Sentencia T-499-20
Sentencia T-499-20
Sentencia T-499-20
Magistrado Ponente:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS.
SENTENCIA
Dentro del proceso de revisión de los fallos dictados Juzgado Primero Civil del
Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Valledupar, en primera
instancia, y Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior de Valledupar, en
segunda instancia, en la acción de tutela de la referencia.
I. ANTECEDENTES
Hechos y solicitud1
1 La narración de los hechos realizada por el actor fue complementada con las documentos anexados al escrito
de tutela.
2 Cuaderno de primera instancia, folio 241. Desde el 6 de septiembre de 2004.
3 Cuaderno de primera instancia, folio 249.
4 Cuaderno de primera instancia, folio 244. Orden procedente del Juzgado Segundo del Circuito Especializado
de Restitución de Tierras de Valledupar.
4
Trámite procesal
11. Mediante auto del 2 de octubre de 20199 el Juzgado Primero Civil del
Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Valledupar, avocó la acción
y dispuso correr traslado del escrito de tutela.
13. De otro lado, adujo que la acción de tutela no es procedente, toda vez que el
peticionario contaba con el medio de control de nulidad y restablecimiento del
derecho ante la jurisdicción contencioso-administrativa, para demandar el acto
administrativo cuestionado.
15. Finalmente, anotó que, en todo caso, el accionante puede acudir ante la
jurisdicción de lo contencioso administrativo para demandar el acto
administrativo que reprocha.
16. El señor Carbono Cantillo impugnó el fallo de tutela 11, reiterando los
argumentos expuestos en el escrito inicial.
Pruebas
19. Las siguientes son las pruebas relevantes que obran en el expediente:
i) Copia de los registros civiles de nacimiento de los dos hijos del accionante 12.
ii) Copia de los comprobantes de deuda emitidos por el Banco Popular por valor
de $44.000.000, y el Banco Davivienda por valor $57.839.35613.
vi) Copia del certificado laboral del accionante, donde consta que el 28 de
agosto de 2019, contaba con 14 años, 11 meses y 21 días de servicio24.
vii) Copia del dictamen del Tribunal Médico Militar de Revisión Militar y de
Policía n.° M19-589. Sesión del 30 de mayo de 201925.
viii) Copia del dictamen de la Junta Médico Laboral n.° 11113 del 19 de
noviembre de 201826.
8. Sostuvo que si bien el accionante “cuenta con una aptitud residual que lo
facultaría en mayor o menor medida para el desarrollo de labores
administrativas (…) estas no pueden desarrollarse toda vez que la patología
psiquiátrica podría agravarse en un ambiente inmerso en factores de riesgo
psicosociales intralaborales características del servicio policial y militar”, tales
como la exposición permanente a situaciones de inseguridad; la jerarquización
castrense, y el acceso al armamento.
Competencia
31La base argumentativa se encuentra en las sentencias T-372 de 2018 y T-041 de 2019, proferidas por la Sala
Octava de Revisión de Tutelas.
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10. Asimismo, con fundamento en los principios sobre los cuales se encuentra
cimentado el Estado social de derecho, especialmente, la igualdad y la
solidaridad, esta Corporación ha señalado que la garantía en mención: (i)
representa para el empleador (público o privado) un deber que se concreta en la
reubicación del trabajador cuando conoce de su situación de salud, siempre que
tenga la posibilidad de asignarle otras labores. Por el contrario, (ii) si en lugar de
ello lo despide se presume que la desvinculación se fundó en la condición de
trabajador, lo que se entiende como un acto discriminatorio y (iii) la
consecuencia es que dicha determinación se torna ineficaz 39. (iv) No obstante, el
trabajador puede ser despedido cuando se configure una causal objetiva para la
terminación del contrato la cual debe ser avalada por el inspector de trabajo.
12. Por último, acerca de los mecanismos de integración social de las personas
en situación de discapacidad es importante destacar la Ley 361 de 1997 41, que
reitera el deber constitucional del Estado de proveer los recursos necesarios para
garantizar la protección, prevención, cuidados, habilitación, rehabilitación,
educación, orientación e integración laboral de aquellas personas que se hallen
en dicha condición. Además, tal compromiso se extiende a la familia y al
conglomerado social, como actores necesarios para lograr los cometidos.
38Sentencias T-399 de 2020, T-041 de 2019, T-372 y T373 de 2018, T-652, T-597 y T-440 de 2017, T-487 y T-141
de 2016, T-587 de 2012, T-050 de 2011, T-784 y T-263 de 2009, T-361 de 2008, T- 198 de 2006, entre otras. Para
la Corte, cuando un trabajador: “i) pueda catalogarse como persona con discapacidad, ii) con disminución
física, síquica o sensorial en un grado relevante, y (iii) en general todas aquellos que (a) tengan una afectación
grave en su salud; (b) esa circunstancia les ‘impida o dificulte sustancialmente el desempeño de sus labores en
las condiciones regulares’, y (c) se tema que, en esas condiciones particulares, pueden ser discriminados por ese
solo hecho, está en circunstancias de debilidad manifiesta y, por tanto, tiene derecho a la estabilidad laboral
reforzada”. (sent. T-041 de 2019).
39 Sentencias T-399 de 2020, T-041 de 2019, T-372 y T373 de 2018, T-652, T-440 de 2017, T-928 de 2014 y T-
613 de 2011.
40Sentencia T-399 de 2020.
41“Por la cual se establecen mecanismos de integración social de las personas en situación de discapacidad y
se dictan otras disposiciones”.
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15. De acuerdo con los artículos 217 y 218 de la Constitución, las Fuerzas
Militares y la Policía Nacional tienen un régimen especial en materia
prestacional, disciplinaria y de carrera42. El sistema normativo que establece las
condiciones de acceso y permanencia, así como las causales de retiro aplicables
a los miembros de la Fuerza Pública lo conforman los decretos leyes 1791, 1793
y 1796 de 200043, la Ley 92344 y el Decreto 4433 de 200445.
17. Según el artículo 3° del mismo decreto, se considera apto quien presente
las condiciones psicofísicas que permitan desarrollar “normal y eficientemente”
la actividad militar, policial o civil correspondiente a su cargo, empleo o
funciones; aplazado, quien a pesar de tener alguna lesión o enfermedad,
mediante tratamiento pueda recuperar su capacidad psicofísica para el
desempeño de la actividad; y no apto “quien presente alguna alteración
sicofísica que no le permita desarrollar normal y eficientemente la actividad
militar, policial o civil correspondiente a su cargo, empleo o funciones”.
47“Junta Medico-Laboral Militar o de Policía. Sus funciones son en primera instancia: 1. Valorar y registrar
las secuelas definitivas de las lesiones o afecciones diagnosticadas; 2. Clasificar el tipo de incapacidad
sicofísica y aptitud para el servicio, pudiendo recomendar la reubicación laboral cuando así lo amerite; 3.
Determinar la disminución de la capacidad psicofísica; 4. Calificar la enfermedad según sea profesional o
común; 5. Registrar la imputabilidad al servicio de acuerdo con el Informe Administrativo por Lesiones; 6. Fijar
los correspondientes índices de lesión si hubiere lugar a ello; 7, Las demás que le sean asignadas por Ley o
reglamento”.
48 De acuerdo con el artículo 17 del Decreto 1796 de 2000, esa Junta está integrada por tres (3) médicos de
planta de la Dirección de Sanidad de la respectiva Fuerza o de la Policía Nacional.
49 Conformado por los Directores de Sanidad del Ejército, de la Fuerza Aérea, de la Armada Nacional y de la
Policía Nacional, si fueren médicos, y por el médico del Estado Mayor Conjunto, para un total de 5 miembros
con voto; además, hay un asesor jurídico del Ministerio de Defensa que participa con voz pero sin voto. Este
asunto se encuentra regulado en el artículo 26 del decreto 094 de 1989.
50“Artículo 21. Tribunal Médico-Laboral de Revisión Militar y de Policía. El Tribunal Médico Laboral de
Revisión Militar y de Policía conocerá en última instancia de las reclamaciones que surjan contra las decisiones
de las Juntas Médico-Laborales y en consecuencia podrá ratificar, modificar o revocar tales decisiones. Así
mismo, conocerá en única instancia la revisión de la pensión por solicitud del pensionado”.
51“Artículo 7. Validez y vigencia De los exámenes de capacidad psicofísica. Los resultados de los diferentes
exámenes médicos, odontológicos, psicológicos y paraclínicos practicados al personal de que trata el artículo
1o. del presente decreto, tienen una validez de dos (2) meses, contados a partir de la fecha en que le fueron
practicados. El concepto de capacidad sicofísica se considera válido para el personal por un término de tres (3)
meses durante los cuales dicho concepto será aplicable para todos los efectos legales; sobrepasado este
término, continúa vigente el concepto de aptitud hasta cuando se presenten eventos del servicio que impongan
una nueva calificación de la capacidad psicofísica”.
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20. Por último, se debe indicar que el artículo 22 precisa que “[l]as
decisiones del Tribunal Médico-Laboral de Revisión Militar y de Policía son
irrevocables y obligatorias y contra ellas solo proceden las acciones
jurisdiccionales pertinentes”.
21. Este es, pues, el marco general que aplica en materia de valoración de la
capacidad psicofísica de los miembros de la Fuerza Pública.
27. Ahora bien, en las sentencias T-237 de 2010, T-898 de 2010, T-910 de
2011, T-362 de 2012, T-508 de 2012, T-1048 de 2012, T-373 de 2018 y T-399 de
2020, esta Corporación conoció casos de policías desvinculados de la institución
tras haber sido calificados no aptos y no reubicables y, con fundamento en el
precedente expuesto, salvaguardó sus derechos fundamentales adoptando una de
las siguientes modalidades de protección que dependen de las particularidades
del asunto: (i) el reintegro o reincorporación en actividades que les posibilite
aprovechar sus destrezas, habilidades y/o formación académica 58, (ii) una nueva
valoración integral de su capacidad psicofísica, a partir de la cual la Policía debe
adoptar la decisión sobre la reubicación y la reincorporación 59; (iii) el reintegro y
el seguimiento de la enfermedad60; o (iv) únicamente realizar un nuevo
dictamen61.
ese sentido, la Sala determinó que era necesario ordenar el reintegro; a su vez,
teniendo en cuenta la condición psíquica del accionante, ordenó realizar un
seguimiento a su enfermedad, de manera que “si en la oportunidad
correspondiente, el profesional considera que no es apto para continuar
vinculado a la Policía, las decisiones pertinentes deben observar las directrices
constitucionales y las contenidas en los Decretos 1791 y 1796 de 2000”.
31. Esta Corporación sostuvo que, si bien es posible retirar del servicio a un
miembro de la Policía Nacional como consecuencia de la disminución de su
capacidad psicofísica, lo cierto es que antes de dar aplicación a esa causal es
preciso realizar una valoración juiciosa de la posibilidad de disponer o no la
reubicación en otro cargo, de manera que la decisión no puede ser tomada
por las autoridades médicas “a priori y sin tener los elementos suficientes
para el efecto”. Por ello, la Corte concluyó que la Policía vulneró los derechos
fundamentales del accionante al retirarlo del servicio en virtud de un concepto
que omitió valorar de forma integral y actualizada sus patologías62. La
medida de protección adoptada en esa oportunidad, consistió en confirmar la
orden del juez de primera instancia 63 que dispuso emitir un nuevo dictamen
teniendo en cuenta todos los exámenes y la historia clínica reciente del
peticionario; además, la Corte ordenó a la Dirección de Sanidad de la Policía
Nacional prestar los servicios médicos requeridos por el accionante “para el
tratamiento y recuperación de su patología, de forma ininterrumpida y
permanente, aun cuando el actor sea retirado de la institución”.
34. Esta Sala de Revisión debe precisar que a pesar de las diferencias
puntuales que puedan existir entre los regímenes de la Policía Nacional y las
Fuerzas Militares, el marco constitucional de amparo al derecho a la no
discriminación en el ámbito laboral de los uniformados con disminución de la
capacidad psicofísica ha cobijado en general a toda la Fuerza Pública 65.
65 Así, de manera similar a lo expuesto frente a los policías, este Tribunal Constitucional ha señalado que el
retiro absoluto de un soldado profesional de las Fuerzas Militares solo podrá proceder cuando la Junta Médico
Laboral en única instancia o el Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía concluyan que sus
condiciones de salud no son suficientes, ni puede ser capacitado para desempeñar ninguna actividad dentro de las
Fuerzas Militares. En caso contrario, se deberá garantizar la permanencia en el empleo a través de la reubicación,
sin que ello signifique desmejorar las condiciones, sino buscar alternativas laborales compatibles con su
situación. Cfr. sentencias T-460 de 2019, T-372 de 2018, T-652 de 2017, T-440 de 2017, T-076 de 2016, T-928 de
2014, entre otras.
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36. Este Tribunal reiteró que las Fuerzas Armadas tienen la obligación de
reubicar a sus funcionarios en situación de discapacidad, en tanto son
merecedores de especial protección constitucional; por ello, deben realizar una
real valoración de las condiciones de salud, las habilidades, las destrezas y
las capacidades del afectado, a fin de establecer si existen actividades que
podría cumplir en la correspondiente fuerza. Bajo ese entendido, concluyó
que en el caso concreto en realidad no se valoró la posibilidad de reubicar al
actor, pues el dictamen únicamente hizo referencia al riesgo que se podría
derivar de su enfermedad psicológica. Como medida de protección, la Corte
ordenó la reincorporación del soldado, así como realizar una nueva valoración
de su capacidad psicofísica. Adicionalmente, en el evento de que se considerara
que no era apto para la prestación del servicio, ordenó al Tribunal Médico
Laboral rendir un informe técnico en el que determinaran las labores que podía
desempeñar y si era aconsejable su reubicación. Finalmente, advirtió que la
determinación del porcentaje de pérdida de capacidad debía ser congruente con
la recomendación de reubicación, de manera que de llegar a concluirse que no
tenía capacidad suficiente para desempeñar ninguna actividad, se debía
recalificar la pérdida de capacidad.
38. Ahora bien, la Corte ha sido consistente en señalar que los dictámenes
médicos deben “ser motivados, en el sentido de manifestar las razones que
justifican en forma técnico-científica la decisión, tener pleno sustento
probatorio y basarse en un diagnóstico integral del estado de salud del
[petente]”66. En ese orden, los documentos expedidos por las Juntas y Tribunales
Médico-Laborales no pueden respaldarse en simples argumentos de autoridad y
carentes de fundamentación suficiente, menos pueden ser productos de “simples
formatos en los cuales se llenan para el caso los espacios en blanco, cada una
66Sentencia T-508 de 2012. Sobre el particular, también se pueden consultar las sentencias T-362 de 2012 y T-
898 de 2010.
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41. Por otra parte, importa destacar que este Tribunal ha llamado la atención
sobre las aparentes incongruencias de las decisiones de las Juntas Médico-
Laborales Militares y de Policía, así como de los Tribunales de Revisión, dado
que, por un lado, califican la disminución de la pérdida de capacidad psicofísica
con porcentajes menores y, por el otro, consideran que los uniformados no son
aptos para desarrollar ninguna actividad dentro de la institución (ni siquiera las
administrativas) descartando de plano su reubicación. En ese orden, ha señalado
que cuando como resultado de la calificación se considere que el evaluado no es
apto, ello no significa por sí misma su incapacidad para desempeñar cualquier
función. Aceptar la tesis contraria llevaría a sostener que la discapacidad se
asimila en un todo a la pérdida absoluta de la capacidad laboral, contrariando el
67Ibídem.
68 Sentencia T-362 de 2012.
69Ibídem.
70 Sentencias T-440 de 2017, T-508 de 2012, T-362 de 2012 y T-808 de 2010.
71Ibídem.
22
72Cfr. sentencias T-399 de 2020, T-373 de 2018, T-372 de 2018, T-440 de 2017, T-487 de 2016, T-928 de 2014,
entre otras.
73Ibídem.
74Cfr. Ley 924 de 2004, Decreto 4433 de 2004 y Decreto 1157 de 2014.
75 Sentencia T-372 de 2018.
76Cfr. sentencias T-399 de 2020, T-373 de 2018, T-372 de 2018, T-440 de 2017, T-487 de 2016, T-928 de 2014,
entre otras.
77Sentencia C-381 de 2005.
78 La referida sentencia de constitucionalidad refiere: “La Corte se ha pronunciado en el sentido de que las
personas discapacitadas gozan de una estabilidad laboral reforzada mediante la cual se garantiza su
permanencia en el empleo, luego de haber adquirido la limitación física sensorial o sicológica, y ha
considerado que para lograr ese fin deben adelantarse programas de rehabilitación y capacitación necesarias
para que se les permita alcanzar una igualdad promocional en aras del goce efectivo de sus derechos”. En
correspondencia, en el fallo T-460 de 2019, en el que se estudió el acto de desvinculación del retiro del servicio
de un miembro de la Fuerza Pública, como consecuencia del concepto de no apto y no reubicable emitido por la
Junta Médico Laboral, esta Corporación sostuvo que dado el compromiso tan intenso que asume la Fuerza
Pública en el ejercicio de esta actividad, y que los miembros de las instituciones militares y de policía
comprometen hasta su vida misma, es al Estado al que asiste el deber de protegerlos, de manera que frente a la
pérdida de cierto grado de capacidad laboral, los uniformados reciban “(…) la rehabilitación adecuada, la
educación apropiada, la orientación, la integración laboral; a fin de obtener una reubicación en sus funciones,
en armonía con los actividades y aptitudes que en gran medida aún conservan”. Énfasis añadido.
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44. Por último, es necesario indicar que de acuerdo con la sentencia T-452 de
201879, cuando un miembro de la Fuerza Pública es retirado del servicio sin
acceso a la asignación de retiro o a la pensión, surge la obligación de la
Dirección de Sanidad Policial de continuar prestando los servicios de salud
en los siguientes eventos:
79Cfr. sentencias T-286 de 2019, T-373 de 2018, T-910 de 2011 y T-898 de 2010, entre otras.
80Para la Corte, el principio de continuidad en la prestación del servicio de salud supone la imposibilidad de su
interrupción, a menos que exista una causa legal que se ajuste a los principios constitucionales. T-286 de 2019,
T-452 de 2018, T-373 de 2018, T-910 de 2011 y T-898 de 2010, entre otras.
81 Sentencia T-399 de 2020.
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Caso concreto
82Sentencias T-237 de 2010, T-898 de 2010, T-910 de 2011, T-508 de 2012, T-362 de 2012, T-373 de 2018 y T-
399 de 2020.
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51. Por su parte, la Policía Nacional considera que la desvinculación del actor
se ajusta a la causal de disminución psicofísica consagrada en el Decreto Ley
1791 de 2000, en consonancia con la calificación efectuada por el Tribunal
Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía.
83Cfr. sentencia T-244 de 2018, T-695 de 2017 y A-115 de 2005, entre otros.
84Sentencia T-372 de 2018.
85Cfr. sentencias T-399 de 2020, T-106 de 2019, y T-452 de 2018, entre otras.
86Folio 372, cuaderno de primera instancia.
87 Artículo 86: “(…) Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa
judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable (…)”.
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61. Observa la Sala que el referido mecanismo judicial resulta idóneo no solo
para cuestionar la resolución de desvinculación proferida por la Dirección
General de la Policía Nacional, sino también las actas de calificación de la
capacidad laboral del señor Carbono Cantillo 92. Asimismo, en este tipo de
88Ibídem. Respecto a la aptitud del medio de defensa ordinario, la jurisprudencia constitucional ha señalado que
corresponde al juez de tutela analizar en cada caso concreto: (i) las características del procedimiento; (ii) las
circunstancias del peticionario; y (iii) el derecho fundamental involucrado. Ello, con el fin de determinar si la
acción ordinaria salvaguarda de manera eficaz las prerrogativas iusfundamentales, es decir, si resuelve el asunto
en una dimensión constitucional o permite tomar las medidas necesarias para la protección o restablecimiento de
los derechos fundamentales afectados. En cuanto a la procedencia de la acción de tutela como mecanismo
transitorio, la Corte ha reiterado que se debe demostrar que la intervención del juez de tutela es necesaria para
evitar la ocurrencia de un perjuicio irremediable, esto es, comprobar que el peligro que se cierne sobre el derecho
fundamental es de tal magnitud que afecta con inminencia y de manera grave su subsistencia, requiriendo por
tanto de medidas impostergables que lo neutralicen. De esta manera, corresponde al interesado demostrar una
afectación inminente del derecho -elemento temporal respecto al daño-; la gravedad del perjuicio -grado o
impacto de la afectación del derecho-; la urgencia de las medidas para remediar o prevenir la afectación; y el
carácter impostergable de las medidas para la efectiva protección de los derechos en riesgo.
89Al respecto, consultar las sentencias T-399 de 2020, T-460 de 2019, T-286 de 2019, T-452 de 2018, T-373 de
2018, T-372 de 2018, T-440 de 2017, T-487 de 2016, T-076 de 2016, T-928 de 2014, T-1048 de 2012, T-508 de
2012, T-362 de 2012, T-910 de 2011, T-898 de 2010 y T-237 de 2010, entre otras.
90Ley 1437 de 2011: “ARTÍCULO 138. NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO. Toda persona
que se crea lesionada en un derecho subjetivo amparado en una norma jurídica, podrá pedir que se declare la
nulidad del acto administrativo particular, expreso o presunto, y se le restablezca el derecho; también podrá
solicitar que se le repare el daño. (…)”.
91Es necesario indicar que, a pesar de que la Corte requirió al accionante informar si acudió al medio de control
de nulidad y restablecimiento del derecho, a la fecha no se ha obtenido respuesta.
92Decreto Ley 1796 de 2000. “ARTICULO 22. IRREVOCABILIDAD. Las decisiones del Tribunal Médico-
Laboral de Revisión Militar y de Policía son irrevocables y obligatorias y contra ellas sólo proceden las
acciones jurisdiccionales pertinentes”.
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93“PROCEDENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES. En todos los procesos declarativos que se adelanten ante
esta jurisdicción, antes de ser notificado, el auto admisorio de la demanda o en cualquier estado del proceso, a
petición de parte debidamente sustentada, podrá el Juez o Magistrado Ponente decretar, en providencia
motivada, las medidas cautelares que considere necesarias para proteger y garantizar, provisionalmente, el
objeto del proceso y la efectividad de la sentencia, de acuerdo con lo regulado en el presente capítulo”.
94“CONTENIDO Y ALCANCE DE LAS MEDIDAS CAUTELARES. Las medidas cautelares podrán ser
preventivas, conservativas, anticipativas o de suspensión, y deberán tener relación directa y necesaria con las
pretensiones de la demanda. (…)”.
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64. Por último, en la sentencia T-460 de 2019, al estudiar otra acción de tutela
formulada contra la resolución que ordenó el retiro del servicio de un soldado
que presentaba una disminución de su capacidad laboral, esta Corporación
sostuvo que: “(…) debe reconocerse el importante esfuerzo efectuado por el
Legislador para fortalecer los medios de control judicial y las medidas
cautelares en la jurisdicción de lo contencioso administrativo. Sin embargo, en
el caso sometido a consideración de esta Corte, ese otro medio de defensa
judicial no puede considerarse eficaz a la luz de las circunstancias concretas
del actor porque, como así se informó (…) fue retirado del Ejército Nacional
(…), su tratamiento de salud se ha visto interrumpido por la consecuente
desafiliación al sistema de seguridad social en salud, tiene una precaria
situación económica y la única fuente de ingresos que tenía era su salario.
Estas circunstancias, en los términos de la jurisprudencia constitucional, han
determinado que en el pasado dicho amparo –en relación con similares hechos
a los expuestos en este proceso- se hubiere considerado como un mecanismo de
protección definitiva”95.
68. En suma, teniendo en cuenta (i) las características del proceso de nulidad
y restablecimiento del derecho y de las medidas cautelares que se pueden
adoptar; (ii) la falta de recursos económicos para suplir las necesidades básicas
del núcleo familiar; (iii) la dificultad de vinculación y reinserción al mercado
laboral; (iv) la condición de sujeto de especial protección constitucional y el
grado de vulnerabilidad; y (v) la relevancia especial que adquieren los derechos
constitucionales invocados; la Sala de Revisión considera que el medio de
control de nulidad y restablecimiento del derecho no resulta eficaz para proteger
de forma expedita las garantías superiores del actor, por lo que el instrumento
adecuado en este caso para la salvaguarda iusfundamental es la acción de tutela.
Análisis de la vulneración
72. Pues bien, mediante acta del 19 de noviembre de 2018, la Junta Médico
Laboral de Policía determinó que el accionante presentaba una disminución de
la capacidad psicofísica del 25.89%, como consecuencia de sus diagnósticos
“síntomas ansiosos secundarios a acentuación de rasgos de la personalidad
(…) con discontrol de impulsos”, “hipertensión arterial esencial controlada sin
evidencia de compromiso de órgano blanco”, e “insuficiencia mitral y
tricúspidea leve”. Asimismo, concluyó que no era apto “para el servicio por
padecer síntomas ansioso depresivos y de discontrol de impulsos que lo ha
limitado para la reincorporación laboral (actualmente cursa con
aproximadamente dos años de incapacidad)”. Y respecto a la posibilidad de
recomendar su reubicación únicamente sostuvo: “NO ES REUBICABLE,
teniendo en cuenta que el exponerlo a situaciones estresantes y de gran
demanda de responsabilidad, así sea en labores administrativas, docentes o de
instrucción o de fortalecimiento de las relaciones con la comunidad propias de
la Policía Nacional, pueden exacerbar los síntomas con el consecuente
deterioro de su salud, poniéndose en riesgo el mismo evaluado, los compañeros,
comandantes, la comunidad, la institución y sus procesos”.
armamento que pudiera cumplir dentro de la institución 99. Así pues, aunque
este concepto médico no es el definitivo, es importante destacar que dicha
argumentación “de formato”100 no satisface los requerimientos precisados por la
jurisprudencia constitucional.
104 Constitución Política: “Artículo 218. La ley organizará el cuerpo de Policía. La Policía Nacional es un
cuerpo armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento
de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los
habitantes de Colombia convivan en paz. La ley determinará su régimen de carrera, prestacional y
disciplinario”.
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necesario contar en sus filas con personal idóneo que le sirva al mismo
(…) la permanencia en la Institución con este tipo de patologías ponen en
peligro su condición médica”.
77. Respecto de esta primera parte del concepto, la Sala encuentra necesario
realizar las siguientes observaciones:
Por último, se debe destacar que el Tribunal vuelve a hacer referencia a que la
Policía Nacional es una institución de índole militar, cuando señala que los 15
años de experiencia del actor no son determinantes “a la hora de tratarse de un
paciente con patología psiquiátrica activa dentro de una institución de índole
militar”, lo que resulta inexacto de cara al artículo 218 superior. Ciertamente,
esta Corporación106 se ha referido a la naturaleza jurídica de la Policía Nacional
y de las Fuerzas Militares para destacar las diferencias entre las dos
instituciones, que radican, fundamentalmente, en el carácter civil que se atribuye
únicamente a la Policía y no a las Fuerzas Militares, y en el objetivo que
persigue cada institución, que para el caso de la Policía es el mantenimiento de
las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas,
y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz, mientras que
en el de las Fuerzas Militares la defensa de la soberanía, la independencia, la
integridad del territorio nacional y del orden constitucional. Dichas precisiones
que persiguen “acentuar la deseable distinción entre lo civil y lo militar, que en
últimas pretende preservar las libertades individuales al situar al individuo a la
mayor distancia posible de los medios de represión y coacción propiamente
bélicos, por su mayor capacidad de destrucción” 107, igualmente tiene
implicaciones al momento de (a) formar el personal policial y el militar, (b) de
establecer las funciones que unos y otros desarrollan, y (c) de determinar las
habilidades y/o destrezas que se debe exigir al personal militar y al policial.
“(…) [S]e incumplió tal obligación y se dispuso el retiro del actor con
fundamento en un concepto del Tribunal Laboral de Revisión Militar y de
Policía en el que sólo se hace referencia a la posibilidad de que el actor
ponga en peligro a la comunidad, y se omite valorar las condiciones de
salud, las habilidades, las destrezas y las capacidades del sujeto, a fin de
establecer si existen actividades que podría cumplir dentro de la
institución.
80. Así pues, la Corte recuerda que no se ajusta a la Carta Política retirar del
servicio activo a policías que perdieron su capacidad laboral en un grado
inferior a aquel necesario para acceder a la pensión de invalidez y que fueron
declarados no aptos para la actividad policial, sin haber agotado suficientemente
la posibilidad de reubicarlo en otras actividades. Aunque de las conclusiones del
dictamen es posible extraer prima facie que el actor ya no puede seguir
desarrollando las funciones operativas propias de la institución, también es
cierto que, de acuerdo con los medios de prueba obrantes en el expediente,
existen otras alternativas para las que pudiese resultar idóneo. Por ejemplo, el
señor Carbono Cantillo aportó al trámite de tutela dos constancias de cursos
realizados en el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA: el primero, en
organización de archivos de gestión y, el segundo, en primeros auxilios, ambos
con una intensidad horaria de 40 horas; en ese orden, sí podría considerarse que
cuenta con habilidades que ayudarían a su reubicación en dependencias de la
Policía como Archivo, Talento Humano, Sanidad, Bienestar Social 112, etc.,
mismas que, en principio, no tienen relación con el uso de armas.
82. Finalmente, la Sala no puede pasar por alto que, de acuerdo con la
jurisprudencia constitucional, la decisión de las autoridades médicas puede
considerarse también incongruente: por un lado, calificaron solo en 25.89% y
luego 27.12% la disminución de la capacidad laboral del accionante (porcentaje
relativamente bajo), y por el otro, señalaron que no era apto para el servicio, ni
siquiera reubicable. En otras palabras, si efectivamente el señor Carbono
Cantillo no podía desempeñar dentro de la Policía Nacional ninguna actividad,
ni siquiera una de naturaleza administrativa, es razonable suponer que la
85. Así las cosas, la Sala concluye que la Resolución n.° 03444 del 20 de
agosto de 2019, por medio de la cual retiró del servicio activo de la Policía
Nacional al señor Jair José Carbono Cantillo, incumplió mandatos superiores de
protección a personas en situación de discapacidad y vulneró los derechos
fundamentales del accionante a la igualdad, al trabajo en conexidad con la
estabilidad laboral reforzada, al mínimo vital, a la vida en condiciones dignas y
al debido proceso.
89. Por ello, atendiendo las particularidades del asunto, como ocurrió en la
sentencia T-399 de 2020, la Corte considera que no se debe proceder
directamente a la reincorporación y reubicación del accionante, sino ordenar a la
Policía Nacional que en el término de treinta (30) días siguientes a la
notificación de esta sentencia, efectúe las gestiones necesarias para que la Junta
Médico Laboral valore integralmente el estado de salud y las capacidades del
señor Carbono Cantillo, realice la calificación correspondiente, y conforme a los
resultados de la Junta, adopte una decisión sobre (i) la reubicación, previo al
análisis integral y suficiente sobre si el accionante tiene capacidades que puedan
ser aprovechadas en actividades administrativas, docentes o de instrucción
propias de la entidad; y (ii) el reintegro.
90. Para lo anterior, toda vez que el artículo 7 del Decreto Ley 1796 de 2000
señala que los conceptos de especialistas practicados con la finalidad de evaluar
la capacidad psicofísica tienen una validez o vigencia de 3 meses, contados a
partir de la fecha en que fueron practicados, la Sala advierte que la valoración
114Folio 2 del dictamen de la Junta Médico Laboral de Policía del 19 de noviembre de 2018.
115 Fecha del dictamen del Tribunal Médico Laboral.
41
91. En todo caso, de llegar a establecer que el señor Carbono Cantillo cuenta
con las capacidades para ser reintegrado y reubicado, la Policía deberá proceder
al pago de los salarios y prestaciones sociales dejados de percibir hasta la fecha
en que se haga efectiva la reincorporación. Además, deberá garantizar que el
nuevo cargo se ajuste a las condiciones del actor, y que reciba la capacitación
necesaria para desempeñar adecuadamente la nueva actividad.
RESUELVE: