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El fracaso de la diplomacia
La diplomacia no fue capaz de evitar el conflicto, Muy al contrario, la configuración de
dos bloques de alianzas (la Triple Entente y la Triple Alianza) contribuyó a aumentar las
tensiones, pues la participación de alguno de los socios en un conflicto arrastraría a sus
aliados a la guerra.
El fracaso de la diplomacia fue definitivamente constatado en la II Conferencia de Paz
de la Haya (1907), que impidió frenar la carrera de armamentos.
2. El estallido de la guerra
Aunque la guerra terminó estallando como consecuencia de distintos factores, el
detonante definitivo estuvo en la región de los Balcanes y en las rivalidades entre Austria
y Serbia por su ambición de controlar la zona. La política de alianzas terminó
convirtiendo un conflicto regional en un enfrentamiento a escala global.
4 Final de la guerra
4.1. Del entusiasmo al desánimo
El entusiasmo ante la guerra derivó hacia la frustración y el descontento. La pérdida de
vidas, las condiciones en las trincheras y los rigores de la economía de guerra
desembocaron en el estallido de protestas tanto en el frente como en la retaguardia.
En el frente, los mandos militares se emplearon con saña para impedir la indisciplina y
las deserciones: recurriendo a métodos expeditivos, acusaron de traición y ordenaron
fusilar a muchos de sus propios soldados.
En la retaguardia, las protestas se multiplicaron y el apoyo a la guerra se fue
desvaneciendo, al tiempo que el movimiento obrero se dividía entre los partidarios de
seguir combatiendo y los que propugnaban el fin de las hostilidades.
5. La organización de la paz
5.1. Los tratados de paz
Terminada la guerra, los países combatientes tuvieron que afrontar la organización de
la posguerra en una serie de tratados de paz. Alrededor de París se celebraron las
negociaciones, en las que participaron treinta y dos estados, aunque los países más
representativos fueron las potencias vencedoras: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña
e Italia. En las negociaciones hubo posturas enfrentadas:
• Francia. Su representante fue el jefe de gobierno Georges Clemenceau, quien,
movido por el revanchismo, exigía acabar con el peligro alemán decretando su
desmilitarización y recuperar Alsacia y Lorena para llevar su frontera hasta el Rin.
Además, reclamó el pago de duras reparaciones de guerra.
• Reino Unido. Estuvo representado por el primer ministro Lloyd George, que se
mostró partidario de mantener cierto equilibrio y suavizar las condiciones de paz
para Alemania. Finalmente, se plegaría a las pretensiones francesas.
• Italia. El encargado de negociar fue el primer ministro Vittorio Emanuele Orlan-do.
Sus principales aspiraciones eran de tipo territorial, y afectaban tanto a los
territorios del mar Adriático como a las posesiones coloniales.
• Estados Unidos. Negoció mediante su presidente, Woodrow Wilson. Su prioridad
era evitar la guerra en Europa y defender la autodeterminación de las distintas
nacionalidades del continente; para ello había redactado el programa de los
Catorce Puntos, que recogía las condiciones de la paz.
En torno a estos intereses, muchos de ellos contradictorios, se diseñó la paz de París.
Las negociaciones se extendieron hasta 1920 y dieron como resultado cinco tratados,
cada uno de ellos aplicado a un país derrotado (Doc. 10):
• Tratado de Versalles. Fue firmado con Alemania; considerada la única culpable de
la guerra, tuvo que hacer frente al pago de fuertes indemnizaciones de guerra,
que pasaban por la entrega de las minas de carbón del Sarre a Francia. Además,
su ejército sufrió una drástica reducción, se vio obligada a desmilitarizar Rena-
nia y su flota fue entregada a Reino Unido. Por último, tuvo que aceptar
cuantiosas pérdidas territoriales: Alsacia y Lorena fueron entregadas a Francia,
que recuperaba así los territorios perdidos tras la guerra de 1870; la región de
Poznan le fue cedida a Polonia para dotar al país de una salida al mar, quedando
así Prusia Oriental separada del resto de Alemania; las ciudades de Eupen y
Malmedy fueron entregadas a Bélgica, y la región de Schleswig-Holstein, a
Dinamarca; además, los enclaves bálticos de Memel y Dánzig (hoy Gdansk)
fueron declarados autónomos y administrados por la Sociedad de Naciones, y
Alemania tuvo que asumir la pérdida de sus posesiones colonia-les, tanto en
Africa como en el océano Pacífico.
• Tratado de Saint-Germain. Fue firmado con Austria. Se estableció su separación
de Hungría y la cesión de diversos territorios a Checoslovaquia, Polonia, Italia y
Yugoslavia, Estado de nueva creación que culminaba las aspiraciones de Serbia
de aglutinar a todos los eslavos del sur. Austria quedaba así convertida en un
pequeño país.
• Tratado de Trianon. Fue firmado con Hungría, que perdió dos tercios de su
territorio en favor de Checoslovaquia, Rumanía, Yugoslavia e Italia.
• Tratado de Sèvres. Afectó a Turquía, que vio reducido su imperio prácticamente a
Asia Menor, al tener que entregar sus últimas posesiones europeas a Grecia y
perder sus territorios de Oriente Medio, que pasaron a ser administrados por
Gran Bretaña y Francia.
• Tratado de Neuilly. Se suscribió con Bulgaria, que hubo de renunciar a su salida al
mar Egeo en beneficio de Grecia y ceder diversos territorios a Rumanía y a
Yugoslavia.
•
5.2, La Sociedad de Naciones
A propuesta del presidente Wilson, se acordó crear una sociedad internacional
encargada de propiciar las negociaciones diplomáticas como vía para la resolución de
conflictos y de fomentar la colaboración entre Estados.
La primera sesión de la asamblea se celebró en noviembre de 1920 en la ciudad suiza de
Ginebra, que se convirtió en la sede de la organización. La Sociedad de Naciones (SDN)
quedó organizada a través de diversos organismos. La Asamblea General integraba a
representantes de todos los países miembros, mientras que un Consejo formado por
Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón e Italia, además de otros tres miembros no
permanentes, tomaría las decisiones.
Pese a que el presidente Wilson había sido el promotor de la idea, el Senado
estadounidense rechazó el ingreso del país en la sociedad. Además, en un principio no
se admitió a los países vencidos ni a la revolucionaria Rusia. Todo ello, además de la
complejidad generada en la toma de decisiones, hizo que la eficacia de la SDN fuera
escasa y no pudiera evitar los numerosos conflictos surgidos durante el período de
entreguerras.
6 Las consecuencias
La Primera Guerra Mundial fue un conflicto de proporciones desconocidas hasta
entonces: la cantidad de recursos materiales y humanos puestos al servicio bélico fue
descomunal, y sus consecuencias a todos los niveles, de enorme alcance.