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Guion Del Acto Penitencial

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PASTORAL DEL COLEGIO AGUSTINIANO DE LA VEGA

ACTO PENITENCIAL DE CUARESMA


Monición

El Señor rompe todo aquello que nos esclaviza, sana nuestras heridas y repara
nuestro cansancio. Hoy Jesús en este acto penitencial de Cuaresma nos hace
una llamada especial a parar, a mirar nuestro corazón y a dejarnos mirar por Él
eliminando tantas caretas y máscaras con las que ocultamos nuestros rostros y
que nos impiden ser felices, hijos libres del Padre y hermanos de todos los
hombres. Dejemos que Jesús abrace nuestras heridas, repare nuestros errores
y nos diga que somos incondicionalmente amados.

Canto.

Ritos iniciales

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Saludo

Terminado el canto, quien preside saluda a los asistentes, diciendo:

La gracia y la paz de Dios Padre,


y de Jesucristo, que nos amó
y nos limpió de nuestros pecados con su sangre,
esté con todos ustedes.
R. Amén

Rito de Reconciliación

Hermanos: El Señor Jesús, nos invita a la conversión en este Tiempo de


Cuaresma. Reconozcamos, pues, que somos pecadores y, en un momento de
silencio invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,


que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los Ángeles, a los Santos y a ustedes,
hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Canto: Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad.

Oración

Señor, Dios nuestro,


que no te dejas vencer por nuestras ofensas,
sino que te aplacas con nuestro arrepentimiento.
Mira a tus siervos, que ante ti se confiesan pecadores
y, al celebrar ahora el sacramento de tu misericordia,
concédenos que, corregidas nuestras vidas,
podamos gozar de las alegrías eternas.
R. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. 4, 23-32


Hermanos: Aprendieron a renovarse en la mente y en el espíritu y a vestirse de
la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad
verdaderas.
Por tanto, dejen la mentira, hable cada uno con verdad a su prójimo, porque
como miembro dependemos unos de otros. Indígnense, pero sin llegar a pecar;
que la puesta del sol no les sorprenda en su enojo; y no dejen resquicio al
diablo.
El ladrón que no robe más, que trabaje dura y honradamente con sus propias
manos, para poder compartir con el necesitado. Malas palabras no salgan de
su boca; lo que digan sea bueno, constructivo y oportuno, así hará bien a los
que lo oyen.
No pongan triste al Espíritu Santo de Dios con que él les ha marcado para el
día de la liberación final.
Destierren de ustedes la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la
maldad. Sean buenos, comprensivos, perdonándose unos a otros como Dios
os perdonó en Cristo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19)

R. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,


renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,


afiánzame con espíritu generoso;
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.

Canto.

Lectura del santo Evangelio según san Juan (13, 34-35; 15, 10-13)

Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo los
he amado, ámense también entre ustedes. La señal por la que conocerán
todos que son discípulos míos, será que se aman unos a otros.
Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que
yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor.
Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su
alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he
amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Palabra del Señor.


Homilía
Debe conducir a los penitentes al examen de conciencia y a la renovación de vida.
Examen de conciencia
Confesión y absolución individual
(Animar este espacio con cantos)

A continuación, los fieles hacen su examen de conciencia y se van acercando


a los sacerdotes que se hallan en lugares adecuados y confiesan sus pecados,
de los que son absueltos individualmente, una vez impuesta y aceptada la
correspondiente satisfacción.

¿He rechazado o abandonado mi fe? ¿Me he preocupado por conocerla mejor?


¿La he defendido, o me he avergonzado de ella?
¿He tomado el nombre de Dios en vano? ¿He hecho espiritismo o he confiado
en adivinos u horóscopos? ¿He mostrado falta de respeto por las personas,
lugares o cosas santas?
¿He faltado voluntariamente a la Santa Misa los domingos o días de precepto?
¿Me he olvidado de Dios abandonando mis oraciones?
¿He recibido al Señor en la Sagrada Comunión teniendo algún pecado grave
en mi conciencia? ¿Le he recibido sin agradecimiento o sin la debida
reverencia?
¿He ayudado poco en casa? ¿He tratado con poco cariño a mis padres?
¿He sido impaciente, envidioso? ¿Me he enfadado? ¿He fomentado el
resentimiento o no he estado dispuesto a perdonar? ¿He odiado a alguien o le
he juzgado mal?
¿He descuidado mis deberes de estudiante? ¿He sido perezoso? ¿He tratado
con falta de respeto a mis profesores o a otras personas mayores?
¿Me he peleado? ¿He hecho daño a alguien con insultos o hablando mal de
ellos? ¿He revelado algún secreto o he dicho cosas solo para dañar a otros?
¿He dicho o he pensado cosas impuras? ¿Las he hecho conmigo mismo o con
otros? ¿He mirado imágenes o películas pornográficas?
¿He dicho mentiras para justificarme, dañar a otros o por darme más
importancia?
¿He robado algo? ¿He estropeado algo a propósito?
¿He tenido envidia de otros por lo que tienen o por el buen resultado de su
trabajo? ¿Pongo mi corazón en tener cosas?
¿He ayudado o fomentado que otros hagan el mal?
¿He tomado alcohol en exceso? ¿He consumido drogas?
¿He sido egoísta de pensamiento o de obra?
¿He preferido mi comodidad al servicio a los demás? ¿He desatendido mi
responsabilidad de acercar a los demás a Dios con mi ejemplo y mi palabra?

Preces
Pidamos humildemente a Dios misericordioso, que purifica los corazones de
quienes se confiesan pecadores y libra de las ataduras del mal a quienes se
acusan de sus pecados, que conceda el perdón a los culpables y cure sus
heridas.

Que nos concedas el perdón y borres las deudas de nuestros antiguos


pecados. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos.

Que quienes nos hemos apartado de la santidad de la Iglesia, consigamos el


perdón de nuestras culpas y volvamos limpios a ella. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos.

Que a quienes con el pecado hemos manchado nuestro bautismo, nos


devuelvas a su primitiva blancura. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos.

Que, al acercarnos de nuevo a tu altar santo, seamos transformados por la


esperanza de la vida eterna. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos.

Que permanezcamos, de aquí en adelante, con entrega sincera, fieles a tus


sacramentos, y mostremos siempre nuestra adhesión a ti, esperando fielmente
la venida de tu Hijo que se encarna para nuestra salvación. Roguemos al
Señor.
R. Te rogamos, óyenos.

Padre Nuestro.

Oración final de acción de gracias

Señor y Padre nuestro,


tú has perdonado nuestros pecados y nos has dado tu paz;
haz que nos perdonemos siempre unos a otros,
y que trabajemos todos juntos por la paz del mundo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

Rito de conclusión

El Señor dirija sus corazones en la caridad de Dios y en la espera


de Cristo. R. Amén.
Para que puedan caminar con una vida nueva y agradar a Dios en todas
las cosas. R. Amén.
Y que les bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo. R. Amén.

Glorifiquen al Señor con sus vidas. Pueden ir en la paz del Señor.

Canto final.

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