Orientaciones Didacticas 1ero
Orientaciones Didacticas 1ero
Orientaciones Didacticas 1ero
El derecho a la alfabetización
Acordamos con Zamero (2019) que saber leer y escribir es un derecho de todos los niños y
niñas. Pocos procesos escolares -sostiene esta investigadora- son socialmente tan visibles
como el de la alfabetización. Zamero (2019) señala que tanto las familias como los propios
niños y niñas consideran que aprender a leer es sinónimo de éxito. Sin embargo, advierte que
si no se logra, representa una gran preocupación porque imposibilita avanzar en el dominio
de los saberes que encierra la cultura letrada. Por ello, la especialista sostiene que sería poco
deseable una sociedad en la que algunos solo lean íconos mientras otros, además de leer
imágenes, gocen de la libertad de comprender los lenguajes en toda su dimensión teniendo
con ello acceso a la ley, la ciencia y la literatura que circulan por escrito en pantallas y en
papel.
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Coincidimos con Zamero (2019) en que las concepciones lábiles de la alfabetización opacan,
diluyen, ocultan o simplemente confunden los objetos de conocimiento involucrados, y
obstaculizan la necesaria claridad que el sistema educativo y las instituciones escolares tienen
que sostener frente al derecho de los niños y niñas a leer y a escribir en sentido estricto.
Por lo tanto, llegar a acuerdos institucionales referidos a la forma en que enseñamos a leer y
escribir resulta fundamental. La propuesta de estos Cuadernos recupera los aportes del
modelo alfabetizador propuesto por Marta Zamero y Sara Melgar (2014).
El modelo didáctico alfabetizador considera la enseñanza escolar de la lengua escrita
como objeto de estudio que posibilita el conocimiento de la cultura escrita y el dominio
de las prácticas sociales de lectura y escritura. En cada momento del proceso alfabetizador
el objeto de enseñanza se va redefiniendo, atravesando diferentes etapas:
- Primera etapa, denominada alfabetización temprana, no sistemática, que comienza
en los hogares o jardines maternales en donde un lector experto lee para otro que
recién ingresa a la cultura escrita.
- Segunda etapa, denominada alfabetización inicial, sistemática, que coincide con el
inicio de la educación obligatoria. Ocurre durante la educación inicial y en los
primeros tres años de la educación primaria: sienta las bases del sistema de escritura y
habilita el desarrollo de prácticas de lectura y escritura con cierta autonomía a quienes
están alfabetizándose.
- Tercera etapa, denominada alfabetización avanzada, en donde se desarrollan y
complejizan las prácticas de lectura y escritura con diversos propósitos logrando que
los/las estudiantes sean autónomos. Esta etapa comienza en el segundo ciclo de la
educación primaria y debería finalizar con la educación obligatoria (final de la
secundaria). Sin embargo, debemos considerar, en estos nuevos contextos, que es
necesario recuperar en el primer ciclo, elementos de la alfabetización inicial que
acompañen este proceso.
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- Cuarta etapa, denominada alfabetización académica. Esta alfabetización coexiste, en
algunos momentos, con la anterior, pero se va especializando a medida que las
necesidades culturales, referidas a la producción y comprensión de textos escritos,
aparecen a lo largo de nuestra vida.
Sobre la cultura escrita: se trabaja con textos auténticos de la cultura escrita en situaciones
comunicativas concretas que visibilicen las prácticas sociales de lectura y escritura: leer y
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escribir para aprender, leer y escribir por placer, leer y escribir para comunicarse en diferido
con otros, leer y escribir para conocer otras culturas o para crear nuevos mundos a partir de la
palabra escrita.
Sobre la norma y el uso de la lengua escrita: se comprende, a través de estos saberes, que
la lengua oral y la lengua escrita son diferentes. Esto permite que los estudiantes sean
usuarios plenos de la lengua escrita.
Primer bloque - Los contenidos globales permiten a los estudiantes familiarizarse con la
lengua escrita como patrimonio cultural a través del conocimiento guiado y organizado por
sus docentes de los productos y productores de la cultura escrita. Habilitan a los estudiantes a
constituirse como público lector y como ciudadanos de una cultura.
Segundo bloque - Los contenidos analíticos permiten conocer las características formales
específicas de la lengua escrita y sus convenciones a través de la enseñanza sistemática.
Tercer bloque - Los contenidos sintéticos permiten identificar las diferencias entre la
comunicación oral y la comunicación escrita a través de la práctica asidua de ambas formas
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de comunicación en situaciones comunicativas concretas. Focalizan la comprensión y
producción de unidades completas.
● La tarea es una unidad de trabajo sobre un aspecto específico del tema que se está
desarrollando. Por ejemplo, al desarrollar el tema “Niñas y niños aprenden a leer y
escribir sus nombres”, la actividad o tarea específica es identificar cuáles nombres
empiezan por vocal y cuáles empiezan por consonante.
● Cada tarea tiene un objetivo o meta específica y un producto esperado.
● Es una unidad de trabajo que se realiza en clase con el maestro o maestra y los
compañeros.
● Es breve porque se ajusta a la capacidad de atención de los niños y niñas.
Básicas Complementarias
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propuestas gráficas o teatralizaciones.
Colocar epígrafes en viñetas.
Pensar cómo se Diseñar carteles y guardas para decorar el salón o algún espacio
entiende lo que familiar, cambiar los colores de una letra para resaltar con el fin de
está escrito y que se vea de lejos la información, ampliar o disminuir letras de un
cómo se escribe cartel con diferentes propósitos.
Mirar las diversas escrituras propuestas para recuperar la
información, haciendo énfasis en el análisis de diversos signos que,
además de poner en relieve categorías o información sobre los
campos semánticos abordados, permite presentar, sistemáticamente,
problemas pertinentes al sistema de escritura.
Construir campos semánticos a partir de diferentes temas pudiendo
establecer la pertinencia, o no, de las diferentes palabras o frases
que los forman.
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calendarios, reseñas de obras literarias que den cuenta de lo leído a
modo de diario de lectura.
Como toda construcción didáctica, las propuestas presentadas se configuran como una forma
de trabajar los contenidos de manera dinámica, creativa y abierta, no como una prescripción
cerrada. El o la docente tiene la autonomía para decidir en qué consignas focalizar, qué
actividades seleccionar para trabajar según los propósitos específicos y los contenidos que se
encuentre desarrollando a la hora de recibir el cuaderno.
Sugerimos leer la Acción Formativa N°54: "De las Acciones Formativas a las Secuencias
Didácticas."
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https://campuseducativo.santafe.edu.ar/modulo-mundos-imaginarios-ludicos-y-
expresiones-artisticas-26/
Alisedo (2018) nos propone pensar la escritura como una segunda lengua en relación a la
lengua oral o primera. Cuando el que aprende esta segunda lengua comete fallos, errores o
vacilaciones manifiesta un conocimiento, no un desconocimiento. Usa el conocimiento de
su lengua oral en la lengua escrita. El investigador Pit Corder (1971) considera que todo el
que aprende una segunda lengua intenta resolver los desafíos que le plantea la nueva lengua
apoyándose en la que ya sabe (L1).
Desde la didáctica de segundas lenguas hay dos categorías que resultan productivas para
profundizar este abordaje: transferencia e interlengua. Hay transferencia cuando los errores o
fallos que se comenten en la L2 muestran la estructura de la L1. En nuestro caso, es muy
habitual escuchar, a quienes enseñan, que muchos niños y niñas escriben como hablan. La
transferencia puede ser positiva si, por ejemplo, usan formatos textuales aprendidos en la
oralidad para producir escrituras, pero puede ser negativa, si no organizan la información en
párrafos o presentan fallas de cohesión. La interlengua es una lengua provisoria, en
construcción, que evidencia el proceso de aprendizaje de la L2. Es una fuente de información
para tomar decisiones sobre cómo andamiar el aprendizaje.
Estos errores y vacilaciones presentan algunas características comunes: tienen duración, son
persistentes y resistentes a ser modificados si el sujeto que aprende no comprende que lo que
se usa en una lengua no sirve en la otra. Estos errores pueden ser de origen epistemológico
(sobre el objeto que se aprende), o bien didácticos (por decisiones del sujeto que enseña). En
este sentido, se tomaron algunas decisiones didácticas en la escritura de los Cuadernos.
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Si bien consideramos necesario trabajar desde primer año con los dos tipos de letra (cursiva e
imprenta), atendiendo a las dificultades de la semipresencialidad, optamos por trabajar con
imprenta mayúscula en primero e introducir la imprenta minúscula en los textos de segundo.
Sin embargo sería importante que los y las docentes presenten textos en los que se utilice la
letra cursiva. Esta permite reconocer la separación entre palabras que es un contenido
fundamental para abordar desde el primer grado. También, son de importancia otros aspectos
que diferencian a la escritura de la representación de otros sistemas simbólicos como, por
ejemplo, la disposición de la escritura en el espacio (los renglones como ordenadores), la
direccionalidad de izquierda a derecha, el trazado de las letras, etc.
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particulares.
Las presentes orientaciones intentan acompañar aquellas mediaciones que obren como
andamiaje de los cuadernos Alfasueños 3 de primer ciclo. La intención es poner en discusión,
en primer lugar, algunas formas de propiciar caminos adecuados para que las niñas y los
niños, con sus saberes previos, logren abordar las propuestas. En segundo lugar, esbozar
cuáles podrían ser las intervenciones docentes durante la realización de las mismas y,
finalmente, sugerir qué acciones son posibles y pertinentes para continuar facilitando la
construcción de saberes.
En esta primera instancia indagaremos junto a ustedes algunos “lugares de discusión” que
creemos relevantes para resignificar la enseñanza de la Matemática.
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Primer lugar de discusión: ¿Qué es Matemática?
Uno de esos “lugares”, en el que la humanidad tomó la decisión de conocer, está conformado
por ideas vinculadas con:
- diferentes representaciones numéricas que permiten expresar, entre otras cuestiones,
medidas y cantidades;
- las relaciones existentes entre esas cantidades;
- los sistemas numéricos que posibilitan expresar y comparar todas las cantidades, las
pensadas y las no pensadas;
- las operaciones que permiten efectuar cálculos y las propiedades que facilitan su
realización;
- las formas geométricas de dos dimensiones, de tres dimensiones y… por qué no, de las
dimensiones que nos permitamos vislumbrar;
- las relaciones entre variables que toman formas de las más diversas, mostrándose desde
puntos en el plano, datos en una tabla o escondiéndose detrás de algunas letras, algunos
números y varias operaciones;
- los caminos que ofrece la lógica con su “segura” deducción; y el que brinda la ocurrencia
con su “peregrina” inducción. Estas vías de acceso nos muestran algunos de los
procedimientos que permiten validar proposiciones en forma definitiva, en forma transitoria
o, también, descartarlas…
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Este “lugar” donde la humanidad ha tomado la decisión de conocer se denomina
Matemática. En este sentido, traemos las palabras de Godino, Batanero y Font (2004, p. 21 y
22), quienes afirman que “las matemáticas son un conjunto de conocimientos en evolución
continua y que en dicha evolución desempeña a menudo un papel de primer orden la
necesidad de resolver determinados problemas prácticos y su interrelación con otros
conocimientos”.
Esta pregunta es muy comprometedora. En principio, queremos manifestar que, siendo tan
interesante ese mundo de ideas que constituye la Matemática, siendo tan enorme y complejo
ese cúmulo de entes abstractos que solamente habita el mundo ideal, creemos que es muy
complejo enseñarla, compartir su increíble belleza e inmensidad. No obstante, estamos
seguros que podemos proponer escenarios interesantes que permitan que las niñas y los niños
empiecen a despertar su curiosidad, a descubrir, a hacerse muchas preguntas e inicien un
acercamiento gradual, lleno de asombro, hacia algunas de esas partes que posee este “mundo”
maravilloso.
Con esto afirmamos que preferimos hablar de “dejar hacer Matemática”, en lugar de
enseñarla. Preferimos decir que es posible permitir la construcción de nociones relacionadas
con la Matemática, en lugar de expresar que es posible enseñarla. De esta manera, creemos
que somos coherentes con lo que expresamos anteriormente sobre nuestra postura hacia la
disciplina.
Tal vez, podamos generar una especie de paradoja: “Para enseñar Matemática no tenemos
que enseñar Matemática”. Como nos gusta hablar en forma positiva, finalmente nos
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permitimos compartir esta idea:
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Brindamos unas pistas de este marco en la estructura que ofrecemos a continuación.
Aclaramos que al momento de su implementación se pueden presentar variaciones, pueden
incluirse nuevos momentos y, tal vez, alterar el orden de alguno de ellos. No obstante, esta
estructura encierra una lógica que consideramos cíclica y virtuosa, en la medida que posibilita
un camino de aprendizaje donde todas las miradas son importantes, donde se construye a
partir del descubrimiento, la confrontación de ideas y el establecimiento de acuerdos.
Consideramos que, en primer lugar, es necesario posibilitar la vivencia por parte de las niñas
y de los niños de una situación que asombre, que inquiete, que despierte interés. Esa situación
ofrece un contexto, que puede ser:
- un juego, como se plantea desde los Cuadernos para el Aula;
- la simulación de un lugar que despierte curiosidad: una fábrica, una juguetería, una
panadería, un supermercado, entre tantos posibles;
- la historia planteada por un hermoso cuento, una bella poesía o una película que entusiasme,
que posibilite habitar un lugar de fantasía donde niñas, niños y docentes comiencen a
disfrutar.
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contexto deben desprenderse verdaderos problemas. Se deberá tener en cuenta que, será un
problema matemático para cada estudiante, aquella situación, aquella actividad, o aquella
pregunta que desafíe los conocimientos que posee y, en consecuencia, no pueda resolverse
con lo que cada estudiante sabe. Tal como se menciona en Cuaderno para el Aula 3 (MEN,
2006, p. 20), consideramos que una situación, actividad o pregunta constituye un problema
matemático para una niña o para un niño, si involucra un enigma, un desafío a sus
conocimientos. De esta manera, cada estudiante pone en juego las nociones que tiene
disponibles elaborando ciertos procedimientos que le posibilitan iniciar la resolución del
problema. Como resultado del enfrentamiento entre lo que se pone en juego y aquello que
acontece, existe la posibilidad de establecer nuevas relaciones, que transformarán las
concepciones o habilitarán la construcción de nuevas.
Por lo tanto, la segunda tarea que tenemos en el armado de una propuesta didáctica que
compartamos con las y los estudiantes, es plantear:
¿Cuál será la situación problemática que se desprende del contexto y que permite
avanzar en la construcción de aquellas nociones matemáticas que deseamos tensionar?
Quienes respondan esta pregunta de forma adecuada, garantizan gran parte del éxito de la
propuesta. Para esto recomendamos tener en cuenta lo siguiente:
- Que el problema sea entendido por todas y todos. Para esto, el contexto es
fundamental, porque si se desprende del mismo, de ese lugar donde estaban
entusiasmadas y entusiasmados, será posible la interpretación de aquello que genera
inquietud.
- Que el problema se perciba como posible, que todas y todos sientan que tienen
posibilidades de enfrentarlo.
- Que el problema no pueda resolverse rápidamente y, por lo tanto, que propicie un
momento importante de búsqueda.
- Que el problema permita discutir sobre aquello que proponen para enfrentarlo.
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En relación a los juegos, serán habilitantes preguntas como las siguientes:
- En lugar de: “¿cuántos puntos obtuviste?”, es mejor plantear: “¿cuál es la mejor
manera para contar los puntos?”
- En lugar de: “¿en qué “jugada” obtuviste más puntos?”, es mejor plantear: “¿qué
estrategia te permite obtener muchos puntos?”
- En lugar de: “¿quién obtuvo más y quién menos?”, es mejor plantear: “¿Cómo te das
cuenta quién obtiene más puntos?”
Si las niñas y los niños están enfrentando un problema, entonces… “habrá acción”.
Aparece lo que en la TSD se denomina situación de acción, donde cada estudiante actúa
sobre el problema, poniendo en diálogo sus concepciones con el medio, buscando con los
recursos que posee y con aquellos que propone cada docente, respuestas a la problemática. Se
transforman, de esta manera, las concepciones puestas en juego y se construyen,
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provisoriamente, otras nuevas. Aclaramos que el mejor recurso que puede ofrecer la maestra
o el maestro es aquel que se desprenda del mismo contexto (las fichas del juego, los juguetes,
los alimentos de la panadería o la representación de los mismos).
Todo lo que se realice en esta etapa es fundamental para que vaya aconteciendo otro proceso
tan valioso como el anterior, donde las ideas comienzan a ganar terreno a la manipulación de
materiales, a la intuición o a los impulsos. Es la elaboración de conjeturas que aparece
como resultado de la exploración. En términos de la TSD, la podemos definir como la
situación de formulación, donde cada niña, cada niño, elabora una idea o varias ideas sobre
las acciones realizadas al enfrentar el problema. Acompañar este momento con
intervenciones adecuadas es la gran responsabilidad de cada docente, porque, de esta manera,
estaremos habilitando la posibilidad de que, efectivamente, se lleven a cabo las
transformaciones de las concepciones mencionadas anteriormente.
Serán intervenciones oportunas aquellas preguntas que inviten a pensar sobre la acción
desarrollada, en el momento de la acción, o luego de la misma, por ejemplo:
Durante… ¿Por qué estás haciendo eso? ¿Estás pensando alguna otra alternativa? ¿Qué estás
pensando?
Después… ¿Por qué lo hiciste así? ¿Será la mejor manera de hacerlo? ¿Podrías haber hecho
algo diferente? ¿Qué pensaste cuando ibas resolviendo el problema?
Es importante que la maestra o el maestro plantee una consigna que exija la comunicación de
las ideas para que las demás personas, las compañeras y los compañeros, puedan
interpretarlas y utilizarlas para enfrentar ese mismo problema. Es necesario pensar, entonces,
que todas y todos serán emisoras, emisores y, a la vez, receptoras y receptores. Por lo tanto,
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tienen aquí la “obligación” de expresar sus ideas de la manera más conveniente, pero además,
de escuchar e interpretar las ideas de los demás en un proceso de comunicación que tiene
como finalidad establecer acuerdos sobre la veracidad o falsedad de las conjeturas
compartidas. Esta instancia se denomina Situación de validación: cada estudiante debe
expresar las razones por las cuales le parece que determinada idea posee la característica de
ser considerada como correcta, acertada, pertinente para la resolución de la situación
problemática inicial.
Institucionalizamos...
Producto de estas situaciones que transitan las niñas y los niños, se producen ciertos
acercamientos hacia las nociones. Es necesario aclarar que estos acercamientos pueden distar
de los esperados por la maestra o el maestro, sin embargo, esto no anula la existencia del
acercamiento. Sea cual fuera el acercamiento, la tarea de cada docente será reconocerlo y
valorarlo. Al realizar esto, aparecerá una nueva instancia en el proceso metodológico,
denominada Institucionalización, donde la maestra o el maestro expresa de la manera más
adecuada aquellas ideas validadas por el grupo y solo esas ideas. Este es un momento
relevante porque se pondrán en palabras más cercanas al mundo matemático adulto aquello
que las niñas y los niños han podido construir. El registro de lo institucionalizado es
importante que se lleve a cabo, y que se tenga a disposición en el aula, en los cuadernos, en el
hogar y en todos los lugares donde cada niña, cada niño, se encuentre con posibilidades de
enfrentar nuevas problemáticas.
Saberes en situación...
Finalmente, existe en este camino una etapa tan valiosa como las anteriores. Es necesario un
momento importante de aplicación de los saberes construidos, donde se propongan
actividades similares a las enfrentadas, con las variaciones adecuadas para que se afiancen las
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ideas y los procedimientos implicados. Por supuesto, creemos necesario que este momento se
encuentre en íntima relación con el contexto propuesto.
Una docente o un docente puede graduar una actividad si, detectando una de las variables que
presenta una situación, la modifica. Por ejemplo, si dentro del contexto habilitado por la
simulación de una juguetería se solicita que se ordenen los juguetes, aquí pueden aparecer las
siguientes posibles variables:
- cantidad de juguetes,
- cantidad de lugares para ordenar los juguetes,
- forma de los juguetes,
- tipo de juguetes,
- tamaño de los juguetes,
- materiales con los que están construidos los juguetes,
- cantidad de lugares vacíos que se deben dejar,
- precio de los juguetes.
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Modificando alguna de estas variables, suprimiéndolas o agregando otras, se transformará el
problema de “ordenar los juguetes”, en algo más sencillo o más complejo. Esto brinda a cada
docente un abanico de posibilidades para intervenir de acuerdo a los obstáculos que vaya
apreciando en el desarrollo de la propuesta.
Además, sabemos que las mejores intervenciones son aquellas que brindan confianza, valoran
todo lo realizado, mantienen en forma constante esa sensación de “puedo”, “me saldrá si lo
intento”, “lo que haga vale la pena” porque, como docentes, miramos, acompañamos y
apreciamos el camino.
1. UN COMIENZO MÁGICO
Lengua:
La presentación de las actividades fue guionada a través de diálogos conjeturales. Sugerimos
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que las propuestas que se realicen den lugar a instancias de diálogo o retrabajo que
contemplen la producción de hipótesis y su reelaboración. Dichas hipótesis no solo deberían
hacer referencia a las formas en que el niño construye la escritura, sino que su producción
será orientada mediante preguntas que inviten a regresar a los textos para realizar
observaciones puntuales referidas a determinadas problemáticas que se intentan presentar.
Lengua:
El trabajo con textos poéticos, además de propiciar un acercamiento a la literatura desde
géneros fuertemente asociados a la oralidad, permite el desarrollo de la conciencia
fonológica, ya que la repetición dada por las rimas permite reconocer regularidades en la
escritura.
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La literatura proporciona “monumentos” obras que invitan a leer y a escribir. Tendrá un lugar
de relevancia en las prácticas alfabetizadoras, pues propiciará la inclusión de textos de
calidad para posicionar al niño como un verdadero lector desde el inicio, desde el primer
contacto con la cultura letrada, aún cuando la misma denote una práctica compleja en
distintos niveles de intervención: la lectura como notación, la lectura como interpretación y la
lectura como experimentación, invitando al juego y al disfrute (Link, D., 2016).
Al respecto, el trabajo con adivinanzas, coplas, trabalenguas, nanas permite este abordaje. Al
mismo tiempo, sugerimos que, si el tema central de la secuencia es el circo, los juegos de
lenguaje pueden estar referenciados a esta temática a fin de construir un campo semántico
que puede ser registrado. Recordamos que aprendemos a leer y a escribir combinando
procesos léxicos y subléxicos, analizando y memorizando.
Proponemos, al respecto, la Acción Formativa N° 53: "Leer en voz alta: abrir el juego, crear
lectores".
ttps://campuseducativo.santafe.edu.ar/modulo-mundos-imaginarios-ludicos-y-expresiones-
artisticas-23/
La secuencia de actividades invita al desarrollo del proceso perceptivo de lectura: leer en voz
alta para comprender, para identificar fonemas y grafemas y jugar con ellos, educar la mirada
alfabética a través del desplazamiento por los diferentes versos y estrofas. La práctica
sostenida posibilita la automatización de la lectura. Existen interesantes propuestas para
desarrollar en el Plan Nacional de Lectura.
Adjuntamos a este documento, la publicación del cuadernillo La literatura en el proyecto
alfabetizador, del Plan Nacional de Lectura de la Provincia de Santa Fe.
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Lengua:
Introducir un apartado sobre la historia de los incas no tiene como pretensión un análisis de
esta cultura, pero sí consideramos importante promover la presencia de saberes de la cultura
universal y latinoamericana, en particular, desde los primeros años. El acercamiento
propuesto es intuitivo. La propuesta se puede ampliar trabajando con otras referencias
culturales que, hoy en día, consideramos “mágicas”. Recordamos que el término “mágico”
responde a la idea de sobrenaturaleza, por lo cual, los seres como las hadas o los elfos, pero
también los cantos que propician la lluvia en algunas culturas, pueden formar parte de esta
secuencia.
Las series y películas de animaciones o juegos que los chicos consumen, así como también
los grandes repertorios de estos seres maravillosos, se pueden tomar como insumo para las
tareas. La caracterización de personajes resulta, también, un motivo para la construcción de
descripciones orales, junto a la creación de textos que se puedan dictar a alguna persona
adulta.
ce-ci/ sa-se-si-so-su-/za-zo-zu
Si bien no se pueden trabajar todos estos problemas en un único momento ni en una única
clase, pensar en un trabajo sistemático del sistema debería abordar las diferentes situaciones
de forma gradual. Cada nueva presentación hace necesario un retrabajo de lo anterior y la
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construcción de saberes que forman parte de la especificidad de la lengua escrita.
Para abordar esta primera actividad consideramos necesario que las niñas y los niños hayan
tenido experiencias relacionadas con la ubicación en el espacio. Sin lugar a dudas, estas
situaciones son trabajadas en el Nivel Inicial, pero sabemos que durante el año 2020 nos
vimos obstaculizados por la pandemia y el impedimento de encontrarnos presencialmente en
las aulas. Por lo tanto, la vuelta a la presencialidad será una oportunidad para proponer juegos
o actividades que permitan discutir sobre aquellas nociones necesarias para ubicarnos y
desplazarnos teniendo como referencia a cada niña, a cada niño. Por lo mencionado, será
importante que se brinden propuestas donde el centro de coordenadas, los desplazamientos y
las ubicaciones se encuentren vinculadas con cada estudiante.
En este sentido, el juego “La tía Bufo dice…” pretende que cada estudiante pueda tomar
decisiones en relación a moverse identificando su “hacia adelante”, “hacia atrás”, “hacia la
derecha”, “hacia la izquierda”. Cada docente deberá tener en cuenta que aparecerá como
obstáculo la identificación de la lateralidad, la posible confusión entre derecha e izquierda.
Nos animamos a pensar un nuevo interrogante que puede establecerse y será de ayuda en
estos procesos:
¿Cómo podemos acompañar la identificación de la izquierda y de la derecha?
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Experiencias interesantes que pueden proponerse:
- Explorar elementos que tengan una sola asa para hacernos preguntas.
- Colocar las dos manos sobre un mismo papel y describirlas. Al hacer esto, aparecerán
diferencias. La descripción de estas diferencias puede aprovecharse para identificar,
por ejemplo, que en la mano izquierda se puede formar una “L” con los dedos pulgar
e índice. Aclaramos aquí que esta intervención puede ser favorecedora para algunas
personas y un obstáculo para otras, como para quienes presentan una escritura en
espejo. Por lo mencionado, creemos que cada docente debe habilitar aquellas
experiencias, aquellas mediaciones, que permitan superar los obstáculos que
aparezcan.
- Observar cómo se van escribiendo los textos en la pantalla de un celular o de una
computadora. Apreciar la dirección del cursor y discutir sobre este “avance” permitirá
analizar que el proceso de escritura “convencional” se desarrolla hacia una dirección,
¿cuál es esta?
Por otra parte, un lugar de mediación posible está brindado en el Cuaderno desde las
variantes que “hacen que el juego” se vaya complejizando. Observen que allí se propone
intervenir en las siguientes variables:
- Posibilidades de que, quien brinde las indicaciones, oficie de modelo llevando a cabo
las acciones que solicita.
- Posición de la persona que brinda las indicaciones en relación a quien las ejecuta.
- Cantidad de indicaciones que se brindan por vez.
- Forma de brindar las indicaciones: en forma oral, gráfica o escrita.
Es preciso tener en cuenta que, desde el juego, se propone un registro sobre la cantidad de
indicaciones bien cumplimentadas. Esto permite representar cantidades de diferentes
maneras. Desde el Cuaderno se solicita completar una tabla con piedritas, botones o marcas.
Estos registros brindarán la posibilidad de una discusión sobre qué representan esos
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elementos, esas marcas y también sobre si interpretan esas representaciones. Será muy
importante proponer que puedan avanzar hacia otro tipo de representaciones como la oral y,
si es posible, “ir” hacia la escrita. Tener a disposición la banda numérica, el cuadro de
números, un calendario, la numeración de las páginas de un libro o cualquier otro portador
numérico, habilitará la posibilidad de concretar lo mencionado estableciendo conteos o
sobreconteos.
Si comparamos esta actividad con la anterior, observamos que se propone un lugar de mayor
complejidad: el de interpretar que ciertas relaciones espaciales “varían” en relación a cómo se
encuentran las personas. Entender que “ir hacia adelante” para una persona puede ser el “ir
hacia atrás” para otra que se encuentra frente a la primera. Entender que para estas dos
personas se intercambian la derecha y la izquierda.
La docente o el docente que acompañe esta actividad deberá habilitar momentos para que se
pongan en palabras las dudas y las certezas sobre lo que se va poniendo “en juego” durante
esta práctica. Algunas preguntas se ofrecen en el apartado “Para pensar con quien te
acompañe”. No obstante, esas intervenciones sin reflexión resultarán insuficientes porque
será necesario, en alguna instancia presencial, proponerlas nuevamente para escuchar, evaluar
y valorar lo aprendido. Dejamos algunas problemáticas que pueden sumarse al trabajo:
- ¿Qué elementos pueden estar a tu derecha y luego a la izquierda?
- ¿Qué cambia a tu alrededor cuando das media vuelta?
- ¿Qué ocurre cuando te mirás al espejo?
- Ubicá varios elementos sobre una mesa y describí cómo quedan ubicados. Mirá la
mesa desde otros lugares y realizá la misma descripción, ¿qué ocurre?
- Describí la posición de algunos elementos del salón cuando los mirás desde otros
rincones.
- Ubíquense enfrentados con una compañera o un compañero en el salón y describan la
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posición de algunos objetos: puerta, ventana, armario, escritorio, biblioteca áulica...
El trabajo en conjunto con Educación Física es una oportunidad para establecer actividades,
juegos y generar problemáticas en torno al espacio y a las relaciones espaciales que permiten
que cada niña, cada niño pueda ubicarse, ubicar objetos y realizar desplazamientos.
Desde el área Educación Física se pueden trabajar juegos y actividades de expresión libre,
juegos donde estén involucradas las partes del cuerpo y situaciones que impliquen la
diferenciación derecha-izquierda del propio cuerpo, coordinación óculo manual y óculo
podal.
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- Caminá tres pasos y te encontrarás con la mesa.
Consideramos que aquí aparece la dificultad de que las y los docentes no pueden acompañar
el juego en los hogares y no pueden intervenir con preguntas en el sin número de situaciones
valiosas y pertinentes que aparecerán para generar discusiones sobre, por ejemplo: ¿Qué es la
derecha? Si doblás hacia la derecha y caminás hacia adelante, ¿estás caminando hacia la
derecha?.
Lo valioso de este juego es que, cuando la niña o el niño cambia de rol y es ella o él quien
debe brindar las indicaciones, ese centro de referencia entra en conflicto. Ya no pueden ser
ellos el centro de referencia: tendrá que ser la persona que lo acompaña. Esto será un
interesante obstáculo para enfrentar, para problematizar y poner en discusión en los
momentos que se generen.
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niños y simular la situación. Tal vez, la docente o el docente, pueda brindar un papel con las
indicaciones para que un grupo de estudiantes se dirija desde el salón hasta otro lugar y
discutir sobre estas consignas. De esta manera, recreamos la actividad y generamos un nuevo
espacio de discusión con las mismas características del anterior.
Sobre el final de la actividad hay una consigna vinculada con cuestiones motrices, propias del
trabajo relacionado con Educación Física. Aquí apreciarán la posibilidad de incluir desafíos
en los recorridos que vayan más allá de lo vinculado a las relaciones espaciales.
Otro detalle importante es apostar por cuestiones que se aprecien con todos los sentidos. Con
esto queremos decir: tratemos de ofrecer orientaciones que permitan poner en juego la
escucha, el olfato, el gusto, el tacto.
Esta actividad permite poner en tensión nociones sobre formas geométricas, relaciones
Esta actividad es una oportunidad para tomar decisiones, apreciar y valorar las producciones
de cada estudiante. Tengan presente que será fundamental que se permita disfrutar del
proceso, se plantee un escenario que tenga que ver con expresarse a través de la plástica. Por
matemático”, “lo geométrico”, sino que se habilite un momento de disfrute sobre la tarea.
Luego, una segunda instancia de apreciación de lo estético relacionado con cada obra
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ahora desde el mundo de las formas, las distancias y las posiciones.
En actividades como esta se abre la oportunidad de utilizar recursos muy interesantes, por lo
tanto, la creatividad de cada docente habilitará todo tipo de experiencias que posibiliten que
Educación Física
Las nociones asociadas a las relaciones espaciales se pueden trabajar con diferentes juegos
motores y formas jugadas.
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Se trata de presentar la actividad como algo interesante, como una aventura en cada nueva
propuesta, un descubrimiento continuo. Proponemos integrar movimiento, acción, reflexión,
así como también la participación activa y creadora de niñas y niños.
Algunas actividades pueden ser: realizar diversos desplazamientos por todo el espacio, en
diferentes direcciones con trayectorias acordadas, zigzag, líneas rectas, espiraladas y ante una
consigna acordada, detenerse para hacer un dibujo, construir objetos con sus cuerpos en
diferentes posiciones: estrellas, ventanas, aviones, autos.
En tal sentido, el libro de Alicia Grasso (comp.) “La Educación Física cambia”, ofrece
propuestas interesantes para profundizar la temática.
https://campuseducativo.santafe.edu.ar/modulo-mundos-imaginarios-ludicos-y-expresiones-
artisticas-29/
Los objetos y materiales forman parte de la vida cotidiana y, por eso, es relevante su estudio
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en la escuela primaria. El área de Ciencias Naturales para el primer ciclo se propone priorizar
los aprendizajes tendientes a “la comprensión de que existe una gran variedad de materiales,
y que estos se utilizan para distintos fines, según sus propiedades” (NAP, 2004). El desarrollo
de la propuesta está orientada a partir de la formulación de ideas básicas entendiéndose a las
mismas como enunciados sencillos en el marco de la secuencia escolar referidas al alcance
preciso de un contenido. En este sentido, no deben confundirse con las ideas previas,
intuitivas que construyen las niñas y niños. Suponen diversos niveles de complejidad y se
organizan en torno a dos conceptos estructurantes del área: la diversidad y la interacción.
Algunas ideas básicas que se abordan son:
● Los objetos que nos rodean están hechos con materiales.
● Distintos objetos pueden estar fabricados por los mismos materiales.
● Con un mismo material se pueden fabricar distintos objetos.
● Los materiales tienen distintas propiedades.
● Algunos materiales dejan pasar el agua, es decir, son permeables.
El trabajo con la secuencia supone una instancia en la que tanto docentes como alumnas y
alumnos comparten el sentido y los propósitos de las actividades. Se priorizan aquellas que
son exploratorias, definidas como el conjunto o secuencia de comportamientos que permiten
obtener información sobre los materiales, objetos y sobre los fenómenos con los que los niños
entran en contacto (Coll, 1991) para indagar y conocer el ambiente.
Si bien en una primera instancia se toma como disparador el contexto del circo y los
materiales que se encuentren en él, proyecta la idea de invitar a las niñas y niños a explorar el
entorno cercano para comprender la naturaleza de los objetos que los rodean y algunas
propiedades de los materiales con los cuales están hechos.
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Esto facilitará que las niñas y niños puedan construir sus propias oraciones, cuestión que se
aborda en las dos primeras actividades.
Luego, se plantea que las niñas y niños “anticipen” sus ideas sobre el comportamiento de los
materiales (en este caso, frente a la interacción del agua) para trabajar las propiedades a partir
de la exploración. En esta instancia se les ofrece la oportunidad de confrontar los resultados
de la exploración con las ideas que ellos tenían previamente. Es importante sugerir el registro,
por ejemplo, en una tabla, de lo acontecido en toda exploración para poder realizar
comparaciones al finalizar las actividades. Sería interesante ampliar la propuesta del cuaderno
e invitar a explorar otras propiedades de los materiales para poderlas relacionar con su usos,
por ejemplo, la dureza.
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ejemplo: ¿cómo son los objetos?, ¿qué forma tienen?,¿de qué color son? Pueden ayudar a
describirlos oralmente o dictarlos al docente.
A modo de cierre de la secuencia se propone una situación nueva donde las niñas y niños
deben poner en juego los aprendizajes para resolver un problema hipotético similar a una
situación que podría darse en la contexto cotidiano, en este caso, cómo vestirse para no
mojarse teniendo en cuenta los materiales de los que debería estar hecha la ropa. Otro de los
propósitos de esta actividad apunta a propiciar que las niñas y niños reflexionen sobre por
qué algunos materiales se usan con determinado fin y no otro. De este modo, podrían
relacionar las propiedades de los materiales con sus usos.
Lengua:
El trabajo intuitivo con las clases de palabras según su función en el texto es importante en
este ciclo. En tal sentido, propiciar trabajos con adjetivos en contextos de construcción de
textos descriptivos permite la ampliación de vocabulario, la memorización de palabras nuevas
y la reflexión sobre el sistema de escritura. En este sentido, se puede trabajar en la
construcción de diferentes magos o personajes inventados que los niños y niñas puedan
referir en su universo cultural.
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entre otros, permite utilizar adjetivos no solo como formantes de una descripción, sino como
claves para construir clasificaciones.
Lengua:
Consideramos importante la construcción de itinerarios de lectura. Graciela Montes en La
Gran ocasión propone la metáfora de la hebra y el hilo que las entrama para explicar el efecto
de lectura de textos literarios en la mente de un lector: una lectura convoca a otra lectura a
texturas, personajes, historias que se conectan con otras “tejiendo” relaciones, armando un
corpus literario . ¿Cómo desplegar este tejido de lecturas? Pensamos en la construcción de
recorridos lectores, itinerarios de lectura (Cañón -Hermida, 2016) que ofrezcan obras
variadas, enlazadas por géneros, personajes, temas, según los criterios que cada docente
quiera poner en juego para trazar viajes literarios que permitan conocer y recorrer el mundo
de la literatura.
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un espacio “ordenado”, con una disposición muy habitual que podría nombrarse como
“estableciendo filas y columnas”. Un juego posible sería “Ubicate”, donde alguien tiene que
indicar a las demás personas que se ubiquen en determinados lugares.
Vale la pena mencionar que si las niñas y los niños se encuentran en sus hogares, esta tarea
de simulación también puede ser posible, con menos sillas, o modelizando un teatro “a
escala” con representaciones de sillas con botones, piedras u otros materiales y distribuyendo
las mismas sobre el piso o sobre la mesa.
Aprecien que la actividad del Cuaderno 3 invita a observar y a involucrarse en una situación
problemática a través de la siguiente pregunta:
Consideramos que este interrogante plantea una verdadera situación problemática, porque
todas y todos podrán expresar sus opiniones al respecto. Probablemente, exista más de una
respuesta, más de un procedimiento que posibilite responder lo planteado. Por lo tanto, será
necesario propiciar momentos donde expresen lo que pensaron, donde se discutan las ideas y
se identifiquen aquellas que se consideran más oportunas para enfrentar la problemática.
Una tarea valiosa de cada docente será efectuar un registro de todas las ideas. Tal vez,
sosteniendo a las mismas como conjeturas para continuar debatiendo, como hipótesis que
todavía deben corroborarse, como ideas que continuarán cotejando con las nuevas actividades
o propuestas.
Otro detalle que consideramos importante es volver a simular, volver a construir los mismos
escenarios que indicamos al principio y visitarlos nuevamente, luego de las discusiones
acerca de la ACTIVIDAD 1. Probablemente, la mirada hacia estos escenarios haya cambiado
y sería pertinente que realicemos preguntas en relación a esto, por ejemplo: Si jugaras a
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“Ubicate” nuevamente ¿Qué indicaciones nuevas darías?
Observen que lo realizado en la actividad anterior habilita que las niñas y los niños puedan
disfrutar del presente juego. En esta oportunidad, se pretende que las palabras que expresen
tengan cada vez mayor pertinencia, sean más apropiadas. Por esto, recomendamos que se
invite a pensar bien cada “DESCUBRE CADABRA” antes de mencionarlo, que no sean
impulsos, que no sean improvisaciones. Si este juego se realiza en casa, se podrían ofrecer
diferentes instancias, como las siguientes:
ACTIVIDAD 3
Esta actividad permite poner en tensión dos términos que suelen presentar complicaciones en
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la resolución de diferentes actividades por parte de las y los estudiantes: fila y columna.
Pensamos que son dos conceptos que deben ponerse en discusión. Por este motivo, se
propone como primera situación problemática la pregunta:
Consideramos que esta pregunta es una oportunidad para conocer las ideas previas de las
niñas y de los niños en relación a estos dos términos, para valorarlas y generar discusión.
Pensamos que es oportuno permitirles visualizar diferentes situaciones donde estos términos
aparezcan: la fila de la caja de un supermercado, las columnas de alumbrado público, las filas
de autos esperando en un semáforo, una fila que armamos en Educación Física para realizar
determinada acción, las columnas que sostienen la galería…
Nos parece apropiado que generemos preguntas, que volvamos a problematizar porque es
muy fácil “mezclar” los dos términos. Entonces, podríamos plantear:
¿Puede una fila llamarse columna? ¿En algún momento te confundís con las filas y las
columnas? ¿Por qué creés que ocurre esto?
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se encuentra invertida la identificación de la fila y la columna. Este hecho puede ser utilizado
por cada docente para plantear si se debió a una confusión de Ranaldo. Será importante
aprovechar esto como una oportunidad para problematizar.
Otra sugerencia que brindamos tiene que ver con la posibilidad de acompañar la distinción, la
diferenciación entre las columnas y entre las filas, es decir, ¿cómo apreciamos que dos filas
son distintas? ¿cómo identificamos a dos columnas diferentes? Vale la pena mencionar que
no tiene por qué ser natural que las niñas y los niños expresen estas diferencias a través de
una cuestión nominal y que aparezca esta función del número en escena, como se propone en
la actividad. Por lo tanto, este será también un espacio de acompañamiento, de
cuestionamiento sobre las ideas que aparecen.
Una interesante situación problemática que podríamos brindar a las niñas y a los niños es:
¿Desde qué lugar iniciamos el orden? De esta manera, pondríamos en discusión a qué
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llamamos primero y por qué.
ACTIVIDADES 4, 5 Y 6
Luego de abordar las ideas de filas y columnas, se propone una nueva actividad relacionada
con el mismo contexto, ofreciendo un “ingrediente” más al vincular la ubicación de las
personas, a través de una numeración posible de las butacas. Por supuesto, esta numeración
posible se encuentra en sintonía con el CUADRO DE NÚMEROS.
Para poner en discusión la utilización de este recurso y dialogar sobre lo que habilita su uso,
recomendamos revisitar los siguientes materiales disponibles:
Creemos que el trabajo con el “cuadro de números” debe desarrollarse a lo largo de todo el
año y es necesario continuarlo en segundo y tercer grado ampliando el intervalo numérico.
Por lo tanto, una primera recomendación es plantear propuestas y sostenerlas en el tiempo,
entender que la construcción y apropiación de las regularidades no se logra con la resolución
de algunas actividades.
Por otra parte, estamos convencidas y convencidos de que puede llevarse a cabo una
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sistematización en su abordaje que implique, en líneas generales, lo siguiente:
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agregar 10 en el cuadro “me voy al número que está debajo”, es necesario que preguntemos:
¿Esto ocurre con todos los números del cuadro? ¿Qué pasa si agrego otro 10? ¿Esto pasa
siempre que agregamos todos los “10” que queramos? ¿Pasa lo mismo si quito dieces?
Después de las discusiones y de las conclusiones obtenidas, es muy importante que se
planteen ejercicios donde se aplique lo conversado y acordado.
Educación Física
Desde Educación Física, proponemos jerarquizar el sentido educativo y de disfrute del juego
fortaleciendo las propuestas de enseñanza. Mediante juegos de orientación y estructuración
espacial se pueden identificar las formaciones de filas y columnas. Entre los tantos juegos y
actividades que se pueden implementar encontramos los de persecución y atrape, con
cambios de situaciones de juego constantes (giros hacia la derecha, hacia la izquierda) como,
por ejemplo, “el gato y el ratón en el laberinto”. En esta propuesta, se logran situaciones
distintas y divertidas que permiten a niñas y niños vivenciar y orientarse en el espacio.
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7. NIÑOS Y NIÑAS: ¡COMIENZA LA FUNCIÓN!
Lengua
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Compartimos, con ustedes, el texto de Rodari que es siempre una buena compañía
para las prácticas docentes.
Lengua
Los juegos con la formación de palabras permiten reflexionar, de manera lúdica, con los
elementos que son constitutivos del sistema. La dimensión morfológica es central en la
construcción de la mirada alfabética para poder ir comprendiendo cómo se construye el
significado dentro de cada palabra. No solo sirven para memorizar nuevas palabras, sino que
proponen una reflexión en torno a los formantes. Esto es una oportunidad para el desarrollo
de inferencias léxicas. Así, la construcción de neologismos, el trabajo con diminutivos o
superlativos, los juegos de alargar y acortar palabras, la búsquedas de rimas para construir
poesías, son siempre una ocasión para hacer propuestas de reflexión sobre el sistema.
Muchas secuencias que se han trabajado en las escuelas han utilizado el texto de Graciela
Montes, Doña Clementina, la achicadora. Las consignas de escritura que pueden surgir
como parte de la lectura de este libro, u otros parecidos, permiten construir textos que
focalicen la dimensión morfológica. La lectura de trabalenguas, colmos, limerikes,
jitanjáforas pueden dar lugar a experiencias análogas en el aula.
Cuando aprendemos los fonemas y grafemas de una lengua nos encontramos que a veces la s
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suena como C, o que la s significa plural en algunas palabras. Fonemas, grafemas y
morfemas nos invitan a ver y a enseñar a ver las complejidades del sistema de escritura.
Mostrarlas y construir sus reglas a partir de juegos de lenguaje es una oportunidad.
Nos parece importante proponer, antes de iniciar el abordaje de esta actividad, una discusión
con las niñas y los niños sobre la idea de “medir”. Consideramos que constituir un espacio de
reflexión sobre esta acción posibilitará iniciar la presente actividad. En este sentido,
sugerimos ofrecer interrogantes como los siguientes:
- ¿Cuándo usás la palabra “medir”?
- ¿Escuchaste a algún familiar tuyo que haya hablado sobre “tomar medidas”?
- ¿Viste a algún familiar tuyo que haya “medido algo”?
Si fuera necesario, una acción recomendable para acompañar a las niñas y a los niños en estos
primeros pasos, es la de establecer comparaciones directas con dos objetos que “puedan
manipularse” para determinar si uno es más “largo” que el otro, si es menos “ancho” o igual
de “alto” que... Esto permitirá iniciar una discusión en relación a estos términos y
problematizar en torno a cómo logran efectuar estas comparaciones. Una cuestión necesaria
que sugerimos plantear es: ¿cómo compararían los objetos si no pudieran moverlos (y, por lo
tanto, no podrían compararlos directamente)?
Durante toda esta propuesta se habilitará un camino para que las y los estudiantes construyan
nociones sobre cómo se lleva a cabo el proceso de medición y cuáles son las unidades que
permiten efectuar procesos de este tipo. Creemos que el tiempo es fundamental. No será
posible avanzar en la interpretación de estas nociones resolviendo solamente algunas
actividades. No será suficiente con generar algunos momentos de discusión para saber qué es
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medir, qué es la magnitud longitud, qué unidades no convencionales son adecuadas para
establecer medidas, entre otras cuestiones importantes. No obstante, estamos convencidas y
convencidos de que un camino que problematice sobre estas cuestiones, que invite a explorar,
expresar ideas, ponerlas en discusión, concluir y, finalmente, aplicar lo descubierto, permitirá
progresar comprendiendo lo que se realiza.
Observemos que las primeras consignas invitan a explorar, utilizando las manos, para
comparar diferentes longitudes. Esta exploración se puede profundizar invitando a utilizar
otras unidades no convencionales, como el pie, un libro o cualquier elemento que sirva para
iterar completando la longitud de algún objeto. Será importante generar un momento para que
puedan compartir el proceso (no los resultados de las mediciones llevadas a cabo). Será
conveniente plantear alguna pregunta como la siguiente:
¿Cómo utilizaste tus manos para medir el largo del palo de escoba?
Cada docente, mediante las respuestas a este interrogante, podrá conocer cómo las y los
estudiantes están imaginando el proceso de medición, si están identificando que la unidad
debe reiterarse sin dejar espacios vacíos, sin superponerse, iniciando desde el lugar adecuado.
Apreciará si cuentan adecuadamente la cantidad de manos. Observará qué acciones efectúan
si existiera un “sobrante”, es decir, un “trocito” de longitud menor a una mano.
ACTIVIDAD 2
En esta actividad se propone, por un lado, aplicar lo abordado en la actividad anterior sobre la
medición de diferentes longitudes de objetos utilizando diversas unidades no convencionales.
Recomendamos, en principio, dejar libertad para la elección de las unidades y proponer una
discusión en torno a ellas. Sería adecuado preguntar:
- ¿Por qué elegiste medir utilizando “cartucheras”?
- ¿Algún elemento te resultó más adecuado para realizar mediciones? ¿Por qué pensás que
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pasó esto?
Luego de la discusión, se podría realizar un listado de los materiales utilizados, sin mencionar
que podemos pensarlos como unidades no convencionales, porque aún es complejo entablar
una discusión al respecto.
Por otro lado, se plantea una acción que es sumamente recomendable proponer cuando
estamos abordando el eje “medidas”. Es la acción de “estimar”, tan importante en el proceso
de medición como el proceso mismo. Si una niña o un niño puede anticipar una medida, es
porque está imaginando esas manos puestas una a continuación de la otra, es porque está
pensando en el proceso de medición.
Al juego pueden sumarse algunas consignas que permitan tensionar lo que realiza cada niña,
cada niño, por ejemplo:
- Decí cuántas manos entran y explicá por qué te parece esto.
- Decí menos de cuántas manos medirá el largo de…
- Decí más de cuántas manos medirá el ancho de…
- Decí más de cuántas manos y menos de cuántas manos tiene el alto de…
- Decí cuántas manos tiene el largo de… y también cuántas cartucheras.
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En esta actividad hay dos cuestiones muy importantes que se plantean; por un lado, la
construcción de un instrumento de medición utilizando unidades no convencionales; por otro,
la discusión sobre la utilización de unidades no convencionales.
En relación al primer punto, es valioso tener presente que el armado del instrumento de
medición ubica a la niña, al niño, en un lugar de relevancia en este camino que se propone de
interpretación de los procesos de medición. El hecho de construir el instrumento permite
aumentar la probabilidad de interpretar ciertos mecanismos propios de su utilización, como
por ejemplo:
- Se debe colocar el inicio de la primera mano en el inicio del objeto que se pretende medir.
Esto probablemente permitirá que las y los estudiantes concluyan que deben medir a partir
del “0” cuando usen en un futuro, la regla.
- Se debe contar la cantidad de manos que “cubren la longitud” que se pretende medir.
- Si la cantidad de manos no es exacta, no podemos “pasarnos”. Por lo tanto, contamos la
cantidad de manos sin “pasarnos” y podemos decir “y un poco más”. Luego, “este poco más”
se puede problematizar para encontrar unidades más pequeñas. Este proceso se debería llevar
a cabo más adelante; por ahora, no lo recomendamos.
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Es valioso, tal como se propone en una pregunta del Cuaderno 3, interpelar sobre qué cosas
de un objeto puede medirse con este instrumento para que puedan vincularlo con la medición
de longitudes y no con otras magnitudes. Por lo tanto, poder concluir que es posible medir
largos, anchos, altos, será importante. Las niñas y los niños no saben qué magnitudes existen,
ni saben distinguirlas. Cuando se habla de medición no tienen por qué saber que para medir
diferentes magnitudes se utilizan distintos instrumentos.
Esta situación problemática debe poner en evidencia las “dificultades” que se presentan al
medir utilizando unidades no convencionales. Esto es debido a que las manos de las personas
poseen diferentes tamaños... hay manos muy grandes y manos muy chiquitas.
Sería bueno convocar a una verdadera discusión sobre la situación problemática que se
plantea en la actividad, donde se propone:
¿Qué podemos hacer para que no ocurra lo que les pasó a Ranaldo y a la tía?
Las ideas que surjan al respecto se pueden considerar para analizarlas e interpelarlas. Este
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hecho posibilitará que elaboren pequeñas hipótesis y las pongan a prueba de manera
empírica.
Luego de un largo proceso, el que corresponda, porque cada grupo tendrá su propio tiempo...
Luego de plantear muchas actividades vinculadas con la medición utilizando unidades no
convencionales y de discutir mucho sobre cómo medir y construir un instrumento de
medición... Luego de utilizar, en reiteradas oportunidades, el instrumento de medición y de
plantear las dificultades que acontecen cuando se utilizan unidades no convencionales...
Después de todo este proceso, se propone pensar qué son los centímetros.
Lengua:
El trabajo con homófonos lo consideramos posible en un primer ciclo. Si bien no lo
desarrollamos como un contenido en sí, es decir, en tanto definición de la categoría en clave
de clasificación de palabras, proponemos intervenciones que permitan evitar errores comunes
en la escritura, producto de las frecuencias diferentes de los distintos homófonos. Por
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ejemplo, I.V.A./ iba, hecho/echo, casa/ caza.
ALFABETO
Lengua
El alfabeto propuesto responde a la necesidad de seguir construyendo alfabetos didácticos.
Reflexionar sobre el objeto de conocimiento y sobre el objeto de enseñanza permite a los
docentes abordar las problemáticas de la transposición didáctica y fabricar creativamente
insumos. En este caso, generar una colección, forma parte de una propuesta en la cual se
evidencian los defectos de paralelismo y también, las regularidades.
EVALUACIÓN
AUTORES
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