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Guzmanj Ensayo U3 Daydr

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ASIGNATURA: DERECHO AGRARIO Y DESARROLLO RURAL

PROFESORA: LIC. ADRIANA VALERA DE LA TORRE


ALUMNO: JUAN JOSÉ GUZMÁN PÁEZ
ACTIVIDAD DE LA UNIDAD 3: ENSAYO. EL EJIDO.
INTRODUCCIÓN

La figura del ejido ha sido motivo de estudios, ensayos y diversas publicaciones


que han dedicado páginas y páginas a analizar las consecuencias derivadas de
lo que estableció nuestra Constitución de 1917 al respecto de dicha figura.

Lo mismo pasa a raíz de la reforma de 1992, que pregonó el final del reparto
agrario, bajo el supuesto de que “ya no había tierras qué repartir”, cuestión que
generó muchas dudas en cuanto al verdadero motivo de la reforma, en el sentido
de que el supuesto deseo de mejorar las condiciones jurídicas del ejido en pro
de los propietarios, traía oculto otro objetivo era propiciar la propiedad privada de
este.

Sin embargo, lo que nos debe importar a nosotros como aspirantes a


profesionales del derecho, es profundizar en las particularidades de las normas
contenidas en la ley agraria, reglamentaria del artículo 27 para tenerlas
presentes al momento de involucrarnos en conflictos o controversias en la
materia.

La presente actividad tiene por objeto realizar un ensayo relativo a los elementos
que están presentes en la figura del ejido para conocer sus características, las
normas, los actores, los derechos y obligaciones de los involucrados, todo ello a
través de un enfoque histórico, político y social.
EL EJIDO. CARACTERÍSTICAS Y ELEMENTOS QUE LOS CONFORMAN.

A raíz de la promulgación de la revolución mexicana, al momento de que los


constituyentes se reúnen para redactar la Constitución que regiría en lo general
la vida política, económica y social de nuestro país, no tenían plena conciencia
de que, si uno de los motivos principales de la lucha revolucionaria fue la tierra,
la carta magna debía necesariamente qué contemplarla en los preceptos de
dicha Constitución.

De ahí que las discusiones sobre la elaboración del artículo 27 dejaron de lado
aspectos secundarios retomados de la Constitución de 1857 y se orientaron a lo
fundamental: la implementación de un nuevo régimen de propiedad rural.

Así, uno de los principios fundamentales fue el reconocimiento de que la


propiedad originaria de las tierras y aguas es propiedad de la nación y ella tiene
el derecho de transmitir dicha propiedad a los particulares en determinadas
condiciones y cumpliendo ciertos requisitos legales.

Dichas disposiciones normativas incluían el deber de distribuir la riqueza a través


de la propiedad de la tierra, para lo cual se fraccionan los latifundios y el derecho
de pueblos y comunidades indígenas a ser dotados de tierras y aguas.

Durante muchos años, se expidieron leyes y códigos agrarios que regulaban la


dotación de tierras, la propiedad de éstas y las posibilidades de uso y goce.
Cabe mencionar que dicha dotación de tierras a las comunidades fue la
estrategia de los gobiernos para aliviar la demanda creciente.

La figura del ejido cobró relevancia por las características que reunía y las
formas en que se constituían, para beneficio de las poblaciones y que
contemplaban modalidades como tierras para asentamiento, para producción y
para uso de áreas comunes.
El ejido en la actualidad se constituye como un ente colectivo al que la ley le
concede personalidad jurídica y que son propietarios de las tierras de las que
han sido dotados, de conformidad con lo que dispone el artículo 9 de la Ley
Agraria.

De esta manera, la personalidad jurídica en los ejidos se manifiesta y se


sustenta desde el momento en que la ley les otorga la facultad de ser sujetos de
derechos y obligaciones.

El ejido como tal se organiza de la siguiente manera; por una parte, tenemos los
espacios que son utilizados para asentamientos humanos, mismos que la ley
protege de manera especial al considerarlas áreas inalienables, imprescriptibles
e inembargables.

Las superficies que representan a las tierras de uso común, también


consideradas inalienables, imprescriptibles e inembargables, son aquellas que
no están asignadas individualmente y se constituye como el territorio que
beneficia al conjunto.

La Ley se refiere a estos espacios como aquellos que representan el sustento


económico de la vida en comunidad del ejido puesto que en ellas les está
permitido llevar a cabo actividades como el pastoreo o la recolección de leña,
entre otras.

Finalmente, están las superficies denominadas tierras parceladas. El derecho,


aprovechamiento, uso y usufructo de estas tierras corresponde exclusivamente a
los ejidatarios. Los certificados parcelarios son emitidos por el Registro Agrario
de acuerdo a la anuencia de la asamblea.
Es conveniente resaltar que de acuerdo al artículo 77 de la Ley Agraria,
únicamente con el consentimiento por escrito de los titulares de las parcelas, la
asamblea o el comisariado ejidal podrán usar, disponer o determinar la
explotación colectiva éstas.

En el aspecto social, tenemos dos tipos de personas que habitan en los ejidos,
los ejidatarios hombres o mujeres titulares de los derechos ejidales y los
avecindados, mexicanos mayores de edad que han sido reconocidos como tales
por la asamblea ejidal o el tribunal agrario competente, por el hecho de haber
residido un año o más en las tierras ejidales.

Asimismo, la calidad de ejidatario se puede adquirir por sucesión de derechos,


ya sea por sucesión testamentaria o sucesión legal (intestamentaria).

Los órganos de los ejidos están constituidos por la asamblea, órgano máximo de
decisión en la que participan todos los ejidatarios, mismo que debe reunirse
mínimo cada seis meses, o como lo determine su Reglamento correspondiente,
para tratar y emitir decisiones sobre aspectos de gran relevancia relacionadas al
ejido.

El comisariado ejidal es el encargado de vigilar que se ejecuten los acuerdos de


la asamblea, así como de la representación y gestión administrativa del ejido. Su
constitución es la siguiente: un Presidente, un Secretario y un Tesorero. Cada
uno tiene un suplente. Tiene la facultad de convocar a la asamblea.

El consejo de vigilancia a su vez se constituye por un Presidente y dos


Secretarios propietarios; cada uno tiene un suplente y sus funciones están
determinadas en el Reglamento Interno.

Entre sus atribuciones están la de vigilar que los actos del comisariado estén
apegados al reglamento interno o a lo establecido por la asamblea; revisión de
cuentas para darlas a conocer en la asamblea, así como denunciar
irregularidades en las que hubiera incurrido el comisariado; por último, convocar
a asamblea si no lo hace el comisariado.

Por lo que corresponde a las asambleas, se pueden establecer dos modalidades


de acuerdo a los asuntos que se traten en ellas.

Por un lado, las que se podrían denominar “ordinarias” en las que los asuntos
que se dirimen no afecten los derechos de los ejidatarios o de terceros. Por
ejemplo, cuando se reúnen para establecer el reglamento interno y la logística
que se seguirá para la convocatoria, asistencia de los ejidatarios, sanciones en
su caso para los que no asistan, etc.

Para que esas asambleas sean válidas, deberá haber un quórum de la mitad
más uno de los ejidatarios y ser convocada por lo menos con anticipación de 8 a
15 días. Si no se cumple con la asistencia requerida, se convocará a una
segunda asamblea, misma que se deberá celebrar en un plazo comprendido de
8 a 30 días, la cual se celebrará con los ejidatarios que asistan y las decisiones
se tomarán por mayoría.

En las asambleas que se pueden considerar “calificadas” deberá estar presente


un Fedatario Público y un representante de la Procuraduría Agraria, señalando
que serán nulas las asambleas que se celebren sin cumplir con este requisito.

Lo anterior, porque los asuntos a tratar en ellas, pueden ser de mucha


trascendencia para la vida del ejido, por ejemplo, la regularización de la tenencia
de terrenos en manos de posesionarios, aquellos que sin ser ejidatarios fueron
adquiriendo la posesión del terreno por diversos medios a través del tiempo.

Como se ve en el ejemplo, son cuestiones trascendentes para el ejido en su


totalidad, que afectan directamente al núcleo en general y que deben ser
resueltos por la asamblea y las autoridades respectivas, el fedatario público y el
representante de la Procuraduría Agraria como ya se mencionó.

En cuanto a los contratos que se pueden llevar a cabo por parte de los
ejidatarios o del núcleo de la población ejidal, la ley les concede el derecho de
que sus tierras ejidales pueden ser objeto de cualquier contrato de asociación o
aprovechamiento, ya sea de tierras de uso común o parceladas. Si los contratos
celebrados implican el uso de tierras ejidales para proyectos productivos, la
duración del contrato no podrá ser mayor a 30 años, pero podrán ser
prorrogables.

Otro aspecto relativo a las tierras ejidales, se deriva de una resolución de la


asamblea en el sentido de que el núcleo de población ejidal puede otorgar en
garantía el usufructo de las tierras de uso común y los ejidatarios hacer lo mismo
en lo individual. La condición es que sólo podrán otorgarla ya sea en favor de
instituciones de crédito, u otorgarlas con personas con las que tengan relaciones
de asociación o comerciales.

A título personal, el ejidatario tiene la facultad de aprovechar su parcela


directamente o conceder a otros ejidatarios o terceros el uso o usufructo de ella,
mediante figuras como la aparcería, la mediería, la asociación, el arrendamiento
o cualquier otro acto jurídico no prohibido por la ley, sin que sea necesario
solicitar la autorización de la asamblea o de cualquier autoridad.

De igual forma puede aportar sus derechos de usufructo para la formación de


sociedades mercantiles o civiles y enajenar los derechos de su parcela a otros
ejidatarios o avecindados del mismo núcleo ejidal.

Finalmente, es conveniente mencionar que otro derecho con el que cuentan los
ejidatarios y los ejidos es que tendrán la posibilidad de formar uniones de ejidos,
asociaciones rurales de interés colectivo y cualquier tipo de sociedades
mercantiles o civiles para aprovechar de una manera óptima las tierras ejidales.

Lo anterior, con miras a coadyuvar en la comercialización y transformación de


productos, la prestación de servicios o alguna otra estrategia que permita a los
ejidatarios el mejor desarrollo de sus actividades.

En nuestro ensayo hemos hecho el intento de rescatar los elementos más


relevantes de los núcleos de población ejidales (ejidos), de sus pobladores, sus
formas de organización y las facultades con las que cuentan de acuerdo a la
Ley.

Históricamente, hay terrenos ejidales que han estado en la mira de intereses


particulares ya sea por ser terrenos propicios para la producción agrícola o por
su ubicación privilegiada, lo que ha generado controversias entre los ejidos y las
personas que desean obtenerlas e incluso al interior del mismo ejido por las
diferencias entre los ejidatarios.

Como futuros profesionales del derecho, nos toca analizar y tener muy presente
la norma que regula los ejidos, para estar en condiciones de involucrarnos en
controversias o conflictos entre sus miembros y entre ellos y los que no lo son.
FUENTES DE CONSULTA.

Lara, M. M. (2016). El ejido y la comunidad en el México del siglo XXI. México: Porrúa
Donato, C. J. (2016). Derechos y Juticia para el campo mexicano (3 ed.). México: UNAM-
INEHRM.

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, última reforma publicada en el DOF 28/05/2021,
disponible en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/cpeum.htm, consulta:
14/09/2024.

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley Agraria, última reforma


publicada en el DOF 25/06/2018, disponible en
https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lagra.htm, consulta: 14/09/2024.

Morett-Sánchez, J. Carlos. Panorama de los ejidos y comunidades agrarias en México,


disponible en https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
54722017000100125, consulta 14/09/2024.

Orozco Gribay, Pascual Alberto. Naturaleza del Ejido, de la Propiedad Ejidal,


Características y Limitaciones, disponible en
http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/mexder/cont/12/cnt/cnt8.pdf,
consulta 14/09/2024.

Hinojos José O. El Concepto de “Ejido” en la Legislación Mexicana, disponible en


file:///C:/Users/hp/Downloads/10977-10065-1-PB.pdf, consulta 15/09/2024.

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