Luis Adrián
Luis Adrián
Luis Adrián
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024
371
https://doi.
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
372 re s eña s
York, constituyen referentes que solemos men- de lo “cercano” que nos resulta el asunto de
cionar como hitos de la historia diplomática, la diplomacia cultural mexicana, pero lo poco
donde la cultura jugó papeles preponderantes que se ha publicado en realidad al respecto,
en negociaciones comerciales y acuerdos trans- sobre todo en comparación con la historio-
nacionales. También es ampliamente conoci- grafía de otros campos, como los de la histo-
da la primerísima agencia que tuvo Fernando ria política, cultural o artística en México. De
Gamboa en modelar una narrativa curatorial hecho, el asunto es todavía más paradójico si
y museográfica de la historia y culturas mexi- reconocemos que la escasa bibliografía corres-
canas, dividida en los periodos prehispánico, ponde en su mayoría a textos producidos en
colonial y moderno, que se exportó de for- los últimos 20 años y más de la mitad fueron
ma exitosa y expansiva a partir de finales de la escritos por académicos radicados en los Esta-
década de los años treinta.2 dos Unidos.
Este recuento breve busca evidenciar que La escasez de estudios sobre diplomacia
el asunto de la diplomacia cultural, entendido, cultural es, por ello, la primera condición que
a partir de la segunda guerra mundial, como el hace relevante la publicación del libro colec-
tercer pilar de la agenda internacional de cual- tivo Diplomacia cultural en México durante
quier país, puede resultar cercano a las per- la Guerra Fría. Exposiciones y prácticas artís-
sonas interesadas en el México moderno. Sin ticas, 1946-1968. Si hiciéramos un ejercicio
embargo, son verdaderamente pocos los libros de recuento semejante para los campos de la
que versan sobre diplomacia cultural mexicana historia de las exposiciones y la curaduría en
y más escasos aún, los que abordan la historia el país o incluso para los estudios de historia
de las exposiciones artísticas en clave interna-
cional.3 Lo que quiero señalar es la paradoja de un ámbito más anecdótico y biográfico figuran
también los acercamientos de exdiplomáticos que
recuperan sus experiencias en política exterior o su
2. Sobre el papel preponderante de Fernando paso por organismos internacionales. Destacan las
Gamboa, véase los estudios de Ana Garduño, memorias de Jaime Torres Bodet, Miguel Álvarez
como, por ejemplo, el ensayo, “Centralidad museal Acosta, Jorge Alberto Lozoya o los testimonios de
del Palacio de Bellas Artes: 1934-2014”, en El Museo distintos cónsules y agregados culturales recabados
del Palacio de Bellas Artes, México (Ciudad de Mexi- por Eduardo Cruz Vázquez en el libro Diplomacia
co: Instituto Nacional de Bellas Artes, 2014), 21- y cooperación cultural. Una aproximación (Chia-
104. Véase también el libro colectivo que precede al pas: Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas,
que se reseña en este espacio: Dafne Cruz Porchini, 2007). Otras obras que de manera indirecta tocan
Claudia Garay Molina y Mireida Velázquez Torres, el tema de la diplomacia cultural o lo subsumen a
eds., Recuperación de la memoria histórica de expo- preocupaciones más amplias, como las de las rela-
siciones de arte mexicano 1930-1950 (Ciudad de Mé- ciones culturales México-Estados Unidos o las em-
xico: Universidad Nacional Autónoma de México, presas del Panamericanismo, son de la autoría de
2016.) Claire Fox, Helen Delpar, James Oles, Anna Ind-
3. Destacan los textos de Mauricio Tenorio Trillo ych-López, Dafne Cruz Porchini, Rick Anthony
con sus rotundas contribuciones al campo, sobre López, Karen Cordero, Harper Montgomery, entre
todo en el porfiriato y la posrevolución, o los que otros. Asimismo podrían incluirse estudios que han
se han enfocado en el ya mencionado Gamboa. revisado la intersección de la cultura y el interna-
Desde la teoría y la praxis del soft power de la cultu- cionalismo en los Juegos Olímpicos del 68 o la
ra, César Villanueva Rivas ha escrito y compilado Guerra Fría; como los de Luis Castañeda, Patrick
experiencias mexicanas de las últimas décadas. Des- Iber o Jennifer Josten.
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024
https://doi.
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
reseñas 373
cultural durante la Guerra Fría, el libro, que madurez disciplinar de la historia del arte en
inteligente y de forma estratégica editaron México, uno de los países que, por lo menos
Dafne Cruz Porchini, Claudia Garay Moli- en lo tocante al arte moderno, mejor ha
na y Mireida Velázquez Torres, es igualmen- repensado su práctica y revisado desde hori-
te pertinente y comprende párrafos cargados zontes críticos periodos aparentemente canó-
de novedad, diversidad de enfoques y nuevas nicos del nacionalismo. El tema generacio-
preguntas al México moderno. nal y el creciente interés por los estudios de
En este sentido, lo primero que mere- diplomacia cultural puede también verse en
ce destacarse de Diplomacia cultural… es su los cada vez más interesantes y numerosos tra-
anclaje en fuentes de archivo y hemerografía bajos que se desarrollan como tesis de maes-
que arrojan importantes pistas para las perso- tría o de doctorado en la unam y otras uni-
nas que quieran continuar escarbando en los versidades nacionales y extranjeras. Hay un
temas de diplomacia y curaduría. Los 11 ensa- renovado interés por los estudios curatoria-
yos reconstruyen variados contextos museo- les y en torno a las exposiciones que interro-
gráficos, relaciones políticas y discusiones glo- gan no sólo los procesos de conceptualiza-
bales a partir de archivos privados, como los ción, sino también los entramados políticos
del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y Fer- que las hicieron posibles y los efectos concre-
nando Gamboa, dos de los agentes que fueron tos en las audiencias y en la recepción públi-
determinantes en la promoción cultural exte- ca. Asimismo, en su conjunto, Diplomacia
rior durante la pax priista, y archivos públicos cultural… nos entrega una visión matizada
como los de la propia Secretaría de Relaciones de la Guerra Fría donde las dicotomías habi-
Exteriores, los de la unam (institución funda- tuales con las que se construye o imagina este
mental para diversificar el contexto c ultural periodo (capitalismo/socialismo; global/local;
a partir de la década de los años sesenta), los tradición/progreso; abstracción/realismo) son
archivos Rockefeller, o repositorios relacio- problematizadas a partir de experiencias con-
nados con las propias ferias internaciona- cretas que aportan ricas complejidades, tesi-
les en los países que abordan los ensayos. Es turas y variantes a una serie de debates que,
así como, a lo largo del libro, los lectores se desde lo mexicano, suelen explicarse a partir
encontrarán con profusas referencias a do de periodos presidenciales sexenales o credos
cumentos oficiales, burocracia, planos, foto- estéticos estatales, como el nacionalismo pos-
grafías de los montajes, correspondencia, ar revolucionario.
tículos de prensa, propaganda, carteles y obras El libro propone tres grandes ejes o are-
de arte. nas de discusión que, sin estar necesariamente
Otro de los aspectos que llama la atención ordenadas de forma cronológica, nos llevan a
es la mezcla de generaciones de historiadores recorrer problemas fundamentales del México
del arte que se dan cita entre los autores. Figu- desarrollista: 1) los pabellones mexicanos de la
ran académicos y curadores con trayectorias Guerra Fría; 2) las instituciones y agentes cul-
consolidadas, al lado de colegas más jóvenes, turales, y 3) los circuitos expositivos. Más que
algunos recién egresados del posgrado o en una visión exhaustiva o panorámica, los ensa-
proceso de estudiarlo. Esto se traduce en una yos son acercamientos y modelos de estudio a
variedad de metodologías y formas de inda- problemas específicos de un periodo de estu-
gación, pero que en su conjunto muestran la dio en ciernes.
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024
https://doi.
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
374 re se ñas
El primero de los ejes se dedica a las la audiencia francesa como “poco auténtico”.4
exposiciones internacionales, desde la icóni- Como con Perú, más que una cara de progre-
ca exposición de Bruselas en 1958, la de Nue- so y modernidad, lo que resulta atrayente de
va York en 1964, Montreal en 1967 y Osaka México era la parte tradicional y artística que
en 1970, pasando por la Hemisfair de San se podría ligar con el pasado antiguo. Tras el
Antonio en 1968. Al ponerlas en conver- fallido evento en Nueva York, los subsecuentes
sación, puede detectarse una serie de con- pabellones que se revisan en el libro no erra-
tinuidades como las del modelo curatorial ron en poner al frente la fórmula de Gamboa
impulsado por Gamboa o la ascendencia de de yuxtaponer tradición y modernidad artís-
Ramírez Vázquez como una figura determi- tica como la introducción o punto de partida
nante en la decisión, diseño y personalidad para “narrar” al México desarrollista.
de la arquitectura de los pabellones, incluso El segundo ensayo, de Daniel Garza Usa-
cuando no fuera él quien los diseñara. También biaga se ocupa justamente de cómo dicha fór-
puede señalarse la constante negociación, a mula curatorial y museográfica tomó lugar en
ratos forzada, con la impronta muralista y los pabellones de Bruselas, Montreal y Osaka.
la necesidad de actualizarla a partir de nue- A partir del concepto de integración plástica,
vos discursos como el de la mexicanidad uni- el autor repasa los ajustes de precisión, unos
versal de Rufino Tamayo, o la intención de con más éxito que otros, en los que el muralis-
leer la abstracción de los años 1950 y 1960 mo jugó un papel definitorio en las formas en
como continuadora de los legados culturales que se mostró el arte al lado de la arquitectura
del país, ya sea por su requerida monumen- y las piezas tridimensionales. Se advierte tam-
talidad (como en los murales de Osaka) o bién cómo esta fórmula se relaciona muy de
por sus afinidades formales con algunas pie- cerca con la implementada por Ramírez Váz-
zas mesoamericanas. quez en el Museo Nacional de Antropología,
La sección abre con el ensayo de Mireida inaugurado en 1964, y cómo la idea de inte-
Velázquez, quien se ocupa de evaluar el pabe- gración resonaba con la necesidad de Gamboa
llón mexicano en la exposición internacio- de generar una síntesis plástica, la cual intentó
nal de Nueva York en 1964, donde se ensa- prolongar a la pintura abstracta, como conti-
ya una propuesta de modernidad con énfasis nuadora de un legado y dimensión social que
en lo industrial y comercial que no tiene el había sido depositado en el muralismo y los
éxito esperado, razón por la cual y a petición programas del realismo social.
de los organizadores estadounidenses, Méxi- El libro avanza con el texto de Ana Torres
co actualiza la exposición principal del pabe- sobre la entrega mexicana en Montreal en
llón para incluir una propuesta centrada en 1967, la cual se revisa a partir de la idea de
el modelo artístico ya probado por Gamboa. fantasmagoría benjaminiana, donde mediante
Dicha experiencia resuena con el concepto el montaje de tiempos históricos se construye
de Natalia Majluf sobre lo “marginal cosmo-
polita”, el cual acuña a partir de la experien-
4. Natalia Majluf, “‘Ce n’est Pas Le Pérou,’ or, the
cia peruana en la Feria Internacional de París
Failure of Authenticity: Marginal Cosmopolitans
de 1885, cuando el pintor Francisco Laso pre- at the Paris Universal Exhibition of 1855”, Critical
senta una pintura de un personaje indígena Inquiry 23, núm. 4 (1997): 868-93, http://www.js-
con un estilo académico que es valorado por tor.org/stable/1344052 (consultado el )
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024
https://doi.
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
reseñas 375
una idea artificial de continuidad entre perio- Cruz Porchini mediante la oposición del dis-
dos, que anula los quiebres violentos y la posi- curso mexicanista a lo Gamboa frente al cada
bilidad de un futuro y que ocultan el atraso del vez más disputado liderazgo de países con tra-
país detrás de la romantización de su folclor, diciones abstractas como Venezuela, Argen-
fuerza creativa y desarrollo industrial. La auto- tina y Brasil, cuyos artistas y discursos eran
ra demuestra cómo esa idea de montaje y fan- impulsados desde Washington como la “nueva
tasmagoría resuena con Rufino Tamayo y la modernidad” por la Dirección de Artes Plásti-
manera en que fue promovido como el nuevo cas de la Organización de los Estados Ameri-
mexicano-universal, portador de una mexica- canos, a cargo de José Gómez Sicre.
nidad “más poética que política” y donde la La segunda sección del libro, dedicada a
semifiguración del oaxaqueño hizo eco de las los agentes específicos e instituciones, es muy
políticas gubernamentales buscadas por Méxi- rica y pionera en abrir un subcampo de in
co hacia 1967, a tan sólo un año de ser sede de terrogación de la diplomacia cultural que aún
los Juego Olímpicos. merece mayor atención. El ensayo de Clau-
Dafne Cruz Porchini redondea esta pri- dia Garay analiza la gestión del músico Carlos
mera sección con una mirada crítica a la par- Chávez como director del recién creado Insti-
ticipación mexicana en la exposición especial tuto Nacional de Bellas Artes, durante la pre-
Hemisfair, en San Antonio Texas, en 1968, la sidencia de Miguel Alemán (1946-1952). Chá-
cual tuvo como temática la confluencia de vez, uno de los miembros de la intelligentsia
las civilizaciones de los países del continen- desarrollista mejor conectado nacional e inter-
te e impulsaba el panamericanismo. A partir nacionalmente es revisado por la autora desde
de un trabajo de archivo sustancioso, la auto- la noción de fracaso, pues en un contexto que
ra construye el doble papel instrumental que podríamos describir como “la mesa puesta”, el
jugó México como actor clave de las relacio- compositor no logra avanzar ningún proyec-
nes de Estados Unidos con América Latina, to de internacionalización del arte mexicano.
el idealizado compañero del sur que asegu- Según se relata, esto pudo deberse a la suje-
raría que en la región no avanzara el bloque ción del inba a la sep, y a la fallida autonomía
comunista, “una nueva forma de interacción y línea directa con el presidente que Chávez
hemisférica que en el fondo tenía un senti- siempre buscó, pero no alcanzó.
do de evasión”;5 y por otro lado, el interés que Los debates de la autonomía y la partici-
tenía México en asegurarse una buena imagen pación de la iniciativa privada y las agendas
previa a los Juegos Olímpicos, en un momen- estadounidenses en la cultura mexicana tienen
to en que el descontento social, que después una interesante continuación en Diplomacia
llevaría al movimiento estudiantil, ya comen- cultural…, con el ensayo de Marina Vázquez
zaba a hacerse notar a partir del verano de sobre la Sociedad de Arte Moderno, fundada
1968. Esta agenda doble es contrastada por en 1944 y con una corta vida. Impulsada por
Nelson Rockefeller, como parte de las políticas
de diplomacia pública y propaganda promovi-
5. Dafne Cruz Porchini, “Las exposiciones como
das por el presidente estadounidense Franklin
propaganda estatal: el caso de México en la Hemis-
fair ’68 en San Antonio, Texas”, en Cruz Porchini, D. Roosevelt, la sociedad buscó consolidar el
Garay Molina y Velázquez Torres, eds., Diplomacia apoyo de las élites económicas para sostener
cultural en México durante la Guerra Fría. 79. la cultura y promover las tendencias artísticas
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024
https://doi.
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
376 re s e ñas
cercanas a lo que se nombra como “el gusto La académica estadounidense Jennifer Jos-
del MoMA”. Su labor fue encabezada por el ten cierra esta segunda sección con un inte-
omnipresente Fernando Gamboa y adminis- resante ensayo dedicado al papel de cura-
trada por su esposa, Susana Gamboa. La auto- dor-artista de Mathias Goeritz, quien utilizó
ra repasa el entusiasta y exitoso arranque de la una variedad de proyectos de exhibición para
sociedad, su respaldo por parte del gobierno promover un arte de vanguardia internacio-
mexicano y empresarios, y su primera y muy nal distinto al del muralismo mexicano. Por
célebre exposición que trajo obras de Picasso a medio de estas curadurías, el artista alemán
la capital mexicana. Poco a poco, con el cam- incluyó obras de su autoría al lado de la de
bio de presidente en Estados Unidos, la socie- otros artistas que le generaban una legiti-
dad va perdiendo fuerza y rumbo hasta desa- mación y que, rápidamente, le permitieron
parecer en 1946. ganar terreno en el nuevo mercado y gusto
La sección continúa con el ensayo de del medio siglo moderno mexicano. Su labor
Ernesto Leyva sobre los esfuerzos de institu- como curador llegaría hasta un nivel de ofi-
cionalización de la diplomacia cultural a par- cialización cuando lideró algunas de las acti-
tir de dos oficinas de la Secretaría de Relacio- vidades de la Olimpiada Cultural, a encargo
nes Exteriores: el Organismo de Promoción de Ramírez Vázquez. El resultado más palpa-
Internacional de Cultura (opic), creado en ble de esa agenda curatorial y abstracta es la
1959 y encabezado por Miguel Álvarez Acosta; Ruta de la Amistad.
y la Dirección General de Relaciones Cultura- El último eje aborda casos de relacio-
les (dgrc), creada en 1960 bajo el liderazgo de nes internacionales o intercambios culturales
Leopoldo Zea. Estas oficinas tuvieron como mediante exposiciones o circuitos que tuvie-
cometido consolidar el trabajo de diplomacia ron lugar en la Ciudad de México. Abre con
cultural en áreas que México no había atendi- un ensayo de Anahí Luna sobre las tensiones
do o donde no se habían presentado pabellones en torno al proceso de consolidación de una
en ferias y exposiciones mundiales. Se pensa- colección de los Mares del Sur en el Pacífico y
ron, además, como proyectos a largo plazo con de objetos nativo-americanos, y su respectiva
la posibilidad de incidir de forma sostenida; sin exposición, abierta en 1954, en el antiguo recin-
embargo, en la práctica, su existencia fue muy to del Museo Nacional de Antropología. Para
corta; para la década de los años setenta fue- que esta colección fuera parte del patrimonio
ron subsumidos a una nueva área de la secre- cultural nacional fue necesario un intercambio
taría. La opic con Álvarez Acosta se ocupó de o canje con el Museo Field de Chicago, para el
atender ciudades de Estados Unidos y países de cual el mna entregó una colección de objetos
Centroamérica llevando eventos puntuales que arqueológicos mesoamericanos que supuesta-
difundían la cultura mexicana mediante confe- mente estaban duplicados en los inventarios
rencias y exposiciones pequeñas. Por su lado, la del inah. El canje, liderado por Miguel Cova-
dgrc con Leopoldo Zea se hizo cargo de armar rrubias y Daniel Rubín de la Borbolla, da cuen-
una gira con exposiciones y eventos artísticos ta del interés antropológico de los museos por
que se presentaron en las flamantes repúblicas ampliar los horizontes interpretativos a regio-
africanas, cuyas nuevas independencias resona- nes más allá de nuestras geografías.
ban poderosamente con el discurso impulsado Rebeca Barquera, por su parte, hace un
por la Revolución mexicana. análisis detallado de una exposición señera
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024
https://doi.
org/10.22201/iie.18703062e.2024.124.2862
reseñas 377
sobre surrealismo que tuvo lugar en la Gale- Los ensayos contenidos en Diplomacia cul-
ría Aristos, de la unam, en 1967. En ella, su tural en México durante la Guerra Fría. Exposi-
curadora, la historiadora del arte Ida Rodríguez ciones y prácticas artísticas, 1946-1968 representan
Prampolini, ensaya argumentos sobre la no per- una contribución sustantiva para comprender
tenencia de los artistas mexicanos a la corrien- la relevancia de la cultura mexicana en el con-
te surrealista y en su lugar propone el concepto texto de la Guerra Fría. El libro es sobre todo
de “fantasía mexicana”. Mediante un intere- útil para ahondar en el papel fundamental que
sante relato de cruces historiográficos y discu- tuvieron las exposiciones de arte mexicano no
siones sobre nociones de vanguardia e inter- sólo como ejemplos puntuales de diplomacia
nacionalismo, la autora demuestra cómo este cultural, sino como artefactos privilegiados de
espacio de exposición externo al campus uni- discursividad política y “poder blando”, los cua-
versitario resultó fundamental para entender no les operaron dentro del engranaje más amplio
sólo los tránsitos y tensiones de un arte nacional de las guerras culturales de ese periodo. Por
a uno abierto al diálogo global, sino el paso de medio de pabellones, instituciones culturales
lo moderno a lo contemporáneo o a la revalora- y circuitos expositivos, México y sus agentes
ción del arte popular con nuevos ojos. culturales se posicionaron como interlocuto-
El libro concluye con un ensayo de Elva res y mediadores de una variedad de posturas
Peniche, dedicado justamente a la Galería políticas y estéticas, al tiempo que se generaron
Aristos, pero en sentidos más amplios. La espacios de interacción entre propuestas loca-
autora analiza una variedad de proyectos cura- les e internacionales que permitieron consoli-
toriales que confirman cómo Aristos fue un dar el liderazgo cultural mexicano en América
laboratorio de experimentación que resultó Latina y a escala global. En suma, Diplomacia
seminal para el arte contemporáneo y don- cultural… complementa de forma notable la
de se fraguaron modelos encabezados por los historiografía de las exposiciones y las políticas
que eran conocidos como directores huéspe- culturales en la Guerra Fría, un campo de inte-
des, quienes serían hoy muy cercanos al con- rrogación en franco crecimiento del que aún
cepto de curadores. queda mucho por saber.
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, VOL. XLVI, SUPLEMENTO AL NÚM. 124, 2024