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Optimismo Inteligente

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Optimismo Inteligente.

PRESENTACIÓN Y BIENVENIDA LAMINA 1


¿Sabías que el Optimismo inteligente, una habilidad que puede entrenarse?

Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una


calamidad en toda oportunidad. - Benjamín Franklin.

“Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres,


abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.” - PABLO
NERUDA

PARA TI: ¿Qué es Optimismo y que es ser optimista?

Abro chat

El optimismo se define como la predisposición a entender y a analizar la


realidad desde su aspecto más positivo.

Fíjate algo, El que tú seas optimista te va a ayudar a avanzar y a no quedarte


estancado ante las dificultades, inseguridades o miedos, te ayuda a salir de tu
zona de confort, a ser valiente y decidido. El optimismo te permite pensar con
ilusión y con esperanza, lo que hace que trabajes en el presente más convencido
y con fuerza. Siendo optimista te centras en las soluciones y perseveras.

El optimista es, una persona realista, porque tiene más en cuenta los aspectos
negativos que los pesimistas los positivos. Ser optimista no es pasar de lo
negativo a lo positivo. Te lo explico mejor. Si tú eres optimista, vas a tener claro
que tienes en tu vida, aspectos negativos. Eres una persona de luces y sombras y
eso es normal. Lo bueno es que mires siempre tu lado positivo para lograr cosas
sin que dejes a un lado tu lado negativo que, en cualquier momento dado, te
ayudará a ser más optimista. Suena raro, pero te o dejo a que lo analices y le des
tu propio significado.

Conviértete en optimista. Dado que nuestra esperanza de vida aumenta, hay


que ponerle vida a los años. No te quedes con el “yo soy así”, eso es zona de
confort. Heredamos el estado de ánimo de nuestros padres.

Entre el 25% y 50% de la habilidad para ser feliz está escrita en los genes, pero el
resto es nuestra tarea; ahí está nuestro margen de maniobra. Nuestro cerebro es
plástico y podemos reeducarlo en pensamientos positivos. Es cuestión de
tiempo, y créenoslo: Estoy seguro que te lo agradecerás.

Los pesimistas se escudan en frases como “no soy pesimista, soy realista” o
“un optimista es un pesimista mal informado”. Estas frases condicionan la
forma de pensar. Toma conciencia de que las percepciones son subjetivas. Como
ejemplo, el famoso vaso medio lleno o medio vacío. Somos nosotros quienes
moldeamos la perspectiva de las cosas. La educación y las malas costumbres
convierten en hábito un lenguaje basado en la duda, el temor o en la inseguridad.

LAMINA 2

Tu pesimismo en ocasiones te ha traído beneficios. El victimismo provoca que


los demás estén pendientes de ti, lo que refuerza la idea de que dar pena y
compadecerse de uno mismo atrae a las personas. Pero, todo lo contrario: lo que
pasa es que las alejas de ti. La gente quiere gente alegre y positiva que contagie
emociones que les movilicen a vivir mejor.

Somos pensamiento, emoción y conducta, y cada una influye en las otras. Sólo
es cuestión de romper el círculo por donde más fácil te parezca. Por tu mente,
según la emoción, aparecen pensamientos que van adornando esa emoción:
pensamientos de frustración (“es que no me sale nunca”), de inseguridad
(“yo no sé si seré capaz”), de temor (“y si por eso no me dan más
posibilidades”, “siempre…”, “nunca...”)

Todos son pensamientos que admites como reales, no los cuestionas: como
representan lo que piensas, les otorgas el don de la verdad. Aquí está el primer
error: pensar que todos tus pensamientos deben ser reales. ¿Verdad que
cuando piensas “soy el mejor” hay una parte de ti que te dice “no te pases…”? Te
cuento que con los pensamientos negativos pasa lo mismo.

No permitas dejarte llevar por ellos. Ha llegado el momento en el que has de


agarrar el volante de tus pensamientos y decidir por dónde circular.

.- Párate y sé consciente de lo que te viene, porque ésta es la clave: aprende a


hablarte en otro idioma. Y, como no podemos cambiar algo de lo que no somos
conscientes, necesitas tomarte tu tiempo y observar, sentir y anotar qué te pasa
por la mente ante situaciones que te suponen retos. Verás la cantidad de palabras
y frases que te limitan. Tu cerebro está acostumbrado a que creas todo lo que te
dices: te domina. (Tu subconsciente le dice si a todo)

Tienes un monólogo que aburre y que has aceptado con resignación. Ya es


hora de que empieces a hablarte de otra manera.

Te cuento que la palabra tiene poder y antes de que se convierta en palabra


hablada, está en tu vida como palabra pensada. Cuida con lo que piensas,
recuerda el subconsciente

Si sabes que tu optimismo y pesimismo está también en la forma que hablas,


Entonces, ¿por qué decides hablar en gris? Dirás que no es fácil, que llevas toda
tu vida hablando así y tienes 20-30-40-50 años.
Cambia de hábitos lingüísticos. Nadie dijo que cambiar un hábito sea fácil, pero
no es imposible. Sólo es cuestión de práctica y entrenamiento. Todo depende de
tus ganas y de lo limitante que esté siendo tu discurso en tu vida. Los motivos que
te llevan a cambiar un hábito son personales, pero los beneficios son comunes.

Las personas que comienzan a hablarse de este modo se sienten capaces,


con más fuerza, y se predisponen a las nuevas oportunidades con energía
renovada. Se centran en su presente, borrando experiencias pasadas que
sólo tendrán ya en cuenta para mejorar, perfeccionarse y seguir intentando
lo que se proponen.

Entonces, ¿qué es ser optimista?

El optimismo es la gasolina de la automotivación. El optimista:

- Persiste en sus objetivos a pesar de las dificultades y contratiempos que surjan.


- Actúa, porque tiene la esperanza de que las cosas salgan bien, centrándose en
las oportunidades y no en las amenazas.
- Piensa que las dificultades o contratiempos se deben a circunstancias
manejables más que a fallos propios.

Estudios demuestran que los pesimistas se rinden con más facilidad y se


deprimen con frecuencia.

El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más
inteligencia. - Henry Ford.

Así que decide tu futuro y entrena tu optimismo.

LAMINA 3

Uno de los orígenes de una visión positiva o negativa puede ser el


temperamento innato, el carácter o la personalidad, ya que hay personas que
tienden naturalmente hacia uno o hacia el otro. Las diferencias entre personas
optimistas y confiadas y personas que esperan el fracaso comienzan a formarse
en los primeros años de vida.

El Optimismo se define, en función de la forma en que la gente se explica a


si misma sus éxitos y sus fracasos:
.- Los optimistas consideran que los fracasos se deben a algo que puede
cambiarse y al enfrentarse de nuevo una situación parecida pueden llegar a
triunfar.
.- Los pesimistas, por el contrario, se echan la culpa de sus fracasos a algo que se
ven incapaces de modificar.

Estos distintos enfoques tienen consecuencias muy profundas en la forma de


hacer frente a la vida. Los estudiantes optimistas sobresalen en los estudios, el
trabajo, el deporte y disfrutan de una mejor salud. Mientras los pesimistas se
rinden con más facilidad y se deprimen.

Si hablamos del optimismo inteligente, nos referimos al optimismo consciente,


es decir, optimismo como regla de comportamiento que tiene que ir acompañado
de proactividad dirigida a un objetivo.

IMPORTANTÍSIMO
¿Se puede entrenar el optimismo inteligente?
¡La respuesta es sí!
Hay determinadas situaciones que provocan sensaciones negativas como la
ansiedad, el miedo, irritabilidad, etc. Sentir estas emociones negativas, es algo
natural, y no pasa nada mientras que no se adueñen de nosotros. No todo el
mundo tiene desarrollada una actitud optimista, porque estamos condicionados
por nuestra personalidad. Pero, el optimismo es un rasgo que forma parte de
nuestra inteligencia emocional y, hasta cierto punto, se puede entrenar.

Unos factores que ayudan mejorar el optimismo inteligente son:


1.- Elegir nuestras metas coherentes con nuestra personalidad.
2.- Persistir en conseguir los objetivos a pesar de las dificultades o contratiempos.
3.- Tener mayor autoconocimiento y aceptar nuestra propia realidad.
4.- Desarrollar la valentía y ser más atrevido en afrontarse a situaciones de más
riesgo.
5.- Educar la capacidad de «goce».
6.- Centrarse en las oportunidades, y no en las amenazas.
7.- Abrirse al exterior y no tener pensamientos obsesivos. (ejemplos de
pensamientos obsesivos: tengo que, si hubiera, si pasara,…)
8.- Cultivar empatía, diplomacia, amor,…

¿Es bueno ser siempre Optimista?


Por supuesto, un optimista no es una persona que cree que nunca pasa nada y
que vive en un mundo poco realista. No es así, el optimista inteligente es
alguien que tiene la capacidad de ver la realidad y reconocer si algo no
funciona, al encontrarse en un momento de crisis encuentra la fuerza de
manera natural de aportar alternativas o motivarse para luchar y seguir
adelante. Mientras, una persona pesimista ante un problema tiene, muchas veces,
la tendencia en paralizarse o abandonar pensando que no sale bien, sin la
creatividad de buscar alternativas o no toma su propia responsabilidad sobre la
situación.

Los beneficios clínicos del optimismo


Las emociones positivas pueden ser, hasta cierto punto, tonificantes. No quiere
decir que son curativas, pero el optimismo suele afectar al curso de una
enfermedad. También podemos mencionar que una persona optimista suele tener
hábitos más saludables que suponen considerables ventajas y cuidan mejor la
salud. Unos estudios demuestran que suelen fumar y beber menos hacer ejercicio
físico con más frecuencia.
El pesimismo puede afectar a la resistencia del sistema inmunológico del cuerpo,
aunque, hay que decir, que esto, no se ha podido comprobar hasta la fecha de
hoy.
Los problemas de ansiedad, depresión e irritabilidad crónica no constituyen la
causa directa de una enfermedad, pero si parecen interferir en el curso de
recuperación del paciente.
“un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una
calamidad en toda oportunidad” - Benjamín Franklin
Jamás olvides valorar lo que has conseguido y disfruta de eso, cada situación
tiene su mérito y hay que agradecer que lo has conseguido con esfuerzo y
enfrentando dificultades.

Quiero recordarte que


El optimismo inteligente se entiende como: Apreciar, valorar, estimular y
reconocer lo mejor de una persona, situación o experiencia y, en general, del
mundo que nos rodea. Tener esperanza, tomar la determinación de hacer
planes con la intención de alcanzar objetivos, ejercer control intencionado y
confiado sobre la vida.
Debemos saber que un OPTIMISMO INTELIGENTE, es más que tener
pensamientos positivos, ya que pone en marcha muchos recursos como son la
ACEPTACIÓN, la PERSISTENCIA y por supuesto, que seamos POSITIV@S.
La persona optimista inteligente conoce sus limitaciones, pero se centra en sus
posibilidades y trabaja para alcanzar las metas que se propone.
El OPTIMISMO INTELIGENTE se puede trabajar con actividades que se focalicen
en el pasado, presente y futuro, escogiendo lo positivo de lo que haya ocurrido y
ocurrirá a lo largo de nuestra vida:
En el PASADO: Sabemos ver todo lo bueno que nos ha pasado, pero no solo eso.
Debemos de ver todo aquello no tan bueno, pero que nos hizo crecer, aprender y
que quizás de algún modo nos ha llevado a estar y a ser la persona que somos
hoy día.
En el PRESENTE: Vemos todo lo bueno, y también todo lo positivo que podemos
sacar de las cosas que nos están pasando ahora.
En el FUTURO: Tenemos esperanza de que nos pasen cosas buenas.
El OPTIMISMO INTELIGENTE no es estar siempre content@s, ni sentir alegría
por exceso. Debemos reconocer las emociones desagradables, y las cosas malas
que nos pasan, puesto que están ahí, y debemos aprender de ellas, lo que no
debemos es centrarnos y poner todo el foco solo en lo negativo.
Se sabe que genéticamente hay personas mas predispuestas a ser optimistas
inteligentemente que otras.

Según la gráfica de la Fórmula de la Felicidad (Sonja Lyubomirsky), que seamos


más o menos felices, depende en un 50% de nuestra genética y del aprendizaje
que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. ¿Esto qué quiere decir? ¿qué en un
porcentaje tan grande estamos condicionad@s y ya no podemos hacer nada al
respecto? No necesariamente. Vemos que además un 40%, está en nuestras
manos y nuestras actitudes y un 10% estaría sujeto a las cosas que nos pasan.

Tenemos alrededor de 60.000 pensamientos al día. Sabemos que el 80% de esos


pensamientos, y hablamos de personas sin patología, son negativos y boicotean
nuestro optimismo.
Este elevado índice de pensamientos negativos, tiene una base genética y
adaptativa, porque ponernos en lo peor, nos ayuda a ser más precavid@s, y
anteponernos, por ejemplo, ante un peligro que nos pueda acechar.
Debemos de poner mucho foco y ser muy conscientes para que todas esas
emociones desagradables nos hagan perder la visión o perder el control de la
situación.

Ejercicios de Optimismo Inteligente


Ejercicio Optimismo Inteligente en el pasado
Escribiremos una carta sobre aquello que aún parece que sentimos que no nos
hemos perdonado. La debemos escribir como si lo hiciera una persona que nos
quiere mucho. Terminaremos con un mensaje de apoyo y mejora para nosotros.
Si queremos tener satisfacción con el pasado, una buena vía es intervenir sobre
los pensamientos relacionados con el pasado.

Ejercicio Optimismo Inteligente en el presente.


Escribiremos una carta a nuestro yo de hace unos años explicándole qué cosas
buenas va a vivir y por qué no debe preocuparse.
Ejercicio Optimismo Inteligente en el futuro
Haremos dos listas: una de las cosas que están en nuestra mano y que son
certezas y otra con las que no sabemos todavía o se escapan de nuestro control.
Nos centramos en las que SÍ están en nuestra mano y nos acercan a nuestro
objetivo.
Ejercicio Línea de vida. Valora tu pasado
Escribiremos las situaciones importantes a lo largo de nuestra vida, negativas o
positivas. Haremos un relato que nos ayude a aceptar esas situaciones pasadas.
Se trata de que podamos ver y aceptar todo lo que nos ha sucedido “así ha sido, y
así está bien”
Algunas preguntas que pueden ayudar a la reflexión son: ¿He podido mantener la
perspectiva positiva? ¿En qué momentos me ha sido más complicado? ¿Cómo
son de críticas mis propias opiniones sobre mí mismo y mi vida? ¿Qué ha sido lo
más difícil de aprender? ¿Cuál ha sido mi mayor triunfo?

QUIERO CERRAR LA MASTER DE HOY CON ESTAS CLAVES PARA VIVIR


MEJOR
Como el optimismo es un mecanismo de protección que desarrolla el cerebro ante
la adversidad, permite darle un nuevo significado a los problemas de la vida. Para
desarrollar estos hábitos, debemos enfocarnos en las fortalezas, y no
exclusivamente en las debilidades -en las que los pesimistas son especialistas-.
1.- Observar tu autoimagen: si lo que te devuelve el espejo lo expresas
constantemente en forma negativa, verbalmente o en tus pensamientos, necesitas
trabajar en eso. Potencia la consciencia sobre los aspectos positivos -que sí los
tienes, todos los tenemos-, y expándelos mucho más.
2.- Ponte en movimiento: es un hecho que las personas optimistas siempre
tienen proyectos, conocen gente nueva, amplían su visión del mundo y son
curiosos por naturaleza. Incorpora estos recursos diariamente, y observa los
resultados.
3.- Detén los pensamientos negativos: como inevitablemente van a aparecer,
reconócelos, dales las gracias, y déjalos pasar. Esto no significa que negarás la
realidad; en verdad, estarás re-enfocando la mente y las emociones en los
aspectos de aprendizaje ocultos detrás de los problemas.

4.- Suelta los juicios: por ejemplo, si has vivido en un entorno pesimista y triste,
es probable que tengas este patrón inconsciente dentro, y hayas determinado algo
así como “ser feliz no es para mí”. Este es un juicio hacia ti mismo, porque en lo
que crees y piensas, es en lo que te conviertes. Dale la vuelta; deja lo que te
limita; busca ayuda; y haz tu plan de optimismo con pequeños pasos cada vez.
5.- Cambia tu mirada: cuando pasamos la vida observando sólo lo negativo, esas
emociones están siempre a flor de piel. Esto impide que los acontecimientos
felices se manifiesten más abiertamente en ti. En vez de mirar lo que te falta,
agradece lo que tienes. Desplaza tus ideas oscuras por aquellas que traigan
claridad a tu vida. Re-enfoca tu mente en positivo. Al principio necesitarás estar
muy atento para lograrlo. La buena noticia es que el cerebro tiene
neuroplasticidad, y, si la entrenas, cambias su mirada.
6.- Escoge conscientemente tu actitud: el sobreviviente a los campos de
concentración nazis y psiquiatra Viktor Frankl, en su libro “El hombre en busca de
sentido”, dijo: “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce
dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. La
actitud determina directamente los resultados de tu vida.
7.- Fantasea en positivo: si bien la vida presenta muchas situaciones malas,
también las hay buenas. El optimismo inteligente es aquel te permite
entusiasmarte con el porvenir en un sentido positivo; de esta forma ayuda en tu
avance y evolución humana. Entonces, ya que vas a fantasear, ¡al menos gana en
tu fantasía! Te costará lo mismo y tendrás mejores sensaciones y resultados, si lo
practicas cada día.
8.- Cambia tu auto charla negativa: “No sé…”, “Es que…”, “Pero…”, “No soy
capaz”, “No puedo”, son apenas un esbozo de lo que te dices internamente todos
los días. Toma consciencia de que esto te limita y te impide crecer. Reemplaza
cada expresión por otras asertivas, que contribuyan a tu desarrollo: “Lo voy a
hacer”, “Quiero lograrlo”, “Estoy decidido”, “Si no sale como pienso, igual me
queda un gran aprendizaje”, son ejemplos para apoyarte.
9.- Persiste y no desistas: tu cerebro le da una orden a tus emociones y
procesará la información en el sentido que le indiques. Entonces, ante las
dificultades, aplica tu confianza y céntrate en las oportunidades de salir airoso de
ese momento.
10.- Ejercítate diariamente: es probable que el primer mes haya resistencia al
cambio; es normal. A partir del día treinta y tres aproximadamente, el inconsciente
se amoldará para acompañar el cambio positivo que estarás haciendo.
11.- Aumenta el consumo de alimentos que ayudan a la felicidad: comer
nueces y almendras, el chocolate -cuanto más negro, mejor-, legumbres de todo
tipo y pescados azules, entre otros, aumentan la serotonina, la hormona del
cerebro que regula el bienestar. También incorpora una caminata al aire libre, y
tomar sol con los cuidados necesarios.

William George Ward: “El pesimista se queja del viento, el optimista espera
que cambie y el realista ajusta las velas.” Sé el capitán de tu barco, y no el
grumete. Haz la experiencia, aprende, y paso a paso, irás obteniendo la maestría
de una vida en equilibrio, paz y optimismo inteligente.

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