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Ut 4 AP. Digestivo

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UT 4 APARATO DIGESTIVO

4.1. La digestión.
4.2. Anatomía del aparato digestivo.
4.2.1. La boca.
4.2.2. El tubo digestivo.
4.2.3. Las glándulas.
4.3. Fisiología de la digestión.
4.3.1. En la boca.
4.3.2. En la faringe.
4.3.3. En el estómago.
4.3.4. En el intestino delgado.
4.3.5. En el intestino grueso.
4.3.6. En el recto y el ano.
4.4. Patologías del aparato digestivo.
4.4.1. Gastritis y úlcera gastroduodenal.
4.4.2. Enfermedades inflamatorias intestinales.
4.4.3. Apendicitis.
4.4.4. Hernias.
4.4.5. Hepatitis y cirrosis hepática.
4.4.6. Patología de vías biliares.
4.4.7. Neoplasias del aparato digestivo.
INTRODUCCIÓN Para ser útiles al organismo, los
alimentos deben ser transformados en
Para realizar las funciones vitales, nutrientes, es decir, en sustancias que
nuestro organismo necesita obtener nuestro cuerpo pueda asimilar.

nutrientes.
El aparato digestivo se encarga de
extraer las sustancias nutritivas de los
alimentos mediante el proceso
digestivo. Las sustancias nutritivas
pasan al torrente sanguíneo y así
llegan a nutrir todas las células del
organismo.
Junto con los aparatos respiratorio,
circulatorio y excretor, el aparato
digestivo se encarga de la función de
nutrición del cuerpo humano.
Las distintas partes que integran el aparato digestivo
se clasifican en los siguientes órganos:
• Tubo digestivo. Es un conducto de unos 10
metros de largo por el que transitan los alimentos.
De ellos se obtendrán los nutrientes. Está formado
por la
- Boca
- Faringe
- Esófago
- Estómago
- Intestino delgado
- Intestino grueso
- Recto y ano
• Glándulas digestivas. Estos órganos vierten
secreciones al tubo digestivo con las que se
digieren los alimentos. Las más importantes son:
- las glándulas salivales
- el hígado y vesícula biliar
- el páncreas.
Tubo digestivo
El tubo digestivo es un conducto único que se divide en partes.
Cada parte recibe un nombre distinto según su forma, estructura y función.
El tubo digestivo es el conducto por el que transitan los alimentos en el interior del
organismo. Está formado por los siguientes órganos: boca, faringe, esófago, estómago,
intestino delgado, intestino grueso, recto y ano.
La estructura de la pared de los órganos que componen el tubo digestivo es la misma
durante todo su recorrido. Está constituida por cuatro capas de tejido:
• Mucosa: es la capa más interna. Está formada por un epitelio con funciones de absorción
y secreción, debido a que contiene glándulas secretoras de moco o ácido, además de
vasos linfáticos.
• Submucosa: consiste en un tejido conectivo muy vascularizado e inervado, ya que
contiene el plexo de Meissner, que controla la actividad de las glándulas secretoras y la
motilidad de la mucosa y submucosa.
• Muscular: está formada por una capa interna de fibras circulares y otra externa de fibras
longitudinales (es músculo liso). Entre ambas capas se encuentra el plexo de Auerbach,
que se encarga de la motilidad.
• Serosa o adventicia: es la capa externa de tejido conjuntivo. La capa que recubre el
tubo que ocupa el abdomen se llama serosa.
1. Boca
La boca es la porción inicial del tubo digestivo. Está limitada por unas paredes
anatómicas: labios, mejillas, paladar (blando y duro) y suelo de la boca.
Comunica con el exterior por el orificio bucal y, con la faringe, por el istmo de las
fauces.
Dentro de la boca están los dientes, que trituran el alimento, y la lengua, que lo
remueve.
Las glándulas salivales vierten su contenido en ella.
En relación con el aparato digestivo, la función de la boca es formar el bolo
alimenticio.
La lengua es una estructura muscular muy móvil recubierta de mucosa.
Está compuesta por nueve músculos que contienen los receptores
gustativos (las papilas gustativas).
Realiza una serie de funciones relacionadas con el aparato digestivo, como la
masticación y la deglución.
Además, la lengua facilita el lenguaje.
LA FARINGE
La faringe es un órgano de forma tubular que se
sitúa en la parte posterior de la cavidad bucal y
nasal.
Mide entre 12-14 cm y va desde la base del
cráneo hasta la sexta o séptima vértebra cervical.
La faringe es un órgano común de los aparatos
digestivo y respiratorio, pues comunica las fosas
nasales con la laringe y, comunica la boca con el
esófago.
La faringe puede dividirse en tres partes:
• Nasofaringe, también llamada rinofaringe,
epifaringe o faringe superior.
• Orofaringe (bucofaringe, mesofaringe o faringe
media.
• Laringofaringe, hipofaringe o faringe inferior.
No hay que olvidar que a la
altura de la laringofaringe se
cruzan las vías respiratoria y
digestiva.
La epiglotis impide que haya
comunicación entre ambos
conductos.
El esófago
El esófago es un tubo muscular de unos 30 cm de largo.
Comunica la faringe con el estómago, desciende por detrás de la tráquea y del
corazón y pasa a la cavidad abdominal a través del diafragma por el hiato esofágico.
Cuenta con dos esfínteres, uno superior, que es la boca de Killian o esfínter
esofágico superior y otro inferior, que es el cardias o esfínter esofágico inferior.
se divide en tres partes: esófago cervical, esófago torácico y esófago abdominal.
El estómago
El estómago tiene forma de saco (letra “J”) y
una capacidad aproximada de 1,5 l.
Está situado debajo del diafragma, ocupa el
hipocondrio izquierdo y el epigastrio.
Se comunica con el esófago mediante el
cardias y, con el intestino delgado, mediante el
píloro.
Además, está en relación con el hígado, con la
cara anterior del riñón, con parte del colon
transverso, con la cara interna del bazo y con la
cara anterior del páncreas.
Su superficie externa es lisa, mientras que la
interna presenta numerosos pliegues, lo que
favorece la mezcla del bolo alimenticio con los
jugos digestivos y el transporte de esta mezcla
hacia el intestino.
De las cuatro capas de las que consta la pared del tubo digestivo, en el
estómago, la más importante es la capa mucosa, ya que contienen numerosas
células secretoras: parietales (segregan ácido clorhídrico) y principales
(segregan pepsina).
El ácido clorhídrico y la pepsina forman parte del jugo gástrico que se
vierte en el estómago.
El intestino delgado
El intestino delgado es la porción más larga del tubo digestivo.
Se extiende desde el píloro hasta la válvula ileocecal, por donde comunica
con el intestino grueso.
Mide unos 6 m de longitud y tiene un diámetro aproximado de 2,5 cm. Al
ser tan largo, sus porciones se pliegan y forman asas que ocupan la mayor
parte de la cavidad abdominal.
Consta de tres partes: duodeno, yeyuno e íleon
En el duodeno desemboca el conducto colédoco, a través del cual el
hígado segrega la bilis, y el conducto pancreático, que vierte el jugo
pancreático procedente del páncreas.
El jugo entérico producido por el propio duodeno, junto con la bilis y el
jugo pancreático son los artífices de las transformaciones químicas de la
digestión que se llevan a cabo en esta primera porción del intestino delgado.
El intestino grueso
El intestino grueso es la última parte del tubo digestivo. Mide alrededor de 1,5 m de
longitud y 6,5 cm de diámetro.
Se extiende desde la válvula ileocecal hasta el ano.
En su interior presenta unas zonas dilatadas llamadas haustras cólicas. Tiene, además,
tres cintillas longitudinales, formadas por fibras musculares lisas, que lo recorren
denominadas tenias.
El intestino grueso se divide en tres partes: ciego, colon y recto.

Colon descendente: es la parte


más larga del intestino grueso.
Ciego: es la primera Su última porción se curva y
porción del intestino adquiere forma de letra “S” por lo
grueso: mediante la que se le denomina sigma o colon
válvula ileocecal sigmoideo.
comunica con el íleon.
Forma un fondo de saco Recto: es la última porción del
en la fosa iliaca derecha, intestino grueso. Se abre al
de donde sale el exterior por medio del esfínter
apéndice vermiforme. anal, a través del ano, que es el
orificio de salida
Síntomas y signos
La peritonitis consiste en la inflamación del peritoneo.
El peritoneo es una membrana continua, muy resistente, incolora y de superficie
lisa, que recubre toda la pared abdominal.
Se encarga de dar soporte y protección a los órganos intraabdominales.
La peritonitis se puede deber a infecciones bacterianas, ser secundaria a algún
traumatismo o por la perforación de alguna víscera o del apéndice.
Las glándulas anejas
El organismo necesita segregar diferentes tipos de jugos sobre los
alimentos que transitan por el tubo digestivo para poder extraer de
ellos los nutrientes.
Las glándulas digestivas se encargan de producir jugos digestivos
que se vierten al interior del tubo digestivo para ayudar a digerir los
alimentos.
Hay que distinguir las glándulas salivales, el hígado y el páncreas.
Las glándulas salivales
Las glándulas salivales son un conjunto de glándulas anejas
al tubo digestivo que vierten saliva en la boca.
La saliva es una solución acuosa (el 95% de su volumen es
agua) que contiene sales minerales y algunas enzimas, como
la amilasa o ptialina, que comienza la digestión del almidón, y
lisozima, una sustancia antimicrobiana que protege los dientes
de caries e infecciones.
Existen dos tipos de glándulas salivales: mayores y
menores.
• Las glándulas salivales mayores se encuentran fuera de
la cavidad bucal, situadas a ambos lados de la cara.
Generan alrededor del 90% de la saliva que producimos.
Constan de tres pares de glándulas: parótidas,
sublinguales y submaxilares.
• Las glándulas salivales menores reciben ese nombre
porque producen mucha menos cantidad de saliva. Se
encuentran repartidas por toda la parte interna de la boca.
El hígado y la vía biliar
El hígado es la glándula aneja de mayor tamaño.
Se sitúa en el hipocondrio derecho y el epigastrio.
Es de color oscuro y con forma triangular, su superficie es lisa y su consistencia es
sólida pero blanda.
Se divide en dos lóbulos: izquierdo y derecho (y, dentro del lóbulo derecho, se
distinguen el lóbulo caudado y cuadrado) y ocho segmentos.
A nivel microscópico, el parénquima
hepático (tejido funcional de un órgano)
se divide a su vez en lobulillos
hepáticos hexagonales formados por
hepatocitos (células hepáticas).
Las funciones del hígado son
numerosas:
- Ayuda a eliminar tóxicos, como el
alcohol o los medicamentos,
- Se encarga de parte del
metabolismo de los lípidos y los
carbohidratos
- Y, desde el punto de vista digestivo,
se ocupa de sintetizar y segregar la
bilis.
La bilis que contiene bilirrubina
(pigmento amarillo producido por la
degradación de la hemoglobina de los
glóbulos rojos), se sintetiza en los
hepatocitos, desciende a través de los
conductillos biliares, que desembocan en
los conductos hepáticos derecho e
izquierdo, y, posteriormente, pasa a
almacenarse en la vesícula biliar.
Sale de la vesícula por el conducto
cístico hasta el colédoco. A través de este
desemboca en el duodeno a la altura de
la ampolla de Vater, donde también
desembocan los jugos pancreáticos.
La función de la bilis es emulsionar las
grasas para poder absorberlas.
El páncreas
El páncreas se sitúa por detrás del estómago.
Se extiende desde el duodeno hasta el bazo,
por lo que se localiza en el epigastrio e
hipocondrio izquierdo.
Es un órgano blando de color rosado y forma
alargada y cónica.
Con respecto a su anatomía, presenta cuatro
zonas: cabeza, cuello, cuerpo y cola.
En su interior está recorrido por dos conductos:
• Conducto principal pancreático o conducto
de Wirsung. Se une al colédoco y desemboca
en el duodeno por la ampolla de Vater, donde
vierte el jugo pancreático.
• Conducto accesorio o conducto de
Santorini. También desemboca en el duodeno,
pero un poco por encima
El páncreas es una glándula con dos tipos de tejido glandular (se dice
glándula mixta):
• Tejido con carácter endocrino. Segrega las hormonas insulina y glucagón.
• Tejido con carácter exocrino. Segrega el jugo pancreático, que se sintetiza
en unas glándulas denominadas acinos pancreáticos.
Fisiología del aparato digestivo
La transformación de los alimentos
La mayor parte de los alimentos que consumimos de
forma habitual están formados por materiales sólidos
que el organismo no puede aprovechar directamente.
Para poder hacerlo, estos alimentos deben ser
transformados en nutrientes; es decir, en
sustancias que nuestro cuerpo pueda asimilar.
El conjunto de transformaciones que sufren los
alimentos desde que entran en el tubo digestivo
hasta que son expulsados en forma de heces
constituye la digestión.
La digestión comienza en la boca, con la
ingestión del alimento, y acaba en el ano, con la
egestión o expulsión de las heces.
En cada órgano o tramo del tubo digestivo se realiza
una parte distinta del proceso.
1. En la boca se lleva a cabo la masticación, mediante la cual los alimentos se
trituran con los dientes y se mezclan con la saliva con la ayuda de la
lengua.
La saliva comienza la transformación química de los glúcidos, porque la
amilasa que contiene descompone las cadenas de almidón en fragmentos
menores.
La masticación convierte los alimentos en una pasta blanda, húmeda y
resbaladiza, llamada bolo alimenticio, que puede tragarse con facilidad.
El acto de tragar el bolo alimenticio se
llama deglución.
Durante la deglución, la lengua empuja el
bolo alimenticio hacia la faringe, la
epiglotis cierra la laringe y el paladar
blando se eleva y cierra las fosas nasales.
De esta manera, se asegura que el bolo
alimenticio se dirija al esófago.
Cuando el bolo alimenticio entra en el
esófago, los músculos de sus paredes se
contraen y se relajan, haciendo que
avance hacia el estómago.
Estos movimientos de contracción y
relajación se llaman movimientos
peristálticos y se producen a lo largo de
todo el tubo digestivo.
En el estómago el alimento se almacena durante unas horas y se mezcla con
el jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico y pepsina.
• El ácido clorhídrico destruye los microorganismos que puedan contener los
alimentos y, además, favorece la acción de la pepsina.
• La Pepsina rompe las largas cadenas de proteínas en fragmentos de pocos
aminoácidos llamados péptidos.
El bolo alimenticio, por la acción del jugo gástrico, se transforma en el quimo,
que sale del estómago hacia el intestino delgado en pequeñas cantidades a
través del píloro.
La mayor parte de las transformaciones químicas de la
digestión se llevan a cabo en el intestino delgado,
concretamente en el duodeno, donde el quimo se mezcla
con el jugo pancreático, la bilis y el jugo intestinal:
• La bilis disuelve las grasas como un detergente, con lo
que facilita la acción de las enzimas digestivas.
• El jugo pancreático contiene
- lipasas, que digieren las grasas (lípidos);
- amilasas, que continúan la acción de la
amilasa salival (degradan el almidón),
- y tripsina, una enzima que digiere las
proteínas de forma parecida a como lo hace
la pepsina del estómago.
• El jugo intestinal contiene disacaridasas, que
transforman los disacáridos en glucosa, y peptidasas
que acaban la digestión de las proteínas
convirtiéndolas en aminoácidos.
Cuando la bilis, el jugo pancreático y el
jugo intestinal han actuado sobre el
quimo, la mayor parte de las
macromoléculas que contenían los
alimentos se habrán transformado en
moléculas más simples, como los
aminoácidos o la glucosa.
El quimo adquiere entonces un aspecto
de líquido lechoso y pasa a denominarse
quilo. Este está formado básicamente por
agua, sales minerales, moléculas
orgánicas de pequeño tamaño y
sustancias que no se hayan podido
digerir como la fibra vegetal (celulosa)
Los restos de alimentos que no han sido digeridos llegan al intestino
grueso en forma de una especie de papilla con un alto contenido en agua.
A medida que los restos sin digerir recorren el tubo, sus paredes absorben
el agua.
Cuando llegan al recto tienen una consistencia semisólida. Los restos sin
digerir se denominan heces.
En el intestino grueso viven una gran
cantidad de bacterias, beneficiosas para
nuestro organismo, que se nutren de los
restos de alimentos que no se han podido
digerir.
Algunas de estas bacterias son las
responsables del mal olor característico de
las heces.
Unas doce horas después de su
ingestión, los residuos de una comida se
han convertido en heces y alcanzan el recto.
Cuando se acumula un volumen
suficiente de heces se desencadenan las
ganas de defecar y puede darse la egestión
La absorción
Aunque algunas sustancias que no
necesitan ser digeridas pueden absorberse
en el estómago (como el agua, por
ejemplo), la mayor parte de los nutrientes
se absorben en el intestino delgado.
La absorción es el paso de
nutrientes desde el tubo digestivo a
la sangre.
La pared interna del intestino delgado
está muy plegada y está cubierta por
multitud de vellosidades intestinales.
De esta manera ofrece una gran
superficie para llevar a cabo la absorción
de forma rápida y eficaz.
Los nutrientes, transformados en moléculas solubles de pequeño
tamaño, atraviesan las finísimas paredes de las vellosidades
intestinales y pasan a la sangre (glucosa y aminoácidos) o a la linfa
(lípidos).
Los nutrientes absorbidos en las vellosidades intestinales son
conducidos finalmente hasta el hígado, que los almacena o
distribuye en función de las necesidades de nuestro organismo.
Semiología y patología del aparato digestivo
Semiología digestiva
Los principales signos y síntomas que aparecen con frecuencia en
las enfermedades del aparato digestivo son los siguientes:

Disfagia Consiste en la dificultad para deglutir debido a que existe


sensación de obstrucción al paso del alimento en la boca, la
faringe o el esófago.
Dispepsia También se conoce como indigestión. Comprende varias
molestias en la parte superior del abdomen, como dolor,
hinchazón, flatulencia y pesadez de estómago.
Náusea Consiste en la sensación subjetiva de necesitar vomitar.
Vómito También llamado emesis. Es la expulsión forzada del contenido
del estómago por la boca gracias a la contracción de los
músculos del abdomen y el diafragma
Regurgitación Consiste en el regreso a la boca sin esfuerzo del contenido
gástrico a través del esófago.
Diarrea Es el incremento en la fluidez y cantidad de las heces (más de 200
g/día). Conlleva una disminución de la absorción de nutrientes y
líquidos.
Estreñimiento Supone la defecación poco frecuente y con dificultad para
expulsar las heces, que normalmente son escasas y duras.
Cuando se lleva más de tres días sin defecar, se puede considerar
que se está estreñido

Ictericia Consiste en la coloración amarillenta de la piel y de las mucosas


debido al acúmulo de bilirrubina.
Ascitis Es la acumulación de líquido seroso (ascítico) en la cavidad
peritoneal..
Hematemesis Consiste en la expulsión mediante el vómito de sangre fresca
procedente del tubo digestivo.
Melena Son heces de color negro debido a que se expulsa con ellas
sangre degradada.
Hematoquecia Cuando se defecan heces de color marrón o rojo vivo porque se
expulsa al mismo tiempo sangre del tracto intestinal bajo.
Rectorragia Es la expulsión de sangre aislada, sin mezclar con las heces, por
el recto
Patología digestiva
Algunos de los ejemplos de las patologías más frecuentes del aparato digestivo
son los siguientes:
A. Caries
La caries es una patología infecciosa y contagiosa, ya que está producida por
bacterias. Estas generan, a partir de los alimentos ingeridos, ácidos que producen la
destrucción química de los dientes.

La etiología de la caries es multifactorial; depende de la anatomía del diente, de


las bacterias, de la ingesta de hidratos de carbono y de la higiene dental. Para
prevenirla es conveniente cepillarse los dientes tras las comidas, limitar la ingesta de
azúcares y, en ocasiones, puede ser eficaz la ingesta de flúor.
B. Enfermedad de reflujo
gastroesofágico (ERGE)
El reflujo gastroesofágico se produce
cuando el contenido gástrico vuelve del
estómago hacia el esófago, a través del
cardias. Esto provoca irritación esofágica y
acidez.
Su causa principal es que el cardias no
cierra bien. Existen factores que pueden
favorecerlo, como el embarazo, algunos
fármacos o la hernia de hiato.
Los pacientes que padecen de reflujo
siempre empeoran cuando están tumbados
porque asciende el ácido clorhídrico.
Al reflujo se le pueden sumar pirosis o
ardor, regurgitación, dolor torácico y
disfagia.
C. Úlcera péptica
La úlcera péptica es una lesión con forma de cráter en
la mucosa del estómago o del duodeno.
Los síntomas son los generales del malestar abdominal:
dolor, ardor, entre otros. Lo normal es que las molestias
aparezcan dos horas después de las comidas.
La causa más frecuente es la infección por una bacteria
llamada Helicobacter pylori, aunque muchas personas
que no padecen úlceras también tienen esta bacteria.
Además, influyen otros muchos factores, como el
consumo continuo de antiinflamatorios no esteroideos, de
alcohol o de tabaco.
El tratamiento, independientemente de la causa que
haya provocado la úlcera, es el mismo que para el reflujo.
Si, además, hay presencia de Helicobacter pylori, se
debe tratar con antibióticos.
D. Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
La enfermedad inflamatoria intestinal es un conjunto de problemas que afectan
principalmente al intestino y que conllevan una inflamación crónica. Cursa con
brotes (periodos de mayor actividad de la enfermedad) y fases de remisión.
El tratamiento es muy diverso, dependerá de cada paciente y del estado de la
enfermedad. Se consideran enfermedades autoinmunes, pero no se conoce el
desencadenante de esta reacción.
Esta dolencia abarca varias enfermedades. Entre las más frecuentes se
encuentran las siguientes:
• Enfermedad de Crohn. Se puede llegar a inflamar todo el tubo digestivo, pero
fundamentalmente se ve afectado el intestino. Se caracteriza por ser
segmentaria, es decir, se alternan fragmentos sanos del tubo con zonas
enfermas.
• Colitis ulcerosa. Se encuentran afectados principalmente, el colon y el recto,
aunque también puede incidir sobre el intestino delgado. Es una enfermedad
sin causa conocida.
Otras patologías digestivas
Otras patologías habituales relacionadas con el aparato digestivo son las siguientes:
Gastritis Es una inflamación de la mucosa gástrica. En ocasiones puede estar
relacionada con la ingesta de algún antiinflamatorio no esteroideo.
Gastroenteriris Es una inflamación de la mucosa intestinal, ya sea por bacterias, parásitos
o virus.
Cirrosis Consiste en una fibrosis debida a la presencia de fibras de colágeno en el
hígado. Aparecen como cicatrices que delimitan nódulos. Se presenta tras
una enfermedad hepática crónica, cuya etiología puede ser alcohólica, por
hepatita por VHC o VHB, por enfermedad autoinmune, hemocromatosis
(demasiada acumulación de hierro), entre otras causas. Se trata de una
patología irreversible. Solo se pueden tratar las complicaciones que se
deriven de ella como la ascitis, la encefalopatía hepática o las varices
esofágicas. El único tratamiento definitivo es el trasplante.

Hepatitis Es la inflamación del hígado. Entre sus causas se encuentran una


infección vírica o el consumo de alcohol.
Litiasis biliar Consiste en la presencia de cálculos (piedras) en la vesícula o en la vía
biliar. La mayoría de los cálculos son de colesterol, pero también pueden
deberse a la acumulación de sales cálcicas y pigmentos biliares. Sus
síntomas son dolor intenso en la zona derecha del abdomen, que se
extiende por espalda y hombro, y con frecuencia, vómitos y náuseas.

Pancreatitis Es la inflamación del páncreas. Puede cursar de forma aguda o crónica. Su


etiología es muy variada: litiasis, consumo de alcohol o infecciones, entre
otros
Cáncer de colon Se trata de un pequeño pólipo en el colon que puede crecer y convertirse
en maligno. Es relativamente frecuente hoy en día.
Cáncer gástrico Existen diversos tipos de cáncer de estómago. Es el segundo tipo de
cáncer más frecuente en el mundo, después del de pulmón.

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