Norma Etcheverry - País Niño
Norma Etcheverry - País Niño
Norma Etcheverry - País Niño
País niño
Norma Etcheverry
País niño
Norma
Etcheverry
Proyecto Hybris ediciones
Preciosa infancia
Radio Colonia A César Cantoni
venía a mí
cada mañana
de alambrado.
flameaban sábanas
sin pudor.
de esas casas
era la vida.
Fluía
de su extrañeza.
Patios
en esos patios
era escaparse
a la hora de la siesta.
la indiscutible advertencia,
de las hojas,
y esa redondez
lechosa,
intensa,
de las brevas.
Preciosa infancia
a la vuelta de la escuela.
oscuros,
dulces,
breves,
en el camino de regreso.
siempre
Pincharse el alma
en el centro la Singer,
ese revuelo
¡Dios libre
afligida
y yo que me preguntaba
puedo escuchar
hasta secarlas
de dar leche.
se reunían en la plaza,
que si un muchacho
fugaces e inalcanzables
de colores
de muecas y de ojos,
largo rato,
que insistía
cuando ya la formación había desaparecido
El tren carguero
antes y después,
Finalmente
Camino de la escuela
peligrosamente al borde
para quebrarlo
El río
limpia y clara,
feliz.
vertical y sistemática
eran de tierra,
cantamos a capella.
Un sola vez canté la marcha peronista,
Alfonsina y nosotras
y simplemente se va.
y se envolvió profunda,
Mis primas y yo
no habíamos leído,
a nuestros cuerpos,
vacíos,
del verano.
Láska
A Sandra Cornejo
y de su boca
y también
y dejábamos
caer promesas.
alguna vez
Toda ella,
esa mujer,
era dorada
se llamó
del conurbano.
EL FIN DE LA NIÑEZ
El cementerio de Josefov
del embarcadero,
cruzan el Vtlava.
pero en otoño
y el paisaje cambia.
y sobrecogedor.
Pareciera
ahí doblaron.
Diablos desnudos,
corrieron.
vimos
los vimos,
uno por uno al otro día,
Amigo de al lado
y a su padre campesino.
sin saber.
En la puerta de su casa,
de banquito,
esperábamos
A Marcelo Ortale
con detalle
en la piedra movediza.
un encendedor carusita,
se podía leer:
DERROCARON A YRIGOYEN.
todas juntas
Miedo no
sobre la gente
miedo no a desparramarse
al griterío
y desaparecer
Al final,
Un silencio pesadamente
desgraciado,
pero miedo no.
Informe Rattembach
A Gustavo Liss
cucharas avasallantes
en la guerra,
La Jota Pé
sanguínea,
el mundo
viéndolos pasar.
y oscuros
y terminantes.
tanto,
y hasta tocar.
repetían “compañeros”,
se encendían,
y parecía descender sobre ellos un aura
poderoso y sagrado.
Primavera
de flores,
Noches calientes
noches apuradas,
desesperadamente breves
una entelequia,
una promesa.
Firmábamos
y la política,
de sensaciones encontradas
Futuro imperfecto
imprudentes sonámbulos
recién
salidos de la imprenta.
que prometía
.
Río de la Plata
pero persistente
allá en Mélnik.
escuchando a Smetana,
de Mi patria
sino en el sur,
en una orilla de plata donde la leyenda
dice
para no olvidar.
Gigantes amapolas
no debemos olvidarlos
un enjambre de nada,
gigantes amapolas,
siempre
como la sangre
vendían en verano.
Svárak, le llaman
El brillo de la nieve
descienden tanto
que las familias se refugian
En el pueblo de mi infancia
no había chimeneas,
y solamente
esperaba un milagro.
Congreso de la Nación
Sentada
lloraba.
se elevaba al cielo,
albergaban
Adentro
País niño
Casitas en el aire,
y alrededores,
Elecciones
laterales
y a la vez distintos
al escuchar el estribillo.
el día
en la vieja estación.
de contratapa.
yo los amaba
político y pesado,
y se internaba
porque traían
rostros
y se los llevaban,
porque su repiquetear
desgranaba historias
porque viajábamos
la de Gruss
(*) “Trenes porque sí” era el título de una nota de contratapa del periódico “Sur”,
firmada por el periodista argentino Luis Gruss.
Tener dos corazones y uno que cante
pero en otra
la marcha peronista.
Me gustaría
repetir sobre la arena los versos de Alfonsina,
en el mapa
Tvarohová Zemlovka
decía la abuela
como premio.
abrían el mundo.
Aprendíamos a leer,
deletreábamos
Tvarohová Zemlovka.
Verás
un hechizo misterioso en el futuro