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1 Linfático, Sangre e Inmune

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SISTEMA LINFÁTICO

Todos los tejidos del cuerpo están bañados por líquido (líquido intercelular) que se encuentra en
intercambio de agua y otras muchas sustancias (O2 y CO2, iones, sales, proteínas, glucosa, lípidos,
etc.) entre los capilares y las células. Las células toman de ese líquido los elementos que necesitan
y eliminan hacia él sus desechos, mientras los capilares traen sangre que renueva los elementos que
consumen las células y se lleva los que eliminan.
Algunas sustancias, por su tamaño o características, no pueden ser tomadas por los capilares y son
incorporadas a un sistema de vasos paralelo al sistema vascular sanguíneo, que forman parte del
sistema linfático. Este sistema está vinculado al transporte de ciertas moléculas (por ejemplo: las
grasas que se absorben en el tubo digestivo pasan a los vasos linfáticos y muy poca cantidad a la
sangre) y a la defensa del cuerpo: muchas de las partículas arrastradas por el sistema son moléculas
muy grandes resultado de la destrucción celular o de bacterias que pueden haber ingresado al
organismo.
Además de los vasos linfáticos otros órganos forman parte del sistema: los ganglios linfáticos, el
bazo, el timo y muchas acumulaciones celulares linfáticas como las amígdalas en la bucofaringe, las
adenoides en la rinofaringe, el apéndice en el ciego del intestino grueso, las placas de Peyer en la
submucosa del tubo digestivo, etc.
Es un sistema que está diseminado por todo el cuerpo, recogiendo deshechos y destruyendo
elementos que pueden ser dañinos para las células.
Los órganos del sistema linfático están formados por acumulaciones de células que vamos a ver en
sangre: los glóbulos blancos, y por los vasos linfáticos que van a trasladar el líquido llamado LINFA
que va a recorrer el sistema y va a pasar por los ganglios linfáticos que se encargarán de retener los
elementos que haya que eliminar.
Los vasos linfáticos nacen entre las células en el espacio intercelular. Como el sistema circulatorio,
es un sistema cerrado, no se comunica con el exterior. Desde las células van reuniéndose y formando
vasos más grandes hasta llegar a dos conductos en el tórax (el conducto torácico y la gran vena
linfática) que se encuentran a cada lado de la columna vertebral y van a desagotar en las venas
subclavias de la circulación general.
Hasta llegar allí han pasado por todo el cuerpo y por los ganglios que se encuentran también
diseminados en todo el cuerpo siguiendo el recorrido de los vasos.
Los ganglios pueden tener tamaño variable, desde la cabeza de un alfiler a una almendra, y se
encuentran solitarios o, más frecuentemente en grupos como racimos diseminados por todo el
cuerpo, especialmente en las zonas de pliegues (codos, pliegue inguinal, axilas, región posterior de
las rodillas o hueco poplíteo, tobillos, en el cuello), en la zona de entrada de los vasos sanguíneos o
los conductos a los órganos (por ejemplo, donde los bronquios y los vasos entran en los pulmones)
y en las zonas donde el cuerpo se comunica con el exterior (alrededor de la boca, fosas nasales,
faringe; el final del tubo digestivo, genitales, vías urinarias). Son los que palpamos redondeados
debajo de la piel cuando tenemos una angina o se infecta una muela. Si los palpamos es que están
hinchados, inflamados, realizando el trabajo de eliminar las bacterias causantes de la angina o la
infección dentaria.
Cada ganglio recibe la linfa de los vasos linfáticos que lo atraviesan y retiene su contenido para
“limpiarlo”. De esta manera la linfa llega apta para ser volcada a la sangre en las venas subclavias.
Allí se mezcla el líquido de los dos sistemas.
Los glóbulos blancos que forman a los órganos linfáticos son células que tienen como función la
defensa de los tejidos, destruyendo gérmenes o moléculas que pueden producir lesiones.
Ganglio linfático: La línea negra que lo envuelve
es la cápsula que entra en el órgano como
trabéculas dividiéndolo. El tejido reticular es el
tejido en forma de red que sostiene a los
glóbulos blancos que se acumulan como tejido
linfático. Varios vasos llegan al ganglio
trayendo linfa que va a ser limpiada por los
glóbulos blancos. Y sale por un solo conducto
linfático. Éstos tienen válvulas que evitan el
reflujo de la linfa.
Todos los elementos que llegan a un órgano se
llaman AFERENTES, los que salen, EFERENTES.
El HILIO de un órgano es la zona central por
donde salen o entran vasos sanguíneos,
linfáticos y conductos y nervios.

Otros órganos del sistema linfático:


Bazo: este órgano se encuentra en el hipocondrio izquierdo del abdomen, debajo del diafragma, a
la izquierda del estómago y arriba del ángulo izquierdo del colon.
Se llama también SPLENIUM, por eso a lo relacionado con él se le dice “esplénico”( por ejemplo, el
ángulo esplénico del colon). Mide 12cm de largo, 7cm de ancho y 2,5 cm de grosor.
Está vinculado al sistema circulatorio y no recibe linfa como los ganglios linfáticos, pero se lo vincula
a este sistema por sus funciones. Tiene gran cantidad de glóbulos blancos y rojos almacenados en
su estructura: es un reservorio de glóbulos rojos, pero también se encarga de destruirlos cuando
han cumplido su ciclo vital (unos 120 días). Al destruirse los glóbulos rojos (o eritrocitos) la molécula
que transporta O2 y CO2 o hemoglobina genera un producto llamado BILIRRUBINA que circula por
sangre y en parte es captada por el hígado. En las enfermedades hepáticas como la hepatitis el
hígado no puede captar la bilirrubina y esta aumenta en sangre dándole color amarillo a la piel. Este
color producido por el aumento de bilirrubina se llama ICTERICIA.
La acumulación de glóbulos blancos actúa destruyendo otras células sanguíneas y restos celulares
que lleguen por sangre.

Timo: el timo se encuentra en la parte superior del mediastino detrás del esternón y sube hasta la
raíz del cuello. Crece y funciona hasta la pubertad, en que empieza a atrofiarse, perdiendo su función
en el adulto.
Tiene gran importancia en la activación de los linfocitos, células blancas de la sangre de gran
importancia en la defensa e inmunidad del cuerpo.

Ya mencionamos a las amígdalas, adenoides, apéndice, placas de Peyer…todos órganos linfáticos.


SANGRE:
La sangre es parte del tejido conectivo. Recorre el cuerpo dentro de los vasos sanguíneos. Su
sustancia intercelular o PLASMA le da la característica líquida. En él están suspendidos los diferentes
tipos de células.
Del total de la sangre al plasma le corresponde el 55% y a las células un45%.
El plasma está compuesto en un 90 a 92 % por agua. En ella transporta gran cantidad de sustancias
que va intercambiando con las células: O2, proteínas, iones, sales, nutrientes, hormonas, enzimas,
materiales orgánicos de desecho (urea, creatinina, ácido úrico, CO2) factores de coagulación. Todas
son fundamentales para la vida de las células.
Además de estas sustancias es el vehículo para las CÉLULAS SANGUÍNEAS que cumplen importantes
funciones en el organismo. Estas son: los glóbulos rojos o eritrocitos, los glóbulos blancos o
leucocitos y las plaquetas.
Todas son generadas por la MÉDULA ÓSEA, un órgano muy delicado que se encuentra en el interior
de los huesos largos y en las trabéculas de los huesos esponjosos durante la niñez. En la adultez sólo
en algunas zonas de hueso esponjoso.

Glóbulos rojos o eritrocitos: Poseen en su cuerpo celular una molécula que se encarga de
tomar y transportar los gases de la respiración: La HEMOGLOBINA Los eritrocitos pierden su núcleo
para darle lugar a esta molécula. La hemoglobina tiene gran afinidad por el O2 y algo menos por el
CO2, por eso es la encargada de transportarlos en sangre. En su estructura la hemoglobina posee
hierro (que se une al O2/CO2) y otros componentes que al degradarse generan la bilirrubina ya
mencionada. La falta de glóbulos rojos o de hierro o de algún elemento de la célula genera ANEMIA;
dificultad para trasladar el O2 desde los pulmones a los tejidos.
La cantidad normal de glóbulos rojos es de 4 000 000 a 5 000 000 por ml de sangre en varones y
3 500 000 a 4 500 000 por ml en mujeres.
Glóbulos blancos o leucocitos: Son más grandes que los eritrocitos y se encargan de
reaccionar ante elementos nocivos para los tejidos generando defensa. Se encuentran en una
cantidad de 5000 a 10000 por ml de sangre.
Hay distintos tipos y cada uno se especializa en una parte del proceso defensivo:

Granulocitos o leucocitos polimorfonucleares: se llaman así porque tienen gránulos en su


citoplasma y porque su núcleo es multilobulado. Son de tres tipos:
Neutrófilos: tienen gran importancia en el primer momento de defensa ya que van a organizar la
migración de más células defensivas en donde sea necesario, la vasodilatación para permitir mayor
flujo de sangre y el aumento de temperatura local o general (fiebre, gracias a sustancias que
secretan y que actúan en el HIPOTÁLAMO, órgano del sistema nervioso que entre otras funciones
regula la temperatura del cuerpo). El aumento de la temperatura favorece la actividad de las células
de defensa.
El tipo de defensa que realizan es INESPECÍFICA, es decir, no reconoce particularmente al elemento
contra el que hay que defender al cuerpo y reacciona facilitando la llegada de otras células y
realizando fagocitosis sobre los elementos que hay que destruir.
Si nos clavamos una astilla la zona lastimada se pondrá roja, caliente, hinchada y dolorosa. Esto es
lo que producen los neutrófilos al vasodilatar, aumentar la temperatura, secretar sustancias y
permitir la migración de más células
Eosinófilos: defienden especialmente en las parasitosis.
Basófilos: generan HISTAMINA, sustancia vasodilatadora que aumenta para ayudar en el
desplazamiento de los neutrófilos fagocíticos y sustancias protectoras. Aumentan en los procesos
alérgicos.

Leucocitos no granulares: no poseen gránulos en su citoplasma y su núcleo no es lobulado:

Monocitos: son células que circulan en sangre y fagocitan y otras se instalan en los tejidos como
MACRÓFAGOS, células fagocíticas locales. Son muy importantes en tejidos como el nervioso, el
hepático, los pulmones, los ganglios y órgano linfáticos.

Linfocitos: Los linfocitos son células que tienen la capacidad de ESPECIALIZARSE y GUARDAR
MEMORIA ante las sustancias nocivas.
Para entender su función vamos a definir qué es un ANTÍGENO: un antígeno es todo elemento que
entra en el sistema del cuerpo y es reconocido como extraño, es decir que no es parte de las células
ni las sustancias propias. Un antígeno es un virus, una bacteria u otro tipo de elemento que, al no
identificarse como propio, genera una reacción de defensa.
El cuerpo puede entrar en contacto con un antígeno varias veces. Los gérmenes que nos rodean
están en contacto permanente con el cuerpo y su medio interno. Cuando el cuerpo entra en
contacto con un antígeno POR PRIMERA VEZ, realiza una defensa general, inespecífica para evitar
que el antígeno produzca daños graves en el cuerpo. Pero los linfocitos, que participan de esa
reacción primaria, relevan datos que permiten identificar al antígeno y guardan memoria de esos
datos; de esa manera cuando el cuerpo vuelve a tomar contacto con el antígeno está tan organizada
la defensa contra él porque es rápidamente reconocido, que se lo neutraliza sin que produzcan
efectos. Este es el principio de las vacunas: ponen al sistema de defensa en contacto con el
microorganismo y provocan la reacción de los linfocitos. Cuando el germen vuelve a ponerse en
contacto no se produce enfermedad.
Los linfocitos son de dos tipos: linfocitos T, que se especializan en el timo y actúan directamente
contra los antígenos realizando fagocitosis, aunque también secretan algunas sustancias semejantes
a las de los neutrófilos. Se especializan en inmunidad celular, actuando directamente sobre el
antígeno, y son capaces de guardar memoria de la identidad de los distintos antígenos del ambiente
(memoria celular).
Linfocitos B: éstos no actúan directamente sobre el antígeno, sino que lo hacen sintetizando y
secretando unas proteínas que se conocen como ANTICUERPOS. Distintos grupos de linfocitos B
secretan anticuerpos para los distintos antígenos con los que han entrado en contacto. Si el antígeno
vuelve a entrar en el cuerpo la reacción es inmediata: con los anticuerpos “marcan” al antígeno para
hacerlo visible a los linfocitos T y dañan la membrana de las bacterias facilitando su destrucción.
Como realizan su defensa secretando anticuerpos a la sangre, establecen una inmunidad humoral y
guardan memoria humoral.

De la totalidad de los leucocitos, el 40 al 75% corresponde a los neutrófilos, el 1 al 6% a los


eosinófilos, menos del 1% a los basófilos, entre 2 y 10 % a los monocitos y un 25 a 50% a los
linfocitos.

Cuando nacemos traemos los anticuerpos y los elementos de defensa que nos llegan a través de la
placenta de la sangre materna. Esta es la llamada INMUNIDAD NATURAL. Al ponernos en contacto
con el mundo y sus antígenos nuestro sistema va generando su propia defensa: INMUNIDAD
ADQUIRIDA.
PLAQUETAS: este grupo de células también se forman en la médula ósea pero se fragmentan y
pasan a la sangre en trozos que van a reunirse formando el TAPÓN PLAQUETARIO en caso de que
se lastime un vaso. El tapón plaquetario obtura la zona lesionada del vaso hasta que se repara,
evitando así pérdidas de sangre. Es el proceso de COAGULACIÓN de la sangre en el que también
intervienen doce elementos plasmáticos que se llaman FACTORES DE COAGULACIÖN que completan
la formación del coágulo hasta que se repara la pared del vaso. Una vez que esto sucede el coágulo
se disuelve.

GRUPOS SANGUÍNEOS
Los grupos sanguíneos son grupos en los que puede dividirse a la población según características
que genéticamente tienen sus glóbulos rojos y algunos anticuerpos del plasma.
Los glóbulos rojos pueden tener entre los elementos de su membrana proteínas que se designan
como antígenos o AGLUTINÓGENOS que en la persona que los tiene no generan reacción de las
células de defensa. Estas son de dos tipos, llamados A y B. Si la persona tiene aglutinógeno A, será
del grupo A. Si tiene aglutinógeno B, será del grupo B. Si tiene las dos será AB y si no tiene ninguno
será O. Esto conforma la clasificación ABO de grupos sanguíneos.
En el plasma tendrá anticuerpos que NO ACTÚEN contra sus propios glóbulos rojos. Estos
anticuerpos se llaman AGLUTININAS.: una persona que tiene glóbulos rojos A tendrá aglutinina anti
B (no puede tener anti A porque actuaría contra sus propios eritrocitos). Si tiene glóbulos B tendrá
aglutinina anti A. Si tiene A y B no tendrá aglutinina y si es O tendrá aglutinina anti A y anti B.
Esto es importante en las transfusiones de sangre ya que si a un paciente del grupo A le damos
sangre del grupo B generará la destrucción de los eritrocitos que están entrando en su torrente
sanguíneo con efectos graves que pueden llevar a la muerte ya que la unión masiva de aglutinógenos
y aglutininas precipita en los capilares y obstruye el flujo de sangre en los distintos tejidos. También
puede producirse una reacción alérgica mortal que se conoce como shock anafiláctico con edema y
obstrucción de la glotis provocando asfixia.
El grupo AB es receptor universal ya que no tiene anticuerpos contra ningún glóbulo rojo.
El grupo O es dador universal ya que sus glóbulos no tienen antígeno que genere reacción defensiva.

Además del sistema ABO existe el sistema RH. En él el antígeno se denomina D. Si la persona es RH
+(positivo) tiene el antígeno D y no tiene aglutininas anti D. Si es RH – (negativo)no tiene antígeno
D, pero sí aglutininas anti D.
Una persona puede ser A+: tiene el aglutinógeno A del sistema ABO y el aglutinógeno D del sistema
RH y la aglutinina anti B del sistema ABO, sin aglutinina del sistema RH.

El cuadro no incluye el sistema RH

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