La Responsabilidad Contractual y Extracontractual
La Responsabilidad Contractual y Extracontractual
La Responsabilidad Contractual y Extracontractual
Profesor: Integrantes:
Octubre, 2024
La Responsabilidad Contractual y Extracontractual
1. Por Dolo o Culpa Grave (Art. 1506 C.C) por ser contrario al orden público y
ser manifestación de una carencia de voluntad de obligarse, según se
indicó a propósito de la culpa como requisito de la responsabilidad
contractual. No cabe pues exonerar por dolo o culpa grave.
3. Violatorias del orden público entre las que cabe ubicar las cláusulas
“abusivas”, aquellas que vulneran la buena fe y el justo equilibrio de las
prestaciones. Siendo ejemplos de tales las que imponen plazos de
caducidad excesivamente cortos o pretenden requisitos de difícil
verificación, que acortan el lapso de prescripción, que imponen regulación
de jurisdicción, el sometimiento a arbitraje, la suspensión unilateral del
contrato o la renovación automática del mismo y las limitativas del derecho
a la defensa como la inversión de la carga de la prueba (así como imponer
domicilio de elección o renuncia al domicilio en contratos de adhesión). La
doctrina también ubica dentro de la noción de orden público la materia
relativa al consumo, a propósito de la improcedencia de cláusulas de este
tipo, que son comunes en los contratos de adhesión pero la ley especial
trata de minimizarlas. Se distingue también las cláusulas
“sospechosamente abusivas” que agravan la responsabilidad de la
contraparte del proponente de las condiciones generales de contratación.
5. Cuando el hecho califica como hecho ilícito, pues no cabe excluir por
acuerdo la procedencia de responsabilidad extracontractual, dada la
admisión del cúmulo de la responsabilidad.
La Cláusula Penal
La cláusula penal tiene por objeto que los daños y perjuicios acarreados por
la mora o el incumplimiento de una obligación sean sustituidos por una pena
estipulada de antemano por las partes, y es una manera de evitar engorrosas
discusiones sobre la existencia o la entidad que realmente han alcanzado esos
daños, que podrían resultar difíciles de probar, pero han quedado ya «prefijados»
por voluntad de las partes”. De allí que algunos la califiquen también como
“valuación convencional del daño”. Constituye una suerte de indemnización
sustitutiva que tiene su base en la autonomía de la voluntad. La cláusula penal
presenta la particularidad de ser un medio de garantía que no requiere la
intervención de terceros ni la constitución de ningún derecho real para asegurar el
cumplimiento de una obligación, aunque no atribuye al acreedor un derecho real
de garantía. Presenta la ventaja de fijar anticipadamente el monto por el posible
daño, evitando discusiones y la intervención del Juez en la liquidación. La culpa no
es determinante, se funda en el riesgo de un daño. Se hace efectiva con el
incumplimiento, exime de probar el daño al acreedor. La cláusula penal no sólo
tiene por finalidad asegurar el cumplimiento de la obligación sino también prefijar
anticipadamente la indemnización por daños y perjuicios, evitando así la
incertidumbre de la cuantía de la indemnización. Es sumamente útil porque exime
al afectado de la necesidad de la prueba de la cuantía del daño.
La Seña o Arras