Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Complejo de Edipo y Fases Libidinales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

«Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico»

¿Cómo funciona el psiquismo?


Hay dos mecanismos que rigen la conducta humana: el principio de placer y el
principio de realidad

Principio del placer: Freud advierte en la clínica de pacientes neuróticos que el


sujeto expulsa de su conciencia aspectos que le resultan perturbadores,
refugiándose en el principio de placer y apartándose de la realidad. Refiere a todos
aquellos procesos anímicos primarios, los más antiguos que se gestaron en nuestro
psiquismo desde el umbral de nuestra existencia, desde el nacimiento. Aunque
tiende a evitar el displacer, este principio solo tiene como objetivo la ganancia de
placer la satisfacción de la pulsión, de las necesidades, el fantasear, el juego, serían
otros aspectos gobernados por el principio del placer.

Principio de realidad: apunta a la posibilidad que el sujeto tiene a la obtención de


satisfacción por vías socialmente aceptadas. En este rige la función vital con fines
adaptativos, de sobrevivencia y de creación. Es un proceso secundario en el que
intervienen la atención, la memoria, el lenguaje, el pensamiento, que son
herramientas que nos contactan con la realidad, producto de un largo proceso
simbólico cultural; lo más importante que se gesta en el principio de realidad es la
sublimación del placer, es decir, se transforma la energía libre, entrópica, en energía
ligada, dirigida a objetivos específicos.

Pulsión: tipo de impulso psíquico característico de los sujetos de la especie


humana que tiene su fuente en una excitación interna (un estado de tensión
percibida como corporal, que emerge de las zonas erógenas) y que se dirige a un
único fin preciso, de descarga: suprimir o calmar ese estado de tensión. Para lograr
este fin, la pulsión se sirve de un objeto, el que sin embargo no es uno preciso, ni
está predeterminado, porque está influido por la experiencia. Esto marca una
diferencia entre la pulsión y el instinto, que es congénito (se hereda por la genética).
Ej. Conducta de chuparse el dedo vs rituales de apareamiento en aves.

Sublimación: es uno de los destinos de las pulsiones. Es un proceso mediante el


cual se toma y reorienta la energía libidinal sobre objetos, actividades y metas “des-
sexualizadas” para generar una descarga psíquica que sea socialmente aceptable.
La sublimación es una modificación en el modo en que se obtiene un placer
primitivo, simbolizándolo, a partir de las exigencias de la civilización. Por tal motivo,
la cultura, con sus diversos valores y expresiones: artísticas, filosóficas, científicas,
religiosas, o incluso deportivas, conforman la transformación del empuje pulsional
original (sexual y agresivo) hacia diferentes actividades.

Con el principio de realidad no desaparece el placer, sino que se transmuta y


adquiere
nuevas cualidades; ya no es una ganancia de placer inmediata y objetiva, sino que
se hace un esfuerzo, se posterga la satisfacción por una ganancia de placer a largo
plazo y subjetiva; se trata de algo regulado por la cultura que apunta hacia la vida y
el trabajo. En palabras llanas: el principio de realidad nace de las exigencias que
impone el mundo real cultural.

Psicoanálisis. Desarrollo psicosexual infantil.

Al hablar de sexualidad infantil se pretende reconocer la existencia, en esta etapa


de la vida, de excitaciones o necesidades genitales precoces, así como también la
intervención de otras zonas corporales (zonas erógenas) que buscan el placer (por
ejemplo la succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función
biológica.

La sexualidad infantil es un proceso que se desarrolla gradual y paulatinamente y no


tiene las características que le damos los adultos.
la sexualidad infantil se diferencia de la sexualidad adolescente y el adulto en que la
primera tiene múltiples metas sexuales y zonas erógenas que le sirven de soporte,
sin que se instaure en modo alguno la primacía de una de ellas o una elección de
objeto, mientras que la sexualidad adolescente y adulta se organiza bajo la primacía
genital.

El psicoanálisis plantea que la sexualidad aparece desde el nacimiento y que


durante las sucesivas etapas de la infancia diferentes zonas corporales (zonas
erógenas) proporcionan gratificaciones especiales al individuo, pues están dotadas
de una energía que busca placer, el libido.
Libido: energía sexual de las pulsiones. Eros

Fases del desarrollo de la sexualidad

Todo ser humano pasa por las diferentes fases del desarrollo de la sexualidad, por
lo que en la edad adulta se encuentran conductas que son vestigios y evidencias del
paso por cada una de éstas.

Fase Oral:

Va de los 0 a los 2 años


Primera parte de la fase: Los períodos de atención consciente quedan limitados a
experiencias de nutrición como hambre, lactancia, saciedad, ruidos internos.
Cuando no se satisface alguna necesidad surgen emociones desagradables, lo que
provoca las primeras experiencias de ansiedad en el bebé
En esta fase el placer sexual está ligado predominantemente a la excitación de la
cavidad bucal y de los labios, que acompaña a la alimentación. La pulsión sexual se
satisface por medio de una función vital, la alimentación, pero posteriormente
adquiere autonomía y a través del chupeteo se satisface en forma auto erótica.
En la segunda parte de esta fase "... la capacidad para asumir una actitud más
activa y dirigida, y el placer derivado de ella, se desarrollan y maduran (en el niño).
Aparecen los dientes, y con ellos el placer inherente a morder cosas duras
En esta primera fase la libido está vinculada con la necesidad de mantenerse vivo.
Comer y establecer lazos sociales, dos formas de autoconservación.

Fase Anal:

Entre los 2 y 4 años


Para el niño(a) eliminar orines o heces es algo normal, natural y placentero, lo
considera incluso como una especie de "regalo" que dan al adulto, esto porque para
él (ella) es como desprenderse de parte de su cuerpo y entregarlo a mamá y a papá.
Para el niño(a), las heces representan su creación . El niño(a) obedece en esta fase
a impulsos contradictorios que van a caracterizar su forma de comportarse y de
relacionarse con los demás. Estos son la retención y la eliminación. Su aparición va
a alternarse. El desarrollo del sistema muscular le da mayor poder al niño(a) sobre
el medio ambiente que le rodea, pues adquiere la capacidad para alcanzar y asir,
para arrojar y empujar, para apropiarse de cosas y para mantenerlas a cierta
distancia. Esta etapa se caracteriza por la lucha del niño(a) por su autonomía,
empieza a ver el mundo como yo – tú, mí, mío. Es un niño(a) fácil de convencer si él
(ella) ha decidido hacer lo que se espera de él (ella), pero es difícil de encontrar la
forma de que desee precisamente eso. El niño(a) al mismo tiempo quiere acercarse
y soltarse, acumular y descartar, aferrarse y arrojar. Por lo tanto, las relaciones
sociales están marcadas por la antítesis soltar – aferrarse. Es la época de los
«berrinches» las «resistencias» «la oposición», los famosos «terribles 2 (años) que
luego se transforman en los terribles 3 y 4.

Fase fálica:

3 a 5 años
Las dos primeras fases de la sexualidad infantil se centran en el autoerotismo, en
las fases siguientes aparece ya un objeto sexual externo al individuo.
se caracteriza por una unificación de las pulsiones parciales bajo la primacía de los
órganos genitales, pero a diferencia de la organización genital puberal, el niño o la
niña no reconocen en esta fase más que un solo órgano genital, el masculino, y la
oposición de los sexos equivale a la oposición fálico – castrado.
En esta fase es vivido el Complejo de Edipo. Este Complejo desempeña un papel
fundamental en la estructuración de la personalidad y en la orientación del deseo
sexual.

Complejo de Edipo
El niño se enamora de su madre y abriga deseos de muerte hacia el padre a quien
ve como rival y teme ser castigado con la castración por querer que éste
desaparezca. La niña se enamora del padre y quiere que la madre se vaya y se
considera castigada por no poseer pene. Ambos desean excluir a todos los demás
de la relación que tienen con el padre que es objeto de su amor.
Estos deseos de muerte o desaparición del padre del sexo opuesto provocan un
profundo sentimiento de culpa inconsciente que junto con la prohibición del incesto
hacen que el individuo desplace su iniciativa y curiosidad hacia ideales deseables y
metas prácticas e inmediatas, hacia la realización de cosas. Así se olvida el
Complejo de Edipo y el niño(a) entra en la latencia.
Cuando aparece la prohibición del incesto en la relación padre – hija o madre – hijo
y la castración como castigo, el (la) reprime su deseo que el progenitor, para ya las
características culturales y comportamentales que caracterizan a cada sexo han
sido adquiridas por el infante a través de la imitación.
A esta edad, la sexualidad infantil hace referencia a cómo descubren su pertenencia
a determinado sexo, cómo adquieren características, conductas y comportamientos
que son distintivos de su sexo y de cómo reaccionan ante las sensaciones de placer
que brotan de su cuerpo.
Por otro lado, el desarrollo de su inteligencia le posibilita hacer comparaciones entre
las cosas y clasificarlas. Puede diferenciar entre un genital y otro y agrupar en una
misma categoría a todos los que tienen pene y diferenciarlos de los que tienen
vagina.
El descubrimiento del sexo lleva al niño(a) a explorar y conocer más. Esto lo hace
mediante dos formas:
PREGUNTAR: El niño(a) pregunta porque desea conocer más. Esto puede causar
ansiedad en los padres
MANIPULAR: Es en esta etapa cuando el niño(a) empieza a tocar sus genitales por
el placer que resulta de esto y con una forma de conocer más.
Al descubrir el niño(a) que pertenece a un sexo determinado, empieza a imitar al
progenitor de su mismo sexo. El niño se fija en el modelo masculino que tiene más
próximo, el padre y la niña en el femenino, la madre. Ellos quieren parecerse a sus
papás (identificación)
Como en las etapas anteriores, la genital también agrega una modalidad de relación
social que es la conquista. El niño(a) aprende a conquistar, a competir, a insistir
para alcanzar una meta y esto le produce placer.

Período de latencia

Se inicia entre los 5 o 6 años hasta la pubertad


disminución de las actividades sexuales, se desexualizan las relaciones de objeto y
de los sentimientos (predomina la ternura sobre los deseos sexuales)
aparecen sentimientos como pudor y asco y aspiraciones morales y estéticas
Esta canalización de la energía sexual le permite adquirir nuevos conocimientos y
habilidades.
Fase genital:

Se caracteriza por la organización de la libido alrededor de las zonas genitales, la


modalidades de satisfacción libidinales de las fases anteriores se unifican y
jerarquizan definitivamente, en los órganos genitales
La identidad sexual es producto de un largo proceso de elaboración que se produce
desde la niñez. En este período influyen cuáles han sido las relaciones con los
padres del mismo sexo, cuál ha sido la interacción de la pareja parental, cuáles
normas culturales le tocó vivir, que se aprobó o desaprobó en los comportamientos
del niño
En la adolescencia temprana los contactos son predominantes con jóvenes del
mismo sexo como una forma de reafirmar su identidad
Como parte de la sexualidad adolescente la masturbación es una actividad normal.

«Para concluir el psicoanálisis ha comprobado que las personas, aún las


sanas mentalmente, están trabadas en sus ciclos sexuales. En su intimidad,
en sus relaciones de pareja y en el coito se evidencias las huellas que ha
dejado su paso por las fases pregenitales. Sin embargo estas huellas no
siempre son conscientes y se dan en mayor o menor grado en cada persona.
Muchas personas "... Prefieren incorporar o retener, eliminar o intrusar, antes
que disfrutar de la mutualidad de los patrones genitales. Muchos otros
prefieren ser independientes o tener a alguien que dependan de ellos, destruir
o ser destruidos, antes que amar con madurez... No cabe duda de que un
juego sexual pleno es el mejor recurso para resolver los residuos
pregenitales...»

También podría gustarte