AINEs Antiinflamatorios No Esteroideos.
AINEs Antiinflamatorios No Esteroideos.
AINEs Antiinflamatorios No Esteroideos.
Existen dos isoformas principales de la COX: COX-1 y COX-2. Los AINEs pueden
ser no selectivos, inhibiendo ambas isoformas, o selectivos, inhibiendo
preferentemente una de ellas.
Usos terapéuticos
Una de las aplicaciones terapéuticas más comunes de los AINEs es el alivio del
dolor, tanto agudo como crónico. Estos medicamentos son eficaces en el
tratamiento de diversas formas de dolor, incluyendo dolores de cabeza, dolores
musculares, artritis y dolor dental.
Los AINEs alivian el dolor al reducir la inflamación y bloquear la transmisión del dolor
en el sistema nervioso, siendo esta una acción indirecta puesto que actúan
disminuyendo las prostaglandinas que sensibilizan las terminaciones nerviosas, por
ejemplo, el ibuprofeno es comúnmente utilizado para tratar el dolor menstrual y el
dolor postoperatorio debido a su eficacia en reducir la inflamación y el dolor.
Efectos adversos
Dado que los AINEs son fármacos con una alta eficacia para el tratamiento de
diversas afecciones, durante los últimos años se ha visto un aumento progresivo de
su uso, sobre todo en personas de edad avanzada; ocasionando una variedad de
efectos adversos en los pacientes, (especialmente gastrointestinales), provocando
que estos sean hospitalizados. La mayoría de las complicaciones se relacionan con
la inhibición de la síntesis de las prostaglandinas, haciendo que la posible toxicidad
aparezca en distintos niveles
Otro efecto secundario serio de los AINEs es el daño renal. Las prostaglandinas
también juegan un papel crucial en la regulación del flujo sanguíneo renal. La
inhibición de estas prostaglandinas puede llevar a una reducción en la perfusión
renal, disminuyendo la filtración glomerular y aumentando el riesgo de insuficiencia
renal aguda por dos causas principales; la isquémica, durante los primeros días del
tratamiento, relacionado con situaciones de disminución de volumen; y la nefritis
intersticial, que se manifiesta por piuria, hematuria, y proteinuria y aumento del nivel
sérico de creatinina. Los pacientes con antecedentes de enfermedades renales,
deshidratación o aquellos que toman otros medicamentos nefrotóxicos son
particularmente vulnerables a este efecto.
Contraindicaciones
El uso de AINEs está contraindicado en varias situaciones debido a los riesgos de
efectos secundarios graves. Por ejemplo, los pacientes con antecedentes de
úlceras gástricas, sangrado gastrointestinal o insuficiencia renal no deben utilizar
AINEs, o deben hacerlo solo bajo estricta supervisión médica. Además, se ha
demostrado que los AINEs pueden aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares,
como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
El uso a largo plazo de AINEs requiere seguimiento médico regular para monitorear
posibles efectos secundarios y ajustar el tratamiento según sea necesario. Esto
puede incluir análisis de sangre para evaluar la función renal y hepática, así como
exámenes para detectar signos de daño gastrointestinal. El seguimiento es
especialmente importante en pacientes con condiciones médicas preexistentes que
pueden aumentar el riesgo de complicaciones.
ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES
Enfermedades inflamatorias
Las enfermedades inflamatorias del tracto gastrointestinal comprenden un grupo
diverso de afecciones que causan inflamación crónica en el sistema digestivo. Las
dos enfermedades inflamatorias intestinales más comunes son la enfermedad de
Crohn y la colitis ulcerosa.
Enfermedades infecciosas
Las enfermedades infecciosas gastrointestinales son causadas por patógenos
como bacterias, virus y parásitos. Algunas de las infecciones bacterianas más
comunes son causadas por Salmonella, Escherichia coli, y Clostridium difficile.
Estas bacterias se encuentran en alimentos contaminados y agua, transmitiéndose
a través del consumo de los mismos o mediante contacto persona a persona.
Las infecciones virales, como la gastroenteritis viral, pueden estar causadas por
varios virus, incluidos los norovirus y el rotavirus. Este tipo de infecciones suelen
propagarse rápidamente y son una causa común de brotes epidémicos,
especialmente en lugares confinados.
Los parásitos como Giardia lamblia y Entamoeba histolytica también pueden causar
infecciones gastrointestinales. Estas infecciones son especialmente predominantes
en áreas con malas condiciones de saneamiento y pueden ocasionar
complicaciones crónicas si no son tratadas adecuadamente.
Trastornos funcionales
Los trastornos funcionales del tracto gastrointestinal, como el síndrome del intestino
irritable (SII) y la dispepsia funcional, no están causados por infecciones ni
inflamación, estos trastornos se deben a una funcionalidad anormal del sistema
digestivo. El SII es uno de los trastornos gastrointestinales más comunes y se
caracteriza por síntomas como dolor abdominal, hinchazón y cambios en los hábitos
intestinales, que incluyen diarrea y estreñimiento. La dispepsia funcional se
manifiesta por medio de síntomas como dolor o incomodidad en la parte superior
del abdomen, hinchazón, saciedad temprana y náuseas.
Medicamentos antiinflamatorios
Corticoides
Los corticoides son una clase de medicamentos antiinflamatorios utilizados en el
tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias del tracto gastrointestinal,
como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Estos medicamentos, como la
prednisona y la budesonida, actúan suprimiendo la respuesta inmune del cuerpo y
reduciendo la inflamación en los tejidos afectados.
Aminosalicilatos
Los aminosalicilatos, como la mesalazina y la sulfasalazina, son otra clase de
medicamentos utilizados en el tratamiento de la colitis ulcerosa y, en menor medida,
de la enfermedad de Crohn. Actúan reduciendo la inflamación en el revestimiento
del intestino y tienen menos efectos secundarios en comparación con los
corticoides, lo que permite su uso prolongado.
Inmunosupresores
Los inmunosupresores, como la azatioprina, la mercaptopurina y el metotrexato, se
utilizan para el tratamiento a largo plazo de enfermedades inflamatorias intestinales,
especialmente en pacientes que no responden adecuadamente a otros
tratamientos. Estos medicamentos reducen la actividad del sistema inmune,
disminuyendo así la inflamación crónica en el tracto gastrointestinal.
Antivirales
Los antivirales se utilizan principalmente en infecciones gastrointestinales causadas
por virus, como los norovirus y rotavirus. La mayoría de estas infecciones suelen
ser eliminadas por el sistema inmunológico del organismo sin la necesidad de
tratamiento antiviral específico, sin embargo, en casos graves o en pacientes
inmunocomprometidos, el uso de antivirales es necesario para tratar las infecciones
gastrointestinales
Antiparasitarios
Las infecciones parasitarias gastrointestinales, como las causadas por Giardia
lamblia y Entamoeba histolytica, son tratadas con medicamentos antiparasitarios
específicos. El metronidazol y la nitazoxanida son ejemplos de fármacos utilizados
para tratar la giardiasis, mientras que la amebiasis puede tratarse con metronidazol
y posteriormente un amebicida luminal para eliminar los quistes del colon.
Antidiarreicos
Los antidiarreicos son utilizados para tratar la diarrea. La loperamida es uno de los
medicamentos antidiarreicos más comúnmente utilizados. Funciona ralentizando el
movimiento intestinal, permitiendo así que el intestino absorba más agua y
electrolitos, lo que resulta en heces más firmes.
Antiespasmódicos
Los antiespasmódicos se utilizan para aliviar el dolor y la incomodidad abdominal
en pacientes con trastornos funcionales del tracto gastrointestinal, como el
síndrome del intestino irritable. Medicamentos como la diciclomina y la hiosciamina
actúan relajando los músculos lisos del intestino, reduciendo así los espasmos y el
dolor.
ENFERMEDADES CARDÍACAS
Cardiopatía isquémica
La cardiopatía isquémica, también conocida como enfermedad coronaria, es una
condición en la que el suministro de sangre al corazón se ve reducido debido a la
acumulación de placas en las arterias coronarias. Esta disminución en el flujo
sanguíneo puede causar angina y, en casos severos, infartos de miocardio. Los
tratamientos farmacológicos se enfocan en aliviar los síntomas y prevenir
complicaciones.
Insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca es una condición en la cual el corazón no puede bombear
suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. Se trata mediante una
combinación de medicamentos que ayudan a disminuir la carga de trabajo del
corazón y mejorar su eficiencia. El tratamiento se enfoca en reducir los síntomas,
prevenir la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Arritmias
Las arritmias son trastornos del ritmo cardíaco que pueden ser inofensivos o
potencialmente mortales. Entre las más comunes se encuentran la fibrilación
auricular y las taquicardias ventriculares. El tratamiento farmacológico es
fundamental para regular el ritmo cardíaco y prevenir complicaciones graves como
accidentes cerebrovasculares.
Inhibidores de la ECA
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) son esenciales en
el tratamiento de la insuficiencia cardíaca y la hipertensión. Actúan bloqueando la
conversión de angiotensina I en angiotensina II, un potente vasoconstrictor. Esto
ayuda a reducir la presión arterial y la carga de trabajo del corazón, mejorando así
su funcionamiento.
Anticoagulantes
Los anticoagulantes, como la warfarina y el apixaban, son cruciales en la prevención
de la formación de coágulos sanguíneos que pueden provocar accidentes
cerebrovasculares y embolias pulmonares. Estos medicamentos son especialmente
importantes para pacientes con fibrilación auricular y otras arritmias que aumentan
el riesgo de coágulos.
Riesgo de sangrado
El uso de anticoagulantes conlleva un riesgo significativo de sangrado,
especialmente en personas mayores o con antecedentes de ulceraciones
gastrointestinales. La monitorización regular del tiempo de protrombina (INR) y el
ajuste de la dosis son cruciales para minimizar este riesgo y garantizar una terapia
segura.
ENFERMEDADES PULMONARES
Definición y características del asma y la EPOC
Las enfermedades respiratorias abarcan una variedad de trastornos que afectan el
sistema respiratorio, incluyendo los pulmones y las vías aéreas, pudiendo ser
agudas o crónicas. Estas enfermedades pueden ser causadas por infecciones,
exposición a contaminantes, o factores genéticos.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la hiperrespuesta
bronquial y obstrucción variable del flujo aéreo; por otra parte, la Enfermedad
Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es un término que describe un grupo de
enfermedades pulmonares que bloquean el flujo de aire y dificultan la respiración.
Las dos principales afecciones que componen la EPOC son la bronquitis crónica,
que implica una tos prolongada con moco, y el enfisema, que resulta en la
destrucción de los alvéolos pulmonarias. Ambas condiciones provocan una
disminución significativa en la función pulmonar, causando disnea, tos y una
producción excesiva de esputo.
Estadísticas de prevalencia
A nivel mundial, la EPOC es una de las principales causas de morbilidad y
mortalidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay
aproximadamente 65 millones de personas con EPOC moderada a grave en el
mundo. En muchos países, la EPOC es la cuarta causa principal de muerte, y se
espera que su prevalencia aumente en las próximas décadas debido al
envejecimiento progresivo de la población y la continua exposición a factores de
riesgo como el tabaquismo.
Corticoides
Los corticoides se utilizan para reducir la inflamación de las vías respiratorias.
Aunque no son el tratamiento principal para todos los pacientes con EPOC, se
prescriben comúnmente durante exacerbaciones agudas de la enfermedad para
controlar la inflamación y prevenir el deterioro adicional de la función respiratoria.
Anticolinérgicos
Los anticolinérgicos, como el bromuro de tiotropio, funcionan bloqueando los
receptores muscarínicos en las vías respiratorias, reduciendo así la contracción del
músculo liso y facilitando la respiración. Pueden ser de acción corta o larga, al igual
que los agonistas beta-2.
Corticoides sistémicos
Los corticoides sistémicos, como la prednisona, se utilizan en forma de tabletas o
inyecciones para tratar exacerbaciones graves de la EPOC. Aunque son eficaces
en reducir la inflamación, su uso prolongado está relacionado con una variedad de
efectos secundarios significativos, limitando su aplicación a corto plazo.
Inhibidores de la fosfodiesterasa-4
Mecanismo de acción
Los inhibidores de la fosfodiesterasa-4, como el roflumilast, actúan aumentando los
niveles de AMP cíclico dentro de las células, lo que conlleva a la disminución de la
respuesta inflamatoria en las vías respiratorias. El uso de estos medicamentos es
considerado cuando otras terapias no son suficientes.