Cómo Tenemos Buenas Decisiones
Cómo Tenemos Buenas Decisiones
Cómo Tenemos Buenas Decisiones
1. Identifica el problema
El primer paso en el proceso de cómo tomar buenas decisiones es identificar el
problema. En general, debemos elegir entre las opciones disponibles cuando hay un
problema que resolver, especialmente en el mundo de los negocios.
Trata de verificar fríamente cuáles son los caminos disponibles, teniendo en cuenta
principalmente los valores difundidos en tu negocio y la repercusión de cada
posibilidad.
3. Reúne informaciones
Veamos, por ejemplo, la expresión “dar un palo de ciego”, que significa tomar una
decisión sin ningún tipo de base. La usamos cuando elegimos un camino sin saber
qué pasará, aunque por más que el futuro sea incierto, siempre podremos armarnos
con el máximo de información posible, haciendo que la elección sea mucho más
segura y más correcta.
Para las empresas, esto se puede traducir como disponibilidad de recursos, capacidad
de producción y atención al cliente, etc.
Una empresa que fabrique uniformes para clubes de fútbol puede tener que decidir,
por ejemplo, si buscará establecer una sociedad con una gran entidad del sector.
Así, hará falta sopesar la propia capacidad de producir y atender considerando el
riesgo de no conseguir satisfacer la demanda y, en consecuencia, fallar en el
emprendimiento.
6. No seas impulsivo
La impulsividad es uno de los mayores enemigos de la buena toma de decisiones.
Como ya habrás notado, el proceso debe realizarse con calma y atención, reuniendo
toda la información disponible y haciendo un análisis cuidadoso de las posibilidades.
Si somos impulsivos, estamos dando prioridad a nuestro lado emocional. Así, hay que
poner mucha atención, porque, aunque algo pueda resultar en una buena elección en
algunos casos, será menos probable que funcione, ya que no habrá sido una elección
basada en técnicas de análisis.
7. Establece plazos
Dependiendo de la elección que tengas que hacer, es posible que la estés aplazando
una y otra vez.
Esto nos hace ceder a las ganas de elegir de manera impulsiva cuando ya no nos sea
posible postrgar. Por eso, define siempre una fecha límite para la toma de buenas
decisiones, respetándola y planificándote de acuerdo con ella.
8. Usa tu experiencia
La experiencia es un aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora de tomar una
buena decisión. Podemos usar situaciones vividas en el pasado como ejemplos de lo
que se debe hacer en el presente.
Por mucho que las decisiones no sean siempre las mismas, con la experiencia es
posible predecir algún aspecto de lo que sucederá a partir de nuestras elecciones.
9. Prueba
Siempre que sea posible, no dudes en probar los resultados de tus elecciones.
Por eso, analiza bien los posibles caminos e intenta limitar tus opciones tanto como
sea posible, eliminando las que difícilmente puedan traerte resultados positivos.