Esfera P-Blica - Cuesti-N Social y Organizaciones de La Sociedad Civil-Rossi y Mallardi
Esfera P-Blica - Cuesti-N Social y Organizaciones de La Sociedad Civil-Rossi y Mallardi
Esfera P-Blica - Cuesti-N Social y Organizaciones de La Sociedad Civil-Rossi y Mallardi
Introducción
El presente trabajo sintetiza un conjunto de reflexiones sobre las
particularidades de las Organizaciones de la Sociedad Civil que intervienen
sobre los problemas sociales que afectan a un número importante de
ciudadanos. Partiendo de una perspectiva relacional, se considera que tales
problemas sociales no remiten a fenómenos aislados unos de otros, sino
que forman parte de un complejo mayor al que se denomina cuestión social.
Tradicionalmente los estudios sobre la cuestión social centran su
atención en el análisis de las políticas sociales implementadas por las distintas
instancias estatales, desconociendo en buena parte el avance importante
que existe por parte de las Organizaciones de la Sociedad Civil, las cuales
en muchos de los casos desarrollan su intervención en forma anterior
inclusive al propio Estado.
En las últimas décadas se asiste al fenómeno de revitalización de
estas organizaciones, derivados de múltiples y variados elementos, que
confluyen en procesos asociativos diversos y posiciones valorativas también
heterogéneas respecto del papel que vienen a desempeñar estas
Organizaciones de la Sociedad Civil en relación con la atención de los
problemas sociales y en su vinculación con la intervención del Estado.
La propia conceptualización del término Sociedad Civil, así como
Tercer Sector en que generalmente se lo engloba, conduce a revisar los
diferentes posicionamientos político-ideológicos que atraviesan el análisis
del fenómeno que constituyen este tipo de Organizaciones.
Con todo, resulta innegable considerar que estamos en presencia de
un fenómeno creciente en términos de la participación de la sociedad civil
organizada, consecuentemente con diversos elementos contextuales que
favorecen su creación-recreación-consolidación. La denominada retirada
del Estado de sus intervenciones sobre las manifestaciones de la cuestión
social, el crecimiento cuanti-cualitativo de los problemas sociales en
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Por otro lado, Montaño (2005) considera que al caer en esta visión
fragmentada de la realidad, el tercer sector es pensado como aquel que
resolvería el problema de la dicotomía entre lo público y lo privado, en don-
de lo primero correspondería al Estado (primer sector) y el segundo al mer-
cado (segundo sector). Sin embargo, se vuelve a caer en una clara frag-
mentación si se piensa que lo público, asociado a lo político, y lo privado,
asociado a lo económico, son propiedad exclusivas del Estado y del merca-
do respectivamente, quedando a este tercer sector, el de la sociedad civil, la
intervención sobre lo social. Por ello, cualquier análisis de las implicancias
de la sociedad civil debe efectuarse como una particularidad de procesos
sociales más generales de los cuales adquiere significado y funcionalidad.
Consecuentemente se considera que el Tercer Sector, dedicado
sobre todo a la provisión de servicios sociales, apenas estaría cumpliendo el
CAPITULO 1 - ESFERA PUBLICA, CUESTION SOCIAL 19
papel como brazo ejecutor de políticas sociales emanadas del ámbito esta-
tal, determinando con ello una imposibilidad casi manifiesta para plantearse
como alternativas y propositivas. En este sentido, se estaría en presencia
de un sector que limita su participación, al decir de De Piero (1998) a las
partes blandas de la política y donde todavía no ha encontrado su posición
para poder dirimir, de igual a igual, cuestiones que tengan verdadera inci-
dencia política en las políticas públicas.
Un elemento más se suma al cuestionamiento de la propia conside-
ración de este agrupamiento de Organizaciones de la Sociedad civil como
sector. En este registro, se cuestiona la existencia de tal como sector, en
tanto se parte de suponer la inexistencia de diferencias, conflictos, lógicas,
objetivos, haciendo aparecer a este conjunto como homogéneo, cuando en
verdad lo que resulta de su composición como denominador común es el
hecho de su pertenencia u origen en la denominada sociedad civil.
Otro punto importante de crítica en relación a estos planteos es se-
ñalado por Rodríguez López (2005) quien sostiene que definir al tercer sec-
tor en oposición a la esfera política y económica, separando Estado, merca-
do y tercer sector, niega que además del financiamiento tanto del mercado
o del Estado hacia el tercero, éste sea objeto de regulación jurídica y políti-
ca por parte del Estado. Consecuentemente, continúa la autora, la separa-
ción analítica entre los supuestos tres sectores no permite comprender los
procesos reales y no logra trascender la oposición público/privado.
En conclusión, podríamos decir que diversos estudios y datos, aún
con las diferencias que son reales, marcan una intervención social de im-
portancia apreciable por parte de las denominadas Organizaciones de la
Sociedad Civil. Esta afirmación no debe conducir a evitar el develamiento
de las fragilidades propias de las mismas ni a la suerte de idealización que,
derivando de una noción de Estado restricto (Sarachu, 1999), surge de
pensar al denominado tercer sector abstraído de las tensiones sociales en
las cuales realmente se inserta, como si fuese un todo homogéneo y todas
las organizaciones que lo componen buscaran el denominado bien común.
A partir de los planteos anteriores, se considera que en oposición a
considerar el surgimiento de un sector particular, es necesario pensar los
procesos en términos de complejidad, donde no hay lugar para categorías
abstraídas una de otras, sino elementos de un mismo proceso, donde en
lugar de un supuesto nuevo tercer sector se evidencia la nueva particulari-
dad que adquiere la esfera pública, donde coexisten Estado y Sociedad
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Civil.
esfera pública.
Desde esta perspectiva, advierten que la comprensión de lo público,
sólo como encarnación del Estado, resulta insuficiente para su entendimiento,
a partir de la presencia de la Sociedad Civil en el campo de las políticas
sociales (Morales, 1998). En esta interpretación, la homología Estado =
público, entra en crisis, a partir de una profunda retracción del Estado en
sus intervenciones en relación a la cuestión social, lo cual obliga a instau-
rar el debate en términos de la redefinición de lo público y lo privado y la
necesaria, aunque conflictiva, articulación entre ambas esferas.
Algunos enfoques de las políticas públicas han considerado que lo
público suele confundirse con lo gubernamental, pero lo público rebasa lo
gubernamental, en donde lo primero es del interés de todos y lo segundo
está referido al aparato de la administración (Ortega, 1995; Viveros, 1997;
González Bombal, 1995). La distinción que ha operado hegemónicamente
entre público = estado y lo privado=individual, deviene de un paradigma que
ha divorciado ambas esferas para comprender las relaciones sociales, sin
posibilidades de analizarlo desde otras perspectivas más complejas (Vive-
ros, 1997).
En este registro, sobresale el incremento de la intervención de enti-
dades de origen privado con fines públicos, que hacen su aporte a la cons-
trucción de la esfera pública no estatal (Morales, 1998). Consecuentemen-
te, cuando se hace referencia a la delimitación de dos esferas que integran
lo público, la estatal y no estatal, se alude a la consideración de lo público
ligado al bien común o relacionado con el interés compartido. En este sen-
tido se corresponde con la perspectiva republicana cívica donde las perso-
nas dejan de lado sus intereses particulares para atender a los intereses
públicos o comunes, concepción no exenta de debates pero que, a los fines
de este trabajo y en función del papel que vienen jugando las organizacio-
nes denominadas comúnmente de la sociedad civil, habremos de considerar
como integrantes del sector privado que destinan su acción al bien común o
público (Frazer, 1997).
Agrega Vieira (1998) que:
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Continúa el autor: así, la cuestión social es atacada en sus refracciones, en sus secuelas
aprehendidas como problemáticas cuya naturaleza totalizante, si es asumida consecuentemen-
te, impediría la intervención. De ahí surge la categorización de los problemas sociales y de sus
vulnerabilizados (Netto, J. P. 1997: 22)
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paraestatal.
Sin embargo, las consideraciones precedentes no deben en forma
alguna conducir a negar los procesos históricos de intervención por parte
de las Organizaciones de la Sociedad Civil en el ámbito de lo social. Los
impulsos son variados y los motivos de su constitución también. Sin embar-
go, se privilegia, como se anticipó la caridad y/o filantropía la lógica de la
solidaridad.4 Consecuentemente, las manifestaciones de la cuestión so-
cial atendidas, los criterios de selección de los usuarios y las característi-
cas de los servicios sociales, reflejan visiones que en su mayoría obscurecen
la noción de derechos sociales, visualizando la causa de los problemas
sociales en la individualidad de los sujetos.
Se trata de una configuración sobre la génesis de los situaciones que
afectan a las personas que dista de reflejar la procesualidad social, por lo
cual no todos los sujetos se encuentran en condiciones de merecer la asis-
tencia, que reviste el carácter de ayuda, por lo cual se aplican criterios de
selección que van desde el lugar de residencia de la persona 5, los motivos
por los cuales presenta tal situación y las formas de comunicarse con la
organización, es decir grados de sumisión y resignación por ser afectado
por dicho problema social.
Pero, por otro lado, existe un número importante de Organizaciones
de la Sociedad Civil que intervienen incidiendo en el desarrollo de las polí-
ticas públicas, teniendo distintas funciones asignadas/asumidas en los dis-
tintos momentos de su desarrollo. Brevemente, se puede afirmar, siguiendo
los planteos de Villar (2003), que la participación de dichas organizaciones
en el proceso de las políticas públicas puede darse en cuatro posibles mo-
mentos: a) establecimiento de la agenda; b) formulación y promulgación; c)
implementación; y d) monitoreo y evaluación. Mientras que, siguiendo en el
plano de la incidencia, las organizaciones pueden participar en los siguien-
tes aspectos:
Consideraciones finales
Bibliografía