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El Valor de La Vida Cotidiana

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El valor de la vida

cotidiana en la
construcción de la
Integrantes:

Romina Nervi 4.868.036-3


Rocio Cotelo 4.953.137-7
subjetividad
Rosina

Lic. Alicia Weigensberg de Perkal


Los vínculos en la vida cotidiana en el desarrollo
integral del bebé.
- Al nacer necesitará de un otro. Un “otro” que es parte de una “red de interacciones” de un
“Nosotros”.

- Intersubjetividad: proceso dinámico de los encuentros y desencuentros con un “otro”.

- El espacio de la intersubjetividad es aquel en donde los vínculos despliegan las


pequeñas-grandes-acciones que a modo de un caleidoscopio forma una red multidimensional
(biológica, emocional, racional, cognitiva, motriz, simbólica, etc.) dada en una sociedad y trama
vincular específica.

- La construcción de la Intersubjetividad junto a figuras de apego con respuestas emocionales,


conductuales, sensoriales, propioceptivas, organizan un modelo psicobiológico de la relación
cuerpo-mente-entorno, necesario en el desarrollo cerebral temprano y construcción del
psiquismo.
Las bases neurológicas en la construcción
del psiquismo en la intersubjetividad

➔ Ontogénesis de los lazos afectivos comienza desde los niveles más elementales de
la resonancia biológica de las neuronas espejo.
➔ Posibilita que los cerebros tengan un nexo que permiten que cuando el cuidador
realiza una acción, el bebe que observa, realiza la acción equivalente.
➔ La observación de los movimientos, -por ejemplo boca, mano- activa las mismas
regiones específica de la corteza motora.
➔ Desde las primeras semanas de vida el bebe es capaz de imitar a través de la
capacidad de detectar correspondencias entre sus propias acciones y las de un
modelo.
- El infans se “desarrolla no solo en la intersubjetividad sino para la
intersubjetividad, para asegurar al sujeto mantener la relación con el otro” (H.
Bleichmar, 2001).

- El bebe se irá organizando por el otro -por su influencia- y para el otro,


“teniendo el “para” una doble connotación: al servicio del otro y, también, como
orientado a movilizar algo en ese otro, para influenciarlo afectivamente”.

- En esta danza el adulto aporta “los soportes narcisísticos del bebe, informando
de la naturaleza de las señales que el infans emite y permitiendo estar
informado sobre el estado emocional de su pareja relacional, la cual por su lado
se pone en resonancia con el estado emocional del niño” (Golse, 2006).
Stern
- La capacidad dada en la percepción amodal (capacidad de traducir la
información recibida de una modalidad sensorial a otra) da lugar a lo que Stern
denomina como “envolturas prenarrativas” que surgen en las diferentes
prácticas cotidianas.

- Desde estas acciones, el bebe sentirá que su vida subjetiva, sus experiencias y la
sintonía afectiva son compartidas con un “otro”.

- La capacidad de las equivalencias transmodales que permiten la integración de


los sucesos en un mundo unificado, son las mismas capacidades que tiene el
cuidador y el infante para participar en entonamientos afectivos, de intensidad,
ritmo, sincronía y forma de conducta.
- Estos vínculos en la vida cotidiana con cuidadores emocionalmente
disponibles, con posibilidad de compartir acciones de intimidad y de ponerse
en el lugar del “otro” –como el bebe– , está considerado como el nacimiento
del proceso empático en el infans.

- Desde las prácticas cotidianas con un bebe, como el calmarlo, alimentarlo,


hacerlo dormir, jugar, entre otras, se va estableciendo su homeostasis, con
mecanismos de protección a los estímulos externos.

- En nuestro interior tenemos relatos, cuentos, canciones, melodías que son


parte de la trama vincular primaria que se inscriben en nuestro psiquismo.
- El puente que une la intersubjetividad con la construcción de la
subjetividad se transita entre las presencias y ausencias (encuentros y
desencuentros).

- Lo que posibilitará abrirse a la capacidad de relacionarse, al sentimiento


de seguridad, autoestima, iniciativa, a la sorpresa, a la novedad e ir
aceptando las incertidumbres propias del devenir

- Ser partícipe de la crianza y crecimiento de los niños nos involucra en ser


co-creadores de los procesos cognitivos, existenciales y de las
subjetividades con posibilidades de desarrollar una auto-imagen de
confianza y tener modificaciones recíprocas (dejan huellas).

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