Boletín Parroquial / Octubre 2024
Boletín Parroquial / Octubre 2024
Boletín Parroquial / Octubre 2024
PAZ Y BIEN
BOLETÍN PARROQUIAL
AÑO XXXI OCTUBRE 2024 - NRO. 333
3 CONSEJOS PARA
MEJORAR TU VIDA
ESPIRITUAL EN EL
AÑO DE LA
ORACIÓN 2024
(pág. 4)
AGENDA
(pág. 8)
2025 JUBILEO DE LA
ESPERANZA
(pág. 9)
Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca, y que daremos cuentas de
todas las palabras que salgan de nuestra boca. Santiago, en el capítulo 3 de su epístola, clara-
mente nos invita a usar la lengua para alabar a Dios.
3. La Regla de Oro. Recuerda esta preciosa y poderosa norma de Jesús: “Haz a los demás lo
que quieres que los demás te hagan”. Podemos aplicarlo al hablar: “Dile a los demás lo que
quieres que ellos te digan a ti”.
4. ¡Calla! Las madres suelen enseñar a sus hijos este axioma: “Si no tienes algo bueno que de-
cir, entonces no lo digas”. ¡Buen consejo!
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5. ¿Estás nervioso? En momentos de agitación, es mejor no hablar. Mejor retírate a tu ha-
bitación, reza una parte del Rosario, y luego regresa a la conversación tranquilo y sereno. En
la agitación, el mal espíritu trabaja en nosotros y eso también afecta a lo que decimos.
6. ¡Da ánimos! Aprende palabras de ánimo. Todos necesitamos refuerzo, apoyo y consuelo.
¡Sé un Bernabé! Bernabé fue uno de los últimos apóstoles y su nombre significa “hijo de la
consolación”. ¿Por qué no formar un Club Bernabé?
7. ¡Perdón! Cuando te equivoques con lo que has dicho y hieras a tu prójimo, haz acopio de
humildad y valor suficientes para pronunciar dos palabras muy difíciles: “¡Lo siento!”. Sha-
kespeare dio en el clavo: “Errar es atributo humano, perdonar es atributo divino”.
8. Lectura espiritual. Puede ser que lleguemos a un vacío interior: tenemos poco que decir
que tenga un valor real. Forja el hábito de una buena lectura espiritual (media hora al día) y
muchos pensamientos santos, edificantes y santificantes transformarán tu mente y tu co-
razón en palabras que servirán para santificar verdaderamente a los demás. En la Contem-
plación para alcanzar amor, San Ignacio dice que el amor se expresa dando. ¿Por qué no
compartir con los demás los tesoros espirituales de tu corazón?
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3 consejos para mejorar tu vida espiritual en el
Año de la Oración 2024
¿Quieres aprovechar al máximo lo que queda del Año de la Oración 2024? Tres consejos
que te ayudarán a mejorar tu vida de oración.
A principios de este año, el Papa Francisco inauguró el Año de la Oración, un tiempo es-
pecial dedicado a la preparación espiritual para celebrar el Jubileo Ordinario de la Esperanza
2025, un evento histórico en el que la Iglesia Católica pide a los fieles ser peregrinos de es-
peranza, en especial, con los que sufren.
En su inauguración el 21 de enero, el Papa Francisco dijo que este año está “dedicado a
redescubrir el gran valor y la absoluta necesi-
dad de la oración en la vida personal, en la vida
de la Iglesia y del mundo”. Además, dio a los
católicos una especial misión: “Les pido intensi-
ficar la oración para prepararnos a vivir bien
este evento de gracia y así experimentar la
fuerza de la esperanza de Dios”. Animó a los
católicos a profundizar en su vida de oración
durante este año, pues el Jubileo 2025 “debe
llegar a ser el ‘respiro de nuestra vida espiri-
tual”.
Si bien ya han transcurrido algunos meses desde el inicio del Año de la Oración, aún hay
tiempo para dar un impulso a la vida de oración y así mejorar la relación con Dios y con los de-
más.
Para ayudar a los fieles en esta misión, tres consejos basados en el documento Enséña-
nos a rezar del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano:
Además de reservar tiempo para rezar en soledad frente a Dios, la vida de oración de-
be ser también una experiencia comunitaria. “La comunidad parroquial es el espacio donde po-
demos compartir nuestra fe, apoyarnos mutuamente y crecer juntos en nuestra relación con
Dios”.
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En ese sentido, “participar en la Eucaristía, la Liturgia de las Horas, la Adoración Eu-
carística y otras formas de oración en comunidad nos fortalece y nos une como Iglesia”.
“La oración comunitaria nos recuerda que no estamos solos en nuestro camino espiri-
tual y que formamos parte de una gran familia de creyentes. Este sentido de pertenencia y
unidad es crucial para vivir plenamente nuestra fe y para llevar adelante la misión evangeli-
zadora de la Iglesia”, añadió.
El modo y tiempo de oración puede variar “según la dinámica familiar”. Por ejemplo,
cuando los niños son pequeños, “se puede empezar con momentos sencillos como orar antes y
después de las comidas, al iniciar y terminar el día”.
“Cuando los chicos han crecido un poco más se puede proponer que los domingos se
haga el rezo de Laudes, o escuchar una meditación breve”, “existen muchos podcasts dispo-
nibles” que pueden ayudar a este propósito. No obstante, lo importante es “crear un am-
biente de espiritualidad y comunión”.
“Estas prácticas no solo fortalecen la unidad familiar, sino que también enseñan a los
más jóvenes a vivir su fe de manera concreta y cotidiana. La familia debe ser vista como el
primer lugar donde se aprende a dialogar con Dios, a agradecerle y a pedirle ayuda”.
“A través de la meditación, se guía a los fieles en reflexiones sobre las Escrituras, los
misterios de la fe, o temas espirituales específicos”. Por eso, “esta práctica no solo ayuda a
profundizar en el conocimiento de la fe, sino que también fomenta una relación más íntima
con Dios, ya que nos enseña a escuchar y discernir Su voluntad en nuestras vidas”.
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¿La oración de los primeros cristianos era como la nuestra?
La postura corporal es una importante manera de hacer oración, sin embargo, los prime-
ros cristianos oraban de forma distinta a la nuestra
Piensa en lo que hacemos cuando invocamos a alguien. Podemos colocar los brazos en
nuestra frente como si estuviéramos diciendo a la persona: "Yo te imploro que me ayudes".
Parece un gesto humano natural, que viene de lo íntimo, como arrodillarse para adorar o para
expresar sufrimiento. Orienta esta postura hacia el cielo y tendrás la posición orans.
Con el advenimiento del cristianismo, la posición orans ganó simbolismo adicional, rela-
cionada a la crucifixión. Cuando los cristianos oraban, ellos ofrecían su súplica a Dios imitando
los brazos extendidos de Jesús en la cruz.
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Además de la postura orans, los primeros cristia-
nos también rezaban de rodillas o postrados en el suelo.
Lo importante es unirnos a Dios y orar con todo nuestro corazón y nuestro ser entero.
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OCTUBRE 2024
MES DEL ROSARIO
01.10 Santa Teresita del Niño Jesús
02.10 Santos Ángeles Custodios.
04.10 San Francisco de Asís
1º Viernes de mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
8,30 hs a 19 hs. Exposición Santísimo Sacramento. Bendición y Misa.
05.10 Santa Faustina Kowalska
1º Sábado de mes, dedicado al Inmaculado Corazón de María
06.10 Recordamos a la Virgen del Rocío. 11 hs. Misa.
07.10 Ntra. Sra. del Rosario
11.10 San Juan XXIII
12.10 Ntra. Sra. del Pilar
15.10 Santa Teresa de Jesús (Vice-Patrona de la Diócesis Avellaneda-Lanús)
18.10 San Lucas, evangelista
22.10 San Juan Pablo II
28.10 Santos Simón y Judas Tadeo
Francisco comienza con el deseo de que el Año Santo «sea para todos ocasión de reavi-
var la esperanza» (n. 1). El Jubileo se abre en una dimensión de evangelización universal, para
todos: va más allá de las fronteras eclesiales, porque «en el corazón de toda persona anida la
esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el maña-
na» (ibid.). Si la vida se compone de alegrías y tristezas, de pruebas y dificultades, y si la es-
peranza parece derrumbarse ante el sufrimiento, Pablo, de manera desconcertante, escribe:
«Nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce
la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza (Rm 5,3-4)» (n.
4). La «constancia» (o «paciencia»), combinada con la esperanza, consiste en mantenerse fir-
me en las pruebas, no desanimarse, perseverar, no tener prisa en una época en la que estamos
acostumbrados a quererlo todo e inmediatamente.
En la historia, muchas veces la gracia del perdón ha sido concedida a los fieles de un
modo nuevo y especial: el «perdón» de Celestino V en 1294, y aún antes, en 1216, la gracia
jubilar solicitada por san Francisco a Honorio III para la Porciúncula, así como la de 1122 por
Calixto II para la peregrinación a Santiago de Compostela (cf. ibid.). Inicialmente, el Jubileo
se celebraba cada 100 años, reduciéndose posteriormente a 50 en 1343 por Clemente VI y a
25 en 1470 por Pablo II. También ha habido Jubileos extraordinarios: en 1933, el convocado
por Pío XI para el aniversario de la Redención y retomado en 1983 por Juan Pablo II; el de
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2015 por Francisco, para «encontrar el “Rostro de la Misericordia” de Dios», en el 50 aniver-
sario del Vaticano II.
El Año Santo de 2025 tiene algunas características especiales: aun estando en conti-
nuidad con los Jubileos anteriores, esta vez cae en el aniversario – 1700 años – de la celebra-
ción del primer Concilio Ecuménico de Nicea en 325, un hito en la historia de la Iglesia «[que]
tuvo la tarea de preservar la unidad, seriamente amenazada por la negación de la plena divini-
dad de Jesucristo y de su misma naturaleza con el Padre» (n. 17). El Concilio se ocupó tam-
bién de la datación de la Pascua. Por una coincidencia providencial, en 2025 la fecha de esta
fiesta caerá el mismo día para todos los cristianos: el 20 de abril. El Papa espera que sea una
invitación general a dar un paso decisivo hacia la unidad estableciendo una fecha común para
la solemnidad. El Año Santo coincide también con el aniversario – el 9 de noviembre de 2024
– de los diecisiete siglos de la Basílica de San Juan de Letrán, catedral del Obispo de Roma, y
apunta al mismo tiempo hacia 2033, cuando «se celebrarán los dos mil años de la Reden-
ción» (n. 6).
(Continuará)
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En el mes del rosario
te invitamos a rezarlo
en la parroquia todos
los días a las 18.30 hs.
antes de la misa.
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