Optimismo Inteligente
Optimismo Inteligente
Optimismo Inteligente
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El optimista es, una persona realista, porque tiene más en cuenta los aspectos
negativos que los pesimistas los positivos. Ser optimista no es pasar de lo
negativo a lo positivo. Te lo explico mejor. Si tú eres optimista, vas a tener claro
que tienes en tu vida, aspectos negativos. Eres una persona de luces y sombras y
eso es normal. Lo bueno es que mires siempre tu lado positivo para lograr cosas
sin que dejes a un lado tu lado negativo que, en cualquier momento dado, te
ayudará a ser más optimista. Suena raro, pero te o dejo a que lo analices y le des
tu propio significado.
Entre el 25% y 50% de la habilidad para ser feliz está escrita en los genes, pero el
resto es nuestra tarea; ahí está nuestro margen de maniobra. Nuestro cerebro es
plástico y podemos reeducarlo en pensamientos positivos. Es cuestión de
tiempo, y créenoslo: Estoy seguro que te lo agradecerás.
Los pesimistas se escudan en frases como “no soy pesimista, soy realista” o
“un optimista es un pesimista mal informado”. Estas frases condicionan la
forma de pensar. Toma conciencia de que las percepciones son subjetivas. Como
ejemplo, el famoso vaso medio lleno o medio vacío. Somos nosotros quienes
moldeamos la perspectiva de las cosas. La educación y las malas costumbres
convierten en hábito un lenguaje basado en la duda, el temor o en la inseguridad.
LAMINA 2
Somos pensamiento, emoción y conducta, y cada una influye en las otras. Sólo
es cuestión de romper el círculo por donde más fácil te parezca. Por tu mente,
según la emoción, aparecen pensamientos que van adornando esa emoción:
pensamientos de frustración (“es que no me sale nunca”), de inseguridad
(“yo no sé si seré capaz”), de temor (“y si por eso no me dan más
posibilidades”, “siempre…”, “nunca...”)
Todos son pensamientos que admites como reales, no los cuestionas: como
representan lo que piensas, les otorgas el don de la verdad. Aquí está el primer
error: pensar que todos tus pensamientos deben ser reales. ¿Verdad que
cuando piensas “soy el mejor” hay una parte de ti que te dice “no te pases…”? Te
cuento que con los pensamientos negativos pasa lo mismo.
El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más
inteligencia. - Henry Ford.
LAMINA 3
IMPORTANTÍSIMO
¿Se puede entrenar el optimismo inteligente?
¡La respuesta es sí!
Hay determinadas situaciones que provocan sensaciones negativas como la
ansiedad, el miedo, irritabilidad, etc. Sentir estas emociones negativas, es algo
natural, y no pasa nada mientras que no se adueñen de nosotros. No todo el
mundo tiene desarrollada una actitud optimista, porque estamos condicionados
por nuestra personalidad. Pero, el optimismo es un rasgo que forma parte de
nuestra inteligencia emocional y, hasta cierto punto, se puede entrenar.
4.- Suelta los juicios: por ejemplo, si has vivido en un entorno pesimista y triste,
es probable que tengas este patrón inconsciente dentro, y hayas determinado algo
así como “ser feliz no es para mí”. Este es un juicio hacia ti mismo, porque en lo
que crees y piensas, es en lo que te conviertes. Dale la vuelta; deja lo que te
limita; busca ayuda; y haz tu plan de optimismo con pequeños pasos cada vez.
5.- Cambia tu mirada: cuando pasamos la vida observando sólo lo negativo, esas
emociones están siempre a flor de piel. Esto impide que los acontecimientos
felices se manifiesten más abiertamente en ti. En vez de mirar lo que te falta,
agradece lo que tienes. Desplaza tus ideas oscuras por aquellas que traigan
claridad a tu vida. Re-enfoca tu mente en positivo. Al principio necesitarás estar
muy atento para lograrlo. La buena noticia es que el cerebro tiene
neuroplasticidad, y, si la entrenas, cambias su mirada.
6.- Escoge conscientemente tu actitud: el sobreviviente a los campos de
concentración nazis y psiquiatra Viktor Frankl, en su libro “El hombre en busca de
sentido”, dijo: “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce
dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. La
actitud determina directamente los resultados de tu vida.
7.- Fantasea en positivo: si bien la vida presenta muchas situaciones malas,
también las hay buenas. El optimismo inteligente es aquel te permite
entusiasmarte con el porvenir en un sentido positivo; de esta forma ayuda en tu
avance y evolución humana. Entonces, ya que vas a fantasear, ¡al menos gana en
tu fantasía! Te costará lo mismo y tendrás mejores sensaciones y resultados, si lo
practicas cada día.
8.- Cambia tu auto charla negativa: “No sé…”, “Es que…”, “Pero…”, “No soy
capaz”, “No puedo”, son apenas un esbozo de lo que te dices internamente todos
los días. Toma consciencia de que esto te limita y te impide crecer. Reemplaza
cada expresión por otras asertivas, que contribuyan a tu desarrollo: “Lo voy a
hacer”, “Quiero lograrlo”, “Estoy decidido”, “Si no sale como pienso, igual me
queda un gran aprendizaje”, son ejemplos para apoyarte.
9.- Persiste y no desistas: tu cerebro le da una orden a tus emociones y
procesará la información en el sentido que le indiques. Entonces, ante las
dificultades, aplica tu confianza y céntrate en las oportunidades de salir airoso de
ese momento.
10.- Ejercítate diariamente: es probable que el primer mes haya resistencia al
cambio; es normal. A partir del día treinta y tres aproximadamente, el inconsciente
se amoldará para acompañar el cambio positivo que estarás haciendo.
11.- Aumenta el consumo de alimentos que ayudan a la felicidad: comer
nueces y almendras, el chocolate -cuanto más negro, mejor-, legumbres de todo
tipo y pescados azules, entre otros, aumentan la serotonina, la hormona del
cerebro que regula el bienestar. También incorpora una caminata al aire libre, y
tomar sol con los cuidados necesarios.
William George Ward: “El pesimista se queja del viento, el optimista espera
que cambie y el realista ajusta las velas.” Sé el capitán de tu barco, y no el
grumete. Haz la experiencia, aprende, y paso a paso, irás obteniendo la maestría
de una vida en equilibrio, paz y optimismo inteligente.