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Categorías Gramaticales

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Categorías gramaticales

Los sustantivos
Los sustantivos son aquellas palabras que sirven para nombrar los objetos y
los seres que encontramos en el mundo, ya sean reales o ficticios,
concretos o abstractos. Se pueden entender como los nombres de las cosas,
ya sean nombres genéricos (perro, gato, libro, niño, mujer, árbol) o nombres
propios.

Son ejemplos de sustantivos: lápiz, planetas, automóvil, país, botellas,


religión, libertad, Juana, Rusia, Washington, Popeye, hamburguesa,
alfombra, Atlántico, desierto, teléfono, Quijote, jirafa, cantimplora.

Los adjetivos
Los adjetivos son palabras que se agregan al sustantivo, para
complementar o determinar su significado. Así, cuando un adjetivo se une a
un sustantivo, le atribuye cualidades o características concretas o abstractas.
Dependiendo de la naturaleza de dichas características, podemos hablar de
dos tipos de adjetivos:

Los adjetivos calificativos, que le dicen al lector cómo es el sustantivo al cual


acompañan, por ejemplo: hermoso, grande, azul, barato, fugaz, global, entre
otros. Estos adjetivos pueden clasificarse, a su vez, en dos tipos:

 Adjetivos calificativos especificativos o restrictivos, que delimitan o restringen el


significado del sustantivo desde un punto de vista objetivo, para distinguirlo de otros
similares. Se reconocen porque suelen admitir variaciones de grado. Por ejemplo:
perro grandísimo, carro rojo, lente izquierdo.
 Adjetivos calificativos explicativos, que resaltan un sentido ya presente en el
significado del sustantivo, imprimiéndole un matiz personal o subjetivo. Por ejemplo:
cielo azul, dulce miel, fiera salvaje.

Los adjetivos determinativos o determinantes, que aportan un margen de


precisión respecto al significado del sustantivo, es decir, nos permiten
diferenciarlo gramaticalmente de otros posibles sustantivos, por ejemplo:
alguna, mi, nuestro, esos, entre otros. Los adjetivos determinativos se clasifican
de acuerdo al sentido específico que añaden al sustantivo, de la siguiente
manera:

 Adjetivos posesivos, que indican a quién pertenece el sustantivo. Por


ejemplo: mi casa, nuestro compromiso, su
 Adjetivos demostrativos, que permiten ubicar al sustantivo en un contexto más
próximo o más lejano del hablante. Por
ejemplo: ese camello, aquella edificación, aquellos
 Adjetivos numerales, que permiten conocer la cantidad o abundancia de lo
expresado en el sustantivo. Por ejemplo: decenas de
amigos, dos luces, una pregunta, miles de respuestas.
 Adjetivos indefinidos, que permiten expresar cierto grado de vaguedad o
desconocimiento respecto a la naturaleza del sustantivo. Por
ejemplo: algunas personas, cualquier médico, demasiados
 Adjetivos interrogativos, que permiten formular una pregunta abierta respecto del
sustantivo. Por ejemplo: ¿Cuál perro quieres? o ¿Qué color prefieren?
 Adjetivos exclamativos, que permiten darle énfasis al significado expresado por el
sustantivo en la oración. Por ejemplo: ¡Qué frío hace! o ¡Cuántas mujeres vinieron!

Los artículos
Junto a los adjetivos, los artículos son las palabras que acompañan y
caracterizan a un sustantivo, aunque en este caso únicamente para
expresar ciertos sentidos determinados: género (masculino, neutro y
femenino), número (plural y singular) y determinación (determinado e
indeterminado). Se trata de partículas pequeñas que normalmente anteceden
al sustantivo y nos permiten prever sus rasgos gramaticales. En ocasiones,
además, pueden sustantivar, o sea, obligar a actuar como sustantivos a otros
tipos de palabras.

Los artículos en español son:

Los pronombres
Los pronombres son palabras que carecen de un referente fijo, pero que
establecen una relación gramatical en ausencia del nombre. Esto significa
que son palabras empleadas para sustituir a un nombre o un sustantivo, y
así no tener que reiterarlo continuamente a lo largo de una oración. Son piezas
cuyo sentido depende siempre del contexto en el que sean utilizadas.

 Pronombres personales, que sirven para sustituir los nombres (propios o comunes)
en la oración, y así poder referirse cómodamente a quienes intervienen en ella. Estos
pronombres son: yo, tú, usted, él, ella, nosotros, vosotros, ustedes, ellos y ellas. Por
ejemplo: “Yo soy uruguayo” o “Ustedes saben mucho”.
 Pronombres clíticos (acusativos y dativos), que sirven para indicar sobre quién
recae la acción directa (acusativo) o indirecta (dativo) del verbo. Estos pronombres son:
me, te, se, lo, le, la, nos, os, les, los y las. Por ejemplo: “Te traje un regalo” o
“Les dimos la carta a tus padres”.
 Pronombres posesivos, que sirven para expresar una relación de propiedad o
potestad respecto del nombre sustituido. Estos pronombres son: mío, mía, míos, mías,
tuyo, tuya, tuyos, tuyas, suyo, suya, suyos, suyas, nuestro, nuestra, nuestros, nuestras,
vuestro, vuestra, vuestros y vuestras. Por ejemplo: “Yo tengo la falda de María y ella
tiene la mía” o “Ya llegaron sus colegas, ¿dónde están los nuestros?”.
 Pronombres demostrativos, que sirven para expresar una relación de cercanía o
lejanía respecto de lo sustituido. Estos pronombres son: este, ese, aquel, esta, esa,
aquella, estos, esos, aquellos, estas, esas, aquellas. Por ejemplo: “¿Quieres de este pastel
o de ese?” o “Esta es mi taza”.
 Pronombres relativos, que sirven para introducir oraciones subordinadas relativas,
vinculadas con un referente previo o antecedente. Estos pronombres son: que, quien,
quienes, el cual, la cual, los cuales, las cuales, cuyo, cuya, cuyos, cuyas, cuanto, cuanta,
cuantos, cuantas. Por ejemplo: “Hoy viene el primo del cual te hablé” o “¿Esa es la
película que vimos ayer?”.
 Pronombres numerales, que sirven para expresar una cantidad específica, una
cadena ordenada o una parte de un conjunto. Estos pronombres son infinitos (como los
números), pero algunos son: uno, tercero, medio, tercio, miles. Por ejemplo: “Es
el tercero que me pregunta eso hoy” o “Un melón es mucho, prefiero medio”.
 Pronombres indefinidos, que sirven para sustituir referentes de los que no se tiene
mucha certeza o con los que se tiene una relación de incertidumbre o poca precisión.
Estos pronombres son: algún, alguno, alguna, algunos, algunas, otro, otra, otros, otras,
poco, poca, pocos, pocas, mucho, mucha, muchos, muchas, todo, toda, todos, todas,
tanto, cierto, cierta, ciertos, ciertas, bastante, tal, cualquiera, quienquiera, varios, varias,
ninguno, ninguna, ningunos, ningunas, sendos, sendas, alguien, algo, más, menos,
demás, nada y nadie. Por ejemplo: “Estuvimos esperando pero no vino nadie” o
“Necesito un doctor, espero conseguir alguno”.

Los verbos
Los verbos son palabras que nombran acciones, reales e imaginarias,
realizadas siempre por alguien (persona verbal). Se trata de palabras muy
importantes en la oración, que cumplen el rol de núcleo del predicado y que
pueden aparecer en su forma conjugada o sin conjugar (llamados verboides).

La conjugación del verbo se refiere a su adecuación o cambio morfológico para


expresar gramaticalmente una información respecto de ciertos aspectos, que
son:

 La persona verbal, es decir, quién realiza la acción: una primera persona


(yo/nosotros), una segunda persona (tú/ustedes) o una tercera persona
(él/ella/ellos/ellas). Así, dependiendo de quién realice la acción, el verbo se conjugará
de un modo u otro. Por ejemplo, el verbo amar puede
conjugarse: amo (yo), amas (tú), aman (ellos/ellas), amamos (nosotros).
 El tiempo verbal, o sea, el instante en que ocurre la acción, siempre respecto del
emisor: el presente (ocurre mientras habla), el pasado (ocurrió antes del habla) o el
futuro (ocurrirá mientras habla o cuando acabe de hablar). Los tiempos verbales del
español son muchos, clasificados entre simples (sin auxiliar) y compuestos (con
auxiliar “haber”), y expresan una ubicación cronológica específica del verbo. Por
ejemplo, el verbo caminar puede conjugarse: camino (presente
simple), caminaré (futuro simple) o caminaba (pasado imperfecto), entre otros tiempos
verbales específicos.
 El modo verbal, esto es, el grado de realidad que hay detrás de la acción del verbo: si
acontece en el plano real (indicativo), en el plano de los deseos y esperanzas
(subjuntivo) o si se trata de una orden para ser realizada por otro (imperativo). Por
ejemplo, el verbo comer puede conjugarse: comen (indicativo), comieran (subjuntivo)
o come (imperativo). Cada modo verbal contempla ciertos tiempos y personas.
En la oración, los verbos conjugados siempre deben presentar concordancia
con el sujeto que realiza la acción. En cambio, las formas no conjugadas
(verboides) no varían su forma. Dichos verboides son:

 El infinitivo, reconocible porque presenta la terminación verbal -ar, -er o -ir, es aquel
que opera como el nombre genérico de la acción o un sustantivo. De hecho, puede ir
acompañado de artículos o adjetivos. Por ejemplo: caminar, beber, vivir.
 El gerundio, reconocible porque presenta la terminación -ando o -endo, es aquel que
opera como un adverbio, o sea, como un caracterizador de otros verbos. Además,
transmite la sensación de una acción incompleta, que acontece mientras se habla. Por
ejemplo: caminando, bebiendo, viviendo.
 El participio, reconocible porque presenta la terminación -ado o -ido, es aquel que
opera como un adjetivo, pudiendo incluso acompañar a un sustantivo. Por
ejemplo: caminado, bebido, vivido.

Son algunos ejemplos de verbos: conspirar, desechado, rindiendo, imaginaría,


comeremos, importarán, consumían, aparezcas, cállate, soportaré, obligar, han
venido, habríamos dicho, habremos advertido.

Los adverbios
Los adverbios son partículas caracterizadoras cuyo rol es comparable con el de
los adjetivos, excepto que acompañan al verbo, a los adjetivos o a otros
adverbios, y aportan o modifican cierta información respecto del
significado de cada uno. En general, dicha información tiene que ver con
determinados aspectos, que permiten clasificar a los adverbios de la siguiente
manera:

 Adverbios de cantidad, que expresan cantidades o grados vinculados a la acción


realizada en el verbo. Por ejemplo: comer bastante, beber mucho, pensar demasiado,
hacer nada, lograr menos, vivir suficiente.
 Adverbios de lugar, que expresan con qué orientación o en dónde ocurre la acción
descrita por el verbo. Por ejemplo: caer encima, arrastrarse debajo, moverse adelante,
caminar arriba.
 Adverbios de tiempo, que expresan cuándo ocurre la acción descrita por el verbo.
Por ejemplo: salir mañana, verse hoy, sufrir antiguamente, comprar semanalmente,
trabajar siempre.
 Adverbios de modo, que expresan de qué manera se ejecuta la acción indicada en el
verbo. Por ejemplo: hacerlo bien, caerle mal, reptar lentamente, hablar deprisa.
 Adverbios de afirmación o negación, que expresan la conformidad o no
conformidad del hablante respecto de la acción del verbo. Por
ejemplo: sí estás, no llamaste, tampoco
 Adverbios de duda, que expresan la incerteza del hablante respecto de la acción
contenida en el verbo. Por ejemplo: quizá lleguemos, probablemente

Las interjecciones
Las interjecciones son palabras que no forman realmente parte de las
oraciones, sino que constituyen oraciones en sí mismas, dado que
cumplen con una función expresiva que carece de organización
gramatical. Es decir, son palabras que no tienen un rol gramatical propiamente
dicho, sino que permiten expresar un sentimiento, una llamada de atención a
otra persona, o incluso transmitir la impresión subjetiva de una acción.

Por ejemplo, la interjección “ojalá” (herencia del árabe law sha’a Allah, “si dios
quisiera”) se utiliza para expresar deseo o esperanza de que algo ocurra,
mientras que “ajá” se utiliza para confirmarle a la otra persona que la
comunicación es efectiva, que se están entendiendo.

De esta manera, las interjecciones son piezas fijas del lenguaje, poco
cambiantes, que no requieren de ningún tipo de coordinación o concatenación
con el resto de la oración, aunque perfectamente pueden aparecer antes, en
medio o después de ella. Muchas de estas interjecciones tuvieron origen en
lenguas muertas o en usos extraviados en el tiempo, y permanecen como
piezas únicas en el idioma.

Son ejemplo de interjecciones: chao, uy, órale, hala, epa, hola, ojalá, olé, ay,
alto, psé, brrr, puaj, uf, uau, eh, arre, zape, aló, entre otras.

Las preposiciones
Las preposiciones son piezas del lenguaje que tienen únicamente significado
gramatical, es decir, no cuentan con un sentido léxico propio, por fuera de
la lengua. Esto significa que tienen sentido única y exclusivamente dentro del
contexto de la frase, puesto que expresan algún tipo de relación entre los
demás referentes de la oración.

Entre sus funciones están la de expresar relaciones, pero también la de


introducir adjuntos (sintagmas preposicionales), y por ese motivo no pueden
variar, ni conjugarse, ni utilizarse de manera indistinta. Las preposiciones
tienen usos muy específicos, a pesar de que aparezcan comúnmente en el
idioma, y en español se distinguen principalmente las siguientes: a, ante, bajo,
cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para,
por, según, sin, so, sobre, tras, versus, vía.

Cada preposición tiene su sentido relacional específico. Por ejemplo, en la


frase “entre el muro y la pared”, la preposición “entre” indica que el sujeto
oracional se halla en el medio de las dos cosas referidas. En cambio, cuando
se dice que un obsequio navideño es “para mamá” y “de papá”, se indica con
ambas preposiciones a quién está dirigido el obsequio y de parte de quién es.

Las conjunciones
Las conjunciones son palabras que permiten enlazar otras palabras, frases
u oraciones, por lo que constituyen un tipo de nexo gramatical. En sí
mismas no tienen un significado propio, pero sí aportan un sentido específico
respecto de los términos que enlazan, que permite clasificarlas de la siguiente
manera:
Conjunciones coordinantes o propias, aquellas que vinculan dos elementos
a un nivel de igualdad, esto es, sin que ninguno esté sintácticamente por
encima del otro. Para comprobarlo, basta con intercambiar los términos
enlazados de lugar. Por ejemplo: “triste y vacía” significa lo mismo que
“vacía y triste”, por lo que la conjunción y es de tipo coordinante. Estas
conjunciones a su vez se clasifican en:

 Conjunciones copulativas, que reúnen en una misma estructura dos o más


elementos expresando un sentido de adición o suma. Por ejemplo: “María y Juan
están juntos” o “No tiene casa ni trabajo”.
 Conjunciones disyuntivas, que reúnen en una misma estructura dos o más
elementos expresando un sentido de alternativa o elección entre ambos. Por ejemplo:
“¿Vienes o te quedas?” o “Uno u otro”.
 Conjunciones adversativas, que reúnen en una misma estructura dos o más
elementos contrapuestos, o sea, que uno corrige al otro o lo modifica. Por ejemplo:
“No vino María sino Julia” o “No tengo dinero pero sí mi bicicleta”.
 Conjunciones explicativas, que reúnen en una misma estructura dos o más
elementos similares, que dicen lo mismo, de manera tal que uno explique mejor el
sentido del otro. Por ejemplo: “El señor lo lamenta, es decir, se disculpa” o “El chofer
ya no te espera, o sea, se cansó”.
 Conjunciones distributivas, que reúnen en una misma estructura dos o más
elementos similares, de manera tal que a cada uno se le asigne una porción o un
extremo de la oración, de manera simétrica. Por ejemplo: “Salga sapo, salga rana irás
al médico” o “Sean hombres o sean mujeres, déjalos pasar”.

Conjunciones subordinantes o impropias, aquellas que vinculan dos


elementos de manera asimétrica, o sea, subordinando sintácticamente uno al
otro, de modo que no pueden intercambiarse de lugar y que, sin el primero, el
segundo carece de sentido. Por ejemplo: “Lo hice porque me apetece” no
equivale a “me apetece porque lo hice”, ya que la conjunción porque introduce
un sentido de causalidad. Estas conjunciones pueden ser de varios tipos:

 Conjunciones sustantivas, que introducen subordinadas que cumplen en la oración


funciones de un sustantivo o sintagma nominal (sujeto, objeto directo, objeto indirecto,
suplemento o complemento del nombre). Por ejemplo: “Me dijo que no lo haría” o “Le
molestó que dijeras eso”.
 Conjunciones adjetivas, que introducen subordinadas que cumplen en la oración
funciones de un adjetivo o sintagma adjetival. Por ejemplo: “La peli que me
recomendaste me encantó” o “Se me perdió el libro que me diste”.
 Conjunciones adverbiales, que introducen subordinadas que cumplen en la oración
funciones de un adverbio. Por ejemplo: “Se lo entregamos para que lo usara” o “No
vino porque está de luto”.

Son ejemplos de conjunciones: y, o, porque, para, que, o sea, ni, u, sino, entre
otras.

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