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HSPJ 22abr

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1.

ORACION PREPARATORIA

Iniciamos esta Hora Santa En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Señor Jesucristo, otro Viernes más nos congregamos ante ti en esta audiencia
que nos concedes bondadoso cada semana. Somos tus amigos, Señor. Tú nos
amas, y queremos corresponder a tu amor. Somos los creyentes de esta
comunidad cristiana. Tenemos hambre de ser santos, aunque somos pecadores.
Y sentimos tu llamado a ser apóstoles entre nuestros hermanos.

Creemos, Señor, que Tú eres el camino único que conduce al Padre. Pero son
muchos los hombres, hermanos nuestros, que andan perdidos sin saber que
han sido creados por Dios y para Dios. Ignoran que Tú los has rescatado con
el precio de tu Sangre. No atinan a dar sentido a su vida, y no aspiran a ocupar
el lugar que Tú les tienes preparado en tu gloria. Por nosotros, los creyentes, y
por los que no te conocen, venimos a rogarte, Señor.

Te agradecemos el regalo de la vida y el tesoro de la Fe; la alegría y la


Esperanza que arraigas en nuestros corazones; el don del Amor y la ilusión
que nos das de ayudarte en la salvación de nuestros hermanos.

Venimos a adorarte, Jesús, porque eres el Hijo de Dios, Uno con el Padre y el
Espíritu Santo. Vives desde siempre y para siempre. Posees la plenitud de la
gracia y eres la Sabiduría y la Verdad. Junto con el Padre creaste todas las
cosas y te ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra. Eres digno de
adoración, gloria y alabanza por siempre.

Por eso te agradecemos que te hayas hecho hombre; que estés formado de
nuestro mismo barro; que conozcas nuestras angustias, depresiones y miedos;
que hayas saboreado nuestras mismas alegrías, ilusiones y éxitos.

Maestro, háblanos al corazón, porque tu palabra nos alienta y nos perdona,


ilumina nuestra vida y nos hace sabios con la sabiduría de Dios.

Te queremos escuchar hoy con la atención de María de Betania; con la fe de


los doce Apóstoles, con el amor de María tu Madre, que atesoraba en su
corazón tus gestos y tus palabras, para meditarlos y hacerlos vida. Ayúdanos a
mantenernos vigilantes y atentos como Ella en esta hora de adoración. Amén.

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2. OFRECIMIENTO POR LOS ENFERMOS

Señor, Tú eres el buen pastor y Tú has dicho: «vengan a mí todos los que
están cansados y cargados y Yo los aliviaré».

Venimos a ti con todos los enfermos que están unidos con nosotros en
oración; y con aquellos que están atravesando momentos de dificultad, o que
se sienten incomprendidos u olvidados; con aquellos que se han alejado de ti y
con todos aquellos que necesitan de tu paz y de tu alivio celestial. Te
suplicamos Jesús, que los bendigas a todos, pon tu mano de buen pastor sobre
cada una de ellos y por los méritos de tu pasión y por tu Sagrado corazón,
comienza a sanarlos de su enfermedad física y espiritual; en la Santa voluntad
del Padre y en tu Santo nombre. Dales el consuelo que cada uno busca de ti.

Ponemos en este momento ante tu Santísima Presencia, la lista con los


nombres de nuestros enfermos que hoy se entregan confiadamente a ti, y todos
nosotros también, los que nos encontramos reunidos en torno tuyo aquí en la
parroquia y desde nuestras casas, en un momento de silencio, ponemos ante ti
nuestras necesidades confiadamente, pues tu nos conoces a cada uno, nos
llamas por nuestro nombre, y nuestras costumbres te son familiares, ante ti de
rodillas, te entrego mis necesidades Señor.

********** Silencio de 3 minutos **********************

Sabemos Jesús que Tú puedes sanarlos; y te lo pedimos en fe. No mires


nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y por el poder de tus Llagas gloriosas,
por tu santa Cruz y por tu preciosa Sangre comienza a sanar a muchos de ellos
Señor.

Y a los enfermos que Tú no vas a sanar hoy porque en tu plan providencial,


Tú tienes algo distinto para ellos, te pedimos que les des, a ellos y a sus
familias, fortaleza para que nunca se desesperen, y que sepan ofrecer sus
sufrimientos, uniéndolos a tus sufrimientos en la Cruz, para darle un valor de
redención.

Pero estamos tan seguros de tu presencia viva en medio de nosotros Señor


que, aun antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe, te decimos
gracias por todo lo que estás haciendo incluso ahora mismo por nuestros
enfermos.

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Y todo esto te lo pedimos por intercesión de nuestra Madre la Santísima
Virgen María, y te damos gracias por lo que Tú vas a seguir haciendo por
ellos. Amen

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3. ORACION DE DISPOSICION PREVIA A LA PALABRA

Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu palabra.

Que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas,


despierta mi alma y mi mente
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo saborearla y comprenderla.

Dame una gran fe en ti


para que tu palabra sea para mí lámpara que me guíe
hacia ti por el camino de la justicia y de la verdad.

Habla señor que yo te escucho y deseo


poner en práctica tu doctrina, por que tus palabras
son para mí, vida, gozo, paz y felicidad.

Háblame Señor, tu eres mi Señor y mi maestro,


y no escucharé a nadie sino a ti.

Amén.

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4. PROCLAMACION Y REFLEXION DE LA PALABRA

JESÚS, EL RESUCITADO

De la carta de San Pablo a los Romanos. 6,8-11.

"Si hemos resucitado con Cristo, creemos que también viviremos


con él, sabiendo que Cristo, una vez resucitado, ya no
muere más, y que la muerte no tiene ya señorío sobre él. Su
muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre, pero
su vida, es un vivir para Dios. Así también ustedes, considérense
como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
JeSÚS.". PALABRA DE DIOS.

"¡Ha resucitado! ¡No está aquí!". Es el grito más jubiloso y


triunfal que ha resonado en la Tierra y jamás será oído otro igual.
En la Resurrección de Jesús desemboca la Historia anterior y de
ella arranca la nueva creación. Jesús Resucitado es el eje, el quicio
sobre el que gira el Universo entero y en el que se centran todas las
cosas, porque es el Rey inmortal de los siglos, constituido Señor
por el Padre, y al que Dios ha sometido todas las cosas en el Cielo
y en la Tierra,las visibles y las invisibles, ya que todo fue creado
por Él y para Él, y en Él se sostiene todo (Colosenses 1,16-18).

Se acabó para Jesús el padecer. Los sufrimientos de la cruz no


fueron más que el camino por el que iba a entrar en su gloria, como
les dijo el mismo Jesús a los de Emaús {Lucas 24,26). Y acabamos
de oír a San Pablo: "Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no
muere más. La muerte no tiene ya ningún dominio sobre Él", porque
"Su vivir es para Dios", es decir, vivirá resucitado mientras
Dios exista.

San Pablo, sabiendo que nosotros hemos resucitado en Cristo


por el Bautismo, nos saca la consecuencia más natural y más clara:
"Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas de allá arriba, donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios. Gusten y saboreen las
cosas del cielo, no las de la tierra. Porque están muertos para el mundo
y su vida está escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3,1-3).

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La Eucaristía es para nosotros la vivencia más espléndida y más
gozosa de la Resurrección de Jesús. ¡Aquí está Él, Él mismo!, con todo
el esplendor de su gloria, pero oculta bajo los velos sacramentales.

La Eucaristía es la comunión de la vida de Cristo, "que resucitó


para nuestra justificación" (Romanos 4,25), y ahora, al venir a nosotros,
nos trae la plenitud de su Espíritu, que nos regala como primicia
de su Resurrección (Juan 20,22)

La Eucaristía es también la prenda mayor de nuestra resurrección


propia, puesto que el Señor cumplirá inexorablemente su palabra:
"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo
lo resucitaré en el último día" {Juan 6,54). Porque, tal como San
Ambrosio dice retadoramente a los sepulcros voraces, "¿cómo va a
morir aquél cuyo alimento es la Vida?"...

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5. HABLO AL SEÑOR

¡La enhorabuena, Señor Jesús!


Tú has triunfado plenamente de todos tus enemigos.
Resucitado, brillas más que el sol en el Reino del Padre
y difundes tu Espíritu en la Tierra
para renovar todas las cosas
y hacer de nosotros una nueva creación.
¡Señor! Me alegro intensamente de tu gozo
y quiero vivir la vida nueva que Tú nos das.
Quiero que mi vida sea testimonio de tu Resurrección.
Rey celestial, dame parte en tu gloria. Amén.

6. CONTEMPLACION AFECTIVA

Porque has salido triunfador del sepulcro.


— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque has sido coronado de gloria por el Padre.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque abres a todos los muertos las puertas del Cielo.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque nos mereces y nos mandas el don del Espíritu.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque ves derrotados a todos tus enemigos.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque nos das la Paz, la Paz de tu Reino.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque aniquilas el pecado y la muerte.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque la muerte ya no te dominará jamás.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque eres el Rey inmortal de los siglos.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque eres nuestra vida y resurrección.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque escondes nuestra vida en Dios.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Porque nos haces gustar ya las delicias del Cielo.
— ¡Gloria a ti, Señor Jesús!

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Señor Jesús, ¡aleluya, honor y gloria a ti por los siglos! Los tronos
de los reyes se derrumban, pero tu trono permanece para siempre.
Yo me gozo de tu gloria, y te pido con tu apóstol Pablo que,
habiendo resucitado contigo, contigo lleve una vida escondida en
Dios.

Madre María, ¡alégrate! Porque ese Hijo de tus entrañas, resucitado,


reina para siempre inmortal. Tus dolores de antes, que fueron
atrocísimos, se han convertido en alegrías indecibles. Haz que
mis penas de ahora sean el camino que me lleve a una resurrección
feliz.

7. En mi vida. Autoexamen

La Resurrección de Cristo es mi resurrección propia. Yo morí en


el Bautismo al pecado para vivir la gracia de Dios. Y muriendo
ahora al pecado es como vivo la Resurrección de Cristo en mí y me
aseguro también la resurrección gloriosa mía después de la muerte.
¿Vivo esta mística cristiana? ¿Lucho contra todos los enemigos que
pretenden someterme de nuevo a una esclavitud ignominiosa?
¿Colaboro también en la resurrección del mundo, trabajando según
mis fuerzas, pocas o muchas, para que triunfen la justicia, la paz y
el gozo del Señor Resucitado en todos mis hermanos que sufren?...

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8. PRECES

Cristo Resucitado vive para siempre. Un mundo nuevo ha


comenzado con Él. Por eso le decimos a Dios:
Queremos vivir la vida nueva, que es vida eterna.

Por los cristianos que viven tristes y sin ilusión, rogamos:


— que todos descubran que el mensaje de Cristo es una proposición
de vida, de amor, de alegría y de esperanza..

Por los pueblos en desarrollo, a fin de dejen atrás la esclavitud


injusta de un vivir pobre,
— y logren una vida digna de la resurrección de Cristo, que renovó
todas las cosas.

Por nosotros mismos, que creemos tan firmemente en la presencia


del Resucitado en la Santa Hostia,
— para que el Señor conserve y acreciente nuestra fidelidad
inquebrantable.

Por nuestros queridos difuntos,


- que todos ellos, Señor, terminada pronto su purificación,
gocen de los esplendores de tu Resurrección gloriosa.

9. PADRE NUESTRO

10. COMUNION ESPIRITUAL

11. ORACION FINAL

Señor Sacramentado, Tú, el Resucitado, el Jesús del Cielo,


estás aquí ahora, con nosotros, como prenda segura de nuestra propia
resurrección. ¡Que te amemos! ¡Que vivamos contigo y por ti!
¡Que seas la ilusión de nuestra vida entera! ¡Que seas Tú, sólo Tú,
el gran amor de nuestros corazones! Así sea.

12. SAGRADA RESERVA

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