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Ecologia 12 14 tcm30-100617

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Ecología, N.' 12, 1998, pp.

225-236

RAZAS Y VARIEDADES DE ABIES PINSAPO, BOISS


D. SOTO'

RESUMEN
Se amplían los ensayos filogenéticos a nuevas poblaciones de AbieJ pinsapo y A. alba que confirman el
carácter eronofilético del número cotiledonar. Se dan a conocer dos razas puras de A. pinsapo y cinco
variedades en las formas de las brácteas, variables por mestizaje.
Palabras clave: Ahies, número cotiledonar. marcador filogenérico.
Nuevas voces: eronoonofilético (XPOVO¡;. OptO~, cptAOV) que evoluciona concinuamence en el mismo
sentido; rafótopo ('t(xcpO¡;, t01tos) lugar sepulcral o fosílífero.

INTRODUCCION Sierra de las Nieves, que engloba las de Tolox,


Yunquera, Ronda y Paranta. Ahora, y con 2.820
El notable pensamiento del físico J. THOMSON piñones de la cosecha de 1997 he diferenciado
sobre la necesidad de medir y expresar en núme­ estas procedencias tratándolas estadísticamente.
ro aquéllo de que se habla para que adquiera También he dispuesto de nuevas piñas de Sierra
categoría ciencífica, es una meta deseable, pero la Bermeja, lugar de muy vecera fructificación, que
ciencia no nace en estado definitivo; casi siempre me han permitido calcular su polígono de frecuen­
es provisional y mejorable, especialmente en el cias sin las restricciones y dificultades señaladas en
área de la Naturaleza. La Paleoncología y la Paleo­ aquel artículo. Igualmente, he concado con mues­
botánica están mermadas, al haber perdido o no tras procedentes de Istán. Además he ampliado el
haberse descubierto, la mayor parte de los fósiles ensayo a dos poblaciones de A. alba de los Pirineos
que jalonan su historia. Y estas ciencias empíri­ españoles: las de Ribas de Freser en Gerona y Ansó
cas necesitan la aplicación de hipótesis racionales en Huesca, distantes entre sí unos 250 km.
que, perfeccionadas o cambiadas con posteriori­
dad, permitan alcanzar con el tiempo y por apro­ La técnica de disección del piñón para su comeo
ximaciones sucesivas, el rigor de la prueba y su coriledonar, ha sido modificada, con ventaja en la
medición exigidos por lord KELVIN. Así nació y produccividad, limitándola a un corte transversal
adquirió su rango accualla Geología que, en con el escalpelo, como detalla la Figura 1, Y a su
poco más de dos siglos, pasó del desconocimiento examen y conteo de cotiledones con la lupa bino­
de los fósiles a la deriva continental y a la actual cular, después de colocar el ápice ligeramente
tectánica de placas. Con este galeato, paso a incrustado en una galleta de pasta modelable
exponer la revisión y ampliación de un anterior simada en la platina. En la Tabla I aparecen las
trabajo publicado en Eeología, N° 11,1997. frecuencias absolutas y porcentuales del número
cotiledonar. y en la Tabla II los parámetros esta­
dísticos de las poblaciones cotiledonares de los
MATERIALES, METODOS y
antiguos y nuevos conteos que permiten dibujar
RESULTADOS
su polígono de frecuencias, Figura 2.
Ampliación de ensayos del número El nuevo resultado deja en 6,48 la media de Sie­
cotiledonar a nuevas poblaciones de rra Bermeja, en vez de 6,52 obtenido en 1972,
Abies pinsapo y de A. alba sobre piñones enmohecidos y dañados proceden­
En el trabajo citado dispuse de 1.200 semilias del tes de la cosecha de 1971 y, además, provoca un
conjunto de la masa de pinsapos conocida como apuncamiento sinistcorso como el de Marruecos.
La Figura 3 representa el polígono de frecuencias
1 CI Romero Robledo, 13, 4-C. 28008 Madrid. de las dos estaciones pirenaicas antedjchas de A.

225
D. SOTO
«Razas y variedades de Abies pinsapo, Boissl>

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Pig. 1. Anatomía del piñón de Pinsapo y disección «SOTO.. Fig. 2. Polígonos de frecuencias de los números corileclonares
para exrracci6n ji conceo de cotiledones. D. SoTo. de A. P;f1.1dPIJ. Odg. D. SoTo.

TABLA! TABLAII
FRECUENCIAS ABSOLUTAS Y PORCENTUALES DEL P ARAME1'ROS ESTADISTICOS DE POBLACIONES
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COTILEDONARES. D. SOTO

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Ecología, N.' 12, 1998

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T:;' = . , ,------' 0"0"'..:, ...::,,----' =i I • I Nuevos mapas geológicos con las üneas de
-=- _,~ h ';- ---,=,"-- -,_~==- -- ­ expansión de Abies y árbol geofilogenético
:~:,~C
con la información disponibles hoy
Mientras no dispongamos de los polígonos de
frecuencias cotiledonares antedichos, no podre­
mos vectotizar las líneas de expansión del género
Abies, insuficientemente jalonadas con los fósiles
de sus ancestros enconrrados hasta hoy y relacio­
nados en mi trabajo de Ecología, N° 11, 1997.
Reproduzco las cartas geológicas mundiales con
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,.c¡, la situación de continentes, mares abisales y
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-, mares epiconrinenrales en cada uno de los perío­
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dos: Triásico (par ahora origen de Ahies). Figura
- ·. . . . 1

4, Jurásico, Figura 5, Crerácico, Figura 6. Eoce­


~- '" no, Figura 7 y Mioceno-Plioceno europeo, Figura
8. En las que he señalado las líneas de expansión
posible en cada período. La orientación de esas
líneas para converrülas en vectores, sólo podrá
alcanzarse con el muestreo cotiledonar que acabo
de referir. La Figura 9 contiene un nuevo árbol
geofilogenécico del género Abies con la informa­
ción hoy disponible.
Fig. 3. Polígonos de frecuencias de los números cociledona.res
de A. alba en Gerona y Huesca.
Estudio de las brácteas tectrices de
A. pinsapo y ensayo de razas y variedades
provisionales
alba, con una clara vectorización Este-Oeste, Después de estudiar el número cotiledonar y su
indicadora del sentido de su expansión. variación a consecuencia de condiciones geológi­
Los conteos cotiledonares deberían extenderse a cas, geográficas y ecológicas mutacionígeras,
las ptincipales masas del género Abies en Asia pasé a la variabilidad de las brácteas tectrices de
(sibiúca), América (baisamea) y Europa (alba), en A. pinsapo que es independiente de aquel núme­
puntos distanciados entre 300 y 500 km dentro ro.
de las líneas geográficas de mayor dimensión de Una primera ojeada a esas brácteas evidencia que
su expansión, con el objeto de confirmar la orto­ su parte superior o cabeza, termina siempre en
cronofilogenia de la especie y vectorizar la expan­ un mucrón, y que sus bordes son escariosos y
sión del filum. Igualmente interesa practicar este diminutamente dentados, correspondiendo cada
conreo en las masas de A. alba de las colinas de punta a uno de los nervios que la configuran
Perche, en la Normandía francesa al N.E. de como espina de pez, nervadura pinnada, cuyo eje
Alenc;on, y en las de Cevennes, por ejemplo, para se prolonga hasta el mucrón. Figura 10, a). Ade­
conocer si tienen aproximadamente el mismo más, si ampliamos el examen a numerosas brác­
número coriledonar, en cuyo caso la de Perche teas de diferentes procedencias. marroquíes y
sería una masa naturalizada, o por el contrario, españolas. aparecen las seis formas de sus perfiles
difieren, lo que demostraría su origen natural. concenidas en dos grupos:
Como rareza puedo señalar que ocho de los 715 1. Acuminadas, uniondas.
piñones muestreados en Paraura. tuvieron cuatro
cotiledones, y en Sierra Bermeja. Yunquera. 1. Parabólicas.
Ronda y Grazalema aparecieron algunos con 2. Orbiculares.
nueve como los marroquíes. 3. Reeras.

227
D. SOTO «(Razas y variedades de Abies pinsapo, Boiss»)

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Fig. 4: Triásico Fig. 6. Cretácico

Duraci6n: Duración:
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22S·190=35Ma 136-65.71 Ma

~ ... (f . ~ _
RUTAS POTENCIALES EN LA EXP ANSION DE ABIES RUTAS POTENCIALES EN LA EXPANSION DE AOIES
'oo' "0°

Fig. 7 _Eoceno
Fig. S.Jurásico

Duración:
190-136==54 Ma

II. Retusas O hendidas, biondas. vertiente N. de la misma sierra en el T.M. de


Villaluenga del Rosario (Cádiz). Se trata de un
4. Ligeramente hendidas. ejemplar de 0,60 m de circunferencia normal y
5. Medianamente hendidas. 4,20 m de altura) con unos 90 años de edad, muy
6. Fuercemence hendidas. dañado en su corteza por escoda de venados para
Dichas fotmas 1 y II, Figuta 10, b), que attibu­ descorrear sus cuernas durante el verano. Recien­
yen categada de raza a sus respectivas poblacio­ temente y por indicación al agente forestal en mi
nes, aparecen: visita el 12-12-1997, ha sido protegido con una
malla metálica para evitar los daños de venados y
a) en líneas puras acuminadas en Talasentán y cabras. En una próxima publicación daré a cono­
Tazaot, taza Y (yebaIO. cer la historia documentada del pequeño pinsa­
b) en líneas puras retusas en Cortes de la Fronte­ par destruído en Villaluenga.
ca, taza B (bética).
e) en líneas desigualmente mezcladas, acumina­ Cuantifico las seis formas bracteales a efectos de
das y recusas (YxB) en los restantes lugares. cálculo estadístico, y convierto la variable forma
en variable numérica) con la asignación de los
La población de raza pura retusa B. sólo cuenta números 1 a 6, antes indicados, que representan
con un pie de pinsapo sobre la cota 1.300 en la los estadios de su variación por mestizaje.
Sierra de los Pinos del T.M. de Corees de la Fron­
tera (Málaga), en su exposición S.E. y a unos 400 El comeo de formas y sus frecuencias absolutas y
ID de la masa existente hasta los años 1930 en la porcemuales) está contenido en la Tabla IlI, con

228
EcoLogía, N.o 12, 1998

O ZONAS
EMERGIDAS
r--l MARES
L--.J EPlCONTINENTAlES B MESOGEA

"
EN LAS
ANTEFD~S
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SENTIDO DE lOS APORTES oeTRtncOS

EN lAS lNTAA
Y POSTFOSAS

Fig. B. Expansión de A bies enrre el Mioceno y el Plioceno en Europa.

cuyos dacas he calculado sus parámetros estadís­ 52 de la diferencia de variancias de dos variables
ticos en la Tabla IV. Los valores medios x equiva­ estocásticas, de ser igual a su suma: s2 = s\ +s2 2.
len a los índices bracteales respectivos i b y con En la estimación del número de grados de liber­
éstos, las variancias S2 y las cantidades n de mues­ tad de t, N =n 1-n2 -2.
tra de cada población, con un total de 5.859
brácteas recogidas a lo largo de diferemes tran­ El orden de comparación de cada dos poblacio­
secciones distribuidas regularmente en las pobla­ nes, lo establece el valor máximo de sus media.<; x.
ciones marroquies y españolas, he efectuado el
En lo concerniente a los índices de cada dos
análisis discriminante problacional de la Tabla V
poblaciones cotejadas si i < 1, las dos muestras
que se funda en comparar la relación entre la
pertenecen a colectivos h6mogéneos, y si i > 1,
diferencia de medias xl - x2 y la diferencia de
son desiguales. P
variancias s\ _S2 2 de cada dos muestras, con la t
de Srudent, para un umbral de probabilidad p, En esta comparación de dos a dos, también reco­
partiendo de la propiedad que tiene la variancia gida en la Tabla V, resulta: Talasemán y Tazaot

229
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D.SOTO «Razas y variedades de Ahies pinsapo, Boiss»

TABLA III
FRECUENCIAS ABSOLUTAS Y PORCENTUALES DEL
N" BRACTEAL

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Fig. 9. Arbol geofilogenético del género AbieJ. D. SoTo.

TABLA IV
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TABLA V
PARAMETROS ESTADISTICOS DE POBLACIONES

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BRAcrEALES. D. SOTO
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ANALISIS DISCRlMINANTE DE POBLACIONES
BRAcrEALES. Orig. D. SOTO. 1997

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230
Ecología, N.o 12, 1998

penenecen a la misma población bracteal y no subespecies; subespecie ma-roccana y subespecie


requieren el test analítico. Sierra Bermeja, Tolox pinsapo. Apoyado en los resultados anteriores,
e Istán difieren entre sí y de todas las demás. propongo, provisionalmence, la siguiente siste­
Finalmente. Yunquera, Ronda, Paraura y Graza­ mática de variedades para A. pinsapo:
lema pertenecen a una misma población distinta
de las demás. Corees de las Froncera no puede ser ssp. maroccana, varo maroccana para Talasentán y
sometido a este test por el reducido número de Tazaot.
muestras bracteales conseguido en la única y ssp. pinsapo, varo bermexa para Sierra Bermeja; va,..
diminuta piña de su cosecha de 1997. toloxemis para Tolox; varo istanensis para Istán, y
La habitación y estación de los pinsapos marro­ varo pinsapo para Yunquera, Ronda, Parauta y
quíes, diferences a las españolas desde que queda­ Grazalema. Esta última variedad, porque con
ron incomunicadas en el Plioceno hace unos 5 especímenes de Yunquera fue sistematizada la
Ma, la fuerte desigualdad de sus escamas y brác­ espeCie.
teas con las nuestras, y la mayor talla de sus pies, En cuanto a longevidad, no hemos enconrrado
Tabla :VI, permiten seguir considerando dos diferencias significativas (Tabla VII).

TABlA VI
TAI.LAS MAS CORRIENTES EN ABETOS LONGEVOS
Elaboración propia con datos de H. GAUSSEN y E.f. DEBAZAC

MAXIMAS (Arboles gigames)


A. gral/dil. Montana 80m. A. laJiocarpa. Alaska 40m.
A. 10lllial1a. California 75 A. chenliensÍ1. ChinaN. 40
A. amabilú. Wash y Oreg. 70 A. mexicana. Méjico 40
A. magnifica. Arizona 60 A. dlkica. Líbano 35
A. pnxera. Nevada 60 A. pinsapo, pinsapo. Esp 30
A. lp«tabilú. Himalaya 60
(Webbiana) BAJAS
A. pindrolll. India 60 A. nflmidka. Argelia 25
A. nligioIa. Méjico SO A. nrphroüpis. Corea 25
A. nonIJanJl1iaIJa. Turquía SO 1\. rull/"Vafa. China N. 25
A. halsamra. Canadá, USA 20
MEDIAS l\.frrJJeTi. Vírgin. Carol. N 20
A. alba. Europa 45 A. kfJrrana. Corea 15
A. cOl1color. Colorado 45 A. l/ebrodtwiI. Sicilia 8
A. pi!l1apo, maroccana 45
a. lihirica. Asia 40

TABLA VII
LONGEVIDAD DEL PINSAPO

Año 1928. LUIS CEBALLOS. El pinsapo y el abeto de Matruecos. I.N.l.E.


Sierras Bermeja y Nieves. Contó. .. . 300 anillos
Estima la longevidad entre . . 4 y 5 siglos
Año 1938. EZEQUIEL GoNz.hI.Ez. Tratado general deSelvicultura. Valencia, tomo L Cree que el pinsapo pertenece al grupo IV
Estimación: 150-300 años
Año 1967. D10DORO SoTo. Tajos de Castro, Grazalema, Conr6 . 487 anillos
Año 1968. ENRIQUE SoTO. Sierra Bermeja, Genalguacil, Contó 346 anillos
Año 1968. DrODOROSOTO. Talaseltán, Marruecos, Contó 370 anillos
Año 1969. DIODOROSOTO. Barranco Alto de Los Pedemales, Grazalema, ContÓ ". 275 anillos
Año 197 L Comunicación verbal, de M. AL BOUHAU a DIODOROSOTO; COntÓ en Tazam, Marruecos, aproximadamente. 500 anillos

231
D. SOTO «Razas y variedades de AbieI pinsapo, BoisSI)

La raza Y está jalonada por ancestros vivientes llegó desde Marruecos en estado puro al Cerro
que, partiendo de A. alha en Calabria, al Sur de de Abanto cuyas pequeñas masas desaparecieron
Italia, dieron lugar a A. nebrodensis en los Momes por incendio en 1991. Ames se había mezclado
Nebrodi al Norte de Sicilia; a A. numidica en el con la raza B en Sierra Bermeja y en Tolox. Pos­
Mome Babor en Argelia y, finalmence, a A. pin­ teriormente, las poblaciones mestizas de Tolox
sapo, ssp. maroccana en la Yehala marroquí. Pode­ avanzaron en dos direcciones opuestas: una hasta
mos denominar a este ¡il1lm sicelo-máurico. La Istán y la Otra a Yunquera-Ronda-Parauta hasta
raza B Liene sus ancestros desaparecidos, pero Grazalema que posee el pinsapar más joven de
está jalonada por la presencia de fósiles señalada codos.
en Ecología, N° 11, 1997, Y con su origen en A.
. I
alba en los Cevennes franceses, su expansión La shuación geográfica de las masas actuales no
. I cuvo lugar durante el Mioceno inferior a través se corresponde con los orígenes y expansión de
.. I
~
de la placa continental mediterránea sumergida las dos razas~ entre cuyas visicitudes desde el
hoy en gran parte, con las siguientes estaciones: Mioceno hay que canear los movimientos geoló­
BOliches du Rhone, Isla de Mallorca, Totana gicos, la actividad volcánica y las posteriores
(Murcia), Padul (Granada), hasta los pinsapos de emigraciones debidas a glaciaciones e intergla­
la Sierra de Alcaparaín en los TI.MM. de Carra­ ciaciones. Con esta advertencia situamos en la
traca y Casarabonela (Málaga) desaparecidos por Figura lIla vectorización geográfica de 105ft/a
incendios en los años 1920, y cuya línea de pro­ ancestrales de Y (sicelo-máurica) y de B (rodáni­
gresión alcanzó a Villaluenga del Rosario en co-pitiuso-bética). Con idéntica indicacjón pre­
es cado de pureza y dio lugar a mestizaje con la sentamos el croquis de la Figura 12 que detalla la
raza y en Sierra Bermeja y en Tolox. La raza Y vectorización de la propagación y mestizaje de Y

lt.RETU.s~.
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Fig. 10. Variabilidad de las brácreas [eetrices de A. pinJ(Zpo GriS. D. SOTO.

232
Ecología, N." 12, 1998

x FósHes de Abies
O Plantas vivas
- Razany"'
sIce I0- maunc.a
.,.
- - ~a ;da rodánicl> - bética
Q

Fig. 11. Vecrori2ación, sobre geografía actual, de la expansión ancestral de las razas ..Y .. y .. B.. de A. pinsapo. Orig. D. SoTO.

y B en Marruecos y Andalucía con el orden de Otra información de interés es la variación del


antigüedad de sus masas actuales, determinado pH de los suelos de los pinsapares que tengo ana­
por su índice coriledonar ¡e' Sigue la Figura 13 lizados, con valores entre 5,4 y 8,4.
con el mapa de expansión, y la Figura 14 con el
diagrama de bloques y la sinopsis de variedades Añado una aclaración sobre historia botánica del
bracreales. pinsapo en relación con sus brácteas. Su sistema­
tización tuvo lugar sobre ramas y piñas recolecta­
Parece oportuno hacer llna pequeña referencia a das por E. Boissíer en la cota 1.700 m del T.M.
la forma de las escamas que varían, Figuras 10 e) de Yunquera cerca de los límítes con Ronda y
y 10 d), desde reniformes a eliptiformes y pandu­ Tolox en los últimos días de septíembre de 1837
riformes y todas poseen nervadura unciforme en y atribuyó carácter acumínado a sus brácteas
cada una de sus mitades verticales. En una cuando sólo lo tiene en el 41 % del total, mien­
misma piña española, las escamas basales varían tras el 59% restante es de retusas.
entre reniformes y eliptiformes; las cenuales sue­
len set panduriformes y las apicales elipciformes A pesar de la dífusíón de A. pinsapo por toda Espa­
o, también, panduriformes. Las marroquíes son ña y todo el mundo desde el siglo XIX, no se ha
reniformes en la base y eliptiformes en el cencro y estudiado a fondo el temperamento de cada raza y
en la punta. variedades en su adaptación a los díferences tipos
de suelo, altitudes, clima y asociaciones vegetales.
En la fecundación del pinsapo predomina la alo­ Sería de utilidad ensayar estas cuestiones en par­
gamia, pero la aucogamia se da en pies aislados, celas de pequeña superficie (1 a 10 ha), sobre dife­
como los existentes en Cortes, Monte Higuerón rentes níchos ecológicos en toda España, requeri­
(Grazalema) y la Máquina (Benahavís) a bastan­ mienco que ya hiciera el Prof. 1. CEBALLOS en su
tes kilómetros de distancia de otras masas. magistral discurso de 1945: Tres coníferas medite­

233

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D. SOTO ((Razas y variedades de Abie.J pinsapo, Boiss»

... '/fr. fiRAZAL~MA {Vl


, lC" 6,76
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11. RONDA 1"e~6~ (11)
, . 1O,YUNQ
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• "'4 13.PARAurA ~"G,72~
(V) •
4. VIÍ-LALU~""'-""[)EL ROSARio 6.ABANTO .-..-:=o,r,' 9.TOLOX I.,=6,53"
(lJ) (D):......t~____ ". (V)
••
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12.isrilJ (V)
8 LA MAQuiNA ~= 6,~
(V)

S. oS!! 8EI?MIfJA.
(V) Xc'" 6;48
.,
(V) POBl.ACION VIVA.
.

(j)) POBL~ciÓN DESTRUiDA y DOCUMENTADA


00 ¿,lI6ARES DE MESTiZAjE "y X ti'
- VECTOR DE UPANSi¿N RAZA 'y"
VECToR DE EXPANSión RAZA ~B"
. ..... VECTOR DE MESTizAjE "y)( 8"

2. TAZAor ¡;;"6A-b ev)


(, TrUASEXrÁIl Ie:€'~(V)
Fig. 12. Vectorización esquemática, sin escala, de la expansión de las razas puras "y" y «B» y de su mestizaje "YxB». Qrig. D.
SoTo. 1997.

234
Ecología, N.o 12, 1998

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......~:]'.:: . ).. J
.Fig. 13. Vectorización, en geografía actual, de la propagación y
"mestizaje de las razas Yebalí (Y) y Bética (E) de A. pinJopo.
", Raza Yebalí (Y) Marruecos.
.::~ 1. Talasemán. - - ­
2. TazaOL - - ­
,Raza Bética (B) España.
,. Akaparaín. (Málaga). - ­
4. Villalucnga del Rosarío. (Cádíz).
5. Sierra Bermeja. (Málaga). •••••
6. Abanto. (Málaga). - ­
7. Lis Chaparreras. (Málaga).
8. La Máquina. (Málaga). _ _
9. Tolox. (Málaga). •••••
-'10. Yunquem. (Málaga). •••••
11. Ronda. (Málaga). • ••••
_ 12. Isrán. (Málaga). .....
" 13. Paraur8. (Málaga). •••••
14. Grazalema. (Ctidiz). • ••••
15. Corres de la Frontera. (Málaga).

5" ~. ~_.

235
D. Saro (Razas y variedades de Ahies pinsapo, Boiss»

,ráneas de estado progresivo, todavía sin atender. bilidad de aplicar estoS ensayos a los variantes de
Parece como si los forestales españoles hubiése­ otras especies, tanta en la variabilidad fluctuante
mos formulado una restricción menea! académica como en la merísüca.
al estudiar los caracteres selvícolas de esta especie,
convirtiendo las referencias hídricas yaltitudina­ En los próximos años, podrían recogerse las piñas
de los pies aislados en La Máquina (Benahavís) y
les de su habitación actual en factores límitances.
A pesar de la elevada precipitación anual de Gra­ en Corres y realizar el conteo de formas braccea­
zalema (máxima de 4.000 mm y media de 2.000 les para confirmar o modificar la hipótesis de
mm) en el verano no llueve nada. En Cameros (Ll raza pura Y de la primera y de B de la segunda Y.
Rioja) y en Orcajo (Zaragoza) vegeta perfecra­ en consecuencia, la vectorización adoptada en
menee con una precipitación media anual que este trabajo.
excede poco de 400 mm, peco casi uniformemen­
te repartida, 10 que da una media constante supe­ CONCLUSIONES PROVISIONALES
rior a 30 mm en cada uno de los meses de su perío­
1. Los ensayos de formas bracteales en los esce­
do vegetativo que va de marzo a occubre. Esta es,
nótopos de A. pinsapo. permiten definir dos razas
cealmente,la necesidad del pinsapo. Si dispone de
puras: sicelo-máurica (Y) en Marruecos y rodáni­
agua en esos meses, vive normalmente en exposi­
co-pitiuso-bética (B) en Andalucía, con cinco
ciones de solana. Considero oportuno estudiar las
variedades: maroccana, hemexa, toloxemú, istanensis
pequeñas plantaciones en Málaga, Granada,
y pinsapo,
Cádiz, Zaragoza, Tarragona y La Rioja. En La
Rioja, empleé, en 1975. semillas procedentes de 2. Ambas razas, entre el Mioceno y el Plioceno,
Marruecos y Grazalema. se mezclaron en Sierra Bermeja y Tolox dando
origen al mestizaje de los restantes estenótopos
DISCUSION DE RESULTADOS béticos.

Para profundizar en el conocimiemo histórico de 3. El nuevo ensayo cotíledonar de A. alha en el


la expansión del pinsapo, puede emprenderse Pirineo español, confirma la vecrorización E-O
una investigación con sondeos palinoJógicos en de su expansión.
los sedimentos de las pequeñas dolinas de las Sie­
rras de Las Cabras, de Alcaparaín y Tejeda. AGRADECIMIENTOS
Así mismo, el conteo y comparación de los Por el apoyo y facilidades recibidos en el desarro­
números cotiJedonares en los bosques de A. alha llo de este trabajo expreso mi agradecimiento a:
en Perche y Cevennes (Francia), puede dar luz J. Aladrén, 1. Altuna, J. Biota, ].A. Fernández,
sobre el origen del primero, y la extensión del ].1. García Viñas, J. López Quintanilla, J. Loren­
método a los abe tares asiáticos, americanos y te, R. Montoya, S.P. Munilla, E. Pérez Bujarra­
europeos, permitirá dar carra de naturaleza al bal, J. Ruíz de la Torre, J. Ruíz del Casrillo, E.
carácter filogenético cotiledonar. Sugiero la posi­ Soto y]. Soro.

SUMMARY
Philogenetic tests are enlarged ro new Ahies pinsapo and A. alba populations. The chronophiletic pro­
pecty of cotiledonar numbers is confirmed. Two pure caces of A. pinsapo are noted, and five varieries
are described based. in the bractees shape, [hat depends of crossbreeding.
Key Words: Ahies, cotyledonal number, philogenetic indicarar.
New words: chronoorrhophiletic. taphorope.

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