Welti - MARTIN MALHARRO Y LA ENSENANZA DEL DIBUJ
Welti - MARTIN MALHARRO Y LA ENSENANZA DEL DIBUJ
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Presentación
El pintor argentino Martín Malharro ocupó la Inspección Técnica de Dibujo del Consejo
Nacional de Educación (en adelante CNE) entre 1904 y 1909. Desde este cargo,
Malharro impulsó una reforma en la enseñanza del dibujo en las escuelas
implementando el “método Malharro” o el “método natural”. Este método -que sintetiza
las propuestas de Malharro acerca de la enseñanza del dibujo en las escuelas y que
conjuga las ideas pedagógicas de Rousseau, Pestalozzi y Spencer, entre otros, con
las nuevas tendencias del arte de la época- se introdujo en el sistema escolar de
diversos modos: por un lado, Malharro nutrió de modo abundante con sus escritos
acerca de la enseñanza de esta disciplina las páginas de “El Monitor de la Educación
Común”i, en sintonía seguramente con las inquietudes educativas de las autoridades
del CNE por entonces; por otro lado, organizó y dictó cursos y conferencias para
maestros y profesores y recopiló de modo sistemático miles de dibujos de alumnos a
los efectos de contar con documentación “estadística” que diera cuenta del estado y la
evolución de la enseñanza de esta materia en las escuelas. Esta experiencia y este
material le permitieron publicar en 1911 –ya alejado de su cargo en el CNE- un libro en
el que expone sus principios acerca de la enseñanza del dibujo en la educación
básica.
Así, a partir de la figura de Malharro, de su tarea como Inspector y de sus escritos, nos
proponemos indagar algunas de las aristas del debate en torno a la enseñanza de las
artes plásticas en la Argentina durante los primeros años del siglo XX, momento
fundacional tanto en lo que respecta a la conformación del campo artístico local como
en lo que refiere a la organización de la educación pública del país.
El artista
La formación de Malharro fue similar a la de otros artistas de su época: fue alumno de
la Academia de Bellas Artes de la Sociedad Estímulo Bellas Artes entre 1882 y 1889ii.
De su paso por esta institución recordaba Malharro: “la copia de estampas primero, en
cuya práctica pasábamos años ante reproducciones de clásicos (...) Los estudios de
“Venus”, “Apolo”, “Discóbolo”, “Fauno”, “Gladiador”, etc. se repetían agotando el
caudal de buena voluntad de muchos de nosotros (...) que al fin considerábamos todo
eso con la perfecta indiferencia y el desgano propio a todo aquello que descontamos
como contrario a nuestras simpatías, sentimientos e ideales (...) todo eso era contrario
a las manifestaciones de la vida”iii . Estas palabras críticas de Malharro nos arrojan
dentro de su experiencia de estudiante hastiado y rebelde frente al método de
enseñanza sustentado en la copia, demasiado abundante, de estampas y yesos.
En 1895 logró concretar un viaje de estudio a París –considerado imprescindible por
entonces para los artistas locales- a pesar de sus dificultades económicas,
manteniéndose en aquella ciudad gracias a su oficio como ilustrador, oficio que
además encuentra valorado allí como expresión artística: “Aquí la ilustración está
considerada como arte y no desdeñan los mejores maestros en abandonar por
momentos los pinceles, para tomar el buril, la pluma o el lápiz litografía”iv.
Probablemente este viaje le haya ofrecido a Malharro la posibilidad de distanciarse de
la enseñanza recibida en la Academia tal como el mismo relata en un escrito ya citado:
“Algunos años más tarde me encontraba en París y ante uno de mis primeros estudios
me decía un célebre pintor francés `Usted está lleno de prejuicios, dibuja muchas
cosas que no ve y deja por hacer otras que no deben pasarle desapercibidas ante el
modelo. Ese tobillo, por ejemplo, se encuentra en las estatuas griegas pero este sujeto
no lo posee porque ni es estatua, ni es griego, ni es bello`”v.
Regresó al país fines de 1901 y al año siguiente, en 1902, expuso en la Galería
Witcomb con un buen éxito de ventas vi . Esta exposición representa uno de los
momentos clave en la transformación del campo cultural y artístico local: el ingreso del
movimiento impresionista, al menos desde la factura formal de las pinturas expuestas,
a la Argentina en la obra de un artista local. No obstante la obra de Malharro encuentra
una notable resistencia en sectores vinculados a la Academia, en especial a Pío
Collivadino, enemistado con él desde la época de estudiantes.
Por otra parte, Malharro tiene una clara inscripción política anarquista y una nutrida
actividad como dibujante en publicaciones de este sector entre las que se destaca la
revista Martín Fierro, dirigida por Ghiraldo entre 1904 y 1905, en la que escribían por
entonces José Ingenieros, Luis Palacios, Macedonio Fernández y Ricardo Rojas entre
otrosvii.
La Inspección de Dibujo
La inclusión del dibujo como materia en la escuela primaria argentina se formalizó en
1884 con la sanción de la Ley 1420 en cuyo artículo 6° se establece dentro del
mínimun de la instrucción obligatoria la inclusión de “nociones de Dibujo”. Al mismo
tiempo comenzaron a pautarse los contenidos a desarrollar en la materia en los
primeros grados de la educación básica con la consecuente institucionalización de la
enseñanza de esta disciplina en el sistema de educación públicoviii.
Dos décadas más tarde, en el año 1904, se crearon en el marco del CNE, estando
como Inspector Técnico General, Pablo Pizzurno y como Presidente del mismo
Ponciano Vivanco, las Inspecciones diferenciadas para las materias especiales. En
ellas fueron designados: Martín Malharro, para Dibujo y Trabajo Manual; Enrique
Romero Brest, para Educación Física; Clotilde Guillén, para Economía Doméstica y
Leopoldo Correjter para Música. Estas inspecciones fueron creadas en una etapa de
expansión y consolidación del CNEix.
Malharro fue, tal como mencionamos arriba, pintor, ilustrador y colaborador en
diversos medios periodísticos; debido a ello, antes de iniciar su actividad en la
Inspección de Dibujo tenía ya un reconocimiento, no exento de polémica, en el campo
artístico y cultural. Su tarea en este cargo fue también intensa y controvertida y
generó, al igual que en el ambiente artístico, un notable movimiento de renovación.
Fuentes consultadas
Malharro, M. (1911) El dibujo en la escuela primaria. Pedagogía. Metodología. Buenos
Aires, Cabaut.
Malharro, M. (1907) “El dibujo en la escuela primaria. Instrucciones a los profesores
especiales de Dibujo” del 15 de marzo de 1905, en Educación Común en la Capital,
Provincias y Territorios Nacionales, Años 1904 y 1905. Informe presentado al
Ministerio de Instrucción Pública por el Dr. Ponciano Vivanco, Presidente del Consejo
Nacional de Educación. Buenos Aires.
Malharro, M. (1909) “Del pasado. Páginas de un libro inédito. La Academia”, en
Revista Athinae, N° 15 y 16, Noviembre-Diciembre.