (ley genética) y ellas
lo determinan (ley funcional). Solo que la determinación quiere decir cosas distintas,
según cuál sea el factor activo: ya constituye razón de ser (ley genética) o de hacer
(ley funcional). La cadena de determinaciones comienza en el objeto, a la cabeza de
la línea genética y termina en el objeto, sometido al conjunto funcional.

El objeto no sólo actúa a través sino inmediatamente sobre cada categoría. Esa
acción genética directa del objeto sobre cada categoría es representable de modo
que el objeto sea el centro de acción sobre puntos de la línea genética, ubicados a
su alrededor. Y esa misma figura del círculo, cuyo centro es el objeto, sirve para
ilustrar la ley funcional; especialmente en cuanto dicha ley se manifiesta como
consecuencia del conjunto funcional. Ese conjunto funcional, que se integra con las
mismas categorías que forman la línea genética. El objeto es el centro activo y
pasivo del sistema, su razón de ser y el término de su hacer.

En suma, todo el contenido objetivo que denominaremos objeto procesal es una


nueva forma de determinación del objeto por las categorías: el ámbito de aquél se
agranda o se concreta por motivo mismo del proceso y; a su vez, el nuevo material
objetivo, procedente de las categorías, va a sufrir el tratamiento o determinación
activa de todas las demás categorías.

3. Las normas que regulan el proceso.

3.1 Concepto.
Según Barrios, el derecho procesal es, en principio, el conjunto de normas que
disciplina al proceso, o más específicamente, a sus presupuestos, desarrollo y
efectos. Para Abal y Prato, es el sector del derecho objetivo o conjunto de normas

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que regula el proceso jurisdiccional; o que regula los requisitos, el desarrollo y los
efectos del proceso (Guasp).
Según Abal y Prato, se discute la inclusión de algunas clases de normas dentro del
ámbito del Derecho Procesal:

a. Normas que regulan la actuación del Estado como tribunal (organización


judicial según Tarigo) y las normas que regulan la actuación del Estado en
un proceso como actor, gestor o tercero (parte procesal según Tarigo).

Sobre el punto anterior, Abal dice que integran el Derecho Constitucional y


Administrativo pues esas normas regulan qué órganos actúan por el Estado, aunque
la circunstancia de dicha actuación sea procesal. Tarigo afirma que son tanto
procesales como constitucionales. La diferenciación del punto anterior se regula
específicamente en la LOT (parte organización judicial) y el CGP (parte procesal).

b. Regulación de los medios de prueba que pueden emplearse en un


proceso.

Son normas procesales pues encuentran razón de ser únicamente en el marco de


un proceso.
c. Normas que disciplinan los procesos jurisdiccionales en los que
intervienen como parte los Estados o las Organizaciones de Derecho
Internacional Público y las normas que determinan qué Derecho Procesal
nacional rige un proceso cuando se presentan elementos que interesan a
más de un Estado.

3.2 Caracteres de las normas procesales.


Para Barrios, los caracteres son la publicidad, la autonomía, la instrumentalidad,
la heteronomía, la limitación estatutaria y la razonabilidad.

Publicidad (Art 16): el derecho procesal es parte del derecho público,


deberá regirse por principios de derecho público antes que privado.

Autonomía: que tiene un objeto y principios propios y distintos del derecho


sustancial. Se funda y manifiesta en la existencia de principios propios.
Incluso coexistiendo con el derecho constitucional su autonomía se
mantiene.

Instrumentalidad (Art 14): no regula intereses sustanciales sino que regula


un instrumento, que es el proceso.

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Heteronomía: la norma procesal es reguladora de la heterodeterminación
del objeto del proceso, es decir, que la insatisfacción asumida o pretendida
en un proceso se excluye mediante actividad ajena a los titulares de los
intereses específicos que el objeto comprende. Se conecta con la
imparcialidad del juez y es consecuencia de los supuestos de prohibición de
la justicia por mano propia y de autodeterminación exclusivamente atribuida
al interés de máxima genericidad del objeto.

Limitación estatutaria: alude al hecho de que la norma procesal es


organizadora y reguladora de institutos.

Razonabilidad: es más bien una nota jurídica común. Frente al principio de


razonabilidad se alza el de irracionabilidad de la norma jurídica.
Razonabilidad es el carácter de lo que está constituido por la inteligencia.

Se agrega también, por parte de Abal y Prato, la unidad, pues existe un único
derecho procesal y los institutos, conceptos y principios generales son aplicables
a todos los procesos.

3.3 Fuentes formales.


a. BLOQUE INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS.

Tiene su origen en las declaraciones de derechos humanos (Declaración de los


derechos del hombre y el ciudadano 1789; Declaración Universal de los DD.HH
1948, Pacto de San José de Costa Rica, etc) y hace referencia a los derechos
que en un momento y tiempo determinados constituyen derechos básicos que
bajo ningún concepto pueden violarse.

El art 14 del CGP establece de forma expresa que siempre y más allá de la
finalidad del proceso, existe un conjunto de derechos sustantivos que se deben
respetar.
b. CONSTITUCIÓN.

Todas las normas responden siempre al desarrollo de un principio constitucional,


que las enmarcan y legitiman sustancialmente.
La creación de normas constitucionales se encuentra regulada por el artículo
331, en el cual se prevén cuatro procedimientos para reformar la Constitución: el
procedimiento de iniciativa popular, el de iniciativa legislativa, el procedimiento
de la Convención Nacional Constituyente y el procedimiento de las leyes
constitucionales.

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En nuestra constitución se distinguen dos grupos de normas que integran el
Derecho Procesal nacional:

Normas que regulan el proceso, como el art 12 de la Constitución que


establece que no es posible aplicar una sanción penal antes de concluido un
proceso jurisdiccional tramitado con todas las garantías que se estiman
pertinentes, o el art 255.

Normas constitucionales que establecen cuáles son los órganos


jurisdiccionales del Estado, cuál es su competencia y cuál es el estatuto de
sus funcionarios, como el art 239 sobre la competencia de la SCJ.

c. NORMAS DE RANGO LEGAL.


Son todas aquellas disposiciones que tienen valor y fuerza de ley: leyes
sancionadas por el P.L y promulgadas por el P.E. Entre ellas se ubican las leyes
ordinarias, los códigos y los tratados.

En los artículos 133 y sgtes de nuestra carta se establece las formas de creación
de las leyes; sin embargo, el artículo 18 hace una especial distinción cuando se
trata de normas procesales: “las leyes fijarán el orden y las formalidades de los
juicios”, es decir, se establece especial relevancia a la ley como fuente válida
para crearlas.
Resultan relevantes la LOT, el CGP, el CPP y los tratados, como las normas
incluidas en el Protocolo de Brasilia.
d. PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO.
Son normas de máxima generalidad que poseen una doble función: formar la
norma en su proceso de creación e interpretar la norma (teóricamente o frente al
caso concreto). Sirven para interpretar e integrar el derecho procesal.

e. ACORDADAS.
LA SCJ es el órgano encargado de reglamentar las leyes en el ámbito del
Derecho Procesal, competencia dada por la Constitución. Las reglamentaciones
las elabora mediante las Acordadas.

f. SENTENCIAS.
Constituyen fuente formal del derecho procesal siempre que establezcan
procedimientos. Antes, las reglas que regulaban el proceso eran dictadas por
cada tribunal concreto, lo que resultaba en que había tantos procesos como
tribunales. Para evitar esto, se estableció una disposición en el artículo 18 de la
Carta.

Resumen - Primer parcial. 14


Hay disposiciones del CGP que constituyen un cierto marco de discrecionalidad
del tribunal, y en virtud de ello puede adoptar medidas. Ej: art 3 y 9 del CGP. Las
normas creadas por el tribunal para un proceso determinado solo son admisibles
si se ajustan a lo establecido por la ley y la constitución.
g. CONVENCIONES.

Refiere a los acuerdos de particulares, quienes pueden, en determinadas


situaciones, establecer normas que los regulen durante el proceso. Ej. art 92 del
CGP permite que por un acuerdo de partes y en un proceso determinado, se
suspenda el transcurso de los plazos procesales.

h. NORMAS DE ASOCIACIONES PROFESIONALES.


Según el art 144 de la LOT, cuando los abogados no hayan concertado con su
cliente el honorario y forma de pago, serán regulados, a petición de cualquiera
de los interesados en su cobro o pago, por el Juez de la causa.

I. COSTUMBRE.
Es fuente formal solo cuando la ley remite a ella.

3.4 Interpretación e integración.


Siguiendo a Guasp, aplicar una norma significa confrontar su hipótesis con una
situación práctica, para deducir si, dada la conformidad de una con otra, ha de
ser observado el precepto que la norma contiene. Se confronta el hecho con la
norma, y ello puede implicar ciertas dificultades:

a. Escoger una norma entre varias aplicables al caso.

b. Escoger entre varios significados para una misma norma.

c. Que no exista norma expresa para aplicar.

A partir de estas tres dificultades corresponden tres categorías de normas de


aplicación: normas de elección, normas de interpretación y normas de
integración.
Hallar la norma correspondiente requiere de buscar una norma aplicable y
realizar una depuración crítica, tanto formal (superar los errores en que la norma
pudo haber incurrido) como material (validez o invalidez de la norma y legalidad
de la norma de inferior jerarquía). En cuanto a la interpretación e integración, se
aplican los principios referido al tema en el CCU y los arts 14 y 15 del CGP.

3.5 Principios y reglas técnicas del derecho procesal.

Resumen - Primer parcial. 15


El derecho procesal se compone de numerosos principios, pero los principales
enfatizados en el curso son el principio del debido proceso, el principio de
igualdad, el principio de contradicción, el principio de economía, el principio de
independencia e imparcialidad, el principio de indelegabilidad y el principio
dispositivo.

1. PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO.

El principio del debido proceso se consagra en el art 11 del CGP, el art 12 de la


Constitución y el art 8 de la Declaración Universal de DD.HH, entre otros
cuerpos normativos. Radica en la competencia de la ley para ordenar las formas
de los procesos, de manera que asegure a cada una de las partes ser
escuchada por el tribunal. Este principio desemboca a su vez en otros principios,
como el principio de derecho al proceso, a que este tenga una duración
razonable y a que él resuelva las pretensiones que configuran su objeto.

2. PRINCIPIO DE IGUALDAD.

Es consecuencia del principio constitucional de igualdad de las personas ante la


ley, artículo 8 de la Constitución. El CGP lo consagra de forma expresa en su
artículo 4, donde establece que el tribunal deberá mantener la igualdad de las
partes en el proceso. Se encuentra exclusivamente vinculado al proceso
contencioso.

El juicio tiene que ser equitativo, cada parte debe tener las mismas posibilidades
frente al tribunal: uno demanda y el otro se defiende. Quien formula la demanda
tiene la carga de los hechos en que se basa su derecho, debe fundarlos; el
demandado tiene la carga de contradecir las afirmaciones que realiza el
demandante.

3. PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN.

Este principio deriva del principio de igualdad. Consiste en que ante toda
alegación de una partes, antes de adoptar una decisión. se debe escuchar la voz
de la otra parte. La contradicción es la posibilidad de oponerse, surge de la
propia ley, es el método de cómo funciona el proceso. Siempre debe haber una
postulación contraria a lo que se demanda, o la posibilidad de elaborar una
postulación contraria.
Supone oponerse a la postura de la otra parte pero también a la decisión del
tribunal. El propio tribunal controla la decisión de las partes y éstas controlan al
tribunal.

4. PRINCIPIO DE ECONOMÍA PROCESAL.

Resumen - Primer parcial. 16


A menor actividad mayor eficacia, no solo por una cuestión de economía
procesal (obtener más rápidamente justicia) sino por salvaguardar el derecho a
una duración razonable, derecho integrante del principio de debido proceso.
Establece que la actividad procesal debe realizarse en la forma que genere la
mayor economía de tiempo y de costos. Se consagra en el art 9 del CGP y
también se refleja en otros artículos como el 3 y el 11.4.

5. PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD E INDEPENDENCIA.

Este principio estipula que quien tiene jurisdicción (o sea, el juez) es


estructuralmente imparcial, es decir, que no posee intereses específicos del
objeto de determinado proceso. La solución adoptada para una insatisfacción
jurídica deberá serle personalmente indiferente al juez.
Asimismo, el juez deberá hacer oídos sordos a las presiones que puedan llegarle
respecto a la resolución de un determinado caso, guiándose por su propio
conocimiento. Además, si un órgano jurisdiccional interviene en un asunto, es la
única autoridad al respecto y nadie puede intervenir hasta que el órganos se
expida sobre el tema.

La imparcialidad, la independencia y la autoridad del tribunal son consagradas


en el artículo 21 del CGP.

6. PRINCIPIO DE INDELEGABILIDAD.

Este principio se estipula en el artículo 18 del CGP y dispone que solo el tribunal
es titular de la potestad jurisdiccional en su integridad, y que los funcionarios
auxiliares solo realizarán los actos permitidos por la ley, por delegación y bajo la
dirección y responsabilidad del tribunal (esto último es la excepción al principio).
El artículo 19 del CGP se ocupa de la delegación para los órganos colegiados.

7. PRINCIPIO DISPOSITIVO.

Puede definirse como aquél en virtud del cual las partes poseen dominio
completo tanto sobre su derecho subjetivo sustancial como sobre sus derechos
a la iniciación, desenvolvimiento y culminación del proceso. Es un principio
esencialmente liberal. La aplicabilidad de este principio dispositivo hace
referencia a un triple orden de circunstancias atenientes al proceso.

1. Hace referencia a la iniciativa en la instauración del proceso, perfil al que se


refiere el art 1 del CGP inc 1° cuando dice que la iniciación del proceso
incumbe a los interesados.

2. Se refiere a la disponibilidad de las partes sobre el proceso.

Resumen - Primer parcial. 17


3. Hace referencia al conocimiento de los hechos por el juez. Los hechos serán
el thema decidendum, los hechos objeto del proceso solamente pueden ser
aportados por las partes.

Su opuesto es el principio inquisitivo, según el cual las tareas como la iniciativa y


desistimiento del proceso, la determinación de su objeto, la determinación de su
objeto de prueba, etc, le competen al tribunal.

8. PRINCIPIO DE LEGALIDAD.

El principio de legalidad es un principio de raigambre constitucional (art 18 de la


Constitución). Esto supone que nuestro proceso civil es un proceso de
ordenación legal y un proceso en el que se desenvuelve o se desarrolla desde
su inicio hasta su fin en forma ordenada, según un orden fijo y predeterminado
por la ley procesal misma. Este principio de legalidad se contrapone a otro que
impera en otros ordenamientos, llamado “de desenvolvimiento libre”, pues otorga
mayor latitud a las partes para alegar y probar, alternativamente.

9. PRINCIPIO DE PRECLUSIÓN.

El principio de preclusión, que impone que los actos procesales sean cumplidos
en cada etapa procesal correspondiente, sin que pueda volverse atrás para
realizar lo que se omitió cumplir a su debido tiempo. Mientras que en el proceso
de desenvolvimiento libre las partes tienen gran flexibilidad para presentar
nuevas pruebas, volver a alegar y etc, en el proceso de ordenación legal, el
proceso se subdivide en etapas que deben ser respetadas. Este principio se
vincula con el principio de eventualidad, que es el que ordena aportar de una
sola vez todos los medios de ataque o de defensa que posea una de las partes,
ad eventum de que alguno de ellos resulte desestimado. Este principio se aplica
estrictamente en el art 132.

La preclusión puede ser por consumación del acto (es realizado aún cuando
tenía plazo) o por consumación de un acto incompatible (cuando se quiere hacer
un acto incompatible con el anterior, como apelar una sentencia cuando ya se
asumió voluntariamente la misma).

Sin este principio no se asegurarían los efectos perseguidos al aceptar el


principio de la predeterminación del orden del procedimiento, y se atentaría
también contra el principio de economía procesal. No admite excepciones.

4. Sujetos del proceso.

4.1 Concepto y clasificación.

Resumen - Primer parcial. 18


En palabras de Barrios, son sujetos del proceso quienes lo hacen y aquellos
para quienes se hace; es decir, aquellas personas físicas o jurídicas que
producen los actos del proceso, así como por su vínculo especial con el objeto
dan lugar al proceso y sufren o aprovechan, de modo inmediato, de las
modificaciones del objeto.
Se caracterizan por su implicación en el objeto, por un determinado plexo de
situaciones jurídicas y por la participación funcional correspondiente. Tales
sujetos son personas físicas o personas jurídicas y, aún, entidades abstractas
que la doctrina administrativa denomina órganos: centros de imputación de
actividad, con o sin personería jurídica.

La doctrina distingue todo el personal actuante en dos grandes grupos más o


menos opuestos: el tribunal y las partes. Cada uno de los cuales cuenta con
sectores subjetivos vinculados preponderadamente: el tribunal, los órganos
auxiliares, tales como los secretarios, notificadores, etc; las partes, los
abogados, los procuradores y representantes en general. Fuera de esto figuran
los terceros, cuya figura es más aproximada a las partes que al tribunal y
ministerio público. Cada uno de estos sujetos, por el hecho de serlo del proceso,
adquieren o mantienen un estatuto, es decir, un conjunto coherente de
situaciones jurídicas indisponibles, relativas a un mismo titular, en razón de un
interés público prevaleciente.

4.2 El tribunal.
Concepto.

Barrios marca como insuficiente la definición de tribunal que lo describe como el


órgano al que el ordenamiento atribuye la jurisdicción, porque si el ordenamiento
atribuyera la jurisdicción a un órgano administrativo o legislativo, habrá o no
tribunal, si ellos presentan, o no, ciertos caracteres determinantes. Esos
caracteres en mayor medida integran el ser del órgano y se conjugan en el
concepto de imparcialidad, y en parte están implicados en el concepto de
jurisdicción, en cuanto ésta se manifiesta como función, como protección del
interés genérico mayor, en la obtención del grado máximo de certeza pública.

En ningún caso corresponde al tribunal la titularidad de los bienes que


constituyen el objeto económico del proceso. La razón de existencia del tribunal
reside en la necesidad de desarrollar el interés público genérico y máximo
inserto en el objeto.

Resumen - Primer parcial. 19


La forma operativa de perfeccionar ese extrañamiento de los intereses
específicos y tal interés genérico ha sido la de seleccionar órganos tan extraños
como sea posible de la hipótesis insatisfactoria como de su contradictoria. Desde
que la titularidad de los intereses del objeto significa ser parte del objeto, el
tribunal, en cuanto extraño, resulta ser lo opuesto de las partes o interesados.
Pero observándolo, participa de los intereses del objeto: el interés máximo del
mantenimiento del orden jurídico.
La cualidad emergente de estas observaciones es la imparcialidad estructural y
funcional. La imparcialidad estructural es el hecho de ser ajeno a los intereses
específicos del objeto, la imparcialidad funcional desde un punto de vista
negativo está caracterizada por prescindir de los sujetos y atenerse a los
resultados objetivos de sus actividades, positivamente es cuando liberada su
conducta de toda traba subjetiva, debe otorgar a cada actividad su máximo de
posibilidades, ya provenga de uno u otro interesado.
Junto con la imparcialidad, la doctrina atribuye a los órganos jurisdiccionales
independencia, autoridad y responsabilidad. La independencia comparece como
un supuesto de la imparcialidad, se manifiesta como una condición negativa y
funcional —> consiste en un no estar sometido, no tener que obedecer, en el
ejercicio de las funciones, a las órdenes, indicaciones, instrucciones, presiones,
de órgano o de persona alguna. La autoridad de los tribunales es su potestad de
requerir de los demás órganos públicos la colaboración y el auxilio de la fuerza
pública de sus detentores, correlativa de la necesidad de estos últimos de
prestar dicha colaboración. Este tipo de autoridad tiene consagración
constitucional. La organización judicial
Requisitos.
Dentro de los órganos que integran el Poder Judicial, deben distinguirse
requisitos generales y requisitos especiales, que se añaden según la clase de
órgano que se trate. Del art. 79 de la ley 15.750 surgen los requisitos generales
para se designado Juez Titular de cualquier órgano jurisdiccional integrante del
Poder Judicial:

a. Ciudadanía natural en ejercicio, o legal con dos años de ejercicio.

b. Tener por lo menos veinticinco años de edad.

c. No tener impedimento físico o moral. En el impedimento físico se incluyen


las dolencias crónicas o permanentes que turban la actividad completa de la
personalidad física o mental. Es impedimento moral el que resulta de la
conducta socialmente degradante o de las condenaciones de carácter penal.

Resumen - Primer parcial. 20


Tampoco pueden ser nombrados Jueces los que están procesados
criminalmente por delito que dé lugar a acción pública.

d. Tener un nivel de escolaridad en la Facultad de Derecho adecuado a las


exigencias de la Suprema Corte de Justicia.

e. Otro requisito general que se suma a los anteriores es el establecido por el


art. 88 de la ley 15.750: todos los Jueces deberán domiciliarse en el lugar
donde tenga asiento la sede en que presten servicios. La infracción a este
precepto podrá ser causa bastante para la destitución. En los departamentos
del interior de la República, el Estado proveerá lo necesario para lograr la
radicación de los Jueces en sus respectivas sedes. Los Jueces deberán
asistir a sus despachos con la regularidad que requiera el mejor desempeño
del servicio. A su vez el art. 97 de la referida ley establece: los ascensos se
efectuarán, en principio, al grado inmediato superior, teniendo en cuenta los
méritos, la capacitación y la antigüedad en la categoría, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 99. Los méritos serán apreciados por la Suprema
Corte de Justicia examinado la actuación y el comportamiento del Juez en el
desempeño de sus funciones, teniendo en cuenta a esos efectos,
especialmente, las anotaciones favorables o desfavorables que surjan del
respectivo legajo personal. La capacitación será apreciada mediante los
criterios generales que establecerá y reglamentará la Suprema Corte de
Justicia.

f. Por último, el art. 93 de la ley 15.750 establece indirectamente como


requisito para ser designado titular de un órgano jurisdiccional colegiado, el
no ser “cónyuge, pariente consanguíneos o afines en línea recta, y los
colaterales hasta el cuarto grado inclusive de consanguineidad o segundo de
afinidad” de otro integrante de ese mismo órgano, o sea que para acceder a
un cargo de jerarquía superior al de Juez de Paz, normalmente se exigirá
que el sujeto sea titular de un cargo de grado inmediatamente inferior.

La Constitución y la ley 15.750 añaden a estos requisitos generales los


siguientes requisitos particulares:

Para ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia: 1. Tener cuarenta


años cumplidos de edad. 2. Poseer ciudadanía natural en ejercicio o legal
con diez años de ejercicio y veinticinco años de residencia en el país. 3. Ser
abogado con diez años de antigüedad o haber ejercido con esa calidad la
Judicatura o el Ministerio Público o Fiscal por espacio de ocho años. 4. No
haber ocupado un cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia durante

Resumen - Primer parcial. 21


los cinco años inmediatamente anteriores, (arts. 234 y 237 de la
Constitución).

Para ser Ministro de Tribunal de Apelaciones: 1) Tener treinta y cinco


años cumplidos de edad. 2) Poseer ciudadanía natural o legal con siete años
de ejercicio. 3) Ser abogado con ocho años de antigüedad o haber ejercido
en esa calidad la Judicatura o el Ministerio Público o Fiscal por espacio de
seis años, (arts. 242 de la Constitución y 80 de la ley 15.750).

Para ser Juez Letrado de Montevideo: I. Tener veintiocho años cumplidos


de edad. II. Poseer ciudadanía natural en ejercicio o legal con cuatro años
de ejercicio. III. Ser Abogado con cuatro años de antigüedad o haber
pertenecido con esa calidad por espacio de dos años al Ministerio Público y
Fiscal o a la Justicia de Paz, (arts. 245 de la Constitución y 81 de la ley
15.750).

Para ser Juez Letrado del Interior: 1. Tener veintiocho años cumplidos de
edad. 2. Poseer ciudadanía natural en ejercicio o legal con cuatro años de
ejercicio. 3. Ser Abogado con cuatro años de antigüedad o haber
pertenecido con esa calidad por espacio de dos años al Ministerio Público y
Fiscal o a la Justicia de Paz, (arts. 245 de la Constitución y 81 de la ley
15.750).

Para ser Juez de Paz Departamental de la Capital: 1. Ser Abogado (arts.


247 de la Constitución y 83 de la ley 15.750). Para ser Juez de Paz
Departamental del Interior: 1) Ser Abogado. 2) Ser Escribano (arts. 247 de la
Constitución y 83 de la ley 15.750).

Para ser Juez de Paz de Ciudades, Villas o Pueblos del Interior: I. Ser
Abogado. II. O ser Escribano Público en los casos de las Ciudades y de
cualquier otra población que establezca la Suprema Corte de Justicia, en
razón de su “movimiento judicial”. Para ser Juez de Paz Rural: a. No se
requiere ningún requisito en especial (arts. 247 de la Constitución y 83 de la
ley 15.750).

5. Las situaciones jurídicas.

5.1 Concepto.
Arlas define a la situación jurídica procesal como la posición en que se
encuentran los distintos sujetos de un proceso frente a la norma jurídica que lo
regula.

Resumen - Primer parcial. 22


Barrios, por su parte, plantea que cada acto supone la existencia de una
autorización legal, un poder, un deber, que se manifiesta o concreta en dicho
acto. Tal ocurre porque la actividad es jurídica sí, y sólo sí, una norma la ha
previsto y dispuesto algo a su respecto que la permite o que la prohíbe. La
actividad no es concebible sin un sujeto que la ejerza, ambos -actividad y sujeto-
se sitúan respecto a la norma. Ya que aquello frente a lo que se sitúa el sujeto es
una norma, la situación es jurídica. Las situaciones se ubican entre los sujetos y
los actos. La situación jurídica será procesal solo si la norma es procesal.
El término se usa en tres sentidos amplios:

1. Una situación de la vida, un acaecimiento humano. —> supuesto existencial


de la relación formal.

2. Una relación entre un sujeto y una norma jurídica que le comprende. —>
relación formal.

3. Un estado de libertad o de necesidad respecto del sujeto relacionado con la


norma, u otros. —> contenido de la relación formal.

Estos tres son complementarios, pero se escoge el punto de vista formal (el de
la relación sujeto-norma).
Las situaciones jurídicas tienen carácter potencial, en cuanto su sentido es
manifestarse en actos. Todo derecho supone una serie de actos de ejercicio, de
modo que la situación jurídica es una relación entre el que le da nacimiento y el
que la cumple; el primero puede ser un hecho o un acto, el segundo es
necesariamente un acto.

El acto de cumplimiento puede extinguir la situación que le da origen o dejarla


vigente; es decir, en aptitud de manifestarse en nuevos actos. Ejemplo: el
derecho de propiedad tiene un número infinito de manifestaciones, pero el
derecho al cobro de una suma de dinero se agota con su cumplimiento. El
derecho subjetivo de acción tiene un número no determinado, pero más acotado
que el de propiedad, de manifestaciones posibles.

El horizonte inmediato de las situaciones jurídicas es el de los sujetos y el de las


normas jurídicas. Vivir es estar en situaciones jurídicas.

5.2 Caracteres y clasificación.


Caracteres externos.

1. Constituyen una relación sujeto-norma.

Resumen - Primer parcial. 23


2. Constituyen una relación sujeto-situación-acto.

Caracteres internos.

1. Su origen es un hecho de la vida real.

2. Los sujetos son la esencia de las situaciones jurídicas.

3. Toda situación tiene una estructura particular interna.

4. Toda situación tiene un contenido, internamente.

5. Toda situación tiene carácter trascendente —> se manifiesta en actos.

6. Su trascendencia se orienta a una finalidad económica, en el sentido de


favorecer a determinados intereses.

7. Las situaciones se conectan con otras situaciones, del mismo o distinto


titular.

El origen de cada situación es un acaecer de la vida real, desde ese punto de


vista la situación puede contemplarse por una norma de derecho privado o
público (ej. cobro de impuestos o cobro de una suma de dinero). Esta
diferenciación se hace complicada en el área del proceso, donde necesidades
originadas en el derecho público o privado experimenten una necesidad de
cambio contemplada por normas de derecho público, que genere situaciones de
derecho público.
Los sujetos con que la situación se vincula, primariamente constituyen parte de
su esencia: toda situación procede de y está destinada a afectar a distintos
sujetos. El sujeto de que procede es su titular, los afectados y otros sujetos son
sus destinatarios.

Internamente, toda situación tiene una estructura y contenido particular. La


esencia de toda situación es su tendencia a manifestarse en actos y esa
trascendencia sólo es necesaria desde el punto de vista ideal: los actos podrán
materializarse o no, pero ello no afecta esta característica. La conexión que
establece una situación jurídica con otra se denomina relación jurídica. Toda
situación no es concebible sino en relación.

Clasificación.

Las clasificaciones a las que pueden ser sometidas las situaciones jurídicas son,
prácticamente, infinitivas. Barrios selecciona tres clasificaciones que muestran
las modalidades de las situaciones jurídicas en sus aspectos más salientes:

1. Simples y compuestas.

Resumen - Primer parcial. 24


2. Autónomas y dependientes.

3. Activas, pasivas y mixtas.

Simples: son las situaciones que pueden concebirse por sí solas, como unidad
de un sólo sentido. Son la sujeción, el mero poder, la mera necesidad y la carga.
La facultad es la libertad, autorizada legalmente, de determinar la propia
conducta en uno u otro sentido; la sujeción es la necesidad de no intervenir con
las limitaciones y vinculaciones de la conducta; el mero poder es la autorización
para determinar la voluntad ajena; la mera necesidad es la autorización de
conducirse en beneficio ajeno; y la carga es la necesidad de satisfacer el interés
propio.
Idealmente aislables, pero existencialmente no se conciben sino como
combinaciones de situaciones, es decir, situaciones compuestas.
También se incluye en esta categoría a la responsabilidad, concebida como el
sometimiento del propio patrimonio para cubrir los daños.

Compuestas: son concebibles como una combinación de situaciones jurídicas


simples, y aún, de otras situaciones complejas. Son situaciones compuestas el
derecho subjetivo, la protección del mero interés, la obligación, el deber y el
poder-deber. El derecho subjetivo, como la protección del mero interés, se
integra con la facultad, carga y poder; la diferencia entre ambos consiste en que
el primero tiene como correlato a la obligación o al poder-deber reglados, pero el
segundo tiene como correlato al poder-deber discrecional. La obligación se
integra con la necesidad de dar, hacer o no hacer, en beneficio de otro sujeto,
distinto de la comunidad, y el poder de hacerlo, aún contra la voluntad del
beneficiario: eventualmente se integra con la facultad. El deber (público) se
integra con la necesidad de actuar en beneficio de la comunidad y el poder
hacerlo. El poder-deber se compone de la necesidad de actuar en beneficio de
otro equilibrado con el poder de imponer a otros su actuación. El poder-deber
público se compone de deber y poder, el poder-deber privado (ej. la obligación
de educar a los propios hijos) se compone de derecho subjetivo y de obligación.
Autónomas: son las situaciones cuya actualización (es decir, su manifestación
en actos) no depende de la actualización de otra. La necesidad o la oportunidad
de la actualización pueden ser determinadas por la sola voluntad del titular; es el
caso de la facultad, de la carga, del derecho subjetivo y de la protección de
interés.
Dependientes: son aquellas cuya actualización depende de la actualización de
otra situación. La sujeción, la mera necesidad, el deber, el poder-deber (en

Resumen - Primer parcial. 25


principio) y la obligación son dependientes. En algunas ocasiones el derecho
subjetivo puede ser dependiente, como el derecho a contradecir. El poder-deber
puede ser autónomo.

Activas: se caracterizan por el predominio de la libertad y del poder


determinante de la voluntad ajena. Decimos predominio porque en los conjuntos
situacionales activos, el derecho subjetivo y la protección de interés, hay
aspectos de necesidad (la carga) y se acompañan de la sujeción. Las
situaciones simples -facultad y mero poder- no tienen otra existencia que las que
les brindan las situaciones compuestas, en las que también hay una medida de
necesidad.

La determinación de la voluntad ajena presenta tres modalidades principales: no


impedimento de la acción que desarrollamos dentro de los límites de nuestro
patrimonio, con contacto inmediato con otro (modo típico de los derechos
reales); no impedimento de la acción que desarrollamos en los límites de un
patrimonio ajeno y en su beneficio (derecho del deudor a cumplir con su
obligación); hacer o no hacer en beneficio de quien determina la voluntad
(contrapartida de las obligaciones).
Pasivas: se caracterizan por el predominio de la necesidad y por la
determinación por otro de la voluntad de su titular. Se incluye en este conjunto a
la obligación, el deber y la carga. La sujeción es puramente pasiva pero
acompaña a todo perfil pasivo de las situaciones activas.

El poder-deber es una situación mixta, un equilibrio entre activo y pasivo. En el


se aprecia una necesidad de actuar, constitutiva del deber que figura en su
denominación, junto con el poder de determinar las voluntades ajenas. En sus
dos formas constituye la figura situacional denominada estatuto.

5.4 Situaciones jurídico-procesales.


Las situaciones jurídicas procesales son aquellas que contempla la ley procesal,
son la posición que frente a la norma procesal asumen los sujetos del proceso.
Las situaciones procesales son las que corresponden al actor, al demandado, al
tercerista, al tribunal, al ministerio público, al testigo, al perito, al defensor de
oficio, etc.

Algunas de esas situaciones tienen nombre propio, son situaciones nominadas:


jurisdicción, acción, excepción. Las demás son situaciones jurídicas
innominadas. Según la ley genérica la importancia del contenido aflora en el

Resumen - Primer parcial. 26


nombre especial, se debe averiguar qué se cubre con tales nombres. Además,
todas las situaciones procesales constituyen estatutos.
El término estatuto se aplicaba para indicar una situación de los sujetos o de las
cosas relativas a los sujetos, de carácter jurídico, de interés público y de cierta
permanencia. Un ejemplo son los tres estados o estatutos romanos: libertatis,
civitatis y familiae. Un estatuto es una conexión de situaciones jurídicas, una
combinación de las que corresponden a un mismo sujeto en cuanto miembro de
una clase. Constituye siempre una estructura de situaciones jurídicas a cuya
titularidad se ingresa voluntaria o involuntariamente, indisponible y de relativa
permanencia.

Los estatutos procesales corresponden a los sujetos del proceso en sentido


estricto, no alude al juez o al fiscal; es del tribunal y del ministerio público, o de la
persona jurídica actora. Se organizan en relaciones y correlaciones. La relación
procesal está constituida por la cópula de dos estatutos en la jurisdicción
voluntaria y tres en la contenciosa. En cuyas relaciones se insertan las de todos
los demás sujetos del proceso.

5.5 La situación jurídica del tribunal: jurisdicción contenciosa y


voluntaria.
La primera cuestión relativa a la jurisdicción es la fijación de su concepto. La
doctrina suministra uno según cada concepción del objeto o de la finalidad del
proceso. Se dice que es una función del Estado, un conjunto de poderes, de modo
que no se distingue un poder de una función. Jurisdicción y función jurisdiccional
son dos entidades que pertenecen a distintas regiones del ser, constituidas por
elementos que pertenecen parcialmente a la región ideal (jurisdicción) y a la región
de lo físico (función jurisdiccional, conjunto de actos).

La jurisdicción, en nuestro país es una potestad pública que tienen los tribunales de
juzgar y hacer ejecutar lo juzgado (art 6 LOT). Esta conceptualización sigue el
criterio sustancial (jurisdicción como potestad) y el formal (jurisdicción es la situación
de los tribunales judiciales).
Barrios considera que esta definición es escueta. A su juicio, es jurisdicción el
poder-deber conferido a órganos imparciales -estructural y funcionalmente-
susceptible de establecer el grado máximo de certeza oficial -y eventualmente la
cosa juzgada-, excluyendo la insatisfacción jurídica, en método contradictorio. Esta
definición toma en cuenta todas las referencias categoriales de la situación jurídica
considerada y fija en su naturaleza como tal.

Resumen - Primer parcial. 27


Se distingue ente caracteres necesarios (consisten en la satisfacción jurídica, la
imparcialidad del sujeto, el poder-deber como naturaleza, la certeza máxima como
nota de sus funciones, la contradicción como estructura ideal) de los exclusivos,
relativos a la función certificadora y al sujeto imparcial en doble grado.
Del concepto surge que es verdadera jurisdicción la jurisdicción voluntaria, porque
cumple con todas las notas del concepto y porque los factores agregados en el
proceso de la jurisdicción contenciosa no pertenecen a la esencia de la jurisdicción.
La jurisdicción es la situación jurídica manifestada por el tribunal en el proceso de
ejecución. La estructura de ejecución se reduce en virtud de la regla de proporción
entre evidencia y estructura. Pero el conocimiento es de su esencia, y su modo de
satisfacción es auténtico.

5.6 Las situaciones jurídicas de los interesados principales:


acción y contradicción (excepción).
Lo que se aluda de la acción será aplicable a la excepción, salvo que se indique lo
contrario.

Comprendemos en el mismo rubro a la acción (estatuto del actor) y a la excepción


(estatuto del demandado). En cuanto a situaciones, son complementarias, y sólo les
falta para establecer la identidad, el hecho de que el ejercicio de la acción actualiza
a la segunda, es la promoción de la acción la que pone en vigencia la capacidad de
responder.

La acción es el estatuto procesal del actor, consiste en un derecho subjetivo público


o en un poder-deber, según que su titular sea un sujeto privado o público; su
finalidad es la exclusión de la insatisfacción asumida o pretendida; se manifiesta
principalmente en la audiencia de su titular, la promoción de la jurisdicción y la
determinación de la satisfacción; corresponde tanto en la jurisdicción contenciosa
como voluntaria y es relativamente abstracta.

En su modalidad de derecho subjetivo público, constituye uno de los derechos


humanos.

Todo esto es aplicable a la excepción salvo que, la excepción es el estatuto del


demandado, su finalidad es la evitación de la satisfacción injusta, mediante el
control de la acción; su promoción de la jurisdicción no es inicial sino sucesiva y no
existe en la jurisdicción voluntaria.

Se utiliza el método complementario de las variaciones concomitantes para


establecer la doble identidad de la acción. Esa relación derecho subjetivo—sujeto
privado, poder-deber—sujeto público es constante; en cuanto derecho subjetivo

Resumen - Primer parcial. 28


público se compone de las mismas situaciones simples (carga, facultad, sujeción,
poder y responsabilidad) a las que se agregan deberes por algunas disposiciones,
por ello sus principios son el de disposición o conveniencia. El poder-deber público
se integra con necesidad y poder vinculatorio, sus principios son el de legalidad,
inmutabilidad en indisponibilidad. significa que debe atenerse a lo preceptuado por
la ley, independientemente de su arbitrio, puesto que el interés que defiende no
puede o no debe desviarse de lo establecido en las normas.

La acción se otorga para la exclusión de la insatisfacción asumida o pretendida, así


como la excepción se otorga para la exclusión de la satisfacción improcedente. Sus
manifestaciones principales son la audiencia de su titular, la promoción del proceso
y la determinación de la satisfacción.

Porque la audiencia es una exteriorización necesaria de la acción, Couture concluyó


que el derecho de acción era una especie de género del derecho de petición. Ni la
audiencia necesaria ni la mera promoción agotan la acción; si el tribunal puede fallar
extra petita o ultra petita, sin conexión alguna con la acción, ésta se habrá
degradado, pasando a la situación de querella.

Se ha discutido sobre si la acción es concreta (tiene acción quien tiene derecho


sustancial) o abstracta (tiene acción, tenga o no derecho sustancial, todo aquel que
demanda). Es abstracta la acción si no se requiere que sea fundada, si sólo existe
cuando tiene fundamento sustancial entonces es concreta. La tesis concreta exigiría
que toda vez que se desestima la acción como infundada, no existiera, o sea, que
se declarara nulo todo lo actuado, como tal cosa no suele ocurrir se concluye en
que la acción existe, promueve y mantiene la validez de un proceso, aunque la
demanda se rechace por falta de fundamento en el derecho sustancial. Esto no
significa que todo el que afirma un derecho tiene acción para hacerlo valer, deberá
llenar los requisitos formales (documentos, competencia, etc) y cumplir con los
presupuestos que consisten en la legitimación causal, capacidad procesal
,interés en la causa y posibilidad jurídica.
Un incapaz declarado no ejerce acción, ni un acto de divorcio que no se admite en
el país dado, ni el que demanda el cobro de la deuda de un vecino. Es por tanto
falta la afirmación de que hay suficiente interés por el sólo hecho de demandar, y en
consecuencia, resulta falsa la teoría abstracta absoluta. No se discute la
admisibilidad de la acción, sino de la promoción concreta de una manifestación de la
acción.
La doctrina ha sostenido que la acción es un derecho humano. De la acción será
titular todo sujeto físico por el hecho de ser persona humana. Su inclusión en los
DD.HH tiene una consecuencia fundamental: la acción adquiere rango

Resumen - Primer parcial. 29


constitucional, además de altura moral, y se niega al legislador cualquier posibilidad
de derogar el derecho a la acción. Esta conquista la logró antes la excepción, como
elemento constitutivo del debido proceso legal.

Resumen - Primer parcial. 30

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