Origen Del Orgullo
Origen Del Orgullo
Origen Del Orgullo
La fecha no se eligió por casualidad, sino para conmemorar un hecho trágico ocurrido el 28 de junio
de 1969. La madrugada de ese día, la policía de Nueva York allanó un bar conocido como Stonewall
en el vecindario de Greenwich Village para arrestar a los clientes pertenecientes a la comunidad
LGBTIQ+. En el lugar había alrededor de 150 personas que se opusieron a la redada policial, por lo
que se suscitó un fuerte enfrentamiento.
Además de ser un centro de reunión para la comunidad LGBTIQ+, el bar Stonewall era conocido
como un espacio de resistencia política, por lo que la irrupción de la policía en el lugar se interpretó
como un abuso contra la libertad de expresión de los grupos contrarios al establishment.
Hay que recordar que, durante esos años, las leyes estadounidenses penalizaban cualquier tipo de
relación homosexual y los gays y lesbianas eran, en general, mal vistos por la sociedad.
En algunos estados que hoy se precian de ser liberales como California y Pennsylvania, a los
homosexuales se les catalogaba como “ofensores sexuales”. Las leyes de entonces permitían que
fueran encerrados en instituciones mentales de por vida y que se les sometiera a tratamientos
extremos como terapias de electroshock, hipnosis o lobotomía. En algunos estados incluso se les
podía castrar.
Para participar en los eventos del Orgullo no es necesario ser miembro de la comunidad LGBTIQ+.
Cualquier persona interesada en mostrar su apoyo y solidaridad a este colectivo es bienvenida.
Se le atribuye a Brenda Howard, una activista bisexual de Nueva York apodada la "Madre del
Orgullo", quien organizó el primer desfile del Orgullo para conmemorar el primer aniversario del
levantamiento de Stonewall.
Por lo que toca a la bandera del arcoíris, esta se empezó a usar en 1978. Ese año, el entonces
supervisor de la ciudad de San Francisco, Harvey Milk, uno de los primeros funcionarios
abiertamente homosexuales en Estados Unidos, le comisionó al artista Gilbert Baker que diseñara
una bandera para las celebraciones del Orgullo que tendrían lugar en esa ciudad californiana. Baker
se inspiró en los colores del arcoíris para representar la diversidad que hay dentro de la comunidad
LGBTIQ+.
Pioneras del Orgullo y la historia del colectivo LGBTIQ+.
Marsha P. Johnson.
Marsha P. Johnson nació en 1945 en Elizabeth, Nueva Jersey. Se crió en un hogar devotamente
religioso y descubrió su identidad trans a una edad temprana, lo que provocó un conflicto entre ella
y su familia. Una vez que se graduó de la secundaria en 1963, dejó su casa para vivir en Nueva
York. Sólo tenía 15 dólares y una bolsa de ropa.
Al principio de su vida en la ciudad de Nueva York, Johnson sufrió la falta de hogar y comenzó a
dedicarse al trabajo sexual y a actuar como drag queen para sobrevivir. Su estilo drag era cómico,
político y popular, con looks hechos con flores frescas, túnicas fluidas y tacones rojos de plástico.
Entre su experiencia vital como gay no conforme con el género y su trabajo, Johnson se convirtió
en una activista de los movimientos de liberación social en favor de los derechos LGBTQ+.
Rápidamente se convirtió en un referente dentro de la comunidad gay de Nueva York.
Según el New York Times, “más tarde, en 1992, las autoridades reclasificaron la causa de muerte,
a ahogamiento por causas indeterminadas, y en 2012, aceptaron echar un vistazo nuevo al caso,
que oficialmente sigue abierto”.
Sin embargo, el legado de Marsha P. Johnson sigue vivo. Ha sido objeto de libros, películas,
instalaciones artísticas y trabajos sin ánimo de lucro. Su activismo inició más de 50 años de trabajo
incansable, llevando a la comunidad LGBTQ+ hacia la igualdad de derechos en Estados Unidos.
Sylvia Rivera.
Sylvia Rivera era latina, queer y drag queen autoproclamada. Luchó incansablemente por los
derechos trans. Tras los disturbios de Stonewall, donde se dice que lanzó el primer ladrillo, Rivera
fundó junto a Marsha P. Johnson S.T.A.R. (Street Transvestite Action Revolutionaries), una
organización centrada en proporcionar refugio y apoyo a la juventud queer sin hogar. También
luchó contra la exclusión de las personas trans de la Ley de no discriminación por orientación
sexual de Nueva York. Fue una activista hasta su lecho de muerte, y se reunió con la organización
Empire State Pride Agenda para hablar de la inclusión trans.
Sylvia fue una figura destacada en el Frente de Liberación Gay. Este frente se distinguió por ser la
primera organización que se declaró abiertamente como revolucionaria en el enfrentamiento por la
liberación de las personas gays y lesbianas. Esta institución formó la base para todos los
movimientos subsiguientes de la lucha por los derechos de identidad de género. Sylvia también
estuvo involucrada y comprometida con la Gay Activists Alliance que se delimitaba como "una
organización homosexual militante (pero no violenta) a favor de los derechos civiles".
Finalmente, tras una pelea con Marsha y problemas de adicción, dejó Nueva York, ciudad a la que
regresó en 1992 tras la muerte de su amiga. Tres años después Sylvia intentó quitarse la vida
lanzándose al mismo río donde falleció Johnson, pues había vuelto a vivir en la calle y a consumir
drogas.
Después retomó el activismo, luchando por el espacio de las drag queens y trans en la sociedad.
Falleció de cáncer en 2002, con sólo 50 años. Hoy hay una calle en Nueva York que lleva su
nombre, y su retrato fue el primero de una persona trans en ocupar un puesto en la Galería
Nacional en Washington.
Josephine Baker.
Josephine Baker fue una famosa artista de la Era del Jazz y se identificaba como bisexual. Fue
una de las artistas afroamericanas de más éxito en la historia francesa y usó su fama para
defender la supresión de la segregación, negándose a actuar en locales segregados y hablando en
la Marcha sobre Washington en 1963. Baker también trabajó como espía para los franceses
durante la Segunda Guerra Mundial, transmitiendo secretos que escuchaba mientras actuaba para
soldados alemanes.
Tras una infancia de abusos y pobreza, logró su salto a la fama como actriz, cantante y bailarina.
Josephine Baker asistió a la legendaria marcha de Martin Luther King sobre Washington en
1963, el día en que el líder de la lucha por los derechos civiles pronunció su célebre frase: "Yo
tengo un sueño". Orgullosa y ataviada con su uniforme militar y sus condecoraciones, fue la única
mujer que habló ante los 300.000 asistentes al acto. Un año después sufrió dos infartos y una
embolia, que minaron notablemente su salud.
Más tarde, por grandes problemas económicos, Josephine fue desalojada del castillo en el que
vivía junto a sus doce hijos adoptados y acabó compartiendo una habitación del castillo mientras se
veía obligada a vender todas sus posesiones.
Así, desalojada a la fuerza, la diva permaneció siete horas sentada a la puerta de la que fue su
residencia, sola y bajo la lluvia. Esta imagen conmocionó a Francia, que veía a su gran estrella
literalmente en la calle. Pero una mujer le ofreció su ayuda: Grace Kelly. Convertida ya en la
princesa Gracia de Mónaco, la ex actriz le consiguió una casa de cuatro habitaciones en el
Principado y junto a su marido, el príncipe Rainiero, la ayudó a relanzar su carrera con el estreno
de su nuevo espectáculo “Bobino”.
Cuatro días después del estreno, el 12 de abril de 1975, la encontraron muerta en su cama
rodeada por recortes de periódico con sus críticas. Había sufrido una embolia.
Fue enterrada en Mónaco con honores militares.
Karl Heinrich Ulrichs.
Ulrichs es, para muchos, el pionero del movimiento gay moderno y la primera persona que “salió
del armario” públicamente. De hecho, Volkmar Sigusch, un destacado estudioso alemán sobre
ciencia sexual, lo describió como “el pionero más decisivo e influyente en la emancipación
homosexual en la historia mundial”.
Ulrichs era juez en Alemania, pero le obligaron a dimitir en 1854 cuando un colega descubrió que
era gay. Tras dimitir, se convirtió en activista por los derechos homosexuales. Escribió panfletos
sobre ser gay en Alemania y, el 29 de agosto de 1867, Ulrichs habló en Múnich en el Congreso
de Juristas para demandar la igualdad de derechos legales para todas las sexualidades.
Aunque su primer romance entre personas del mismo sexo ocurrió cuando tenía solo catorce años,
no fue hasta los treinta años que anunció su queerness a familiares y amigos.
A pesar de que eso puede parecer tardío en la vida según los estándares actuales, en 1862 era
simplemente desconocido para cualquiera que confesara lo que consideraba una aflicción ruinosa.
Los hombres homosexuales alguna vez fueron llamados “uranianos”, pues en aquel entonces, no
había términos para la cultura queer, y Ulrichs usó el término “Urning” para describirse a sí mismo,
derivado de una figura de la mitología griega que fue creada a partir de los testículos de Urano.
Aunque Ulrichs fue el primero en escribir sobre el término, finalmente fue ampliamente utilizado en
toda Europa, adaptado al “Uranio” en inglés.
Ulrichs se encontró constantemente perseguido donde quiera que fuera. Publicó un tratado sobre
la homosexualidad, solo para ver su trabajo confiscado y prohibido. Finalmente, dejó Alemania
para ir a Italia, donde fue honrado por instituciones académicas.
Poco antes de su muerte el 14 de julio de 1895 en Italia, escribió: “Hasta el día de mi muerte,
miraré hacia atrás con orgullo por haber encontrado la valentía para enfrentarme cara a cara al
espectro que por tiempo inmemorial ha estado inyectando veneno en mí y en hombres de mi
naturaleza. Muchos han sido llevados al suicidio porque toda su felicidad en la vida estaba
contaminada. De verdad, estoy orgulloso de haber encontrado la fuerza para dar el golpe inicial a
la hidra del desprecio público”.
Michael Dillon.
El británico Michael Dillon fue el primer hombre trans en el mundo que se sometió a una cirugía
de reasignación de sexo.
Por sus genitales, el género asignado al nacer fue el de mujer, pero su identidad de género fue
siempre masculina y Dillon estaba dispuesto a luchar por conseguir que su cuerpo coincidiera con
su identidad. Empezó a hormonarse en 1940 y gracias a una carta de su médico que declaraba
que era una persona intersexual, consiguió que modificasen su partida de nacimiento en 1944,
cambiando su nombre y su género asignado.
Para la ley ya era un hombre y la testosterona estaba cambiando su aspecto, pero Dillon no
desistiría en su sueño de conseguir, desde su punto de vista personal, una transición completa.
Eran los años 40 y, aunque ya se habían realizado varias vaginoplastias a mujeres trans en otros
países (algunas con consecuencias mortales), nunca nadie en el mundo había hecho una
faloplastia a un hombre trans.
Contactó con Sir Harold Gillies, un cirujano que tenía experiencia en la reconstrucción del pene y
realizando cirugías genitales a pacientes intersexuales. El Dr. Gillies, apodado “el padre de la
cirugía plástica” por su gran trabajo en operaciones de estética hechas a veteranos de guerra, no
dudó en aceptar el reto. Diagnosticó a Dillon con hipospadias (un defecto de nacimiento por el cual
la abertura de la uretra no se encuentra en la punta del pene) para encubrir la reasignación de sexo
y, tras unas 13 intervenciones, concluyó su trabajo con relativo éxito en 1949.
Tras varios años intentando mantener el anonimato, el periódico Sunday Express publicó una
noticia sobre la identidad de Dillon en 1958 que, por su linaje aristocrático, corrió como la pólvora.
Con la intención de escapar de la presión mediática y del escándalo social, Dillon decidió huir a la
India para empezar una nueva vida de retiro espiritual dentro de la comunidad budista.
Acabó convirtiéndose en monje tibetano, el primero de origen europeo, aunque no sin antes haber
sido rechazado por los monjes theravada que no aceptaron su identidad de género. Tristemente, su
nueva vida como Lobzang Jivaka (su nombre budista) fue corta, y es que Dillon murió enfermo en
1962 cuando apenas habían pasado 3 años desde su llegada a la India.
Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas por el Himalaya, ese lugar que le dio la paz y
felicidad.
Bayard Rustin.
Bayard Rustin era íntimo amigo y asesor de Martin Luther King Jr., y organizador de la Marcha
sobre Washington de 1963. Sin embargo, por ser abiertamente gay en una época de estigmas, fue
arrestado y hostigado en el ambiente político. La sexualidad de Rustin se usó en su contra y en
contra del Dr. King por parte de sus opositores, que amenazaron con difundir mentiras sobre su
relación. Esto obligó a Rustin a trabajar en la sombra para evitar traer más polémica a Luther
King y la Marcha sobre Washington. Pese a esto, Rustin siguió siendo activista gay y político, y
trabajó para que la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color prestase
atención a la crisis del SIDA.
La figura de Frida Kahlo no sólo transgredió el arte, también las relaciones personales.
Ella reivindicó la libertad sexual de la mujer tradicional en los años 30 y 40, y su matrimonio con el
muralista Diego Rivera no fue impedimento para que se relacionara con hombres y mujeres en
diferente grado de intimidad y afecto.
Entre los vínculos amorosos de Frida con otras mujeres estuvieron Jacqueline Lamba, esposa de
André Bretón, quien vivió con Frida y Diego Rivera durante siete meses. Ambas compartían su
vocación por el arte y un matrimonio con grandes artistas de la época, personajes vorazmente
masculinos. También tenían en común el haber jugado en la juventud con los roles de género al
vestir, y su preocupación y problematización de la condición femenina.
Asimismo se recupera el vínculo de Frida con Georgia O’Keeffe, artista estadounidense casada
con el pintor Alfred Stieglitz, ambas pintoras de carácter surrealista, casadas con hombres
mayores, adúlteros, machistas y poderosos en el mundo del arte.
Frida exploró su sexualidad, identidad de género y feminidad junto a otras mujeres, quienes
también estaban sometidas a la heteronorma, principalmente por parte de sus propios maridos.
Al igual que ella, estas mujeres formaban parte del movimiento surrealista, y buscaban construir su
propio lenguaje artístico a partir de la autorreferencia y la reflexión en torno a la condición
femenina.
Su gran logro fue convertirse en un símbolo feminista, pues reivindicó el papel de la mujer en la
sociedad y rompió con los cánones de dibujo, mediante los cuales, las mujeres se representaban
según las figuras masculinas.
Ifti Nasim.
Ifti Nasim fue un poeta pakistaní gay que, como adolescente se sintió aislado y solo, por lo que a
los 21 años se mudó a los Estados Unidos para huir de la persecución por su sexualidad y
finalmente se hizo ciudadano americano.
El “Narman” de Ifti Nasim plantea cuestiones relacionadas con la tolerancia del Islam a los
homosexuales. Nasim, quien creyó que tiene una relación cercana y personal con su Dios,
comentó que “Dios no me habría creado si él no quisiera que yo llevara una vida feliz y plena. Dios
no crea basura”.
En 1993, se convirtió en el primer poeta del Tercer Mundo en leer en el Centro de Biblioteca Harold
Washington en Chicago. Por su trabajo poético, recibió el Premio Rabindranath Tagore de South
Asia Family Services de Chicago en 1994.
Nasim se convirtió en presidente del South Asian Performing Arts Council of America.
El modelo de coraje de Ifti Nasim ha enriquecido a toda la comunidad LGTBIQ+.
También fundó SANGAT/Chicago, una organización que apoyó a la comunidad LGTBIQ+ de Asia
Meridional. Nasim fue homenajeado en 1996, cuando lo admitieron en el Chicago Gay and Lesbian
Hall of Fame.
Ifti Nasim murió en el hospital en Chicago el 22 de julio de 2011 de un ataque al corazón a los 64
años.
Para encontrar los inicios de la historia LGTB de España, nos remontaremos a abril de 1096
cuando se registra el matrimonio entre dos hombres en Galicia, concretamente el de Pedro Díaz y
Muño Vandilaz. Ambos se casaron en una pequeña iglesia por un sacerdote. Las actas
matrimoniales fueron encontradas en el monasterio de San Salvador de Celanova.
Salvo esta excepción, la tónica en las relaciones homosexuales era de penalización y castigo. El
primer fuero en condenarlas fue el de Cuenca (1190), bajo pena de muerte en la hoguera para las
personas que “se viciaran por el ano”.
Más tarde, con la obra de Las Partidas (1265) de Alfonso X el Sabio, hubo un mayor nivel de
represión. La sodomía quedó ligada a la infamia y al castigo divino. No solamente para los
hombres que la ejercían, sino también para la comunidad que habitaba el lugar donde era
cometida.
Las relaciones entre homosexuales empezaron a ser condenadas y perseguidas con mayor fuerza
a partir del siglo XIII. La penalización vino por parte de la Iglesia y el estado de Castilla, cuya
estructura se formó bajo un régimen monárquico fuertemente marcado por la moral cristiana.
En el caso de las mujeres lesbianas, las primeras en ser denunciadas fueron Catalina de Belunce
y Mache de Oyarzun. Fueron atacadas y condenadas en Castilla en el 1503, aunque finalmente
quedaron en libertad ante la falta de pruebas.
En el año 1901, aparece en los registros el matrimonio en la Coruña entre dos mujeres: Marcela
Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga. Para poder hacerse realidad, Elisa tuvo que hacerse pasar
por un hombre que quedó registrado como Mario Sánchez en el acta matrimonial.
En plena dictadura franquista se aprueba una ley española llamada la Ley de vagos y maleantes
(1954), que supuso una persecución fuerte contra las personas homosexuales. Esta ley estuvo en
vigor hasta el año 1970, cuando fue sustituida por la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación
Social, para incluir a prostitutas, personas drogadictas e inmigrantes ilegales.
En el 1962, estando el dictador Franco en vida, se estrena en España “Diferente”, la primera
película donde aparecen muestras de homosexualidad en el guión, esquivando la censura.
En el mismo año, en Torremolinos se abre Tony's Bar, el primer bar LGBTI del país, ubicado en el
Pasaje Begoña, y que se distinguía por ser un espacio ejemplo de convivencia, igualdad y
modernidad.
Fueron años libres de prejuicios y con grandes libertades en plena época de dictadura franquista,
un lugar que inauguró un cambio nacional y actuó como precursor de la vida nocturna y la movida
homosexual y el turismo gay. La historia cambia cuando, en 1972, tras años de permisividad por
parte de las autoridades franquistas, se produjo una gran redada policial contra el colectivo LGTBI
en la que fueron detenidas por su condición sexual cerca de 300 personas y la deportación de los
extranjeros a sus países de origen, poniendo fin a esta primera época dorada de la movida
homosexual en Torremolinos.
Con este desafortunado suceso se dijo adiós a los años de abierta alegría y libertad en el
municipio, sin embargo, continuaron manteniéndose esta vez de forma clandestina hasta la muerte
del dictador, cuando resurgió con más fuerza que nunca.
En la lucha por la justicia social, siguen naciendo los primeros movimientos organizados para
defender los derechos LGTBIQ+. Para ello, se crea la primera revista LGTBIQ+ llamada de Aghois
(Agrupación Homosexual para la Igualdad Sexual). Esta edición fue impulsada por el Movimiento
Español de Liberación Homosexual en 1972. Pero habría que esperar hasta 1977 para ver nacer a
Party, la primera revista española de venta libre dirigida a público homosexual.
Un poco más tarde, en 1975, surge el Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), una de las
primeras organizaciones LGBTIQ+ que desde la clandestinidad empezó a luchar fuertemente por
los derechos del colectivo en un ambiente fuertemente represivo.
La primera manifestación del orgullo en España tiene lugar en 1977 en Barcelona, contó con
unas 4.000 personas que recorrieron Las Ramblas exigiendo la derogación de la Ley de
Peligrosidad.
La marcha estuvo encabezada por mujeres trans como Miryam Amaya, que recuerda el miedo
inicial que sintieron muchas de las manifestantes y contó que en una entrevista que "la
manifestación en sí no la disolvieron los grises, pero porque estaba allí toda la prensa mundial. Y la
prensa estuvo allí porque era insólito e inimaginable que, habiendo tenido una dictadura, nos
atreviésemos a salir a manifestarnos como 'maricones' (que era como nos llamaban a todas
entonces). Ahora bien, a partir del día siguiente sí que hubo muchas represalias, sobre todo hacia
nosotras, las mujeres trans. Pasaban los furgones de la policía y, aunque estuvieras dentro de un
bar, entraban, te sacaban de allí, te metían dentro de la lechera (así llamábamos a sus furgones) y
te llevaban a comisaría. Allí te tenían luego una noche, o bien los tres días, o igual, después de
cansarse de insultarte y decirte de todo, te soltaban".
En Madrid se autorizó un año después el 25 de junio de 1978 organizada por el Frente de
Liberación Homosexual de Castilla. Varios medios de la época cifraban en más de 7.000 las
personas que participaron en aquella marcha que partió a las siete de la tarde de la calle de
O'Donnell y discurrió por la avenida de Menéndez Pelayo hasta la plaza de Mariano de Cavia. La
marcha estuvo encabezada por una pancarta del Flhoc que reclamaba la despenalización de la
homosexualidad. Algunos manifestantes portaban pancartas con lemas como “Aquí estamos, no
nos ocultamos”, “Libertad sexual” y “No están, no se ven, las maricas de UCD”. También hubo
pancartas en recuerdo de todas las personas homosexuales y trans represaliadas y encarceladas
por el franquismo, y de las 600 personas que pasaron aquel día entre rejas por delitos tipificados
como sexuales. A mitad de la marcha, incluso, se guardó un minuto de silencio por Esmeralda la
Francesa, una mujer trans que tiempo atrás se había suicidado tirándose por el hueco de una
galería ubicada en la tercera planta de la cárcel de Carabanchel, un complejo penitenciario
construido por el régimen franquista y que, aunque nunca fue exclusivamente una prisión política,
albergó a numerosos presos políticos y sociales.
"Todos estos gritos se convirtieron en griterío cuando un bote de humo fue lanzado a los
manifestantes desde un punto no determinado. A pesar de ello, este incidente no tuvo mayor
repercusión y la manifestación llegó al término de su recorrido sin mayores trascendencias, entre
canciones y risas”, rezaría después una crónica publicada en el ya desaparecido periódico Hoja del
lunes.
El actor y activista ecologista Ramón Linaza comentó en una entrevista que "fue una manifestación
muy alegre, divertida y enormemente diversa, el único incidente que recuerdo es que la policía
estaba muy nerviosa y nos obligaron a andar muy deprisa para que aquello se acabara lo antes
posible. Entonces, nos pusimos a caminar bailando y cantando 'qué buenas son las fuerzas
represivas, qué buenas son que nos llevan de excursión'. Fue un rotundo éxito tanto por la
asistencia como por el hecho de que fuera legalizada y no hubiera ninguna agresión ni detención,
como sí ocurrió en las Ramblas de Barcelona el año anterior".
En 1979 se logra que las prácticas homosexuales queden despenalizadas en todo el país.
Poco a poco se van derogando las leyes que criminalizaban la homosexualidad para ir avanzando
hacia un país más democrático y respetuoso con los derechos humanos.
En 2002 abre sus puertas el primer centro de España de Atención Social a Homosexuales y
Transexuales en Madrid.
Los últimos 20 años de la historia de España están marcados por esfuerzos significativos en la
reivindicación y lucha por los derechos del colectivo.
El 2 de julio de 2005 se publicó la ley 13/2005, que permite el matrimonio entre personas del
mismo sexo en España, convirtiéndose así en el tercer país del mundo que lo legaliza, después de
Países Bajos (2000) y Bélgica (2003).
En 2006, La Comunidad de Madrid reconoce que las personas trans tienen derecho a cambiar su
nombre y sexo en el Registro Civil, independientemente de que no se hayan sometido a ninguna
cirugía ni intervención médica para cambiar de sexo.
En 2014 se aprueba la ley integral 2/2014 para que nadie pueda ser discriminado por motivos de
identidad de género. Los derechos de las personas trans en Andalucía quedan reconocidos.
En 2015 se aprueba la ley 12/2015 de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, trans e
intersexuales y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de
género en Extremadura.
En 2020 ocurre el asesinato de Susana Criado Antón, una mujer trans brutalmente asesinada por
su pareja, a la edad de 61 años.
Más tarde, en Arona ocurre el asesinato de Iratxe Otero, una mujer trans de origen colombiano.
En 2021 asesinan a Samuel al grito de “maricón”, que deriva en una oleada de protestas en todo el
país.
Ese mismo año se presencia en España un fuerte ataque a los derechos del colectivo. Todo ello
junto al intento de determinados partidos por derogar las leyes LGTBI.
Pioneras en España.
La Veneno, también conocida como Cristina Ortiz Rodríguez, fue una famosa vedette, actriz,
cantante y personalidad de la televisión española. Fue una de las primeras personas en Andalucía
y España en hacer pública su identidad de género.
La Veneno nació en 1964 en Adra, Almería. Se mudó a Madrid y, para poder costearse las
operaciones y tratamientos de su transición, se tuvo que lanzar a la calle a prostituirse.
Comenzó en las zonas del Parque del Oeste y del Paseo del Pintor Rosales, y poco a poco fue
haciendo amigas, muchas en su misma situación.
Cristina publicó una canción “Veneno pa tu piel". También estrenó las películas “El secreto de La
Veneno" y "La venganza de La Veneno". Cuenta con un libro escrito por Valeria Vegas, su ahijada
trans, donde se relatan las memorias de La Veneno: “¡Digo! Ni puta ni santa: Las memorias de La
Veneno”.
La Veneno falleció el 9 de noviembre de 2016. Había sido ingresada cuatro días antes en el
Hospital de La Paz por lo que se dijo era una caída accidental, cuyo recuerdo llevaba tatuado en
forma de moratones en la cara, manos y pies. Causó conmoción en España y en la comunidad
LGBTIQ+. En 2019, se instauró en el Parque del Oeste de Madrid una placa en memoria de
Cristina Ortiz; “Valiente mujer transexual visible en los noventa. 1964-2016”. Sin embargo, en
numerosos actos vandálicos, la placa desaparece o es pintada con burlas e insultos de manera
constante.
En 2020 se estrenó una serie de televisión sobre su vida llamada: Veneno, producida por Javier
Calvo y Javier Ambrossi. Inspirada en sus memorias, cuenta la vida de una mujer trans en los
años 60. En la serie es encarnada en las diferentes etapas de su vida por tres actrices: Daniela
Santiago, Isabel Torres y Carmen Jedet, además de los actores Marcos Sotkovszki y Guille
Márquez.
Nació en Almería el 1 de junio de 1962 en el Cerro de San Cristóbal, aunque a la edad de 7 años
se trasladó una temporada con su familia a Alemania.
A finales de los 90 se dio a conocer en la televisión a nivel nacional tras ser presentada al público
como la mejor amiga de La Veneno.
En 2020, tras haberse retirado del ojo público por un lustro, se interpretó a sí misma en “Veneno”,
la serie biográfica sobre Cristina Ortiz.Debido a la popularidad de la serie, sus protagonistas
fueron nombradas pregoneras del Orgullo 2020 de Madrid.
Gracias a la repercusión en las redes sociales de Paca, Atresplayer Premium decidió producir la
miniserie “Paca la Piraña, ¿dígame?”, un consultorio televisivo donde La Piraña discute con humor
sobre diversos temas,y en 2021, el programa de entrevistas a varios famosos llamado “Paca te
lleva al huerto”.
Manolita Chen.
Es una artista y empresaria española, reconocida por ser la primera mujer trans a la que se le
aprobó el cambio de nombre y sexo en el DNI. También fue la primera mujer trans a la que se le
reconoció el derecho de adopción en 1985.
Ante todo, Manolita es reconocida por ser un referente de la lucha por la igualdad de los derechos
LGBTIQ+ en España.
Desde joven supo que era una mujer, y por ello sufrió el rechazo de la sociedad de la época, de su
familia y de su entorno más próximo.
En los últimos años ha recibido innumerables reconocimientos por parte de entidades sociales,
administraciones públicas, empresas e instituciones académicas.
En 2023, Manolita Chen fue la pregonera del Orgullo de Madrid, protagonista en el Pride de
Torremolinos y de otras muchas ciudades y pueblos. También en ese año se inauguró una vía pública
que lleva su nombre en Torremolinos. Ese mismo año el presidente del gobierno le entregó la máxima
distinción como referente de nuestra memoria histórica LGBTIQ+ y como víctima de los abusos de la
dictadura franquista. Su lucha continúa con su proyecto soñado: La Fundación Manolita Chen.