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AVATARES

de la comunicación y la cultura Nº 22
(Diciembre 2021) ISSN 1853-5925
REVISTA DE LA
CARRERA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES – UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

DERECHA RADICAL, TWITTER Y PANDEMIA.


Las convergencias discursivas entre Vox en España y las derechas argentinas

Sergio Gamboa Troyano


Universidad de Buenos Aires (UBA).
Argentina
sgamboa@sociales.uba.ar

Bruno Nicolás Beccia


Universidad de Buenos Aires (UBA).
Argentina
brunobeccia@gmail.com |1|

Recibido: 13 de junio de 2021


Aceptado: 01 de diciembre de 2021

Identificador permanente (ARK): http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s18535925/r852ald1q

Resumen
La pandemia de Covid-19 ha generado una oportunidad para que las diversas derechas
radicales que emergen en ciertas partes del globo articulen una serie de discursos en los
que delinean posiciones antagónicas frente a unas élites nacionales y globales. En torno
al significante “libertad” la derecha radical culpabiliza a las élites de vulnerar las
libertades de la ciudadanía como consecuencia de la implementación de políticas públicas
de confinamiento combinando discursos que oscilan entre el reaccionarismo, el
neoliberalismo, el nativismo y el autoritarismo. El objetivo de este artículo es identificar,
describir y comparar las convergencias y divergencias discursivas entre la derecha radical
representada por Vox en España y las principales expresiones de derecha existentes en la
Argentina (la liberal-conservadora representada por PRO; la libertaria representada por
la coalición La Libertad Avanza y la nacionalista-reaccionaria representada por el partido
NOS). Dos países en los que el contexto de pandemia ha amplificado la voz de las
derechas frente a dos gobiernos de orientación progresista: el gobierno liderado por Pedro
Sánchez (PSOE) en España y el gobierno presidido por Alberto Fernández (PJ) en la
Argentina. Para ello, realizamos un análisis de contenido de los discursos publicados en
la red social Twitter por los principales representantes de estos partidos o coaliciones de
derecha.

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Palabras clave: derecha radical, discurso en redes sociales, pandemia, Vox, derecha
argentina

RADICAL RIGHT, TWITTER AND PANDEMIC


The discursive convergences between Vox in Spain and the argentine right-wings

Abstract
The Covid-19 pandemic has generated an opportunity for the heterogeneous radical rights
that emerge in some parts of the globe to articulate a series of discourses in which they
outline antagonistic positions against national and global elites. Around the signifier
"freedom" the radical right blames the elites for violating the freedoms of citizens as a
consequence of the implementation of public policies of confinement combining
discourses that oscillate between reactionism, neoliberalism, nativism and |2|
authoritarianism. The aim of this paper is to identify, describe and compare the discursive
convergences and divergences between the radical right represented by Vox in Spain and
the main different political expressions of the right that exist in Argentina (the liberal-
conservative represented by PRO party; the libertarian represented by the coalition La
Libertad Avanza and the nationalist-reactionary represented by NOS). Two countries, in
which the context of the pandemic has amplified the voice of the right against two
governments of progressive orientation: the government led by Pedro Sánchez (PSOE) in
Spain and the government chaired by Alberto Fernández (PJ) in Argentina. To do this,
we carried out a content analysis of the speeches published on the social network Twitter
by the main representatives of these parties and/or right-wing coalitions.

Keywords: radical right, social media discourse, pandemic, Vox, Argentine right

Introducción y estado de la cuestión

Los partidos y líderes integrantes de la “cuarta ola de derecha radical-populista” (Mudde,


2019) han logrado una total integración en diversos sistemas políticos, ya sea ganando
elecciones, formando parte de gobiernos de coalición o desempeñándose en la oposición.
Ello se explica, entre otros factores, por su capacidad para instalar debates en la agenda
pública. Aunque su crecimiento no puede reducirse únicamente a su carácter mediático,
las redes sociales se han convertido en una herramienta predilecta a la hora de
implementar sus estrategias comunicacionales (Forti, 2021).

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Así como no hay univocidad en la literatura acerca de las causas del auge de la derecha
radical1, tampoco se da en torno a su denominación y caracterización. Aunque aquí
adoptamos el término “derecha radical” desarrollado por Mudde (2007), quien caracteriza
a estos partidos por la combinación entre nativismo, autoritarismo y populismo, durante
los últimos años ha proliferado un extenso debate terminológico (Carter, 2018;
Arzheimer, 2019). Ello se debe en parte a que estas fuerzas políticas son capaces de no
ceñirse a un marco ideológico y discursivo coherente o estable, adaptándose a fenómenos
cambiantes (en este caso la crisis sanitaria generada por la Covid-19). Siguiendo a
Traverso (2019), el carácter ideológico fluctuante, inestable y contradictorio de estas
derechas es propio del régimen de historicidad específico iniciado en el siglo XXI que
denomina “posfascista”. Estas se habrían emancipado de los postulados fascistas clásicos,
a pesar de que en algunos casos esta ideología se mantiene como matriz. El problema que
llevan consigo términos como “posfascismo” es su ambigüedad, algo que también ocurre
con el término “neofascismo”. Si bien desde mediados del siglo XX se utilizó para
designar fuerzas políticas de carácter minoritario que buscaban una regeneración y
reivindicación del fascismo clásico (Copsey, 2018), tras el triunfo de Trump en 2016 o
de Bolsonaro en 2018, el término neofascismo ha sido reformulado para catalogar a una |3|
gran variedad de expresiones políticas de derecha cuyo auge respondería a la actual fase
del sistema capitalista y el consiguiente giro iliberal del neoliberalismo (Guamán,
Aragoneses y Martín, 2019; Forster, 2019).

La actual “Internacional Reaccionaria” comprende dos tipos de expresiones políticas: los


social-identitarios y los neoliberales autoritarios (Ramas, 2019). Mientras los primeros
combinan discursos que abogan por el mantenimiento y expansión de los Estados de
Bienestar con discursos xenófobos, defendiendo la exclusión de ciertos sectores del
sistema de protección social; los segundos defienden el libre mercado en el plano
económico y posicionamientos reaccionarios en el plano moral y cultural, rechazando el
multiculturalismo, reivindicando la familia tradicional y los valores religiosos,
defendiendo políticas punitivistas basadas en “la ley y el orden”.2

Ya desde sus inicios prácticos en el Chile pinochetista, “el neoliberalismo tuvo una cierta
afinidad electiva con formas reaccionarias, autoritarias y represivas” (Morresi, 2020, p.
49). Así, no es casual encontrar articulaciones entre posiciones neoliberales con valores
reaccionarios o autoritarios. Esto es extensible a los “paleolibertarios”, quienes combinan
su pretensión de acabar con el Estado y la defensa de instituciones sociales tradicionales
como la familia, las iglesias y las empresas con el argumento de que la pertenencia a estas

1
El debate en torno a las causas del auge de la derecha radical es amplio e históricamente se ha dividido
entre aquellas teorías centradas en los factores sociales que motivan su ascenso (demand-side theories) y
otras que ponen el foco en la oferta ideológica y discursiva de estos partidos o líderes (supply-side theories)
(ver Eatwell, 2003).
2
Mientras que en el primer grupo se incluyen partidos típicamente “chovinistas de bienestar” como el
Frente Nacional (ahora Agrupación Nacional) de Marine Le Pen en Francia; en el segundo grupo se
incluyen partidos o líderes como Vox en España o Jair Bolsonaro en Brasil.

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instituciones es de carácter voluntario. Predicado en la Argentina por líderes políticos y/o


de opinión como Javier Milei o Agustín Laje, este movimiento hace converger el
pensamiento de la Escuela Austriaca de Economía y posiciones reaccionarias en el plano
cultural y moral que se manifiestan en la “guerra contra el marxismo cultural” o la
“ideología de género”. Esta lucha contra la corrección política progre dota a estos
movimientos de un enemigo lo suficientemente difuso como para poder articular, bajo la
premisa de la incorrección, una heterogeneidad de discursos (Stefanoni, 2021).3

Por otro lado, el populismo suele ser una característica central de la derecha radical al
dividir el campo social entre unas élites corruptas y el pueblo puro del que emana la
voluntad general canalizada por el líder. Según este “enfoque ideacional”, el populismo
es una “ideología delgada”, al tener un núcleo común o base sobre la cual pueden
combinarse un conjunto diverso de ideas que dan forma al discurso (Mudde y Kaltwasser,
2019). Sin embargo, a parte de este enfoque, la literatura ha tratado de responder qué es
el populismo desde otras perspectivas. El enfoque estratégico prefiere situar el foco en la
manera en que el líder logra la adhesión de un conjunto heterogéneo de votantes a su
proyecto (Weyland, 2001)4. Por su parte, el enfoque discursivo entiende el populismo |4|
como una manera de articular un conjunto de demandas insatisfechas (que funcionan
como la unidad mínima de su análisis) que, aunque heterogéneas, son susceptibles de
reagruparse a través “cadenas equivalenciales” (Laclau, 2009, p. 57), siendo el “sujeto
popular” aquel que se constituye en base a esta lógica de agregación de demandas. Es la
constitución de ese sujeto popular lo que posibilita la construcción de una posterior
identidad popular permitiendo trazar la frontera interna, o división del campo social, entre
el pueblo y las élites, entre un “nosotros” y un “ellos” (Laclau, 2012). En este sentido, el
antagonismo, o “agonismo” (Mouffe, 1993), juega un relevante papel ya que la relación
de dicotomía schmittiana “amigo/enemigo” es constitutiva de lo político.

La combinación entre populismo y derecha radical fue prototípica de países europeos, por
servir para los fines de discursos nacionalistas que apelaban a una idea de “pueblo”
nostálgica y excluyente, identificado con la nación auténtica (Canovan, 1999). De ahí que
Mudde y Kaltwasser (2013) distinguieran entre el populismo de derecha y el de izquierda
apelando a la mayor inclusión de los segundos. El pasado colonial de América Latina
podía llevar a pensar que fuera improbable que surgiera un populismo de derechas exitoso
que apelara a una noción de pueblo nostálgica (Filc, 2015). Efectivamente el populismo
latinoamericano, típicamente izquierdista, había construido nociones de pueblo con

3
Este pensamiento paleolibertario tiene su origen en los escritos de Murray Rothbard, afiliado en la década
de los 70’ al Partido Libertario estadounidense, el cual abandonó al discordar con algunas ideas contrarias
a sus posicionamientos morales como la defensa de la autoridad social y de los valores tradicionales
judeocristianos. Un intento por restaurar los lazos entre libertarios y conservadores a través de una defensa
del “populismo de derecha” antiestablishment para conquistar mayorías electorales (Rothbard, 1992).
4
De manera similar, Flavia Freidenberg (2007) en su definición de populismo como estilo de liderazgo
prioriza la vinculación carismática del líder personalista y sus características “extraordinarias”, lo cual da
lugar a una suerte de identificación emotiva en torno a dicha personalidad.

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horizontes temporales orientados a futuro o progresistas (Casullo, 2019). El ascenso de


Bolsonaro en Brasil fue paradigmático en la región al demostrar que pueden darse
discursos excluyentes sin apelar necesariamente a una idea de pueblo auténtico o
romántico (Gamboa, 2020).

La confusión que genera evaluar la mayor o menor inclusividad del populismo llevó a
Ostiguy y Casullo (2017) a sostener que mientras que el populismo de derecha orienta su
antagonismo “hacia abajo” (sectores raciales, religiosos, ideológicos, etc.), el populismo
de izquierda lo orienta “hacia arriba” (sector financiero, medios de comunicación,
gobernantes, etc.). Aun así, nuestros casos de estudio demuestran que los actuales
“nacionalpopulismos” (Eatwell y Goodwin, 2019), combinan la conocida dimensión
antagonista horizontal (o “hacia abajo”), con una dimensión antagonista vertical,
nacionalista y nativista, que sitúa al enemigo tanto en las élites nacionales y medios de
comunicación predicadores de la “corrección política”, como en las élites internacionales
o “globalistas”, donde incluyen desde organismos transnacionales hasta ONGs (Vallespín
y Martínez-Bascuñán, 2017). Es aquí donde las “batallas culturales” juegan su principal
papel pues al mismo tiempo que excluye algunos sectores sociales y señala un enemigo, |5|
es capaz de disputar el supuesto carácter transgresor de la izquierda al decir “las cosas
como son, en nombre del pueblo llano, mientras que la izquierda -culturalizada- sería sólo
la expresión del establishment y el statu quo” (Stefanoni, 2021, p. 65).

La respuesta populista en contexto de pandemia ha implicado una situación paradójica:


en primer lugar, el populismo se ha mostrado históricamente hostil a la política técnica y,
sin embargo, florece en un contexto donde el expertise ha cobrado un importante rol; en
segundo lugar, suele decirse que el populismo se alimenta de las crisis, e incluso que suele
tender a fabricar la sensación de crisis en sus seguidores (Moffitt, 2015), pero algunos de
estos líderes han acusado sistemáticamente a los gobiernos de inventar una situación de
crisis sanitaria para violar las libertades de la ciudadanía; por último, a pesar de que el
populismo suele ser proteccionista (al situar la acción estatal en el centro), en algunos
casos desafió las restricciones supuestamente sobreprotectoras del Estado (Brubaker,
2020).

En este artículo argumentamos que la pandemia ha abierto una ventana de oportunidad a


estas fuerzas políticas para encuadrar bajo una supuesta defensa de la libertad una
heterogeneidad de discursos. Para ilustrarlo analizamos el discurso de la derecha radical
española representada por Vox (Ferreira, 2019) y de las heterogéneas derechas políticas
argentinas a través de la red social Twitter. A pesar de las diferencias entre España y
Argentina se dan ciertas semejanzas en las pautas estratégicas y comunicacionales de
estas derechas a la hora de construir un “enemigo” representado por las élites nacionales
y globales que habrían utilizado la pandemia como subterfugio para expandir la
maquinaria del Estado a fin de implementar medidas “totalitarias” que coartan las
libertades de la ciudadanía.

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Tras esta breve revisión bibliográfica, en la segunda sección delimitamos el objeto de


estudio, los casos analizados y la metodología utilizada. Asimismo, a modo de marco
teórico, revisamos una parte de la literatura relacionada con la (hiper)mediatización de la
política y el discurso en redes durante la pandemia. En la tercera sección pasamos a
analizar cada caso de estudio en base al diseño metodológico previamente descrito. Por
último, en una cuarta sección comparamos ambos casos y presentamos nuestras
conclusiones.

Diseño del estudio

Selección de casos y metodología

En el presente artículo realizamos un análisis de contenido cualitativo (Abela, 2002) de


las cuentas de Twitter de algunos de los principales líderes políticos (y en ocasiones
|6|
mediáticos) de estas fuerzas políticas. Se trata de una red social que se ha convertido en
la herramienta predilecta de gran parte de los partidos y líderes políticos para desarrollar
sus estrategias comunicativas. La principal virtud del análisis de contenido cuantitativo
es la posibilidad de interpretar e “ir más allá de los aspectos manifiestos a través de la
consideración del contenido latente y del contexto en el que se inscribe un determinado
texto” (Piovani, 2018, p. 427).5

Para el caso español realizamos un seguimiento de los tuits más relevantes del líder del
partido de derecha radical Vox, Santiago Abascal (@Santi_ABASCAL), y de la cuenta
oficial del partido (@vox_es). El caso argentino presenta mayores complejidades a la
hora de seleccionar el caso debido a la heterogeneidad de sus derechas. Por ello, con el
objetivo de definir si alguna de estas expresiones podría encuadrarse en el concepto de
derecha radical, las dividimos en tres sectores: el sector liberal-conservador, el sector
libertario y el sector nacionalista-reaccionario.6 Entre los liberales-conservadores,
analizamos los tuits de la actual presidenta del partido PRO Patricia Bullrich
(@PatoBullrich) y del expresidente argentino Mauricio Macri (@mauriciomacri). Dentro
del sector libertario representado por la coalición Avanza Libertad (tras las PASO de
septiembre de 2021 se denominaron La Libertad Avanza), nos centramos en líderes como

5
Sin embargo, el principal problema está en la imposibilidad de arrojar conclusiones lo suficientemente
abarcadoras dado el reducido número de tuits que analizamos. Ello, sin embargo, puede ser complementado
en futuros trabajos que aborden las estrategias en Twitter de estos partidos desde una perspectiva
cuantitativa.
6
De acuerdo con Morresi, Saferstein y Vicente (2021), las derechas argentinas se han dividido
históricamente en dos espacios ideológicos: los liberales-conservadores y los nacionalistas-reaccionarios.
No obstante, el reciente crecimiento del espacio libertario representado por Javier Milei y José Luis Espert
a través de la coalición La Libertad Avanza justifica la inclusión de este sector en nuestro análisis.

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Javier Milei (@JMilei) y Agustín Laje (@AgustinLaje).7 Por último, para analizar el
sector nacionalista-reaccionario utilizamos los discursos de Juan José Gómez Centurión
(@juanjomalvinas), líder del partido NOS.

Tras analizar los tuits publicados por dichas cuentas entre marzo y diciembre de 2020
hemos seleccionado aquellos que mejor representan sus estrategias discursivas con el
objetivo de: 1) analizar cómo articulan sus principales rasgos ideológicos en torno a la
libertad como “significante vacío”, es decir, como aquel significante que opera como
función de representación universal de una cadena de demandas equivalenciales (Laclau,
2009); y 2) analizar los puntos de convergencia y diferenciación entre las derechas de
ambos países durante la pandemia.

En función de las principales características marcadas por la literatura especializada sobre


derechas, seleccionamos las siguientes categorías a fin de comparar nuestros casos:8

- Diferenciamos entre dos tipos de antagonismo “hacia arriba” o antiestablishment:


el orientado a las élites nacionales y el orientado hacia las élites globales.
|7|

- Identificamos en qué medida el “enemigo de la libertad” es para estos partidos “el


Estado” o las políticas “liberticidas” del Gobierno.9

- El reaccionarismo da cuenta de la reivindicación de valores morales tradicionales,


antifeministas, antiLGTBIQ+, antiecologistas, etc. (Norris e Inglehart, 2019).

- El autoritarismo es entendido como la defensa de la ley y el orden y demás


apelaciones punitivistas (Mudde, 2007).

- El nativismo designa la idea de que “los Estados deben ser habitados


exclusivamente por miembros del grupo nativo (“la nación”) y que los elementos
no nativos (personas e ideas) son fundamentalmente amenazantes para el Estado-
Nación homogéneo” (Mudde, 2007, p. 19).

7
Aunque Laje no pertenezca a la coalición, ha manifestado su apoyo en repetidas ocasiones y ostenta una
clara relevancia como líder de opinión en dicho sector ideológico. Para una aproximación al pensamiento
y estrategia de Laje, así como el perfil de sus seguidores ver el estudio etnográfico de Analía Goldentul y
Ezequiel Saferstein (2020).
8
La intensidad mostrada por los discursos de los casos analizados en cada una de estas categorías fue
medida indicando su presencia central, indicada o ausente.
9
Hacemos esta distinción dado que el neoliberalismo que caracteriza a algunos de nuestros casos de estudio
(como Vox o el PRO) no es necesariamente antiestatista y, por tanto, no busca terminar con el Estado ni
con el intervencionismo. De hecho los neoliberales, al contrario que los libertarios, defienden que el Estado
intervenga activamente pero a favor del mercado, priorizando la libertad por sobre la igualdad (Morresi,
2020).

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Agenda setting, redes sociales y pandemia

Con el desarrollo actual de las redes sociales, los actores políticos, incluso minoritarios,
son capaces de tener un mayor control de la Agenda Setting o del Framing, que años atrás
ostentaban los medios tradicionales (McCombs y Shaw, 1972).10 Hoy asistimos al
advenimiento de la democracia digital propia de la “sociedad hipermediatizada” en la que
emerge un nuevo sistema mediático con base en Internet (Carlón, 2015).

Estos cambios han alterado el ciclo por el cual un hecho social deviene política pública
(véase Lascoumes y Le Galès, 2014). Si la diferencia entre un problema público y un
problema político radica en la existencia de controversias en relación a las causas, efectos
y amplitud de un hecho social (Edelman, 1991), en el caso de la pandemia, el problema
público pasó rápidamente a transformarse en un problema político. La diseminación del
virus, la controversia respecto de las medidas aplicadas por los diferentes gobiernos para
paliar sus efectos y el papel de las redes y algunos actores políticos, convirtieron un
|8|
problema público en un problema político al entrar en el campo de la disputa de los
significados, los significantes y del señalamiento de los culpables. En este sentido, el
estudio de las interacciones que se dan en las “arenas públicas” para interpretar y
enmarcar un asunto es fundamental (Cefaï, 1996; Snow, 2004).

En efecto, las redes sociales son un gran instrumento de creación de encuadres sociales
ya que éstos “se estructuran por la forma en que individuos con una ideología similar y
percepciones semejantes tienden a conectarse en una red (topología de una red)” (Calvo
y Aruguete, 2020, p. 13). Esto cambia radicalmente las relaciones entre partidos, líderes
políticos y seguidores, quienes interactúan principalmente con usuarios de su mismo
pensamiento e ideología en una misma topología. En estos contextos hipermediatizados,
la politización de los problemas públicos se torna más agresiva al dificultar las
interacciones comunicativas entre usuarios de redes que piensan de manera diferente, lo
cual genera una fragmentación y dispersión del espacio público que dificultan todo
diálogo democrático (Sierra, 2019). En este sentido, las redes sociales como Twitter
tienden a agravar la polarización afectiva y hacen más fácil la expansión de noticias
falsas.11

10
Mientras las teorías de Agenda Setting analizan la manera en que los medios moldean las opiniones de
la ciudadanía, las teorías integrales del Framing abordan “la elaboración de las noticias, los textos
noticiosos, los esquemas de cognición y percepción de las audiencias y, fundamentalmente, la cultura”
(Aruguete, 2017, p. 40).
11
Si la política mediatizada se guiaba por el corto plazo haciendo más compleja la construcción de
identidades sociales duraderas (Verón, 1998), en tiempos hipermediatizados “la subjetividad es efímera y
difusa, parte de una identidad y militancia frágil” (Sierra, 2019, p. 183).

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El proceso de mediatización de la política en el que estábamos inmersos ha sufrido


transformaciones durante la pandemia, digitalizando nuevas prácticas políticas
(Slimovich, 2021). Se trata de un contexto en el que la dialéctica del rumor (y su
materialización en noticias falsas) ha abierto una ventana de oportunidad a este tipo de
expresiones políticas. La percepción social de desconfianza e incertidumbre son un
incentivo para las estrategias de “guerra cultural” y disputa de sentido en redes. Las
estrategias de algunas derechas en redes se basan, por tanto, en la provocación a fin de
generar atención especialmente entre personas que piensan diferente y viralizar el
contenido en base a la indignación que les suscita (ragebait); y, al mismo tiempo, se
alimentan de la necesidad de los medios de comunicación de ganar la atención de los
usuarios (economía de la atención) convirtiéndose en cajas de resonancia de este tipo de
discursos polémicos (Rueda, 2021). Por último, la pandemia ha servido también para
modificar los repertorios de la derecha radical pues ahora hay que añadir el carácter
conspiranoico y paranoide con el que estas fuerzas políticas tratan de impugnar las
medidas aplicadas por muchos gobiernos para combatir el virus (Gómez, 2020).12

Análisis de casos |9|

La estrategia en Twitter de Vox en España durante la pandemia

Fundado en 2013, no fue hasta 2019 que Vox dejó de ser un partido marginal para
convertirse en la tercera fuerza política de España poniendo fin a la denominada
“excepción española”, expresión con la que la literatura definía la ausencia de una
formación relevante de derecha radical en España (Alonso y Kaltwasser, 2015).13 Para
Vox la pandemia ha supuesto una ventana de oportunidad que le ha permitido tanto
diferenciar sus propuestas programáticas como acentuar los elementos populistas de su
discurso (Olivas Osuna y Rama, 2021).

Fue en marzo de 2020 que el Gobierno presidido por Pedro Sánchez (PSOE) decretó el
Estado de Alarma a fin de aplicar una serie de medidas extraordinarias para frenar la
pandemia. Si bien en un principio la oposición, Vox incluido, apoyó las medidas, a finales
de mismo mes Vox declaró que no seguiría apoyando con sus votos las prórrogas del
Estado de Alarma e, incluso, empezó a pedir la dimisión del Gobierno. A partir de ahí,
Vox empezó a esgrimir discursos que asociaban las medidas implementadas con un
mecanismo para aumentar su poder y vulnerar los derechos y libertades de la ciudadanía:

12
La repercusión mediática de la derecha radical ha llevado a diversos autores/as al estudio de su
comportamiento en redes sociales desde diferentes abordajes y su capacidad para marcar el debate público
(Paulino y Waisbord, 2021; Guerrero-Solé y Philippe, 2020; Darius y Stephany, 2020).
13
Para un estudio sobre los factores determinantes del voto a este partido ver Turnbull-Dugarte, Rama y
Santana (2020).

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“el Gobierno está creando un escudo para blindarse y aislarse del pueblo español”,14
afirmaba Abascal en un comunicado con un tono marcadamente populista.

Este intento por deslegitimar la acción gobernante pasó a combinarse con discursos
antifeministas con los cuales se acusaba al Gobierno de privilegiar su agenda “ideológica
de género” por encima de la salud de los españoles por haber permitido, antes de la
declaración de emergencia sanitaria, la celebración de las marchas del 8 de marzo por el
Día Internacional de la Mujer.15 De esta manera, el partido trató de instalar en la opinión
pública la idea de que el Gobierno era el responsable de las muertes causadas por el virus
a causa del “sectarismo y negligencia criminal”.16

Ya a finales de abril comenzaron a sucederse protestas en forma de “cacerolada” en


algunos de los barrios más pudientes de Madrid, lo cual significó una oportunidad para
Vox en su intento de canalizar el descontento. En este contexto, afirmaba Abascal: “Oigo
desde casa las cacerolas de la indignación. A los españoles se les ha acabado la paciencia
ante este Gobierno”17. Un mes después, el 23 de mayo, Vox convocaba una marcha
pidiendo la dimisión del Gobierno bajo la consigna “Caravana por España y su libertad” |10|
e instando a la ciudadanía a manifestarse en su automóvil con sus banderas de España.
Un formato de manifestación que se repitió el 12 de octubre, una fecha muy simbólica,
sobre todo para el nacionalismo español que el partido representa. Una de las consignas
que Vox utilizó para movilizar a la ciudadanía de cara a aquella marcha fue “¡Hagamos
de la fiesta Nacional un grito de Libertad!”, convocando a los españoles a salir a la calle
“contra un Gobierno criminal y totalitario”.18 De este modo, el partido articulaba los
reclamos de una supuesta libertad por parte de la ciudadanía con el mito nacional que da
sustento a su discurso e identidad.

Vox vio en estas protestas de los sectores más pudientes la ocasión perfecta para tratar de
articular, a través del significante “libertad”, discursos que conectaran con los sectores

14
@vox_es. 20/03/2020. Twitter. https://twitter.com/vox_es/status/1241106220150337548?s=21
15
De hecho en febrero de 2021 el eurodiputado de Vox Jorge Buxadé declaró que “tras un año de mentiras
sobre el virus” su partido presentaría una propuesta para que se declare el 8 de marzo “Día Nacional de las
Víctimas de Coronavirus”. Ver: @jorgebuxade. 22/02/2021. Twitter.
https://twitter.com/jorgebuxade/status/1363840594762727430?s=21
16
En este contexto, “gritar viva el 8 de marzo es gritar viva la enfermedad y viva la muerte” afirmaba
Abascal desde la tribuna del Congreso de los Diputados. Ver:
https://www.lavanguardia.com/politica/20200603/481586359603/santiago-abascal-pedro-sanchez--
estado-de-alarma-coronavirus-8-m-vox-coronavirus-covid19-video-seo-ext.html.
17
@Santi_ABASCAL.25/04/2020 Twitter
https://twitter.com/santi_abascal/status/1254095961082793986?s=21
18
@vox_es. 09/10/2020. Twitter. https://twitter.com/vox_es/status/1314535217114292225?s=21

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populares en un contexto de frustración y desencanto generalizado.19 Así, el partido


comenzó a difundir videos de “caceroladas” en barrios populares a fin de generar en la
ciudadanía la percepción de que el sentimiento impugnatorio hacia el Gobierno trascendía
toda clase social.20 Este viraje obrerista de Vox se inscribió en un contexto en el que el
Gobierno había aprobado el “Ingreso Mínimo Vital”, una medida que fue criticada como
una “paguita” financiada a costa del dinero de “los españoles trabajadores”, que solo
fomentaría un “efecto llamada” de “miles de inmigrantes engañados por las mafias” que
se instalarían en los barrios humildes convirtiéndolos en “estercoleros multiculturales”.21

Siguiendo un discurso nativista, Vox trató de disputar una idea de pueblo trabajador,
encarnado en los españoles, frente a una “élite” preocupada en implementar políticas para
atraer inmigrantes en lugar de garantizar el bienestar de sus ciudadanos (Albin, 2020).
Este discurso se dirigió también contra menores de origen extranjero en situación de
vulnerabilidad social sin acompañamiento de ningún tutor. Así, el Gobierno estaría
aplicando políticas “clientelistas” al favorecer a “los menas”, término despectivo
usualmente utilizado para designarles, los cuales son, según el partido, los culpables de
la delincuencia e inseguridad de las calles. El nativismo de Vox aparecería combinado |11|
con un discurso autoritario con el que se llama a la represión y culpabilización de sectores
sociales vulnerables supuestamente protegidos e impunes por el Gobierno, quienes
“ponen en peligro a los españoles que cada día dan lo mejor de sí mismos para salir
adelante”.22

La impugnación de cualquier medida implementada bajo la premisa de no atender las


necesidades “reales” de la ciudadanía mientras era privada de su libertad se manifestó
también cuando el partido trató de invalidar las propuestas del Gobierno en materia de
Memoria Histórica y de reconocimiento de las víctimas de la dictadura franquista,
acusándole de estar más centrado en los muertos de tiempos pasados y “guerracivilismo”
que del futuro y de los muertos por Covid-19. Así, sostenía Abascal “España con sus
víctimas. España con sus muertos escondidos. España con la memoria que importa”.23

En julio, Vox anunció en el Congreso de los Diputados su intención de presentar una


moción de censura al Gobierno. Una moción que se celebró el 21 y 22 de octubre y que
fue rechazada por la mayoría del hemiciclo. Sin embargo, el objetivo de Vox trascendía

19
Recordemos que los altos ingresos (además de otras variables como ser varón y joven) fueron algunos
de los principales factores sociales de voto al partido en 2019 (Menéndez, 2020).
20
@vox_es. 15/05/2020. Twitter. https://twitter.com/vox_es/status/1261400600882712578?s=21
21
@vox_es. 22/06/2020. Twitter. https://mobile.twitter.com/vox_es/status/1275136637484351488
22
@vox_es. 10/07/2020. Twitter https://twitter.com/vox_es/status/1284831132031299584?s=21
23
El tuit está acompañado de un video en el que aparece una playa española repleta de banderas españolas
simbolizando a cada persona española fallecida por Coronavirus. Ver @Santi_ABASCAL. 04/10/2020.
Twitter. https://twitter.com/santi_abascal/status/1312683204638371840?s=21

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el improbable triunfo de la moción ya que se trató de un movimiento estratégico y


simbólico del partido para disputar la oposición al Partido Popular, quienes votaron en
contra de la moción. Asimismo, esto permitió al partido acaparar una gran atención
mediática, lo cual fue aprovechado para seguir alimentando la movilización social. Con
este fin, el partido llegó a sostener que la oposición no estaba en el Congreso sino que se
encontraba en “la calle”24 o, en otras palabras, en “el pueblo” como portador de una suerte
de “voluntad general” que es negada por una “élites” atrincheradas al poder y
“protegidas” por sus medios de comunicación.

Aunque el discurso pronunciado por Abascal en el debate de la moción no revistió de


gran novedad, nos sirve para concluir este punto dando cuenta de la maleabilidad
ideológica de la derecha radical española, la cual combina nacionalismo español,
autoritarismo, nativismo, reaccionarismo e, incluso, argumentos conspiranoicos,
similares a algunos discursos de Bolsonaro o Trump, en los que se apelaba al “virus
chino” y a una suerte de confabulación entre elites globalistas (comandadas por Soros) y
el denominado “marxismo cultural” o “consenso progre”.25 Por último, como vimos, esta
serie de discursos se articularon en base al significante de “libertad”, presentándose Vox |12|
como un movimiento redentor con la legitimidad moral suficiente para impugnar un
Gobierno que “en realidad” se trata del títere de unas fuerzas externas o “elites
globalistas” cuyos intereses amenazan la integridad y libertades del pueblo español.

La estrategia en Twitter de las derechas argentinas durante la pandemia

El contexto de cuarentena ha tendido a acercar los posicionamientos de las dos grandes


familias que históricamente han representado a las derechas argentinas: 1) la liberal-
conservadora, encarnada hoy en día por el PRO del expresidente Mauricio Macri y la
actual presidenta del partido Patricia Bullrich; y 2) la nacionalista-reaccionaria,
representada por el Frente NOS26, liderado por Juan José Gómez Centurión (Morresi,
Saferstein y Vicente, 2021). Asimismo, al día de hoy asistimos al crecimiento mediático
y electoral de los libertarios, representados por la coalición Avanza Libertad liderada por
José Luis Espert en la Provincia de Buenos Aires y la coalición La Libertad Avanza
liderada por Javier Milei en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, dentro de

24
@vox_es. 19/10/2020. Twitter. https://twitter.com/vox_es/status/1318281268400881666?s=21
25
Para un detallado análisis del discurso de Santiago Abascal durante la moción de censura ver Buñuel
(2020). Asimismo, Olivas Osuna y Rama (2021) analizaron la manera en que el discurso populista de Vox
durante la pandemia fue capaz de influir en los debates parlamentarios.
26
Uno de los principales socios del Frente NOS en las elecciones presidenciales de 2019 fue el partido
Valores Para Mi País liderado por Cynthia Hotton, un partido que se constituyó como un intento por
representar las simpatías del campo evangélico argentino (Carbonelli, 2015). Para un estudio sobre los
vínculos entre el evangelismo y la política en América Latina ver Goldstein (2020).

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este sector ubicamos a Agustín Laje, presidente de la Fundación LIBRE27, quien ocupa
un rol relevante dentro de este espacio ideológico aunque no forme parte de la coalición.

Como en España, en un principio las restricciones de movilidad decretadas por el


Gobierno de Alberto Fernández contaron con el apoyo de la oposición, pero, conforme
pasaban las semanas, comenzaron a organizarse manifestaciones en contra de la
cuarentena a las que se fueron adhiriendo las distintas expresiones de la derecha. La
premura del Gobierno a la hora de aplicar políticas de confinamiento fue rápidamente
aprovechada por algunos sectores y referentes de estas fuerzas políticas para propagar la
idea del Gobierno autoritario. La concepción keynesiana que resalta el rol protector del
Estado es el opuesto discursivo de los representantes anticuarentena, que lo observaron
como un poder omnipresente que coarta libertades y atropella el principio de no
interferencia: “la consigna infectadura, última en una cadena significante más amplia,
funciona como vehículo de promoción de una serie de referentes opositores que se
posicionan desde una épica de resistencia frente a un Gobierno que caracterizan como
autoritario” (Saferstein y Vicente, 2020).
|13|
El propio Macri alentó dichas movilizaciones mostrándose “orgulloso de los miles de
argentinos que salieron ayer para decirle basta al miedo y al atropello, y sí al trabajo, al
respeto y a la libertad”.28 Movilizaciones que fueron secundadas por el sector más “duro”
de PRO encarnado en Bullrich, quien hacía gala de una defensa a ultranza de la ley y el
orden. La actual presidenta del partido apoyó los cacerolazos contra la “polémica medida”
del Gobierno de otorgar la prisión domiciliaria, de acuerdo con la propia jurisprudencia
y recomendaciones de la OMS, a presos en situación de vulnerabilidad. Según afirmó, el
presidente prefería estar al lado de los presos a costa de la seguridad de toda la
población.29 El argumentario que ubica al Estado como un límite a las libertades más
básicas fue reforzado cuando el Gobierno anunció la fallida expropiación de la empresa
Vicentín, suceso utilizado por estos sectores para reafirmar su estratégica
antiestablishment contra el Gobierno y “el peronismo”.30 Esto volvió a ser aprovechado
por Bullrich para “denunciar” cómo Fernández gobernaba para “contentar a una minoría”
en lugar de atenuar la crisis sufrida por las mayorías sociales. 31 Tanto en Macri como en

27
Think tank que se define defensor de una “nueva derecha” que “pretende contrarrestar la ideología
progresista hegemónica y el imperio de lo políticamente correcto mediante la defensa de la vida, la libertad,
la tradición y la propiedad”. Ver: https://fundacionlibre.org.ar/
28
@mauriciomacri. 18/09/2020. Twitter.
https://twitter.com/mauriciomacri/status/1295721731315949571?s=21
29
@PatoBullrich. 28/04/2020. Twitter.
https://twitter.com/patobullrich/status/1255240382964785155?s=21
30
Un acontecimiento que fue aprovechado por Javier Milei para alegar una suerte de “venezuelización” de
Argentina. Ver: @JMilei. 09/06/2020. Twitter.
https://twitter.com/jmilei/status/1270480468190924801?s=21
31
@JMilei. 09/06/2020. Twitter. https://twitter.com/patobullrich/status/1270363265625972736?s=21

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Bullrich se aprecia un mismo patrón discursivo al querer hablar en nombre de los intereses
del pueblo contra los que atenta la “élite corrupta” que personalizan en el “peronismo”.

De forma contraria, los nacionalistas reaccionarios, y en menor medida los libertarios,


reprodujeron discursos que ampliaron el antagonismo a una suerte de confabulación de
“élites globales” donde se incluirían a los medios de comunicación. Se observa así,
aunque de manera difusa, un antagonismo orientado “hacia arriba” con tintes anti-
cosmopolitas. Cuestiones como la descreencia de la pandemia, de sus alcances y efectos
e, incluso, la negación de la existencia del virus, se vinculan con la proliferación de
discursos que pusieron en cuestión a la propia OMS, que fue acusada de ser una
representante de los intereses chinos en Occidente por el propio Trump.

Estos sectores llegaron a relativizar los impactos reales de la pandemia en la salud de la


ciudadanía culpabilizando a las restricciones por los derrumbes económicos globales,
impulsados principalmente por China y el “comunismo global”. En este sentido, Agustín
Laje afirmaba en una entrevista para un medio digital español ligado a sectores de la
derecha radical: “la pandemia es la excusa perfecta para tratar de imponer un Gobierno |14|
global”.32 Laje utilizó el contexto de pandemia para dar su particular guerra contra el
marxismo cultural criticando, por ejemplo, la ya aprobada ley de interrupción voluntaria
del embarazo sosteniendo que mientras que faltaban respiradores para los enfermos por
coronavirus el Gobierno implementaba una agenda de salud pública “rehén de intereses
económicos e ideológicos” al preferir gastar el presupuesto público en Misoprostol para
practicar abortos.33 En esta misma línea, el escritor afirmaba: “Al Gobierno kirchnerista
no le basta con el desastre que hicieron con la pandemia, ahora busca seguir promoviendo
la muerte a través del aborto”.34 Este discurso reaccionario es complementado con los
discursos antiestatistas de Javier Milei en su particular lucha contra la “venezuelización”
de la Argentina. A diferencia del liberalismo-conservador, los libertarios tratan de
disputar el concepto de libertad como aquella potestad negada a los argentinos por el
Estado.35

Por su parte, el Frente NOS es el sector que ya antes de la pandemia profesaba


posicionamientos más extremos, los cuales incluían críticas al sistema democrático y la
reivindicación de procesos militares represivos y dictatoriales. Al igual que los libertarios,
en los nacionalistas-reaccionarios el antagonismo antiestablishment es central, tanto en

32
La Contra TV. (2020). Agustín Laje: “La pandemia es la excusa perfecta para tratar de imponer un
Gobierno global”. 29/11/2020. La Contra TV. Ver. https://www.lacontra.tv/agustin-laje-la-pandemia-es-
la-excusa-perfecta-para-tratar-de-imponer-un-Gobierno-global
33
@AgustinLaje. 17/03/2020. Twitter. https://twitter.com/agustinlaje/status/1239908541655322624?s=21
34
@AgustinLaje. 22/10/2020. Twitter. https://twitter.com/agustinlaje/status/1319384349117210626?s=21
35
De hecho, líderes de este sector ideológico como José Luis Espert, Javier Milei o Luis Rosales utilizaron
el lema “La Fuerza de la Libertad” durante la gira nacional de visibilización que tuvo lugar a finales de
2020.

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su impugnación de las élites nacionales, como las globales y los medios de comunicación:
“El primer muerto declarado de esta pandemia fue el globalismo. Cuando ocurren estos
fenómenos el globalismo no puede ni sabe cómo responder”, afirmaba Gómez Centurión
recurriendo a la dicotomía, a propósito muy común en la derecha radical, que confronta
el globalismo contra el soberanismo.36 Asimismo, el exmilitar utilizó un discurso similar
al de Laje para desacreditar los avances del Gobierno para aprobar la ley del aborto como
si ello implicara dejar de lado la gestión de la pandemia. En este sentido, el líder del Frente
NOS afirmó que, más allá de su opinión del aborto como una “práctica inmoral”, la
legalización del mismo por parte del Gobierno no era prioritaria y respondía a “un
compromiso con los lobbies internacionales que financiaron su campaña”.37 Este sector,
a diferencia de los dos anteriores, utiliza en mayor medida apelaciones al “pueblo”, quien
“libera a su nación”, en oposición a las élites tanto gobernantes (“el Gobierno totalitario
que avanza sobre las libertades individuales”) como de la oposición (macrista) a la que
acusa de ser un “oficialismo camuflado”.38

En suma, los discursos utilizados por las derechas argentinas han tendido al
aprovechamiento de múltiples y heterogéneas disconformidades sociales. La confusión |15|
informativa, la incertidumbre económica y la justificada desconfianza en algunos poderes
estatales y fácticos, se han erigido como una plataforma fértil para el avance de grupos
que buscan canalizar demandas de corte conservador y reaccionario. A pesar de la
fragmentación de las derechas argentinas, el contexto de pandemia ha tendido a acercarlas
en algunos posicionamientos. Si bien el sector mayoritario de la derecha argentina
encarnado en el PRO (y la coalición Juntos por el Cambio) busca representar el
antiperonismo y, por ende, dirige su antagonismo exclusivamente frente al Gobierno,
vemos cómo poco a poco van permeando discursos en esta formación que tienen tintes
autoritarios y libertarios a fin de retener y atraer votantes de otras formaciones más
extremas. Por otro lado, el sector libertario y/o paleolibertario, además de presentar un
claro antagonismo al Gobierno y a la acción estatal en general, salvo en lo que se refiere
a la represión policial, presenta discursos en contra de las élites globales a las que culpan
de los efectos económicos generados por la pandemia. Estos discursos se combinan,
además, con posicionamientos reaccionarios en contra del aborto y del feminismo
principalmente a través de Laje. Por último, los nacionalistas-reaccionarios tienen como
fin central reponer los lugares jerárquicos que el nuevo orden global habría venido a
cuestionar. Entre sus principales características podemos ubicar posiciones

36
@juanjomalvinas. 12/05/2020. Twitter
https://twitter.com/juanjomalvinas/status/1260320511659257856?s=21
37
@juanjomalvinas. 19/11/2020. Twitter
https://twitter.com/juanjomalvinas/status/1329477727762706432?s=21
38
@juanjomalvinas. 10/07/2020. Twitter
https://twitter.com/juanjomalvinas/status/1281583409966571522?s=21

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anticomunistas, señalamientos y estigmatizaciones religiosas y/o raciales, populismo


punitivo y militarismo, teorizaciones anticientíficas e, incluso, nacionalismo nativista.

Conclusiones y reflexiones finales

En este artículo hemos analizado una serie de discursos heterogéneos ante la tesitura de
la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. Más allá de las distancias, este contexto
global permite vislumbrar con mayor claridad las similitudes y diferencias de esta nueva
ola de derecha que ha arribado en países diversos. Las políticas de confinamiento
aplicadas a un lado y otro del Atlántico fueron una oportunidad para las derechas de
ambos países para inscribir sus discursos en un contexto de supuesta vulneración de las
libertades de la ciudadanía a causa de las políticas de confinamiento. A través del
significante vacío “libertad” articularon una serie de discursos con contenido reactivo y,
paradójicamente, autoritario. Al mismo tiempo que movilizan y homogeneizan a sus
seguidores frente a un enemigo común, el carácter polémico de sus demandas genera una
|16|
mayor visibilidad en medios y redes. Con ello buscan influir en la percepción y
construcción social de los problemas, por lo cual la agenda pública y los debates
parlamentarios tienden a estar directamente influenciados por lo que transcurre en las
topologías virtuales.

En la Tabla 1 recopilamos la mayor o menor centralidad de las categorías de análisis en


cada caso. Vemos como el carácter anti-élites nacionales ocupa un carácter central en
todas las fuerzas políticas analizadas, algo que cabría esperar dada la oposición que
ejercieron a cada medida implementada por los respectivos gobiernos. En lo que se refiere
al carácter anti-élites globales no apreciamos la misma convergencia. Para Vox es un
rasgo central pues, como vimos durante la pandemia, su discurso se basó en parte en el
cuestionamiento del actual orden global bajo la premisa de que el mismo está guiado por
un conjunto de valores culturales impuestos por el progresismo. Al contrario, el carácter
cosmopolita y pro-globalización predominante en el PRO no nos permite identificar este
tipo de discursos en su ideario, los cuales se acercan más a partidos de derecha
mainstream como el Partido Popular en España. Por otro lado, sostenemos que el
antagonismo en contra de las élites globales está indicado en el entorno libertario
argentino dado que es principalmente el outsider Agustín Laje quien presenta estos tintes.
Por último, el sector nacionalista reaccionario es el que más se acerca a Vox en su crítica
al denominado “globalismo”.

Hay dos categorías en las que todos mostraron mayor convergencia: el reaccionarismo
cultural y el autoritarismo. Aunque el PRO es en algunos puntos moralmente
reaccionario, lo es en menor proporción que las otras fuerzas políticas analizadas. Con la
excepción del PRO (que presenta discursos reaccionarios pero en menor proporción que
los otros casos), los demás partidos presentaron discursos en los que trataron de combinar
la defensa de la libertad con su agenda reaccionaria: lo vimos con Vox ubicando las

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movilizaciones del Día de la Mujer (8M) como la causa de la expansión del virus y lo
vimos en algunos discursos de los libertarios y los nacionalistas-reaccionarios que
sostenían que el Gobierno prefería utilizar el presupuesto para financiar la legalización
del aborto en vez de salvar las vidas de los argentinos. Dos tipos de discursos que tienen
una raíz común: culpabilizar a los gobiernos de estar privilegiando una supuesta agenda
cultural ideológica por encima de los intereses “reales” o “materiales” de su “pueblo”.
Asimismo, todos los casos de estudio comparten una férrea defensa de la ley y el orden
(autoritarismo), algo que podría ser paradójico dado que la defensa de la libertad es
incompatible con formas represivas. Sin embargo, el punitivismo les permite establecer
una dicotomía entre el Gobierno -que apoya a los criminales- y el pueblo, que tiene que
sufrir la inseguridad y la falta de libertad. Algo similar ocurre en el caso de Vox, quienes
acusan reiteradamente al Gobierno de Sánchez de aumentar la criminalidad al “financiar”
a los denominados “menas”, en lugar de ayudar a los ciudadanos españoles.

Por último, las principales diferencias entre Vox y las derechas argentinas se dan en los
posicionamientos nativistas. Si bien el Frente NOS rechaza el multiculturalismo desde
una posición nacionalista, Vox lo explicita por tratarse de un issue (la inmigración como |17|
problema), más común en sociedades europeas. Por el momento ni el PRO ni la formación
Avanza Libertad han tratado de abarcar estas agendas.

Tabla 1. Comparación de los principales posicionamientos discursivos en Twitter de las derechas


radicales española y argentinas durante la pandemia

Derechas argentinas
Derecha
radical
española Liberales- Libertarios Nacionalistas-
VOX conservadores (Avanza reaccionarios
(PRO) Libertad) (Frente NOS)

¿A quién señalan como Gobierno Gobierno Estado y Gobierno


enemigo de la “libertad”? Gobierno

Antagonismo anti-élites Central Central Central Central


nacionales

Antagonismo anti-élites Central Ausente Indicado Central


globales
Reaccionarismo Central Indicado Central Central

Autoritarismo (Ley y Central Central Central Central


Orden)

Nativismo Central Ausente Ausente Indicado

Fuente. Elaboración propia

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En definitiva, podemos afirmar que la pandemia ha abierto una ventana de oportunidad


para que las diversas derechas que crecen en el planeta expliciten sus discursos. Aunque
la derecha radical ha sido un fenómeno históricamente europeo, hace escasos años en
España carecía de un partido relevante de dichas características. En América Latina este
tipo de formaciones son todavía una excepción (Zanotti y Roberts, 2021), sin embargo,
como representa el caso de Bolsonaro en Brasil, hay momentos en que se pueden
desencadenar terremotos políticos imprevistos por los analistas. En la Argentina, el sector
liberal-conservador representado por Juntos por el Cambio es aún mayoritario, pero los
resultados de las elecciones legislativas celebradas en noviembre de 2021 dejaron
vislumbrar un crecimiento del sector libertario el cual, como vimos, comparte ciertas
características con la derecha radical española, aunque también con los nacionalistas-
reaccionarios argentinos con los que incluso convergieron en algunas listas electorales.
Como demuestra el caso español, país donde el Partido Popular logró hegemonizar
durante años el campo de la derecha, el surgimiento de competidores extremistas
relevantes no ha de ser subestimado. Es en momentos críticos, como la pandemia, en que
este tipo de fuerzas políticas utiliza todo su arsenal comunicacional para ganar la batalla
por la visibilidad, instalar sus debates en la agenda pública y arrastrar a la centroderecha |18|
a asumir sus posicionamientos para no perder votantes.

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