Estas en Mi Playlist - Paula Hernandez
Estas en Mi Playlist - Paula Hernandez
Estas en Mi Playlist - Paula Hernandez
Paula Hernández
Estás en mi playlist
© de la obra Paula Hernández Canas
Primera edición, marzo de 2024
ISBN: 9798873605620
Sello: Independently Published
paulahdzcanas@gmail.com
Instagram: @itspaulahdz
OLIVIA
Liam
Olivia
Liam
Olivia
Liam
Olivia
Liam
Olivia
Estimada Olivia ,
el equipo de Record Music te
escribe para informarte de que has
sido una de las personas
seleccionadas para participar en una
campaña publicitaria del cantante de
pop del momento.
La campaña consiste en haceros
alguna fotografía juntos mientras
realizáis cualquier actividad de ocio.
La duración de la campaña es de los
meses que quedan de verano, es decir,
de julio a agosto.
Te dejamos nuestro número de
teléfono para que puedas llamarnos si
estás interesada y darte más
información.
Gracias por la atención.
Recibe un cordial saludo.
El equipo de Record
Music
Ayer llegó a la cafetería una carta para mí. La sorpresa de
Amber fue notable pero la mía aún más. No sé quién me habrá
enviado este sobre que estoy a punto de abrir. Era algo que no
esperaba. De hecho, solo las personas más cercanas a mí saben
que trabajo en Coffee & Music, la misma gente que también
tiene la dirección de mi apartamento si me tuvieran que enviar
algo.
Leo todo alguna que otra vez más sin dar crédito. Supongo
que tiene relación con aquel hombre que vino hace unos días a
la cafetería. Me sigue pareciendo un tanto extraño ya que ni
siquiera le facilité información sobre mí. Otro motivo por el
que esto no me convence es que odio la música pop. ¡Todas
esas canciones son iguales! ¿Cantante de pop del momento?
Eso suena a alguien prepotente, maleducado y que no sabe ni
freír un huevo.
Le hago una foto para mandársela a Sara. No le cuento
nada más, simplemente se la mando esperando a que me
conteste lo más sincero que se le pase por la cabeza.
Dejo la carta encima de la mesa de la cocina y me preparo
para salir. Es la primera vez que Liam y yo hemos quedado.
Esa fue la segunda sorpresa que recibí ayer. Nunca hemos
hecho algo que no haya sido encontrarnos por la calle o
servirle el desayuno. Hasta que ayer me lo volví a encontrar en
la calle cuando iba de regreso de la cafetería a casa y me
propuso la idea.
Va a hacer casi un mes desde que llegué a aquí. He hecho
planes con Amber, Chloe y Kate en varias ocasiones, pero
nunca he salido del pueblo.
Nuestro lugar de encuentro hoy es la estación porque
hemos decidido coger un tren y visitar otro pequeño pueblo
pintoresco que hay a media hora.
En mi mochila meto lo básico y un poco de comida y una
sudadera por si refresca. Siempre que voy de excursión suelo
llevar de todo por si acaso porque tengo miedo a lo que pueda
pasar y así voy más tranquila.
Si tuviera su número o alguna otra forma de contactar con
él le avisaría de que ya estoy llegando. Como no es así, lo que
hago es ponerme justo en la puerta para que podamos vernos
fácilmente.
No tengo que esperar mucho porque llega enseguida.
—Buenos días —me saluda y nos damos un abrazo.
Para la sorpresa de nadie, va con su característico outfit de
la gorra con las gafas de sol que le tapan toda la cara. Sé que
es Liam porque ya lo tengo muy visto en la cafetería y sabía
que vendría, sino igual no lo hubiera reconocido.
—¿Vamos a por los billetes? —digo sin darle más
importancia a que no puedo verle la cara casi nunca.
Asiente y vamos hacia allí hasta que ve la fila de personas
que hay en las taquillas y percibo su suspiro. Miro a Liam para
descubrir si le pasa algo y aprovecha para pedirme que las
compre yo porque necesita ir al baño. Un problema debe de
tener este chico con el baño si tiene que ir siempre a todas
horas. Una cosa es que llevásemos un rato aquí pero no, ¡acaba
de salir de casa!
Por suerte la fila avanza rápido y no tardo demasiado en
conseguir los billetes. Busco a Liam con la mirada, aunque no
logro encontrarlo. Me quedo aquí que es donde nos hemos
visto la última vez para que me vea. Como tarde más de diez
minutos vamos a perder el tren porque ya están anunciando
por megafonía tanto el número de andén y como que el tren se
está aproximando.
Verme sola en las estaciones o aeropuertos aún me sigue
haciendo sentir extraña. Hasta ahora siempre que había viajado
lo había hecho acompañada. De momento no diría que es una
mala experiencia ir sola, pero es verdad eso de que las
personas te miran con pena. Que no vaya con nadie en algunos
momentos no significa que nadie me quiera. Simplemente hay
veces que elijo disfrutar conmigo misma.
—Ya estoy —oigo su voz a mis espaldas y me saca de mis
pensamientos.
—Corre, tenemos que ir al andén número tres.
—No hace falta correr.
—No estoy dispuesta a perder el tren porque siempre
tengas que ir al baño.
—Era una urgencia.
Por si no fuéramos ya lo suficientemente tarde, un hombre
se pone a hablar con Liam. Le pregunta si se puede hacer una
foto con él y le da a entender que está muy triste por su
retirada y que espera que se recupere pronto. A todo esto,
Liam actúa de la manera más natural. Como si lo normal fuera
hacerte selfies con las personas por la calle.
—¿Eres deportista? —trato de averiguar cuando el
hombre ya está lejos de nosotros.
—¿Perdón? —Parece que mi pregunta le ha parecido muy
extraña.
—¿Eres deportista y te has retirado?
—Ah, no.
—Entonces, ¿por qué ese hombre estaba tan triste?
—Se habrá confundido de persona.
—¿Y en vez de decírselo te haces una foto con él? —Yo
no quepo en mí de toda la incertidumbre que esto me está
causando.
—No iba a quitarle la ilusión.
—Claro, mejor mentirle.
—Ay, Olivia… Es una mentira piadosa y todos nos hemos
quedado contentos.
—Lo que tú digas.
Cuando el tren llega con un suave rugido, subimos a bordo
y encontramos un vagón tranquilo. Nos acomodamos sin
mediar palabra desde nuestra última conversación. El tren se
pone en marcha y el paisaje a través de la ventana se convierte
en un cuadro de campos verdes.
—Espero que ese pueblo sea tan encantador como dicen
—comenta Liam mirando por la ventana y rompiendo el
silencio—. No entiendo por qué sigues molesta —añade al
darse cuenta de que no sigo la conversación.
—Es que parece que todo el mundo te conoce menos yo.
Así consigo que haya aún más tensión. Parecía imposible
que pudiera aumentar, sin embargo, lo ha hecho. Casi escucho
los engranajes de la cabeza de Liam funcionando.
—Además, te escondes detrás de esas gorras y gafas.
Venir aquí ha sido muy mala idea, Liam.
No puedo ver sus ojos, pero sí cómo traga saliva de
manera pesada. Gira la cabeza para mirar hacia su alrededor y
cuando ha comprobado que no hay nadie sentado a nuestro
alrededor se quita primero las gafas y luego la gorra. Me fijo
en su cara sin tener que disimular mucho ya que está
entretenido acomodándose el pelo.
Al dirigir su cabeza hacia mí y dedicarme una mirada
penetrante no sé qué hacer. No le quito la vista y por suerte
comienza a hablar.
—¿Podemos comenzar de nuevo?
Con esa pregunta decidimos dejar que el día fluya sin
tener un plan definido. El resto del trayecto es mucho más
agradable ya que hablamos de nuestras películas favoritas. En
lo único que coincidimos es en que nos gustan las películas
navideñas. Por lo demás, cada uno prefiere un género. Yo soy
más de terror y él de fantasía.
Al llegar, caminamos por los callejones con olor a comida
por las horas que son. Liam me ha prometido que no se
pondría las gafas, pero sí la gorra. He aceptado con la única
condición de que algún día me cuente por qué hace eso.
Visitamos las calles principales y sitios de interés que
hemos encontrado, hasta que estamos de acuerdo en descansar.
Buscamos un parque y en él encontramos un estanque
tranquilo y bancos bajo la sombra de árboles frondosos.
10 – Don’t be a fool
Liam
Will
Olivia
Liam
Olivia
Liam
Olivia
Liam
Olivia
Liam
Olivia
Liam
Olivia