Orientaciones 1ro
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El derecho a la alfabetización
Acordamos con Zamero (2019) que saber leer y escribir es un derecho de todos los
niños y niñas. Pocos procesos escolares -sostiene esta investigadora- son
socialmente tan visibles como el de la alfabetización. Zamero (2019) señala que
tanto las familias como los propios niños y niñas consideran que aprender a leer es
sinónimo de éxito. Sin embargo, advierte que si no se logra, representa una gran
preocupación porque imposibilita avanzar en el dominio de los saberes que encierra
la cultura letrada. Por ello, la especialista sostiene que sería poco deseable una
sociedad en la que algunos solo lean íconos mientras otros, además de leer
imágenes, gocen de la libertad de comprender los lenguajes en toda su dimensión
teniendo con ello acceso a la ley, la ciencia y la literatura que circulan por escrito en
pantallas y en papel.
En el contexto complejo que transitamos, consideramos necesario diferenciar el
sentido metafórico del término alfabetización de su significado en sentido estricto.
Alisedo (1994) define a la alfabetización como un proceso de índole lingüística,
producto del aprendizaje escolar y sistemático que ocupa un lugar central en la
educación inicial y primaria.
Tercer bloque - Los contenidos sintéticos permiten identificar las diferencias entre
la comunicación oral y la comunicación escrita a través de la práctica asidua de
ambas formas de comunicación en situaciones comunicativas concretas. Focalizan
la comprensión y producción de unidades completas.
● La tarea es una unidad de trabajo sobre un aspecto específico del tema que
se está desarrollando. Por ejemplo, al desarrollar el tema “Niñas y niños
aprenden a leer y escribir sus nombres”, la actividad o tarea específica es
identificar cuáles nombres empiezan por vocal y cuáles empiezan por
consonante.
● Cada tarea tiene un objetivo o meta específica y un producto esperado.
● Es una unidad de trabajo que se realiza en clase con el maestro o maestra y
los compañeros.
● Es breve porque se ajusta a la capacidad de atención de los niños y niñas.
Básicas Complementarias
Sugerimos leer la Acción Formativa N°54: "De las Acciones Formativas a las
Secuencias Didácticas."
https://campuseducativo.santafe.edu.ar/modulo-mundos-imaginarios-ludicos-
y-expresiones-artisticas-26/
Alisedo (2018) nos propone pensar la escritura como una segunda lengua en
relación a la lengua oral o primera. Cuando el que aprende esta segunda lengua
comete fallos, errores o vacilaciones manifiesta un conocimiento, no un
desconocimiento. Usa el conocimiento de su lengua oral en la lengua escrita. El
investigador Pit Corder (1971) considera que todo el que aprende una segunda
lengua intenta resolver los desafíos que le plantea la nueva lengua apoyándose en
la que ya sabe (L1).
Con esto afirmamos que preferimos hablar de “dejar hacer Matemática”, en lugar de
enseñarla. Preferimos decir que es posible permitir la construcción de nociones
relacionadas con la Matemática, en lugar de expresar que es posible enseñarla. De
esta manera, creemos que somos coherentes con lo que expresamos anteriormente
sobre nuestra postura hacia la disciplina.
Tal vez, podamos generar una especie de paradoja: “Para enseñar Matemática no
tenemos que enseñar Matemática”. Como nos gusta hablar en forma positiva,
finalmente nos permitimos compartir esta idea:
Por lo tanto, la segunda tarea que tenemos en el armado de una propuesta didáctica
que compartamos con las y los estudiantes, es plantear:
¿Cuál será la situación problemática que se desprende del contexto y que
permite avanzar en la construcción de aquellas nociones matemáticas que
deseamos tensionar?
Quienes respondan esta pregunta de forma adecuada, garantizan gran parte del
éxito de la propuesta. Para esto recomendamos tener en cuenta lo siguiente:
- Que el problema sea entendido por todas y todos. Para esto, el contexto es
fundamental, porque si se desprende del mismo, de ese lugar donde estaban
entusiasmadas y entusiasmados, será posible la interpretación de aquello
que genera inquietud.
- Que el problema se perciba como posible, que todas y todos sientan que
tienen posibilidades de enfrentarlo.
- Que el problema no pueda resolverse rápidamente y, por lo tanto, que
propicie un momento importante de búsqueda.
- Que el problema permita discutir sobre aquello que proponen para
enfrentarlo.
Todo lo que se realice en esta etapa es fundamental para que vaya aconteciendo
otro proceso tan valioso como el anterior, donde las ideas comienzan a ganar
terreno a la manipulación de materiales, a la intuición o a los impulsos. Es la
elaboración de conjeturas que aparece como resultado de la exploración. En
términos de la TSD, la podemos definir como la situación de formulación, donde
cada niña, cada niño, elabora una idea o varias ideas sobre las acciones realizadas
al enfrentar el problema. Acompañar este momento con intervenciones adecuadas
es la gran responsabilidad de cada docente, porque, de esta manera, estaremos
habilitando la posibilidad de que, efectivamente, se lleven a cabo las
transformaciones de las concepciones mencionadas anteriormente.
Serán intervenciones oportunas aquellas preguntas que inviten a pensar sobre la
acción desarrollada, en el momento de la acción, o luego de la misma, por ejemplo:
Durante… ¿Por qué estás haciendo eso? ¿Estás pensando alguna otra alternativa?
¿Qué estás pensando?
Después… ¿Por qué lo hiciste así? ¿Será la mejor manera de hacerlo? ¿Podrías
haber hecho algo diferente? ¿Qué pensaste cuando ibas resolviendo el problema?
Institucionalizamos...
Producto de estas situaciones que transitan las niñas y los niños, se producen
ciertos acercamientos hacia las nociones. Es necesario aclarar que estos
acercamientos pueden distar de los esperados por la maestra o el maestro, sin
embargo, esto no anula la existencia del acercamiento. Sea cual fuera el
acercamiento, la tarea de cada docente será reconocerlo y valorarlo. Al realizar
esto, aparecerá una nueva instancia en el proceso metodológico, denominada
Institucionalización, donde la maestra o el maestro expresa de la manera más
adecuada aquellas ideas validadas por el grupo y solo esas ideas. Este es un
momento relevante porque se pondrán en palabras más cercanas al mundo
matemático adulto aquello que las niñas y los niños han podido construir. El registro
de lo institucionalizado es importante que se lleve a cabo, y que se tenga a
disposición en el aula, en los cuadernos, en el hogar y en todos los lugares donde
cada niña, cada niño, se encuentre con posibilidades de enfrentar nuevas
problemáticas.
Saberes en situación...
Finalmente, existe en este camino una etapa tan valiosa como las anteriores. Es
necesario un momento importante de aplicación de los saberes construidos, donde
se propongan actividades similares a las enfrentadas, con las variaciones
adecuadas para que se afiancen las ideas y los procedimientos implicados. Por
supuesto, creemos necesario que este momento se encuentre en íntima relación
con el contexto propuesto.
Una docente o un docente puede graduar una actividad si, detectando una de las
variables que presenta una situación, la modifica. Por ejemplo, si dentro del contexto
habilitado por la simulación de una juguetería se solicita que se ordenen los
juguetes, aquí pueden aparecer las siguientes posibles variables:
- cantidad de juguetes,
- cantidad de lugares para ordenar los juguetes,
- forma de los juguetes,
- tipo de juguetes,
- tamaño de los juguetes,
- materiales con los que están construidos los juguetes,
- cantidad de lugares vacíos que se deben dejar,
- precio de los juguetes.
1. UN COMIENZO MÁGICO
Lengua:
La presentación de las actividades fue guionada a través de diálogos conjeturales.
Sugerimos que las propuestas que se realicen den lugar a instancias de diálogo o
retrabajo que contemplen la producción de hipótesis y su reelaboración. Dichas
hipótesis no solo deberían hacer referencia a las formas en que el niño construye la
escritura, sino que su producción será orientada mediante preguntas que inviten a
regresar a los textos para realizar observaciones puntuales referidas a
determinadas problemáticas que se intentan presentar.
Lengua:
El trabajo con textos poéticos, además de propiciar un acercamiento a la literatura
desde géneros fuertemente asociados a la oralidad, permite el desarrollo de la
conciencia fonológica, ya que la repetición dada por las rimas permite reconocer
regularidades en la escritura.
ce-ci/ sa-se-si-so-su-/za-zo-zu
Para abordar esta primera actividad consideramos necesario que las niñas y los
niños hayan tenido experiencias relacionadas con la ubicación en el espacio. Sin
lugar a dudas, estas situaciones son trabajadas en el Nivel Inicial, pero sabemos
que durante el año 2020 nos vimos obstaculizados por la pandemia y el
impedimento de encontrarnos presencialmente en las aulas. Por lo tanto, la vuelta a
la presencialidad será una oportunidad para proponer juegos o actividades que
permitan discutir sobre aquellas nociones necesarias para ubicarnos y desplazarnos
teniendo como referencia a cada niña, a cada niño. Por lo mencionado, será
importante que se brinden propuestas donde el centro de coordenadas, los
desplazamientos y las ubicaciones se encuentren vinculadas con cada estudiante.
En este sentido, el juego “La tía Bufo dice…” pretende que cada estudiante pueda
tomar decisiones en relación a moverse identificando su “hacia adelante”, “hacia
atrás”, “hacia la derecha”, “hacia la izquierda”. Cada docente deberá tener en cuenta
que aparecerá como obstáculo la identificación de la lateralidad, la posible confusión
entre derecha e izquierda. Nos animamos a pensar un nuevo interrogante que
puede establecerse y será de ayuda en estos procesos:
¿Cómo podemos acompañar la identificación desde la distancia de la izquierda y de
la derecha?
Experiencias interesantes que pueden proponerse:
- Explorar elementos que tengan una sola asa para hacernos preguntas.
- Colocar las dos manos sobre un mismo papel y describirlas. Al hacer esto,
aparecerán diferencias que tienen que ver con la lateralidad entre las dos
manos. La descripción de estas diferencias puede aprovecharse para
identificar, por ejemplo, que en la mano izquierda se puede formar una “L”
con los dedos pulgar e índice. Aclaramos aquí que esta intervención puede
ser favorecedora para algunas personas y un obstáculo para otras, como
para quienes presentan una escritura en espejo. Por lo mencionado, creemos
que cada docente debe habilitar aquellas experiencias, aquellas mediaciones,
que permitan superar los obstáculos que aparezcan.
- Observar cómo se van escribiendo los textos en la pantalla de un celular o de
una computadora. Apreciar la dirección del cursor y discutir sobre este
“avance” permitirá analizar que el proceso de escritura “convencional” se
desarrolla hacia una dirección, ¿cuál es esta?
Por otra parte, un lugar de mediación posible está brindado en el Cuaderno desde
las variantes que “hacen que el juego” se vaya complejizando. Observen que allí se
propone intervenir en las siguientes variables:
- Posibilidades de que, quien brinde las indicaciones, oficie de modelo llevando
a cabo las acciones que solicita.
- Posición de la persona que brinda las indicaciones en relación a quien las
ejecuta.
- Cantidad de indicaciones que se brindan por vez.
- Forma de brindar las indicaciones: en forma oral, gráfica o escrita.
Es preciso tener en cuenta que, desde el juego, se propone un registro sobre la
cantidad de indicaciones bien cumplimentadas. Esto permite representar cantidades
de diferentes maneras. Desde el Cuaderno se solicita completar una tabla con
piedritas, botones o marcas. Estos registros brindarán la posibilidad de una
discusión sobre qué representan esos elementos, esas marcas y también sobre si
interpretan esas representaciones. Será muy importante proponer que puedan
avanzar hacia otro tipo de representaciones como la oral y, si es posible, “ir” hacia la
escrita. Tener a disposición la banda numérica, el cuadro de números, un
calendario, la numeración de las páginas de un libro o cualquier otro portador
numérico, habilitará la posibilidad de concretar lo mencionado estableciendo
conteos o sobreconteos.
Sobre el final de la actividad hay una consigna vinculada con cuestiones motrices,
propias del trabajo relacionado con Educación Física. Aquí apreciarán la posibilidad
de incluir desafíos en los recorridos que vayan más allá de lo vinculado a las
relaciones espaciales.
Otro detalle importante es apostar por cuestiones que se aprecien con todos los
sentidos. Con esto queremos decir: tratemos de ofrecer orientaciones que permitan
poner en juego la escucha, el olfato, el gusto, el tacto.
colores recortados.
Esta actividad es una oportunidad para tomar decisiones, apreciar y valorar nuestras
producciones y las de las demás personas. Tengan presente que será fundamental
que se permita disfrutar del proceso, se plantee un escenario que tenga que ver con
ponga en discusión, en primera instancia, “lo matemático”, “lo geométrico”, sino que
Educación Física
En tal sentido, el libro de Alicia Grasso (comp.) “La Educación Física cambia”, ofrece
propuestas interesantes para profundizar la temática.
https://campuseducativo.santafe.edu.ar/modulo-mundos-imaginarios-ludicos-y-
expresiones-artisticas-29/
El trabajo con la secuencia supone una instancia en la que tanto docentes como
alumnas y alumnos comparten el sentido y los propósitos de las actividades. Se
priorizan aquellas que son exploratorias, definidas como el conjunto o secuencia de
comportamientos que permiten obtener información sobre los materiales, objetos y
sobre los fenómenos con los que los niños entran en contacto (Coll, 1991) para
indagar y conocer el ambiente.
Si bien en una primera instancia se toma como disparador el contexto del circo y los
materiales que se encuentren en él, proyecta la idea de invitar a las niñas y niños a
explorar el entorno cercano para comprender la naturaleza de los objetos que los
rodean y algunas propiedades de los materiales con los cuales están hechos.
Luego, se plantea que las niñas y niños “anticipen” sus ideas sobre el
comportamiento de los materiales (en este caso, frente a la interacción del agua)
para trabajar las propiedades a partir de la exploración. En esta instancia se les
ofrece la oportunidad de confrontar los resultados de la exploración con las ideas
que ellos tenían previamente. Es importante sugerir el registro, por ejemplo, en una
tabla, de lo acontecido en toda exploración para poder realizar comparaciones al
finalizar las actividades. Sería interesante ampliar la propuesta del cuaderno e
invitar a explorar otras propiedades de los materiales para poderlas relacionar con
su usos, por ejemplo, la dureza.
A modo de cierre de la secuencia se propone una situación nueva donde las niñas y
niños deben poner en juego los aprendizajes para resolver un problema hipotético
similar a una situación que podría darse en la contexto cotidiano, en este caso,
cómo vestirse para no mojarse teniendo en cuenta los materiales de los que debería
estar hecha la ropa. Otro de los propósitos de esta actividad apunta a propiciar que
las niñas y niños reflexionen sobre por qué algunos materiales se usan con
determinado fin y no otro. De este modo, podrían relacionar las propiedades de los
materiales con sus usos.
Lengua:
El trabajo intuitivo con las clases de palabras según su función en el texto es
importante en este ciclo. En tal sentido, propiciar trabajos con adjetivos en contextos
de construcción de textos descriptivos permite la ampliación de vocabulario, la
memorización de palabras nuevas y la reflexión sobre el sistema de escritura. En
este sentido, se puede trabajar en la construcción de diferentes magos o personajes
inventados que los niños y niñas puedan referir en su universo cultural.
Lengua:
Consideramos importante la construcción de itinerarios de lectura. Graciela Montes
en La Gran ocasión propone la metáfora de la hebra y el hilo que las entrama para
explicar el efecto de lectura de textos literarios en la mente de un lector: una lectura
convoca a otra lectura a texturas, personajes, historias que se conectan con otras
“tejiendo” relaciones, armando un corpus literario . ¿Cómo desplegar este tejido de
lecturas? Pensamos en la construcción de recorridos lectores, itinerarios de lectura
(Cañón -Hermida, 2016) que ofrezcan obras variadas, enlazadas por géneros,
personajes, temas, según los criterios que cada docente quiera poner en juego para
trazar viajes literarios que permitan conocer y recorrer el mundo de la literatura.
Una tarea valiosa de cada docente será efectuar un registro de todas las ideas. Tal
vez, sosteniendo a las mismas como conjeturas para continuar debatiendo, como
hipótesis que todavía deben corroborarse, como ideas que continuarán cotejando
con las nuevas actividades o propuestas.
Otro detalle que consideramos importante es volver a simular, volver a construir los
mismos escenarios que indicamos al principio y visitarlos nuevamente, luego de las
discusiones acerca de la ACTIVIDAD 1. Probablemente, la mirada hacia estos
escenarios haya cambiado y sería pertinente que realicemos preguntas en relación
a esto, por ejemplo: Si jugaras a “Ubicate” nuevamente ¿Qué indicaciones nuevas
darías?
Observen que lo realizado en la actividad anterior habilita que las niñas y los niños
puedan disfrutar del presente juego. En esta oportunidad, se pretende que las
palabras que expresen tengan cada vez mayor pertinencia, sean más apropiadas.
Por esto, recomendamos que se invite a pensar bien cada “DESCUBRE CADABRA”
antes de mencionarlo, que no sean impulsos, que no sean improvisaciones.. Si este
juego se realiza en casa, se podrían ofrecer diferentes instancias, como las
siguientes:
ACTIVIDAD 3
Esta actividad permite poner en tensión dos términos que suelen presentar
complicaciones en la resolución de diferentes actividades por parte de las y los
estudiantes: fila y columna. Pensamos que son dos conceptos que deben ponerse
en discusión. Por este motivo, se propone como primera situación problemática la
pregunta:
¿CÓMO EXPLICARÍAS A RANALDO LA DIFERENCIA QUE HAY ENTRE FILA Y
COLUMNA?
Consideramos que esta pregunta es una oportunidad para conocer las ideas previas
de las niñas y de los niños en relación a estos dos términos, para valorarlas y
generar discusión. Pensamos que es oportuno permitirles visualizar diferentes
situaciones donde estos términos aparezcan: la fila de la caja de un supermercado,
las columnas de alumbrado público, las filas de autos esperando en un semáforo,
una fila que armamos en Educación Física para realizar determinada acción, las
columnas que sostienen la galería…
Nos parece apropiado que generemos preguntas, que volvamos a problematizar
porque es muy fácil “mezclar” los dos términos. Entonces, podríamos plantear:
¿Puede una fila llamarse columna? ¿En algún momento te confundís con las filas y
las columnas? ¿Por qué creés que ocurre esto?
Otra sugerencia que brindamos tiene que ver con la posibilidad de acompañar la
distinción, la diferenciación entre las columnas y entre las filas, es decir, ¿cómo
apreciamos que dos filas son distintas? ¿cómo identificamos a dos columnas
diferentes? Vale la pena mencionar que no tiene por qué ser natural que las niñas y
los niños expresen estas diferencias a través de una cuestión nominal y que
aparezca esta función del número en escena, como se propone en la actividad. Por
lo tanto, este será también un espacio de acompañamiento, de cuestionamiento
sobre las ideas que aparecen.
ACTIVIDADES 4, 5 Y 6
Luego de abordar las ideas de filas y columnas, se propone una nueva actividad
relacionada con el mismo contexto, ofreciendo un “ingrediente” más al vincular la
ubicación de las personas, a través de una numeración posible de las butacas. Por
supuesto, esta numeración posible se encuentra en sintonía con el CUADRO DE
NÚMEROS.
Para poner en discusión la utilización de este recurso y dialogar sobre lo que habilita
su uso, recomendamos revisitar los siguientes materiales disponibles:
Por otra parte, estamos convencidos de que puede llevarse a cabo una
sistematización en su abordaje que implique, en líneas generales, lo siguiente:
Educación Física
Lengua
Lengua
Los juegos con la formación de palabras permiten reflexionar, de manera lúdica, con
los elementos que son constitutivos del sistema. La dimensión morfológica es
central en la construcción de la mirada alfabética para poder ir comprendiendo cómo
se construye el significado dentro de cada palabra. No solo sirven para memorizar
nuevas palabras, sino que proponen una reflexión en torno a los formantes. Esto es
una oportunidad para el desarrollo de inferencias léxicas. Así, la construcción de
neologismos, el trabajo con diminutivos o superlativos, los juegos de alargar y
acortar palabras, la búsquedas de rimas para construir poesías, son siempre una
ocasión para hacer propuestas de reflexión sobre el sistema.
Muchas secuencias que se han trabajado en las escuelas han utilizado el texto de
Graciela Montes, Doña Clementina, la achicadora. Las consignas de escritura que
pueden surgir como parte de la lectura de este libro, u otros parecidos, permiten
construir textos que focalicen la dimensión morfológica. La lectura de trabalenguas,
colmos, limerikes, jitanjáforas pueden dar lugar a experiencias análogas en el aula.
Cuando aprendemos los fonemas y grafemas de una lengua nos encontramos que a
veces la s suena como C, o que la s significa plural en algunas palabras. Fonemas,
grafemas y morfemas nos invitan a ver y a enseñar a ver las complejidades del
sistema de escritura. Mostrarlas y construir sus reglas a partir de juegos de lenguaje
es una oportunidad.
Nos parece importante proponer, antes de iniciar el abordaje de esta actividad, una
discusión con las niñas y los niños sobre la idea de “medir”. Consideramos que
constituir un espacio de reflexión sobre esta acción posibilitará iniciar la presente
actividad. En este sentido, sugerimos ofrecer interrogantes como los siguientes:
- ¿Cuándo usás la palabra “medir”?
- ¿Escuchaste a algún familiar tuyo que haya hablado sobre “tomar medidas”?
- ¿Viste a algún familiar tuyo que haya “medido algo”?
Si fuera necesario, una acción recomendable para acompañar a las niñas y a los
niños en estos primeros pasos, es la de establecer comparaciones directas con dos
objetos que “puedan manipularse” para determinar si uno es más “largo” que el otro,
si es menos “ancho” o igual de “alto” que... Esto permitirá iniciar una discusión en
relación a estos términos y problematizar en torno a cómo logran efectuar estas
comparaciones. Una cuestión necesaria que sugerimos plantear, luego de las
conclusiones, es: ¿cómo compararían los objetos si no pudieran moverlos (y, por lo
tanto, no podrían compararlos directamente)?
Durante toda esta propuesta se habilitará un camino para que las y los estudiantes
construyan nociones sobre cómo se lleva a cabo el proceso de medición y cuáles
son las unidades que permiten efectuar procesos de este tipo. Creemos que, como
toda idea compleja, el tiempo es fundamental. No será posible avanzar en la
interpretación de la misma resolviendo solamente algunas actividades. No será
suficiente con generar algunos momentos de discusión para saber qué es medir,
qué es la magnitud longitud, qué unidades no convencionales son adecuadas para
establecer medidas, entre otras cuestiones importantes. No obstante, estamos
convencidas y convencidos de que un camino que problematice sobre estas
cuestiones, que invite a explorar, expresar ideas, ponerlas en discusión, concluir y,
finalmente, aplicar lo descubierto, permitirá progresar comprendiendo lo que se
realiza.
Observemos que las primeras consignas invitan a explorar, utilizando las manos,
para comparar diferentes longitudes. Esta exploración se puede profundizar
invitando a utilizar otras unidades de medidas no convencionales, como el pie, un
libro o cualquier elemento que sirva para iterar completando la longitud de algún
objeto. Será importante generar un momento para que puedan compartir el proceso
(no los resultados de las mediciones llevadas a cabo). Es importante plantear
alguna pregunta como la siguiente:
¿Cómo utilizaste tus manos para medir el largo del palo de escoba?
Las respuestas a este interrogante permitirán a cada docente conocer cómo están
imaginando el proceso de medición, si están identificando que la unidad debe
iterarse sin dejar espacios vacíos, sin superponerse, iniciando desde el lugar
adecuado. Permitirá apreciar si cuentan adecuadamente la cantidad de manos,
posibilitará observar qué acciones efectúan si existiera un “sobrante”, es decir, un
“trocito” de longitud menor a una mano.
ACTIVIDAD 2
Por otro lado, se plantea una acción que es sumamente recomendable proponer
cuando estamos abordando el eje “medidas”. Es la acción de “estimar”, tan
importante en el proceso de medición como el proceso mismo. Si una niña o un niño
puede anticipar una medida, es porque está imaginando esas manos puestas una a
continuación de la otra, es porque está pensando en el proceso de medición. Al
juego pueden sumarse algunas consignas que permitan tensionar lo que realiza
cada niña, cada niño, por ejemplo:
- Decí cuántas manos entran y explicá por qué te parece esto.
- Decí menos de cuántas manos medirá el largo de…
- Decí más de cuántas manos medirá el ancho de…
- Decí más de cuántas manos y menos de cuántas manos tiene el alto de…
- Decí cuántas manos tiene el largo de… y también cuántas cartucheras.
En relación al primer punto, es valioso tener presente que el armado del instrumento
de medición ubica a la niña, al niño, en un lugar de relevancia en este camino que
se propone de interpretación de los procesos de medición. El hecho de construir el
instrumento permite aumentar la probabilidad de interpretar ciertos mecanismos
propios de su utilización, como por ejemplo:
- Se debe colocar el inicio de la primera mano en el inicio del objeto que se pretende
medir. Esto probablemente permitirá que las y los estudiantes concluyan que deben
medir a partir del “0” cuando usen en un futuro, la regla.
- Se debe contar la cantidad de manos que “cubren la longitud” que se pretende
medir.
- Si la cantidad de manos no es exacta, no podemos “pasarnos”. Por lo tanto,
contamos la cantidad de manos sin “pasarnos” y podemos decir “y un poco más”.
Luego, “este poco más” se puede problematizar para encontrar unidades más
pequeñas. Este proceso se debería llevar a cabo más adelante; por ahora, no lo
recomendamos.
Es valioso, tal como se propone en una pregunta del Cuaderno 3, interpelar sobre
qué cosas de un objeto puede medirse con este instrumento para que puedan
vincularlo con la medición de longitudes y no con otras magnitudes. Por lo tanto,
poder concluir que es posible medir largos, anchos, altos, será importante. Las niñas
y los niños no saben qué magnitudes existen, ni saben distinguirlas. Cuando se
habla de medición no tienen por qué saber que para medir diferentes magnitudes se
utilizan distintos instrumentos.
Las ideas que surjan al respecto se pueden considerar para analizar, para poner a
prueba. Este hecho posibilitará que elaboren pequeñas hipótesis y las pongan a
prueba de manera empírica.
Luego de un largo proceso, el que corresponda, porque cada grupo tendrá su propio
tiempo... Luego de plantear muchas actividades vinculadas con la medición
utilizando unidades no convencionales y de discutir mucho sobre cómo medir y
construir un instrumento de medición... Luego de utilizar, en reiteradas
oportunidades, el instrumento de medición y de plantear las dificultades que
acontecen cuando se utilizan unidades no convencionales... Después de todo este
proceso, se propone pensar qué son los centímetros.
Si algo queremos manifestar aquí, es que lo verdaderamente importante de esta
pregunta, es que se realice a tiempo, después de que las niñas y los niños hayan
vivido experiencias significativas sobre el proceso de medición con unidades no
convencionales. Creemos que si realizamos esto, las niñas y los niños habrán
aprendido muchísimo. Por lo tanto, en el final de este proceso será posible generar
el interrogante relacionado con “la unidad convencional”, registrar las respuestas y
discutir sobre ellas. Cada docente verá si puede avanzar, si es recomendable
avanzar.
Lengua:
El trabajo con homófonos lo consideramos posible en un primer ciclo. Si bien no lo
desarrollamos como un contenido en sí, es decir, en tanto definición de la categoría
en clave de clasificación de palabras, proponemos intervenciones que permitan
evitar errores comunes en la escritura, producto de las frecuencias diferentes de los
distintos homófonos. Por ejemplo, I.V.A./ iba, hecho/echo, casa/ caza.
ALFABETO
Lengua
El alfabeto propuesto responde a la necesidad de seguir construyendo alfabetos
didácticos. Reflexionar sobre el objeto de conocimiento y sobre el objeto de
enseñanza permite a los docentes abordar las problemáticas de la transposición
didáctica y fabricar creativamente insumos. En este caso, generar una colección,
forma parte de una propuesta en la cual se evidencian los defectos de paralelismo y
también, las regularidades.
EVALUACIÓN